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Real Fábrica de Artillería de La Cavada para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Real Fábrica de Artillería de La Cavada
Arco La Cavada 1890.jpg
Arco de acceso a la Real Fábrica en 1890, cuando esta ya se hallaba abandonada.
Localización
País EspañaBandera de España España
Comunidad CantabriaBandera de Cantabria.svg Cantabria
Localidad La Cavada, Riotuerto
Datos generales
Categoría Conjunto histórico
Código RI-53-0000563
Declaración 1 de abril de 2004
Construcción 1622 - 1835
Mapa de localización
Real Fábrica de Artillería de La Cavada ubicada en Cantabria
Real Fábrica de Artillería de La Cavada
Real Fábrica de Artillería de La Cavada
Ubicación en Cantabria
Archivo:Localizacion de las fábricas de artilleria de Lierganes y La Cavada
Localización de las Reales Fábricas de Artillería de Liérganes y La Cavada. La franja azul muestra el valle del río Miera, de especial importancia para el desarrollo de la actividad en las dos instalaciones

La Real Fábrica de Artillería de La Cavada fue un importante centro de producción en España. Estaba ubicada cerca de Liérganes y La Cavada, en Cantabria. Fue la primera gran fábrica de hierro y de armamento del país.

Durante más de 200 años, desde 1622 hasta 1835, esta fábrica produjo cañones y municiones de hierro. Estos productos eran esenciales para la defensa del Imperio español y para mantener su poder en los mares.

En los siglos XV y XVI, la artillería se volvió muy importante en las batallas. Las naciones europeas competían por tener las mejores armas. Las flotas navales se hicieron más grandes y poderosas. Era crucial que los países pudieran fabricar miles de cañones para sus barcos.

España necesitaba proteger sus rutas comerciales marítimas. Por eso, se decidió cambiar la forma de producir cañones. Se pasó de los caros cañones de bronce a los más modernos de hierro fundido. Esto fue una gran revolución industrial. La fábrica de La Cavada llegó a producir unos 26.000 cañones. Algunos años fabricó hasta mil cañones para la marina y el ejército.

Actualmente, quedan muchos restos de estas instalaciones en Liérganes, La Cavada y la ría de Tijero. Sin embargo, solo el conjunto histórico de La Cavada ha sido declarado Bien de Interés Cultural.

Historia de las Fábricas de La Cavada

Primeros Pasos y Desafíos

Archivo:Ian Curtius
Retrato de Curtius

A principios del siglo XVII, España necesitaba más cañones. Por ello, se buscó traer expertos de Flandes (una región de Europa) para construir fábricas de hierro. En 1602, el embajador español contactó con Jean Curtius, un empresario muy reconocido.

Curtius intentó establecer fábricas en Vizcaya, pero encontró muchas dificultades. La gente de Vizcaya no quería que el gobierno interviniera en sus minas de hierro. Así que, los expertos regresaron a Flandes.

Curtius, viendo el potencial, se ofreció a construir la fábrica él mismo. Viajó por el norte de España buscando el mejor lugar. Eligió Liérganes por el río Miera, que ofrecía la energía necesaria. También había muchos bosques para obtener carbón vegetal y minas de hierro cercanas. Además, la zona era pobre, lo que significaba que había mucha mano de obra disponible.

Desde 1616, Curtius empezó a construir las instalaciones en Liérganes. Trajo a muchos trabajadores expertos de Flandes. La ubicación era ideal por la cercanía de materias primas y la facilidad para enviar los productos a los astilleros de Guarnizo y el puerto de Santander.

En 1618, se construyeron dos grandes hornos. Las pruebas de fundición comenzaron con la llegada de cuarenta familias de Flandes. El 9 de julio de 1622, el rey aprobó un contrato que le daba a Curtius el derecho exclusivo de fabricar muchos productos. Sin embargo, Curtius tuvo problemas económicos y en 1628 tuvo que ceder sus derechos a un grupo de empresarios.

Este nuevo grupo, liderado por Georges de Bande, recibió un pedido de 200 cañones. En julio de 1630, entregaron las primeras 25 piezas.

Innovación y Crecimiento

Archivo:Royal Artillery Factory at La Cavada. Cannon 2
Los cañones fundidos en La Cavada, como el de la imagen del calibre 18, eran más ligeros y de mayor calidad que los del resto de países. Esto se consiguió debido a la investigación en nuevas tecnologías de fundición.

Después de la muerte de Curtius, De Bande tomó el control de la empresa. En 1634, decidió construir una nueva fábrica en La Cavada.

De Bande mejoró la producción mezclando minerales de diferentes lugares. Con la ayuda de Julio César Firrufino, un experto, desarrolló cañones de hierro un 30% más ligeros. Estos cañones mantenían su calidad y rendimiento. Esta innovación hizo que España fuera líder en tecnología de fundición de hierro en solo 10 años.

Archivo:Mina de Hierro - Monte Vizmaya (Cantabria)
El mineral de hierro para abastecer las fábricas de cañones provenía de las minas de Heras, Somorrostro y Monte Vizmaya. En la imagen, la antigua explotación minera al aire libre en el Monte Vizmaya (Entrambasaguas).

Con la mayor demanda de cañones, en 1636 se inició un proyecto más grande. Se instaló una nueva fábrica llamada Santa Bárbara en La Cavada. Este lugar estaba más cerca de donde llegaba el mineral de Vizcaya y del castillo de San Felipe en Santander, donde se guardaban los cañones.

En La Cavada se construyeron dos grandes hornos entre 1635 y 1637. A partir de entonces, todas las instalaciones (Liérganes, Valdelazón, Tijero, minas y montes) se conocieron como la Fábrica de Artillería de La Cavada. De Bande también construyó una capilla y un muelle en Tijero para enviar los cañones.

Entre 1635 y 1640, las fábricas tuvieron una producción muy alta. Se fabricaron 939 cañones grandes, 195.000 balas, 4010 bombas y 8500 granadas. Los hornos de La Cavada, llamados San José y Santa Teresa, eran los más grandes del mundo en ese momento.

Después de la derrota naval en la Batalla de las Dunas en 1639, la demanda de cañones para la marina disminuyó. La fábrica se centró en producir municiones y pólvora.

Cambios en la Dirección y Expansión

Archivo:Proceso de fundicion en la Fabrica de Artillería de La Cavada
El proceso de fundición de los cañones de hierro, continuado desde mayo hasta octubre. Desde la parte superior de los altos hornos se cargaba la cápsula con carbón vegetal y mineral de hierro (A). El aire se forzaba con grandes fuelles (B). El arrabio fundido fluía al molde del cañón (C), y la escoria salía por otra abertura (D).

Cuando De Bande falleció en 1643, su esposa Mariana de Brito continuó dirigiendo la fábrica de La Cavada. Ella y sus hijos vivían en la casa de Olivares de Riotuerto durante los meses de mayor actividad.

La producción de la fábrica disminuyó debido a la reducción de conflictos y a los precios más bajos impuestos por el estado. La demanda estatal era baja, aunque se vendieron algunas piezas a Países Bajos. La fábrica sufrió varias crisis hasta 1716.

Desde 1716 hasta 1800, las fábricas vivieron su mejor época. La expansión de las rutas comerciales en el Atlántico y el crecimiento de la Armada española aumentaron la demanda. Los cañones de hierro fundido de Liérganes y La Cavada eran muy famosos por ser ligeros y seguros. Eran conocidos por no romperse de repente, lo que los hacía muy fiables.

En esta época, las fábricas también produjeron las tuberías para las fuentes de los palacios de Aranjuez y San Ildefonso. En 1742, Joaquín de Olivares, director de las fábricas, recibió el título de Marqués de Villacastel.

Entre 1756 y 1759, con un nuevo horno, se alcanzaron los mayores volúmenes de producción. Se fabricaron 800 piezas de artillería y 400.000 piezas de munición.

La Fábrica bajo Control del Estado

Archivo:Portalada de Carlos III (La Cavada) 002
El arco conmemorativo de Carlos III en La Cavada sirvió de entrada principal al complejo fabril.

En 1759, con la llegada de Carlos III al trono, la fábrica fue tomada por el estado en 1763. Se convirtió en una "Real Fábrica". Los antiguos dueños fueron compensados económicamente.

Sin embargo, la gestión estatal y la burocracia causaron problemas. La producción disminuyó y la fábrica no se adaptó a las nuevas tecnologías que surgían en otros países. Se centró solo en pedidos militares, lo que la hizo muy dependiente de la Armada.

A finales de 1771, dos cañones de La Cavada fallaron en Ferrol. Esto llevó a pruebas que mostraron que el 80% de los cañones fabricados tenían problemas. Se descubrió que el problema estaba en los minerales de hierro y en el método de acabado.

Esto obligó a la Marina a comprar cañones a fábricas británicas. En 1790, se construyó un sexto horno para aumentar la producción. La Cavada también empezó a fabricar "carronadas", un tipo de cañón más corto y ligero.

En 1781, el Ministerio de Marina tomó la dirección de la fábrica. Se volvió a los antiguos métodos de fundición, lo que mejoró los resultados. En 1783, se construyó un muro alrededor de la fábrica y un arco de entrada, que aún se conserva.

A partir de 1787, la fábrica también produjo objetos para uso civil, como piezas de maquinaria y herramientas. En 1790, se trajo al ingeniero austriaco Wolfgang de Mucha. Él se encargó de construir un sistema para transportar madera por el río Miera usando canales y presas. Este proyecto fue muy costoso y solo funcionó unos pocos años.

El Final de una Era

Archivo:Santisima Trinidad
El navío español Santísima Trinidad (1769), que con sus cuatro puentes y 140 cañones fue el mayor de su época, hundiéndose en la Batalla de Trafalgar. La artillería naval española y sus municiones procedían en su mayor parte de las instalaciones de Liérganes y La Cavada

La derrota de la marina española en la batalla de Trafalgar en 1805 afectó gravemente a la fábrica. Entró en crisis por la falta de pedidos, la escasez de dinero y la falta de carbón vegetal.

La marina española redujo drásticamente el número de sus barcos. Además, la búsqueda de carbón vegetal había agotado los bosques cercanos. Se llegó a construir un enorme tobogán de madera de 2400 metros en Lunada para traer madera de lugares más lejanos.

Las prohibiciones de cortar árboles en los montes cercanos causaron problemas con los habitantes. La gente necesitaba la madera para vivir y trabajar en sus tierras.

En 1795, la fábrica de Liérganes cerró después de 160 años. A partir de 1800, solo funcionaban dos de los cuatro hornos de La Cavada.

Archivo:Rio Miera La Cavada Cantabria
Las crecidas del río Miera en 1801 y 1834 hicieron que el caudal de sus aguas en la localidad de La Cavada superase el puente del Real Sitio, infraestructura que sirvió de entrada al recinto fabril.

Durante la Guerra de la Independencia Española (1808-1814), la fábrica de La Cavada fue un punto estratégico. Aunque las tropas francesas no la ocuparon continuamente, la guerra causó mucha dificultad. Los trabajadores no cobraban y muchos jóvenes se unieron al ejército. La fábrica apoyó la causa española, suministrando material de forma secreta.

Después de la guerra, en 1818, se intentó una nueva fundición sin éxito. La fábrica no podía competir con los precios de otras industrias. Muchos trabajadores buscaron otros empleos.

En 1834, una gran inundación del río Miera destruyó parte de las instalaciones y las presas que movían las máquinas. No se reconstruyeron. Además, las tropas carlistas saquearon la fábrica ese año. Estos dos eventos marcaron el final. La fábrica cerró en 1835. Se calcula que produjo 26.000 cañones y miles de balas y piezas civiles en más de 200 años.

Después del cierre, los habitantes de la zona se llevaron lo que pudieron de los edificios. En 1838, las últimas piezas de artillería que quedaban en La Cavada fueron llevadas a Santander. En 1848, el Ministerio de Marina vendió el terreno donde se realizaban las pruebas de cañones.

Los Trabajadores de la Fábrica

Archivo:Diligencia en La Cavada Cantabria
Una diligencia cruzando el antiguo puente de La Cavada sobre el río Miera a finales del siglo XIX y que daba acceso a la fábrica de artillería.

La creación de las fábricas de Liérganes y La Cavada atrajo a muchos técnicos de Flandes. Ellos enseñaron a los trabajadores españoles el arte de la fundición. Estos expertos fueron clave para el funcionamiento de la fábrica.

Unas setenta familias de Flandes llegaron a la zona a principios del siglo XVII. Sus descendientes trabajaron en las fábricas durante dos siglos. Esta comunidad, aunque experta, vivió un poco aislada de los habitantes locales. A veces, eran tratados como extranjeros debido a su idioma y costumbres diferentes.

Los apellidos de estas familias flamencas se castellanizaron con el tiempo. Hoy en día, es común encontrar apellidos como Arche, Baldor, Del Val, o Uslé en Riotuerto y Liérganes.

Archivo:Gancheros002
Gancheros encauzando los troncos para su transporte por flotación en 1929 en un lugar indeterminado de España.

El número de trabajadores variaba según la época del año. En los meses de fundición, se necesitaban más empleados. En verano, el bajo nivel del río Miera obligaba a parar la producción. Los trabajadores aprovechaban para limpiar y construir nuevas piezas.

Las condiciones de trabajo eran muy duras, tanto en la fábrica como en las minas y los bosques. Mujeres y niños también participaban en muchas tareas. Por ejemplo, se usaban neveras naturales para tratar a los trabajadores quemados o heridos en la fábrica.

Aunque los salarios eran bajos comparados con otras fábricas de España, eran mejores que el promedio de la región. Esto ofrecía una oportunidad de trabajo en una zona muy pobre. La fábrica llegó a emplear a unas mil personas en sus mejores momentos.

Restos y Legado Histórico

Archivo:Recinto de la fabrica de canones de La Cavada
Límite y elementos actualmente observables del antiguo recinto del Real Sitio en la localidad de La Cavada.
1. Puente.
2. Portada de Carlos III.
3. Almacenes.
5. Casa Redonda.
6. Casas de los operarios y las caballerizas.
7. Retén de troncos y rampa.
8. Canal.
9. Puerta de Ceceñas.
10. Huerta del Ministro.
11. Huerta del Comandante.
12. Huerta del Tesorero.
13. Venta.
14. Huerta de las casa de oficial contador y del cuartel.

Hoy en día, aún quedan restos de la Real Fábrica de La Cavada. Muchas construcciones originales han desaparecido o se han usado para otros edificios.

En La Cavada, se pueden ver partes de los muros que rodeaban el complejo. También quedan restos de las estructuras para transportar madera por el río Miera, como los "retenes" y una rampa.

La portada de entrada, dedicada a Carlos III, es uno de los elementos más importantes. Fue construida entre 1783 y 1784 y es un estilo neoclásico. Es Bien de Interés Cultural desde 1985.

El puente sobre el río Miera, que daba acceso a la fábrica, fue construido en el siglo XVII. Ha sufrido daños por las crecidas del río a lo largo de los años.

Archivo:Panoramica del Real Sitio en La Cavada
Panorámica del Real Sitio en La Cavada. La imagen señala algunas de las estructuras conservadas de las antiguas instalaciones (pulsar para ampliar).
1. Puente.
2. Portada de Carlos III.
3. Almacenes.
4. Casa Redonda (Antigua capilla).
5. Casas de los operarios y las caballerizas.

El transporte de madera por el río Miera era complicado. Se construyeron pequeñas presas escalonadas para controlar el flujo del agua y los troncos. Los troncos debían tener un tamaño específico para evitar bloqueos.

También se conservan algunas viviendas, como la Casa del Puente, y edificios que sirvieron de oficinas o caballerizas. La Casa Redonda o El Palacio, aunque muy transformada, aún conserva su capilla.

Archivo:Restos de contrafuertes de la Real Fábrica de Artillería de La Cavada
Restos de un contrafuerte del retén de troncos en el río Miera próximo a la localidad de La Cavada.

El 27 de julio de 2006, se inauguró el Museo de la Real Fábrica de Artillería de La Cavada. En él se puede aprender sobre la historia de la fábrica y ver cañones, municiones, maquinaria y maquetas.

En Liérganes, se conservan casas antiguas de los siglos XVII y XVIII, como la Casa de los Cañones. También quedan restos de canales y construcciones relacionadas con la fabricación de cañones.

Las fábricas de Liérganes y La Cavada fueron el centro de producción de hierro más importante de España durante la Edad Moderna. Fueron el único lugar donde se fabricaron cañones de hierro fundido para el Imperio. Su legado también se ve en el paisaje de Cantabria y en los apellidos de las familias flamencas que trabajaron allí.

Miles de cañones de esta fábrica se usaron para fortificar puertos y armar barcos en todo el mundo. Los historiadores creen que sin esta fábrica, la Marina española no habría podido competir con otras potencias ni mantener sus colonias en América durante tanto tiempo.

Bien de Interés Cultural

Archivo:Portalada de Carlos III (La Cavada) 003
Portada de Carlos III de la Real Fábrica de Artillería (foto de 2014)

La Portalada de Carlos III fue declarada Bien de Interés Cultural el 17 de enero de 1985. El 13 de abril de 2004, todo el conjunto histórico del Real Sitio en La Cavada también fue incluido en esta categoría. Estos lugares se pueden visitar libremente.

Sin embargo, algunas partes del conjunto están en propiedades privadas y no se pueden visitar. Por ejemplo, los almacenes, las casas de los trabajadores y los restos de estructuras hidráulicas.

Es importante saber que solo el núcleo histórico de La Cavada está declarado Bien de Interés Cultural. Otros lugares importantes, como el sitio de Valdelazón (donde se probaban los cañones), los muelles de Tijero o la fábrica de Liérganes, no están incluidos en esta declaración.

Cronología de la Fábrica

Galería de imágenes

Véase también

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Real Fábrica de Artillería de La Cavada para Niños. Enciclopedia Kiddle.