Conquista omeya de Hispania para niños
Datos para niños Conquista omeya de Hispania |
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Expansión musulmana Parte de Expansión musulmana en Europa |
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![]() Mapa de Hispania durante las invasiones.
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Fecha | 711-726 | ||||
Lugar | Península ibérica | ||||
Resultado | Victoria musulmana e instauración del valiato de Al-Ándalus, dependiente del califato Omeya | ||||
Consecuencias | Reconquista | ||||
Beligerantes | |||||
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Comandantes | |||||
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La Conquista Omeya de Hispania fue un proceso militar y político que ocurrió a principios del siglo VIII. Durante este tiempo, los musulmanes del Califato Omeya tomaron el control de la mayor parte de la Península ibérica. Este evento dio origen a Al-Ándalus, un territorio bajo gobierno musulmán, y también sentó las bases para los futuros reinos cristianos medievales en la península.
La conquista del reino visigodo por los musulmanes duró unos quince años, desde el 711 hasta el 726. En este periodo, lograron ocupar la península ibérica y parte del sur de lo que hoy es Francia. Sin embargo, la mayor parte del territorio visigodo en la península ya estaba bajo su control para el año 720. Es importante saber que las fechas exactas pueden variar un poco entre las diferentes fuentes históricas.
Contenido
Fuentes históricas de la conquista
Para entender la conquista, los historiadores usan diferentes textos.
Textos musulmanes
Los escritos musulmanes sobre la conquista se hicieron bastante tiempo después de los eventos. Los más antiguos que se conocen con seguridad son el Ta'rij (Historia) de Ibn Habib, escrito alrededor del año 853, y el Futuh Misr (Conquista de Egipto) de Ibn Abd al-Hakam, que falleció en 871. Esto significa que estas obras fueron redactadas más de un siglo después de que la conquista terminara.
Textos latinos
Los textos latinos son menos numerosos, pero están más cerca en el tiempo a los sucesos. El más importante es la Crónica mozárabe de 754. Fue escrita por un cristiano que vivía bajo el gobierno musulmán en Córdoba, pocas décadas después de la conquista.
¿Por qué fue posible la conquista?
La conquista del reino visigodo fue un proceso largo y complejo. Se necesitaron muchas campañas militares, refuerzos constantes y acuerdos con grupos que ofrecían resistencia.
Factores que dificultaron la conquista
- Pocas fuerzas musulmanas: El número de soldados musulmanes era limitado.
- Levantamientos visigodos: Hubo muchas revueltas por parte de los visigodos.
- Terreno difícil: La geografía de la península, con sus montañas, era complicada para los ejércitos.
- Resistencia social: El reino visigodo tenía una base social fuerte que se resistía.
Factores que facilitaron la conquista
- Debilidad del reino visigodo: El reino visigodo estaba muy centralizado, pero también sufría de problemas internos.
- Problemas económicos: La hacienda real estaba empobrecida.
- Pérdida de poder del rey: El rey tenía menos poder frente a los nobles.
- Calzadas romanas: La red de caminos romanos facilitó el movimiento de los ejércitos musulmanes.
- Crisis de población: El reino había perdido más de un tercio de su población debido a enfermedades y hambrunas a finales del siglo VII.
- Divisiones políticas: Existía una fuerte división entre dos grandes familias nobles visigodas que luchaban por el trono. Esto debilitó mucho al reino.
- Apoyo de la población judía: Los conquistadores musulmanes recibieron apoyo de parte de la población judía. Esta comunidad había sido perseguida bajo el gobierno visigodo y esperaba mejorar su situación con los nuevos gobernantes.
Situación de las Islas Baleares
Es importante saber que el reino visigodo solo abarcaba la península y la Septimania (en el sur de Francia). Las Baleares estaban bajo el control del Imperio bizantino y no fueron parte de esta conquista inicial. Más tarde, pasaron a depender del reino franco y finalmente fueron conquistadas por el Emirato de Córdoba entre los años 902 y 903.
Antecedentes de la invasión
Planes del Califato Omeya
El Califato omeya ya tenía planes para conquistar Hispania desde hacía tiempo. Después de tomar el control del actual Marruecos en el 670, los musulmanes realizaron una primera incursión en las costas de Hispania en el año 687.
La conquista del norte de África fue un proceso largo. Hubo rebeliones de los bereberes que obligaron a los musulmanes a posponer sus planes para Hispania. Finalmente, en el año 705, lograron someter todo el norte de África.
Antes de la invasión de la península, los musulmanes conquistaron Ceuta en el 710. También habían realizado ataques de reconocimiento en las costas españolas, como el desembarco de Tarif ben Malluk en la isla de Tarifa en julio de 710.
Conflicto interno visigodo
A finales del año 710, Rodrigo, un líder militar visigodo, fue elegido rey en Toledo. Sin embargo, un grupo de nobles apoyó a otro rey, Agila II, que gobernaba en el noreste de la península y en el sur de Francia.
Esto significaba que el reino visigodo estaba dividido y en una situación de conflicto interno. Pocos meses después de que Rodrigo subiera al trono, en esta situación vulnerable, se produjo la invasión musulmana.
Fases de la conquista
Inicio de la conquista en el sur
Musa ibn Nusayr, gobernador de Ifriqiya (norte de África), ordenó a su lugarteniente, Táriq ibn Ziyad, iniciar la conquista. Táriq era bereber y un antiguo esclavo de Musa.
A principios del año 711, Táriq ibn Ziyad desembarcó en la bahía de Algeciras con un ejército de unos 7.000 hombres, en su mayoría bereberes. Se estableció en el peñón de Gibraltar (cuyo nombre viene de "Ŷebel at-Tariq", que significa "Montaña de Táriq") y desde allí comenzó a saquear zonas del sur de Andalucía.
Táriq aprovechó que el rey Rodrigo y sus fuerzas principales estaban en una campaña en el norte, posiblemente contra los vascones. Las incursiones anteriores de los musulmanes habían sido breves, por lo que esta nueva llegada no causó una gran preocupación al principio.
La Batalla de Guadalete (711)

Cuando el rey Rodrigo se dio cuenta de que las fuerzas locales no podían detener a Táriq, se dirigió hacia el sur. Rodrigo había estado sitiando Pamplona y tuvo que dejarla para enfrentar la amenaza. Para cuando sus tropas llegaron, Táriq ya había recibido refuerzos.
Organizar un ejército visigodo era difícil en ese momento debido a la falta de recursos del rey y la dependencia de los nobles. Además, la división entre los nobles visigodos debilitó aún más al ejército de Rodrigo.
La batalla decisiva, conocida como la Batalla de Guadalete, ocurrió a finales de julio de 711. Rodrigo fue derrotado y murió en la batalla o poco después. Los nobles que lo apoyaban también murieron en su mayoría.
Después de la victoria de Táriq, Musa ibn Nusayr llegó a Hispania con un ejército de unos 18.000 hombres. Desembarcó en Cádiz y juntos conquistaron Medina Sidonia y luego Sevilla, que resistió un mes. Con la toma de Sevilla, los musulmanes establecieron una base sólida para continuar la conquista.
Avance hacia el centro y norte
Desde Sevilla, los ejércitos musulmanes se dividieron. Uno se dirigió a Córdoba y otro a Mérida, buscando tomar los centros de poder visigodos. Querían llegar rápidamente a Toledo, la capital del reino.
Táriq avanzó por el Guadalquivir, venciendo en una batalla cerca de Écija y tomando Córdoba. Luego continuó hacia el este, conquistando ciudades como Málaga y Granada.
Mientras tanto, Musa se dirigió a Mérida. Esta ciudad resistió fuertemente durante muchos meses. Musa dejó un grupo de soldados sitiándola y continuó hacia Toledo, conquistando Cáceres y Talavera la Vieja en el camino. Táriq se unió a Musa en Toledo.
Toledo fue conquistada por Musa a finales del 711, casi sin resistencia. La caída de la capital tuvo un gran impacto psicológico y político. Los nobles que lograron escapar huyeron hacia el norte.
Musa y Táriq continuaron sus campañas. Musa atacó el noroeste, tomando ciudades como Clunia, Amaya, León y Astorga. Táriq se dirigió al noreste, pasando por Calatayud y llegando a Zaragoza.
En el noreste, Táriq hizo un pacto con el conde Casio en la zona de Tarazona. La familia de Casio se convirtió al islam y formó la dinastía de los Banu-Qasi. Táriq y Musa se unieron de nuevo en Astorga y llegaron hasta Lugo, en Gallaecia, que también fue sometida.
Mérida, que había resistido durante casi un año, finalmente se rindió el 30 de junio de 712 al hijo de Musa, Abd-el-Aziz. El acuerdo de rendición respetaba la vida y bienes de los habitantes, pero los musulmanes se quedaron con los bienes de las iglesias y de quienes habían huido.
Acuerdos y pactos
Muchas ciudades y regiones se rindieron a los musulmanes mediante acuerdos llamados sulh. Estos pactos variaban, pero a menudo incluían el respeto al gobierno local y cierta tolerancia religiosa. A cambio, los vencidos se sometían al califa y pagaban un tributo anual llamado gizya (impuesto por persona no musulmana).
Los musulmanes también ofrecieron libertad a los esclavos que se convertían al islam, y estos se unían a su ejército. La legislación contra los judíos desapareció, lo que les ganó el apoyo de esta comunidad.
Regreso de Musa a Damasco
Musa estuvo en la península unos quince meses. A finales de 712, fue llamado a Damasco por el califa Walid I para rendir cuentas. Musa llevó consigo parte del tesoro visigodo y a Táriq. En Damasco, Musa cayó en desgracia y murió en el año 716. Táriq también murió en la pobreza.
Consolidación de la conquista
El gobierno de Abd el-Aziz ibn Musa
Musa dejó a su hijo Abdelaziz al mando en Hispania. Abdelaziz reconquistó Sevilla, que se había sublevado, y la convirtió en la primera capital de Al-Ándalus.
Mientras tanto, el rey visigodo Agila II seguía controlando Cataluña y Septimania. Abdelaziz, para obtener más recursos, estableció un impuesto anual para los no musulmanes, la gizya. También se dedicó a eliminar los focos de resistencia en el centro y sur de la península.
En el año 713, Abdelaziz firmó un importante acuerdo con el conde Teodomiro, gobernador de Orihuela y sus alrededores. Este tratado, llamado ‘ahd, respetaba los bienes y otorgaba autonomía de gobierno a siete ciudades, incluyendo Orihuela, Alicante y Elche. A cambio, pagaban un tributo anual.
Abdelaziz también se casó con Egilona, la viuda del rey Rodrigo. Esto atrajo a otros nobles visigodos, quienes abandonaron la resistencia y algunos se convirtieron al islam para mantener sus propiedades y estatus.
Asesinato de Abd el-Aziz y gobierno de Al-Hurr
Las acciones de Abdelaziz, como su matrimonio y su creciente autonomía, fueron interpretadas como un intento de rebelión contra el califa. Por orden del califa Suleimán I, Abdelaziz fue asesinado en el verano de 715 en la mezquita de Sevilla.
Después de su muerte, Ayyub gobernó de forma interina durante seis meses. En el año 716, llegó el nuevo gobernador, Al-Hurr (716–719), con un ejército de refuerzo.
Al-Hurr se dio cuenta de que el control musulmán era frágil. Trasladó la capital a Córdoba en el 716 y estableció un nuevo impuesto territorial, el harag, para los no musulmanes. También devolvió tierras a nobles visigodos leales para asegurar su apoyo y aumentar los ingresos.
Al-Hurr continuó las campañas militares contra el rey visigodo Ardo (sucesor de Agila II) en el noreste. Conquistó ciudades como Huesca, Lérida, Tarragona y Barcelona. La resistencia de Tarragona fue muy fuerte, y tras su conquista, la ciudad fue destruida.
En el año 717, Al-Hurr nombró un gobernador en Asturias, con sede en Gijón.
Final de la conquista y el Reino de Asturias
En el año 718, el califa Omar II consideró abandonar las conquistas en Hispania debido a los altos costos y la fragilidad del control. También había tensiones entre los bereberes y los árabes por el reparto del botín. Sin embargo, Omar II decidió continuar y nombró un nuevo gobernador, al-Samh ben Málik (718–721).
Al-Samh hizo un registro de ingresos y distribuyó el botín para calmar las tensiones. Los bereberes fueron asentados en zonas montañosas, mientras que los árabes recibieron las tierras más fértiles del sur.
En el año 719, Al-Samh continuó las acciones militares en Septimania. En el 720, Perpiñán y Narbona fueron capturadas. En ese mismo año, murió el último rey visigodo, Ardo. Al-Samh fue derrotado y muerto en Toulouse en el 721 por el duque Eudo de Aquitania.
El ejército musulmán eligió a Al-Gafiqi como gobernador provisional. En el 722, se nombró un nuevo gobernador, Anbasa ibn Suhaym al-Kalbi. Anbasa subió los impuestos a los no musulmanes y en el 724 organizó un fuerte ejército. Conquistó las últimas ciudades visigodas, como Carcasona (724) y Nimes (725), finalizando así la conquista del reino visigodo.
Sin embargo, en Asturias, entre el 718 y el 722, estalló una revuelta liderada por el noble Pelayo. Obtuvo una victoria en la batalla de Covadonga. Los musulmanes fueron expulsados de esa zona, y el reino de Asturias comenzó a consolidarse, marcando el inicio de la Reconquista.
Herencia cultural y lingüística
La conquista tuvo un gran impacto cultural y lingüístico. Los musulmanes trajeron nuevas tecnologías y reintrodujeron en Europa parte del conocimiento griego que habían asimilado.
La presencia musulmana llevó a la progresiva arabización de Al-Ándalus. Muchas palabras del árabe andalusí pasaron a las lenguas romances de la península, especialmente al español. Se calcula que unas 4.000 palabras en español moderno tienen origen árabe, relacionadas con la agricultura (como acequia), la guerra (como alfanje), el comercio (como arroba) y las matemáticas (como álgebra).
La influencia árabe también es muy notoria en la toponimia (nombres de lugares) de la península ibérica, como Alcázar o Alcolea.
Consecuencias culturales en Europa
Un efecto importante de la conquista fue la huida de muchos nobles, religiosos y obispos visigodos hacia otros países europeos. Se llevaron consigo numerosos libros clásicos, romanos y griegos, que habían sido conservados en Hispania.
También llevaron obras visigodas, como las Etimologías de San Isidoro, una obra muy importante que recopilaba gran parte del saber de la época. Por ello, algunos historiadores creen que los visigodos emigrados tuvieron un papel importante en el renacimiento carolingio del siglo VIII.
Debate historiográfico
Existe un debate entre los historiadores sobre cómo interpretar la conquista musulmana. Esto se debe a que las fuentes históricas a veces no coinciden.
Algunas de las fuentes principales son:
- El Tratado de Teodomiro (713).
- La Crónica bizantina-arábiga (743-744).
- El Tempore belli, un canto litúrgico visigodo del siglo VIII que describe la invasión.
- La Crónica mozárabe (754).
- La Crónica de Alfonso III (883).
Algunos historiadores, como Thomas F. Glick, han cuestionado partes del relato tradicional. Otros, como Ignacio Olagüe, llegaron a sugerir que la invasión del siglo VIII fue un mito, aunque esta idea no tiene apoyo en la mayoría de los círculos académicos y es considerada "historia ficción".
La mayoría de los historiadores actuales coinciden en que la islamización de Al-Ándalus fue un proceso complejo. No solo fue resultado de una invasión, sino también de una red de influencias comerciales, políticas y culturales, y de pactos entre las élites visigodas y musulmanas.
Galería de imágenes
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Expansión del califato omeya.
-
Coras del emirato de Córdoba.