Francisco Giner de los Ríos para niños
Datos para niños Francisco Giner de los Ríos |
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![]() Retratado en 1881
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Francisco de Borja Juan de Dios María de la Concepción | |
Nacimiento | 10 de octubre de 1839 Ronda (España) |
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Fallecimiento | 18 de febrero de 1915 Madrid (España) |
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Sepultura | Cementerio civil de Madrid | |
Nacionalidad | Española | |
Educación | ||
Educado en |
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Alumno de | Julián Sanz del Río | |
Información profesional | ||
Ocupación | Pedagogo y filósofo | |
Conocido por | Institución Libre de Enseñanza. | |
Cargos ocupados | ||
Empleador | Universidad Central | |
Firma | ||
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Francisco Giner de los Ríos (nacido en Ronda, el 10 de octubre de 1839, y fallecido en Madrid, el 18 de febrero de 1915) fue un importante educador, pensador y escritor español. Fue alumno de Julián Sanz del Río y fundó la Institución Libre de Enseñanza (ILE).
Giner impulsó muchos proyectos educativos. Entre ellos destacan el Museo Pedagógico Nacional, la Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas y la Residencia de Estudiantes. También apoyó las Colonias Escolares y las Misiones Pedagógicas. Su idea era que la universidad fuera un lugar donde no solo se aprendiera, sino que también se formaran personas con valores.
Después de un tiempo difícil en España, las ideas de Giner y la ILE no fueron bien vistas por el gobierno de entonces. Se consideró que sus métodos educativos eran diferentes a lo que se esperaba. Sin embargo, parte de sus enseñanzas y su legado se recuperaron a partir de 1982.
No comprendo por qué odian de esa manera a las Misiones. Las Misiones no hacen más que educar. Y a España la salvación ha de venirle por la educación.Bartolomé Cossío, Manuel (3 de septiembre de 1935). Heraldo de Madrid.
Contenido
La vida de Francisco Giner de los Ríos
Sus primeros años y estudios
Francisco Giner de los Ríos nació en el otoño de 1839 en Ronda, una ciudad de Málaga. Fue el hijo mayor de Bernarda de los Ríos Rosas y Francisco Giner de la Fuente.
En 1848, Francisco estudió en el Colegio de Santo Tomás, en Cádiz. Después, en 1851, continuó sus estudios en el Instituto de Alicante. Allí obtuvo el título de Bachiller en Filosofía un año más tarde.
Luego se mudó a Barcelona para estudiar Jurisprudencia (leyes) en la universidad. En 1853, Giner se trasladó a Granada. En la Universidad de Granada, se licenció en Derecho y obtuvo el bachillerato en Filosofía y Letras.
En Granada, Giner leyó libros sobre el krausismo, una corriente de pensamiento que influyó mucho en sus ideas. En 1856, con diecisiete años, se instaló en Madrid.
Su carrera en Madrid
A partir de 1863, de nuevo en Madrid, Giner trabajó en el Ministerio del Estado. También comenzó a colaborar con la Universidad Central. Allí conoció y se hizo amigo de Julián Sanz del Río, quien trajo las ideas del krausismo a España.
En este ambiente universitario, conoció a Fernando de Castro y Gumersindo de Azcárate. En 1865, Francisco Giner se doctoró en Derecho. También visitaba el Ateneo, un lugar de encuentro para intelectuales.
En 1866, Giner publicó su primer libro, Estudios literarios. Ese mismo año, ganó una plaza de profesor de Filosofía del Derecho y Derecho Internacional en la Universidad de Madrid.
Desafíos en la enseñanza
En 1867, un decreto del ministro de Fomento, Manuel Orovio Echagüe, causó problemas en la Universidad. Como resultado, algunos profesores, como Sanz del Río, de Castro y Salmerón, fueron apartados de sus puestos. Giner los apoyó y fue suspendido en mayo de ese año.
Sin embargo, un cambio político en 1868 permitió que los profesores volvieran a sus cátedras. El nuevo ministro de Fomento, Manuel Ruiz Zorrilla, confirmó esta decisión.
Durante el curso 1874-1875, Joaquín Costa le presentó a Giner a un joven Manuel Bartolomé Cossío. Cossío se convertiría en su gran colaborador y sucesor. En este tiempo, Giner publicó Prolegómenos del derecho. Principios de derecho natural y tradujo el Compendio de Estética de Krause.
Con Antonio Cánovas del Castillo como presidente, Orovio volvió a ser ministro. Un nuevo decreto que limitaba la libertad de enseñanza provocó protestas. Muchos profesores, incluyendo Giner, fueron detenidos. Giner fue llevado a la prisión militar del Castillo de Santa Catalina en Cádiz en 1875.
Su salud era delicada, por lo que fue trasladado a un hospital. Durante este tiempo, los profesores detenidos pensaron en la idea de crear una universidad libre. Giner conoció a otros intelectuales que luego se unieron a la Institución Libre de Enseñanza. A finales de ese verano, Giner y sus colaboradores comenzaron a dar forma al proyecto.
La Institución Libre de Enseñanza (ILE)
El 29 de octubre de 1876, Francisco Giner de los Ríos asistió a la apertura del primer curso de la Institución Libre de Enseñanza (ILE). Él era solo un profesor, pero su influencia fue enorme.
Durante los años siguientes, Giner viajó mucho y publicó varios ensayos. También dirigió el Boletín de la ILE y trabajó incansablemente para atraer a más colaboradores y futuros miembros de la Institución, como Manuel Bartolomé Cossío.
Un periodo de crecimiento
En mayo de 1880, Giner fue nombrado director de la Institución. También continuó dirigiendo el Boletín de la ILE.
Cuando hubo un cambio de gobierno en 1881, Giner y los demás profesores fueron restituidos en sus puestos universitarios. Con el apoyo del gobierno, la Institución Libre de Enseñanza se fortaleció. Se convirtió en un modelo de calidad educativa y ganó reconocimiento en España y en otros países.
Viajes educativos
En el verano de 1883, Giner, Cossío y un grupo de alumnos y profesores hicieron una larga excursión. Salieron de Madrid el 14 de julio con la intención de llegar a Lisboa. Recorrieron la sierra de Guadarrama, parte de la costa Cántabra, Asturias y León, y los Picos de Europa. Llegaron a La Coruña el 10 de septiembre y a Lisboa a principios de octubre. Esta excursión fue muy importante para la historia de la educación.
En 1884, Giner y Cossío asistieron al Congreso Pedagógico Internacional de Londres. Dos años después, viajaron juntos por Francia, los Países Bajos e Inglaterra con varios alumnos de la ILE.
En 1886, Giner publicó Estudios sobre educación. Después, escribió otros libros importantes sobre pedagogía, como Educación y enseñanza (1889) y Estudios sobre artes industriales (1892).
En 1887, el equipo de la ILE se reunió en Villablino con Francisco Fernández-Blanco y Sierra-Pambley. Juntos crearon la Fundación Sierra-Pambley, que incluía una Escuela de Enseñanza Mercantil y Agrícola.
Francisco Giner de los Ríos falleció el 18 de febrero de 1915. Después de su muerte, se creó la Fundación que lleva su nombre, el 14 de junio de 1916.
El impacto de la ILE
La filosofía y el esfuerzo de Francisco Giner de los Ríos se vieron reflejados en los proyectos que surgieron de la Institución Libre de Enseñanza. Estos proyectos formaron un universo educativo, científico y humanista:
- El Museo Pedagógico Nacional, dirigido por Cossío desde 1882.
- La Junta para Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (JAEIC), creada en 1907. Fue dirigida por Santiago Ramón y Cajal y organizada por José Castillejo.
Bajo la coordinación de la JAEIC, se crearon otras instituciones importantes:
- La Residencia de Estudiantes, creada en 1910 y dirigida por Alberto Jiménez Fraud.
- El Centro de Estudios Históricos, creado en 1910 bajo la dirección de Ramón Menéndez Pidal.
- El Instituto Nacional de Ciencias Físico-Naturales, también de 1910.
- El Instituto-Escuela, abierto en 1918.
Otros proyectos importantes de la ILE fueron:
- Las Misiones Pedagógicas, impulsadas por Cossío entre 1932 y 1936.
- Las Colonias Escolares, que fueron un modelo para los campamentos de verano actuales.
- La Fundación Sierra-Pambley, creada en 1887.
Personas destacadas de la ILE
Muchos profesores, alumnos y colaboradores estuvieron relacionados con la ILE. Algunos nombres importantes son: Leopoldo Alas «Clarín», Rafael Altamira y Crevea, Manuel Azaña, Gumersindo de Azcárate, Manuel Bartolomé Cossío, Julián Besteiro, Joaquín Costa, Manuel de Falla, María Goyri, Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado, María Moliner, Severo Ochoa, José Ortega y Gasset, Pedro Salinas, Miguel de Unamuno y María Zambrano.
Además, muchos artistas e intelectuales famosos, aunque no fueron alumnos directos de la ILE, sí estudiaron en la Residencia de Estudiantes. Entre ellos se encuentran Luis Buñuel, Salvador Dalí, Federico García Lorca y Rafael Alberti.
El pensamiento educativo de Giner
La influencia del krausismo
Francisco Giner de los Ríos fue muy influenciado por el krausismo español, una corriente filosófica. Su trabajo y sus métodos ayudaron a renovar la vida intelectual en España.
Giner quería "regenerar el país a través de las conciencias". Su objetivo era crear personas íntegras, cultas y capaces. Creía que los cambios en la sociedad vienen de las personas y sus ideas, no de conflictos.
Cómo entendía la educación
Giner pensaba que la educación debía cambiar a las personas. No debía ser algo impuesto, sino algo que cada individuo adquiriera por sí mismo. La educación tenía dos metas principales: que las personas desarrollaran un pensamiento crítico y que el conocimiento científico fuera valorado como el único válido y libre.
Para lograr esto, Giner confiaba en la realidad de su tiempo y en la sociedad. También creía que las personas debían tener confianza en sí mismas para que la sociedad progresara.
Giner definía la educación como "una acción universal y que se extiende por todas partes". En ella, el educador ayuda al alumno a pensar. Este proceso educativo nunca debe terminar; no es solo alcanzar una meta y luego parar.
Esto significa que el educador no solo transmite información. Su tarea es más compleja: debe formar a los futuros educadores, dándoles conocimientos y valores. El educador debe ser un ejemplo positivo para el alumno.
En la práctica, Giner recomendaba el método cíclico. Este consistía en enseñar diferentes materias de forma general. Luego, cada año se profundizaba más en ellas. Los alumnos también buscaban información por su cuenta para relacionar lo aprendido.
El método intuitivo
El método pedagógico de Giner se llamaba método intuitivo. Era una mezcla de la filosofía de Sócrates y la práctica de Francisco de Asís. El maestro influía en sus alumnos por su conocimiento y su cariño, no por su autoridad.
En la ILE, la relación entre alumnos y profesores era muy cercana y familiar. Así, el profesor podía influir mejor en la conciencia del alumno. Los alumnos usaban cuadernos en lugar de libros de texto. No había exámenes de memoria. Las excursiones a museos, fábricas y el campo eran muy frecuentes.
La universidad ideal
Para Giner, la Universidad debía ser el nivel más alto de educación. Debía ser general y, a la vez, profesional. Si la Universidad se especializaba demasiado, una persona no podría aprender todo lo que necesitaba. Por eso, cada uno se especializaba según su vocación.
Lo más importante para Giner era que la Universidad fuera un "órgano" que se coordinara con la sociedad. Debía ayudar al desarrollo personal para conseguir conocimientos. Él distinguía dos tipos de universidades:
- Científicas (como la alemana): Su objetivo principal era la investigación.
- Generales (como la inglesa): Su objetivo era formar a las personas para la sociedad. La investigación era un medio para esa formación, no un fin en sí mismo.
La universidad alemana como modelo
Giner veía la universidad alemana como un verdadero modelo educativo. Allí, los alumnos buscaban y creaban el conocimiento, en lugar de solo escuchar al profesor. Las bibliotecas, academias y cátedras (puestos de profesor) eran clave para difundir la cultura científica.
La investigación científica debía ser lo más importante en la universidad. Los profesores y sus equipos debían buscar respuestas a preguntas sin resolver. También debían formar a futuros investigadores y a profesores científicos.
Obras importantes

Las obras completas de Francisco Giner de los Ríos se agrupan en varios volúmenes. Algunas de sus publicaciones más conocidas son:
- Principios de Derecho natural (1875).
- La Universidad española.
- Estudios de Literatura y Arte (1876).
- Lecciones sumarias de Psicología (1874).
- Estudios jurídicos y políticos (1875).
- Estudios filosóficos y religiosos (1876).
- Estudios sobre educación (1886).
- La persona social. Estudios y fragmentos I y II (1899).
- Pedagogía universitaria (1905).
- Filosofía y Sociología: Estudios de exposición y de crítica (1904).
- Educación y enseñanza (1889).
- Resumen de Filosofía del Derecho I y II (1898).
- Estudios sobre Artes industriales y cartas literarias.
- Ensayos menores sobre educación y enseñanza I, II y III.
Entre sus obras más difundidas se encuentran la Antología Pedagógica y los Ensayos. También es importante su traducción del Compendio de Estética de Karl Christian Friedrich Krause.
Iconografía

Manuel Bartolomé Cossío, quien fue su mano derecha y continuador de la Institución Libre de Enseñanza, describió a Giner así:
A su espíritu en perpetua vibración, acompañaba un cuerpo pequeño y también en movimiento perpetuo, coronado de una nobilísima cabeza grande, con cara algo alargada, ojos castaños, de una extraña mezcla, según los momentos, entre bondadosos y agresivos; barba en punta, espesa y dura, que fue blanca desde los cuarenta años, y hasta entonces negra como el pelo, que perdió muy joven. En conjunto, en color y en estructura, si se descuenta la energía de sus rasgos, recordaba a los santos de Ribera.
Aunque hay muchos escritos que describen a Francisco Giner de los Ríos, hay pocas imágenes de él. Solo existen un par de retratos al óleo. Uno fue pintado en Alicante alrededor de 1852 por Manuel Ojeda y Silés, mostrando a Giner de niño. El otro fue obra de Joaquín Sorolla en 1908.
También hay pocas fotografías de Giner, ya que, según Jiménez-Landi, al maestro "no le gustaba que le hicieran retratos". La foto más conocida es la que le hizo su alumno Valentín Sama.
Entre los retratos escritos, destaca el que le hizo su alumno Antonio Machado:
Era don Francisco Giner un hombre incapaz de mentir e incapaz de callar la verdad; pero su espíritu fino, delicado, no podía adoptar la forma tosca y violenta de la franqueza catalana, derivaba necesariamente hacia la ironía, una ironía desconcertante y cáustica, con la cual no pretendía nunca herir o denigrar a su prójimo, sino mejorarle. Como todos los grandes andaluces, era don Francisco la viva antítesis del andaluz de pandereta, del andaluz mueble, jactancioso, hiperbolizante y amigo de lo que brilla y de lo que truena. Carecía de vanidades, pero no de orgullo; convencido de ser, desdeñaba el aparentar. Era sencillo, austero hasta la santidad, amigo de las proporciones justas y de las medidas cabales. Era un místico, pero no contemplativo ni extático, sino laborioso y activo. Tenía el alma fundadora de Teresa de Ávila y de Iñigo de Loyola; pero él se adueñaba de los espíritus por la libertad y por el amor. Toda la España viva, joven y fecunda acabó por agruparse en torno al imán invisible de aquél alma tan fuerte y tan pura.