Toga para niños
Plantilla:Ficha de indumentaria La toga era una prenda muy importante y especial en la Antigua Roma. Era como el "traje nacional" de los romanos cuando había paz. Su forma y cómo se usaba cambiaron con el tiempo, y también lo que significaba. Era un símbolo social que mostraba la posición de una persona en la sociedad. Solo los ciudadanos romanos podían usarla. También marcaba el paso a la edad adulta y se usaba en lugares importantes como el foro, el circo, las reuniones, al ejercer cargos públicos o en ceremonias religiosas.
Contenido
¿De dónde viene la toga?
Según los escritores romanos, la toga pudo haber venido de los Etruscos o de la región de Lidia. La palabra "toga" viene del latín toga, que a su vez viene de tegere, que significa "cubrir" o "proteger".
La toga era una prenda formal y, en general, solo la usaban los ciudadanos romanos. Los romanos la veían como algo propio y exclusivo de ellos. Por eso, poetas como Virgilio y Marcial llamaban a los romanos gens togata, que significa "el pueblo que usa toga".
¿Cómo era la toga?
La toga era una tela larga, más o menos semicircular, que medía entre 3.5 y 6 metros de largo. Se colocaba sobre los hombros y alrededor del cuerpo. Generalmente, estaba hecha de lana blanca y se usaba encima de una túnica.
Se dice que Rómulo, el fundador de Roma, usaba la toga. Al principio, tanto hombres como mujeres y soldados la vestían. Pero con el tiempo, las mujeres romanas empezaron a usar la stola, y la toga se convirtió en una prenda formal para los hombres ciudadanos.
El tipo de toga que se usaba mostraba el nivel social de un ciudadano. Había leyes y costumbres que limitaban su uso solo a los ciudadanos, quienes debían usarla en fiestas públicas y cuando cumplían sus deberes cívicos.
Al principio, la toga era una prenda sencilla para trabajar. Pero luego se hizo más grande, complicada y cara. Se volvió menos práctica para el día a día y más para ocasiones formales y ceremoniales. Aunque era el "traje nacional" de la antigua Roma y tenía un gran valor simbólico, era difícil de poner, incómoda y complicada de llevar bien. Por eso, nunca fue realmente popular. Cuando podían, los que tenían derecho a usarla preferían ropa más cómoda. Poco a poco, dejó de usarse, primero entre los ciudadanos de clases bajas y luego entre los de clase media. Con el tiempo, solo la usaban las clases más altas en ceremonias. Hacia el siglo V, fue reemplazada por prendas más prácticas como el pallium y la paenula.
Tipos de togas
La toga era una tela de lana, casi siempre blanca y semicircular, que se ponía sobre los hombros y alrededor del cuerpo. Había muchos tipos de togas, cada una para un uso específico o una clase social.
- Toga virilis (o toga alba, toga pura): Era una toga blanca y sencilla. La usaban los hombres adultos de la gente común y los senadores que no tenían un cargo importante. Representaba la ciudadanía adulta y los derechos y responsabilidades que eso implicaba.
- Toga praetexta: Era una toga blanca con una franja ancha de color púrpura en el borde. Se usaba sobre una túnica con dos franjas púrpuras verticales. Era la vestimenta formal para:
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- Los magistrados importantes en sus funciones y, según la tradición, los reyes de Roma.
- Los niños nacidos libres, y algunas niñas nacidas libres, antes de llegar a la edad adulta. Esta toga los protegía por ley. Se creía que la praetexta ayudaba a proteger contra la mala suerte, al igual que la bulla de un niño y la lúnula de una niña.
- Algunos sacerdotes, como los pontífices o los augures.
- Toga candida: Era una toga que se frotaba con tiza para que fuera de un blanco muy brillante. La usaban los candidatos a cargos públicos. De ahí viene la palabra "candidato".
- Toga pulla: Era una "toga oscura" que usaban las personas que estaban de luto en los funerales. Una toga praetexta también podía usarse para el luto si se volteaba para esconder la franja.
- Toga picta: Era una toga teñida de púrpura y bordada con oro. Se usaba sobre una tunica palmata similar. La usaban los generales en sus triunfos. Durante el Imperio, la usaban los cónsules y emperadores.
- Trabea: La usaban los ciudadanos équites. Pudo haber sido una toga más corta o una capa que se usaba sobre una toga. Era blanca con una franja roja o púrpura.
Usos y costumbres de la toga
Las primeras togas pudieron ser parecidas a la himátion griega y a la tebenna etrusca. Eran piezas de tela rectangulares que servían para cubrir el cuerpo y como manta para campesinos y pastores. Los historiadores romanos creían que Rómulo, el fundador de Roma, usaba la toga. Se dice que la toga praetexta con borde púrpura fue introducida en Roma por el tercer rey, Tulo Hostilio.
La toga en la vida diaria
La sociedad romana era muy organizada y competitiva. Los patricios (aristócratas) ocupaban la mayoría de los puestos en el Senado y los cargos más altos. Los magistrados eran elegidos por sus compañeros y por el pueblo. Aunque había grandes diferencias de riqueza y rango, la toga identificaba a todos como parte de un mismo grupo de ciudadanos. Al mismo tiempo, mostraba sus diferencias.

Las togas eran parecidas en diseño, pero variaban mucho en la calidad de la tela y en las marcas que indicaban un alto rango. La toga picta, la de mayor estatus, solo se usaba en ceremonias específicas por los magistrados de más alto rango. El color púrpura estaba reservado para la toga picta, el borde de la toga praetexta y la ropa de las vírgenes vestales. Era un color muy caro y se consideraba sagrado. La praetexta que usaban los jóvenes nacidos libres reconocía su protección legal. Cuando un niño llegaba a la edad adulta, usaba la toga virilis blanca, lo que significaba que podía formar su propio hogar, casarse y votar. Las jóvenes que usaban la praetexta la dejaban al casarse y adoptaban la stola. Incluso el blanco de la toga virilis mostraba diferencias de clase: las de los senadores eran de un blanco muy puro, mientras que las de los ciudadanos de menor rango eran más opacas.
Ser ciudadano romano implicaba privilegios y responsabilidades. La toga estaba prohibida para los no ciudadanos, como extranjeros, libertos (esclavos liberados) y esclavos. También para los romanos exiliados o con mala reputación. El estatus de una persona debía ser visible. A veces, se descubría a impostores que se hacían pasar por ciudadanos. En los teatros y circos, los asientos reflejaban el estatus: senadores al frente, luego los équites, y así sucesivamente, hasta los no togados.
Varias historias muestran el valor simbólico de la toga. En la Historia de Roma de Livio, el héroe Cincinato, que era un patricio, estaba arando su campo cuando unos enviados del Senado le pidieron que se pusiera su toga. Su esposa se la trajo y él se la puso. Entonces le dijeron que había sido nombrado dictador. El uso de la toga transformó a Cincinato de un simple agricultor en el político más importante de Roma, listo para servir a su país. Las estatuas públicas de Roma siempre mostraban a los grandes hombres con togas, reforzando la idea de que siempre debían llevarlas.
La toga en el trabajo y el ocio
Los romanos idealizaban a sus ciudadanos como personas fuertes y trabajadoras que usaban togas. Sin embargo, el tamaño y la complejidad de la toga la hacían poco práctica para el trabajo manual o actividades físicas. Era pesada, rígida, muy calurosa, se manchaba fácilmente y era difícil de lavar. Era más adecuada para desfiles, debates públicos, sentarse en el teatro o el circo, y mostrarse ante los demás.
Todos los ciudadanos romanos tenían derecho a usar algún tipo de toga, pero los más pobres probablemente tenían que conformarse con una toga vieja y remendada, si es que la usaban.

A principios del siglo II d. C., el escritor Juvenal decía que "en gran parte de Italia, nadie usa la toga, excepto al morir". La mayoría de los ciudadanos que tenían una toga la valoraban como un objeto caro y la usaban cuando era necesario, pero no en su vida diaria. El estatus y la reputación eran muy importantes, incluso después de la muerte. Por eso, las imágenes de los ciudadanos varones casi siempre los mostraban con su toga. La usaban en su funeral y, probablemente, les servía de mortaja.
Las calles de Roma solían estar llenas de personas con todo tipo de ropa de colores, y pocas togas a la vista. Solo un romano de clase alta, un magistrado, tendría lictores para abrirle paso. Usar una toga era un desafío. La toga parecía sencilla, pero requería mucho cuidado para que sus pliegues no se desordenaran. Quien la usaba debía caminar con un paso medido y majestuoso, pero con energía. Si se movía muy lento, podía parecer perezoso o "femenino", lo cual era mal visto.
La toga en la oratoria

En la oratoria (el arte de hablar en público), la toga lucía en todo su esplendor. El escritor Quintiliano dio consejos sobre cómo presentarse en los tribunales de Roma. Un buen discurso era una actuación calculada, pero debía parecer natural. Las primeras impresiones eran importantes; el orador debía presentarse como un romano: "viril y espléndido" con su toga, con una postura firme y "aspecto natural". Debía estar bien arreglado, pero sin exagerar, sin peinarse demasiado, ni usar joyas, lo cual se consideraba "femenino" y no apropiado para un hombre romano.
Quintiliano dio instrucciones precisas sobre cómo usar la toga correctamente: su corte, estilo y cómo arreglar sus pliegues. Los movimientos del orador debían ser dignos y directos; solo debía moverse lo necesario para dirigirse a alguien o a una parte del público. Debía usar el "lenguaje de las manos" de forma adecuada, sin gestos exagerados ni moverse "como un bailarín".
La toga influía mucho en el estilo del orador. Si la toga se caía al principio del discurso, no volver a colocarla era señal de descuido o ignorancia. Al final del discurso, el orador probablemente estaría acalorado y sudoroso, pero incluso eso podía usarse a su favor.
La toga y la moral pública
Algunos romanos creían que en tiempos antiguos, todos usaban la toga. Aulo Gelio afirmó que los primeros romanos, conocidos por ser fuertes y dignos, usaban togas sin ropa interior. Hacia el final de la República, el conservador Catón el Joven prefería la toga republicana más corta y antigua; era oscura y "escasa" (una toga exigua) y la usaba sin túnica ni zapatos, lo que mostraba su honestidad.
Los romanos más tradicionales no estaban de acuerdo con el creciente gusto por la ostentación y los lujos "no romanos", como los pantalones celtas o las túnicas de colores brillantes. La propia toga de los hombres podía indicar un problema si se llevaba demasiado suelta, o sobre una túnica de manga larga, o si era demasiado fina y casi transparente. La Historia de Roma de Apiano describe los últimos tiempos de la República romana con conflictos y caos. La mayoría de la gente se vestía como quería, no como debía.
El gobierno de Augusto trajo la paz y buscó restaurar el orden y las tradiciones republicanas. Augusto quería recuperar "el estilo de antaño" (la toga). Ordenó que cualquier espectador con ropa oscura o sucia fuera enviado a los asientos traseros, reservados para los que no usaban toga, mujeres comunes, libertos, extranjeros y esclavos. Los asientos de honor, al frente, eran para senadores y équites. Enojado al ver a una multitud de hombres vestidos de negro en una reunión pública, citó a Virgilio: "Romanos, señores del mundo y el pueblo que usa togas", y luego ordenó que los ediles prohibieran la entrada al Foro a cualquiera que no llevara toga.
Durante el reinado de Augusto, se introdujo la toga rasa, una toga común cuyas fibras se afeitaban para obtener un acabado más suave. En la época de Plinio (alrededor del 70 d.C.), probablemente era la toga habitual entre la élite.
Las mujeres y la toga
Algunos romanos creían que en épocas anteriores, tanto hombres como mujeres de todas las clases usaban la toga. Las mujeres también podían ser ciudadanas, pero en la época republicana, las mujeres respetables usaban la stola y se esperaba que fueran modestas y obedientes. La adopción de la stola por parte de las mujeres pudo haber coincidido con la identificación de la toga con los hombres ciudadanos.
A las mujeres que se dedicaban a la ... (actividad comercial) y a las mujeres divorciadas por ... (problemas matrimoniales) se les prohibía usar la stola. A las primeras se les podía pedir o incluso obligar a usar la "toga de la maternidad" (toga muliebris) en público. Este uso de la toga parece una excepción, ya que a todas las demás personas consideradas con mala reputación se les prohibía usarla. Cuando una mujer usaba la toga en esta época, era una señal clara de su "exclusión de la sociedad romana respetable".
La toga en el ejército
Hasta las reformas de Mario en el año 107 a.C., los soldados romanos eran agricultores-ciudadanos que eran reclutados para la guerra y debían llevar sus propias armas. Los ciudadanos de alto estatus servían en cargos militares como un paso para llegar a cargos civiles importantes.
Los romanos creían que en los primeros tiempos, sus militares iban a la guerra con togas, echándosela hacia atrás y atándola alrededor del cuerpo, un estilo llamado cinctus Gabinus. Desde mediados de la República, los militares reservaban sus togas para ocasiones formales y festivales religiosos. Para el servicio activo, preferían la túnica y el sagum.
Una reforma legal permitió la creación de ejércitos permanentes y abrió la carrera militar a cualquier ciudadano romano o liberto con buena reputación. Un soldado que mostrara valentía en la batalla podía ascender de rango, incluso un plebeyo podía llegar a ser un équite. A los no ciudadanos y extranjeros que eran dados de baja con honores se les solía conceder la ciudadanía, tierras o dinero, el derecho a usar la toga y una obligación con su patrón.
Aunque los soldados eran ciudadanos, Cicerón los diferenciaba de los civiles. Cicerón usó la frase cedant arma togae (que las armas cedan ante la toga), que significa "que la paz reemplace a la guerra" o "que el poder militar ceda ante el poder civil".
Durante los primeros años del Imperio romano, los miembros de la guardia pretoriana (la guardia personal del emperador) escondían sus armas bajo togas blancas de estilo civil cuando estaban de servicio en la ciudad. Esto daba la impresión de que representaban una autoridad civil tradicional, en lugar de ser el brazo militar de un gobierno imperial.
Patrocinio y salutationes
El patrocinio (patrocinium) era una parte fundamental de la política, los negocios y las relaciones sociales romanas. Un buen patrón (patronus) ofrecía ayuda, seguridad, honor, riqueza y oportunidades a su cliente (cliens). A cambio, se esperaba que los clientes apoyaran a su patrón.
Los clientes que buscaban patrocinio debían asistir a la salutatio formal muy temprano por la mañana, que se celebraba en la gran sala de recepción (atrium) de la casa del patrón. Se esperaba que los ciudadanos-clientes llevaran la toga adecuada a su estatus y que la usaran correctamente, o se arriesgarían a ofender a su anfitrión.
Marcial y Juvenal sufrieron este sistema como clientes y lo consideraron humillante. Un cliente debía estar disponible para cualquier "trabajo togado" que su patrón le pidiera. Para un cliente, la situación podía ser aún peor si su patrón era a su vez cliente de otro.
Los patrones eran pocos y la mayoría competía por atraer a los mejores clientes. En cambio, los clientes eran muchos. Un cliente con una toga sucia o remendada probablemente sería objeto de burlas. Cuando el patrón salía de su casa para sus asuntos, acompañado por sus lictores togados (si era un magistrado), sus clientes debían formar parte de su séquito. Cada cliente togado representaba un voto potencial. Para impresionar a los demás, un patrón debía tener tantos clientes de alto nivel como fuera posible.
El emperador Marco Aurelio, en lugar de usar la "vestimenta que le daba derecho su rango" en sus salutationes, optó por llevar una toga blanca sencilla de ciudadano. Esto era un acto de modestia. En contraste, Calígula usaba una toga picta triunfal o cualquier otra prenda que eligiera, y Nerón causó un gran escándalo al recibir a senadores vestido con una túnica con flores.
La toga en la religión
Se esperaba que los ciudadanos que asistían a las frecuentes fiestas religiosas de Roma y a los juegos relacionados vistieran toga. La toga praetexta era la vestimenta normal de la mayoría de los sacerdotes romanos, que solían ser ciudadanos de alto rango. Al ofrecer sacrificios, ofrendas o rezar, y al hacer predicciones, el sacerdote se cubría la cabeza con un pliegue de su toga. Este ritual se llamaba capite velato (con la cabeza cubierta) y se consideraba una costumbre romana única.
Un sacerdote capite velato que necesitaba usar ambas manos para el ritual podía usar el "cíngulo gabiniano" (cinctus Gabinus), para atar la toga hacia atrás. Se cree que esto venía de la práctica sacerdotal de la antigua Gabii. En Roma, era uno de los elementos usados para declarar la guerra.
¿Cómo se hacía la toga?
La toga tradicional se hacía de lana, un material que se creía que protegía contra la mala suerte. La toga praetexta (usada por magistrados, sacerdotes y jóvenes nacidos libres) siempre era de lana. Para las mujeres romanas, trabajar la lana era una ocupación muy respetable. Una mater familias (madre de familia) tradicional de alto estatus mostraba su dedicación y ahorro poniendo cestas de lana, husos y telares en la zona de recepción de la casa, el atrium. Augusto estaba orgulloso de que su esposa e hija dieran un buen ejemplo a otras mujeres romanas hilando y tejiendo su propia ropa.
Hacer telas a mano era lento y caro. En comparación con otras prendas más simples, la toga usaba una cantidad enorme de material. Las togas más pequeñas y antiguas pudieron hacerse de una sola pieza, sin costuras. Las más grandes pudieron hacerse de varias piezas cosidas. Más tela significaba más riqueza y, generalmente, un rango más alto. El borde púrpura de la toga praetexta se tejía directamente en la toga.
Los expertos han estudiado cómo se hacían las togas. Se cree que la textura áspera de la toga de lana era necesaria para que se mantuviera en su lugar. Las togas más complejas de la época imperial tardía eran muy grandes. Una toga de un romano de alto estatus al final de la República habría requerido una pieza de tela de unos 3.6 metros de largo. En la era imperial, de unos 5.5 metros, y al final de la era imperial, de unos 2.4 metros de ancho y 5.5 o 6 metros de largo para las formas más complejas.
Detalles y estilos de la toga
La toga cubría el cuerpo sin sujetarse con alfileres o broches, se mantenía en su lugar por el peso y la fricción de la tela. En las estatuas antiguas, las togas siempre muestran ciertos pliegues y detalles que tenían nombres específicos.
El sinus (que significa "bahía" o "ensenada") apareció en la era imperial como un pliegue suelto que colgaba desde debajo del brazo izquierdo, cruzaba el pecho y subía hasta el hombro derecho. Se usaba como una especie de bolsillo.
El umbo (que significa "mango") era una parte ornamental y práctica de la tela de la toga, colocada sobre el hombro izquierdo y hacia la derecha, justo encima del sinus. Su peso ayudaba a mantener la toga en el hombro izquierdo. A medida que la toga evolucionó, el umbo se hizo más grande.
Las togas más complejas se ven en los bustos y relieves del Imperio medio-tardío, probablemente reservadas para emperadores y altos funcionarios. La toga contabulata se distinguía por sus bandas anchas y lisas de material plisado. Una de estas bandas subía entre las piernas y se colocaba sobre el hombro izquierdo. Otra recorría el borde superior del sinus. Si las imágenes son precisas, esta toga limitaba mucho los movimientos de quien la usaba. Vestirse con una toga contabulata requería mucho tiempo y la ayuda de un especialista.
El declive de la toga
Con el tiempo, la toga fue cambiando y decayendo, aunque hubo intentos de mantenerla como un símbolo de la identidad romana. Nunca fue una prenda muy querida por la gente. A finales del siglo I, el historiador Tácito se refería a la gente común que no usaba toga como vulgus tunicatus ("populacho con túnicas"). El emperador Adriano ordenó que los équites y senadores usaran la toga en público, pero no mencionó a la gente común.
El aumento de ciudadanos, de unos 6 millones bajo Augusto a entre 40 y 60 millones bajo la "ciudadanía universal" del Edicto de Caracalla en 212, probablemente hizo que la toga fuera menos especial para la gente común y aceleró su abandono. Mientras tanto, la aristocracia adoptó togas cada vez más elaboradas, complejas, caras y poco prácticas. Con el tiempo, estas también fueron abandonadas.
La división del Imperio y la adopción del cristianismo tuvieron muchas consecuencias culturales. Además de la comodidad, la toga estaba muy asociada al antiguo orden y a la antigua religión. El pallium era sencillo, práctico y fácil de llevar; siempre se había considerado la vestimenta de los filósofos. Para los cristianos, parecía una prenda más adecuada que la toga. Mientras el emperador occidental Honorio intentaba imponer la toga a sus súbditos para defender los valores romanos, una ley de 382 ya había reconocido que la toga estaba pasada de moda en el Imperio bizantino. Ahora se esperaba que los équites vistieran el pallium y los senadores la paenula como vestimenta pública. El arte bizantino muestra a los altos funcionarios con vestimentas sacerdotales extravagantes. Se cree que algunas de estas vestimentas eran versiones muy modificadas del estilo de la toga imperial.
En los primeros reinos europeos que surgieron después del gobierno romano en Occidente, los reyes y aristócratas se vestían como los generales romanos de la época tardía, a quienes intentaban imitar, en lugar de como los senadores con togas de la antigua tradición.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Clothing in ancient Rome Facts for Kids
- Kasaya
- Toga (traje de ceremonia)