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Imperio bizantino para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Imperio romano de Oriente
Βασιλεία Ῥωμαίων, Basileía Rhōmaíōn
Imperium Rōmānum
Imperio
395-1453
(Interregno de 1204 a 1261)
Byzantine imperial flag, 14th century according to portolan charts.png
Bandera
Byzantine Palaiologos Eagle.svg
Escudo

Byzantine Empire animated.gif
Desarrollo territorial del Imperio
Coordenadas 41°00′55″N 28°59′05″E / 41.01527778, 28.98472222
Capital Constantinopla
Entidad Imperio
Idioma oficial Griego, Latín
Población (300)  
 • Total 17 000 000 hab.
Superficie hist.    
 • 457 2 500 000 km²
 • 565 3 400 000 km²
 • 775   690 000 km²
 • 1025 1 650 000 km²
 • 1320   120 000 km²
Población hist.    
 • 457 est. 20 000 000 hab.
 • 565 est. 26 000 000 hab.
 • 775 est.   7 000 000 hab.
 • 1025 est. 12 000 000 hab.
 • 1320 est.   2 000 000 hab.
Religión Cristianismo ortodoxo
Moneda Numo, sólido, Hiperpirón
Período histórico Edad Media
 • 1 de abril
de 286
Primera división del Imperio (Diarquía)
 • 11 de mayo
de 330
Fundación de Constantinopla por Constantino I
 • 17 de mayo
de 395
División final entre Oriente y Occidente
 • 4 de septiembre
de 476
Caída del Imperio romano de Occidente
 • 16 de julio
de 1054
Cisma de Oriente y Occidente
 • 12 de abril
de 1204
Toma de Constantinopla en la Cuarta Cruzada
 • 25 de julio
de 1261
Reconquista de Constantinopla
 • 29 de mayo
de 1453
Caída definitiva de Constantinopla
Forma de gobierno Autocracia
Emperador
• 395-408
• 1449-1453

Arcadio
Constantino XI
Legislatura Senado bizantino
Precedido por
Sucedido por
Imperio romano
Imperio otomano

El Imperio bizantino, también conocido como Bizancio, fue la parte oriental del Imperio romano que sobrevivió desde el año 395. Su capital era Constantinopla (ahora Estambul), construida sobre la antigua ciudad de Bizancio en el 330 d.C. El imperio también se llama Imperio romano de Oriente, especialmente en sus primeros siglos, cuando el Imperio romano de Occidente aún existía.

Durante su larga historia, el Imperio bizantino enfrentó muchas guerras y pérdidas de territorio, pero continuó siendo una potencia militar y económica en Europa, Oriente Próximo y el Mediterráneo oriental durante la Edad Media. Sin embargo, finalmente cayó ante los turcos otomanos en 1453.

Durante sus mil años de existencia, el Imperio bizantino fue fundamental para la difusión del cristianismo y la preservación de la cultura clásica. También fue un importante centro comercial y ayudó a influir en las leyes y las costumbres de Europa y Oriente Medio.

A medida que evolucionaba, el Imperio bizantino adoptó el griego como su lengua principal y se distinguió del antiguo Imperio romano. Aunque nunca se llamó a sí mismo "Imperio bizantino" (siempre se refirió a sí mismo como el Imperio romano), este término fue creado por historiadores posteriores para distinguirlo de su contraparte occidental.

El término «Imperio bizantino»

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Imperio romano oriental en el 480.

La expresión "Imperio bizantino" fue creada por el historiador alemán Hieronymus Wolf en 1557. Wolf la usó para referirse al período de la historia contrastándolo con las culturas griega y romana de la Antigüedad clásica. El término se popularizó en el siglo XVIII gracias a autores franceses como Montesquieu.

En Occidente, se rechazó reconocer al Imperio romano de Oriente como la continuación legítima de Roma. Desde el siglo IX, los soberanos del Sacro Imperio Romano Germánico se proclamaron emperadores romanos con el respaldo del papado, mientras que el emperador de Constantinopla era llamado de manera despectiva "Emperador de los Griegos".

El adjetivo "bizantino" adquirió un sentido despectivo debido a historiadores como Edward Gibbon y William Lecky, quienes compararon la civilización bizantina con la Antigüedad clásica y la vieron como un período de decadencia. Los cruzados de Europa occidental también influyeron en esta percepción.

La expresión "discusión bizantina" sobrevive como referencia a disputas apasionadas sobre cuestiones intrascendentes, probablemente basadas en las controversias teológicas sostenidas por los intelectuales bizantinos.

Identidad, continuidad y conciencia

Bizancio era un Imperio que duró más de 1000 años y comenzó como un Estado cristiano. Terminó en 1453 como un Estado griego ortodoxo, convirtiéndose en algo verdaderamente nacional. Los bizantinos se veían a sí mismos como romanos y continuaron usándolo incluso cuando se convirtió en sinónimo de helenos. Prefirieron llamarse "romioi" en griego, que significa "pueblo griego cristiano con ciudadanía romana", mientras desarrollaban una identidad nacional como residentes de "Romania".

El patriotismo se mostraba en la literatura, especialmente en canciones y poemas como el "Digenis Acritas", donde la gente fronteriza se enorgullecía de defender su país. Con el tiempo, el patriotismo se volvió más local ya que no podían depender tanto del ejército imperial. Aunque los antiguos griegos no fueran cristianos, los bizantinos se enorgullecían de ellos como sus ancestros. Incluso después de las conquistas árabes y lombardas, el Imperio siguió siendo multiétnico, pero desde el siglo IX se identificaron más con la antigua cultura griega.

A medida que avanzaba la Edad Media, pasaron de llamarse "romioi" a "helenoi" o "graekos", especialmente hacia el final del Imperio. Aunque el Estado bizantino desapareció en el siglo XV, la sociedad bizantina no se disolvió de inmediato. Durante la ocupación otomana, los griegos continuaron identificándose como "romioi" y helenos, una identificación que persistió hasta principios del siglo XX y aún se mantiene en la Grecia moderna.

Historia

La división del Imperio oriental se relaciona con lo que dejaron las conquistas de Alejandro Magno, que ocurrieron hace mucho tiempo. Después de su muerte, su imperio se dividió en diferentes regiones como Grecia, Anatolia, Media y Egipto. Los herederos de Alejandro, llamados diádocos, tuvieron peleas por más de 100 años. Esto debilitó a todos los reinos, y Roma intervino, ocupando y luego invadiendo estas regiones entre los siglos I y II a.C.

Lo que Alejandro logró en doce años, Roma lo hizo en 150 años, convirtiendo todas estas regiones en provincias romanas. Las características principales de estas regiones eran su diversidad étnica, religiosa y lingüística. La ciudad principal fundada por Alejandro fue Alejandría, que se convirtió en un centro de conocimiento y ciencia.

Para administrar mejor el Imperio romano, el emperador Diocleciano estableció un sistema llamado tetrarquía, dividiendo el Imperio en dos partes gobernadas por dos emperadores principales, cada uno con un sucesor designado. Después de algunas luchas, Constantino I el Grande unió ambas partes y reconstruyó Bizancio como nueva capital en 330, llamándola Constantinopla.

Constantino también fue el primer emperador en adoptar el cristianismo como religión oficial, y su sucesor, Teodosio I, lo hizo obligatorio bajo pena de muerte. Después de la muerte de Teodosio I, el Imperio se dividió definitivamente en Oriente y Occidente, comenzando la historia del Imperio bizantino.

Durante los primeros años del Imperio, hubo desafíos como las invasiones bárbaras, pero los emperadores pudieron hacerles frente. La unidad religiosa también fue desafiada por varias herejías, y la asociación entre la Iglesia y el Imperio comenzó durante este período. Hacia finales del siglo V, el peligro de las invasiones bárbaras parecía disminuir, ya que los pueblos germánicos estaban ocupados en otras cosas.

Archivo:Expansion del Imperio Bizantino
Mapa del Imperio bizantino en el año 550, bajo el reinado de Justiniano.

Durante el reinado de Justiniano I (527-565), el Imperio alcanzó su máximo poder. Justiniano quería restaurar las fronteras del antiguo Imperio romano. Después de que el general Belisario derrotara al expansionismo persa de Cosroes I en la batalla de Dara en 530, se lanzó a una serie de guerras de conquista en Occidente.

Entre 533 y 534, Belisario conquistó el reino vándalo en África y las islas del Mediterráneo Occidental como Cerdeña, Córcega y las Baleares. Después, en 535, Mundus ocupó Dalmacia. Ese mismo año, Belisario avanzó hacia Italia, llegando a Roma en 536 después de tomar el sur de Italia. A pesar de una breve recuperación de los ostrogodos entre 541 y 551, un nuevo ejército bizantino, liderado por Narsés, reconquistó Italia, estableciendo el exarcado de Rávena.

En 552, los bizantinos intervinieron en las disputas internas de la Hispania visigoda y anexionaron grandes territorios del sur de la península ibérica, creando la Provincia de Spania. La presencia bizantina en Hispania continuó hasta el año 620.

Archivo:Justinian mosaik ravenna
Justiniano en los mosaicos de la iglesia de San Vital en Rávena.

Durante el reinado de Justiniano, Bizancio vivió un período de gran esplendor cultural y militar. Aunque cerró la Academia de Atenas, destacaron figuras como los poetas Nono de Panópolis y Pablo Silenciario, el historiador Procopio de Cesarea y el filósofo Juan Filopón. Entre 528 y 533, una comisión designada por Justiniano codificó el Derecho romano en el Corpus Iuris Civilis, una de las herencias más importantes del mundo antiguo. La iglesia de Santa Sofía, construida durante su reinado, es un ejemplo destacado de la arquitectura de la época.

En la capital, Constantinopla, se debilitó el poder de los partidos del circo, que eran populares pero también políticamente influyentes. La Iglesia restauró su relación con Roma y surgió la Iglesia de la Divina Sabiduría como un símbolo de esplendor.

Sin embargo, las campañas militares de Justiniano y sus obras de esplendor imperial agotaron las finanzas del Imperio, llevándolo a una crisis que alcanzó su punto máximo en el siglo VII. La necesidad de más dinero llevó a la imposición de nuevos impuestos por parte del odiado ministro de hacienda, Juan de Capadocia. La revuelta de Niká en 532 estuvo a punto de derrocar al emperador, pero fue evitada por la emperatriz Teodora, quien declaró que la púrpura era un sudario glorioso.

En el año 543, el Imperio enfrentó la Peste de Justiniano, una enfermedad provocada por la bacteria Yersinia pestis, también conocida como la peste negra. Esta plaga causó la muerte de una gran parte de la población de Constantinopla y empeoró la grave crisis económica que ya sufría el Imperio.

Los siglos VII y VIII fueron difíciles para Bizancio. Enfrentaron amenazas externas e internas, como los ataques de los búlgaros y eslavos desde el norte, y la lucha contra los persas en el este. Hubo conflictos entre iconoclastas e iconódulos, que representaban disputas religiosas y de poder.

Justino II y Tiberio II lucharon por mantener el Imperio, pero Italia cayó ante los lombardos. Mauricio hizo un tratado con Persia pero fue asesinado. Con Focas, las invasiones y luchas internas casi destruyeron el Imperio, pero algunas provincias lograron salvarlo.

Heraclio enfrentó a los persas y ávaros, salvando el Imperio. Sin embargo, luego llegaron los ataques musulmanes. A pesar de perder regiones importantes como Siria y Egipto, Bizancio sobrevivió a los árabes.

Las luchas internas entre iconoclastas e iconódulos continuaron hasta que se restableció la ortodoxia en 843. El Imperio se transformó cultural y territorialmente, adoptando más la cultura griega y organizándose en distritos militares llamados themata.

El renacimiento macedónico trajo estabilidad bajo la dinastía macedónica. A pesar de las luchas con el Califato Abasí, Bizancio logró recuperar territorios perdidos y enfrentó a Bulgaria, anexándola finalmente al Imperio bajo Basilio II.

Archivo:Byzantine Empire Themes 1025-es
Mapa del Imperio durante el reinado de Basilio II.

Uno de los momentos más importantes de esa época fue cuando los pueblos eslavos se unieron a la cultura y la religión de Bizancio. En la segunda mitad del siglo IX, los monjes Cirilo y Metodio de Tesalónica fueron a evangelizar a Moravia por pedido del rey Ratislav I. Crearon un nuevo idioma escrito llamado antiguo eslavo eclesiástico y un alfabeto glagolítico. Aunque su misión en Moravia no tuvo éxito, en el siglo X, la Rus de Kiev se convirtió al cristianismo bajo la influencia de Bizancio.

Las relaciones con Occidente estuvieron tensas desde la coronación de Carlomagno en el año 800 y las reclamaciones de sus sucesores al título de emperadores romanos y al control sobre Italia. A pesar de perder Sicilia, Bizancio mantuvo una gran influencia en el sur de Italia. Las tensiones con Otón I, quien quería expulsar a los bizantinos de Italia, se solucionaron cuando la princesa bizantina Teófano se casó con Otón II.

En el año 1054, se produjo la separación definitiva de la iglesia oriental y occidental, conocida como el Cisma de Oriente y Occidente. Esto ocurrió debido a diferencias doctrinales y disputas sobre la primacía entre las sedes de Roma y Constantinopla. La inclusión de la cláusula Filioque en el Credo fue uno de los puntos de desacuerdo, ya que las iglesias orientales no la aceptaban. Este cisma marcó el final de la unidad religiosa entre el Este y el Oeste.

Archivo:Emperador Manuel I Comneno (1143-1180
Emperador Manuel I Comneno (1143-1180).

Después del Renacimiento Macedónico, en la segunda mitad del siglo XI, Bizancio enfrentó una crisis. Dos nuevos enemigos poderosos aparecieron: los turcos selyúcidas y los reinos cristianos de Europa occidental. Además, el Imperio se volvió más feudal, ya que los emperadores Comneno tuvieron que ceder tierras a la aristocracia y a su propia familia.

En el este, los turcos selyúcidas empezaron a atacar Asia Menor, la principal fuente de soldados bizantinos. La derrota en la batalla de Manzikert en 1071 marcó el fin del control bizantino en esa región. Aunque algunos emperadores lograron recuperar parte del territorio perdido, esto se volvió imposible después de 1204.

En el oeste, los normandos expulsaron a los bizantinos de Italia y tomaron Dirraquio. El emperador Alejo I Comneno pidió ayuda al papa Urbano II, lo que llevó al inicio de las Cruzadas. Sin embargo, esto terminó causando más problemas para el Imperio, ya que los cruzados establecieron Estados independientes en Oriente y continuaron atacando a Bizancio durante el siglo XII.

Las ciudades italianas como Venecia y Génova, a las que Alejo I había dado derechos comerciales, se convirtieron en objetivos de sentimientos antioccidentales. Los europeos, especialmente los venecianos, fueron llamados despectivamente "francos" por los bizantinos, recordando las conquistas del Imperio occidental durante la época de Carlomagno.

Archivo:Byzantium1204b-es
La situación en la primera mitad del siglo XIII.

Después del Renacimiento Macedónico, en la segunda mitad del siglo XI, Bizancio enfrentó una crisis. Dos nuevos enemigos poderosos aparecieron: los turcos selyúcidas y los reinos cristianos de Europa occidental. Además, el Imperio se volvió más feudal, ya que los emperadores Comneno tuvieron que ceder tierras a la aristocracia y a su propia familia.

En el este, los turcos selyúcidas empezaron a atacar Asia Menor, la principal fuente de soldados bizantinos. La derrota en la batalla de Manzikert en 1071 marcó el fin del control bizantino en esa región. Aunque algunos emperadores lograron recuperar parte del territorio perdido, esto se volvió imposible después de 1204.

En el oeste, los normandos expulsaron a los bizantinos de Italia y tomaron Dirraquio. El emperador Alejo I Comneno pidió ayuda al papa Urbano II, lo que llevó al inicio de las Cruzadas. Sin embargo, esto terminó causando más problemas para el Imperio, ya que los cruzados establecieron Estados independientes en Oriente y continuaron atacando a Bizancio durante el siglo XII.

Las ciudades italianas como Venecia y Génova, a las que Alejo I había dado derechos comerciales, se convirtieron en objetivos de sentimientos antioccidentales. Los europeos, especialmente los venecianos, fueron llamados despectivamente "francos" por los bizantinos, recordando las conquistas del Imperio occidental durante la época de Carlomagno.

Archivo:Bizancio1400AD
El Imperio bizantino hacia 1400 ya no era un imperio: terminó reducido a Laconia, Salónica y Constantinopla, aisladas entre sí.

El Imperio pidió ayuda a Occidente, pero exigieron la unificación de las Iglesias católica y ortodoxa. Aunque los líderes bizantinos consideraron esta unión y a veces la impusieron, los ortodoxos no la aceptaron. Algunos occidentales vinieron a ayudar, pero muchos permitieron que los otomanos conquistaran el Imperio sin intervenir.

Constantinopla, con sus fuertes murallas, parecía invencible, pero con la llegada de los cañones, ya no lo eran. Finalmente, cayó en manos de Mehmet II el 29 de mayo de 1453. El último emperador, Constantino XI Paleólogo, fue visto por última vez luchando contra las tropas otomanas. Los últimos territorios bizantinos independientes, Morea y Trebisonda, también fueron conquistados por Mehmet.

En cuanto a la población del Imperio bizantino, al principio, tenía unos veinticinco millones de personas. Sin embargo, después de perder algunas provincias y sufrir crisis, quedaron alrededor de trece millones. Con el tiempo, la población siguió disminuyendo hasta la caída de Constantinopla en 1453.

La economía del Imperio se basaba principalmente en la agricultura y el comercio. Producían cereales, frutas y seda, esta última se convirtió en un secreto bien guardado hasta que lograron producirla ellos mismos. El comercio era vital para el Imperio, ya que era un intermediario entre Oriente y el Mediterráneo.

El emperador era la figura suprema del Imperio bizantino. Podía elegir a su sucesor, que no necesariamente era su hijo. Muchos llegaron al poder a través del ejército, intrigas de la corte o matrimonios.

Archivo:Coat of Arms of the Ecumenical Patriarchate Constantinople (St. George's Cathedral, Istanbul)
El escudo del Imperio bizantino, cuando gobernaban los Paleólogos, hace referencia al papel político y religioso del emperador; el águila bicéfala porta en una pata un orbe o una cruz (la Iglesia); y en la otra, una espada (Estado).

La figura del emperador en el Imperio Bizantino estaba muy ligada a la Iglesia, especialmente al patriarca de Constantinopla. El emperador tenía un papel importante en la Iglesia, similar al de un líder religioso. A veces, había tensiones entre el emperador y el patriarca porque tenían diferentes intereses. Por ejemplo, cuando los emperadores intentaron unir la Iglesia de Bizancio con la de Roma para obtener ayuda contra los turcos, los patriarcas se opusieron.

El emperador tenía poder sobre una organización administrativa efectiva, que se basaba en un conjunto de leyes llamado el Corpus Iuris Civilis, creado durante el reinado de Justiniano. La administración territorial se organizaba en "temas", que eran provincias dirigidas por un general llamado strategos.

Ejército

El Ejército bizantino fue el más poderoso de Europa durante muchos siglos, heredando la tradición del Ejército romano. Experimentó reformas significativas en los siglos III y IV, especialmente en la caballería pesada llamada catafracta, de origen persa. La armada bizantina, con sus rápidas embarcaciones conocidas como dromones y el temible fuego griego, dominó el Mediterráneo oriental hasta el siglo XI, cuando su poder empezó a ser desafiado por las ciudades-estado italianas, especialmente Venecia.

El Ejército estaba compuesto inicialmente por guarniciones fronterizas y tropas comitatenses. A partir del siglo VII, el Imperio se organizó en themata, regiones tanto administrativas como militares dirigidas por un strategos, lo que fortaleció la defensa contra los enemigos exteriores. La diplomacia hábil y los pagos de tributos mantuvieron alejados a los enemigos durante mucho tiempo, mientras que el servicio de espionaje salvó situaciones difíciles.

Sin embargo, una debilidad del Ejército fue su dependencia creciente de tropas mercenarias, cuya lealtad era cuestionable. La guardia varega fue uno de los cuerpos mercenarios más conocidos. La revuelta de los almogávares en el siglo XIV fue una de las crisis más graves causadas por los mercenarios. La estrategia militar alcanzó su apogeo en el Imperio bizantino, con emperadores como Mauricio que escribieron tratados sobre el arte militar, destacando el sigilo, la sorpresa y el liderazgo de los comandantes.

Religión

La civilización bizantina tuvo un fuerte vínculo entre la religión y el Estado, donde el emperador y el patriarca de Constantinopla se identificaron gradualmente. La fe ortodoxa fue crucial para la cohesión social y política, aunque surgieron muchas corrientes heréticas.

El cristianismo primitivo se desarrolló más rápido en Oriente que en Occidente, como lo muestra el Concilio de Calcedonia en 451 que reconoció cinco grandes patriarcados, siendo Constantinopla el principal. Durante el siglo VII, la Iglesia ortodoxa intentó atraer a los monofisitas con posturas intermedias, pero regresó a la ortodoxia en el Concilio de Constantinopla III.

Hubo conflictos internos importantes, como el movimiento iconoclasta del siglo VIII y IX, que prohibió el culto a las imágenes religiosas. Este conflicto se resolvió en el II Concilio de Nicea en 787, pero resurgió en el siglo IX antes de ser definitivamente derrotado en 843. Estos conflictos contribuyeron al cisma entre Oriente y Occidente, que se consolidó en 1054 con el Cisma de Oriente y Occidente.

El patriarca Focio rechazó el primado de Roma en el siglo IX, profundizando la división. Durante el siglo XIV, surgió el hesicasmo, una corriente religiosa que promovía la contemplación interior como medio de conexión con Dios. A pesar de varios intentos de reunificación con Roma en el siglo XIII y XIV para obtener ayuda contra los turcos, ninguno tuvo éxito.

Cultura y arte

La civilización bizantina tenía una relación fuerte entre la religión y el gobierno. El emperador y el patriarca de Constantinopla se volvieron cada vez más importantes. La fe ortodoxa era muy importante para unir a la gente y al gobierno, aunque hubo diferentes opiniones religiosas.

Al principio, el Imperio usaba el latín y el griego, pero con el tiempo, el griego se volvió más común. En el siglo VII, el griego se convirtió en la lengua oficial del gobierno. A pesar de esto, el latín todavía se usaba en algunas cosas hasta el siglo XI.

La llegada del islam y la pérdida de algunas provincias hicieron que el Imperio se volviera más griego. El griego que se hablaba en el Imperio era una mezcla de diferentes formas del griego. Había una forma literaria y una forma hablada.

La literatura bizantina tenía elementos de la antigua Grecia, el cristianismo y otras influencias orientales. Había poemas épicos, obras de teología, historias y muchos otros tipos de escritos. Algunos escritores famosos incluyen a Procopio de Cesarea, Teodoro Pródromo y San Juan Damasceno.

Después del siglo XI, hubo una explosión de escritura religiosa y literatura polémica. Muchos escritores como Focio y Miguel Psellos escribieron sobre diferentes temas. El renacimiento de la literatura griega influyó en el renacimiento en Europa. Juan Tzetzes y Cristóbal de Mitilene destacaron en la literatura de la época. Sin embargo, la literatura entró en declive durante la dinastía Paleólogo, pero luego surgió un interés en la filología.

La arquitectura bizantina se basa en la arquitectura romana y paleocristiana. Es principalmente religiosa, pero también incluye edificios civiles importantes. Se destaca por usar ladrillos y cubiertas abovedadas, especialmente cúpulas. En los templos, la planta más común es la de cruz griega, con una cúpula en el centro. La historia del arte bizantino se divide en tres "Edades de Oro". La primera, durante Justiniano, produjo la Iglesia de Santa Sofía en Constantinopla. La segunda, en el renacimiento macedónico, destacó iglesias como la de los Santos Apóstoles. La tercera, después de 1261, mostró una difusión de formas bizantinas hacia el Norte y Occidente.

En escultura, el estilo bizantino se define a partir del siglo VI, con cierta rigidez y amaneramiento. Se prefieren los relieves sobre marfil, plata y bronce, y se utilizan camafeos y entalles en piedras finas. En mosaicos, Bizancio hereda la tradición helenística, destacándose por su habilidad en imitar piedras preciosas con trozos de vidrio. La pintura bizantina se caracteriza por los iconos religiosos, mientras que la música bizantina, mayormente religiosa, se asemeja al canto gregoriano.

Legado

El Imperio Bizantino fue un lugar donde se juntaron muchas culturas y se formó como un estado cristiano que continuó la tradición romana. Estaba en la parte oriental y desapareció en 1453 como un reino griego ortodoxo. Un escritor británico llamado Robert Byron dijo que Bizancio era como una mezcla de Roma, Grecia y algo del Oriente.

En la Edad Media, Bizancio fue como una gran roca en el mar, manteniendo a Europa segura de los ejércitos musulmanes y conectándola con su antiguo pasado.

La caída del Imperio Bizantino en 1453 fue un momento muy importante que separó la Edad Media de la Edad Moderna. Los otomanos que lo conquistaron se consideraron los nuevos dueños legítimos. También, los duques de Moscú dijeron que eran los herederos de Bizancio.

Bizancio fue como un gran mercado en la Ruta de la Seda, trayendo cosas lujosas de Asia a Europa. Cuando desapareció, los europeos tuvieron que buscar nuevas rutas comerciales, lo que les llevó a descubrir América y explorar África.

Bizancio ayudó a mantener los textos antiguos vivos, y su influencia llegó hasta el Renacimiento europeo. También ayudó a difundir el cristianismo por Europa y más allá, influenciando a lugares lejanos como Rusia y Armenia.

Frases célebres sobre Bizancio

  • "Toda la grandeza de Bizancio parece haberse concentrado en sus iglesias." - William Ewart Gladstone
  • "A veces siento que estamos todos atrapados en la red de un gigantesco Bizancio." - Jorge Luis Borges
  • "Bizancio vive en su pasado y, aunque su esplendor se haya apagado, todavía mantiene el brillo de su historia y sus misterios." - John Julius Norwich
  • "Bizancio era la Roma del Este. Y cuando Roma cayó, el espíritu de Roma continuó su vida en Bizancio." - Philip Sherrard
  • "Bizancio fue una ciudad de inmensa riqueza y esplendor, un centro de arte, cultura y poder." - Judith Herrin
  • "Bizancio, la ciudad de oro y plomo, donde todas las contradicciones del mundo se juntan." - Colin Thubron

Datos de interés

  • Fundación y Nombre: Originalmente conocida como Byzantion, la ciudad fue fundada por colonos griegos en el 657 a.C. Más tarde, el emperador romano Constantino la renombró como Constantinopla en el 330 d.C., en honor a sí mismo. El nombre "Bizancio" proviene del término griego "Byzantion", que se refiere a la ciudad antigua.
  • Puente entre Oriente y Occidente: Debido a su ubicación estratégica en el cruce de Europa y Asia, Bizancio se convirtió en un importante centro comercial y cultural. Durante siglos, sirvió como puente entre Oriente y Occidente, facilitando el intercambio de bienes, ideas y culturas entre diferentes regiones del mundo conocido.
  • Arquitectura y Hagia Sophia: Una de las contribuciones más destacadas de Bizancio a la historia del arte y la arquitectura es la Hagia Sophia. Esta majestuosa iglesia, construida por el emperador Justiniano en el siglo VI d.C., fue considerada la iglesia más grande del mundo durante siglos y es un impresionante ejemplo de la arquitectura bizantina.
  • El Imperio Bizantino: Tras la división del Imperio Romano en el 395 d.C., Bizancio se convirtió en la capital del Imperio Romano de Oriente, más tarde conocido como Imperio Bizantino. Este imperio duró más de mil años, desde el 330 d.C. hasta la caída de Constantinopla en 1453, marcando un período significativo en la historia europea y mediterránea.
  • Guerra de las Cincuenta Años: Durante el siglo VI d.C., Bizancio se enfrentó a Persia en una serie de guerras conocidas como la Guerra de las Cincuenta Años (también llamada Guerra de Irán o Guerra Persa). Estos conflictos prolongados y costosos debilitaron significativamente a ambos imperios y tuvieron un impacto duradero en la región.
  • La caída de Constantinopla: En 1453, la ciudad de Constantinopla cayó ante las fuerzas del Imperio Otomano, dirigidas por el sultán Mehmed II. Esta caída marcó el fin del Imperio Bizantino y el comienzo de una nueva era en la historia de Europa y el Medio Oriente.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Byzantine Empire Facts for Kids

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Imperio bizantino para Niños. Enciclopedia Kiddle.