Nación para niños

Una nación es una comunidad de personas que comparten un territorio y se sienten unidas por algo en común. Se consideran diferentes de otros grupos. Este concepto moderno de nación surgió a finales del siglo XVIII.
Hay varias formas de entender qué es una nación:
- Como un grupo de ciudadanos que tienen el poder de decidir sobre su Estado.
- Como una comunidad humana unida por un idioma, una historia, tradiciónes, una cultura o un territorio específicos.
- Como un grupo de personas que desean formar una comunidad política y tener un futuro juntos.
A veces, la palabra "nación" se usa de forma más general para referirse a un Estado, un país, un territorio o sus habitantes, o incluso a un pueblo con características compartidas.
Los expertos modernos suelen decir que una nación no es algo que exista de forma natural, como una montaña. En cambio, es una idea creada por las personas, una "construcción social". Esta idea se basa en cómo algunas personas interpretan ciertos hechos, a menudo influenciadas por el nacionalismo. Los nacionalistas suelen presentar una visión idealizada de una comunidad y un territorio, aunque la realidad sea más compleja.
Para entender cómo surgieron las naciones, existen dos ideas principales entre los estudiosos: los primordialistas (o perennialistas) y los modernistas (o constructivistas).
Contenido
¿De dónde viene la palabra "nación"?
La palabra nación viene del latín natio, que significaba "lugar de nacimiento", "pueblo" o "tribu".
En la antigua Roma, natio se usaba para referirse a grupos de extranjeros que vivían allí. En las universidades de la Edad Media, se llamaba "naciones" a los grupos de estudiantes que venían de diferentes lugares. Por ejemplo, en la Universidad de París, había la "nación de Francia" (que incluía a italianos y españoles) o la "nación de Alemania" (con alemanes, austriacos e ingleses). En ese tiempo, la palabra no tenía el mismo significado que hoy.
El significado actual de "nación" es bastante reciente. Antes de 1884, el diccionario de la Real Academia Española definía "nación" como "la colección de habitantes en alguna provincia, país o reino". También podía significar "extranjero". Pero en 1884, empezó a significar "estado o cuerpo político que reconoce un centro común supremo de gobierno". En 1925, se añadió el significado de "conjunto de personas de un mismo origen y que generalmente hablan un mismo idioma y tienen una tradición común".
¿Qué es una nación? Diferentes ideas
Existen tres formas principales de definir una nación:
La nación como Estado
Esta idea es muy común. Identifica la nación con el Estado, es decir, con una estructura política y administrativa. Se refiere al territorio que cubre un gobierno y a su población. Es similar a la definición de "país". El diccionario de la RAE recoge este significado como "Conjunto de habitantes de un país regido por un mismo gobierno" y "territorio de ese país".
La nación como comunidad cultural
Esta definición es también muy popular. Dice que una nación es una comunidad humana con una cultura común. Esto incluye compartir un mismo origen, idioma y tradiciónes. Esta idea viene del romanticismo del siglo XIX. Sin embargo, es difícil usarla para definir la realidad de forma científica, porque los grupos humanos no siempre tienen límites claros en cuanto a su cultura. Hay países con una fuerte identidad nacional que tienen personas con diferentes culturas, idiomas y religiónes (como Estados Unidos o Suiza).
La nación como voluntad de un grupo
Esta idea define la nación como un grupo humano que desea formar una comunidad política. Muchos expertos, como Ernest Renan, creen que es importante definir la nación por los recuerdos compartidos, los proyectos de futuro común y el sentimiento de pertenencia a un grupo. Esta visión no se basa en rasgos culturales fijos, sino en la conciencia de un grupo de ser diferente y su deseo de construir un Estado.
Dos formas de entender el origen de la nación: Antiguas y Modernas
Además de las definiciones, hay dos grandes corrientes de pensamiento que explican cómo surgieron las naciones:
Ideas antiguas (Perennialistas o primordialistas)
Hasta mediados del siglo XX, se pensaba que las naciones siempre habían existido. Se creía que el sentimiento de pertenencia a una nación era algo natural en las personas. Estas naciones se entendían como pueblos con un idioma, historia, religión o cultura específicos. Se pensaba que de ahí surgían sentimientos de pertenencia y solidaridad, que luego llevaban a buscar el autogobierno.
Por ejemplo, el escritor británico Walter Bagehot dijo en el siglo XIX que las naciones son "tan viejas como la historia". Esta idea cree que la nación es algo natural, mientras que el Estado (la estructura política) es una creación humana.
Estas ideas antiguas, que vienen del romanticismo alemán, llevaron a pensar que si los Estados no coincidían con los grupos culturales, habría problemas. Se intentó ajustar las fronteras de los Estados a las realidades culturales, pero esto causó muchos conflictos en el siglo XX. Se vio que los límites culturales son muy complejos y que hay comunidades con fuerte identidad nacional que tienen diferentes idiomas, religiones y culturas. Esto, junto con los problemas causados por algunas ideas extremas de nación, hizo que muchos pensadores buscaran nuevas explicaciones.
Ideas modernas (Modernistas o constructivistas)
La perspectiva modernista surgió a mediados del siglo XX como una crítica a las ideas antiguas. Hoy en día, la mayoría de los expertos la consideran la mejor explicación científica.
Los modernistas creen que las naciones no son fenómenos naturales que siempre han existido. Son "construcciones sociales", es decir, ideas creadas por las personas. Las identidades nacionales, que incluyen la idea de que la población tiene poder sobre un territorio, son un producto de la época moderna. Las naciones no son eternas; como son construcciones, en algún momento podrían desaparecer.
Según esta visión, las naciones son producto del nacionalismo y de la modernidad, y no al revés. No son objetos físicos como montañas, sino ideas que existen en la mente de quienes creen en ellas. Las naciones se construyen creando relatos, reinterpretando la historia o la cultura de forma nacional. También se crean símbolos, tradiciónes y elementos culturales, o se les da un significado nacional a los ya existentes. A esto se le llama la "invención de la tradición".
Estos elementos se transmiten y se integran en la comunidad, creando así la nación. Sin embargo, no se pueden construir de la nada; necesitan una base plausible, como una historia o elementos culturales que puedan ser reinterpretados. Por ejemplo, un idioma solo tenía valor para comunicarse, hasta que el nacionalismo le dio un valor político y de identidad.
Los Estados que no lograron crear una nación en la época moderna han terminado por desaparecer. Esto sugiere que la historia se construye activamente, no solo se refleja. El relato histórico nacional presenta a la nación como protagonista de la historia, seleccionando y exaltando ciertos eventos para mostrarla como algo natural y con un propósito.
La nación se ve como un ser real, con una esencia que no cambia a través de la historia, aunque la realidad siempre evoluciona. El relato nacional también ofrece una visión simplificada de la cultura de una comunidad, cuando la realidad es mucho más diversa. Con estos relatos, se crea en las personas la idea y el sentimiento de pertenencia a una "comunidad imaginada".
Otro argumento es que a lo largo de la historia, las personas han vivido en diferentes tipos de organizaciones políticas (imperios, reinos) que no eran naciones como las entendemos hoy. La gente se sentía parte de su parroquia, su región o su familia, o de comunidades religiosas más grandes, antes que de un Estado político. Por ejemplo, no era extraño que un rey fuera extranjero.
Aunque las naciones son construcciones sociales, se presentan como algo antiguo y natural para tener más legitimidad. Sin embargo, se puede estudiar cómo surgieron, quiénes las impulsaron y qué elementos se eligieron para definirlas. La nación es una comunidad imaginada, y todas son igualmente "reales" en ese sentido.
La nación puede dar autoestima y un sentido de pertenencia a las personas, conectándolas con un territorio que parece eterno. Crea un sentimiento de hermandad, a pesar de las diferencias entre sus miembros. Las naciones son construcciones que tienen efectos políticos y benefician a ciertas personas o grupos.
Pensadores importantes del modernismo
Algunos de los principales pensadores de esta corriente son Elie Kedourie, Ernest Gellner, Benedict Anderson, Eric Hobsbawm, George L. Mosse y Michael Billig.
- Elie Kedourie dijo que es difícil encontrar elementos objetivos que definan una nación. Concluyó que si el sentimiento nacional fuera natural, no necesitaría ser enseñado. Es el Estado el que lo enseña a través de la educación, por lo tanto, el Estado crea las naciones.
- Ernest Gellner definió la nación como un producto moderno de la industrialización. La sociedad necesitaba espacios culturales más uniformes, y el nacionalismo fue una herramienta para el crecimiento económico y la integración social.
- Benedict Anderson creía que el nacionalismo crea las naciones y que, en lugar de conservar la diversidad, la elimina al buscar la uniformidad cultural. Acuñó el término "comunidades imaginadas", explicando que las naciones existen porque las personas creen en ellas y se imaginan parte de una comunidad. Comparó las naciones con la religión, ya que ambas ofrecen un relato sagrado y un sentido de pertenencia.
- Eric Hobsbawm también concluyó que no hay características objetivas que definan una nación de forma rigurosa. Una nación es algo subjetivo. Junto con Ralph Samuel, creó el concepto de "invención de la tradición", que se refiere a la creación de prácticas y rituales simbólicos para inculcar valores y crear cohesión social en torno a un pasado imaginario.
- George L. Mosse acuñó el término "nacionalización de las masas", estudiando cómo se inculcó el sentimiento de pertenencia a una comunidad en Alemania a través de desfiles y monumentos.
- Michael Billig en su libro Nacionalismo banal (1990) argumentó que símbolos nacionales como banderas o himnos, aunque parezcan inofensivos, contribuyen a crear una identidad de grupo.
Comparación de ideas: Antiguas vs. Modernas
Los estudiosos no se ponen de acuerdo sobre la naturaleza y el origen de la nación. Hay dos ideas opuestas:
- Modernista o constructivista: La nación es una comunidad humana que tiene el poder sobre un territorio. Las naciones no existían antes de los nacionalismos en la Edad Contemporánea; son una "invención" de ellos.
- Perennialista o primordialista: La nación existe desde hace mucho tiempo, antes de los nacionalismos. La nación es la que crea el nacionalismo, no al revés.
Anthony D. Smith resume las diferencias:
- Para los primordialistas, la nación es una comunidad cultural y de origen que busca reconocimiento político. Para los modernistas, es una comunidad política de ciudadanos iguales que viven en un territorio.
- Los primordialistas creen que la nación es muy antigua. Los modernistas, que es reciente y producto de condiciones modernas.
- Los primordialistas ven la nación como algo que tiene "raíces" en el tiempo y el espacio. Los modernistas, como una creación consciente de sus miembros o de las élites.
- Para los primordialistas, la nación es una comunidad del pueblo que refleja sus necesidades. Para los modernistas, es algo construido por las élites para influir en las masas.
- Pertenecer a una nación, para los primordialistas, es una forma de ser. Para los modernistas, es tener ciertos recursos o capacidades.
- Los primordialistas ven la nación como un todo sin divisiones. Los modernistas, como algo con divisiones sociales (regionales, de género, de clase, religiosas).
- Los principios de la nación, para los primordialistas, son los lazos de origen y la cultura. Para los modernistas, la comunicación social y la ciudadanía.
Conceptos de nación
Nación política
La nación política es la que tiene el poder de establecer las leyes fundamentales de un Estado. Desde la Revolución francesa, se ha debatido si la soberanía (el poder supremo) reside en la nación o en el pueblo.
En la Constitución francesa de 1791, la soberanía nacional era ejercida por un parlamento. En la Constitución francesa del año I (1793), el pueblo era el conjunto de individuos, lo que llevaría a la democracia directa. Sin embargo, estas diferencias se mezclaron con el tiempo.
Para pensadores como Emmanuel-Joseph Sieyès, la nación es la dueña de la soberanía, que se ejerce para crear una Constitución. Después, el pueblo sería la nación organizada legalmente. La idea principal es que en un Estado moderno, no hay un soberano ilimitado, ya que la Constitución es la norma suprema.
A nivel internacional, la nación no es un sujeto de derecho, pero el Estado sí lo es.
Nación cultural
El concepto de nación cultural es complejo. Un punto de acuerdo es que los miembros de una nación cultural se sienten parte de un grupo diferente porque comparten ciertas características culturales. Estas pueden ser el idioma, la religión, las tradiciónes o una historia común. Algunos también añaden el requisito de vivir en un territorio específico.
La identidad nacional se refiere a las características que distinguen a un grupo. A veces, pequeñas diferencias en la pronunciación o dialectos pueden ser suficientes para considerar a alguien de otra nación. Otras veces, personas con diferentes personalidades, creencias o idiomas se ven como parte de la misma nación.
Existen dos tipos principales de nacionalismos:
- Nacionalismo liberal o "voluntarista": Defendido por Giuseppe Mazzini en Italia y Francia, influenciado por la Ilustración. Una nación surge de la voluntad de las personas que la forman y su compromiso de vivir juntas bajo las mismas instituciones. La nacionalidad de un individuo depende de su deseo.
- Nacionalismo conservador u "orgánico": Defendido por Johann Gottfried Herder y Johann Gottlieb Fichte en Alemania. La nación es un organismo vivo con rasgos hereditarios como un idioma, cultura, territorio y tradiciónes comunes. La nación existe de forma objetiva, más allá del deseo individual; la pertenencia es para toda la vida.
La nación cultural y el Estado
Un Estado que se identifica como el hogar de una nación cultural específica es un Estado-nación. Muchos Estados modernos entran en esta categoría. Por eso, a menudo se usan "nación", "país" y "Estado" como sinónimos.
Algunas interpretaciones de nación cultural se basan solo en el origen de las personas, lo que lleva a hablar de "naciones sin territorio", como la "nación gitana". Esto muestra que una nación cultural no siempre necesita ser un Estado independiente. Muchos Estados son uniones de diferentes naciones culturales o pueblos.
Ejemplos de naciones culturales sin Estado propio son el pueblo judío antes de Israel o el pueblo palestino. También hay pueblos como los kurdos o los asirios. Algunos Estados, como Bélgica o Canadá, están compuestos por varias naciones culturales. En España, existen las "nacionalidades históricas de España" (como la vasca, catalana o gallega), que se definen por su idioma, tradiciónes e historia propias.
La nación cultural y la religión
La religión también puede influir en el concepto de nación cultural. En algunos países, como los de África del Norte y Medio Oriente, el Estado y la religión (el Islam) están muy relacionados. Los habitantes de estos países a menudo se ven como parte de una nación islámica, más allá de las diferencias de origen o idioma.
El pueblo judío también se ve como una nación basada en su religión común, exista o no un Estado propio (como Israel hoy en día).
Otros usos de la palabra "nación"
Además de los significados más específicos, "nación" se usa a menudo en el lenguaje diario y en el periodismo de forma más amplia.
A veces, "nación" se usa como sinónimo de "Estado", incluso si no es democrático. Por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas en realidad agrupa a Estados. También se usa para referirse a un "territorio", un "país" o al "conjunto de los habitantes de un país regido por el mismo gobierno".
También puede significar un grupo cultural o lingüístico, sin el sentido político. En este caso, puede coincidir con los usos de la palabra antes de que surgiera el concepto moderno de nación cultural.
Historia de la nación
El concepto de nación, tal como lo entendemos hoy (con su parte política), surgió a finales del siglo XVIII, con el fin del Antiguo Régimen y el comienzo de la Edad Contemporánea. Fue entonces cuando se desarrollaron las primeras ideas sólidas de nación y se aplicaron en movimientos políticos, como las Revoluciones Estadounidense y Francesa.
Antes del concepto moderno
Algunos buscan orígenes muy antiguos de la nación cultural, pero esto es incierto. La mayoría de los expertos ven a las naciones como una agrupación social humana relativamente nueva. El filósofo Avishai Margalit dijo que una nación "se ha definido como una sociedad que alimenta un engaño sobre los ancestros y comparte un odio común por los vecinos".
Históricamente, la nación apareció tarde porque la gente se unía por lazos más pequeños (como la ciudad-estado o el feudo) o más grandes (como la Cristiandad). En la Edad Media, se creía en una sola civilización unida por una religión y una lengua culta (como el latín). Esto empezó a cambiar a finales del siglo XVIII, cuando la idea de civilización se ligó a las características culturales de un Estado específico.
Además de los cambios de ideas, hubo cambios políticos, económicos y sociales que llevaron a la unificación. El Estado absolutista centralizó el poder, la vida se hizo menos religiosa, y el comercio y la burguesía pidieron un mercado más unido. Todo esto preparó el terreno para la aparición de la nación.
La nación liberal
El Liberalismo, que surgió en el siglo XVII, fue la corriente que dio origen a las primeras teorías de la nación. Los liberales del siglo XVIII cuestionaron el poder absoluto de los reyes. En lugar de súbditos, introdujeron el concepto de ciudadano, y el poder pasó del rey a la nación. Sus ideas se basaban en la razón, la libertad individual y la igualdad ante la ley, sin importar el origen o la cultura. Era la nación política.
La Revolución Estadounidense y la Revolución francesa fueron hitos importantes. La Declaración de Independencia de los Estados Unidos y la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano reflejan esta nueva mentalidad. Se creía que los requisitos para formar naciones eran los mismos para todos: bastaba con que las personas quisieran formar una comunidad política. La independencia significaba pasar de ser súbditos a ser ciudadanos libres e iguales.
La nación romántica
La expansión de las tropas de Napoleón Bonaparte por Europa provocó reacciones nacionalistas contra el invasor. Destaca el nacionalismo germánico, que tenía características opuestas al liberalismo francés y estadounidense. Así surgió un concepto diferente de nación: la nación cultural.
Pensadores como Johann Gottfried Herder y Johann Gottlieb Fichte fueron los principales inspiradores. Este movimiento se oponía a la razón y el progreso, y valoraba la historia, las tradiciónes y las particularidades de los pueblos.
Para estos pensadores, la nación tenía derecho a tener su propia organización política (un Estado). Pero esta nación no era solo la suma de individuos, sino algo superior. Creían que cada pueblo tenía rasgos propios que lo definían (el Volksgeist o "espíritu del pueblo"), que se manifestaba en el idioma, la cultura, etc. Donde hubiera personas con esos rasgos, habría una nación. Esta idea fue útil en Alemania, que estaba dividida en muchos Estados, para unirse contra Napoleón.
Sin embargo, las ideas de naciones culturales y étnicas solo se popularizaron a finales del siglo XIX. Antes de la Primera Guerra Mundial, pocos Estados europeos tenían una conciencia nacional fuerte. Hoy en día, el análisis histórico y científico muestra que estas naciones son construcciones y que es muy difícil que una nación sea culturalmente homogénea en un territorio.
El Estado-nación
La idea de Estado-nación se aceleró con el nacionalismo romántico, a menudo en oposición a los imperios con muchas culturas. Este movimiento también impulsó la idea de un gran Estado alemán.
Mientras que el concepto de nación se centró en un idioma estandarizado y en las diferencias de origen, también hubo casos contrarios. Por ejemplo, Suiza se independizó del Imperio alemán y se basó en la voluntad de sus habitantes de mantener sus privilegios y la neutralidad, a pesar de tener cuatro idiomas oficiales. El concepto de nación suiza se basa en la "fuerza en la unión" para mantener tradiciónes e ideas comunes, y en no querer pertenecer a otros Estados, aunque compartan idioma.
Un caso similar es el concepto de nación en Estados Unidos, que se refleja en el lema E Pluribus Unum ("De muchos, uno") y en la idea del melting pot (crisol de culturas).
La nación socialista
Karl Marx y Friedrich Engels veían los Estado-nación como un producto de las "revoluciones burguesas" y un paso adelante hacia el socialismo. Creían que eran un buen punto de partida para la evolución hacia el socialismo debido a su tamaño y desarrollo.
Después de la Revolución rusa de 1917, los bolcheviques, liderados por Lenin, promovieron el internacionalismo proletario, buscando el apoyo de los trabajadores de otros países. Lenin apoyó el "derecho de autodeterminación" de los pueblos, no como una forma de separación, sino como una colaboración entre trabajadores para liberarse de la opresión.
Más tarde, en 1913, Stalin definió la nación como "Una comunidad humana estable, históricamente formada y surgida sobre la base de la comunidad de idioma, de territorio, de vida económica y de psicología, manifestada ésta en la comunidad de cultura." Esta idea fue la base para el "socialismo en un solo país", que buscaba financiar y ayudar a los partidos revolucionarios en otras naciones para acelerar sus propias revoluciones.
La nación en movimientos extremos del siglo XX
Después de la Primera Guerra Mundial, en Italia y Alemania, surgieron movimientos políticos que llevaron el nacionalismo a un extremo. Se crearon ideas muy rígidas sobre las naciones, a menudo basadas en el origen de las personas. La idea de Estados nacionales "culturalmente homogéneos" llevó a conflictos y tragedias.
Los líderes de estos movimientos, como Benito Mussolini en Italia y Adolf Hitler en Alemania, establecieron gobiernos muy autoritarios. Para ellos, la nación se identificaba con su propia voluntad.
La nación en países que se independizaron
El nacionalismo también apareció en África y Asia después de la Primera Guerra Mundial, y especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, cuando muchos países se independizaron de las potencias coloniales.
En 1945, cuando se fundó la Organización de las Naciones Unidas, había pocos Estados asiáticos y africanos. Cuarenta años después, más de cien nuevos países de estas regiones se habían unido a la organización.
La creación de estos Estados se parece al concepto de nación política de finales del siglo XVIII. Muchos de ellos se basaron en las fronteras territoriales que las potencias coloniales habían trazado, sin tener en cuenta las diferencias culturales de la población. Debido a esta diversidad, los nuevos Estados tuvieron que construir la unidad política de sus habitantes sin basarse en el origen, la cultura o la religión.
La nación en España
A finales del siglo XIX, surgieron muchos movimientos nacionalistas en España, basados en razones históricas, culturales y lingüísticas. Esto ocurrió especialmente en el País Vasco, Cataluña, Galicia, la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares y Andalucía. Estos movimientos crecieron mucho después de la dictadura de Francisco Franco, con la llegada de la democracia.
La Constitución de 1978
La Constitución española de 1978 se basa en la "indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles". Al mismo tiempo, "reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas".
Algunas comunidades autónomas se definen como "nacionalidades" en sus estatutos de autonomía:
- El País Vasco se define como una "nacionalidad" dentro del Estado español, con el euskera y el castellano como lenguas oficiales.
- Cataluña se define de forma similar en su estatuto.
- Galicia también se define como "nacionalidad histórica".
- Las Islas Canarias fueron reconocidas como nacionalidad en 1996.
- La Comunidad Valenciana también se reconoce como nacionalidad.
La Constitución española reconoce la existencia de diversas nacionalidades españolas, que forman parte de una "Nación española indisoluble". Sin embargo, los conceptos de "nación" y "nacionalidad" no se definen claramente en la Constitución.
En términos legales, la Nación española (como nación política) es el sujeto que forma el Estado, y las Nacionalidades (equivalentes a naciones culturales) son los sujetos que forman las Comunidades Autónomas.
La nación en América
El concepto de nación en América también es complejo. Oficialmente, se usa como sinónimo de Estado territorial. Sin embargo, algunos pensadores promueven la idea de una "nación americana" o "nación iberoamericana", basada en un origen colonial común, el idioma y las historias paralelas.
Para diferenciarse de Europa, se promovió la idea de la nación iberoamericana como una unidad basada en la mezcla de culturas (el mestizaje), intentando mostrar por qué esta sería superior a otras.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Nation Facts for Kids