Historia del cristianismo en España para niños
El cristianismo en España tiene una historia muy larga, de casi dos mil años. Se dice que sus orígenes se remontan al siglo I, cuando los apóstoles Santiago el Mayor y San Pablo llegaron a la península ibérica para difundir las enseñanzas de Jesús. Santiago está relacionado con historias como la de la Virgen del Pilar en Zaragoza y el traslado milagroso de su cuerpo a Compostela. Aunque el viaje de San Pablo a Hispania no está del todo confirmado, él mismo expresó su deseo de ir:
«Saldré para España, pasando por vuestra ciudad, y sé que mi ida ahí cuenta con la plena bendición de Cristo.»Epístola a los Romanos. 15,28
Después de ser la religión oficial del Imperio romano, el cristianismo en España pasó por muchos cambios durante la Edad Media. Al principio, hubo diferencias entre el arrianismo de los pueblos germánicos que llegaron y el catolicismo de los hispanorromanos, hasta que el rey Recaredo se convirtió al catolicismo en el año 586. Más tarde, el cristianismo se enfrentó al Islam durante la Reconquista, un periodo en el que hubo momentos de convivencia y otros de conflicto entre las diferentes religiones.
Los reinos que formaron la Monarquía Católica en el Antiguo Régimen se construyeron con una fuerte identidad religiosa. La sociedad estaba dominada por un grupo que se identificaba como "cristiano viejo". Esto llevó a los Reyes Católicos a tomar medidas muy estrictas en asuntos religiosos, como crear la Inquisición española, expulsar a los judíos y obligar a los moriscos a bautizarse. También hubo una gran reforma del clero liderada por el cardenal Cisneros. La Iglesia española de la Edad Moderna se mantuvo muy unida a la monarquía y a los estamentos privilegiados, y no se vio muy afectada por la Reforma luterana. España se convirtió en un gran defensor del catolicismo romano, y sus reyes lucharon en Europa, el Mediterráneo y América para proteger esta fe.
Hubo debates importantes, como el del erasmismo, que buscaba una renovación dentro de la Iglesia. En el siglo XVI surgieron movimientos místicos, con figuras como Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, que reformaron la orden de los carmelitas. También en esta época, San Ignacio de Loyola fundó la influyente Compañía de Jesús. La imagen de una España muy católica, defensora de la fe, se extendió, aunque también dio lugar a la leyenda negra española, que describía a los españoles como intolerantes.
Con la caída del absolutismo y la desaparición de la Inquisición en el siglo XIX, aparecieron las primeras comunidades protestantes en España, aunque al principio solo se les permitía practicar su fe con muchas limitaciones. La crisis del Antiguo Régimen y la Guerra Carlista debilitaron el poder de la Iglesia. A partir de la Edad Contemporánea, se puede hablar de "Dos Españas" divididas por la oposición entre el anticlericalismo y el catolicismo integrista, lo que llevó a la Guerra Civil Española. Durante esta guerra, el clero justificó el conflicto como una cruzada, y muchos religiosos fueron perseguidos y asesinados en la zona republicana.
En el primer franquismo, el nacionalcatolicismo fue una parte fundamental de su identidad. Después del Concilio Vaticano II, la Iglesia católica se dividió entre una visión más abierta y otra más tradicional. La Transición trajo la libertad religiosa con la Constitución de 1978, que, sin embargo, mantuvo un trato especial para la Iglesia católica en temas de financiación y educación. Esto ha causado algunos debates en la democracia. La Conferencia Episcopal también ha tenido diferencias con los gobiernos en temas como el divorcio y el matrimonio igualitario.
La llegada de inmigrantes ha aumentado la presencia de otras religiones cristianas y de población musulmana. Sin embargo, el mayor desafío para el cristianismo en España es la secularización de la sociedad, que ha crecido mucho desde finales del franquismo. Aunque las encuestas muestran que menos gente practica la religión, las tradiciones y manifestaciones de religiosidad popular siguen siendo muy importantes en la identidad de muchos pueblos y regiones.
Contenido
- El cristianismo en la Hispania romana
- Pueblos germánicos y la Iglesia
- Al-Ándalus y los reinos cristianos del norte
- Baja Edad Media: Órdenes religiosas y cambios
- La Edad Moderna y la Iglesia
- Los Reyes Católicos y la religión
- La Inquisición Española
- Reforma de la Iglesia y la educación
- El protestantismo en España
- Erasmismo
- Persecución de la disidencia religiosa
- Debates teológicos en el siglo XVI
- Mística y literatura espiritual del siglo XVI
- Debates intelectuales en el siglo XVII
- Religiosidad popular barroca
- La época de los milagros
- Protestas por los conventos
- Élites y la Iglesia
- Brujería
- Los españoles extienden el cristianismo
- Crisis del Antiguo Régimen
- Reorganización del Protestantismo
- El cristianismo en la España burguesa
- El cristianismo en el Siglo XX
- El cristianismo en la España actual
- Nuevas instituciones
- El crecimiento actual de otras confesiones cristianas
- Véase también
El cristianismo en la Hispania romana
Historias de los apóstoles
Existen muchas historias, algunas más legendarias que otras, que cuentan cómo el cristianismo llegó a diferentes lugares de la Península ibérica en tiempos muy antiguos. Hoy en día, se cree que estas historias son más bien leyendas que buscaban dar importancia a la Iglesia hispana, mostrando su cercanía a los apóstoles para mantener su independencia de Roma. Las más conocidas son:
- La predicación de Santiago el Mayor: Una historia que apareció más tarde y que no tiene base histórica.
- La llegada de Pablo de Tarso: Se dice que Pablo desembarcó en Tarragona. Algunas fuentes mencionan a las primeras personas convertidas, dos mujeres: Xantipa y Polixena. Aunque hay textos antiguos que hablan de esto, los historiadores los consideran poco fiables. Sin embargo, la epístola a los romanos (año 58) sí menciona el deseo de Pablo de ir a Hispania.
- Los siete varones apostólicos: Se dice que fueron enviados por San Pedro. Sus nombres eran Torcuato, Tesifonte, Indalecio, Segundo, Eufrasio, Cecilio y Hesiquio. Se cree que San Cecilio fue martirizado. Se dice que su llegada a Acci (Guadix, Granada) llevó a la conversión de toda una ciudad.
Origen en África
Aunque Pablo pudo haber llegado a la Península ibérica, la expansión del cristianismo en Hispania tuvo una fuerte conexión con las comunidades cristianas de África y con los soldados de la Legio VII Gemina. Se cree que se extendió a través de la Vía de la Plata. Se han encontrado varias señales de influencia africana en el cristianismo español antiguo, como en los primeros documentos de la Iglesia (por ejemplo, las actas del Concilio de Elvira), la arquitectura de las primeras iglesias y el origen africano de algunos de los primeros mártires.
Los primeros escritos que mencionan la presencia cristiana en Hispania son de Ireneo de Lyon, Tertuliano y una carta de San Cipriano (año 254). La gran cantidad de mártires durante las persecuciones de finales del siglo III y principios del siglo IV, como los Santos Niños Justo y Pastor en Complutum (Alcalá de Henares) o Santa Justa y Santa Rufina en Sevilla, demuestran lo extendido que estaba el cristianismo. El Concilio de Elvira (entre el 300 y el 324) es un ejemplo de la organización de la Iglesia en ese tiempo. El primer martirio documentado ocurrió el 21 de enero del año 259 en Tarraco (Tarragona), donde fueron quemados el obispo Fructuoso y los diáconos Augurio y Eulogio.
Algunos cristianos hispanos llegaron a ocupar puestos importantes en la Iglesia de Roma, como Osio (que presidió el Primer Concilio de Nicea en 325) o Paulo Orosio (historiador).
El cristianismo se convierte en religión oficial
Cuando Teodosio, emperador de origen hispano, hizo del cristianismo la religión oficial del Imperio, esta se extendió y los cultos "paganos" disminuyeron. La cristianización de templos y fiestas anteriores dio lugar a una mezcla de tradiciones, especialmente en la religiosidad popular.
La crisis del siglo III hizo que la sociedad se volviera más rural y que las instituciones romanas perdieran fuerza, siendo reemplazadas en parte por la institución episcopal. La vida en los monasterios en el campo también creció. En este periodo de desintegración del Imperio, llegaron a Hispania diferentes formas de cristianismo, como el arrianismo de los suevos y visigodos.
Entre los intelectuales de la época, algunos hispanorromanos se convirtieron en figuras importantes del cristianismo, como Osio de Córdoba y Paulo Orosio. También surgió Prisciliano, quien fue condenado y ejecutado (385) por sus ideas, en uno de los primeros procesos con tortura, que se considera un precedente de la inquisición medieval.
Pueblos germánicos y la Iglesia


La llegada de los pueblos germánicos en el siglo V puso fin al Imperio en Hispania. Estos pueblos, como los suevos y los visigodos, eran cristianos arrianos, lo que los diferenciaba de los hispanorromanos católicos. Al principio, prohibieron los matrimonios mixtos para mantener su separación. Sin embargo, con el tiempo, los reyes de ambos pueblos se convirtieron al catolicismo, y sus pueblos los siguieron. En el caso de los visigodos, la conversión de Recaredo (586) fue muy importante.
A partir de entonces, la Iglesia fue protegida por la monarquía, lo que marcó una estrecha relación entre la Iglesia y el Estado en la historia de España. Un buen ejemplo son los Concilios de Toledo, que eran convocados por el rey y trataban tanto temas religiosos como civiles.
Figuras destacadas de esta época fueron San Ildefonso (obispo de Toledo) e San Isidoro (obispo de Sevilla, con su obra enciclopédica Etimologías). El cristianismo se extendió incluso a zonas más apartadas, como la costa cantábrica, gracias a los eremitas.
Muchos clérigos, como Leandro e Isidoro, escribieron reglas para organizar los monasterios, que crecían mucho en las zonas rurales. El clero se organizó en una jerarquía, con diócesis en las ciudades. Los templos recibían tierras para el sustento de los sacerdotes. La liturgia de esta época, llamada hispánica o mozárabe, era diferente a la que se impondría más tarde en el resto de Europa.
La Iglesia hispana tenía algunas diferencias, como la forma rigurosa de expiar las culpas de los penitentes, que debía ser pública. Para ello, se usaba un espacio especial en el exterior del templo, el pórtico, que también servía para enterramientos.
Al-Ándalus y los reinos cristianos del norte

El cristianismo en Al-Ándalus
Cuando los musulmanes reemplazaron a los visigodos como grupo dominante en la mayor parte de la península en el siglo VIII, el cristianismo no desapareció. Los mozárabes (cristianos que vivían bajo dominio musulmán) conservaron sus iglesias, aunque las catedrales se convirtieron en mezquitas. El obispo de Toledo incluso mantuvo su importancia sobre las sedes de los reinos cristianos del norte al principio.
Esto cambió cuando los reyes de Asturias-León fortalecieron su poder. Desarrollaron una ideología que justificaba su monarquía por su "herencia gótica" y por la intervención de la Virgen de Covadonga. Poco después, se "descubrió" el sepulcro de Santiago, lo que dio origen a las peregrinaciones y al Camino de Santiago. También se logró el triunfo en un debate teológico sobre el adopcionismo, con el apoyo de la cristiandad europea. Los reinos de los Pirineos (Navarra, Aragón y los condados catalanes) estaban más ligados al Imperio carolingio.
Las instituciones de la Iglesia, especialmente las sedes de los obispos y los monasterios, fueron muy importantes en la repoblación de nuevas tierras. La Iglesia se convirtió en la mayor propietaria de tierras y tuvo un gran poder político y militar, similar al de los señoríos laicos. Además, el clero era el único grupo con educación, capaz de leer y escribir. Entre los siglos VIII y X, se fundaron casi mil monasterios en el norte de la península.
La tolerancia inicial de los emires hacia el cristianismo tuvo altibajos. En el siglo IX, los llamados mártires de Córdoba, liderados por San Eulogio, fueron una reacción al debilitamiento del cristianismo en la mayor parte de España, que se estaba islamizando. Las revueltas de mozárabes fueron reprimidas, y muchos emigraron a los reinos del norte. Bajo el califato, hubo expediciones de castigo en las que se saquearon monasterios y catedrales, llevando a Córdoba reliquias y objetos religiosos.
El cristianismo se expande

A partir del siglo XI, la caída del califato en reinos de taifas permitió que los reinos cristianos se fortalecieran. Esto llevó a la expansión de la orden de Cluny (benedictinos), que impulsó el arte románico en el norte. Un siglo después, la orden del Císter hizo lo mismo con el gótico primitivo. Al mismo tiempo, la Reconquista extendía estas nuevas ideas religiosas hacia el sur. Clérigos franceses llegaron para ocupar las nuevas sedes reconquistadas.
El clero se convirtió en un estamento privilegiado similar a la nobleza, con la que tenía fuertes lazos. Los hijos menores de las familias nobles a menudo se unían al alto clero. El bajo clero, con menos formación, estaba formado por los curas de las parroquias y los hermanos legos de los monasterios. Los obispos y los monasterios tenían un gran poder político, gracias a sus enormes ingresos (basados en el diezmo) y sus tierras.
Los tres votos del clero regular (pobreza, castidad y obediencia) ayudaron a la estructura económica y social del feudalismo. La pobreza no impedía a muchos clérigos vivir con lujos, y la castidad aseguraba que los hijos, si los tenían, serían ilegítimos y no heredarían bienes. La obediencia mantenía la unidad de las órdenes religiosas.
La conquista de Toledo en 1086 significó la llegada de los reyes cristianos a territorios con una población muy diversa: judíos, mudéjares (musulmanes bajo dominio cristiano) y mozárabes. La convivencia no siempre fue fácil, ni siquiera entre los cristianos. La archidiócesis de Toledo se convirtió en una de las más ricas de la cristiandad.
Al mismo tiempo, las invasiones de almorávides y almohades trajeron periodos de intolerancia religiosa en la España musulmana, lo que provocó grandes movimientos de población mozárabe hacia los reinos cristianos. También hubo una importante emigración de comunidades judías.
Baja Edad Media: Órdenes religiosas y cambios

Después de la batalla de las Navas de Tolosa (1212), los reinos cristianos conquistaron más territorios. Fernando III se llamó a sí mismo "rey de las tres religiones", y su hijo Alfonso X incluyó un epitafio en cuatro idiomas en su tumba. Sin embargo, esto no significa que hubiera una convivencia perfecta; la rebelión de los mudéjares (1260) muestra lo contrario. La tolerancia religiosa existía, pero siempre bajo la imposición del cristianismo como religión dominante.
El siglo XIII vio una gran expansión de la construcción de iglesias, con impresionantes catedrales góticas que reemplazaron a las románicas o se levantaron sobre las mezquitas conquistadas.
Órdenes religiosas importantes
Además de los benedictinos, la Baja Edad Media vio el surgimiento de muchas órdenes religiosas diferentes:
Órdenes militares y de rescate
Las Cruzadas llevaron a la creación de órdenes militares como la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén, la Orden del Hospital y la del Temple. Tras la disolución de los Templarios, surgieron nuevas órdenes militares en España: la Santiago, Alcántara y Calatrava en Castilla, y la Orden de Montesa en Aragón. Estas órdenes fueron clave en la Reconquista y la repoblación de la Meseta Sur.
También existieron órdenes dedicadas a rescatar cautivos, como los trinitarios y mercedarios.
Órdenes mendicantes
Para enfrentar las herejías urbanas que criticaban la riqueza de la Iglesia, surgieron las órdenes mendicantes, que vivían de la caridad. Las dos más importantes fueron los dominicos y los franciscanos. Estas órdenes buscaban dar ejemplo de vida cristiana, luchar contra las herejías con argumentos y, en algunos casos, a través de los tribunales de la Inquisición.
Dominicos
Santo Domingo de Guzmán, de Castilla, fundó la Orden de Predicadores (dominicos). Él también impulsó la devoción a la Virgen María a través del rosario. Conventos importantes de esta orden fueron San Esteban de Salamanca y San Pablo de Valladolid.
Franciscanos
Los franciscanos, fundados por Francisco de Asís, tuvieron mucha popularidad por su forma de vida sencilla y su adaptación a la vida urbana. Atrajeron a muchas personas y recursos. El propio San Francisco de Asís estuvo en España en 1217.
Otras órdenes religiosas
- Premostratenses: Tuvieron su principal monasterio en Monasterio de Santa María la Real (Aguilar de Campoo) desde 1169.
- Cartujos: Se instalaron desde 1163 en Scala Dei.
- Jerónimos: Aparecieron en el siglo XIV y fundaron importantes monasterios como Guadalupe y Yuste.
Diezmo y capillas
El clero secular, además de sus propiedades, recibía el diezmo, un porcentaje de la producción que se hizo obligatorio desde el IV Concilio Lateranense. Se dividía en tres partes: para el obispo, para el sacerdote y para el mantenimiento de la iglesia.
Las capillas funerarias de familias nobles y clérigos se multiplicaron en las iglesias góticas. Su alto costo aseguraba recursos para la construcción. Estas capillas daban prestigio social, aunque hubo intentos de limitar su tamaño y ostentación.

Judíos y conversos
La población judía en España creció mucho hasta mediados del siglo XIV. El antisemitismo (odio a los judíos) se usó para culparlos de los problemas sociales de la crisis del siglo XIV. Las predicaciones de San Vicente Ferrer y otros llevaron a los pogromos de 1391 (ataques violentos contra judíos). Las conversiones masivas de judíos al cristianismo crearon un nuevo grupo, los cristianos nuevos o conversos. Su éxito económico y social generó resentimiento en los "cristianos viejos".
La sospecha de que los conversos seguían practicando el judaísmo en secreto (criptojudaísmo) y las historias de supuestos crímenes (como el del Santo Niño de la Guardia) alimentaron el "problema converso". Esto llevó a la creación de la moderna Inquisición (1478) y a la expulsión de los judíos de España (1492).
Un caso especial fueron los judíos mallorquines, forzados a convertirse (1435) y controlados por la Inquisición, lo que llevó a una fuerte discriminación de su comunidad, conocida como chuetas.
Crisis de la Baja Edad Media
La crisis del siglo XIV afectó la economía del clero y mostró su papel como defensor de los privilegiados. El Cisma de Occidente (cuando hubo varios papas a la vez) dañó el prestigio del papado y la Iglesia, haciendo evidente la necesidad de una reforma.
A partir de entonces, la presencia de clérigos españoles en la curia romana (el gobierno del Papa) se hizo importante. Familias como los Borja (Borgia) llegaron a tener dos papas (Calixto III y Alejandro VI).
El papel de la Iglesia en esta crisis y su relación con la monarquía, la nobleza y las ciudades, definió su función económica, social y política para los siglos siguientes.
La Edad Moderna y la Iglesia
El Renacimiento y el Humanismo trajeron una nueva forma de pensar, pasando de centrarse en Dios (teocentrismo) a centrarse en el ser humano (antropocentrismo). Sin embargo, en España, los asuntos religiosos siguieron siendo muy importantes y a veces violentos.
Los Reyes Católicos y la religión
Los Reyes Católicos buscaron una unificación en todos los aspectos, incluyendo la religión. Después de la Guerra de Granada en 1492, se enfrentaron al problema de la convivencia entre judíos y conversos. La expulsión de los judíos de España fue vista como una solución. La situación de los musulmanes en Granada también cambió, y tras un edicto de 1502, solo podían vivir en España quienes fueran cristianos. Los bautismos masivos dieron origen al problema morisco, que terminó con su expulsión de los moriscos en 1609.
La Inquisición Española
La inquisición española, diferente de la medieval, se convirtió en una de las pocas instituciones comunes a todos los reinos hispánicos. Tuvo un papel muy importante en el control de la sociedad. Clérigos como Tomás de Torquemada y Pedro Arbués la moldearon. Sus tribunales cubrían todo el territorio, y su red de informantes (familiares) llegaba a todas partes.
Miles de personas fueron procesadas y condenadas, creando un ambiente de persecución. Aunque las formas de los procesos inquisitoriales eran comunes en toda Europa, la Inquisición española tiene una imagen muy negativa. La censura de libros también fue muy estricta en España.
Reforma de la Iglesia y la educación
La reforma de la Iglesia castellana fue una preocupación desde mediados del siglo XV. El Cardenal Cisneros lideró un ambicioso plan de reforma, que incluyó la investigación teológica en la refundada Universidad de Alcalá. Esta época fue la edad de oro de las universidades españolas: Alcalá, Salamanca y Valladolid.
La escuela de Salamanca, liderada por Francisco de Vitoria, renovó la escolástica y tuvo una gran influencia en Europa. Figuras como Melchor Cano y Francisco Suárez abordaron muchos temas desde la teología. La universidad también fue un medio para el ascenso social y para conseguir puestos en la Iglesia y el Estado.
Otras influencias importantes para la Contrarreforma fueron la fundación de la Compañía de Jesús por San Ignacio de Loyola, con figuras como San Francisco de Borja y San Francisco Javier.
La influencia de los clérigos españoles se debió también al poder político, financiero y militar de España en Europa y sobre el Papado. Los Reyes Católicos obtuvieron del Papa Alejandro VI (de la familia Borja) el título de "Católicos" y las bulas que justificaron la colonización de América.
El protestantismo en España

En el siglo XVI también hubo grupos que buscaban vivir un cristianismo diferente a la postura oficial. Estos movimientos clandestinos mostraron interés en los escritos de Lutero. El protestantismo español se extendió principalmente entre la nobleza y las personas cultas, como Juan de Valdés, Francisco de Enzinas y los monjes Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, quienes tradujeron la Biblia al castellano.
Grupos protestantes
- Grupo de Valladolid: Fundado por Carlos de Seso, incluía a unas cincuenta y cinco personas, la mayoría nobles o conversos, como el doctor Agustín de Cazalla.
- Grupo de Sevilla: En 1552, la Inquisición confiscó muchas biblias. Existía un grupo de protestantes de unas 120 personas, centrado en el convento de los jerónimos de Santa Paula y en el Monasterio de San Isidoro del Campo. Muchos de ellos, como Cipriano de Valera y Casiodoro de Reina, huyeron y se convirtieron en figuras importantes de la Reforma protestante europea.
Erasmismo

Desiderio Erasmo fue una figura muy importante en la vida religiosa española de la primera mitad del siglo XVI. El erasmismo, un humanismo cristiano crítico, se difundió a través de sus escritos y de sus discípulos como Luis Vives y los hermanos Juan y Alfonso de Valdés. Incluso se cree que influyó en la novela Lazarillo de Tormes. Aunque contó con el apoyo del emperador Carlos V y de la Universidad de Alcalá, sus poderosos oponentes, especialmente las órdenes religiosas, lograron imponerse.
Persecución de la disidencia religiosa
Alumbrados y protestantes
Desde 1521, la Inquisición persiguió todo lo que pudiera relacionarse con la reforma luterana, creando la imagen de un enemigo útil. Esto llevó a un ambiente cada vez más cerrado y xenófobo, que culminó con la prohibición de estudiar fuera de España (1559).
Los primeros procesados y ejecutados fueron extranjeros. En 1532, el proceso de los alumbrados (grupos que interpretaban la Biblia por sí mismos y preferían la oración mental) marcó el inicio de una persecución más sistemática. Bajo la dirección del inquisidor Fernando de Valdés, se realizaron seis autos de fe entre 1559 y 1562, que condenaron a doscientas personas y acabaron con los grupos de Valladolid y Sevilla. Muchos reformistas huyeron al exilio, como Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera, quienes publicaron la Biblia del Oso en 1569, la versión más usada por los protestantes españoles.
Cristianos nuevos
Una particularidad de la vida religiosa española fue la existencia de la categoría social de "cristiano nuevo", que se mantenía por generaciones, mostrando una motivación étnica en la discriminación. A los judeoconversos se les llamaba marranos, y los estatutos de limpieza de sangre les impedían acceder a muchas instituciones. Esto llevó a muchos a ocultar su origen o a mostrar una mayor intransigencia religiosa.
Los moriscos no fueron tan perseguidos por la Inquisición. Se ha interpretado que los extraños Plomos del Sacromonte, una famosa falsificación histórica, eran un intento de conciliar el cristianismo con el islam por parte de algunos moriscos de alta posición social.

Debates teológicos en el siglo XVI
Los teólogos católicos españoles tuvieron diferentes puntos de vista. La escolástica tradicional fue desafiada por la "teología positiva". El proceso de Fray Luis de León fue una consecuencia de estos enfrentamientos. Las órdenes religiosas también tenían visiones distintas, como los dominicos, defensores del tomismo, y los jesuitas, con ideas que para algunos iban más allá de la ortodoxia católica en temas de la gracia divina y la libertad humana.
La obra de Miguel de Molinos tuvo gran importancia en Europa, especialmente en Francia, donde sus ideas (llamadas molinosismo) fueron adoptadas por Fenelon.
Para la enseñanza religiosa, el Catecismo de la doctrina cristiana del jesuita Gaspar Astete y el de Jerónimo Ripalda (1616) fueron muy utilizados hasta el siglo XX.
Mística y literatura espiritual del siglo XVI
Quien a Dios tiene, nada le falta. Solo Dios, basta.Teresa de Cepeda (Santa Teresa de Jesús)
La ascética y mística española de finales de la Edad Media recibió influencias de místicos árabes, judíos y germánicos. En la primera mitad del siglo XVI, hubo un periodo de asimilación, con muchas publicaciones de literatura espiritual.
El periodo culminante de la mística fue en el último tercio del siglo XVI, con Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. Además de su vida interior y sus escritos, fundaron los primeros conventos de carmelitas descalzos, en medio de una fuerte lucha con los carmelitas calzados.
La mística del siglo XVII se considera un periodo de compilación doctrinal, representada por Sor María Jesús de Ágreda.
Debates intelectuales en el siglo XVII
Los enfrentamientos del siglo XVI fueron superados. La actitud de Baltasar Gracián (El Criticón), que no se interesaba en las implicaciones doctrinales de sus reflexiones morales, chocó con sus superiores jesuitas. El casuismo de los jesuitas, que analizaba todo tipo de casos, especialmente los problemas matrimoniales, era visto por sus adversarios como una moral laxa.

Religiosidad popular barroca
La defensa de las obras y la colaboración del hombre para la salvación, propia de la Contrarreforma, se hizo omnipresente. Esto justificaba el papel de la Iglesia como administradora de los sacramentos y mediadora para la salvación.
Las prácticas religiosas, devocionales y caritativas eran una parte importante de la vida social. Muchas instituciones se encargaban de estas prácticas, desde hospicios para huérfanos hasta hospitales y casas para mujeres. Creció mucho el número e influencia de las cofradías y otras instituciones de laicos.
La religión se vivía como un espectáculo. Un ejemplo máximo son las procesiones de Semana Santa, donde toda la ciudad se convierte en una obra de arte que involucra todos los sentidos. Los autos de fe también se concebían como un espectáculo popular. Las canonizaciones (declarar a alguien santo) fueron muy numerosas en España en el siglo XVII. Se popularizaron los temas teológicos a través del arte y la música, destacando la imaginería y el teatro.
La época de los milagros
Hubo una "inflación milagrera", con 118 milagros registrados en el siglo XVII. Hubo escándalos, pero la jerarquía intentó controlar los excesos. El "tañido de Velilla" (campanas que sonaban solas) se oyó entre 1601 y 1686, avisando de desgracias. En 1641, la reproducción milagrosa de la pierna de Miguel Pellicer (milagro de Calanda) se usó para la propaganda real.
Protestas por los conventos
Aunque la fe era sincera, había problemas en el funcionamiento de las instituciones religiosas. El aumento de la presión económica de los conventos sobre los municipios provocó protestas desde 1523. Se pedía que los monasterios e iglesias no pudieran comprar ni heredar bienes, pero esto no se cumplió. Las fundaciones de conventos disminuyeron a mediados del siglo XVII, pero las propiedades eclesiásticas siguieron creciendo.
Élites y la Iglesia
La devoción de las élites tenía rasgos diferentes. Las fundaciones religiosas privadas eran un símbolo de prestigio social. La monarquía daba ejemplo, y los cargos eclesiásticos se usaban con fines políticos. Los confesores reales eran elegidos con criterios políticos.
Brujería
La brujería tuvo su momento más destacado con el caso de Zugarramurdi (1610). Aunque estuvo muy presente, la persecución de la brujería en España no fue tan intensa como en el centro y norte de Europa. Hubo quienes creían en las brujas y quienes las consideraban una alucinación.
Los españoles extienden el cristianismo
Plazas africanas y Canarias
Las diócesis de Ceuta y Tánger fueron restauradas con la ocupación portuguesa. Las plazas de Melilla y Orán fueron ocupadas por los castellanos. La Conquista de las Islas Canarias fue acompañada de la creación de una estructura eclesiástica, sirviendo de precedente para la colonización y evangelización de América.
En 1390, se encontró en Canarias una imagen de la Virgen de la Candelaria, patrona de las Islas Canarias, por pastores aborígenes guanches, cien años antes de la llegada de los castellanos. Esto unió la evangelización de las islas a esta devoción.
Extremo oriente y Filipinas
Las misiones de los jesuitas, especialmente de San Francisco Javier, se extendieron desde la India hasta China y Japón. Las Islas Filipinas fueron colonizadas por España, y el papel de los clérigos fue muy importante, destacando los Agustinos Filipinos. Desde allí, los agustinos Martín de Rada y Jerónimo Martín fueron los primeros españoles en llegar a China (1575).
América
Después del descubrimiento de Colón, los Reyes Católicos obtuvieron el apoyo papal para la conquista y colonización del Nuevo Mundo, a cambio de la misión de evangelización. Esto dio lugar a instituciones como las encomiendas, que causaron una gran catástrofe humana en el Caribe. El Sermón de Montesinos, de Antonio de Montesinos, denunció esta situación, y Bartolomé de las Casas se convirtió en el mayor defensor de los indígenas americanos.
Fue constante la emigración de clérigos españoles a América para ocupar puestos y realizar misiones (especialmente franciscanos y jesuitas). Las reducciones jesuíticas del Paraguay fueron muy importantes.
El cristianismo americano se formó en parte por la mezcla de religiones (sincretismo), como en el caso de la Virgen de Guadalupe. Algunos clérigos se interesaron por las culturas precolombinas, como Fray Bernardino de Sahagún.
La América hispana era una sociedad dividida en "castas", donde la religión jugaba un papel esencial para suavizar los conflictos.
Protestantismo en Latinoamérica
Los alemanes que llegaron a Venezuela (1528-1546) fueron la primera comunidad protestante en América, pero fue desmantelada. No se formaron otros grupos protestantes hasta después de la Independencia de la América Hispana.
Crisis del Antiguo Régimen



Regalismo
El Siglo de las Luces comenzó con una afirmación del regalismo de la nueva dinastía de Borbón, que aumentó el control del rey sobre el clero en detrimento del Papa. La expulsión de la Compañía de Jesús en 1767 fue el punto más extremo de esta política. También se tomaron medidas que afectaban la economía del clero, como la reforma del excusado (un tipo de diezmo).
Nuevo ambiente intelectual
Desde principios del siglo XVIII, hubo un nuevo enfoque sobre la misión de la Iglesia y el valor de la pobreza. Los ilustrados criticaron la oratoria religiosa, la Inquisición y la forma en que se reclutaba al clero. También criticaron el excesivo número de religiosos y la riqueza de la Iglesia, que no se usaba en inversiones productivas.
Surgió una nueva forma de pensar racionalista y enciclopedista. Aunque llegó tarde a España, se fue imponiendo. Las posturas críticas variaban, desde las moderadas de clérigos ilustrados como Feijoo hasta las más extremas.
Mayoría tradicionalista
Pero la gran mayoría de la sociedad se mantuvo en posiciones tradicionalistas en lo religioso. Es el momento en que aparece la España Sagrada del Padre Flórez, que busca en el pasado las raíces del cristianismo como parte esencial de lo español. Predicadores como Fray Diego José de Cádiz defendían una religión más emotiva y adaptada a las costumbres locales.
La influencia de los clérigos seguía siendo enorme, especialmente entre las clases populares. En la educación, la influencia clerical aumentó, tanto en las élites como en el pueblo. Los colegios escolapios se extendieron en esta época.
La Guerra de Independencia Española intensificó la actitud del clero, que incluso tomó las armas.
Revolución Liberal
Los debates de la Constitución de Cádiz (1812), a pesar de declarar la religión católica como la única de la nación, asociaron a la mayor parte del clero con el absolutismo. Con las Guerras Carlistas y la quema de conventos de 1835, la identificación del clero con el absolutismo se hizo más evidente. Esto llevó a la desamortización de 1836, que privó al clero de su base económica. En esta época, surgió un creciente anticlericalismo y un proceso de descristianización en algunas zonas.
También se abolió definitivamente la Inquisición.
Reorganización del Protestantismo
Inicio de la institucionalización del Protestantismo
A partir del siglo XIX, el protestantismo en España comenzó a organizarse formalmente. Esto fue posible gracias a una mayor tolerancia hacia los extranjeros no católicos. En 1831, Fernando VII permitió la construcción de cementerios civiles para protestantes.
También llegaron misioneros extranjeros y españoles protestantes del exilio para organizar el protestantismo español. El historiador Gabino Fernández señala a Cádiz y el año 1838 como el lugar y la fecha de la primera Iglesia Evangélica española.
Con los gobiernos liberales, se permitió la presencia y predicación de protestantes. Guillermo Harris Rule, metodista inglés, fundó en Cádiz la primera escuela (1838) y la primera iglesia (1839) del protestantismo español, que funcionó en secreto hasta 1868. El ex fraile franciscano Juan Calderón fundó las primeras revistas protestantes en español. Se crearon pequeños grupos de protestantes en Madrid, Andalucía y otros lugares.
Sexenio democrático y la Primera República
Después de la Revolución de 1868, la situación de los protestantes mejoró mucho. El Gobierno provisional concedió la libertad de culto en 1868. En este periodo, se fundaron públicamente iglesias, escuelas, periódicos, editoriales, hospitales y orfanatos.
Los colegios evangélicos adoptaron métodos pedagógicos modernos, promoviendo una enseñanza plural y mixta. También hubo esfuerzos en el ámbito social, como la labor del pastor protestante Antonio Carrasco en la abolición de la esclavitud en las colonias españolas.
Las Iglesias Evangélicas se establecieron principalmente en Andalucía, Madrid, Cataluña, Baleares y Galicia. En 1869, se obtuvo permiso para celebrar culto protestante en Madrid. Las divisiones entre los protestantes españoles llevaron a la creación de diferentes denominaciones de iglesias.

El cristianismo en la España burguesa
El reinado de Isabel II comenzó con conflictos entre liberales y el clero, pero la situación mejoró. El sacerdote y filósofo Jaime Balmes buscó un acercamiento de la intelectualidad católica a la nueva situación.
Los gobiernos moderados se reconciliaron con el papado, firmando el Concordato de 1851. La Iglesia renunció a recuperar sus bienes desamortizados, y el Estado se comprometió a mantener un Presupuesto de Culto y Clero. España siguió siendo un estado confesional. La reina se rodeó de figuras religiosas como Sor Patrocinio y San Antonio María Claret.
La revista jesuita Razón y Fe defendió la función educativa de la Iglesia.
El sexenio revolucionario (1868-1874) fue un nuevo periodo de desencuentro entre los gobiernos progresistas y la Iglesia. La Constitución de 1869 fue la primera en España en reconocer la libertad religiosa.
La Iglesia experimentó un resurgimiento en España a finales del siglo XIX, actualizando su función social. La doctrina social de la iglesia se difundió, aunque algunos la veían como demasiado avanzada. Los Círculos Católicos de Obreros fueron introducidos por el jesuita Antonio Vicent, buscando "restaurar la caridad" y la religiosidad en los obreros.
La exigencia de que las enseñanzas universitarias fueran católicas llevó a la salida de intelectuales como Francisco Giner de los Ríos, que fundaron la Institución Libre de Enseñanza.
Para 1902, las escuelas religiosas eran casi cinco mil, ejerciendo el monopolio de la enseñanza secundaria. El interés por aumentar su presencia en la escuela primaria llevó a la fundación de las Escuelas del Ave María por Andrés Manjón.

El cristianismo en el Siglo XX
A principios de siglo, la acción social católica se reorientó hacia la creación de sindicatos católicos para obreros, aunque no crecieron tanto como los sindicatos de izquierda.
La Semana Trágica de Barcelona (1909) mostró el distanciamiento de la Iglesia con la clase obrera. La Ley del candado (1910) impidió el establecimiento de nuevas órdenes religiosas.
Con la creación del Ministerio de Instrucción Pública, comenzó un enfrentamiento entre los gobiernos liberales y la enseñanza religiosa. La Iglesia defendió la libertad de enseñanza. Se creó la Federación de Amigos de la Enseñanza (FAE) y se aprobó la Institución Teresiana (1924). También se lanzó el diario El Debate, que representaría la opinión católica.
Segunda República
El Estado español no tiene religión oficial.Constitución española de 1931, Artículo 3.
La Segunda República Española tuvo una legislación que limitaba el poder de la Iglesia. Las medidas más importantes fueron la supresión del presupuesto para el clero y las exenciones de impuestos, y las relacionadas con la enseñanza y la supresión de la Compañía de Jesús.
La concesión del sufragio femenino en 1932 generó debate, ya que algunos pensaban que las mujeres votarían según la orientación de sus confesores.
La relación de la jerarquía católica con Acción Popular y la CEDA fue evidente. Las quemas de iglesias y asesinatos de sacerdotes durante la revolución de 1934 mostraron que la religión era un frente de conflicto.

Guerra civil española
Durante la Persecución religiosa durante la guerra civil española, muchos líderes sindicales católicos fueron asesinados en la zona republicana. La Carta colectiva del episcopado español durante la Guerra Civil tuvo un gran impacto internacional, atrayendo apoyos al bando franquista. El documento consideraba la situación como una persecución religiosa y justificaba la sublevación militar como una Cruzada para salvar a España del ateísmo.
La influencia del Vaticano en el nuevo Estado de Franco fue muy importante. Sin embargo, hubo algunos cardenales, como Francisco Vidal y Barraquer, que se negaron a firmar la Carta colectiva y a reconocer el régimen franquista. También hubo religiosos asesinados por las tropas franquistas, aunque en menor número. La masonería fue especialmente perseguida por el bando vencedor.
Nacionalcatolicismo

El nacionalcatolicismo fue una de las principales señas de identidad del franquismo. El Concordato de 1953 reconoció importantes competencias al papado y una libertad de expresión y actuación para la Iglesia que no tenía ninguna otra institución. La Iglesia Católica española obtuvo muchos beneficios económicos del régimen. Se volvió a instaurar la asignatura de religión católica obligatoria y se consolidó una gran red de centros de enseñanza privada católica.
Dentro del mundo católico, existían diferentes corrientes, desde posturas cercanas a la democracia cristiana hasta movimientos más tradicionales. El Opus Dei, fundado en 1928 por José María Escrivá de Balaguer, tuvo una presencia considerable en la política y la economía.
Persecución del Protestantismo durante la Guerra Civil y el Franquismo
Durante la guerra civil española, el régimen franquista persiguió a los protestantes españoles. Se confiscaron las traducciones no católicas de la Biblia y se cerraron las escuelas protestantes. Aunque el Fuero de los Españoles de 1945 permitió la práctica privada, el protestantismo sufrió discriminación legal.
Aggiornamento y cambios
A partir del Concilio Vaticano II, la Iglesia española experimentó grandes cambios. Los más evidentes fueron los cambios litúrgicos, pasando de la misa en latín a las lenguas locales. El aspecto tradicional de las iglesias, con muchas imágenes, fue reemplazado por espacios más sencillos. La música también cambió, incorporando instrumentos modernos.
Cada vez fue más común la presencia de cristianos en la oposición al franquismo. Las comunidades cristianas de base contaron con la presencia de los llamados curas obreros. El nacionalismo vasco también vio cómo el clero local se acercaba a movimientos políticos. En Cataluña, el Monasterio de Montserrat acogió a movimientos catalanistas y de oposición al franquismo.
Muchos clérigos y laicos católicos fueron al extranjero en misiones, especialmente a América Latina, donde algunos participaron en la teología de la liberación.
Pero el cambio más notable en la última etapa del franquismo fue la secularización de la sociedad española. La modernización económica, la migración y la apertura al exterior influyeron en una mayor liberalización de las costumbres. Los valores de la sociedad de consumo prevalecían sobre los valores de la sociedad preindustrial. La "España real" se alejaba cada vez más de la "España oficial" y de las prácticas religiosas. La llamada crisis de vocaciones amenazaba con vaciar los seminarios y conventos.
Democracia y la Iglesia actual
- Se garantiza la libertad ideológica, religiosa y de culto de los individuos y las comunidades sin más limitación, en sus manifestaciones, que la necesaria para el mantenimiento del orden público protegido por la ley.
- Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
- Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia católica y las demás confesiones.
Artículo 16 de la Constitución española de 1978
La Constitución de 1978, aunque proclama la libertad religiosa, da un trato especial a la Iglesia católica. Los Acuerdos entre el Estado español y la Santa Sede de 1979 garantizaron la financiación de la Iglesia católica. El Ministerio de Hacienda estableció en 1988 que los contribuyentes pueden destinar un porcentaje de su IRPF a la Iglesia. Además, la Iglesia goza de exenciones de impuestos y subvenciones.
La Conferencia Episcopal Española a menudo se presenta dividida entre obispos "moderados" y "conservadores". También ha habido tensiones territoriales. A pesar de esto, la sujeción a la autoridad papal ha hecho que los problemas sean escasos.
Las comunidades cristianas de base se han distanciado de la jerarquía eclesiástica, planteando diferencias en temas como el celibato opcional, el papel de la mujer en la Iglesia y la opción preferencial por los pobres.
Las visitas a España de Juan Pablo II, desde 1982, mostraron la fuerza del catolicismo "tradicional". Las movilizaciones masivas contra ciertos proyectos políticos han sido muy importantes en los últimos años, especialmente en temas de enseñanza y matrimonio igualitario.

El cristianismo en la España actual
Estadísticas de adscripción religiosa
Según el CIS (mayo de 2016), el 72,1% de los españoles se define como católico, aunque la mayoría no son practicantes. España es el octavo país católico del mundo por número de fieles.
El porcentaje de contribuyentes que marcan la casilla para el sostenimiento de la Iglesia en la declaración de la renta es de alrededor de un tercio.
Secularización y religiosidad popular
La mayoría de los españoles sigue asistiendo a la iglesia para los sacramentos (bautizo, comunión, boda, funeral), aunque el porcentaje ha disminuido. Los nombres de los hijos siguen siendo cristianos. El ritmo laboral sigue marcado por las fiestas religiosas.
La secularización ha llevado a conflictos en algunas profesiones, como médicos y farmacéuticos, que usan la objeción de conciencia en temas como la práctica legal de interrupciones del embarazo o la dispensación de ciertos productos.
Las manifestaciones multitudinarias siguen siendo importantes para la identidad local, regional o nacional: Semana Santa en España, Romería del Rocío, Procesión del Corpus de Toledo, Misterio de Elche, etc. Las fiestas de moros y cristianos también tienen un referente religioso.
Nuevas instituciones
La dificultad para renovar las vocaciones religiosas ha provocado el envejecimiento del clero y problemas en la atención parroquial. Sin embargo, en los últimos años ha habido una mayor presencia social de personas e instituciones vinculadas a la Iglesia católica:
ONG
Cáritas es la ONG más importante de España, con un gran número de voluntariados en programas contra la pobreza y la marginación.
Centros sanitarios y asistenciales
Existen numerosos centros sanitarios y asistenciales propiedad de la Iglesia o dirigidos por religiosos, como hospitales, hogares para ancianos y guarderías.
Educación confesional cristiana
La educación religiosa está muy extendida, principalmente a través de colegios concertados, que son gratuitos y subvencionados por la administración pública. Estos colegios escolarizan a más del 30% de los alumnos.
La asignatura de religión es obligatoria en todos los colegios e institutos, y optativa para los alumnos. Su elección es mayoritaria, aunque disminuye con el tiempo y la edad. La contratación y pago de los profesores de religión corresponde a la administración educativa, pero su elección la hace el obispo de cada diócesis.
También existen asociaciones de padres católicos (CONCAPA) y patronales de colegios religiosos (FERE y CECE).
Las universidades privadas de orientación cristiana también son numerosas, como San Pablo CEU y Universidad de Navarra.
Medios de comunicación
- Prensa: La revista Alfa y Omega de la Archidiócesis de Madrid se distribuye como suplemento con el periódico ABC.
- Radio: La COPE es una cadena de emisoras propiedad de la Conferencia Episcopal.
- Televisión: Popular TV y Trece son canales con difusión limitada.
- Internet: Hay muchos sitios web de instituciones católicas.
El crecimiento actual de otras confesiones cristianas
Con la libertad de culto garantizada por la Constitución de 1978, otras confesiones cristianas han crecido, especialmente en grupos que ven en la religión un medio para preservar su identidad:
- Evangelicalismo entre la población gitana y los inmigrantes latinoamericanos.
- Iglesias ortodoxas entre los inmigrantes rumanos y búlgaros.
Protestantes
Según el censo INE 2008, el número de protestantes en España alcanza 1.200.000 fieles. En 2011, se calculaba un millón y medio de protestantes, con casi tres mil templos. La Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (FEREDE) se constituyó en 1992 para dialogar con el Estado español.
Cristianos ortodoxos y orientales
Cristianismo ortodoxo en España Desde 1895, hay actividad religiosa del cristianismo ortodoxo en España. Actualmente, se pueden contabilizar aproximadamente un millón de fieles ortodoxos en el país. La mayoría son de nacionalidad rumana, seguidos de búlgaros, ucranianos, rusos y otros grupos minoritarios.
Véase también
- Iglesia Católica en España
- Unidad católica de España
- Reforma Protestante en España
- Diócesis de España
- Catedrales de España
- Monasterio en España
- Historia del cristianismo
- Clericalismo en España
- Anticlericalismo en España
- Iglesia Evangélica Española
- Iglesia Española Reformada Episcopal