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Federico I Barbarroja para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Federico I Barbarroja
Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico
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Federico I con sus hijos.
Reinado
1155-1190
Predecesor Lotario II
Sucesor Enrique VI
Información personal
Nombre completo Federico de Hohenstaufen
Nacimiento 1122
Cerca de Ravensburg, Sacro Imperio Romano Germánico
Fallecimiento 10 de junio de 1190
Río Saleph, Bizancio
Sepultura Gruta de San Pedro, Monte Starius (Antioquía del Orontes) (Piel) Catedral de Tiro (Huesos) Iglesia de San Pablo, Tarso (Corazón y otros Órganos)
Familia
Dinastía Dinastía Hohenstaufen
Padre Federico II de Suabia
Madre Judith de Baviera
Consorte Adelaida de Vohburg
Beatriz de Borgoña
Hijos Ver Descendencia

Federico I de Hohenstaufen (en alemán, Friedrich I), conocido como Barbarroja por el color de su barba, nació cerca de Ravensburg en 1122. Fue una figura muy importante en la historia de Europa. Desde 1147 fue duque de Suabia (con el nombre de Federico III). En 1152 se convirtió en rey de los Romanos y, a partir de 1155, fue emperador del Sacro Imperio Romano Germánico. Falleció el 10 de junio de 1190 en el río Saleph, en Anatolia.

El tiempo en que Barbarroja fue emperador se considera un momento de gran poder para el Sacro Imperio Romano Germánico, que fue el primero en usar ese nombre. Él logró fortalecer el poder del emperador tanto en Alemania como en el norte de Italia. En Italia, muchas ciudades se habían vuelto muy independientes. Barbarroja también creó un conjunto de leyes para todo el Imperio, basándose en el antiguo derecho romano.

La fama de Federico Barbarroja creció mucho en el siglo XIX debido al deseo de unir a Alemania. Los que querían un país fuerte y unido, como el que él había gobernado, lo veían como un ejemplo. Incluso la familia real de Prusia, que buscaba unir Alemania, se relacionaba con Barbarroja para justificar su poder.

¿Dónde y cuándo nació Barbarroja?

No se sabe con exactitud dónde nació Federico Barbarroja. Su madre, Judith de Baviera, de la Casa de los Güelfos, tuvo a su primer hijo en un castillo cerca de Altdorf, donde hoy está la ciudad de Weingarten. En esa época, las madres solían dar a luz en su tierra natal, así que es probable que Federico naciera allí. Sin embargo, no estamos seguros de que ese primer hijo fuera Barbarroja, ya que muchos niños no sobrevivían en aquella época.

La vida de Federico I

Su papel como duque de Suabia

Federico era hijo de Federico II de Suabia, duque de Suabia, y de Judith de Baviera. Esto lo hacía heredero de dos familias nobles muy importantes y a menudo rivales en el Sacro Imperio. Cuando su padre murió en 1147, Federico se convirtió en duque de Suabia con el nombre de Federico III. Él siguió la política de su padre, enfocándose en los asuntos de su ducado. Mientras tanto, su tío Conrado III se dedicaba a mantener y aumentar su poder como rey. Durante los conflictos entre Conrado y los Güelfos, Federico se mantuvo neutral o incluso ayudó a proteger a los Güelfos.

Sus primeros años como rey

¿Cómo fue elegido rey?

Después de la muerte repentina de Conrado III el 15 de febrero de 1152, Federico Barbarroja fue elegido rey de Romanos el 4 de marzo de 1152 en Fráncfort del Meno. Fue coronado el 9 de marzo en la capilla del palacio real de Aquisgrán, que hoy es parte de la Catedral de Aquisgrán.

Esta elección tan rápida sugiere que Conrado III lo había planeado. Aunque Conrado había preparado a su propio hijo para ser su sucesor, decidió proponer a su sobrino Federico. Se cree que temía que su hijo, de solo 8 años, no pudiera mantener la paz en el Imperio. Sin embargo, es más probable que Federico de Suabia lograra el apoyo de los diferentes grupos nobles gracias a su habilidad para negociar. Se reunió con los grandes del reino y les prometió cargos y tierras a cambio de su apoyo. Por ejemplo, su primo Güelfo VI recibió un ducado y señoríos en Italia, y Enrique el León obtuvo Baviera en 1156.

Los príncipes electores vieron en Barbarroja a un candidato que podía unir a las familias Güelfos y Hohenstaufen, ya que tenía lazos con ambas. Por eso, un historiador de la época lo llamó "lapis angularis" (piedra angular), que significa que era clave para la estabilidad.

Un documento de la época, escrito por Wibald von Stablo, abad de Stablo-Malmedy, para el papa Eugenio III, muestra los objetivos de Barbarroja: quería restaurar los privilegios de la Iglesia y la dignidad del Imperio.

Primeras decisiones como emperador

Al principio, Federico se centró en traer la paz al Imperio. Su primera reunión importante (llamada dieta imperial) fue en Dortmund en 1152. Luego, en junio, hubo otra en Merseburg, donde se resolvió un conflicto sobre la creación de obispados en la costa báltica. En esta reunión, Barbarroja también decidió quién debía ser el rey de Dinamarca.

Después de Merseburg, Federico visitó Ratisbona, donde la nobleza bávara le juró lealtad. Allí, intentó iniciar una lucha contra Hungría, pero los príncipes se negaron.

Preparativos para la coronación imperial

En octubre de 1152, en la dieta de Wurzburgo, Barbarroja fijó la fecha de su viaje a Roma para ser coronado emperador. Esta fecha tardía se explica porque quería resolver el conflicto entre las familias Babenberg y Güelfos. Después, comenzaron las negociaciones con el Papa para acordar las condiciones de la coronación. El resultado fue el Tratado de Constanza, firmado en marzo de 1153. En este tratado, Barbarroja prometió someter a Roma y entregar la ciudad al papa, no hacer la paz con los romanos o los normandos, y proteger la soberanía de la Iglesia. A cambio, el papa prometió coronar a Federico y apoyarlo.

En septiembre de 1153, Barbarroja también negoció con el Imperio Bizantino para una posible alianza, pero estas conversaciones no avanzaron mucho.

En junio de 1154, Federico I convocó otra dieta en Goslar. Allí, Enrique el León obtuvo el derecho de nombrar obispos en territorios del Báltico.

El primer viaje a Roma

Archivo:Armoiries empereurs Hohenstaufen
Escudo de los emperadores de la casa de Hohenstaufen

En octubre de 1154, el ejército de Barbarroja se dirigió a Roma. La situación en el sur de Italia era complicada. Federico llegó a Pavía, donde fue coronado Rey de Italia el 24 de abril en la Basílica San Miguel el Mayor.

Cuando Federico y el papa Adriano IV se encontraron en Sutri, hubo un pequeño desacuerdo porque el rey alemán se negó a realizar un acto tradicional de humildad. Sin embargo, lo superaron rápidamente. Al acercarse a Roma, una delegación del senado de la ciudad exigió que Federico reconociera su nueva constitución y pagara una gran suma de oro. Federico rechazó estas demandas, y la ciudad de Roma cerró sus puertas al emperador y al papa.

El 18 de junio de 1155, Adriano IV coronó a Barbarroja emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en la basílica de San Pedro. Inmediatamente después, el pueblo de Roma se levantó en armas. Las tropas imperiales y papales lucharon contra los romanos. Después de la calma, Barbarroja no cumplió su promesa de devolver el poder sobre la ciudad al papa. Tampoco atacó a los normandos de Sicilia, a pesar de las peticiones.

Como resultado de este incumplimiento, el papado y el emperador se distanciaron, lo que causaría problemas en el futuro. El papa Adriano IV decidió firmar un tratado con los normandos en 1156, el tratado de Benevento. Los normandos se convirtieron en protectores del papa, lo que debilitó la posición del emperador.

Cambios en la estructura del Imperio

Después de decidir a favor de Enrique el León en el tema del ducado de Baviera, Federico I negoció con Enrique Jasomirgott sobre una compensación por la pérdida de ese territorio. Finalmente, en 1156, se llegó a un acuerdo llamado Privilegium Minus: los Babenberg mantendrían el título de duque, pero se retirarían al antiguo margravato de Austria, mientras que los Güelfos conservarían el resto de Baviera. Este fue el primer paso para que Austria se desarrollara como un territorio independiente.

Federico se había casado con Adelaida de Vohburg en 1147, pero su matrimonio fue anulado en 1153. El 17 de junio de 1156, se casó por segunda vez con Beatriz de Borgoña, quien era mucho más joven que él. Esta boda le dio el título de conde de Borgoña y le facilitó el paso por los Alpes hacia el oeste.

Durante este tiempo, Federico cambió la forma en que se administraba el Imperio. Por ejemplo, convirtió el fodrum (un pago que la nobleza italiana debía al emperador) en un impuesto regular. Esto, junto con los pagos de las ciudades italianas, impulsó la economía basada en el dinero. También cambió la estructura del ejército, usando cada vez más soldados además de los nobles.

El poder del emperador creció al aumentar sus territorios en Turingia y al fundar ciudades como Pegau y Chemnitz.

La política de Barbarroja en Italia

Conflictos con el Papa

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Barbarroja y sus hijos – Miniatura de la Crónica del Mundo

El primer viaje de Federico a Roma no solo fue para ser coronado, sino también para asegurar el control total de las regiones italianas que pertenecían al Imperio, especialmente las ciudades de Lombardía. Quería asegurar el honor imperii, que eran los derechos del emperador.

Antes de su viaje, Federico buscó aliados. Por ejemplo, intentó mejorar sus relaciones con los Babenberg. En enero de 1158, nombró a Ladislao II de Bohemia, también relacionado con los Babenberg, como rey de Bohemia.

En octubre de 1157, Barbarroja convocó una dieta en Besanzón para reafirmar sus derechos en Borgoña. Allí, dos enviados del papa exigieron la liberación de un arzobispo. Hubo un problema por una palabra, beneficium, que podía significar "feudo" (una tierra concedida a cambio de lealtad) o "buena acción". El canciller de Federico, Reinaldo de Dassel, la tradujo como "feudo", lo que implicaba que el emperador recibía su título del papa, algo que Federico rechazaba. Esto se convirtió en parte de una campaña de ideas contra el papado, y Federico obtuvo el apoyo de la mayoría de los obispos alemanes.

Las tensiones aumentaron, y se publicaron escritos contra el papa Adriano IV, defendiendo que el Papado debía estar bajo el Imperio. El papa Adriano IV aclaró en junio de 1158 que no había querido decir "feudo", sino "buena acción", pero ya era tarde.

La segunda campaña en Italia

En septiembre de 1158, el ejército de Barbarroja atacó Milán. En noviembre, convocó una reunión en Roncaglia para organizar la administración italiana. El emperador reunió a expertos en Derecho de la Universidad de Bolonia para redactar las "leyes de Roncaglia". Estas leyes se basaron en el derecho romano y daban preferencia a los derechos del emperador. Según estas leyes, las ciudades debían pedir al emperador que confirmara sus derechos, lo que llevó a que varias ciudades se rebelaran.

En esta reunión, las ideas del emperador y del papa sobre el Estado chocaron. El papa exigió que se retiraran las nuevas regulaciones de Federico en los territorios italianos que el papa reclamaba. Barbarroja se negó, argumentando que los obispos no tenían territorio propio, sino que sus señoríos estaban en territorio del Imperio, bajo su autoridad. Al mismo tiempo, el papa inició negociaciones con Milán, que preparaba un nuevo ataque contra el emperador.

El cisma religioso

El papa Adriano IV murió el 1 de septiembre de 1159. La elección de su sucesor dividió a los cardenales. Alejandro III fue elegido por un grupo, y Víctor IV por otro. Alejandro tuvo el apoyo de la mayoría de los cardenales, mientras que Víctor fue aclamado por el pueblo de Roma. Federico convocó un concilio en Pavía en 1160 para resolver la disputa. Él creía que, como emperador, tenía el derecho de decidir en elecciones papales disputadas. Sin embargo, muchos en Europa no reconocieron este concilio ni a Víctor.

El conflicto se extendió a Francia e Inglaterra. Federico intentó que Enrique II de Inglaterra y Luis VII de Francia apoyaran a Víctor, pero ambos reyes reconocieron a Alejandro.

Mientras tanto, las batallas continuaron en Italia. Después de que Milán se rindiera y fuera destruida en 1162, Federico estaba en la cima de su poder militar en Italia. Planeó un ataque a Sicilia, pero los preparativos se detuvieron.

Federico intensificó sus esfuerzos diplomáticos en Francia para que reconocieran a Víctor. Se acordó una reunión entre el emperador, el rey de Francia y los dos papas en agosto de 1162. Alejandro se negó a participar, y Luis VII pidió posponerla. Federico no logró imponer a Víctor IV, lo que se considera una gran derrota política para Barbarroja.

Cuando Víctor IV murió en abril de 1164, parecía que el conflicto religioso terminaría. Sin embargo, dos días después, Reinaldo de Dassel hizo que se eligiera a otro antipapa, Pascual III, sin el conocimiento de Federico. Esto causó mucha resistencia, especialmente en el norte de Italia y en Alemania. Muchos obispos y nobles reconocieron a Alejandro.

Federico reaccionó con diplomacia. En 1165, Reinaldo de Dassel visitó la corte inglesa y convenció a Enrique II de Inglaterra de reconocer a Pascual III. Poco después, en una dieta en Wurzburgo, Federico y muchos príncipes y obispos juraron no reconocer nunca a Alejandro III.

Para fortalecer la posición de Alemania, Barbarroja intentó darle un significado religioso al Imperio. En 1164, los huesos de los Reyes Magos fueron llevados a Colonia. En la Navidad de 1165, Carlomagno fue declarado santo en Aquisgrán, para darle al Imperio un santo nacional y una mejor justificación. Sin embargo, estos actos tuvieron poco impacto fuera de Alemania.

El juramento de Wurzburgo no tuvo mucho efecto. Enrique II de Inglaterra no persiguió activamente a Alejandro, ya que dependía de su apoyo.

En mayo de 1166, murió Guillermo I de Sicilia. Federico aprovechó la situación para iniciar su cuarta campaña italiana. En julio de 1167, conquistó Roma. Pascual III coronó a la emperatriz en la basílica de San Pedro. Alejandro III huyó.

En ese momento, una grave enfermedad (posiblemente malaria) se extendió entre las tropas de Federico, causando muchas muertes. Federico tuvo que regresar a Alemania con solo una parte de su ejército.

Las ciudades del norte de Italia aprovecharon la derrota del emperador. En 1167, se unieron en la Liga Lombarda, leal al papa Alejandro III y apoyada por Bizancio y los normandos.

En Alemania, la derrota de 1167 permitió a Barbarroja tomar el control de muchos territorios de los nobles fallecidos. Esto creó una franja de territorios de los Hohenstaufen que separaba a los Güelfos de otros grupos. Federico usó la rivalidad entre los arzobispados de Tréveris y Maguncia para aumentar su influencia.

Paz con el Papa y las ciudades

En esta situación, Barbarroja intensificó sus negociaciones con Alejandro. Sin embargo, después de la muerte de Pascual III en 1168, se eligió a otro antipapa, Calixto III. Barbarroja se preparó para un acuerdo con Alejandro: en 1169, su segundo hijo, Enrique, fue nombrado sucesor al trono. Se esperaba que Enrique reconociera a Alejandro, mientras que Federico mantenía su posición.

Para complicar las cosas, Barbarroja continuó la confrontación. En 1172, acusó a la Liga Lombarda y a los seguidores de Alejandro de querer entregar la corona imperial romana a Bizancio, lo que le sirvió de excusa para su quinta campaña italiana. Esta vez, el número de tropas no fue suficiente para obtener victorias. El asedio a Alessandria no tuvo éxito. En 1175, hubo negociaciones en Montebello, que llevaron a un tratado de paz entre el emperador y la Liga Lombarda. Las ciudades se sometieron nominalmente, pero las decisiones se tomarían por una comisión. Este acuerdo no duró, ya que Barbarroja exigía la destrucción de Alessandria y las ciudades lombardas querían que el papa participara en las negociaciones.

La Batalla de Legnano

En 1175, Federico pidió más tropas de Alemania. Enrique el León se negó a enviar soldados. En la batalla de Legnano, el 29 de mayo de 1176, el emperador sufrió una gran derrota a manos de las milicias de las ciudades del norte de Italia. Federico tuvo que firmar la paz y aceptar que las ciudades fueran prácticamente autónomas.

Gracias a la mediación de los monjes, Barbarroja envió una delegación a Alejandro III en 1176 para negociar la paz en Anagni. El papa quería un acuerdo entre todas las partes, incluyendo la Liga Lombarda, otras ciudades italianas, Sicilia y Bizancio. Finalmente, el emperador aceptó retirarse de los territorios reclamados por el papa y devolver otros en Toscana. Alejandro III aceptó mantener las ordenaciones realizadas por obispos que habían apoyado al antipapa.

Estos acuerdos no incluían a las ciudades ni a Sicilia. Las negociaciones continuaron en Chioggia. En Venecia, en 1177, el emperador y el papa se encontraron para firmar la Paz de Venecia.

La paz confirmó la separación entre los territorios italianos y alemanes del Imperio. La pregunta sobre quién tenía más autoridad, el papa o el emperador, no se resolvió, pero el papa salió fortalecido y el emperador debilitado. La idea de que el emperador gobernara Roma fue prácticamente abandonada.

Después de la tregua de Venecia, Barbarroja y la Liga Lombarda firmaron la Paz de Constanza en 1183. El emperador tuvo que renunciar a muchas exigencias, pero la Liga se integró en las estructuras del Imperio. Las ciudades obtuvieron el derecho a elegir a sus propios líderes, aunque el emperador debía confirmarlos cada cinco años.

A finales de enero de 1186, durante la última campaña italiana del emperador, el hijo de Barbarroja, Enrique VI, se casó en Milán con Constanza, tía de Guillermo II de Sicilia. Los normandos esperaban paz, mientras que Federico esperaba que el reino de Sicilia pasara a su familia por herencia, ya que Guillermo II no tenía hijos.

El conflicto con Enrique el León

En los últimos años de Federico, su relación con su primo Enrique el León empeoró. Enrique se negó a enviar tropas a la quinta campaña italiana. En 1179, el emperador acusó a Enrique de varios delitos. Enrique no se presentó a las audiencias, y en enero de 1180, en Wurzburgo, fue declarado fuera de la ley (Reichsacht). Como resultado, perdió todas sus tierras. Sus territorios fueron divididos.

Enrique el León se opuso con el ejército, lo que llevó a una campaña militar en su contra. Tuvo que someterse al emperador en noviembre de 1181. Fue condenado a 3 años de exilio, una pena suave probablemente por la presión de la nobleza.

El arzobispo de Colonia, Felipe I de Heinsberg, se convirtió en un problema para Barbarroja, ya que era el señor más poderoso del norte de Alemania. El emperador no fue el único beneficiado de la caída de Enrique el León, sino varios señores feudales.

En 1184, Barbarroja firmó una alianza con Felipe I de Flandes contra el rey de Francia Felipe II de Francia. El hijo de Barbarroja, Enrique VI, debía atacar Francia, pero el movimiento de tropas se detuvo.

El arzobispo de Colonia, apoyado por el papa Urbano III, se opuso a Barbarroja, especialmente en el tema de la herencia del título de emperador. El emperador, por su parte, volvió a poner a su hijo como regente de Italia en 1186 para centrarse en Alemania. En noviembre de 1186, la mayoría de los obispos alemanes apoyaron al emperador, lo que fue una derrota para el papa y el arzobispo de Colonia. Finalmente, en marzo de 1188, el arzobispo tuvo que someterse al emperador en la dieta de Maguncia.

La Cruzada y su fallecimiento

En la dieta de Maguncia también se decidió organizar una cruzada. En 1189, Federico partió, junto con Felipe II de Francia y Ricardo I de Inglaterra, hacia la Tercera Cruzada. Se dice que en esta ocasión, Federico I Barbarroja concedió derechos de comercio y el privilegio de ciudad a un asentamiento comercial en el río Alster, lo que se considera la fundación de Hamburgo, aunque la autenticidad del documento es dudosa.

Su hijo, Enrique VI, quedó a cargo del reino. Federico había desafiado a Saladino de Egipto a un combate. Federico partió con sus ejércitos hacia Tierra Santa por tierra. En el Reino de Hungría, fue recibido por el rey Bela III de Hungría. El príncipe Geza, hermano menor del rey Bela, se unió a Federico con un ejército de 2000 soldados húngaros para acompañarlo.

Después de dos batallas exitosas contra los musulmanes, incluyendo la Batalla de Iconium, Federico I murió en el río Saleph en Anatolia en junio de 1190. Esto ocurrió antes de que pudiera encontrarse con Saladino. Hay varias versiones sobre su muerte: algunos dicen que, acalorado, quiso refrescarse en el río; otros, que su caballo lo tiró mientras cruzaba y el peso de su armadura lo hundió; o que intentó cruzar el río para evitar un puente lleno de gente. Se cree que, siendo un hombre de casi setenta años y con el calor, pudo haber sufrido un problema de salud en el agua fría del río.

Su hijo Federico VI de Suabia continuó con un pequeño ejército para intentar enterrar a Barbarroja en Jerusalén. El intento de conservar su cuerpo no funcionó. La carne del emperador fue enterrada en la iglesia de San Pedro en Antioquía, sus huesos en la catedral de Tiro, y el corazón y otros órganos en Tarso.

Las ideas de Barbarroja sobre el Imperio

Una fuente importante para entender las ideas de Barbarroja sobre el Imperio es el libro Gesta Friderici del obispo Otón de Freising. Este texto muestra que Federico quería defender el Imperio de su decadencia (especialmente en el norte de Italia) y reconciliar al Imperio con el Papado. Federico es presentado como quien trajo la paz después de la Querella de las Investiduras (un conflicto entre emperadores y papas por el nombramiento de obispos).

Federico quería basarse en la "teoría de las dos espadas", que decía que había un poder espiritual (del papa) y un poder terrenal (del emperador), y que ambos eran importantes. También fue el primer emperador medieval en usar el Corpus iuris civilis (un conjunto de leyes del antiguo Imperio romano) para reclamar sus derechos sobre el norte de Italia, aunque con poco éxito.

Al principio, Barbarroja quería una buena relación entre el Imperio y la Iglesia. Esperaba que el papa lo ayudara a recuperar los territorios italianos que se habían vuelto autónomos.

Sin embargo, el Tratado de Benevento introdujo la idea de dos reinos con los mismos derechos. Barbarroja empezó a ver al pueblo romano y su reconocimiento como una justificación de su poder imperial, lo que lo puso en conflicto con el papado, que solo reconocía la coronación por el papa. En 1157, se creó el término sacrum imperium (Imperio sagrado) en la corte de los Hohenstaufen, lo que mostraba la creciente importancia que Federico le daba al Imperio.

El poder de Barbarroja fue desafiado por dos frentes: el papado, especialmente bajo Alejandro III, que reclamaba autoridad sobre el poder terrenal; y otros príncipes que querían más independencia del emperador en sus propios territorios. Esto último era especialmente cierto para el rey de Francia.

La idea de que Barbarroja quería gobernar todo el mundo cristiano es un tema debatido por los historiadores. Su intento de incluir el reino de Sicilia en el Imperio y de extender su poder hasta Roma sugiere que buscaba una autoridad muy amplia.

Un elemento importante de la visión de Barbarroja fue su constante referencia a Carlomagno, lo que se vio en su declaración de santidad en 1165. Con esto, quería oponerse a la consolidación de Francia como un reino independiente y a las ambiciones del emperador de Bizancio.

En cuanto a la estructura feudal del Imperio, Federico I creía que la autoridad real e imperial era la más alta. El emperador debía ser el único origen de toda autoridad. La división de Baviera y la pérdida de tierras de Enrique el León son ejemplos de esta búsqueda de poder absoluto.

Hijos de Federico I Barbarroja

Federico I tuvo dos matrimonios. Su primer matrimonio con Adelaida de Vohburg fue anulado y no tuvieron hijos.

Con su segunda esposa, Beatriz de Borgoña, tuvo los siguientes hijos:

  • Beatriz (nacida hacia 1162; fallecida antes de 1174), enterrada en el monasterio de Lorch.
  • Federico (nacido el 16 de julio de 1164 en Pavía; fallecido el 28 de noviembre de 1170), fue duque de Suabia como Federico V de Suabia.
  • Enrique VI (nacido en 1165; fallecido en 1197), fue rey de Alemania y emperador, y también rey de Sicilia. Se casó con Constanza I de Sicilia.
  • Conrado (nacido en 1167; fallecido en 1191), fue duque de Suabia como Federico VI de Suabia después de la muerte de su hermano mayor.
  • Una hija (posiblemente llamada Gisela) (nacida en octubre/noviembre de 1168; fallecida a finales de 1184).
  • Otón (nacido en 1170; fallecido en 1200), fue conde de Borgoña.
  • Conrado (nacido en 1172; fallecido en 1196), fue duque de Suabia.
  • Reinaldo (nacido hacia octubre/noviembre de 1173; falleció de niño).
  • Guillermo (nacido hacia junio/julio de 1176; falleció de niño).
  • Felipe (nacido en 1177; fallecido en 1208), fue duque de Suabia y rey de Alemania. Se casó con Irene de Bizancio.
  • Inés (nacida en 1180; fallecida el 8 de octubre de 1184), enterrada en la catedral de Speyer.

La imagen de Barbarroja a lo largo del tiempo

Archivo:Monument barbarossa
Escultura de Barbarroja en el monumento de Kyffhäuser en Turingia

¿Cómo lo veían los historiadores?

En la Baja Edad Media y al principio de la Edad Moderna, Barbarroja no era tan famoso como su nieto Federico II Hohenstaufen. Pero en el siglo XVI, los historiadores alemanes lo "redescubrieron" como parte de un creciente sentimiento nacional. Destacaron su importancia para la parte alemana del Imperio y a menudo ignoraron o interpretaron sus acciones en Italia como un conflicto con el papa.

Desde el siglo XVIII, surgieron dos formas principales de interpretar el reinado de Barbarroja:

  • Una visión, iniciada por Gottfried Wilhelm Leibniz, lo presenta como el más grande de los emperadores del Sacro Imperio en la Edad Media. Su época se veía como la cumbre de la historia alemana, seguida de una decadencia. Los historiadores que lo veían positivamente lo elogiaban por intentar restaurar los derechos del Imperio y el poder del emperador, y por luchar contra el poder de la Iglesia y la nobleza.
  • Otra visión, defendida por historiadores como Hagen Keller, es más crítica con su política italiana. Argumentan que el emperador gastó muchos recursos en Italia sin obtener grandes beneficios. También creen que Federico impulsó la separación de poderes al dar más autoridad a los príncipes. Según esta corriente, Barbarroja podría haber logrado sus objetivos si hubiera cooperado más con las ciudades y el papa.

Después de la Revolución de 1848, el estudio de Barbarroja se impulsó, especialmente con una interpretación positiva. Se le veneraba como unificador del reino alemán bajo un poder central fuerte. Esta imagen positiva se mantuvo hasta las guerras mundiales.

Una investigación más reciente cuestiona si Barbarroja tenía objetivos claros y permanentes, dado lo largo de su reinado y los cambios en sus alianzas. Algunos historiadores, como Peter Munz, sugieren que su política fue más personal y cambiante.

Además de estabilizar el poder central del Imperio, los historiadores también ven que el reinado de Federico aceleró algunos procesos de desintegración. Por ejemplo, la separación de Austria de Baviera y la división de los ducados de Sajonia y Baviera fueron los primeros pasos para que surgieran territorios más independientes.

Leyendas sobre Barbarroja

En las leyendas populares medievales, se dice que Barbarroja sigue vivo y dormido en las montañas (como el Kyffhäuser o el Untersberg) hasta que el Reino lo necesite de nuevo. Esta leyenda se atribuyó primero a su nieto Federico II y luego a Barbarroja.

Un busto de Barbarroja fue incluido en el Templo del Valhalla, un monumento en Alemania que honra a figuras importantes.

Barbarroja en la literatura

Una forma interesante de conocer a Barbarroja es a través de la novela Baudolino de Umberto Eco. También se le menciona brevemente en el libro Vidas Imaginarias de Marcel Schwob, en el texto sobre "Frate Dolcino, hereje".

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Frederick Barbarossa Facts for Kids

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Federico I Barbarroja para Niños. Enciclopedia Kiddle.