Filioque para niños
Filioque, que significa «y del Hijo», es una frase que se añadió a la versión en latín de un texto muy importante para los cristianos, el Símbolo Niceno-Constantinopolitano. Este texto es como un resumen de lo que creen los cristianos. La frase Filioque no estaba en el texto original en griego, donde solo se decía que el Espíritu Santo viene «del Padre».
La frase Filioque se incluyó en el credo latino durante un concilio (una reunión importante de líderes religiosos) en Toledo en el año 589. Luego, se fue usando más y más en las regiones donde vivían los francos. En el siglo IX, el papa León III aceptó la idea de que el Espíritu Santo viene del Padre y del Hijo, pero no quería que la frase se añadiera al credo. Sin embargo, en el año 1014, en Roma, se empezó a cantar el credo con el Filioque durante la misa.
La idea de que el Espíritu Santo viene del Padre y del Hijo se llama filioquismo. Esta idea se basó en las enseñanzas de la Iglesia en Occidente y en Alejandría. Fue declarada una creencia fundamental por el papa León I en el año 447. Por otro lado, la doctrina del monopatrismo, defendida por el patriarca de Constantinopla Focio en el siglo IX, decía que el Espíritu Santo viene «solo del Padre». Esta diferencia fue una de las razones de un conflicto llamado el cisma de Focio, que fue un paso previo al Gran Cisma de 1054. Estas diferencias aún hoy son un desafío para que las Iglesias católica y ortodoxa se unan.
Contenido
¿Qué es la cláusula Filioque?
El Símbolo Niceno-Constantinopolitano, que fue confirmado por los líderes de la Iglesia en el Concilio de Constantinopla I en el año 381, dice que el Espíritu Santo viene «del Padre».
En cambio, la versión en latín de este credo añadió la frase «y del Hijo». Esto significa que, para quienes usan esta versión, el Espíritu Santo viene «del Padre y del Hijo». Esta adición es el origen de las discusiones entre las diferentes ramas del cristianismo. La inclusión de esta frase ha llevado a distintas formas de entender esta creencia, lo que ha causado desacuerdos entre las iglesias.
Historia de la cláusula Filioque
¿Qué dice el Nuevo Testamento sobre el Espíritu Santo?
El Nuevo Testamento no explica de forma directa cómo se origina el Espíritu Santo en la Santísima Trinidad, como lo hacen los teólogos. Sin embargo, hay pasajes que sirvieron de base para las ideas de los teólogos.
Por ejemplo, en el Evangelio de Juan, Jesús dice que el Espíritu Santo "recibirá y tomará de lo mío". Algunos líderes de la Iglesia, como Atanasio de Alejandría y Cirilo de Alejandría, interpretaron esto como una base para decir que el Espíritu Santo "procede sustancialmente de ambos", es decir, del Padre y del Hijo. Otros versículos también mencionan al Espíritu Santo como el "Espíritu de Cristo" o el "Espíritu de su Hijo".
¿Qué pensaban los Padres de la Iglesia?
Mucho antes del Concilio de Constantinopla en el año 381, algunos teólogos cristianos en Occidente ya hablaban del Espíritu Santo como proveniente «del Padre y del Hijo» o «del Padre a través del Hijo». Esta diferencia entre la Iglesia latina (Occidente) y la griega (Oriente) sigue siendo un tema de debate.
En el siglo siglo III, Tertuliano en África enseñó que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo comparten la misma esencia divina. Él usó ejemplos como la raíz, el brote y el fruto para explicar la unidad de la Trinidad.
Más tarde, en el siglo siglo IV, Hilario de Poitiers escribió que el Espíritu «proviene del Padre» y es «enviado por el Hijo». Ambrosio de Milán afirmó que el Espíritu «procede del Padre y del Hijo». Estos autores querían destacar que las tres personas de la Trinidad son igualmente Dios.
Los Padres Capadocios, como Basilio de Cesarea y Gregorio Nacianceno, también escribieron sobre la Trinidad. Cirilo de Alejandría, en el siglo siglo V, enseñó que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. La Iglesia católica acepta estas dos formas de hablar, considerándolas complementarias.
Sin embargo, Teodoreto de Ciro se opuso a las enseñanzas de Cirilo, negando que el Hijo tuviera un papel en el origen del Espíritu Santo. A pesar de sus objeciones, Teodoreto finalmente aceptó las decisiones del Concilio de Calcedonia en 451.
Las obras de Agustín de Hipona son muy importantes para la teología occidental y para la cláusula Filioque. Agustín popularizó la frase «producto del Padre a través del Hijo». Los escritos del papa León I también mencionan que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo.
El papa Gregorio I también habló de que el Espíritu es «enviado» por el Hijo desde el Padre. Aunque sus textos fueron mal traducidos al griego, lo que llevó a algunos teólogos orientales a pensar que estaba en contra del Filioque.
En general, estos primeros autores no se centraron en el origen del Espíritu Santo, sino en la igualdad de las personas divinas. Aunque los líderes orientales sabían que en Occidente se enseñaba que el Espíritu Santo venía del Padre y del Hijo, no lo consideraban una herejía en ese momento.
Concilios importantes
El Concilio de Nicea I en el año 325 estableció el primer credo, el Símbolo Niceno. Este credo buscaba aclarar la enseñanza sobre Jesús. Solo mencionaba al Espíritu Santo brevemente.
El Primer Concilio de Constantinopla en 381, convocado por el emperador Teodosio I, amplió la mención del Espíritu Santo con la frase «procede del Padre». Este texto se conoce como Símbolo Niceno-Constantinopolitano.
A pesar de una prohibición en el Concilio de Éfeso (431) de cambiar el credo, el credo de Constantinopla fue adoptado en Oriente y, más tarde, en Occidente con algunas adiciones, incluyendo el Filioque.
Se ha descubierto que la cláusula Filioque ya se usaba en Persia en el año 410, antes de la separación de la Iglesia del Oriente. Sin embargo, esta Iglesia no incluye la cláusula en su credo.
El Concilio de Calcedonia en 451 reconoció el Símbolo Niceno-Constantinopolitano como obligatorio.
A finales del siglo siglo VI, el credo de Constantinopla se usó en algunas partes de Occidente, posiblemente a partir del III Concilio de Toledo en 589. En este concilio, los visigodos abandonaron el arrianismo y aceptaron el catolicismo. Se cree que aquí se añadió el Filioque al credo, aunque no todos los documentos lo confirman. La cláusula se extendió desde el reino visigodo a los francos y a Inglaterra. Sin embargo, Roma no la adoptó en ese momento.
La palabra griega ἐκπορευόμενον (ekporeuomenon) se refiere al origen final, mientras que el verbo latino procedere puede aplicarse a un proceso a través de un intermediario. Esta diferencia en el significado de las palabras contribuyó a los malentendidos entre Oriente y Occidente.
Primeras oposiciones en Oriente
En el año 638, el emperador bizantino Heraclio publicó un edicto que definía una doctrina llamada monotelismo (Jesús tiene dos naturalezas pero una sola voluntad divina). Esto causó un gran conflicto con Roma.
Mientras tanto, Máximo el Confesor, un monje, se opuso al monotelismo y defendió el uso romano de «y el Hijo». Él explicó que las diferencias entre el latín y el griego dificultaban el entendimiento mutuo. Máximo fue perseguido y exiliado por sus creencias.
Desarrollo posterior

En Occidente, el uso del Filioque se hizo común. El emperador Carlomagno quería que el papa León III aprobara su inclusión en el credo para acusar a Oriente de herejía. Sin embargo, el papa se negó a añadirlo al credo, aunque aceptaba la doctrina. El papa León III incluso mandó grabar el credo sin el Filioque en dos discos de plata en la Basílica de San Pedro.
En el año 808, surgió una controversia en Jerusalén entre monjes griegos y francos por el canto del credo con el Filioque. El concilio de Aquisgrán en 809 ordenó la inclusión de la cláusula en la liturgia, extendiéndose por el Sacro Imperio Romano Germánico. Pero la Santa Sede no la aceptó oficialmente hasta 1014.
La controversia de Focio
Alrededor del año 860, la discusión sobre el Filioque se intensificó con las disputas entre los patriarcas de Constantinopla, Focio e Ignacio. En 867, Focio acusó a la Iglesia Occidental de herejía por el uso del Filioque y por la autoridad del papa.
Focio sostenía que el Espíritu Santo viene «solo del Padre». Esta idea, aunque nueva en su formulación, se consideraba una reafirmación de la enseñanza tradicional. Para Focio, añadir el Filioque al credo complicaba una definición ya clara.
La Iglesia occidental también cree en la "monarquía del Padre", es decir, que el Padre es el único origen de todo. El Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos ha aclarado que la doctrina del Filioque no contradice la idea de que el Padre es la única fuente del Espíritu.
Varios concilios se celebraron para tratar estas cuestiones, pero las diferencias persistieron.
Adopción en el rito romano
En 1014, el emperador Enrique II fue coronado en Roma por el papa Benedicto VIII. El emperador pidió al papa que recitara el credo con el Filioque. Esta fue la primera vez que se usó oficialmente en Roma, y desde entonces se incorporó al rito romano, aunque no en las Iglesias católicas orientales.
Después del Gran Cisma
La oposición oriental al Filioque se hizo más fuerte después del Gran Cisma de 1054. La posición occidental, por su parte, se reafirmó en concilios como el IV Concilio de Letrán en 1215.
En la Iglesia occidental, el lenguaje teológico cambió, pasando de la filosofía de Platón a la de Aristóteles. Esto hizo que griegos y latinos usaran diferentes formas de entender y explicar las verdades de la fe, lo que dificultó la comunicación.
Para intentar resolver estas diferencias, se celebraron los concilios de Lyon y de Florencia.
El Segundo Concilio de Lyon en 1274 aceptó la profesión de fe del emperador bizantino Miguel VIII Paleólogo sobre el Espíritu Santo que «procede del Padre y del Hijo». Sin embargo, la mayoría de los cristianos bizantinos no aceptaron estos acuerdos, en parte por el resentimiento tras la conquista de Constantinopla por los cruzados latinos en 1204.
El obispo Gregorio Palamás en 1351 también abordó el tema del Filioque, destacando las diferencias entre las opiniones de las iglesias.
En el siglo siglo XV, hubo otro intento de unión en el Concilio de Florencia. Los griegos argumentaron que cualquier adición al credo estaba prohibida por el Concilio de Éfeso de 431. Los latinos respondieron que la prohibición se refería al significado, no a las palabras.
Finalmente, en 1439, los griegos aceptaron la doctrina latina, creyendo que, aunque las palabras fueran diferentes, los santos de ambas tradiciones no podían estar equivocados en la fe. El decreto de unión, Laetentur Caeli, incluyó una afirmación sobre el Filioque. Sin embargo, la Iglesia del Este no aceptó este acuerdo, especialmente después de que la ayuda militar prometida por Occidente no llegara y Constantinopla cayera ante los turcos en 1453.
Concilios ortodoxos de Jerusalén
El Concilio de Jerusalén de 1583 condenó a quienes no creían que el Espíritu Santo procede del Padre en esencia, y del Padre y del Hijo en el tiempo. El Concilio de Jerusalén de 1672 reafirmó que el Espíritu Santo procede únicamente del Padre.
Reforma protestante
Aunque la Reforma protestante cambió muchas doctrinas, la mayoría de los protestantes aceptaron el Filioque. Sin embargo, no lo consideraron un pilar central de su teología. Algunos teólogos luteranos incluso defendieron el Filioque en conversaciones con el patriarca ortodoxo de Constantinopla Jeremías II Tranos.
Posición de las diferentes ramas cristianas

Iglesia católica
La Iglesia católica enseña que el Espíritu Santo «procede del Padre y del Hijo». Esta creencia fue afirmada por el papa León I el Magno en el año 447. Las Iglesias católicas orientales, aunque no usan el Filioque en el Credo, están en plena comunión con la Santa Sede.
La Iglesia católica considera que hay tres formas correctas de hablar del origen del Espíritu Santo:
- El Espíritu Santo procede del Padre (como en el texto original del Símbolo Niceno-Constantinopolitano).
- El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo (como en el Concilio de Lyon II).
- El Espíritu Santo procede del Padre por medio del Hijo (como en el Concilio de Florencia).
La Iglesia católica cree que estas expresiones griegas y latinas no se contradicen, sino que se complementan. La tradición oriental enfatiza que el Padre es el origen principal, mientras que la occidental destaca la comunión entre el Padre y el Hijo.
La Iglesia católica no dice que el Filioque sea parte del texto original del Símbolo Niceno-Constantinopolitano. De hecho, los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI han recitado el credo en griego sin el Filioque junto a los patriarcas de Constantinopla.
Iglesias de los dos concilios
La Iglesia asiria del Oriente y la Antigua Iglesia del Oriente no usan el Filioque en el credo.
Iglesia ortodoxa

En el cristianismo ortodoxo, la teología comienza con la persona del Padre, quien es el origen de todo. El Hijo nace del Padre y el Espíritu procede del Padre. Las tres personas divinas (Padre, Hijo y Espíritu Santo) comparten la misma naturaleza divina.
La Iglesia ortodoxa interpreta que el Espíritu Santo procede solo del Padre. Focio afirmó que el Filioque confunde la teología. La idea de que el Espíritu Santo tiene dos orígenes fue rechazada por los occidentales en el Concilio de Florencia, quienes aclararon que la expresión «por el Hijo» significa que el Espíritu Santo tiene su origen en el Padre y también en el Hijo.
Algunos santos ortodoxos, como Focio, Gregorio Palamás y Marcos de Éfeso, consideraron el Filioque una herejía. Sin embargo, otros santos orientales, como Epifanio de Salamina y Cirilo de Alejandría, indicaron que el Espíritu Santo procedía del Padre y del Hijo. La Iglesia ortodoxa también reconoce como santos a Padres de la Iglesia Occidental que aceptaron la doctrina Filioque, como Agustín de Hipona o el papa León I.
Algunos teólogos ortodoxos argumentan que el Filioque confunde la idea de que el Padre es el único origen de la divinidad. Creen que si el Espíritu Santo también procede del Hijo, esto podría implicar dos orígenes o causas, lo que podría llevar a la idea de dos dioses.
Sin embargo, no todos los teólogos ortodoxos comparten esta opinión estricta. Algunos, como Vasily Bolotov y Sergei Bulgakov, consideran el Filioque como una opinión teológica aceptable, no una herejía. El obispo Kallistos Ware sugiere que el problema es más de palabras y énfasis que de diferencias doctrinales fundamentales.
Hay ortodoxos que creen que las doctrinas griega y latina sobre la procesión del Espíritu Santo pueden ser válidas y que el Filioque es una opinión teológica permitida. San Teofilacto de Ohrid también pensaba que la diferencia era lingüística.
Recientemente, teólogos católicos y ortodoxos han dialogado sobre el Filioque. En 2003, una declaración conjunta sugirió que ambas partes se abstengan de llamar heréticas las tradiciones del otro y que la Iglesia Católica use solo el texto griego original del Credo de 381 en sus traducciones. Esta comisión cree que el Filioque ya no debería ser un obstáculo para la unión.
Iglesias ortodoxas orientales
Todas las Iglesias ortodoxas orientales usan el texto original del Símbolo Niceno-Constantinopolitano, sin la cláusula Filioque.
Protestantismo
Los teólogos protestantes del siglo siglo XX están divididos sobre el Filioque. Algunos quieren eliminarlo, otros mantenerlo, y algunos prefieren dejar de usarlo para favorecer la unión. La Iglesia de Moravia nunca ha usado el Filioque.
Iglesias anglicanas
Las Iglesias anglicanas actualmente incluyen el Filioque en el Símbolo Niceno-Constantinopolitano, aunque ha habido recomendaciones para eliminarlo.
Situación actual

En las últimas décadas, se han dado pasos importantes para que el Filioque no sea un obstáculo para la unión entre las Iglesias católica y ortodoxa. En 1995, el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos publicó un documento que aclaraba la posición católica, el cual fue bien recibido por muchos ortodoxos.
En 2003, una declaración conjunta de teólogos católicos y ortodoxos en Estados Unidos reiteró que para los católicos, el Filioque se refiere a la procesión del Espíritu Santo en la comunión del Padre y del Hijo, no a su origen único. Se preguntó si la Iglesia ortodoxa podría aceptar esta interpretación y si la Iglesia católica podría omitir el Filioque en el credo.
En un simposio en el Ciudad del Vaticano en 1982, se consideró la idea de omitir el Filioque, algo que algunos papas ya han hecho al recitar el credo en griego.
La Encyclopedia of Eastern Orthodox Christianity señala que, aunque los teólogos ortodoxos se oponen a la inclusión del Filioque en el credo, han encontrado formas de conciliación. La mayoría de los teólogos ortodoxos consideran que el Filioque no es una herejía, sino una «theologoumenon», es decir, una opinión teológica aceptable.
Sin embargo, no todos los teólogos ortodoxos están de acuerdo. Algunos, como el obispo Kallistos Ware, que antes se oponía firmemente, ahora creen que el problema es más de semántica. Pero otros todavía ven el Filioque como una herejía que divide a Oriente y Occidente.
Véase también
En inglés: Filioque clause Facts for Kids