Juan Carlos I de España para niños
Datos para niños Juan Carlos I de España |
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Rey de España | ||
![]() Juan Carlos I en 2009
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Reinado | ||
22 de noviembre de 1975-18 de junio de 2014 | ||
Predecesor | Francisco Franco (como Jefe del Estado) (interinamente el Consejo de Regencia) |
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Sucesor | Felipe VI | |
Información personal | ||
Nombre secular | Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón y Borbón | |
Tratamiento | Majestad | |
Otros títulos | Véase Títulos | |
Proclamación | 22 de noviembre de 1975 | |
Coronación | 27 de noviembre de 1975 </ref> | |
Abdicación | 18 de junio de 2014 | |
Nacimiento | 5 de enero de 1938 Roma, Italia |
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Religión | Católico | |
Residencia | Palacio Real de Madrid Palacio de la Zarzuela (privada, 1962-2020) Abu Dabi (desde agosto de 2020) |
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Familia | ||
Casa real | Borbón | |
Padre | Juan de Borbón | |
Madre | María de las Mercedes de Borbón | |
Consorte | Sofía de Grecia (matr. 1962) | |
Hijos | Véase Descendencia | |
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Firma | ![]() |
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![]() Escudo de Juan Carlos I de España
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Juan Carlos I de España (Roma, 5 de enero de 1938) fue rey de España desde el 22 de noviembre de 1975 hasta el 18 de junio de 2014, cuando abdicó la Corona en su hijo Felipe VI. Tras su renuncia, continúa usando el título de rey con carácter honorífico, manteniendo el tratamiento de «majestad», y pasó a ser capitán general de las Fuerzas Armadas en la reserva, aunque sin ejercer funciones constitucionales.
Su reinado se inició con la solemne proclamación, por parte de las Cortes franquistas, el 22 de noviembre de 1975, dos días después de la muerte de Francisco Franco y de acuerdo con la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado de 1947 y la Ley de 22 de julio de 1969 –su padre, Juan de Borbón, legítimo heredero al trono de España, calificó esta ley como "engendro monstruoso" y no renunció a sus derechos dinásticos hasta 1977–. La Constitución española, ratificada por referéndum popular el 6 de diciembre de 1978 y promulgada el 27 de diciembre del mismo año, reconoce explícitamente su persona como rey de España y legítimo heredero de la dinastía histórica de Borbón, y le otorga la Jefatura del Estado. La carta magna confiere a su dignidad el rango de símbolo de la unidad nacional. Antes de su proclamación, debido a la delicada salud de Franco, había desempeñado intermitentemente funciones interinas en la Jefatura del Estado.
La influencia del rey Juan Carlos en la Transición española y su papel durante el intento de golpe de Estado de 1981, así como su apoyo a la integración europea y su contribución a la hora de estrechar relaciones diplomáticas, le hicieron merecedor durante su reinado de múltiples homenajes, reconocimientos, premios y galardones internacionales. A ese respecto, el periodista de la revista Time Howard Chua-Eoan lo consideró «uno de los héroes más improbables e inspiradores de la libertad del siglo xx, al desafiar un intento de golpe militar que pretendía subvertir la joven democracia posfranquista de España».
Sin embargo, la segunda parte de su reinado fue más controvertida. Su imagen ante los medios de comunicación y ante la opinión pública empezó a deteriorarse a raíz del caso Nóos, un juicio por corrupción que implicaba directamente a una de sus hijas, la infanta Cristina, y que culminaría con el ingreso en prisión del esposo de esta, Iñaki Urdangarín. Después, en 2012, el propio monarca sufrió un accidente en Botsuana por el que hubo de ser evacuado a España; por ese percance se supo que había viajado al país africano para participar en una cacería de elefantes patrocinada por influyentes hombres de negocios saudíes y organizada por su entonces amante Corinna zu Sayn-Wittgenstein.
En junio de 2014 abdicó en su hijo Felipe, que subió al trono como Felipe VI. Se decretó, sin embargo, que Juan Carlos conservara de forma vitalicia y honorífica el título de rey, el tratamiento de Majestad y honores análogos a los del heredero de la Corona. Cinco años después, en junio de 2019, comunicó que abandonaba definitivamente la vida institucional, y un año más tarde, debido a las crecientes sospechas de corrupción, fue despojado por Felipe VI de la asignación presupuestaria que venía percibiendo de la Casa del Rey.
El 3 de agosto de 2020, la Casa del Rey hizo pública la voluntad de Juan Carlos de abandonar España ante la repercusión pública generada por «ciertos acontecimientos pasados» de su «vida privada», sin precisar el país de destino, aunque dos semanas después fue la propia Casa del Rey la que, ante las crecientes especulaciones mediáticas y políticas, comunicó que Juan Carlos se encontraba en Abu Dabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos.
El 2 de marzo de 2022, la Fiscalía Anticorrupción archivó las tres causas en curso contra Juan Carlos al considerar que las mismas o estaban prescritas o no se podía imputar «ilícito alguno» por haber tenido lugar con anterioridad al año 2014, cuando el monarca estaba sujeto a la inviolabilidad que recoge el artículo 56.3 de la Constitución española.
Contenido
Biografía
Primeros años (1938-1948)
Juan Carlos (Juanito, o don Juanito, entre los más allegados, para diferenciarlo de su padre) nació en Roma el 5 de enero de 1938, hijo del matrimonio habido entre Juan de Borbón y Battenberg, conde de Barcelona, y de María de las Mercedes de Borbón y Orleans. Al poco de nacer, sus padres se trasladaron a Villa Gloria, una casa de cuatro pisos en el elegante barrio romano de Parioli. Fue bautizado el 26 de enero de 1938 en la capilla del Palacio Magistral de la Orden de Malta de Roma por el cardenal secretario de Estado de la Santa Sede, monseñor Eugenio Pacelli, futuro papa Pío XII, con los nombres de Juan Carlos Alfonso Víctor María de Borbón. Su abuela paterna, la reina Victoria Eugenia, fue la madrina, y su abuelo materno, Carlos Tancredo de Borbón-Dos Sicilias, príncipe de las Dos Sicilias e infante de España, el padrino. En 1942, la familia se mudó a la ciudad suiza de Lausana, donde permanecería hasta 1946, y Juan Carlos fue internado en la prestigiosa escuela Le Rosey.
Formación (1948-1969)
En una reunión celebrada el 25 de agosto de 1948 en el golfo de Vizcaya a bordo del yate Azor, Franco exigió al conde de Barcelona que el niño fuera formado cerca de él en España. El caudillo trataba así de proyectar en Europa una imagen más aperturista del régimen y, a la vez, controlar cualquier movimiento en su contra por parte de don Juan. Este aceptó a regañadientes y, así, el 9 de noviembre de 1948, a los diez años de edad, Juan Carlos viajó desde Estoril hasta la estación de Villaverde en el tren Lusitania acompañado de sus nuevos preceptores, un sacerdote y un guardia civil. Era la primera vez que pisaba territorio español.
Su destino era la finca Las Jarillas, hasta entonces propiedad de los marqueses de Urquijo. El general ordenó que fueran seleccionados ocho chicos de su edad que destacaran por sus raíces aristocráticas o por su inteligencia para ser los futuros compañeros de estudios del ilustre alumno. Los elegidos fueron Alonso Álvarez de Toledo, hijo del marqués de Valdueza; Carlos de Borbón Dos Sicilias, primo hermano por parte de madre; Jaime Carvajal y Urquijo, hijo del conde de Fontanar; Fernando Falcó y Fernández de Córdoba, III marqués de Cubas; el valenciano Alfredo Gómez Torres; el catalán Juan José Macaya, y José Luis Leal Maldonado, que luego sería ministro de Economía durante la Transición. Sus preceptores advierten en él cierto grado de dislexia y que le cuesta mantener la concentración en clase.
Tras el verano de 1949, sin embargo, el deterioro de las relaciones entre Franco y don Juan llevarían a este último a decidir que su hijo no volviera por el momento a España.
Tras un año en Estoril (junto a Lisboa), Juan de Borbón accedió a que Juan Carlos regresara a España en el otoño de 1950 para continuar sus estudios, en esta ocasión acompañado de su hermano menor Alfonso. En el curso académico 1953-1954, Juan Carlos obtuvo el bachillerato. Posteriormente realizó su instrucción militar en la Academia General Militar de Zaragoza (1955-1957), tutelado por Alfonso Armada, un militar de elevado rango que se acaba convirtiendo en su mentor. De allí pasó a la Escuela Naval Militar de Marín en Pontevedra (1957-1958) y, después, a la Academia General del Aire de San Javier en Murcia (1958-1959). Completó su formación en la Universidad de Madrid, donde cursó estudios de Derecho Político e Internacional, Economía y Hacienda Pública.
Muerte trágica de Alfonso
A mediados de marzo de 1956, don Juan había logrado reunir a sus cuatro hijos en Estoril para celebrar la Semana Santa de ese año. El día 29, festividad de Jueves Santo, la familia al completo asistió a los oficios religiosos y después se retiró a su residencia familiar. Juan Carlos, que ya había cumplido 18 años, y su hermano Alfonso, cuatro años menor que él, subieron al cuarto de juegos mientras esperaban la cena; querían seguir probando un pequeño revólver, un Long Automatic Star del calibre 22, que alguien les había regalado unos días antes y que, en contra de la voluntad expresa de su padre, seguían manipulando en secreto.
Poco después de las ocho de la tarde se oyó un disparo. Doña Mercedes recordaría así en sus memorias el instante que siguió a la detonación: «Oí a Juanito que bajaba las escaleras diciéndole a la señorita que teníamos entonces: “¡No, tengo que decírselo yo!”. A mí se me paró la vida». Don Juan y ella subieron a toda prisa y encontraron a su hijo menor en el suelo, inconsciente y en medio de un charco de sangre: la bala le había alcanzado la cabeza. Don Juan trató de taponarle las heridas, pero fue inútil. Entonces, tomó la bandera de España que presidía el salón y, tras cubrir el cuerpo de su hijo muerto, se volvió hacia Juan Carlos increpándole: «Júrame que no lo has hecho a propósito».
Al día siguiente, 30 de marzo, la embajada española en Lisboa publicó, por orden expresa de Franco, un escueto comunicado oficial que rezaba así:
Mientras su Alteza el Infante Alfonso limpiaba un revólver aquella noche con su hermano, se disparó un tiro que [...] le mató en pocos minutos. El accidente se produjo a las 20.30, después de que el Infante volviera del servicio religioso del Jueves Santo, en el transcurso del cual había recibido la santa comunión.
Toda la prensa se hizo eco de la versión oficial. El diario Arriba titulaba: «Al disparársele una pistola, muere el infante don Alfonso de Borbón». Esta versión fue rebatida enseguida por una publicación italiana, que aseguraba que en realidad era Juan Carlos el que empuñaba el arma en el momento del disparo. La evidencia historiográfica que avala esta segunda versión, que en ningún momento fue negada por la familia, es abrumadora.
Don Alfonso fue enterrado en el cementerio de Cascaes el sábado 31 de marzo. Tras la ceremonia, don Juan se subió a bordo de su imponente Bentley de color negro para desplazarse a una zona costera indeterminada y, una vez allí, arrojó la pistola al mar. «Ningún policía puede examinar el arma; ningún juez investiga los hechos; ningún forense examina el cadáver. Lo que ocurrió en aquella habitación solo lo sabe Juan Carlos». El hermano mayor del conde de Barcelona, Jaime de Borbón, enfrentado a él por cuestiones dinásticas, exigió una investigación judicial del suceso.
Cuarenta y ocho horas después de la tragedia, Juan Carlos, siguiendo las órdenes de su padre, volvió a Zaragoza a continuar su instrucción.

Boda con Sofía de Grecia
Sofía conoció a Juan Carlos en 1954, en un crucero que había organizado su madre, Federica de Hannover, con el fin de hermanar a las familias monárquicas de Europa y, sobre todo, a sus jóvenes generaciones. Seis años después, ambos viajaron a Londres para asistir a la boda de Eduardo de Kent con Catalina Worsley. El protocolo de celebración del evento resultó providencial, pues hizo que ambos quedaran emparejados y que surgiera «el flechazo».
El 13 de septiembre de 1961 se anunció oficialmente el compromiso. Ocho meses después, el 14 de mayo de 1962, la pareja contraía matrimonio por los ritos ortodoxo y católico. La ceremonia nupcial se celebró en la catedral católica de Atenas, y después tuvo lugar en la basílica de Santa María una ceremonia ortodoxa. Con anterioridad a su celebración, Franco había manifestado su interés en que Juan Carlos y Sofía vivieran en España, de modo que, a principios de 1963, y a pesar de la oposición inicial de Juan de Borbón, el matrimonio se trasladaba a Madrid para fijar su residencia en el Palacio de La Zarzuela.
Príncipe de España (1969-1975)
De haberse cumplido las reglas dinásticas, la sucesión habría debido recaer en el padre de Juan Carlos, Juan de Borbón y Battenberg, tercer hijo y heredero de los derechos dinásticos de Alfonso XIII. Sin embargo, las no muy cordiales relaciones entre don Juan y Franco determinaron el salto en la línea de sucesión y el nombramiento de Juan Carlos como príncipe de España, título de nuevo cuño con el que Franco pretendía salvar distancias con respecto a la monarquía liberal. Dicho salto fue aceptado por el príncipe, lo que creó un conflicto interno en la Casa Real de Borbón.
Ese conflicto se hizo explícito el 5 de marzo de 1966. Para esa fecha se había convocado una reunión del Consejo Privado del Conde de Barcelona en el hotel Palacio, en Estoril, con el fin de conmemorar el vigésimo quinto aniversario de la muerte de Alfonso XIII. La reunión pretendía ser un acto de reafirmación de los derechos dinásticos de Juan de Borbón y, para ello, la presencia del hijo constituiría la renuncia expresa de este a suplantar a su padre. Pero Juan Carlos en los días previos pretextó que sufría una indisposición y declinaba su asistencia. Juan de Borbón consideró aquel desplante la ruptura de la unidad dinástica por parte de su hijo. Y es que en los oídos de don Juan aún resonaban las palabras de Juan Carlos, el 21 enero, al Times: «Yo nunca, jamás aceptaré la corona en tanto mi padre viva».

Finalmente, amparándose jurídicamente en la Ley de Sucesión de 1947, en julio de 1969 Franco designó a Juan Carlos como sucesor a título de rey, nombramiento que sería ratificado por las Cortes Españolas el 22 de julio de 1969. Ante la Cámara, ese mismo día el joven príncipe juró guardar y hacer guardar las Leyes Fundamentales del Reino y los principios del Movimiento Nacional, es decir, el ideario franquista. En cualquier caso, el Conde de Barcelona no renunciaría oficialmente a sus derechos sucesorios hasta 1977.
Juan Carlos I asumió interinamente la jefatura del Estado entre el 19 de julio al 2 de septiembre de 1974, y después desde el 30 de octubre hasta el 20 de noviembre de 1975 por enfermedades de Franco. El 9 de julio de 1974, Franco era ingresado por una flebitis en la pierna derecha. Antes de partir hacia el hospital, llamó al presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, y al presidente de las Cortes, Alejandro Rodríguez de Valcárcel, para que prepararan el traspaso interino de poderes al príncipe. Con todo, dos días más tarde, Juan Carlos, que no quería un traspaso interino por parte de Franco, intentó persuadir a Arias para que hiciera ver al dictador que debía traspasarle el poder de manera definitiva. Ante la negativa del presidente del Gobierno, el príncipe pidió a Franco que no firmara el decreto de traspaso. El 19 de julio, el estado del dictador se agravó, por lo que Arias acudió al hospital para que aprobara el traspaso. El yerno de Franco, Cristóbal Martínez-Bordiú, intentó impedir que Arias entrara en la habitación del jefe del Estado. Finalmente consiguió acceder, tras lo cual convenció al dictador para que cediera el poder de manera interina, lo que provocó la furia del marqués de Villaverde y de la esposa del dictador, Carmen Polo. Juan Carlos asumía por primera vez la jefatura del Estado de manera interina.
Tras un nuevo empeoramiento de la salud de Franco, el 23 de octubre de 1975, Valcárcel y Arias Navarro acudieron a La Zarzuela para proponer al príncipe que asumiera de nuevo interinamente la jefatura del Estado. Juan Carlos se negó si la sustitución no era definitiva. El 30 de octubre, a Franco le sobrevino una peritonitis. Informado de la gravedad de su estado por el equipo médico que lo atendía, el dictador ordenó que el príncipe Juan Carlos asumiera sus funciones. Juan Carlos, tras cerciorarse de que la enfermedad del dictador era terminal, aceptó.
El 28 de abril de 1975 el rey Hassan II de Marruecos anunció la marcha verde sobre el Sahara Occidental en una radio francesa. Esta fue una operación ideada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos que contaría con su apoyo logístico y el de la CIA. La noche del 16 de octubre el rey alauí anunció la marcha verde en un discurso en la televisión marroquí. El 2 de noviembre Juan Carlos visitó El Aaiún y declaró que España respetaría sus compromisos internacionales. La marcha verde tuvo lugar entre el 6 y el 9 de noviembre. El plan consistió en transportar a 300 000 civiles con unidades militares armadas camufladas entre ellos. El 14 de noviembre se firmó el Acuerdo Tripartito de Madrid, por el cual España cedía el Sahara Occidental a Marruecos y Mauritania.
Reinado (1975-2014)

Al anunciarse la muerte de Franco (20 de noviembre de 1975), Juan Carlos juró acatar los Principios del Movimiento Nacional, destinados a perpetuar el franquismo. Fue proclamado rey de España por las Cortes Españolas como Juan Carlos I de España el 22 de noviembre de 1975. Cinco días después, acompañado por su familia, entrando bajo palio y tras besar el lignum crucis, fue confirmado en una ceremonia de unción y exaltación llamada «Misa de Espíritu Santo», celebrada en la iglesia de San Jerónimo el Real, en Madrid.
Fundándose en las facultades que las propias leyes franquistas le otorgaban —y a las que a la vez estaba sujeto—, impulsó el cambio de régimen para facilitar el advenimiento de la democracia. Uno de sus hombres de confianza, el jurista Torcuato Fernández Miranda, se propuso buscar un respaldo jurídico para el cambio de rumbo político y proteger así al monarca de una posible acusación de perjuro. El resquicio legal lo iba a hallar en la propia Ley de Sucesión, que en su artículo décimo permitía reformar, e incluso derogar, leyes fundamentales:
Son Leyes fundamentales de la nación: el Fuero de los Españoles, el Fuero del Trabajo, la Ley Constitutiva de las Cortes, la presente Ley de Sucesión, la del Referéndum Nacional y cualquiera otra que en lo sucesivo se promulgue confiriéndole tal rango.
El «ardid» de Fernández-Miranda, la «llave maestra» que permitiría ir «de la ley a la ley», fue elaborar una nueva (la octava) que derogaba todas las anteriores. Así echó a andar la Ley para la Reforma Política y se iniciaba la Transición.
El 14 de mayo de 1977, su padre, el conde de Barcelona, renunció definitivamente a sus derechos dinásticos históricos. En el solemne acto de abdicación estuvo presente, entre otros, Landelino Lavilla en calidad de notario mayor del Reino; tras la ceremonia Don Juan declaró que renunciaba «con mucho amor a España y cariño por mi hijo». Se reanudaba así en España la Casa de Borbón. Tras la proclamación de Juan Carlos I como rey de España, Felipe se convirtió en heredero de la Corona y el 1 de noviembre de 1977 asumió el título de Príncipe de Asturias.
El 22 de junio de 1977, Juan Carlos I envió una carta al sah de Irán, Reza Pahleví, en la que confirmaba su apuesta por la democracia, pero veía peligrar la monarquía, puesto que Adolfo Suárez, el candidato de su «plena confianza» y que consideraba soporte del sistema monárquico, carecía de las fuentes externas de financiación que disponían otras ideologías como la derecha, los comunistas y los socialistas, recalcando de estos últimos su ideología marxista (el PSOE se definió como tal hasta 1979). Finalmente, el rey solicitaba al sah «en nombre del partido político del presidente Suárez» un préstamo de diez millones de dólares como su «contribución personal al fortalecimiento de la monarquía española». La carta fue desvelada tras la publicación en 1991 del diario de Asadollah Alam, ministro del Interior y primer ministro del sah.
Durante su reinado se aprobó la Constitución española, que define las funciones del rey, suprimiendo toda participación política de la Corona y convirtiendo España en una monarquía parlamentaria; asimismo, el artículo 57 de la Constitución le reconoce como el heredero legítimo de la «dinastía histórica». La Constitución fue ratificada en referéndum del 6 de diciembre y el rey la sancionó el 27 de diciembre.
En 1979 Jimmy Carter envió al senador Edmund Muskie a Europa para tratar de asuntos que afectaban a los EE. UU. y Europa. Edmund Muskie y el embajador Terence Todman hablaron con Juan Carlos I. Un telegrama secreto con un resumen de esta conversación se envió al Departamento de Estado, fue desclasificado en 2014 y divulgado por el historiador Charles Powell. En el telegrama se dice que Juan Carlos I estaba dispuesto a ceder Melilla a Marruecos y convertir a Ceuta en un protectorado internacional, añadiendo que el ejército protestaría pero que el malestar "duraría sólo dos meses" y que él podría "controlar la situación".
Uno de los episodios más delicados a los que tuvo que hacer frente el rey Juan Carlos I fue el intento de golpe de Estado de 1981, conocido como «el 23-F». El día 23 de febrero por la tarde, durante la segunda votación de la investidura del candidato a la Presidencia del Gobierno Leopoldo Calvo-Sotelo, se produjo la toma del Congreso de los Diputados por parte de fuerzas de la Guardia Civil al mando del teniente coronel Antonio Tejero. Simultáneamente en la Capitanía General de la III Región Militar (Valencia) el teniente general Jaime Miláns del Bosch ocupó las calles de la ciudad con tanques y hubo diversos conatos en otros puntos, tales como la toma de los estudios de Televisión Española en Prado del Rey.
En la madrugada del día 24, Juan Carlos I se dirigió al país por televisión para desautorizar tajantemente la intentona golpista (que creía contar con el apoyo de la Corona). El último párrafo de su mensaje sentenciaba:
La Corona, símbolo de la permanencia y unidad de la Patria, no puede tolerar en forma alguna acciones o actitudes de personas que pretendan interrumpir por la fuerza el proceso democrático que la Constitución votada por el pueblo español determinó en su día a través de referéndum.
Su intervención resultó providencial para el futuro de la democracia; como consecuencia, la institución representada por el monarca salió reforzada y quedó virtualmente consolidada no solo ante la ciudadanía sino también ante sectores políticos que hasta entonces no eran muy afines a esa forma de gobierno.
El 9 de febrero de 2012, el semanario alemán Der Spiegel publicó un cable diplomático desclasificado por Alemania según el cual el rey habría mostrado simpatía por los golpistas durante un encuentro con el entonces embajador de Alemania en España, Lothar Lahn. En respuesta, Rafael Spottorno, jefe de la Casa del Rey, desmintió esta atribuida simpatía y afirmó: «Ni su Majestad el Rey ni esta Casa acostumbran a valorar escritos u opiniones de terceros, que son responsabilidad exclusiva de sus autores, y que en este caso concreto no se compadecen con la realidad de unos hechos cuyo desarrollo y corolario final son de público conocimiento».
El 21 de septiembre de 1992, el entonces príncipe Salmán bin Abdulaziz de Arabia Saudí y Juan Carlos I de España inauguraron la mezquita de la M-30, financiada con 2000 millones de pesetas del rey Fahd de Arabia Saudí.

En 1992, ante las especulaciones acerca de que Juan Carlos mantenía una relación sentimental con la mallorquina Marta Gayá, tanto el jefe de la Casa del Rey, Sabino Fernández Campo, como el presidente del Gobierno, Felipe González, manifestaron su preocupación sobre que se pudiera haber orquestado una campaña contra el rey.
La publicación en 1993 por el aristócrata José Luis de Vilallonga de El Rey, última biografía autorizada hasta el momento por el rey Juan Carlos, suscitó controversia, por cuanto la edición española omitía comentarios de Juan Carlos I acerca del 23-F que sí aparecían en otras ediciones europeas del libro, del mismo modo que ponía en boca de Vilallonga comentarios que en otras ediciones se atribuían al propio Juan Carlos. Vilallonga había declarado meses antes en una entrevista que el rey le había pedido que, respecto del 23-F, en el libro, «dijese yo [por Vilallonga] casi todas las cosas».
El 12 de diciembre de 2011, tras las informaciones aparecidas en los medios de comunicación acerca de la probable imputación por malversación, fraude, prevaricación, falsedad y blanqueo de capitales del yerno del rey, Iñaki Urdangarin, duque consorte de Palma de Mallorca, La Zarzuela anunció que lo apartaba de todos los actos institucionales, por entender que su conducta no había sido «ejemplar». Además, durante su tradicional mensaje de Nochebuena, el rey insistió en la necesidad de un comportamiento ejemplar por parte de todas las personas con responsabilidades públicas, tras lo que afirmó que «la justicia es igual para todos», lo que se interpretó como una alusión a la probable imputación de su yerno. Con todo, tras su discurso en la solemne apertura de la X Legislatura, el 27 de diciembre, Juan Carlos lamentó que se hubiera personalizado su mensaje de Navidad. Dos días más tarde, el juez instructor José Castro imputaba a Iñaki Urdangarin.
Durante su declaración ante el juez instructor en Palma, los días 25, 26 y 27 de febrero de 2012, Urdangarin manifestó que el rey le había pedido que abandonara sus negocios en marzo de 2006. Sin embargo, el 16 de abril de 2012, se hicieron públicos tres correos electrónicos escritos por Urdangarin y aportados al juez instructor por su exsocio, Diego Torres, que implicarían al rey en negocios a favor de su yerno con posterioridad a esa fecha.
El 14 de abril de 2012, Juan Carlos I sufrió una fractura de cadera durante una cacería de elefantes a la que había sido invitado en Botsuana, lo que levantó críticas desde distintos ámbitos debido a que ocurrió en la peor semana de la crisis económica y tras un discurso en el que el rey había pedido "rigor" y "sacrificios" a los españoles. Mientras que Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español no quisieron valorar públicamente el percance, Izquierda Plural, Unión Progreso y Democracia y Esquerra Republicana de Catalunya anunciaron que preguntarían al Gobierno por este asunto en el Congreso de los Diputados. El lendakari, Patxi López, afirmó que «no estaría mal» una disculpa pública por parte del monarca. El 18 de abril, al salir del hospital donde fue intervenido, el rey se disculpó públicamente por esos hechos, situación sin precedentes desde que comenzara su reinado, calificada como un episodio absolutamente nuevo en toda la historia de la realeza.
En el año 2013, a raíz de salir a la luz la «estrecha relación» que el rey mantenía con la empresaria alemana Corinna zu Sayn-Wittgenstein, algunos medios de comunicación hicieron público que la Casa del Rey, utilizando dos millones de euros procedentes de fondos públicos de Patrimonio Nacional, remodeló profundamente la finca La Angorrilla —lugar muy cercano al Palacio de la Zarzuela, donde durante varios años habría vivido Corinna.
Abdicación y retiro (2014-2019)

El 2 de junio de 2014, Juan Carlos I manifestó su deseo de abdicar en su hijo Felipe. Para ello, según el artículo 57 de la Constitución Española, que es el que regula la sucesión al trono, se precisaba la aprobación de una ley orgánica por parte de las Cortes Generales reunidas en sesión solemne. Así sería dictada dos semanas después la Ley Orgánica 3/2014,[1] que en el Congreso de los Diputados obtuvo 299 votos a favor, 19 votos negativos y 23 abstenciones y en el Senado 233 votos a favor, 5 votos en contra y 20 abstenciones.

El mismo día de hacerse público el anuncio, los principales partidos republicanos, como IU, BNG y ERC, así como movimientos sociales antimonárquicos y radicalistas,como la Coordinadora 25-S y el Movimiento 15-M, convocaron manifestaciones en las principales capitales del país y en otras localidades para reivindicar la república y la celebración de un referéndum sobre la forma de Estado. En Cataluña y en otras comunidades se sumaron fuerzas independentistas. La respuesta fue multitudinaria. Unos días después, el sábado 7 de junio se impulsaron nuevas protestas, que, sin embargo, registraron una participación sensiblemente menor.
En cualquier caso, siguió ostentando un notable papel institucional. Además de intervenir en una treintena de actos públicos, acudió a unos cien eventos en representación de la Familia Real e, incluso, del Estado, como el funeral de Fidel Castro, la toma de posesión de Mauricio Macri o la apertura solemne de las conversaciones de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC.
Durante este periodo disponía de su propia secretaría y continuó residiendo en el Palacio de la Zarzuela.
A finales de mayo de 2019, Juan Carlos comunicó oficialmente a Felipe VI que se retiraba definitivamente de la vida pública y que ya no participaría en actos oficiales.
En marzo de 2020, el Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana y otros partidos registraron en el Congreso de los Diputados una iniciativa en la que solicitaban la creación de una comisión de investigación; el objetivo era determinar las responsabilidades «civiles, éticas y políticas» del exjefe de Estado en relación con una «donación» de 100 millones del año 2012 y relacionada con el entonces monarca, su amiga Corinna Larsen y la adjudicación de grandes obras en Arabia Saudita.
El mismo mes, fue el propio rey, Felipe VI, el que emitió un comunicado en el que renunciaba a la herencia de su padre, «así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera cuyo origen, características o finalidad puedan no estar en consonancia con la legalidad y los criterios de rectitud e integridad que rigen su actividad institucional y privada». Según los estatutos de las sociedades Fundación Lucum y Fundación Zagazka, Felipe sería el beneficiario directo en caso de fallecimiento de su padre y encargado del sostenimiento del resto de la familia. Comunicó asimismo que retiraba a su padre la asignación que cobraba de los presupuestos de la Casa del Rey.
Salida del país (2020-presente)
El 3 de agosto de 2020, la Casa del Rey hizo pública una carta en la que Juan Carlos, dirigiéndose a su hijo el rey, informaba de su voluntad de salir del país debido a la repercusión pública creciente de «ciertos acontecimientos pasados» de su «vida privada». Con ello parecía aludir a las investigaciones abiertas en Suiza y en España sobre los supuestos fondos de Juan Carlos I acumulados en paraísos fiscales. Por su parte, el rey, a través del mismo comunicado, resaltaba la importancia histórica del reinado de su padre y le mostraba su «agradecimiento» por la decisión tomada.
Tras conocerse la noticia, diversos medios especularon con la posibilidad de que cuando la carta se hizo pública Juan Carlos en realidad ya había abandonado el país. En un primer momento, ni desde la Casa del Rey ni desde la presidencia del Gobierno se quiso desvelar el paradero del rey Juan Carlos. El Gobierno, a través del ministro del Interior Fernando Grande Marlaska, vino a reconocer que el Estado español seguía asumiendo el coste del dispositivo de seguridad del padre del rey en el nuevo lugar de destino. Pero el 17 de agosto de 2020 finalmente la Casa Real española confirmó que Juan Carlos I se encontraba en los Emiratos Árabes Unidos desde el 3 de agosto, el mismo día que fue anunciada su decisión de abandonar España y fijar su residencia en otro país.
Coincidiendo con la aparición de estas informaciones, más de setenta ex altos cargos españoles suscribieron un manifiesto en su apoyo por su reinado. Entre los firmantes se encontraban políticos retirados como Rodolfo Martín Villa, Alfonso Guerra, Matilde Fernández, Josep Piqué y Esperanza Aguirre o historiadores como Juan Pablo Fusi y Carmen Iglesias.
Demanda judicial por acoso
En julio de 2021, el Financial Times reveló que el Tribunal Superior británico había admitido a trámite en diciembre una demanda de Corinna Larsen contra Juan Carlos y el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) por vigilancia ilegal y acoso psicológico. La empresaria denunciaba que desde 2012 estaba siendo vigilada por agentes españoles desplazados a Londres y que había recibido amenazas directas del propio jefe de los servicios secretos españoles, Félix Sanz Roldán en nombre del monarca.
Visita de fin de semana
En mayo de 2022 regresó a España en una visita de carácter privado, incluyendo un encuentro en el Palacio de la Zarzuela con su hijo, el rey Felipe VI.
Valoración
Entre historiadores y cronistas de la época hay un consenso generalizado en que con la primera parte de su reinado Juan Carlos dejó un legado «histórico», para el pueblo español, que a su vez agradecía su carisma y su contribución a la modernización del país. Fue gracias a ese carisma como el monarca alcanzó su mayor nivel de popularidad en 1992, tras inaugurar solemnemente los Juegos Olímpicos de Barcelona y asistir a multitud de eventos deportivos.
En palabras del periodista Álvaro de Cózar (XRey, cap. 8: «Los años raros»):
El monarca grita, sufre en las competiciones y todo el país le ve saltarse el protocolo para celebrar el éxito de los deportistas y abrazarles [sic]: se consolida una marca, El Campechano, y un movimiento, el juancarlismo. Si el rey fue alguna vez el rey de un pueblo, probablemente fue en aquel verano de 1992.
Eso no duraría mucho tiempo. A ese afortunado periodo de su reinado le siguió otro más turbio, plagado un sinfín de conductas irregulares; el periodista José Antonio Zarzalejos describe así este comportamiento:
En la senectud [Juan Carlos] perdió quizás las referencias de la realidad, se desnortó y, al hacerlo, continuó con ese reiterado destino del sus antepasados en los que, sobre la dignidad de su cargo, se impusieron las pulsiones de los hombres y mujeres vulgares: la avaricia, la promiscuidad y la prepotencia.
Confianza ciudadana

Según diversos sondeos de opinión, durante la mayor parte de su reinado el rey gozó de un nivel de popularidad muy elevado en España y en ciertas partes de Iberoamérica, donde llegó a ser considerado el líder más popular en 2008. Su figura, considerada una garantía de orden y estabilidad, siempre gozó de un elevado apoyo popular, incluso durante los primeros años de la crisis económica iniciada en 2008, mientras se producía un profundo desencanto ciudadano hacia el resto de instituciones del Estado.
Sin embargo, esta tendencia sufrió el primer cambio drástico en abril de 2012, tras saberse que había participado en una cacería llevada a cabo en Botsuana durante los peores momentos de la crisis económica. En aquel momento, el apoyo de la población, que se encontraba en el 74 %, cayó hasta el 52 %. A pesar de que el porcentaje de aprobación creció lentamente y se situó en diciembre del mismo año en el 58 %, en 2013 este porcentaje se desplomó. En abril de aquel año, por primera vez, y pese a seguir siendo la figura del sistema político español con mejor valoración —por encima de los ayuntamientos, el Parlamento, el Gobierno, los partidos políticos y los representantes políticos—, la mayoría de la población (53 %) desaprobaba la forma en que el rey desempeñaba sus funciones, frente al 42 % que sí la aprobaba. No obstante, dos meses después de este dato, la confianza ciudadana subió ocho puntos porcentuales hasta situarse en el 50 % de aprobación. A pesar de situarse lejos de los datos obtenidos en años anteriores, el apoyo ciudadano seguía siendo superior al obtenido por el resto de instituciones del sistema político español y también superior al obtenido por otros jefes de Estado en sus respectivos países (como en Estados Unidos, Francia o Italia).
En un sondeo de opinión realizado en junio de 2014, pocos días después de anunciarse su abdicación, el rey Juan Carlos obtuvo un 6,9 sobre 10 a la hora de calificar el respeto que inspiraba su figura entre la ciudadanía.
A pesar de la renuncia, la institución de la Corona no recuperó la popularidad perdida; de hecho, en el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas de abril de 2015 apenas obtenía un 4,34 sobre 10. Desde ese año, el organismo ya no pregunta a los españoles sobre la Jefatura del Estado.
Críticas
Algunas ONG y movimientos sociales sostuvieron que, en sus visitas a Marruecos, el rey actuaba como intermediario del Gobierno español en la venta de armas a este país que habrían sido utilizadas para reprimir al pueblo saharaui. También se le ha criticado su conocida amistad con las familias reales de países de Oriente medio como Arabia Saudí, Kuwait o Emiratos Árabes Unidos, países con regímenes autoritarios, destacando el caso de Arabia Saudí, cuya monarquía absoluta controla todos los organismos del Estado y ha sido durante años acusada de corrupción masiva y de constituir un régimen feudal y no libre.
Dentro de las críticas al rey a menudo también se han incluido a los medios de comunicación españoles, que según sus críticos dan una imagen deliberadamente positiva de su figura, que incluso algunos medios extranjeros han señalado como un auténtico culto a la personalidad.
Otras críticas se refirieron a la irresponsabilidad penal del monarca, consagrada en la Constitución Española, que lo hacían inimputable por cualquier delito que pudiera cometer. Además, diversos autores han señalado el tabú existente en los medios de comunicación españoles en torno a la figura del rey. También ha sido criticado en algunos sectores su papel en el 23-F, el fallido golpe de Estado que tuvo lugar en 1981, pues el rey habría sabido previamente de su existencia o incluso podría haber sido partícipe. Del mismo modo, algunos autores consideraron inadecuado el ¿Por qué no te callas? que el rey espetó al presidente venezolano Hugo Chávez en la XVII Cumbre Iberoamericana.
En el año 2007, The Times, uno de los periódicos más importantes del Reino Unido, criticó el "lujoso estilo de vida" del rey y la "idealización" que se ha hecho de su figura durante 30 años.
Según una investigación periodística del diario Público, que tuvo acceso a documentos clasificados, publicada en 2014, el rey Juan Carlos I habría intermediado entre la dictadura militar de Jorge Rafael Videla en Argentina y el gobierno de España presidido por Adolfo Suárez desde 1976. Según la investigación y los documentos confidenciales, España habría proporcionado ayuda económica a través de acuerdos comerciales y diplomáticos. A su vez, el rey también habría hecho de intermediario entre la dictadura argentina y grandes empresarios y banqueros españoles, entre los que se encontraría Emilio Botín padre, propietario del Banco Santander. La necesidad de Argentina por obtener divisas provendría de los grandes gastos que suponían en esos años sus programas de represión política (véase Vuelos de la muerte y Desaparecidos durante el Proceso de Reorganización Nacional). La investigación también señalaba el intercambio de regalos y condecoraciones entre altos cargos de ambas naciones —por ejemplo el rey en 1978 le concedió a Videla la gran cruz de la Orden del Mérito Militar y el collar de la Orden de Isabel la Católica, mientras que el entonces príncipe Felipe (Felipe VI) fue nombrado por la Armada Argentina Guardiamarina Honoris Causa en 1981—. España también habría dado cursos a 33 militares argentinos entre 1976 y 1983 (ya en democracia) partícipes de la represión en su país.
Fortuna personal
En septiembre de 2012, el diario neoyorkino The New York Times publicó un artículo titulado «Chastened King Seeks Redemption, for Spain and His Monarchy» (‘Un escarmentado rey busca redención para España y su Monarquía’). En el texto, difundido cinco días después de que el monarca visitara al periódico para explicar la situación española y mejorar la imagen del país, se indicaba, entre otros datos, que «la fortuna de la Familia Real española ha sido estimada en hasta 2.300 millones de dólares [casi 1.800 millones de euros]». Fuentes del diario neoyorquino indicaron posteriormente que el cálculo no había sido producto de una investigación propia, sino que se basaba en un promedio de cifras ya publicadas.
Las únicas publicaciones que hasta esa fecha habían aventurado una cifra que tasara la fortuna del rey de España habían sido las revistas Eurobusiness (2000 y 2002) y Forbes (2003). Fue esta última la que justificó la inclusión del monarca español en sus listas de 2003 basándose en el dato que un año antes había publicado Eurobusiness, que hablaba de una fortuna personal del monarca valorada en 545 millones de euros y que controlaba bienes familiares por valor de otros 1.136 millones:
La familia del Rey Juan Carlos heredó un número importante de propiedades en España y en otros lugares de Europa, incluyendo una en la isla de Mallorca [...]. También recuperó obras de arte. Pero la fuente más importante de la fortuna de la Familia Real española procede de una fundación organizada, a finales de los 40, para la restauración de la monarquía por el General Franco. El Rey tiene una fortuna personal valorada en 545 millones de euros y controla bienes familiares por valor de otros 1.136 millones de euros.
En aquella ocasión el Gobierno y la Casa del Rey sí tuvieron conocimiento de la información y reaccionaron desmintiéndola. El embajador español en Reino Unido, país en el que se editaba la revista, envió una carta al director de la misma en la que le transmitía «el estupor de la Casa de Su Majestad el Rey de España» y calificaba de «disparatada» la estimación de Eurobusiness, a lo que añadía la posible explicación al «erróneo» cálculo de la revista:
La disparatada cifra de 1.700 millones de euros sólo se puede explicar por haber entendido ustedes, erróneamente, que los bienes públicos propiedad del Patrimonio Nacional, del Estado español, son propiedad privada de Su Majestad el Rey, lo cual es evidentemente inexacto [...] Su Majestad efectúa anualmente, como el resto de los españoles obligados a ello, las correspondientes declaraciones de renta y patrimonio.
Sobre la cuestión de si los bienes inmuebles de Patrimonio Nacional fueron incluidos en la estimación de la fortuna, el artículo de The New York Times sentencia: «una suma [los 2.300 millones de dólares] que sus defensores afirman que fue inflada por la inclusión de propiedades del gobierno».
En línea con el dictamen del Gobierno, la prensa generalista española calificó el dato de «exorbitante» e «inverosímil», de «cálculo incorrecto», de «cifra equivocada» e «inflada» o de «chocante». Sin embargo otras voces, como la del economista Roberto Centeno, que acusó al monarca y a su antiguo administrador, Manuel Prado y Colón de Carvajal, de cobrar, desde finales de la década 1970, mientras fue consejero delegado de la compañía petrolífera Campsa, un porcentaje por el petróleo importado por el Estado español desde países de Oriente Medio; según sus afirmaciones, la comisión era de 1 a 2 dólares por barril, lo que significaba unos dos millones de euros por buque. En 2015 se filtró una conversación, grabada por el Centro Nacional de Inteligencia, durante la cual el empresario Javier de la Rosa afirmaba que el asesor económico Arturo Fasana, implicado en varias tramas de corrupción y lavado de dinero, «guardó» en algún momento 300 millones a Juan Carlos I. Centeno sostiene que, tras hacerse él responsable, en el ejercicio de sus responsabilidades, de la contratación de un cargamento de petróleo kuwaití, el entonces ministro de Hacienda, Francisco Fernández Ordóñez, le hizo llegar una llamada de atención para que no volviera a formalizar contrato de suministro de petróleo alguno en Oriente Próximo porque —le advirtió— ese terreno estaba «reservado» para Manuel Prado y Colón de Carvajal. Según el economista, Fernández Ordóñez llegó a decirle: «Mira, ha estado aquí Manolo Prado, que se ha enterado de que estabas en Kuwait y me ha montado un pollo que no puedes imaginar; me ha dicho que Arabia Saudí y los Emiratos son exclusivamente suyos y nadie más que él puede negociar ni un barril, así que ni se te ocurra volver a hacer nada parecido». Y termina asegurando que Juan Carlos I, a través de su representante y administrador privado, Manuel de Prado, «tenía el monopolio de nuestros suministros extra durante la crisis del petróleo», y que «Hacienda pagaba por el petróleo lo que ponía en la factura, sin entrar en averiguación alguna y menos cometer la ordinariez de decir que se podía comprar más barato cuando el conseguidor era Prado».
En el verano de 2021, el diario digital Público reveló el resultado de una serie de investigaciones sobre el origen de dicha fortuna. Las sucesivas entregas, firmadas por el periodista y escritor Carlos Enrique Bayo, se titularon así: «I: El rey Juan Carlos I fraguó su fortuna con la venta de armas a países árabes junto a Colón de Carvajal y Khashoggi»; «II: Manuel Prado traspasó a Alberto Alcocer la gestión de la fortuna del rey y justo después Arturo Fasana creó la cuenta ‘Soleado’»; «III: Juan Carlos I se llevó 52 millones de comisión por la venta del Banco Zaragozano e impulsó las ‘fundaciones’ Zagatka y Lucum»; «IV: Juan Carlos I intercedió con el Constitucional para librar a 'Los Albertos' [Alberto Cortina y Alberto Alcocer] de prisión el año que recibió 100 millones en una cuenta opaca»; y «V: Juan Carlos I utilizó Patrimonio Nacional para pagar lujos a sus amantes y los gastos de sus palacios, yates y viajes».
Vida privada y familiar
Descendencia
El 14 de mayo de 1962 se casó en Atenas con la princesa Sofía de Grecia y Dinamarca, con la que tuvo tres hijos:
- Elena de Borbón y Grecia, infanta de España y duquesa de Lugo; n. 20 de diciembre de 1963. Casada con Jaime de Marichalar y Sáenz de Tejada en 1995, del que se divorció en 2010.
- Felipe Juan Froilán de Marichalar y Borbón, grande de España; n. 17 de julio de 1998.
- Victoria Federica de Marichalar y Borbón, grande de España; n. 9 de septiembre de 2000.
- Cristina de Borbón y Grecia, infanta de España; n. 13 de junio de 1965. Casada con Iñaki Urdangarin Liebaert en 1997, del que se separó en 2022.
- Juan Urdangarin y Borbón, grande de España; n. 29 de septiembre de 1999.
- Pablo Urdangarin y Borbón, grande de España; n. 6 de diciembre de 2000.
- Miguel Urdangarin y Borbón, grande de España; n. 30 de abril de 2002.
- Irene Urdangarin y Borbón, grande de España; n. 5 de junio de 2005.
- Felipe de Borbón y Grecia, rey de España como Felipe VI; n. 30 de enero de 1968. Casado con Letizia Ortiz Rocasolano en 2004.
- Leonor de Borbón y Ortiz, princesa de Asturias; n. 31 de octubre de 2005.
- Sofía de Borbón y Ortiz, infanta de España; n. 29 de abril de 2007.
Aficiones
El rey Juan Carlos participó como regatista en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972 compitiendo en la clase Dragon con su embarcación Fortuna. Sus dos tripulantes fueron Félix Gancedo y Gonzalo Fernández de Córdoba. Posteriormente formó parte del equipo Bribón. Tras varias décadas de alta competición, incluyendo un breve retiro entre 2011 y 2016, Juan Carlos I se proclamó campeón del mundo de vela en 2017, a los setenta y nueve años de edad, en la categoría de embarcaciones clásicas de 6 metros en el Mundial de Vancouver (Canadá).
Otra de sus grandes pasiones ha sido el esquí, que le ha costado algunos percances.
Además de la vela y el esquí, su tercera gran afición ha sido la caza. Durante un tiempo fue radioaficionado.
Problemas de salud
Juan Carlos I ha sufrido a lo largo de su vida diversos de problemas de salud y percances físicos que en numerosas ocasiones le han obligado a entrar en el quirófano:
- En 1954 hubo de ser operado de apendicitis.
- El 21 de junio de 1981 tuvo que ser operado de urgencia como consecuencia de un golpe contra una puerta de cristal cuando se disponía a bañarse en la piscina del Palacio de La Zarzuela, que le produjo un corte en el nervio radial.
- El 3 de enero de 1983 sufrió una fisura en la pelvis mientras esquiaba en Gstaad (Suiza), por la que hubo de estar tres meses de baja.
- El 19 de julio de 1985 tuvo que ser intervenido nuevamente para extirparle una fibrosis consecuencia de aquel accidente de esquí.
- El 28 de diciembre de 1991 tuvo un nuevo accidente de esquí en Baqueira Beret al chocar con otro esquiador, tras el que hubo de ser operado de la rodilla, lo que le llevó a estar cuatro meses de baja.
- El 8 de mayo de 2010 le fue extraído un tumor benigno de pulmón.
- El 14 de abril de 2012 tuvo que ser operado de urgencia de rotura de cadera durante una cacería de elefantes a la que había sido invitado en Botsuana.
- El 23 de noviembre de 2012 fue intervenido para implantarle una prótesis en la articulación de la cadera izquierda.
- El 3 de marzo de 2013 fue operado de discopatías y de estenosis de canal lumbar.
- El 24 de septiembre de 2013 fue operado de su cadera izquierda.
- El 21 de noviembre de 2013 fue operado de nuevo de la cadera izquierda para sustituir la prótesis provisional implantada en la anterior intervención por una definitiva.
- El 25 de agosto de 2019 hubo de someterse a una intervención quirúrgica a corazón abierto para practicarle tres bypass.
Títulos, honores y nombramientos
En la ficción
A lo largo de los años, la figura de Juan Carlos I se ha convertido en personaje de películas y telefilmes en España, pudiendo mencionarse los siguientes:
- 20-N: Los últimos días de Franco (2008), interpretado por Fernando Cayo.
- 23-F: El día más difícil del rey (2009), interpretado por Lluís Homar.
- Adolfo Suárez, el presidente (2010), interpretado por Fernando Cayo.
- Alfonso, el príncipe maldito (2010), interpretado por Fernando Gil.
- Felipe y Letizia (2010), interpretado por Juanjo Puigcorbé.
- Tarancón, el quinto mandamiento (2010), interpretado por Álex Tormo.
- 23-F: la película (2011), interpretado por Fernando Cayo.
- Sofía (2011), interpretado por Jorge Suquet.
- Mario Conde. Los días de gloria (2013), interpretado por Ángel Hidalgo.
- El Rey (2013), interpretado por Fernando Gil.
- De la ley a la ley (2017), interpretado por Fernando Andina.
Ancestros
Antepasados de Juan Carlos I de España | ||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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|
Predecesor: Juan de Borbón y Battenberg |
Príncipe titular de Asturias 1941-1975 |
Sucesor: Felipe de Borbón y Grecia |
Predecesor: — |
Príncipe de España 1969-1975 |
Sucesor: — |
Predecesor: Francisco Franco Dictador, con el título de "Caudillo de España" |
![]() Rey de España 1975-2014 |
Sucesor: Felipe VI |
Véase también
En inglés: Juan Carlos I Facts for Kids
- Estandarte de Juan Carlos de Borbón
- Escudo de armas de Juan Carlos de Borbón
- Reinado de Juan Carlos I de España
- Anexo:Títulos, honores y nombramientos de Juan Carlos I de España
- «¿Por qué no te callas?»
- Visitas oficiales al exterior del rey Juan Carlos I
- Títulos nobiliarios otorgados por Juan Carlos I
- Su Alteza el príncipe
- Plaza de Juan Carlos I (Barcelona)