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Guerra de las Galias para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Guerra de las Galias
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Vercingétorix arroja sus armas a los pies de Julio César por Lionel Noel Royer (1899)
Fecha 58 a. C.-51 a. C.
Lugar Galia, Germania y Britania
Casus belli Migración de los helvecios
Resultado Victoria total romana
Consecuencias Las tribus galas se dispersan
Cambios territoriales Roma se anexiona Galia
Beligerantes
Spqrstone.jpg República romana Galos:
Arvernos
Atrebates
Atuátucos
Bituriges
Cáletes
Eburones
Helvecios
Menapios
Mórinos
Nervios
Sociates
Suesones
Vénetos
Veliocases
Viromanduos
otros
Germánicos:
Aduáticos
Harudes
Marcomanos
Tríbocos
Vangíones
Németes
Sicambrios
Suevos
Téncteros
Ubios
Usípetes
Britanos
Comandantes
Cayo Julio César
Tito Acio Labieno
Publio Licinio Craso
Quinto Titurio Sabino †
Quinto Tulio Cicerón
Lucio Aurunculeyo Cota †
Décimo Junio Bruto
Gayo Caninio Rébilo
Marco Antonio
Marco Licinio Craso
Servio Sulpicio Galba
Gayo Volcacio Tulo
Vercingétorix
Ambiórix
Comio
Ariovisto
Divicón
Casivelauno
Dúmnorix †
Vercasivelauno
Boduognato
Fuerzas en combate
120 000 3 000 000
Bajas
Sin estimaciones confiables Sin estimaciones confiables

La Guerra de las Galias fue un conflicto militar importante. Se libró entre el general romano Julio César y las tribus galas. Ocurrió entre los años 58 a. C. y 51 a. C. Durante esta guerra, la República romana logró controlar la Galia. Este era un gran territorio que iba desde el Mar Mediterráneo hasta el Canal de la Mancha.

Los romanos también hicieron viajes a Britania y Germania. Sin embargo, estas expediciones no se convirtieron en grandes invasiones. La Guerra de las Galias terminó con la batalla de Alesia en el año 52 a. C. Allí, los romanos lograron detener la resistencia organizada de los galos. Esta victoria fue muy importante. Permitió a Roma expandir su poder por toda la Galia. Las tropas que participaron en esta campaña fueron las mismas que Julio César usó después para marchar sobre la capital de la República.

Julio César dijo que esta invasión era para defenderse. Pero muchos historiadores creen que el verdadero motivo era impulsar la carrera política del general. También quería saldar sus grandes deudas. Aun así, este territorio era muy importante para los romanos. Habían sufrido ataques de tribus de la Galia y del norte. Conquistar estas tierras ayudó a Roma a proteger su frontera natural en el río Rin.

El propio Julio César escribió mucho sobre esta campaña. Lo hizo en su obra Comentarios a la guerra de las Galias. Este libro es la fuente histórica más importante sobre la guerra. También es la obra más destacada que se conserva del general. Se considera una obra maestra de la propaganda política. César quería mucho influir en sus lectores en Roma.

Según Plutarco, la guerra tuvo grandes consecuencias. Se conquistaron 800 ciudades y se sometieron 300 tribus. Julio César obtuvo una gran cantidad de dinero. Un millón de personas fueron capturadas y llevadas como prisioneros. Además, se estima que tres millones de personas fallecieron en las batallas. Antes de la guerra, la población gala era de unos 12 a 15 millones de habitantes.

¿Cómo era el ambiente político en Roma?

En el año 58 a. C., Julio César terminó su cargo como cónsul en Roma. César tenía muchas deudas desde que fue edil. Sin embargo, era parte del Primer Triunvirato. Esta era una alianza política con Marco Licinio Craso y Pompeyo. Gracias a esto, consiguió el gobierno de dos provincias: Galia Cisalpina e Ilírico.

Cuando Quinto Cecilio Metelo Céler, gobernador de Galia Transalpina, falleció de forma inesperada, César también fue nombrado gobernador de esa provincia. El Senado votó para que César gobernara estos territorios por un periodo de cinco años. Esto fue algo sorprendente para la época.

Las fuerzas militares de Julio César

Al principio, César tenía cuatro legiones veteranas bajo su mando. Estas eran la Legio VII, Legio VIII, Legio IX Hispana y Legio X. César conocía bien a la mayoría de estas legiones. Había sido gobernador de Hispania Ulterior en el año 61 a. C. Con ellas, había tenido éxito en una campaña contra los lusitanos.

Entre sus legados (oficiales de alto rango) estaban su primo Lucio Julio César y Marco Antonio. También estaban Tito Labieno, Décimo Junio Bruto Albino, Cayo Trebonio, Aulo Hircio y Quinto Tulio Cicerón (hermano de Marco Tulio Cicerón). Además, César tenía permiso legal para reclutar más legiones y tropas auxiliares si lo necesitaba.

Es probable que César quisiera una campaña que lo hiciera famoso y mejorara su situación económica. Pero no se sabe si su primer objetivo eran los galos. Lo más probable es que planeara una campaña contra el reino de Dacia, en los Balcanes.

¿Cómo eran las tribus galas?

Las tribus galas eran civilizadas y ricas. Estaban muy divididas entre sí. Muchas de ellas comerciaban con mercaderes romanos. Ya habían recibido influencia de la cultura romana. Algunas incluso habían cambiado sus sistemas de gobierno. Dejaron la monarquía tribal para crear repúblicas parecidas a la romana.

Los romanos respetaban y temían a los galos y a las tribus germánicas. Hacía solo 45 años, en el 109 a. C., Italia había sido invadida por una gran migración germana. Fue salvada después de varias batallas difíciles y costosas, lideradas por el general Cayo Mario. Poco antes, la tribu germánica de los suevos había llegado a la Galia. Su líder era Ariovisto. Parecía que las tribus se estaban moviendo de nuevo. Esto amenazaba la existencia de la República romana.

El desarrollo de la campaña militar

La guerra contra los helvecios

La migración de los helvecios

Archivo:Gaul, 1st century BC
Un mapa de Galia en el siglo I a. C. donde puede verse la posición relativa de los helvecios y los sécuanos.

En el año 61 a. C., impulsados por Orgétorix, los helvecios empezaron a planear una gran migración. Los líderes helvecios no estaban contentos con el tamaño de su territorio. Estaban rodeados por tribus germánicas, los sécuanos celtas y los romanos de la Galia Narbonense. Orgétorix negoció con los sécuanos y los heduos. También hizo amistad y una alianza con Cástico y Dúmnorix. Incluso se casó con la hija de Dúmnorix. César acusó a los tres de querer ser reyes. Durante tres años, los helvecios se prepararon para la guerra. Hicieron planes y enviaron mensajes a varias tribus galas. Querían conseguir permiso para pasar y hacer alianzas.

En el año 58 a. C., la tribu de Orgétorix descubrió sus ambiciones. Juzgaron a su líder. Aunque logró escapar, falleció. Se sospechó que pudo haberse quitado la vida. Sin embargo, esto no impidió que los helvecios siguieran con sus planes. Debido a sus constantes luchas y su gran número, los helvecios eran una tribu guerrera. Representaban una gran amenaza para cualquiera que se les opusiera. Cuando se pusieron en marcha, el 28 de marzo, según César, quemaron todos sus pueblos y villas. Esto era para evitar cualquier intento de retirada. También se unieron a ellos otras tribus cercanas: los ráuracos, los tulingos, los latobicos y los boyos.

Tenían dos rutas posibles. La primera era a través del difícil Pas de l'Ecluse. Este paso estaba entre la cordillera de Jura y el río Ródano. La segunda, mucho más sencilla, los llevaría a Ginebra. Allí, el lago Lemán desemboca en el Ródano. Un puente permitía cruzar el río. Estas tierras pertenecían a los alóbroges. Esta tribu había sido sometida por Roma. Por lo tanto, su territorio estaba bajo el control de la República romana.

En el lago Lemán

En ese momento, César estaba en Roma. Solo quedaba una legión en la Galia Transalpina y estaba en peligro. Al saber lo que pasaba, César fue rápidamente a Ginebra. Ordenó reclutar más tropas auxiliares y destruir el puente. Los helvecios enviaron una embajada con Nameyo y Veruclecio. Querían negociar el paso por el territorio romano, prometiendo no causar daños. César alargó las negociaciones. Quería ganar tiempo para que sus tropas fortificaran sus posiciones. Construyeron una muralla de casi cinco metros de alto y una zanja paralela.

Archivo:Caesar campaigns gaul-es
Mapa de la guerra de las Galias.

Cuando la embajada regresó, César rechazó su petición. Les advirtió que cualquier intento de cruzar el río por la fuerza sería detenido. Varios intentos fueron rechazados de inmediato. Los helvecios retrocedieron y negociaron con los sécuanos para que los dejaran pasar. César dejó su única legión bajo el mando de Tito Labieno. Luego, fue rápidamente a Galia Cisalpina. Allí tomó el mando de tres legiones en Aquileya. Reclutó dos nuevas legiones, la Legio XI y la Legio XII. Con estas cinco legiones, César cruzó los Alpes por el camino más corto. Atravesó territorios hostiles y se enfrentó a varias tribus.

La persecución de los helvecios

Mientras tanto, los helvecios ya habían cruzado el territorio de los sécuanos. Estaban saqueando las tierras de los heduos, ambarros y alóbroges. Estas tribus no podían enfrentarlos. Pidieron ayuda a César como aliados de Roma. César aceptó y sorprendió a los helvecios mientras cruzaban el río Arar (hoy río Saona). Tres cuartas partes de los helvecios ya habían cruzado. Pero el otro cuarto, los tigurinos (un clan helvecio), seguía en la orilla este. Tres legiones de César emboscaron y vencieron a los tigurinos en la batalla del Arar. Les causaron muchas pérdidas. Los tigurinos que sobrevivieron huyeron al bosque cercano.

Después de la batalla, los romanos construyeron un puente sobre el Arar. Querían perseguir a los demás helvecios. Estos enviaron una embajada liderada por Divicón, pero las negociaciones no tuvieron éxito. Los romanos los persiguieron durante quince días. Luego tuvieron problemas con los suministros. Al parecer, Dúmnorix estaba haciendo todo lo posible para retrasar la llegada de estos. Por eso, los romanos dejaron de perseguirlos. Se dirigieron hacia la fortaleza hedua de Bibracte. La situación cambió. Los helvecios comenzaron a perseguir a los romanos, atacando su retaguardia. César eligió una colina cercana para la batalla. Las legiones romanas se detuvieron para enfrentarse a sus enemigos.

En la batalla de Bibracte, las legiones romanas vencieron a sus oponentes. Los helvecios, derrotados, ofrecieron rendirse. César aceptó. Sin embargo, 6000 hombres del clan helvecio de los verbigenos huyeron para no ser capturados. Por orden de César, otras tribus galas los capturaron y los trajeron. Estos fugitivos fueron ejecutados. A los que se habían rendido se les ordenó regresar a sus tierras. Debían reconstruirlas y organizar el envío de alimentos para las legiones. Eran muy útiles como una barrera entre los romanos y otras tribus del norte. Por eso, no se les permitió migrar a otro lugar. En el campamento helvecio capturado, se encontró un censo escrito en griego. De un total de 368.000 helvecios, de los cuales 92.000 eran hombres sin discapacidades, solo 110.000 sobrevivieron para regresar a sus hogares.

Archivo:Bataille Bibracte -58
Mapa de la batalla de Bibracte.

La guerra contra los suevos

La llegada de los suevos

Después de la exitosa campaña, varios líderes galos de casi todas las tribus felicitaron a César por su victoria. Se reunieron en un consejo galo para hablar de algunos asuntos. Invitaron a César a asistir.

En esta reunión, los delegados se quejaron. Dijeron que, por las luchas entre los heduos y los arvernos, estos últimos habían contratado a muchos guerreros germánicos. Estos guerreros, liderados por Ariovisto, rey de los suevos, habían traicionado a los arvernos. Habían tomado como prisioneros a varios hijos de los líderes galos. Además, habían ganado varias batallas y recibido muchos refuerzos. La situación se estaba saliendo de control.

Las negociaciones

Entonces, César envió mensajeros a Ariovisto. Le propuso una reunión para hablar del asunto. Pero Ariovisto se negó. Dijo que no confiaba en César y que era muy costoso mover a su ejército al sur. César le respondió que entonces se convertiría en su enemigo. Esto era por los problemas que había causado a los aliados de Roma y por negarse a reunirse con ellos.

César se enteró de que Ariovisto amenazaba con tomar Vesontio. Esta era la ciudad principal de los sécuanos. Era un lugar fortificado y fácil de defender. Por eso, César marchó con sus legiones e impidió que fuera tomada. En Vesontio, los soldados de César empezaron a temer a los germanos. La única excepción fue la décima legión, en la que César confiaba. Pero este miedo desapareció cuando Ariovisto le pidió a César una reunión. La condición era que ambos bandos llevaran solo jinetes. Así sería difícil tender una emboscada.

El día acordado, César y Ariovisto se reunieron. Pero la reunión no sirvió de nada. La caballería de Ariovisto atacó a la romana en medio de la conversación. César se retiró y ordenó a sus jinetes que no atacaran. No quería que se dijera que él había empezado la batalla. Unos días después, Ariovisto pidió a César que enviara mensajeros para seguir negociando. Pero cuando el mensajero romano llegó, fue arrestado por Ariovisto.

La Batalla de Vosgos

Después del fracaso de las negociaciones, César colocó sus legiones en dos campamentos. Uno de ellos fue atacado sin éxito por la caballería de Ariovisto. Esto ocurrió mientras se construían y se instalaban las tropas. César preguntó a los prisioneros por qué Ariovisto no atacaba el campamento central con todo su ejército. Ellos respondieron que su religión no les permitía luchar antes de la luna llena.

Aprovechando la desventaja psicológica de los germanos, César marchó con sus legiones hacia el campamento enemigo. Su flanco izquierdo logró imponerse rápidamente. El flanco derecho, en cambio, tuvo que ser reforzado para poder ganar. Cuando supieron el resultado de la batalla al otro lado del Rin, los suevos dejaron de intentar cruzar el río y seguir conquistando la Galia.

El conflicto con los belgas

En el año 57 a. C., César volvió a intervenir en un conflicto entre las tribus galas. Marchó contra los belgas. Ellos vivían en la zona que hoy es Bélgica. Además, habían atacado a una tribu aliada de Roma. El ejército romano fue atacado por sorpresa mientras acampaba cerca del río Sambre. Estuvo a punto de ser derrotado. Pero logró recuperarse gracias a su gran disciplina y a la intervención del propio César. Los belgas sufrieron muchas pérdidas y finalmente se rindieron. Vieron que era imposible ganar.

Expediciones de castigo

Archivo:Map Gallia Tribes Towns-es
Un mapa de Galia donde pueden apreciarse todas las tribus y ciudades mencionadas en la guerra de las Galias.

Al año siguiente, en el 56 a. C., César se centró en las tribus de la costa del Atlántico. Principalmente, en la tribu de los vénetos. Ellos vivían en la región de Armórica (la actual Bretaña). Esta tribu había formado una unión de tribus para luchar contra Roma. Los vénetos eran un pueblo de mar y habían construido una flota en el golfo de Morbihan. Por eso, los romanos tuvieron que construir galeras. Realizaron una campaña diferente, por tierra y mar. Una vez más, César venció a los galos en la batalla del Golfo de Morbihan. Después, saqueó el territorio de los vencidos.

Entre los años 56 y 55 a. C., las tribus germanas de los usípetes y los téncteros cruzaron el Rin. Eran entre 150.000 y 180.000 personas (aunque César decía que eran 400.000). Establecieron su campamento en el Mosa. Desde allí, la caballería germana atacó un campamento romano. Mataron a unos 6.000 romanos. César reunió a su ejército y empezó a negociar con los germanos. Pero cuando la caballería germana se fue a pastar, el romano atacó el campamento enemigo. Mató o capturó a 100.000 de ellos, la mayoría mujeres, niños o ancianos. Como resultado, ambas tribus germanas regresaron a su país con los que sobrevivieron.

César llevó a sus fuerzas al otro lado del Rin en el año 55 a. C. Quería hacer una expedición de castigo contra los germanos. Con unos 40.000 hombres, construyó un puente y cruzó el río. Los germanos se retiraron ante el avance romano y no lucharon. El propio César estimó en 430.000 guerreros germanos la fuerza enemiga, aunque hoy se considera una exageración. Sin embargo, los suevos, contra quienes principalmente se había dirigido la expedición, nunca llegaron a ser combatidos.

Más tarde, César cruzó el Canal de la Mancha con dos legiones. Quería hacer una expedición similar contra los britanos. La incursión en Britania casi terminó en desastre. El mal tiempo destruyó gran parte de su flota. La visión inusual de muchos carros de guerra causó confusión entre sus tropas. César logró desembarcar y venció a los britanos en dos batallas. Pero no tenía su caballería como refuerzo y el invierno se acercaba. Decidió retirarse de Britania para reorganizar sus fuerzas y planear una segunda expedición. Los britanos prometieron entregar rehenes, aunque solo dos tribus cumplieron. Después de retirarse, regresó al año siguiente con un ejército mucho más grande. Venció a los poderosos catuvellaunos y los obligó a pagar tributo a Roma. El efecto de las expediciones no duró mucho. Pero fueron una gran propaganda de las victorias de César. El pueblo de Roma consideraba a este general, que había vencido a los extraños britanos y a los guerreros galos y germánicos, como el mejor general de la historia. Esto opacó a Pompeyo Magno, lo que finalmente se volvió en contra de César.

Las campañas de los años 55 a. C. y principios del 54 a. C. han causado mucha discusión durante siglos. Incluso fueron discutidas en la época de César. Especialmente entre sus oponentes políticos. Ellos las criticaron como un gasto excesivo para su propio beneficio. En tiempos modernos, los expertos están divididos. Algunos critican el claro plan de expansión de César. Otros defienden los beneficios que esta expansión del poder romano trajo a la Galia.

Consolidación y rebeliones

Archivo:RomanSilverDenariusWithHeadOfCaptiveGaul48BCE
Un denario de plata romano con la cabeza de un galo cautivo en 48 a. C., luego de las campañas de César.

En el invierno de 54 a. C. a 53 a. C., el descontento entre los galos sometidos causó una gran rebelión. Los eburones del noreste de Galia se levantaron bajo su líder, Ambíorix. Quince cohortes romanas fueron destruidas en Atuátuca (Atuatuca Tungrorum, hoy Tongeren en Bélgica). Una guarnición comandada por Quinto Tulio Cicerón logró sobrevivir. Fue ayudada por César justo a tiempo. El resto del año 53 a. C. se dedicó a una campaña de castigo contra los eburones y sus aliados. Se dice que sufrieron grandes pérdidas por parte de los romanos.

La revuelta de Vercingetórix

En el año 52 a. C., el jefe averno Vercingétorix se rebeló. Unió a todos los pueblos galos bajo su mando. La excepción fueron los heduos, a quienes su magistrado Divicíaco mantuvo aliados de Roma. Vercingetórix y sus galos decidieron no luchar directamente. En su lugar, usaron la táctica de tierra quemada. Julio César, que estaba en la Galia Cisalpina, se enteró. Cruzó los Alpes y descubrió que Vercingetórix estaba invadiendo la Galia Transalpina. Mientras tanto, los habitantes romanos de la Galia sometida por César estaban siendo atacados. Julio César marchó con dos legiones a Narbona, la capital de la Transalpina. Envió a su legado Tito Labieno al norte para someter a los rebeldes de la región. Los que iban a invadir la Transalpina, comandados por Lucrecio, al ver que César los enfrentaría, retrocedieron en busca de Vercingetórix.

Julio César aprovechó esto. Tomó las ciudades de las tribus rebeldes del sur de Galia. Principalmente las de los carnutes y alobogres. Entonces, Vercingetórix decidió quemar todas las ciudades galas difíciles de defender. Así privaría de suministros a César. El jefe galo ordenó a la tribu de los biturigues que abandonaran y quemaran su capital, Avárico. Sin embargo, ellos confiaban en sus murallas y se negaron. Ante esto, Vercingetórix acampó fuera de la población. Pero no pudo impedir el asedio de los romanos. Los romanos construyeron murallas alrededor de su campamento. Los biturigues alzaban sus murallas a medida que las torres de asedio romanas eran construidas. Un día lluvioso, cuando los biturigues menos lo esperaban, Julio César atacó la ciudad. Pudo tomarla después de unas horas de combate. Este triunfo le permitió conseguir todas las provisiones que necesitaba.

Después de la batalla de Avárico, Vercingétorix, que estaba a unos pocos kilómetros de la ciudad, se retiró a la capital de los avernos, Gergovia. Era una ciudad en una colina de difícil acceso, protegida por un muro y doscientos mil soldados galos. César tomó seis legiones y marchó hacia Gergovia. Pero se encontró con que Vercingetórix había quemado todos los puentes sobre el río Liger. Esto dificultaba el acceso a Gergovia. Si quería construir un puente, sería destruido por las tropas galas que estaban al otro lado del río, cerca de Gorgobina. Entonces, Julio César envió la mitad de su ejército hacia el sur. Quería que el enemigo pensara que se estaba retirando. Al ver esto, los galos marcharon hacia el sur para impedir que se construyera un puente allí. Mientras tanto, Julio César y la otra mitad del ejército construyeron un puente y cruzaron el río. Al día siguiente, cuando los galos se enteraron, fueron a enfrentarse con César. Dejaron el paso libre por el río a la otra mitad de los romanos. Al saber que estos últimos también estaban en ese lado del río, los galos huyeron a Gergovia.

Cuando Julio César llegó a Gergovia, instaló dos campamentos. Uno al pie de la cuesta y el otro a mitad de ella. Julio César esperaba ayuda de sus aliados heduos. Pero resultó que su magistrado Divicíaco había fallecido. El nuevo jefe no era muy capaz. Los oponentes políticos del nuevo magistrado decidieron aliarse con Vercingetórix. Inventaron que Julio César había atacado a algunos nobles heduos. Les dijeron a los refuerzos que debían llevarle a Vercingetórix la cabeza de César. Cuando los heduos se acercaban, Julio César, por medio de espías, se enteró de lo planeado. Marchó hacia el campamento heduo con los nobles que, según decían algunos, él había atacado. Al ver que estos estaban vivos, se disculparon ante Julio César y se unieron a él.

Después de esto, César vio que no sería difícil tomar una posición mejor cerca de la ciudad. Entonces, ordenó atacar a la pequeña guarnición gala que estaba allí. Cuando la venció, ordenó a sus soldados retirarse. No quería que lucharan en terrenos desfavorables. Pero solo la caballería y la décima legión le obedecieron. El resto, queriendo una victoria rápida, cargaron hasta las murallas de la ciudad. El grueso del ejército galo salió a su encuentro. Poco a poco, los romanos fueron cayendo. Viendo esto, Julio César envió a la legión que había dejado de reserva en su campamento. Quería que se colocara cerca de los galos. Así protegería a las legiones que habían desobedecido al general romano y les facilitaría la retirada. Finalmente, Julio César logró sacar de la zona de combate al ejército que había atacado por sí solo. Al día siguiente, les explicaría que si desobedecían, nunca podrían derrotar a los galos de Vercingetórix.

En los días siguientes, solo hubo pequeñas peleas de jinetes. Mientras tanto, en el país de los heduos, su magistrado decidió aliarse con Vercingetórix. Entonces, César, después de una batalla favorable de la caballería, se retiró hacia el país de los heduos. Pero no pudo evitar que se unieran a la unión gala de Vercingetórix. Los galos eran poderosos por su inmensa caballería. Por eso, César pidió a sus aliados germanos que ayudaran con algunos caballos. Podía usar legionarios como jinetes de caballería. Así, Julio César logró tener una inmensa caballería. Colocó sus tropas en una llanura cerca de la ciudad fortificada de Alesia. Los galos posicionaron su caballería en una colina cercana. César decidió atacarlos. Marchó con su caballería y una legión oculta. Cuando los jinetes enemigos atacaron, los legionarios se mostraron. Con sus arqueros, mataron a muchos galos. Estos huyeron desordenadamente al campamento de la infantería de Vercingetórix. Él, al ver la derrota de sus jinetes, decidió refugiarse en Alesia. Esperaba que pasara lo mismo que en Gergovia.

Cuando Vercingétorix llegó a Alesia, envió a algunos de sus soldados a pedir refuerzos a los galos. Solo tenía ochenta mil hombres. César, que lo estaba persiguiendo, al ver las fortificaciones de la ciudad gala, dejó de lado la idea de atacarla. Optó por sitiarla. Para ello, construyó siete campamentos fortificados. Estos estaban apoyados por pequeños fuertes en puntos clave. Luego, construyó un foso de seis pasos de profundidad alrededor de toda Alesia. Esto era para impedir la huida de los sitiados. Al lado del foso, construyó una muralla de tres pasos de altura. Para impedir la llegada de refuerzos a los sitiados, construyó, a cien pasos de la otra muralla, tres fosos de seis pasos de profundidad. También una muralla de tres pasos de altura, situada sobre un terraplén de otros cuatro pasos de altura. A las murallas, les colocó una torre cada veinte pasos y de diez pasos de altura. La muralla interior medía, aproximadamente, dieciséis mil pasos de longitud. La exterior medía veintiséis mil. Debido a la falta de alimentos, los sitiados expulsaron a las mujeres y a los niños para ahorrar provisiones.

Después de varias semanas, llegaron cuatrocientos mil galos de refuerzo. Estaban comandados por Comio, un aliado de Vercingetórix, también de origen averno. Comio hizo algunas pequeñas batallas de caballería que no tuvieron éxito. Así que decidió usar su inmensa infantería para atacar a César. A medianoche, los cuatrocientos mil hombres de Comio avanzaron hasta la muralla que protegía a los cincuenta mil hombres de César. Al llegar, hicieron ruido. Querían que los sitiados salieran de Alesia y atacaran. Así se hizo, pero después de rellenar el foso, se retiraron.

Al día siguiente, Comio dividió su ejército en dos. Una parte atacaría la muralla romana. La otra marcharía hacia una sección de la circunferencia que, por la naturaleza del terreno, los romanos no habían podido fortificar. Mientras Vercingetórix salía de la ciudad, obligó a Julio César a luchar. No solo estaba en desventaja numérica (cinco veces menos hombres), sino que tenía que luchar por ambos lados. El fuerte romano no protegido estaba defendido por dos legiones comandadas por el legado Labieno. Sin embargo, cuando la muralla fue quemada por los galos, Julio César tuvo que luchar en desventaja. Decidió ir en ayuda de Labieno, quien estaba siendo atacado por varios lados. Entonces, César envió al legado Marco Antonio con la caballería y dos legiones. Debían salir del campamento por la parte que no estaba siendo atacada. Luego, atacar por la retaguardia a los galos de Comio. Estos, al ver a Antonio y sus jinetes, huyeron desordenadamente. Los galos se rindieron, junto con su jefe, que fue capturado.

Al año siguiente, en el 51 a. C., hubo campañas para pacificar a los carnutes y los belóvacos. En el 50 a. C., la resistencia continuó en Uxeloduno. César la tomó después de cortar su suministro de agua. Eran tareas de "limpieza" y rebeliones menores. Pero el control de Roma sobre Galia no se vio seriamente amenazado hasta el siglo II.

Personajes importantes de César

  • Cayo Antistio Regino.— Se le menciona como encargado de reclutar tropas. En la batalla de Alesia, custodiaba una colina. También estuvo acuartelado con una legión junto a los ambivaretos.

La Guerra de las Galias en libros y cultura

La fuente histórica principal sobre la Guerra de las Galias es la obra Comentarios a la guerra de las Galias. Fue escrita por el propio Julio César. Es uno de los mejores ejemplos que aún se conservan de prosa en latín sin adornos. Con el tiempo, se convirtió en un tema de estudio intenso para los expertos en latín. Es una de las fuentes clásicas en prosa que se usan tradicionalmente para enseñar latín moderno.

La Guerra de las Galias se ha convertido en un tema popular para la ficción histórica moderna. Especialmente en Francia e Italia. Claude Cueni escribió una novela semihistórica, El druida del César. Trata sobre un druida ficticio, sirviente de César. Él llevaba un registro de las campañas de César. Además, el cómic Astérix se desarrolla poco después de la Guerra de las Galias.

Julio César solo menciona a dos militares de bajo rango. Los llama "centuriones excepcionalmente valientes": Tito Pulón y Lucio Voreno (libro V, cap. 44). Estos dos personajes son los protagonistas de la serie de televisión Roma, de HBO. Los eventos de la serie comienzan justo después de la batalla de Alesia. Los personajes son Tito Pullo y Lucio Voreno.

Ver también

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Gallic Wars Facts for Kids

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Guerra de las Galias para Niños. Enciclopedia Kiddle.