Absolutismo español para niños
El Absolutismo español es un término que usan los historiadores y expertos en política para describir cómo funcionaba el gobierno en España en diferentes momentos de la historia. Se refiere a un tipo de gobierno donde el rey tenía mucho poder.
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¿Qué es el Absolutismo y cómo surgió en España?
Algunos historiadores, especialmente los de países de habla inglesa, usan la palabra "absolutismo" para describir las monarquías (gobiernos de reyes) desde el final de la Edad Media hasta el comienzo de la Edad Moderna. En España y Francia, a este periodo se le llama a menudo el Antiguo Régimen. Durante este tiempo, los reyes fueron ganando más autoridad.
Aunque algunos reyes como Enrique III de Castilla y Juan II de Castilla ya hablaban de tener un "poder real absoluto", esto significaba que ellos eran la fuente de las leyes, pero con muchas limitaciones. El poder del rey no era ilimitado. Por ejemplo, tenían que respetar las leyes y costumbres de cada región y a menudo necesitaban el apoyo de las Cortes (una especie de asamblea donde estaban representados diferentes grupos de la sociedad). Por eso, a veces se habla de un "pactismo", porque el rey gobernaba en acuerdo con estas instituciones.
En realidad, el poder de los reyes en la Monarquía Española nunca fue totalmente ilimitado. Siempre hubo muchas restricciones. Aunque sí es cierto que los reyes tuvieron más libertad para actuar con el paso del tiempo, especialmente a partir del reinado de Felipe V. De hecho, el poder que tiene hoy el Congreso de los Diputados en España es mucho mayor que el que tuvieron los reyes del Antiguo Régimen.
Los Austrias y los Borbones: Diferentes formas de poder
La Monarquía Hispánica, primero con los Reyes Católicos y luego con la familia de los Habsburgo (conocidos como los Austrias), era muy diferente del absolutismo que trajeron los Borbones. Los Borbones, como Luis XIV de Francia (quien decía "El Estado soy yo"), creían en un poder del rey mucho más centralizado y sin tantas limitaciones.
Los reyes de la familia Austria, como Carlos V, eran más respetuosos con las leyes y costumbres de cada uno de sus reinos. Por ejemplo, el Conde Duque de Olivares tuvo que convencer al rey Felipe IV de que sería más fuerte si dejaba de ser rey de cada uno de sus territorios por separado y se convertía en "rey de España".
Cuando Felipe V de España llegó al trono en 1700, introdujo el absolutismo al estilo francés. Esto causó mucha resistencia y llevó a la Guerra de Sucesión Española, que fue como una guerra civil en España. Algunas regiones, como Cataluña y Valencia, apoyaron a otro candidato al trono, de la familia Habsburgo. Con Felipe V, el rey también ganó más control sobre la Iglesia en España, incluso más que antes.
El Despotismo Ilustrado: Cambios con la razón
El despotismo ilustrado es otro término que se usa para describir los reinados de la segunda mitad del siglo XVIII, especialmente los de Carlos III y Carlos IV. En este periodo, los reyes intentaron hacer reformas para mejorar el país, pero sin dejar de tener todo el poder. La idea era "todo para el pueblo, pero sin el pueblo".
En esa época, hubo dos grupos de pensamiento. Uno era el "ilustrado" o "afrancesado", que seguía las ideas de la Ilustración francesa, que buscaba la razón y el progreso. El otro grupo era el "casticista", formado por religiosos e intelectuales que se oponían a las ideas extranjeras y defendían las tradiciones españolas. Un ejemplo de conflicto fue el motín de Esquilache, donde la gente protestó contra las reformas del marqués de Esquilache.
Los absolutistas como grupo político en el siglo XIX
Durante el siglo XIX, el grupo político que defendía el absolutismo en España fue llamado de forma despectiva "serviles" o "realistas" por sus oponentes, los liberales españoles. Los liberales querían más libertad y cambios en el gobierno.
En el debate público de la época, algunos defensores del absolutismo fueron Pedro Inguanzo y Francisco Alvarado. También se les llamó "ultrarrealistas" o "apostólicos". La mayoría del clero (sacerdotes y obispos) de ese tiempo apoyaba el absolutismo.
Un documento muy importante para entender el absolutismo español fue el Manifiesto de los Persas, que 69 diputados absolutistas presentaron a Fernando VII de España en 1814. En ese mismo año, se hizo famoso el lema "¡Vivan las cadenas!", que mostraba el deseo de algunos de volver al gobierno absoluto del rey.
Entre los absolutistas destacados había clérigos, militares y aristócratas. Por ejemplo, el general Francisco Javier Castaños o el duque Francisco Tadeo Calomarde.
En 1823, se creó el Cuerpo de Voluntarios Realistas, un grupo de personas que apoyaban al rey y que llegó a tener muchos miembros.
En Madrid, una mujer llamada María de la Trinidad (conocida como "Tía Cotilla") se hizo famosa por intentar descubrir quiénes eran liberales para denunciarlos.
La regencia de Urgel y la formación de grupos absolutistas en diferentes momentos del reinado de Fernando VII fueron antecedentes de la movilización de fuerzas que defendían el Antiguo Régimen, lo que llevó a la Primera Guerra Carlista.
Curiosamente, el absolutismo español, que luego se identificó con el carlismo (un movimiento que defendía una rama específica de la familia real y las tradiciones), terminó defendiendo también los fueros, que eran las leyes y costumbres propias de cada región. Su lema pasó de "Dios, Patria, Rey" a "Dios, Patria, Fueros, Rey".
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Absolutistas y moderados: Buscando el equilibrio
Un grupo importante de aristócratas, siguiendo las ideas de Jovellanos, intentó unir a los absolutistas con los liberales más moderados. Querían encontrar un punto medio. Entre ellos estaban Carlos Martínez de Irujo y Francisco Cea Bermúdez.
Otra corriente que se unió a los moderados desde posiciones tradicionales fue la de los neocatólicos, con figuras como Jaime Balmes y Donoso Cortés.
Ver también
- Absolutismo borbónico
- Neocatólicos
- Realistas españoles