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Historia de Cantabria para niños

Enciclopedia para niños

La historia de Cantabria incluye los primeros asentamientos humanos, con evidencias como las pinturas de la cueva de Altamira, y llega hasta nuestros días; pasando por ser pieza fundamental para España en diversas ocasiones, como por ejemplo durante la Reconquista o en las relaciones comerciales con el Nuevo Mundo gracias al puerto de Santander.

Prehistoria en Cantabria

Archivo:Menhir El Cabezudo002
Los menhires del municipio de Valdeolea, al sur de Cantabria, datan de hace 5000 años. Se cree que fueron levantados a finales del neolítico por las primeras comunidades sedentarias que se asentaron en las vegas del río Camesa y montes de alrededor.

Aunque hay evidencia de presencia humana en la península ibérica desde hace un millón de años, no se confirma su asentamiento en la región del Cantábrico hasta hace 100,000 años, al final del Paleolítico Inferior. La cordillera Cantábrica actuó como barrera de aislamiento. El Paleolítico en Cantabria abarcó una franja costera desde Asturias hasta los Pirineos. Los primeros habitantes vivieron en un período interglaciar con clima templado. La transición al Paleolítico Medio trajo la glaciación Würm, provocando un enfriamiento climático y la ocupación masiva de cuevas por el Neanderthal, que desarrolló herramientas líticas y una dieta basada en la caza y la recolección.

Archivo:Bastón perforado-Cueva del Castillo (España)
Bastón perforado adornado con el grabado de un ciervo hallado en la cueva de El Castillo.

El último período Paleolítico, el Paleolítico Superior, comenzó hace 35,000 años y terminó hace 10,000 años con el fin de la última glaciación. Este período vio la extinción del Neanderthal y la llegada del Homo Sapiens Sapiens, que trajo avances tecnológicos y culturales significativos, impulsando la expansión demográfica y ocupación masiva de cuevas, ahora mejor acondicionadas. La industria lítica se especializó, y surgieron herramientas y objetos decorativos. La organización social se complejizó, con una división del trabajo y asentamientos más duraderos. La dieta se diversificó con la caza de diversas especies y la recolección de vegetales. Las culturas del Paleolítico Superior en Cantabria se equipararon a las europeas, destacando en arte mueble y rupestre, con técnicas avanzadas y temáticas de caza y motivos simbólicos. El final del Paleolítico trajo cambios ecológicos y la transición al Neolítico, caracterizada por el desarrollo de la agricultura, la ganadería y la sedentarización.

Archivo:F1010014
Reproducción del interior de una antigua vivienda cántabra de la Edad del Hierro en Argüeso.

La expansión de esta nueva civilización a través del Mediterráneo y Centroeuropa convirtió a Cantabria en una región marginal con un desfase cronológico en la incorporación de innovaciones (v-iv milenio a.C.). Esto explica la larga pervivencia del Epipaleolítico, coexistiendo una economía depredadora con otra productora. La expansión de esta última se acompañó del Megalitismo, vinculado a la ganadería pastoril trashumante. El neolitización se prolongó hasta la Edad de los Metales. El Calcolítico (segunda mitad del iii milenio) introdujo la cerámica campaniforme. La Edad del Bronce (1800-700 a.C.) mostró crecimiento demográfico y comercio. La llegada del hierro (700 a.C.) inició la minería y marcó el fin de la Prehistoria antes de los romanos.

Cantabria prerromana

Archivo:Cantabria prerromana
Cantabria durante el periodo de las guerras cántabras. El mapa señala las fronteras del territorio cántabro en relación con la Cantabria actual así como las distintas tribus que lo habitaban, los pueblos vecinos, ciudades y accidentes geográficos interpretados a partir de fuentes clásicas.

La primera referencia escrita de Cantabria data de 195 a.C., cuando Catón el Viejo mencionó el origen del río Ebro en territorio cántabro en su obra Orígenes. Desde entonces, las menciones a los cántabros fueron frecuentes debido a su participación como mercenarios en varios conflictos, como la segunda guerra púnica y el sitio de Numancia. Durante las guerras cántabras contra Roma (29 a.C.), se recopilaron alrededor de 150 referencias sobre este pueblo. Los cántabros habitaban un territorio que excedía los límites de la actual Cantabria, viviendo en castros fortificados y manteniendo contactos comerciales marítimos con otros pueblos celtas, como evidencia el Caldero de Cabárceno.

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Reproducción de un antiguo poblado cántabro de la Edad del Hierro en la localidad de Argüeso.

Fuentes clásicas y hallazgos epigráficos revelan que los cántabros, como otros pueblos de la península ibérica, se ofrecían como mercenarios debido a su fiereza y carácter combativo. Según Floro, los cántabros eran conocidos por su violencia y persistencia en la rebelión, atacando a los Vacceos, Turmogos y Autrigones. La actividad bélica era central en su sociedad debido a las limitadas oportunidades agrícolas. Antes de la conquista romana, los cántabros sirvieron con Asdrúbal Barca en 208 a.C. y en el ejército de Pompeyo durante la guerra civil del siglo I a.C., además de aliarse con tribus celtas en la Guerra de las Galias.

Cantabria romana

Archivo:Decumanus Maximus a su paso por las casas de la Llanuca 2
Detalle de las ruinas de Julióbriga, la ciudad más importante de la Cantabria romana. Se observa las columnas que discurren por el Decumanus Maximus.

Después del sometimiento militar por parte de Roma, los cántabros fueron organizados administrativamente para la explotación económica, especialmente de recursos mineros como sal, plomo y hierro. En el año 43, la Legio IIII Macedonica se estableció en Pisoraca (Herrera de Pisuerga), para iniciar la romanización. Sin embargo, la paz era frágil, con insurrecciones en el 16 a.C. La romanización incluyó la integración de élites cántabras y un sincretismo religioso. Julióbriga se fundó alrededor del 15 a.C. y otras ciudades menores también se desarrollaron. Tras las guerras cántabras, los cántabros sirvieron en legiones y cohortes auxiliares, destacando en Moesia y Judea.

Archivo:Hispania3c-es
La península ibérica en torno al 560.
     Visigodos      Asentamientos de colonos visigodos      Asentamientos de colonos visigodos      Suevos      Bizantinos      Cántabros y vascones

Durante los siglos III y IV, Cantabria experimentó una crisis económica y social, con el abandono progresivo de ciudades debido a la presión fiscal y ataques de los bagaudas. La sociedad regresó al medio rural, resurgiendo antiguas estructuras organizativas y aumentando las villas en el campo. Las invasiones bárbaras provocaron una reorganización militar y la fortificación de Monte Cildá y Vellica. En el año 406, los visigodos se establecieron en Hispania, mientras que cántabros y vascones disfrutaban de cierta independencia. En el año 456, los hérulos atacaron la costa cántabra. La región mantuvo su paganismo y una escasa romanización durante este período.

Ducado de Cantabria

Archivo:Ducado de Cantabria
Posibles límites del ducado de Cantabria.

Tras la caída del Imperio romano, Cantabria recuperó su independencia frente al reino visigodo hasta 574, cuando el rey Leovigildo conquistó Amaya. Cantabria se integró como provincia fronteriza del reino visigodo, configurándose un ducado regido por un dux, manteniendo cierta autonomía. Sin embargo, la región experimentó rebeliones y mantuvo arraigadas costumbres bárbaras. Cantabria estuvo involucrada en luchas fronterizas con los francos. En 714, el Califato omeya conquistó los valles del río Ebro y Amaya, obligando a los cántabros a reorganizar su defensa. El término "Cantabria" se desvaneció, prevaleciendo el de "Asturias" en la documentación medieval.

Archivo:Bataille de la Rochelle
Batalla naval de La Rochelle (miniatura francesa del siglo XV). En ella la flota castellana, formada por naves cántabras, obtiene una victoria contundente frente a la armada inglesa, pasando el control del canal de la Mancha a manos de Castilla.

La Hermandad de las Cuatro Villas—Santander, Laredo, Castro-Urdiales, y San Vicente de la Barquera—formó la Hermandad de las Marismas, uniendo importantes puertos al este de Asturias. En el siglo XIV, esta hermandad destacó militarmente en Europa y el Mediterráneo, rivalizando con la Liga Hanseática. Durante la Guerra de los Cien Años, Santander fue base naval clave para los Trastámara, destacándose en batallas como La Rochelle. Los navegantes cántabros contribuyeron significativamente a la Reconquista, participando en la toma de Sevilla y el Reino de Granada. Con los Reyes Católicos, la Hermandad de las Marismas se disolvió, dando lugar al Corregimiento de las Cuatro Villas.

Cantabria en la Edad Moderna

Archivo:Casa de juntas de Puente San Miguel
Casa de juntas de Puente San Miguel. De aquí surgió el 28 de julio de 1778 la provincia de Cantabria, germen moderno de lo que hoy es la comunidad autónoma de Cantabria.

En el siglo XVI, surge el término "La Montaña" para referirse a la cordillera Cantábrica, frente a Castilla la Vieja. Durante la Baja Edad Media y el Antiguo Régimen, Cantabria estuvo dominada por las casas nobiliarias Mendoza, Manrique de Lara y Velasco. La ubicación geográfica de Cantabria generó controversia hasta el siglo XIX. Eruditos defendían ubicarla en el País Vasco, refutada por Enrique Flórez. En el siglo XVIII, Santander polarizó el desarrollo de Cantabria, con iniciativas como el obispado, el título de ciudad y el Consulado del Mar. Surgieron industrias como la naval, la Real Fábrica de Artillería y nuevas manufacturas cerca de Santander.

Provincia de Cantabria

En 1727 se inició el primer intento de crear la provincia de Cantabria. Sin embargo, la autonomía limitada de las entidades locales y la escasez de recursos continuaron debilitando la región, agravado por el centralismo borbónico. Surgieron las Juntas de la Provincia de Nueve Valles para abordar problemas como la reconstrucción del puente de Carlos III y el aumento de la delincuencia. En 1777, en Puente San Miguel, se acordó la unión para formar la provincia de Cantabria, culminando en 1778 con la aprobación real. Santander se impuso como capital, aunque el Ayuntamiento insistió en conservar su nombre.

Siglo XIX

Archivo:Santander.Estatua.a.la.gloria.del.heroe
Estatua erigida en Santander a la memoria del capitán de artillería Pedro Velarde Santillán, héroe cántabro de la Guerra de la Independencia Española muerto durante el levantamiento del 2 de mayo de 1808 en Madrid.

El levantamiento contra la invasión napoleónica de 1808 marca el fin del Antiguo Régimen en España y el comienzo de la Edad Contemporánea. El siglo XIX se define por la lucha entre el liberalismo y las élites privilegiadas. En Cantabria, la burguesía mercantil santanderina impulsa el liberalismo, buscando sus intereses económicos. Sin embargo, temen una revolución popular y optan por un enfoque moderado. La resistencia contra los franceses en la Guerra de la Independencia se organiza desde la provincia. Tras la restauración absolutista de Fernando VII, la burguesía apoya brevemente el liberalismo en 1820, pero su falta de compromiso socava sus esfuerzos. La década ominosa (1823-1833) ve el resurgimiento del absolutismo y el surgimiento de las primeras partidas carlistas en Cantabria.

Archivo:Fernando VII en un campamento, por Goya
Retrato de Fernando VII. Francisco de Goya. Museo Municipal de Bellas Artes deSantander

La Guerra Civil en Cantabria durante la I Guerra Carlista (1833-1840) reflejó la división interna de la región. El carlismo predominaba en las zonas rurales, arraigado en una población agraria, desmovilizada políticamente y sujeta a la nobleza y al clero. El liberalismo se limitaba a núcleos costeros y Santander, donde la burguesía luchaba contra las barreras jurídicas del absolutismo. La cercanía al frente vasco-navarro convirtió a Cantabria en un frente de guerra. El fracaso del proyecto democrático del Sexenio Democrático (1868-1874) se debió a disputas internas, crisis económica y descontento popular. La especialización ganadera surgió como solución ante la estructura minifundista y la falta de reformas agrarias. La emigración masiva hacia América, especialmente de campesinos pobres, exacerbó la situación.

Archivo:Tudancu
Toro y vacas tudancos a los pies del Pico Mozagro, Mazcuerras.

A medida que Cantabria se enfrentaba a una crisis económica en el último tercio del siglo XIX, la burguesía santanderina se vio obligada a reorientar sus inversiones hacia los recursos naturales de la región, como los yacimientos mineros y la ganadería. El aumento de la demanda urbana impulsó la especialización ganadera, primero en carne y luego en leche. La introducción de razas extranjeras más productivas, como la frisona, aceleró este proceso. La aparición de ferias ganaderas en todo el territorio regional evidenció el éxito de esta reorientación, marcando así el comienzo de la producción ganadera que caracterizaría a Cantabria en el siglo siguiente.

Archivo:Santander.Isla.Magdalena
Península de la Magdalena con su palacio. Un símbolo de la próspera burguesía de Santander.

En el siglo XIX, Cantabria experimentó un cambio económico significativo. La pérdida de control sobre el mercado antillano y la disminución de la demanda de harina debido a cambios en la producción de cereales en el interior de la península llevaron a una reorientación económica. La burguesía santanderina invirtió en la ganadería vacuna y la minería, especialmente en zinc y hierro. Aunque inicialmente se beneficiaron del capital extranjero y las exportaciones, esto impulsó el desarrollo de la región, creando empleo y una infraestructura ferroviaria. Sin embargo, también trajo consigo problemas como bajos salarios, malas condiciones laborales y daño ambiental, como la deforestación y la contaminación. El crecimiento económico también polarizó la región, con áreas industrializadas y desarrolladas junto a valles interiores marginados y empobrecidos, una tendencia que se intensificó en el siglo siguiente.

Archivo:Paseo Pereda - Santander
Paseo de Pereda en el Ensanche de Santander. Este ensanche de población, construido entre mediados del siglo XVIII a finales del XIX, es consecuencia del auge económico de la burguesía mercantil. Fue uno de los primeros que se realizaron en España e impulsó el desarrollo urbano de la ciudad, que amplió su espacio construido hacia el este en 2690 m².

En el siglo XIX, Cantabria experimentó cambios demográficos y sociales significativos. La población se duplicó entre 1752 y 1910, concentrándose especialmente en áreas urbanas como Santander y zonas costeras, mientras que el interior se despoblaba. El crecimiento demográfico se aceleró en el siglo XIX, impulsado por la migración y la urbanización. La sociedad cambió, con una creciente población urbana y una tradicional sociedad rural en transformación debido a la economía de mercado. En Santander, el comercio y la expansión económica crearon una nueva élite de comerciantes y clases medias, mientras que en el campo se distinguían distintos estratos sociales, desde grandes propietarios hasta jornaleros empobrecidos. La sociedad rural, aunque predominantemente agraria, también incluía artesanos, funcionarios y comerciantes.

La Restauración

Archivo:Puente de Treto
El puente de Treto une la localidad de Adal y Treto (Bárcena de Cicero) con Colindres. La polémica que rodeó su construcción provocó la pérdida de la hegemonía política del distrito de Laredo-Castro por parte del Partido Liberal.

En el último cuarto del siglo XIX, Cantabria experimentó una relativa estabilidad política bajo el régimen de la Restauración borbónica. El caciquismo regional encontró fácil integración en el sistema canovista debido al carácter burgués-católico de sus élites y a la geografía fragmentada del territorio. Los partidos monárquicos, conservadores y liberales, controlaban la política local, con Santander como excepción debido al apoyo republicano en la población urbana. El sistema electoral se dividió en circunscripciones y distritos, con un control liberal en los distritos y una hegemonía conservadora en la circunscripción, asegurada mediante la inclusión de municipios rurales. Aunque la Restauración se mantuvo sin grandes alteraciones, surgieron divisiones internas en los partidos, reflejando la inestabilidad nacional tras la desaparición de líderes fundadores. Los conservadores se dividieron entre el caciquismo y el regeneracionismo, mientras que los liberales enfrentaron divisiones tras la muerte de sus líderes principales. Los republicanos intentaron reorganizarse, pero se mantuvieron como un partido de notables sin un programa definido.

Archivo:German UC-56 U-boat (27858471034)
Submarino alemán SM UC-56 en Santander el 24 de mayo de 1918. Tras un combate con el yate armado USS Christabel sufrió averías mecánicas que le impedían sumergirse, por lo que tuvo que hacer escala en el puerto de la ciudad, permaneciendo allí durante el resto de la guerra.

A partir de la I Guerra Mundial, el sistema político en Cantabria comienza a deteriorarse debido a la creciente desconexión entre la sociedad y los partidos políticos. La falta de atención a las demandas básicas de los estratos inferiores impulsa el crecimiento de la izquierda obrera, mientras que la desconfianza de la burguesía hacia la clase política se intensifica. Esta desconfianza se alimenta de la escasa influencia de los políticos cántabros en el panorama nacional y la falta de atención a las principales demandas regionales. En 1923, el apoyo al golpe de Primo de Rivera refleja el fortalecimiento del corporativismo político de los grupos económicos provinciales. Durante la dictadura, se forma una nueva red de caciques y se observa un aumento en la organización obrera y rural. Este periodo sienta las bases para la polarización política durante la República, con la izquierda predominando en las zonas urbanas e industrializadas, y la derecha manteniendo su hegemonía en las áreas rurales.

La Segunda República

El 14 de abril, se proclama la Segunda República Española. Santander amanece republicana entre júbilo y estupor, marcando el inicio de la Primera Experiencia Democrática en España. La Segunda República enfrenta una fuerte oposición de la derecha y la izquierda, exacerbada por la Gran Depresión y el ascenso del fascismo. En Cantabria, la República sigue un esquema similar, aunque con características propias. La derecha se fortalece, articulando una nueva coalición en torno a valores tradicionales. El Partido Socialista lidera la izquierda, pero lucha por mantener una alianza con los republicanos. La incapacidad de los republicanos para superar diferencias ideológicas dificulta la estabilización del régimen. La polarización política aumenta, pero la violencia se mantiene baja en Cantabria durante la República. Se plantean iniciativas autonomistas, pero la Guerra Civil interrumpe estos procesos.

La guerra civil

Después del pronunciamiento militar del 18 de julio de 1936, Cantabria permaneció leal a la República, pero su aislamiento la dejó vulnerable. La sublevación fracasó, sorprendiendo a quienes esperaban un apoyo mayor al golpe. El fortalecimiento del movimiento obrero y la falta de coordinación golpista fueron clave en su resistencia. Factores coyunturales como las elecciones de febrero y la muerte de Luciano Malumbres aumentaron la confusión. La rápida reacción de la izquierda, liderada por Juan Ruiz Olazarán, frustró los intentos golpistas. Tras la sublevación, se restauró el orden republicano, aunque se mantuvo un sistema mixto de poder. Cantabria, económicamente frágil, buscó coordinarse con Asturias y Vizcaya, pero la falta de unidad afectó su capacidad de resistencia. La región lanzó ofensivas militares y sufrió bombardeos, destacando la batalla de Santander en 1937.

Archivo:Santoña,Penal de el Dueso
El penal de El Dueso, en Santoña, donde fueron recluidas las tropas republicanas vascas.

La Campaña del Norte (abril-noviembre de 1937) terminó con el control republicano del Cantábrico. Tras la caída de Vizcaya, Cantabria se enfrentó a la ofensiva franquista. La Junta Delegada del Gobierno en el Norte, liderada por Mariano Gamir Ulibarri, coordinó la defensa. El general Fidel Dávila Arrondo comandó las tropas franquistas. Dos líneas de avance rodearon Santander desde Palencia y Burgos y desde el este, capturando Reinosa y Torrelavega. Las tropas vascas capitularon el 24 de agosto (Pacto de Santoña). Santander cayó el 25, y el 1 de septiembre el ejército franquista alcanzó el límite con Asturias. Las causas incluyeron la superioridad militar, la desmoralización y el aislamiento.

Franquismo

Las fuerzas franquistas impusieron una represión brutal en Cantabria tras su ocupación, con alrededor de 2500 muertos y numerosos encarcelados y exiliados. Eliminaron toda huella de tradición liberal, republicana o socialista mediante ejecuciones y expolios. El centralismo del régimen sofocó las reivindicaciones autonomistas. La historia cantábrica bajo Franco se divide en tres etapas: la posguerra marcada por la represión y estancamiento, la recuperación económica en los años 50 con el modelo industrial, y el declive a partir de 1960 debido a políticas gubernamentales que marginaron la región. La propuesta de nombrar la provincia como Cantabria en 1963 no prosperó.

Transición a la democracia

Archivo:Santander.Gobierno.de.Cantabria
Antigua sede del Gobierno de Cantabria

Tras la muerte de Franco, la Transición española permitió el establecimiento de la comunidad autónoma de Cantabria en 1981, reflejado en su Estatuto de Autonomía. Sin embargo, su consolidación enfrentó desafíos debido a la crisis económica de los años 80 y la reconversión industrial. La sociedad cántabra experimentó transformaciones significativas, como la migración hacia la costa y la concentración urbana. La estructura política se vio afectada por la inestabilidad hasta mediados de los 90, caracterizada por escándalos y disputas. A partir de entonces, la estabilización política y económica marcó una nueva fase, con coaliciones gubernamentales y una mejor percepción de las instituciones autonómicas por parte de la población.

El proceso autonómico

El proceso de autonomía de Cantabria, iniciado en 1979, culminó el 30 de diciembre de 1981 con la firma del Estatuto de Autonomía por el rey Juan Carlos I. Este proceso se basó en el precepto constitucional que permitía la autonomía a las provincias con entidad regional histórica. La provincia de Santander se desvinculó de Castilla y salió del régimen preautonómico de Castilla y León. La primera Asamblea Regional provisional se constituyó el 20 de febrero de 1982, marcando el cambio de nombre de la provincia a Cantabria. Las primeras elecciones autonómicas se celebraron en mayo de 1983. En 1995, se llevó a cabo la primera gran reforma del Estatuto de Autonomía.

Galería de imágenes

Véase también

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Historia de Cantabria para Niños. Enciclopedia Kiddle.