Tarraconense para niños
Datos para niños TarraconenseTarraconensis |
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Provincia | ||||||||||||||||||||||||||||||
27 a. C.-711 | ||||||||||||||||||||||||||||||
![]() Tarraconense en el año 125
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Coordenadas | 41°06′59″N 1°15′19″E / 41.1165, 1.2552 | |||||||||||||||||||||||||||||
Capital | Tarraco (Tarragona) | |||||||||||||||||||||||||||||
Entidad | Provincia | |||||||||||||||||||||||||||||
• País | Imperio romano | |||||||||||||||||||||||||||||
Idioma oficial | Latín, ibérico, celtíbero, aquitano, celta galaico, púnico, gr. jónico; visigótico | |||||||||||||||||||||||||||||
Habitantes | Pueblos prerromanos hispanos (íberos, vascones, celtas), población de origen griego y púnico, emigrados romanos e itálicos. Número aprox. en siglo II 2 000 000 | |||||||||||||||||||||||||||||
Historia | ||||||||||||||||||||||||||||||
• 27 a. C. | Creada en sustitución de la provincia Hispania Citerior | |||||||||||||||||||||||||||||
• 711 | Conquista visigoda | |||||||||||||||||||||||||||||
Correspondencia actual | Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Navarra, La Rioja, Aragón, Valencia, Región de Murcia, Madrid, Andorra, Cataluña, gran parte de Castilla y León, Castilla-La Mancha, parte del noreste de Andalucía y norte de Portugal desde el río Duero. | |||||||||||||||||||||||||||||
Fronteras | • Lusitania y Bética (suroeste) • Galia Aquitania y Galia Narbonense (noreste) |
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Creada bajo Augusto | ||||||||||||||||||||||||||||||
La Tarraconense (cuyo nombre completo en latín era Hispania Citerior Tarraconensis) fue una importante provincia romana y, más tarde, visigoda en la región de Hispania (la actual península ibérica). Su capital era la ciudad de Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco, que hoy conocemos como Tarragona. De esta ciudad, la provincia tomó su nombre.
La Tarraconense fue una de las provincias más grandes del Imperio romano. Mantuvo su gran tamaño hasta finales del siglo III, cuando el emperador Diocleciano la reorganizó. Creó dos nuevas provincias, la Cartaginensis y la Gallaecia, que antes formaban parte de la Tarraconense. A excepción de la costa mediterránea, la provincia no estaba muy poblada y tenía menos ciudades que otras zonas de Hispania.
Contenido
Geografía y organización de la provincia Tarraconense
¿Qué tan grande era la Tarraconense?
La provincia Hispania Citerior Tarraconensis, en su momento de mayor extensión, cubría aproximadamente dos tercios de la península ibérica. Se extendía desde los Pirineos en el norte hasta Sagunto en el sur. Incluía el valle del Ebro y gran parte de los valles de los ríos Duero, Tajo y Guadiana. También abarcaba el este de Andalucía.
Al este, limitaba con el mare Nostrum (el mar Mediterráneo). Al oeste, con el océano Atlántico. Al norte, con el Cantábrico y la cordillera de los Pirineos, que la separaban del sur de la Galia (las provincias romanas de Aquitania y Galia Narbonense).
Con unos 380.000 kilómetros cuadrados y una población estimada de 3 a 3,5 millones de habitantes, la Tarraconense fue probablemente la provincia más grande del Imperio cuando se creó.
Más tarde, a finales del siglo III, se separaron de la Tarraconensis las provincias de Gallaecia y Carthaginensis. A finales del siglo IV, las Islas Baleares también se separaron de la Carthaginensis, convirtiéndose en provincias independientes.
¿Cómo se organizaba la provincia?
En el año 27 a. C., el emperador Augusto y el Senado acordaron que la Tarraconense sería una provincia imperial. Esto significaba que el emperador la controlaba directamente, a diferencia de las provincias senatoriales, que eran administradas por el Senado. La Tarraconense era una provincia de alto rango.
El gobernador de la Tarraconensis era un senador importante, llamado legatus Augusti pro praetore provinciae Hispaniae Citerioris Tarraconensis. Su sede estaba en la capital, Tarraco. Al principio, tenía tres legados (ayudantes) a cargo de tres legiones, pero con el tiempo este número se redujo.
Debido a su gran tamaño, el gobernador recibió la ayuda de siete legados especiales, llamados legati iuridici. Estos se encargaban de la justicia en siete distritos llamados conventus iuridici. Los siete distritos eran:
- El Tarraconensis, con capital en Tarraco (Tarragona).
- El Carthaginensis, con capital en Carthago Nova (Cartagena).
- El Caesaraugustanus, con capital en Caesar Augusta (Zaragoza).
- El Cluniensis, con capital en Colonia Clunia Sulpicia (Coruña del Conde).
- El Asturicensis, con capital en Asturica Augusta (Astorga).
- El Lucensis, con capital en Lucus Augusti (Lugo).
- El Bracarensis, con capital en Bracara Augusta (Braga).

En cada capital de distrito se rendía culto al emperador, con sacerdotes y sacerdotisas elegidos entre las familias más importantes. Cada año, un sacerdote y una sacerdotisa provinciales se encargaban del culto en el foro de Tarraco.
La administración de los impuestos en la Tarraconensis estaba a cargo de un procurator Caesaris. Este funcionario era nombrado directamente por el emperador y supervisaba la recaudación de impuestos en toda la provincia. A partir del siglo I o siglo II, las zonas mineras de oro del noroeste tuvieron un procurador especial, un procurator metallorum, que solía ser un liberto (un esclavo liberado). Este tenía su base en Asturica Augusta. Los procuradores dependían directamente del emperador.
Las ciudades de la provincia
¿Cómo se crearon las ciudades?
Las ciudades (en latín, civitates) eran el nivel más bajo de la administración romana. Podían organizarse a la manera romana (como colonias o municipios) o mantener sus propias costumbres, pero siempre bajo la supervisión de los gobernadores. Las ciudades indígenas (locales) poco a poco adoptaron las formas de gobierno romanas. La principal diferencia era que la ley romana era obligatoria para los ciudadanos de colonias y municipios.
Según los geógrafos antiguos como Estrabón, Plinio el Viejo y Claudio Ptolomeo, la Tarraconensis tenía muchas ciudades, sobre todo en el valle del Ebro y la costa mediterránea. El número de ciudades disminuía hacia el norte (costa cantábrica) y el oeste (futura Gallaecia).
Plinio el Viejo, que fue procurador de la provincia, mencionó que en los 7 distritos jurídicos de la Tarraconensis había 293 ciudades. De estas, 179 tenían un centro urbano (oppidum). Las ciudades se dividían en 12 colonias, 13 ciudades con ciudadanía romana completa, 18 municipios con derecho latino antiguo, 1 ciudad aliada y 135 ciudades que pagaban tributos. Las 114 restantes eran comunidades sin un centro urbano definido.

Las ciudades privilegiadas de la provincia, fundadas por César o Augusto, se adscribieron a la tribu Galeria, excepto Caesaraugusta, que fue a la Aniensis.
Un cambio importante ocurrió en el año 74 d. C., cuando el emperador Vespasiano concedió el derecho latino a toda Hispania. Esto permitía a las personas que ocupaban cargos públicos en sus municipios obtener la ciudadanía romana. El resto de los habitantes obtenían la ciudadanía latina, lo que les daba derechos legales para comerciar y casarse según la ley romana.
Muchas comunidades aprovecharon este derecho para convertirse en municipios, como Nova Augusta (Lara de los Infantes), Bergidum Flavium (Cacabelos), Segovia o Aqua Flaviae (Chaves). Los ciudadanos romanos de estos nuevos municipios se adscribieron a la tribu Quirina.


Las principales ciudades de la provincia Tarraconense, ya fueran de fundación romana o de origen prerromano, incluían:
- Conventus Tarraconensis: Tarraco (Tarragona), Barcino (Barcelona), Iesso (Guisona), Aeso (Isona y Conca Dellá), Iulia Libica (Llivia), Ausa (Vich), Blanda/Blandae (Blanes), Baetulo (Badalona), Iluro (Mataró), Emporiae (Ampurias), Gerunda (Gerona), Dertosa (Tortosa), Valentia (Valencia), Saguntum (Sagunto), Edeta (Liria).
- Conventus Caesaraugustanus: Ilerda (Lérida), Osca (Huesca), Iaca (Jaca), Labitolosa (La Puebla de Castro), Caesar Augusta (Zaragoza), Bílbilis (Calatayud), Turiaso (Tarazona), Celsa (Velilla de Ebro), Bursau (Borja), Arcobriga (Monreal de Ariza), Osicerda (La Puebla de Híjar), Segontia (Sigüenza), Pompaelo (Pamplona), Cara (Santacara), Andelos (Mendigorría), Vareia (Logroño), Tritium Magallum (Tricio), Libia (Herramélluri), Graccurris (Alfaro), Cascantum (Cascante), Calagurris (Calahorra), Oiasso (Irún), Veleia (Iruña de Oca), Ercavica (Cañaveruelas), Complutum (Alcalá de Henares).
- Conventus Carthaginensis: Carthago Nova (Cartagena), Saetabi (Játiva), Illici (Elche), Dianum (Denia), Lucentum (Alicante), Toletum (Toledo), Begastri (Cehegín), Libisosa (Lezuza), Salaria (Úbeda), Sisapo (Almodóvar del Campo), Ilugo (Santisteban del Puerto), Castulo (Linares), Acci (Guadix), Valeria (Valeria), Titulciam (Titulcia), Segobriga (Saelices).
- Conventus Cluniensis: Flaviobriga (Castro-Urdiales), Portus Victoriae Iuliobrigensium (Santander o Santoña), Portus Blendium (Suances), Iuliobriga (Retortillo), Clunia (Peñalba de Castro), Occilis (Medinaceli), Numantia (Numancia), Tiermes (Montejo de Tiermes), Uxama argaela (El Burgo de Osma), Augustobriga (Muro de Ágreda), Palantia (Palencia), Pintia (Padilla de Duero), Intercatia (Montealegre de Campos), Albocela (Villalazán), Septimanca (Simancas), Rauda (Roa), Deobrigula (Tardajos), Virovesca (Briviesca), Deobriga (Miranda de Ebro), Segisama Iulia (Sasamón), Nova Augusta (Lara de los Infantes), Cauca (Coca), Confluenta (Duratón), Segovia, Brigeco (Dehesa de Morales de las Cuevas).
- Conventus Asturicensis: Gigia (Gijón), Lucus Asturum (Lugo de Llanera), Flavionavia (¿Pravia?), Asturica Augusta (Astorga), Legio VII Gemina (León), Lancia (Villasabariego), Bedunia (San Martín de Torres), Bergidum Flavium (Cacabelos), Interamnium Flavium (Bembibre), Petavonium (Rosinos de Vidriales).
- Conventus Lucensis: Ardobricum Caronium (La Coruña), Flavium Brigantium (¿La Coruña?), Iria Flavia (Padrón), Vicus Pacorum (Vigo), Lucus Augusti (Lugo).
- Conventos Bracaraugustanorum: Municipium Limicorum (Ginzo de Limia), Bracara Augusta (Braga), Aquae Flaviae (Chaves), Cale y Portum Cale (Oporto).
¿Dónde estaban las tropas romanas?
Después de las guerras cántabras (26-19 a. C.), tres legiones romanas se quedaron en la provincia Tarraconensis para mantener el orden y la seguridad:
- La VI Victrix en Legio (actual León), hasta el año 70.
- La X Gémina en Petavonium (Rosinos de Vidriales, Zamora), hasta el año 63.
- La IV Macedónica en Pisoraca (Herrera de Pisuerga, Palencia), hasta el año 43.

Estas legiones contaban con el apoyo de varias unidades auxiliares. En el año 68, Galba tenía una legión, dos unidades de caballería y tres de infantería. Para reforzar su ejército, reclutó una nueva legión, la futura VII Gemina, y más unidades auxiliares.
En el año 74, el emperador Vespasiano ordenó que la Legio VII Gemina se estableciera en León, en el antiguo campamento de la Legio VI Victrix. Esta legión fue la guarnición permanente de la provincia hasta principios del siglo V.

La Legio VII Gemina enviaba destacamentos a diferentes partes de Hispania para apoyar al gobernador, supervisar la extracción de oro en el Bierzo y el norte de Portugal, y controlar el comercio en lugares como Tricio y Lugo.
Además de la legión, había cinco unidades auxiliares: una de caballería y cuatro de infantería. Así, entre los siglo II y siglo V, la guarnición romana en Hispania no superaba los 7.712 soldados, que controlaban y defendían una vasta extensión de terreno.
Historia de la Tarraconense
Los inicios de la provincia
La provincia Hispania Citerior Tarraconensis fue la sucesora directa de la provincia Hispania Citerior de la época de la República romana. Su creación se basó en la división que Pompeyo había hecho de Hispania antes de la guerra civil con César.
Después de las guerras civiles, Augusto formalizó esta división en el año 27 a. C., creando tres provincias: Hispania Citerior Tarraconensis, Hispania Vlterior Lusitania y Hispania Vlterior Baetica. Las dos primeras eran provincias imperiales (bajo el control del emperador) y la tercera era senatorial (bajo el control del Senado).
La Tarraconense sirvió como base para la conquista de los cántabros y astures durante las guerras astur-cántabras (27-19 a. C.). El propio Augusto residió en Segisama (Sasamón) y en Tarraco, donde incluso recibió una embajada de la India. Durante su estancia, su sobrino Marcelo y su hijastro Tiberio sirvieron como tribunos militares en el frente cántabro.
El nombre de la provincia se debe a su capital, Tarraco. Sus límites se modificaron en el año 12 a. C. para incluir las zonas de galaicos y astures (que antes eran de la provincia Lusitania) y las zonas mineras alrededor de Castulo (que venían de la provincia senatorial Baetica). El objetivo de Augusto era que todas las tropas romanas en Hispania estuvieran bajo un solo mando imperial y que las principales zonas mineras, ricas en oro y plata, estuvieran bajo el control directo del emperador.
La paz y el desarrollo bajo los emperadores
Augusto, además de crear la provincia, concedió a muchas comunidades el estatus de colonia o municipio, especialmente en la costa levantina, la zona del Ebro y algunas fundaciones en el interior. Las comunidades que no tenían privilegios se organizaron como civitates o populi que pagaban tributos.

Esta política fue continuada por Tiberio, quien aumentó el número de municipios privilegiados en el norte. Los emperadores Julio-Claudios y Flavios trabajaron para pacificar la provincia y mejorar las comunicaciones. Los antiguos caminos prerromanos se convirtieron en vías romanas bien señalizadas, lo que facilitó el contacto con la cultura romana (el latín se convirtió rápidamente en la lengua común) y el comercio.
La provincia se mantuvo en paz, con solo una pequeña rebelión de los astures bajo Nerón, que fue rápidamente sofocada. Esto permitió reducir la presencia de legiones en la provincia.
En el año 68, la provincia estaba gobernada por Servio Sulpicio Galba, quien se rebeló contra Nerón. Galba se proclamó emperador en Clunia y, con el apoyo del gobernador de Lusitania, Otón, reforzó su ejército y marchó hacia Roma.
Después de la muerte de Galba, la provincia apoyó a Otón, luego a Vitelio y finalmente a Vespasiano. Bajo Vespasiano, la romanización de la provincia era tan avanzada que en el año 74 promulgó el Edicto de Latinidad. Esto permitió que muchas ciudades se convirtieran en municipios de derecho latino.
Vespasiano también decidió que la provincia mantuviera una pequeña guarnición militar, la Legio VII Gemina Felix, cuya función principal era apoyar al gobierno provincial, realizar labores policiales y custodiar las explotaciones de metales preciosos.
Desarrollo económico y cambios territoriales

Uno de los principales intereses de Roma en Hispania era la extracción de sus riquezas minerales. La provincia aportó una gran cantidad de metales preciosos al tesoro imperial, especialmente oro del noroeste (como El Bierzo) y plata de Sierra Morena. También se obtenía plomo, que se enviaba a Italia.
Alrededor de Carthago Nova (Cartagena) y Mazarrón, se continuó la minería de plata, plomo, hierro y cinc, una actividad que ya existía desde la época de los fenicios. También se explotaban yacimientos de hierro en el País Vasco y Navarra.
Los romanos también extraían cinabrio en Sisapo (La Bienvenida) para obtener mercurio, y lapis specularis (un tipo de yeso transparente) de las canteras de Segóbriga para usarlo como ventanas. Las salinas, como las de Poza de la Sal (Burgos), también eran importantes.

A partir de los años 70, la zona de La Rioja, con centro en Tritium Magallum (Tricio), se convirtió en un importante centro de producción de cerámica de lujo, la terra sigillata hispana. Esta cerámica se distribuía por toda la península, el norte de África, la Galia y Britania. El comercio era tan activo que en Tricio se cobraba un impuesto llamado centessima rerum venalium.
La agricultura mediterránea (olivar, viñedo y cereal) era muy importante en la costa levantina y en el valle del Ebro, donde existían sistemas de riego avanzados. En el interior, predominaba el cultivo de cereales y la ganadería. La explotación agrícola mejoró gracias a las herramientas de hierro.
También se explotaban los bosques para obtener madera y combustible, y para crear nuevas tierras de cultivo. En la zona de Carthago Nova, se cultivaba esparto para fabricar cuerdas, por lo que la ciudad era conocida como Carthago Spartaria.
La industria de salazones (pescado en sal) era importante en la costa atlántica, con establecimientos en Vigo (Vicus Spacorum) y Gijón (Gigia), donde se producía la salsa garum.
Durante los dos primeros siglos del Imperio, se construyeron muchas calzadas romanas que conectaban toda la provincia. Estas vías, a menudo construidas sobre antiguos caminos, facilitaron el transporte y el comercio. Los ingenieros y soldados de la guarnición provincial se encargaban de su trazado y construcción.
Las tres vías más importantes de la Tarraconensis eran:
- La vía que unía Asturica Augusta con Tarraco.
- La vía Ab Asturica Burdigalam que unía Asturica Augusta con Burdigala (Burdeos, Francia).
- La importante Vía Augusta, que recorría toda la costa levantina.

El comercio marítimo en el Mediterráneo era muy activo, utilizando puertos como Tarraco, Dertosa (Tortosa) y Carthago Nova. En el Cantábrico, el puerto más importante era Oiasso (Irún), que transportaba productos del Ebro y hierro hacia la Galia y Britania. La Torre de Hércules en La Coruña es un ejemplo de un faro romano que ayudaba a la navegación.

La provincia Tarraconensis también aportó muchas unidades auxiliares al ejército imperial, reclutadas entre los pueblos del norte y noroeste de Hispania.
Muchas ciudades de la provincia emitieron sus propias monedas de bronce bajo los emperadores Augusto, Tiberio y Calígula. Esto muestra una economía monetaria activa y la necesidad de moneda para las transacciones diarias. La gran cantidad de monedas imperiales encontradas en los yacimientos arqueológicos confirma una economía floreciente, especialmente en el valle del Ebro y Levante.
Cambios y desafíos en el siglo III

En el año 193, después del asesinato de Pertinax y Didio Juliano, la guarnición de la provincia y su gobernador apoyaron a Clodio Albino. Sin embargo, en el 195, cambiaron su apoyo a Septimio Severo, quien castigó duramente a los seguidores de Albino.
En esta época, muchas ciudades de la provincia tuvieron dificultades económicas. Se nombraron asesores imperiales (curator) para ayudar a los gobiernos locales a mejorar su administración y recaudar impuestos.

Hacia el año 210, el emperador Caracalla modificó los límites de la Tarraconense. Separó los dos distritos del noroeste (Lucense y Bracaraugustano) para crear una nueva provincia, la Provincia Hispania Superior Gallaecia. El resto de la Tarraconense pasó a llamarse Provincia Nova Hispania Citerior Antoniana. Esto se hizo para intentar reactivar la extracción de oro en el noroeste, que ya estaba casi agotada. Esta nueva provincia duró poco, pero fue un precedente para la futura provincia Gallaecia.
Las crisis políticas y militares del Imperio entre el 235 y el 298 afectaron poco a Hispania y a la Tarraconense. Sin embargo, la crisis económica del Imperio romano sí se sintió en la provincia. Hubo menos reparaciones de calzadas y la moneda perdió valor, lo que causó inflación y arruinó las economías de las ciudades. Esto llevó a un proceso de ruralización, donde la gente se mudaba al campo.

En el año 254, los germanos cruzaron la frontera del Rin y en el 259, algunos grupos bárbaros llegaron a Hispania. Tarraco fue saqueada por los francos en el 258. Como resultado, varias ciudades de la provincia, como Barcino, Emporiae, Asturica Augusta, Legio o Lucus Augusti, reforzaron sus murallas para defenderse de posibles ataques.
La división de la provincia en el Bajo Imperio
Con la llegada del emperador Diocleciano en el año 284 y la creación de la Tetrarquía, el Imperio se reorganizó. Las provincias se dividieron en otras más pequeñas, que a su vez se agruparon en diócesis.
Hispania fue asignada a Maximiano y a su César, Constancio Cloro, como Diocesis Hispaniarum, con capital en Augusta Emerita. La antigua provincia Tarraconense se dividió en varias provincias:
- La Gallaecia, que incluía los distritos de Bracaraugustano, Lucense, Asturicense y parte del Cluniense.
- La Carthaginense, con el distrito Cartaginense, parte del Cluniense y las Baleares.
- La nueva Tarraconense, que comprendía los antiguos distritos Tarraconense, Caesarugustano y parte del Cluniense.
Estos cambios significaron que la Lusitania ganó importancia sobre la Tarraconensis, que antes era la provincia principal. La nueva provincia Tarraconense tenía un rango menor y estaba gobernada por un praeses.
A la muerte de Constantino I, la diocesis Hispaniarum se integró en la prefectura del pretorio de las Galias. Por razones de cercanía, se le añadió la provincia norteafricana de Mauretania Tingitana. La última división ocurrió a mediados del siglo IV, cuando las Islas Baleares se separaron de la Carthaginensis y se convirtieron en una nueva provincia.
Durante el siglo IV, la provincia se mantuvo en paz y seguridad, lejos de los conflictos del Imperio. Esto llevó a una gran prosperidad económica, con la construcción de muchas villae (villas rurales lujosas y productivas), especialmente en el valle del Ebro y el Levante. La circulación de moneda era abundante, lo que indica una economía activa.
A la muerte de Teodosio I, la provincia, junto con el resto del Imperio de Occidente, fue asignada a Honorio, su hijo.
Los siglos IV y V: Invasiones y el fin del dominio romano
A partir del año 400, la situación del Imperio romano de Occidente se volvió muy difícil. Las tropas romanas en la frontera del Rin se redujeron, lo que permitió a vándalos, suevos y alanos invadir la Galia en el 406.
El gobierno de Honorio no pudo responder a esta amenaza. En el 409, estos pueblos bárbaros, presionados por un ejército romano y ayudados por un general rebelde, lograron entrar en la península por los Pirineos occidentales.
En el 411, el general Geroncio se rebeló y se enfrentó al hijo de Constantino III. Geroncio fue derrotado y se vio obligado a quitarse la vida en Hispania.
La Tarraconense fue la única provincia que no fue directamente afectada por suevos, vándalos y alanos. Sin embargo, poco después, los visigodos, que eran aliados del Imperio y estaban asentados en el sur de la Galia, entraron en Hispania. Su objetivo era someter a los pueblos invasores y reprimir el bandidaje local. Aunque actuaban en nombre del Imperio, los visigodos establecieron bases sólidas en la península y nunca más la abandonarían.
La interrupción de la llegada de monedas imperiales a Hispania es una señal de que la Tarraconense y el resto de Hispania estaban saliendo de la órbita imperial.

Poco después, el rey visigodo Eurico aprovechó la debilidad de Roma para incorporar más territorios a su reino. Hacia el año 456, la Tarraconensis se convirtió en parte del Reino Visigodo. El Imperio tuvo que reconocer la independencia de los visigodos y la pérdida de la Tarraconense y de toda Hispania.
En el 459, el emperador Mayoriano visitó la provincia. Intentó atacar a los vándalos en el norte de África, pero su flota fue destruida en la batalla de Cartagena en el 461. A partir de ese momento, la influencia de Roma sobre la Tarraconense desapareció. Cuando el Imperio de Occidente fue abolido entre el 476 y el 486, el Reino Visigodo ya era completamente independiente.
El fin de la provincia

La Tarraconense continuó siendo una división administrativa del Reino Visigodo. Durante los siglo VI y siglo VII, sufrió ataques de los reinos francos. También fue utilizada por los reyes visigodos de Toledo para defender sus posesiones en la Galia y para conquistar y controlar los territorios de Cantabria y los vascones, que se habían independizado.
A principios del reinado de Wamba (672-680), la provincia Narbonense se rebeló contra el poder visigodo, arrastrando a gran parte de la Tarraconense. Sin embargo, la revuelta fue aplastada por el ejército del rey.
Con la invasión musulmana en el 711 y la destrucción del Reino Visigodo, el sistema administrativo romano desapareció. Con él, la provincia Tarraconensis también llegó a su fin. Su territorio se integró en la nueva región fronteriza del emirato de Córdoba, con capital en Zaragoza.
Galería de imágenes
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Estela funeraria romana procedente de Valdenebro de los Valles (Valladolid), que muestra el elevado grado de implantación de las costumbres funerarias romanas y del latín en el siglo II en el interior de la Submeseta Norte, una de las partes del conventus cluniensis y de la provincia Tarraconensis.
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Plato de Terra Sigilata Bajoimperial de los alfares riojanos de Tritium Magallum, depositado en el Museo Numantino en Soria, decorado con cuatro estampillados con cruces que demuestra la vitalidad económica de la Tarracoensis en el siglo IV y la progresiva implantación del cristianismo.
Apéndices
Civitas | Nombre actual |
Augusto |
Tiberio |
Calígula |
Claudio |
Tipos de monedas |
Colonia Iulia Gemella Acci | Guadix (Granada) | X | X | X | Dupondios Ases Semises |
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Municipium Augusta Bilbilis | Calatayud (Zaragoza) | X | X | X | Ases Semises |
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Colonia Caesar Augusta | Zaragoza | X | X | X | Sestercios Dupondios Ases Semises |
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Municipium Calagurris Nasica | Calahorra (La Rioja) | X | X | Ases Semises |
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Colonia Urbs Iulia Nova Carthago | Cartagena (Murcia) | X | X | X | Ases Semises Quadrans |
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Municipium Segovia | Segovia | X | Ases |
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Municipium Cascantum | Cascante (Navarra) | X | Ases Semises |
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Colonia Victrix Iulia Celsa | Velilla de Ebro (Zaragoza) | X | X | Ases Semises Quadrans |
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Municipium Clunia | Peñalba de Castro (Burgos) | X | Ases Semises |
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Colonia Iulia Urbs Triumphalis Tarraco | Tarragona | X | X | Sestercios Dupondios Ases Semises |
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Municipium Emporiae | Ampurias (Gerona) | X | X | Ases Quadrans Sextans |
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Municipium Ercavica | Cañaveruelas (Cuenca) | X | X | X | Sestercios Dupondios Ases Semises |
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Municipium Turiasso | Tarazona (Zaragoza) | X | X | Sestercios Ases Semises Quadrans |
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Municipium Gracurris | Alfaro (La Rioja) | X | Ases Semises |
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Municipium Hibera Iulia Ilercavonia Dertosa | Tortosa (Tarragona) | X | X | Ases Semises |
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Municipium Ilerda | Lérida | X | Ases |
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Colonia Iulia Augusta Ilici | Elche (Alicante) | X | X | Ases Semises |
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Municipium Urbs Victrix Osca | Huesca | X | X | X | Ases Semises Quadrans |
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Municipium Osicerda | La Puebla del Híjar (Teruel) | X | Ases Semises |
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Municipium Saguntum | Sagunto (Valencia) | X | X | Ases Semises |
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Municipium Segobriga | Saelices (Cuenca) | X | X | X | Ases Semises Quadrans |
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Insula Augusta Ebusus | Ibiza | X | X | X | Ases |
Años | Legiones | Cohortes peditatae |
Cohortes equitatae |
Alae |
30 a. C. | 2 | ? | 0 | ? |
27 a. C. | 6 | ¿16? | 0 | ¿6? |
20 a. C. | 7 | ¿18? | 0 | ¿7? |
18 a. C. | 3 | ¿6? | 0 | ¿3? |
40 | 2 | ¿5? | ¿2? | 3 |
63 | 1 | 3 | ¿2? | 2 |
68 | 1 | 3 | 0 | 2 |
69 | 3 | ¿6? | 1 | ¿3? |
76 | 1 | 2 | 1 | 2 |
c. 130 | 1 | 2 | 2 | 1 |
c. 210 | 1 | 2 | 2 | 1 |
c. 298 | 1 | 3 | 2 | 0 |
337 | 1 | 5 | 0 | 0 |
Véase también
En inglés: Hispania Tarraconensis Facts for Kids
- Anexo:Gobernadores romanos de la Tarraconense