Morisco para niños
Los moriscos eran los musulmanes que vivían en los reinos de España y que fueron obligados a convertirse al catolicismo. La palabra "morisco" viene de "moro", que era como se llamaba a los musulmanes.
Antes de que se les obligara a convertirse, a los musulmanes que vivían en territorios cristianos se les llamaba mudéjares. Esta palabra viene del árabe y significa "tributarios", es decir, que pagaban impuestos.
Los moriscos vivieron principalmente en el Reino de Aragón y en el Reino de Valencia. En la Corona de Castilla, estaban más mezclados con la sociedad y era más difícil distinguirlos. A principios del siglo XVII, se decidió que debían ser expulsados de España. Esta expulsión duró varios años.
Contenido
- ¿Qué significa la palabra "morisco"?
- La conversión de los musulmanes en Castilla
- Moriscos en América
- La Guerra de las Alpujarras y la dispersión
- ¿Dónde vivían los moriscos?
- La convivencia entre moriscos y cristianos
- La expulsión de los moriscos
- Consecuencias de la expulsión
- Los moriscos después de la expulsión
- En las artes y la cultura popular
- Galería de imágenes
- Véase también
¿Qué significa la palabra "morisco"?
La palabra morisco es una forma un poco despectiva de decir "pequeño moro" o "medio-moro". Se empezó a usar en 1517 para referirse a los musulmanes que se habían convertido al cristianismo en Granada y Castilla. Con el tiempo, se convirtió en el nombre común para todos los antiguos musulmanes de España.
En esa época, también se usaban otros nombres como mudéjar (que ahora se usa para los musulmanes antes de su conversión forzada), sarraceno (en la Corona de Aragón) y cristiano nuevo, para distinguirlos de los judíos que también se habían bautizado.
La conversión de los musulmanes en Castilla
La entrega de Granada y las primeras promesas
En 1491, Boabdil, el último rey musulmán de Granada, acordó entregar la ciudad a los Reyes Católicos. En el acuerdo, se prometió que los musulmanes podrían mantener su religión, sus propiedades y sus costumbres. También se dijo que serían juzgados por sus propias leyes y que no pagarían más impuestos de los que ya pagaban.
Al principio, los Reyes Católicos intentaron convertir a los musulmanes de forma pacífica. Le encargaron esta tarea a Fray Hernando de Talavera, el primer Arzobispo de Granada. Él aprendió árabe y predicaba con amabilidad, por lo que los musulmanes lo llamaban "el santo alfaquí" (maestro religioso).
Cambios y presiones para la conversión
En 1499, los reyes visitaron Granada y vieron que la ciudad seguía teniendo muchas costumbres musulmanas. Entonces, le pidieron al cardenal Cisneros que fuera más estricto con las conversiones. Cisneros empezó a presionar a los líderes musulmanes, a veces con dinero o con malos tratos, para que se convirtieran.
Miles de musulmanes fueron bautizados. También se confiscaron muchos libros religiosos musulmanes, que fueron quemados en una plaza de Granada. Aunque los reyes dijeron que esas no eran sus instrucciones, el cardenal Cisneros había ido más allá.
A pesar de la conversión, la mayoría de los moriscos siguieron manteniendo su idioma, sus costumbres y su antigua religión en secreto. Esto se sabe por los textos aljamiados, que eran escritos en español pero con letras árabes.
La rebelión de las Alpujarras
Muchos musulmanes del barrio del Albaicín en Granada se sintieron engañados porque les habían prometido libertad religiosa y ahora los estaban forzando a convertirse. En enero de 1500, mataron a un oficial de Cisneros, lo que provocó un levantamiento. Esta rebelión se extendió por la sierra de las Alpujarras. Los reyes respondieron con una fuerte represión militar.
Después de controlar la rebelión, en 1501, el rey Fernando decidió que los musulmanes debían bautizarse. En 1502, se publicó una ley que ordenaba la conversión o expulsión de todos los musulmanes del reino de Granada, excepto los niños pequeños. Esta ley rompió las promesas que se habían hecho al entregar Granada.
Para evitar ser expulsados, la mayoría de los musulmanes eligieron convertirse al catolicismo. A partir de entonces, se les llamó moriscos. Durante el reinado de Carlos V, los moriscos apoyaron al rey y, a cambio, se les permitió mantener algunas de sus costumbres.
Moriscos en América
Durante la época de los virreinatos, algunos moriscos llegaron a América, aunque las leyes lo prohibían. Lograron establecerse en lugares como Nueva España (México) y Virreinato del Perú, trabajando como artesanos o comerciantes. Sin embargo, eran vigilados por las autoridades.
La expulsión de los moriscos en 1609 hizo que muchos tuvieran que esconder su identidad para sobrevivir. Aunque es difícil saber cuántos llegaron, algunos documentos de la época mencionan a personas acusadas de practicar el islam o de tener origen morisco.
La Guerra de las Alpujarras y la dispersión
Cuando Felipe II subió al trono (1556-1598), la situación con el Imperio otomano en el Mediterráneo era tensa. Los moriscos españoles tenían simpatía por los piratas berberiscos del norte de África, lo que ponía en peligro las costas españolas. Por eso, se volvió a insistir en la conversión forzada.
En 1566, Felipe II prohibió el uso del lengua árabe, los trajes y las ceremonias musulmanas. Esto provocó una nueva rebelión de las Alpujarras (1568-1571). Una vez controlada la revuelta, los moriscos de Granada fueron enviados a vivir a otras partes de Castilla.
¿Dónde vivían los moriscos?
A finales del siglo XVI, se calcula que había entre 275.000 y 350.000 moriscos en España. Se concentraban principalmente en el Reino de Valencia y en el Reino de Aragón. En la Corona de Castilla, estaban más dispersos.
Los moriscos vivían sobre todo en el campo, trabajando para los señores, en condiciones más difíciles que los cristianos.
Reino de Granada
Aquí vivía la mayor parte de los moriscos hasta el siglo XVI. Hablaban árabe, conocían bien el islam y mantenían sus costumbres, como la vestimenta y la música. Después de la rebelión de las Alpujarras, unos 80.000 moriscos de Granada fueron enviados a otras regiones de España.
Reino de Valencia
En esta zona, los moriscos eran cerca de un tercio de la población. Sus señores los protegían por los altos impuestos que pagaban. Hablaban árabe y valenciano, y practicaban el islam de forma más abierta. Eran conocidos por su conocimiento del Corán.
Reino de Aragón
En Aragón, los moriscos eran alrededor del 20% de la población. Vivían cerca del Ebro. A diferencia de los valencianos y granadinos, no hablaban árabe, pero también podían practicar su fe musulmana de forma menos secreta.
Corona de Castilla
En Castilla, Extremadura, León y Andalucía occidental, había pocos moriscos como grupo separado, excepto en lugares como Hornachos. Los moriscos castellanos se parecían mucho a los cristianos antiguos: no hablaban árabe y muchos eran realmente cristianos. Los que no lo eran, practicaban el islam de forma muy discreta. La llegada de los moriscos de Granada, que mantenían sus costumbres, hizo que la presencia morisca fuera más visible en Castilla.
La convivencia entre moriscos y cristianos
Los moriscos eran vistos con desconfianza por los cristianos, la Corona y la Iglesia. Se dudaba de su verdadera conversión y se temía que pudieran apoyar a enemigos de España, como los piratas o los franceses. Por eso, se les consideraba un grupo difícil de integrar en la sociedad.
La expulsión de los moriscos

Aunque se había pensado en expulsarlos varias veces, la nobleza de Aragón y Valencia se oponía, ya que los moriscos eran una mano de obra importante para ellos.
Finalmente, en 1609, el rey Felipe III decretó la expulsión de los moriscos. Se cree que esta decisión se tomó porque algunos líderes moriscos colaboraban con el rey de Francia, que estaba en guerra con España. La expulsión duró siete años, hasta 1616.
Salieron de España unas 118.000 personas de Valencia, 61.000 de Aragón, 45.000 de Castilla y Extremadura, 16.000 de Murcia y 32.000 de Andalucía. Sin embargo, muchos moriscos de Castilla, que estaban más integrados, lograron regresar o reubicarse en otras partes de la península. La expulsión fue casi total para los moriscos de Granada y Valencia, que eran más numerosos y mantenían más sus costumbres islámicas.
Consecuencias de la expulsión
La expulsión tuvo consecuencias importantes, especialmente para el reino de Valencia, que perdió un tercio de su población. Esto afectó mucho a la agricultura, sobre todo a la producción de caña de azúcar. Los grandes señores perdieron a muchos de sus trabajadores, pero se quedaron con las tierras de los moriscos.
Los moriscos después de la expulsión
Ciudadanía española
En 2006, el Parlamento Andaluz propuso una ley para que los descendientes de los moriscos pudieran obtener la ciudadanía española. Se espera que esta ley sea aprobada.
Esta medida podría beneficiar a muchas personas en países como Marruecos, Argelia, Túnez, Mauritania, Malí y Turquía. Esto se debe a que, desde 1992, algunos historiadores han pedido que se dé a los moriscos un trato similar al que se dio a los descendientes de los sefardíes (judíos expulsados de España).
En las artes y la cultura popular
En el siglo XVI, existieron tipos de literatura que hablaban de los moriscos, aunque idealizaban las batallas de la Reconquista. Estos géneros eran la novela morisca, que era narrativa de ficción, y el romance morisco, en poesía, donde se usaba el comportamiento heroico de un "moro" para alabar a un caballero cristiano.
Galería de imágenes
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Paño decorativo de azulejería, perteneciente a la torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de Utebo, realizada en 1545 por alfareros moriscos de Muel.
Véase también
En inglés: Morisco Facts for Kids