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Tomás de Aquino para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Tomás de Aquino
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Pintura hecha por Carlos Crivelli en 1476, Galería Nacional.

Doctor de la Iglesia
por Pio V
Proclamado el 11 de abril de 1567

Información personal
Nombre de nacimiento Tommaso d'Aquino
Nombre en latín Thomas Aquinos
Apodo Doctor Angélico
Nacimiento 1225
Roccasecca, Reino de Sicilia
Fallecimiento 7 de marzo de 1274 (48 o 49 años)
Abadía de Fossanova, Estados Pontificios
Sepultura Convento de los Jacobinos de Toulouse
Residencia Aquino
Religión Catolicismo
Familia
Padre Landulphe d'Aquino
Educación
Educado en
  • Universidad de Nápoles Federico II (1239-1245)
  • Universidad de París (1245-1248)
Alumno de Alberto Magno
Información profesional
Ocupación Teólogo, catedrático, presbítero católico de rito latino, filósofo, escritor, teólogo católico, fraile y profesor de teología
Área Filosofía, teología y teología católica
Información religiosa
Canonización 18 de julio de 1323 por el papa Juan XXII en Aviñón
Festividad 28 de enero Novus Ordo
7 de marzo Vetus Ordo
Atributos Hábito dominico, libro, sol en el pecho, iglesia bajo el brazo
Venerado en Iglesia católica, Comunión anglicana, Luteranismo
Patronazgo Todos los establecimientos educativos católicos
Santuario Convento de los Jacobinos de Toulouse
Empleador Universidad de París
Estudiantes Enrique Bateno de Malinas
Movimientos Tomismo, guerra justa y escolástica
Obras notables
  • Summa Theologiae
  • Summa contra Gentiles
  • Tratado del gobierno de los príncipes
  • Quinque viae
Orden religiosa Orden de Predicadores

Santo Tomás de Aquino (en italiano, Tommaso d'Aquino; Roccasecca, 1224/1225 - Abadía de Fossanova, 7 de marzo de 1274) fue un sacerdote, fraile y pensador católico. Perteneció a la Orden de Predicadores, también conocidos como dominicos. Es considerado uno de los pensadores más importantes de la teología sistemática y de la escolástica, una forma de pensamiento que combinaba la razón con la fe.

Su trabajo en metafísica es muy citado. También es una figura clave para las escuelas de pensamiento tomista y neotomista. La Iglesia católica lo llama Doctor Angélico y Doctor Común. Su obra es fundamental para el estudio de la filosofía y la teología. Fue un gran defensor de la teología natural, que busca entender a Dios a través de la razón y la observación del mundo.

Sus escritos sobre las obras de Aristóteles lo hicieron muy conocido. Ayudó a que las ideas de Aristóteles fueran compatibles con la fe católica. También recibió influencia de pensadores como Agustín de Hipona, Averroes y Maimónides. Sus obras más famosas son la Summa Theologiae, que explica la doctrina católica, y la Summa contra Gentiles, una defensa filosófica de la fe católica.

Tomás de Aquino ayudó a recuperar y reinterpretar la metafísica. También desarrolló una importante teoría del Derecho. Fue declarado santo en 1323 y "Doctor de la Iglesia" en 1567. En 1880, fue nombrado santo patrón de las universidades y centros de estudio católicos. Su día festivo se celebra el 28 de enero. El filósofo inglés Anthony Kenny lo considera "uno de los más grandes filósofos del mundo occidental".

Biografía de Tomás de Aquino

Sus primeros años

Archivo:Castello di Monte San Giovanni Campano 9
Castillo del Monte San Giovanni Campano.
Archivo:Saint Thomas Aquinas Diego Velázquez
Tentación de Santo Tomás (1632) por Diego Velázquez.

Tomás de Aquino nació en 1224 o 1225 en el castillo de Roccasecca, cerca de Aquino. Provenía de una familia noble y numerosa de origen alemán. Su padre, Landolfo, estaba relacionado con el emperador Federico II. Su madre, Teodora, era hija de condes. Tomás fue el menor de nueve hermanos. Una leyenda dice que un ermitaño predijo a Teodora que su hijo sería dominico y alcanzaría la santidad.

A los cinco años, Tomás comenzó sus estudios en la abadía de Montecasino, donde un tío suyo era abad. Sus biógrafos cuentan que desde pequeño mostraba una gran devoción. Aprendió gramática, moral, música y religión. En 1239, el emperador Federico II ordenó la expulsión de los monjes. Tomás continuó su educación en la Universidad de Nápoles. Allí estudió las artes liberales, lo que le permitió conocer la lógica aristotélica.

En 1244, a los diecinueve años, Tomás decidió unirse a la recién fundada Orden dominica. Se sintió atraído por la vida sencilla e intelectual del Maestro General, Juan de Wildeshausen, a quien había conocido en un convento de Nápoles.

Su familia no estuvo de acuerdo con su decisión. Ellos querían que Tomás fuera el abad de Montecasino, como su tío. Cuando supieron que Tomás iba a Roma para unirse a la orden, sus hermanos lo secuestraron. Lo retuvieron por más de un año en los castillos familiares de Monte San Giovanni y Roccasecca. Intentaron que cambiara de opinión. Durante ese tiempo, Tomás dio clases a sus hermanas y se comunicó con los dominicos. Su familia se desesperó al ver que Tomás seguía firme en su decisión. Finalmente, Teodora, su madre, lo ayudó a escapar por una ventana durante la noche para salvar la reputación de la familia.

Después de escapar, Tomás se fue a París para alejarse de su familia. Sorprendió a los frailes por su dedicación a leer y memorizar la Biblia y otras obras importantes de la época.

Su formación universitaria

La Universidad de París era perfecta para Tomás. Tenía una gran tradición en el estudio del Trivium (gramática, retórica y lógica) y excelentes escuelas de teología.

Sus maestros más importantes fueron Alejandro de Hales y Alberto Magno. Ambos aceptaban las ideas de Aristóteles, especialmente Alberto Magno. Entre sus compañeros estaba Buenaventura de Fidanza, con quien tuvo una amistad y también debates intelectuales. Antes de que Tomás terminara sus estudios, Alberto Magno, asombrado por la inteligencia de su alumno, le pidió que hiciera una exposición académica. Tomás respondió con argumentos tan fuertes que su maestro dijo a la asamblea:

Vosotros llamáis a éste el Buey mudo, pero yo os aseguro que este Buey dará tales mugidos con su saber que resonarán por el mundo entero
Barbado Viejo, F. Introducción General en Tomás de Aquino Suma teológica Tomo I. BAC 1947, p.12

Alberto Magno, convencido del talento de Tomás, lo llevó consigo a Colonia. Allí estudiaron a fondo las obras de Aristóteles, que luego ambos defenderían. En esa época, Tomás fue ordenado sacerdote. En 1252, Tomás regresó a París para seguir sus estudios. Sin embargo, encontró mucha oposición a las Órdenes mendicantes, como la dominica. Los profesores de la universidad, que no eran parte de estas órdenes, protestaban contra el encarcelamiento de estudiantes delincuentes.

Pero su principal enojo era con los maestros mendicantes. La vida sencilla, la constancia y el estudio de estos maestros atraían a muchos estudiantes a sus clases, lo que hacía que los profesores seculares parecieran menos importantes.

El conflicto llegó a su punto más alto cuando el doctor Guillermo de Saint-Amour publicó sus escritos. Tomás respondió en octubre de 1256 con su obra Contra los que impugnan el culto divino. Ese mismo mes, el papa Alejandro IV excomulgó a Saint-Amour, prohibiéndole enseñar. Gracias a su respuesta, el joven Tomás ganó la confianza del papa en temas teológicos.

Su enseñanza universitaria

Después de su destacada actuación, Tomás obtuvo su doctorado a la temprana edad de treinta y un años. En 1256, comenzó a enseñar Teología en la Universidad de París. Allí escribió importantes obras como De ente et essentia y su primera gran recopilación de conocimientos, el Scriptum super Sententias. También fue consejero personal del Rey Luis IX de Francia.

En junio de 1259, Tomás fue llamado a Valenciennes, junto con Alberto Magno y Pedro de Tarentaise (quien sería el futuro papa Inocencio V). Su misión era organizar los estudios de la Orden, aprovechando su viaje a su natal Italia. Durante diez años, enseñó en Nápoles, Orvieto, Roma y Viterbo. En este periodo, Tomás terminó la Summa contra gentiles, que sirvió como guía para la defensa de la Orden en España. Encargó la traducción de muchas obras de Aristóteles a su amigo Guillermo de Moerbeke para evitar errores de interpretación. También comenzó a escribir la Summa Theologiae. El papa Urbano IV lo nombró consejero personal y le encargó varias obras importantes.

Tomás de Aquino fue enviado de vuelta a París debido a la fuerte oposición que había surgido contra sus ideas. Esta última etapa de su vida fue la más productiva. Se enfrentó a tres corrientes de pensamiento: los agustinistas idealistas, los profesores seculares que se oponían a las órdenes mendicantes, y los averroístas. Tomás ya había aceptado muchas ideas de Aristóteles y completó sus explicaciones sobre las obras más importantes de Aristóteles, el Evangelio de Juan y las Cartas de Pablo. También escribió sobre ética y respondió a sus oponentes, mientras terminaba la segunda parte de la Summa Theologiae.

Su mayor desafío fue contra los averroístas. Sigerio de Brabante, una figura importante en la Facultad de Artes, enseñaba que la razón podía contradecir la fe sin que ninguna dejara de ser verdadera. Tomás, líder de la Facultad de Teología, respondió ese mismo año con su obra De unitate intellectus contra averroistas. Terminó su escrito con una declaración desafiante:

He aquí nuestra refutación del error. No está basada en documentos de fe sino de razón, y en los asertos de los filósofos. Si hay, pues, alguien que, orgullosamente engreído en su supuesta ciencia, quiera desafiar lo escrito, que no lo haga en un rincón o ante niños, sino que responda públicamente si se atreve. Él me encontrará frente a sí, y no sólo al mísero de mí, sino a muchos otros que estudian la verdad. Daremos batalla a sus errores o curaremos su ignorancia
GK Chesterton Santo Tomás de Aquino. Espasa-Calpe 1941, p.84

Se dice que Tomás y Sigerio se enfrentaron públicamente, aunque no está documentado por sus biógrafos. Lo que sí es cierto es que Tomás salió victorioso. Sigerio se retractó de muchas de sus ideas, y el obispo de París, Esteban Tempier, condenó poco después trece ideas clave del averroísmo.

Regreso y fallecimiento

Archivo:Nef-jacobins-toulouse
Los restos mortales de Santo Tomás de Aquino están enterrados en el Convento de los Jacobinos de Toulouse.
Archivo:Estatua de Santo Tomás de Aquino av. ejercito Santiago de Chile
Estatua de santo Tomás de Aquino, ubicada en Santiago de Chile.

Después de su trabajo en Francia, se le encargó fundar una nueva sede provincial en Nápoles. Antes de eso, Tomás visitó a su familia y amigos. En Nápoles, fue recibido con gran honor. Mantuvo mucha correspondencia, respondiendo dudas a muchas personas. Sin embargo, poco después de comenzar la tercera parte de la Summa Theologiae, tuvo una experiencia mística que le impidió seguir escribiendo.

Omnia quae scripsi videntur mihi palae respectu eorum quae vidi et revelata sunt mihi.
Me han sido reveladas semejantes cosas que lo que he escrito me parece paja.

Aun así, aceptó la invitación del papa Gregorio X para asistir al Concilio de Lyon II. Pero enfermó de repente y fue llevado a la abadía de Fossanova. Tomás falleció el 7 de marzo de 1274, cerca de Terracina, haciendo una fuerte declaración de fe. Más tarde, el 28 de enero de 1369, sus restos fueron trasladados al convento dominico de los Jacobinos, en Tolosa de Languedoc. Su fiesta litúrgica se fijó en esa fecha.

La importancia de Tomás de Aquino fue tan grande que aún hoy existen dudas sobre la causa de su muerte. Se ha hablado de un posible envenenamiento por orden del rey de Sicilia, Carlos de Anjou. Esta idea fue mencionada por Dante Alighieri en el Purgatorio de su obra Divina Comedia.

Después de su muerte, algunas ideas de Tomás de Aquino fueron incluidas en una lista de 219 ideas condenadas por el obispo de París, Étienne Tempier, en la Universidad de París en 1277. A pesar de esto, y después de varios milagros documentados, Tomás de Aquino fue declarado santo casi 50 años después de su muerte, el 18 de enero de 1323. Las condenas de 1277 fueron anuladas para Tomás de Aquino el 14 de febrero de 1325.

Obras de Tomás de Aquino

Archivo:Tommaso - Super Physicam Aristotelis, 1595 - 4733624
Super Physicam Aristotelis, 1595
Archivo:Tommaso - Super libros de generatione et corruptione - 4733257 00007
Super libros de generatione et corruptione

La obra escrita de Tomás de Aquino es enorme, especialmente si consideramos que murió a los cuarenta y nueve años y que recorrió unos 10.000 kilómetros a pie. Por eso, algunos la consideran una hazaña única. Josef Pieper comentó:

Apenas puede creerse todo lo que escribió los últimos años en París
Josef Pieper Doce lecciones sobre tomismo Ed. Rialp 1948, p. 27

Sus obras más extensas y consideradas más importantes son sus tres grandes recopilaciones teológicas o Summas: Summa Theologiae, Summa contra Gentiles y su Scriptum super Sententias. Aunque su interés principal siempre fue la teología, sus escritos también incluyen comentarios sobre obras filosóficas, debates y textos litúrgicos. Es especialmente conocido por introducir la filosofía de Aristóteles en el pensamiento escolástico del siglo XIII. Su obra representa una combinación del pensamiento cristiano y el espíritu crítico de Aristóteles. A lo largo de la historia, se le atribuyeron obras que luego se demostró que no eran suyas. Sus obras se dividen en:

  • Tres grandes recopilaciones teológicas, o summas.
  • Nueve tratados en forma de debates académicos.
  • Doce debates sobre temas variados.
  • Nueve explicaciones sobre las Sagradas Escrituras.
  • Una colección de comentarios de los Padres de la Iglesia sobre los Evangelios llamada Catena aurea.
  • Once comentarios sobre los trabajos de Aristóteles.
  • Dos explicaciones de trabajos de Boecio.
  • Dos explicaciones de trabajos de Proclo.
  • Cinco trabajos de debate.
  • Cinco opiniones expertas.
  • Quince cartas sobre teología, filosofía o temas políticos.
  • Un texto litúrgico.
  • Dos oraciones famosas.
  • Aproximadamente 85 sermones.
  • Ocho tratados sobre teología.

Ideas filosóficas de Tomás de Aquino

Metafísica: ¿Qué es la realidad?

Archivo:Sankt Gotthard Pfarrkirche - Kanzel 3a
Santo Tomás de Aquino por Josef Keppllinger (1898).

Santo Tomás es considerado el mayor exponente del pensamiento de Aristóteles durante la Edad Media. Su punto de partida es el "ente", que significa "lo que es". Él hizo una importante distinción entre essentia (esencia) y esse o actus essendi (acto de ser o existencia). Podemos pensar en la esencia de algo (su forma, sus características) sin que exista realmente. Esto significa que la esencia y la existencia son principios diferentes. Tomás relacionó la esencia con la potencia aristotélica (lo que algo puede llegar a ser) y la existencia con el acto (lo que algo es en realidad). Esta diferencia explica que los objetos son contingentes, es decir, que pueden existir o no. Dios, en cambio, es plenamente existente y no contingente. En Él, la existencia es parte de su esencia.

Filosofía del conocimiento: ¿Cómo conocemos?

La epistemología (teoría del conocimiento) de santo Tomás se basa en las ideas de Aristóteles. Para ambos, nuestra mente toma la forma general de los objetos que percibimos. Luego, la abstrae, creando una idea o universal en nuestra mente. Aquí radica la diferencia entre el conocimiento humano y el animal, ya que el universal es esencial para toda ciencia, y solo los humanos pueden alcanzarlo.

Tomás de Aquino defendió la "teoría correspondentista de la verdad", que dice que "lo verdadero significa exactamente lo mismo que el ser". Para él, la verdad de nuestra mente se basa en la verdad de las cosas. Por eso, lo que existe es "inteligible". Él reformuló la idea de Aristóteles en su Suma teológica como la "adecuación del entendimiento con la cosa" (Adaequatio rei et intellectus).

La novedad de Tomás en este tema es su respuesta al problema de los universales. Este problema, mencionado por primera vez por Porfirio, se pregunta cómo existen las ideas generales (universales). Tomás adoptó la posición llamada realismo moderado y explicó tres estados de los universales:

  • Ante rem (Antes de la cosa): Existen en la mente de Dios como modelos de las cosas materiales.
  • In re (En la cosa): Son la estructura que da forma a un objeto individual. Están mezclados con la materia y no se perciben directamente por los sentidos.
  • Post Rem (Después de la cosa): Son conceptos lógicos que nuestra mente abstrae de los objetos reales.

Tomás de Aquino creía que para conocer cualquier verdad, el ser humano necesita una ayuda divina que impulse su entendimiento. Sin embargo, también pensaba que los humanos tienen la capacidad natural de conocer muchas cosas sin una revelación divina especial.

Filosofía moral: ¿Cómo debemos vivir?

Archivo:Thomas von Aquin 17th century sculpture
Escultura de Santo Tomás del siglo XVII.

Tomás de Aquino desarrolló un sistema ético muy completo. Trató temas como los valores, las emociones, las virtudes, las normas morales, el derecho y la gracia. Tomás argumentó que el primer principio de la razón práctica es la idea de bien (Bonum), que se formula así: «el bien es lo que todos desean».

Para Tomás, la ley es «una regla de la razón, para el bien común (bonum commune), dada por quien tiene el cuidado de la comunidad». Distingue cuatro tipos de leyes:

  1. La ley divina: Son los mandamientos divinos, conocidos solo por la revelación.
  2. La ley eterna: Es la razón de la sabiduría divina que dirige todas las acciones.
  3. La ley humana: Son las reglas creadas por los sistemas legales para moderar el comportamiento humano y proteger a los inocentes.
  4. La ley natural: Es la participación de la ley eterna en las criaturas racionales. Son principios morales básicos que se conocen por la razón y están enraizados en la naturaleza humana. De aquí viene la idea de bien.

Este último principio de la ley natural nos dice que debemos hacer y buscar lo que la razón considera bueno, y evitar el mal. La razón sabe lo que es bueno porque el bien es beneficioso y el mal es lo contrario. Tomás de Aquino divide los bienes naturales en tres categorías: la autopreservación (deseada por todos), la procreación y educación de los hijos (común a animales y humanos), y vivir en comunidad y buscar la verdad sobre Dios (propio de los seres racionales). Desear estos bienes para uno mismo y para los demás es amar. Por lo tanto, Tomás de Aquino afirma que el amor a Dios y al prójimo son "los primeros y universales preceptos de la ley natural".

La moral de Aquino se basa en este principio. La ley moral es parte de la ley natural, por lo que sus contenidos son claros para cualquier ser racional. La moral se basa en la naturaleza humana, y sus principios son "universales e inmutables". Siguiendo la ética de las virtudes, Tomás escribió en su Summa theologiae:

La virtud designa una perfección de la potencia. Ahora bien, la perfección de cada cosa se entiende principalmente en orden a su propio fin. Siendo, pues, el fin de la potencia su propio acto, la potencia será perfecta en cuanto que se determine a su propio acto.
Suma teológica, Parte I-II, Cuestión 55, Artículo 1

Tomás también mencionó que el dolor es una emoción del alma, y la tristeza es un dolor interno. Los remedios para la tristeza que él sugiere incluyen actividades agradables para el cuerpo (como bañarse, dormir o llorar) o espirituales (como la contemplación de la verdad), así como buscar la compañía y compasión de los amigos.

Las virtudes cardinales de Santo Tomás son la prudencia, la justicia, la templanza y la fortaleza. Las virtudes teologales son la fe, la esperanza y la caridad. De todas ellas, la más importante es la caridad.

Tomás también identificó bienes humanos básicos como la preservación de la vida, la procreación, la vida social, el conocimiento y la conducta racional.

El objetivo de la vida humana

Tomás, siguiendo a Aristóteles, explicó que el bien supremo no se encuentra en las riquezas ni en el poder. Pero, a diferencia de Aristóteles, afirmó que tampoco se identifica con el estudio o el conocimiento filosófico de Dios. Tomás identificó el objetivo de la existencia humana como la unión eterna con Dios. Este fin no se puede alcanzar de forma natural. Solo se logra a través de la visión beatífica, donde una persona experimenta una felicidad perfecta al ver la esencia de Dios. Esta visión ocurre después de la muerte, como un regalo de Dios para quienes buscaron la salvación.

El objetivo de unirse con Dios tiene implicaciones para la vida en la Tierra. Tomás afirmó que la voluntad de una persona debe dirigirse hacia cosas correctas, como la caridad, la paz y la santidad. Él veía esta orientación como el camino hacia la felicidad.

Política: El gobierno y la sociedad

Archivo:Bartolomé Esteban Murillo Santo Tomás de Aquino
Santo Tomás de Aquino de Murillo (1650).

La visión política de Tomás de Aquino, explicada en su obra De Regimine Principum ad Regem Cypri, es una extensión de su filosofía moral. Tomás explica la ley humana, que cambia según las circunstancias, basándose en la ley natural. A diferencia de otros pensadores políticos, Tomás sostenía que la autoridad humana es una consecuencia lógica de la naturaleza del ser humano como animal racional y social. "Como la vida humana digna es la que se conforma por la virtud, el fin de la sociedad civil es la vida virtuosa". Sobre la ley humana, Tomás concluye:

(A)sí como en el orden especulativo partimos de los principios indemostrables naturalmente conocidos para obtener las conclusiones de las diversas ciencias, cuyo conocimiento no nos es innato, sino que lo adquirimos mediante la industria de la razón, así también, en el orden práctico, la razón humana ha de partir de los preceptos de la ley natural como de principios generales e indemostrables, para llegar a sentar disposiciones más particularizadas. Y estas disposiciones particulares descubiertas por la razón humana reciben el nombre de leyes humanas [...]
Suma teológica, Parte II-II, Cuestión 91, Artículo 3

La ley humana es ley positiva: la ley natural aplicada por los gobiernos a las sociedades. Si la ley positiva es contraria a la ley natural, es injusta porque va en contra del bien del ser humano. De este modo, la ley natural expresa la libertad del hombre y exige un comportamiento racional. Por eso, para Tomás de Aquino, la peor forma de gobierno es la tiranía.

Tomás distinguió dos tipos de sometimiento: uno "servil", donde el gobernante usa a sus súbditos para su propio beneficio (apareció después del pecado); y otro, "económico o civil", donde el gobernante usa a sus súbditos para el bien de ellos mismos. Este último habría existido incluso antes del pecado, ya que no habría organización en la sociedad si algunos no fueran guiados por otros más sabios.

Tomás de Aquino pensaba que un gobierno justo es aquel que busca el bien común. Consideraba que la mejor forma de gobierno para sociedades con falta de virtud era una monarquía mixta, que combinara elementos de la aristocracia y la democracia. Esto ayudaría a evitar que un rey se convirtiera en un tirano. Para Tomás, la república es la mejor forma de gobierno entre personas sabias y virtuosas, ya que permite que las personas asciendan según su mérito.

Tomás también contribuyó al pensamiento económico desde la perspectiva de la ética y la justicia. Se ocupó del concepto de precio justo, que generalmente era el precio de mercado o un precio regulado que cubriera los costes de producción del vendedor. Argumentó que era incorrecto que los vendedores subieran los precios solo porque los compradores necesitaban un producto con urgencia.

La guerra justa

Santo Tomás de Aquino, basándose en San Agustín, escribe al referirse a la guerra justa: "Para que la guerra sea justa, se requieren tres condiciones.

  • Primera parte de la obra: la autoridad del príncipe bajo cuyo mandato se hace la guerra. No incumbe a la persona particular declarar la guerra, porque puede hacer valer su derecho ante tribunal superior; además, la persona particular tampoco tiene competencia para convocar a la colectividad, cosa necesaria para hacer la guerra. Ahora bien, dado que el cuidado de la república ha sido encomendado a los príncipes, a ellos compete defender el bien público de la ciudad, del reino o de la provincia sometidos a su autoridad. Pues bien, del mismo modo que la defienden lícitamente con la espada material contra los perturbadores internos, castigando a los malhechores, a tenor de las palabras del Apóstol: «No en vano lleva la espada, pues es un servidor de Dios para hacer justicia y castigar al que obra mal» (Rm 13,4), le incumbe también defender el bien público con la espada de la guerra contra los enemigos externos. Por eso se recomienda a los príncipes: «Librad al pobre y sacad al desvalido de las manos del pecador» (Ps 81,41), y San Agustín, por su parte, en el libro Contra Faust. enseña: «El orden natural, acomodado a la paz de los mortales, postula que la autoridad y la deliberación de aceptar la guerra pertenezca al príncipe»
  • Segunda: Se requiere causa justa. Es decir, que quienes son atacados lo merezcan por alguna causa. Por eso escribe también San Agustín en el libro Quaest: «Suelen llamarse guerras justas las que vengan las injurias; por ejemplo, si ha habido lugar para castigar al pueblo o a la ciudad que descuida castigar el atropello cometido por los suyos o restituir lo que ha sido injustamente robado»
  • Tercera: Se requiere, finalmente, que sea recta la intención de los contendientes; es decir, una intención encaminada a promover el bien o a evitar el mal. Por eso escribe igualmente San Agustín en el libro De verbis Dom.: "Entre los verdaderos adoradores de Dios, las mismas guerras son pacíficas, pues se promueven no por codicia o crueldad, sino por deseo de paz, para frenar a los malos y favorecer a los buenos". Puede, sin embargo, acontecer que, siendo legítima la autoridad de quien declara la guerra y justa también la causa, resulte, no obstante, ilícita por la mala intención. San Agustín escribe en el libro Contra Faust.: «En efecto, el deseo de dañar, la crueldad de vengarse, el ánimo inaplacado e implacable, la ferocidad en la lucha, la pasión de dominar y otras cosas semejantes, son, en justicia, vituperables en las guerras»

La servidumbre y el matrimonio

Tomás de Aquino siguió el pensamiento aristotélica de una escala natural de entes que le daba autoridad a algunos hombres sobre otros. Tanto Aristóteles como Tomás aprueban la utilidad una servidumbre natural en base de la inteligencia de los hombres, siendo incluso lícito que un amo golpeara a su siervo, aunque sería mejor que fuera misericordioso con él.

Por tanto, todos los seres humanos que se diferencian de los demás tanto como el alma del cuerpo, y como los hombres de los animales irracionales, son, por la eminencia de la razón en ellos y la deficiencia de los demás, por naturaleza dueños de los demás. Al respecto, Salomón también dice en Proverbios 11:29: "El necio servirá al sabio". (Comentario 1.3.10).
Pero la servidumbre pertenecen al derecho de gentes (Ius gentium). Tomás tenía más consideración hacia los esclavos que Aristóteles al afirmar que estos también tenían algunos derechos.
El hijo, en cuanto hijo, es algo del padre; e igualmente, el siervo, en cuanto siervo, es algo del señor. Sin embargo, ambos, en la medida en que son considerados como unos hombres, son algo subsistente por sí mismo, diferente de los demás. Y por eso, en cuanto los dos son hombres, de alguna manera existe la justicia para éstos, y de ahí que se den también ciertas leyes sobre las cosas que son propias del padre para el hijo o del señor para el siervo. Pero, en cuanto uno y otro son algo del otro, según esto, falta aquí la perfecta razón de derecho o de lo justo.
Aun así, Tomás hace afirmaciones negativas sobre la esclavitud:
Nada es tan repugnante a la naturaleza humana como la esclavitud; y, por lo tanto, no hay mayor sacrificio (excepto el de la vida), que un hombre puede hacer por otro, que entregarse a la servidumbre por el bien de ese otro.

En cuanto al matrimonio, la esposa tenía un estatus más alto que los siervos. Tomás estaba de acuerdo con la visión aristotélica de la mujer. Mantuvo ideas patriarcales donde el padre debía ser más amado que la madre, porque es el "principio activo" y la madre el "principio pasivo y material".

Economía: Precios y préstamos

Archivo:Santo Tomás de Aquino - Antonio del Castillo Saavedra
Santo Tomás de Aquino por Antonio del Castillo y Saavedra.

Tomás de Aquino trató la mayoría de las cuestiones económicas dentro del marco de la justicia, que para él era la más alta de las virtudes morales. Decía que la justicia es "un hábito por el cual el hombre da a cada uno lo que le corresponde con una voluntad constante y perpetua". Argumentó que este concepto de justicia tiene sus raíces en la ley natural. Joseph Alois Schumpeter, en su Historia del Análisis Económico, concluyó que "todas las cuestiones económicas juntas le importan menos que el más mínimo punto de la doctrina teológica o filosófica".

Las ideas modernas sobre el capitalismo, el salario digno, la especulación de precios, los monopolios y los precios predatorios tienen sus raíces en la interpretación de Tomás de Aquino de la ley moral natural.

El precio justo

Tomás de Aquino distinguió el precio justo de un bien del precio que manipula a otra parte. Él determinaba el precio justo a partir de varias cosas. Primero, el precio justo debe estar relacionado con el valor del bien. Tomás sostenía que el precio de un bien mide su calidad: "la calidad de una cosa que entra en uso humano se mide por el precio que se le da". El precio de un bien, medido por su valor, está determinado por su utilidad para el ser humano. Este valor es subjetivo porque cada bien tiene un nivel diferente de utilidad para cada persona. El precio debe reflejar el valor actual de un bien según su utilidad: "El oro y la plata son costosos no solo por la utilidad de los vasos y otras cosas semejantes hechas con ellos, sino también por la excelencia y pureza de su sustancia". La discusión sobre el precio justo implica que debe haber un entendimiento de lo que es justo para ambas partes en una transacción. Ninguna de las partes debe aprovecharse de la situación de la otra.

La usura

El Segundo Concilio de Letrán calificó la práctica de prestar dinero con interés como "detestable y vergonzosa". El Quinto Concilio de Letrán definió la usura como "cuando, por su uso, una cosa que no produce nada se aplica a la adquisición de ganancias y beneficios sin ningún trabajo, ningún gasto o ningún riesgo".

Tomás de Aquino también escribió mucho sobre la usura, es decir, el préstamo de dinero con interés, y condenó esta práctica:

Utilizar el fraude para vender algo en más del precio justo es absolutamente un pecado, por cuanto se engaña al prójimo en perjuicio suyo [...] Por tanto, vender una cosa más cara o comprarla más barata de lo que realmente vale es en sí injusto e ilícito.
Suma teológica, Parte II-II, Cuestión 77, Artículo 1

El dinero, y otros bienes similares, se consumen al usarse. Cobrar una cantidad extra por el dinero prestado es cobrar por algo más que el uso del bien. Así, Tomás de Aquino concluyó que el prestamista está cobrando por algo que no le pertenece, lo que es injusto.

Teología de Tomás de Aquino

Fe y razón: ¿Cómo se relacionan?

Archivo:Luis muñoz-santo tomás de aquino
Santo Tomás de Aquino por Luis Muñoz Lafuente (1795).

El pensamiento de Tomás de Aquino parte de la idea de que las verdades de la teología son superiores a las verdades de la razón, debido a su origen y objeto de estudio: Dios. Aunque la razón es limitada para conocer a Dios, esto no impide que la filosofía pueda alcanzar conocimientos verdaderos. Primero, porque la razón no contradice a la teología:

Lo naturalmente innato en la razón es tan verdadero que no hay posibilidad de pensar en su falsedad. Y menos aún es lícito creer falso lo que poseemos por la fe, ya que ha sido confirmado por Dios. Luego como solamente lo falso es contrario a lo verdadero, como claramente prueban sus mismas definiciones, no hay posibilidad de que los principios racionales sean contrarios a la verdad de la fe

Segundo, porque la razón es la herramienta natural del ser humano para conocer el mundo. Tomás consideraba imposible que la razón fuera falsa. Sin embargo, si hubiera una contradicción real entre una verdad de fe y una de razón, la errónea sería la de razón, ya que Dios es infalible. Un ejemplo de contradicción aparente es la Trinidad. Tomás, por razón, dice que "Dios es simple", y por fe, que es "trino". Pero para ser trino (no triple) hace falta ser uno, es decir, simple. Así, fe y razón no se contradicen.

Santo Tomás de Aquino distinguía dos tipos de verdad: la verdad natural, accesible a la razón, y la verdad revelada por la Revelación divina. Entre ambas se encuentran los "preámbulos de la fe" (Praeambula fidei), verdades que se conocen primero por la razón y luego por Dios.

La existencia de Dios

En su obra Suma teológica, Tomás sostiene que la existencia de Dios se puede demostrar. También responde a objeciones sobre su existencia, como el problema del mal. Tomás argumenta que Dios permite el mal si de ello se obtiene un bien mayor. Conecta el sufrimiento y el mal en la naturaleza con la libertad, ya que estos males fueron consecuencia del pecado original.

Si el mal existe, Dios existe. Pues no existiría el mal una vez quitado el orden del bien, del cual el mal es privación. Pero este orden no existiría, si no existiera Dios
Summa contra Gentiles - Parte III - Cuestión 71

A pesar de su optimismo sobre la posibilidad de conocer a Dios, Tomás no aceptaba cualquier forma de demostrar su existencia. Su realismo aristotélico lo llevó a enfrentarse con los agustinistas y con el argumento ontológico de San Anselmo. Tomás, adelantándose a futuras críticas, dio dos razones para rechazar este argumento. Una se basa en la evidencia de la idea de Dios:

Que Dios existe, es ciertamente evidente en sí, porque es su mismo ser, pero con respecto a nosotros, Dios no es evidente. Que el todo sea mayor que las partes es, en sí, absolutamente evidente. Pero no lo es para el que no concibe el todo. Y así sucede con nuestro entendimiento

La otra razón se basa en la existencia de la idea de Dios:

Y de que concibamos intelectualmente el significado del término "Dios" no se sigue que Dios sea existente sino concebido en el entendimiento. Y en consecuencia, el ser más perfecto que se pueda pensar no es necesario que se dé fuera del entendimiento

Aquí, Tomás distingue entre "pensar algo como existente" y "pensar algo que ya existe".

Las Cinco Vías

Archivo:Benozzo Gozzoli - Triumph of St Thomas Aquinas - WGA10334
Triunfo de Santo Tomás de Aquino por Benozzo Gozzoli.

La demostración de la existencia de Dios que Tomás ofreció en sus "Cinco Vías" es un punto clave en su obra. Su explicación es tan completa que se ha convertido en el modelo de la filosofía clásica sobre este tema. Las Vías de Tomás son una demostración de la existencia de Dios a posteriori, es decir, a partir de la experiencia. Las tres primeras Vías se consideran "argumento cosmológicos" y la última un "argumento teleológico".

  • La Primera Vía se basa en el movimiento de los objetos. Tomás explica que nada puede moverse a sí mismo y ser movido al mismo tiempo. Por lo tanto, todo lo que se mueve es movido por otra cosa. Esta cadena de movimientos no puede ser infinita, así que debe haber un Primer Motor Inmóvil que es Dios.
  • La Segunda Vía se basa en la causa eficiente. Todo objeto sensible es causado por algo. Esta cadena de causas no puede ser infinita, así que debe haber una Causa Incausada, que es Dios.
  • La Tercera Vía se basa en la contingencia de las cosas. Vemos que las cosas pueden existir o no. Es imposible que las cosas que pueden no existir hayan existido siempre. Por lo tanto, debe haber un Ser Necesario que es Dios, en quien la esencia y la existencia son lo mismo.
  • La Cuarta Vía se basa en la jerarquía de valores de las cosas. Vemos que las cosas son más o menos buenas, nobles o verdaderas. Esto implica que hay un Ser máximamente bueno y verdadero que es la causa de toda bondad y verdad, y ese es Dios.
  • La Quinta Vía se basa en el orden de las cosas. Tomás observa que los cuerpos naturales actúan con un propósito, incluso sin conocimiento. Esto solo es posible si hay un Ser supremamente inteligente que los ordena, y ese es Dios.

Estas Vías concluyen con la afirmación "a esto, entonces, es lo que llamamos Dios".

La esencia de Dios

Para Tomás, la existencia de Dios es lo mismo que su esencia. Él dejó claro que no podemos entender a Dios completamente debido a su inmensidad. Señaló que la mejor manera de conocer a Dios es a través de su Revelación directa: la Biblia, la Tradición apostólica y el Magisterio de la Iglesia. Sin embargo, desde un punto de vista filosófico, se puede conocer a Dios a partir de las cosas sensibles (los efectos) y elevándose a sus principios (la causa) o fines.

De esta manera, eliminando características "negativas", obtenemos una imagen más precisa de Dios. Esto lo llevó a proponer cinco afirmaciones sobre las cualidades divinas:

  1. Dios es simple, sin partes, como cuerpo y alma.
  2. Dios es perfecto, no le falta nada.
  3. Dios es infinito, no limitado como los seres creados.
  4. Dios es inmutable, incapaz de cambiar en su esencia.
  5. Dios es uno, sin divisiones dentro de sí mismo.

Tomás usó el concepto de "analogía" para relacionar sujetos por su parecido. Distinguió dos tipos de analogías: de proporcionalidad y de atribución. La novedad de Tomás fue aplicar esto a la existencia y añadir el concepto de "eminencia" (Dios posee los atributos de forma suprema).

La naturaleza de la Trinidad

Tomás argumentó que Dios, aunque es perfectamente uno, también se describe perfectamente por Tres Personas Interrelacionadas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Estas tres personas se definen por sus relaciones dentro de la esencia de Dios. Tomás escribió que el término "Trinidad" no se refiere a las relaciones en sí mismas, sino al número de personas relacionadas entre sí. El Padre genera al Hijo (o al Verbo) a través de la autoconciencia. Esta generación eterna produce un Espíritu eterno que comparte la naturaleza divina como el Amor de Dios.

Esta Trinidad existe independientemente del mundo. Trasciende el mundo creado, pero la Trinidad también decidió dar gracia a los seres humanos. Esto se logra a través de la Encarnación del Verbo en la persona de Jesucristo y a través de la presencia del Espíritu Santo en aquellos que han experimentado la salvación de Dios.

La naturaleza de Jesucristo

Archivo:Saint Patrick Church (Columbus, Ohio) - stained glass, St. Thomas Aquinas, detail
Vidriera de Santo Tomás en la Iglesia de San Patricio, Columbus (Ohio).

En la Summa Theologica, Tomás comienza su discusión sobre Jesucristo con la historia bíblica de Adán y Eva y los efectos del pecado original. El propósito de la Encarnación de Cristo fue restaurar la naturaleza humana, lo cual los humanos no podían hacer por sí mismos. "La Sabiduría divina juzgó conveniente que Dios se hiciera hombre, para que así una misma persona pudiera restaurar al hombre y ofrecer satisfacción". Tomás defendió la idea de la expiación por satisfacción; es decir, que Jesucristo murió "para satisfacer por todo el género humano, que fue sentenciado a muerte a causa del pecado".

Tomás argumentó contra varios teólogos que tenían diferentes puntos de vista sobre Cristo. Afirmó que Jesús era verdaderamente divino y no solo humano. También argumentó que la plenitud de Dios era parte integral de la existencia de Cristo. Sin embargo, sostuvo que Cristo también tenía un alma verdaderamente humana. Esto creó una dualidad de naturalezas en Cristo, que persistió después de la Encarnación. Tomás afirmó que estas dos naturalezas existían simultáneamente pero de forma distinguible en un cuerpo humano real.

En resumen, "Cristo tuvo un cuerpo real de la misma naturaleza que el nuestro, una verdadera alma racional y, junto con estos, una Deidad perfecta". Así, hay unidad (en su única hipóstasis) y composición (en sus dos naturalezas, humana y divina) en Cristo.

La creación del mundo

Archivo:Santi di Tito - Vision of St Thomas Aquinas - WGA22722
Visión de Santo Tomás de Aquino (1593) por Santi di Tito.

Como católico, Tomás creía que Dios es el "creador del cielo y la tierra, de todo lo que es visible e invisible". Tomás afirma que Platón y Aristóteles no llegaron claramente a la idea de creación. Contrario a la frase latina “de la nada nada sale” (ex nihilo nihil fit), Dios es el creador de los espíritus y la materia prima del mundo "de la nada" (ex nihilo), es decir, "no a partir de algo" (non ex aliquo). Tomás diferenció el vacío de la nada. En la Creación, Dios es la causa eficiente, pero no hay causa material. En este sentido, la Creación no es un cambio o movimiento, sino una relación de Dios con sus criaturas.

La creación no es mutación, sino la misma dependencia del ser creado respecto al principio que la origina; por eso pertenece al género de “relación”. De donde nada impide que se encuentre en el ser creado como en un sujeto. Se ve, no obstante, en la creación cierta mutación, aunque solamente según el modo de entenderla; es a saber, en cuanto que nuestro entendimiento se la representa como si una misma cosa no existiese antes y sí después.

Tomás afirma que Dios, cuya esencia es su propio ser, hace que los demás seres estén compuestos de esencia y existencia, siendo la existencia una participación del ser que existe por sí mismo.

Dios es enteramente acto, sea respecto a sí mismo, puesto quees acto puro sin mezcla alguna de potencia, sea respecto a las cosas que están en acto, ya que en él está el origen de todos los entes; por eso, por medio de su acción produce todo ente subsistente, sin presupuesto alguno, por cuanto él es el principio de todo el ser, y es todo en sí mismo.

Al igual que Aristóteles, Tomás postuló que la vida podría formarse a partir de materia no viva o vida vegetal, una teoría de la abiogénesis conocida como generación espontánea.

El alma y el cuerpo

Archivo:Tommaso Aquino - Francisco de Zurbarán
Apoteosis de Santo Tomás de Aquino por Francisco de Zurbarán (1631).

Santo Tomás aceptó la doctrina hilemórfica de Aristóteles. Definió la materia prima como pura potencialidad y la forma sustancial como el primer acto de un cuerpo físico que determina su esencia. Tomás de Aquino defendió que solo hay una forma sustancial, que da forma directamente a la materia. En el ser humano, la única forma sustancial (el alma racional) es la que le da su cuerpo y sus funciones vegetativas, sensitivas e intelectuales. Tomás afirmó que los ángeles no están compuestos de materia y forma, sino que son puramente inmateriales.

La enseñanza filosófica de Aquino sobre la relación entre el alma y el cuerpo se encuentra en gran parte en su respuesta al averroísmo. El filósofo árabe Averroes defendía que el intelecto que nos permite entender las ideas generales era Alá, y que este intelecto era único para todos los seres humanos. Esto significaba que ninguna alma individual era incorpórea y, por lo tanto, ninguna era inmortal.

Tomás se opuso a esta idea con gran energía, no por emoción, sino con sentido común. Argumentó que si el intelecto fuera único para todos, entonces dos personas con diferentes experiencias no podrían ser individuos distintos, lo cual es imposible.

Tomás también criticó la idea de que Aristóteles pensaba que el entendimiento estaba "separado e inmixto" del alma. Tomás explicó que esto se refería a que el entendimiento es distinto de otras capacidades del individuo.

A partir de su defensa del alma como capaz de entender ideas generales, Tomás afirmó que el alma es inmaterial e incorruptible. Respecto al cuerpo, Tomás criticó a Platón por rechazarlo y por decir que la unión del alma y el cuerpo era accidental. Tomás defendió la unidad sustancial de ambos, considerándolos un solo ser.

Para el Aquinate, el dolor es una emoción del alma, y la tristeza es un dolor interno. Los remedios que Tomás sugiere para la tristeza incluyen actividades agradables para el cuerpo (como bañarse, dormir o llorar) o espirituales (como la contemplación de la verdad), y también buscar la compañía y compasión de los amigos.

La naturaleza del pecado

Archivo:Giusto di gand e pedro berruguete, uomini illustri dallo studiolo di federico da montefeltro a urbino, 1473-76 ca., 14 s. tommaso d'aquino
Santo Tomás de Aquino por Pedro Berruguete y Justo de Gante.

Siguiendo a San Agustín de Hipona, Tomás define el pecado como «un dicho, hecho o deseo contra la ley eterna». La ley natural es una parte de la ley eterna. Como la ley natural es lo que los seres humanos determinan según su propia naturaleza (como seres racionales), desobedecer la razón es desobedecer la ley natural y la ley eterna. Así, la ley eterna es anterior a la "ley natural" (determinada por la razón) o la "ley divina" (en el Antiguo y Nuevo Testamento). En otras palabras, la voluntad de Dios se extiende tanto a la razón como a la revelación. El pecado es ir en contra de la propia razón o de la revelación, y es sinónimo de "mal" (la ausencia del bien). Tomás, como todos los pensadores escolásticos, argumentó que los descubrimientos de la razón y los datos de la revelación no pueden contradecirse, por lo que ambos guían la voluntad de Dios para los seres humanos.

Tomás también es conocido por no aceptar el dogma de la Inmaculada Concepción del pecado original de María. Él decía que "la santificación de la Virgen María antes de su animación" no era posible porque:

Si el alma de la Santísima Virgen no hubiera estado nunca manchada con la corrupción del pecado original, eso rebajaría la dignidad de Cristo, que emana de ser el Salvador universal de todos. Y por eso, después de Cristo, que no necesitó de salvación, por ser el Salvador universal, la pureza de la Santísima Virgen fue la máxima. [...] En cambio, la Virgen María sí contrajo el pecado original, aunque fue purificada del mismo antes de nacer del seno materno.
Suma teológica, Parte III, Cuestión 27, Artículo 2

Sobre las ideas diferentes

La herejía era un delito grave contra la ley en la mayoría de los países europeos del siglo XIII. Los reyes y emperadores consideraban la herejía como el principal crimen contra el estado. Los reyes afirmaban tener poder de Dios según la fe cristiana. A menudo, el poder de los gobernantes era legitimado por la coronación del papa.

Tomás consideraba la herejía como resultado de la falta de fe. "Los demás artículos de la fe en los que no yerra el hereje no los acepta del mismo modo que el fiel [...] El hereje los retiene por propia voluntad y por propio juicio". Tomás pertenecía a la Orden Dominicana, que se dedicaba a convertir a los cátaros (un movimiento religioso considerado herejía) y otras facciones, al principio de forma pacífica. En la Summa theologiae, escribió:

En los herejes hay que considerar dos aspectos: uno, por parte de ellos; otro, por parte de la Iglesia. Por parte de ellos hay en realidad pecado por el que merecieron no solamente la separación de la Iglesia por la excomunión, sino también la exclusión del mundo con la muerte. En realidad, es mucho más grave corromper la fe, vida del alma, que falsificar moneda con que se sustenta la vida temporal. Por eso, si quienes falsifican moneda, u otro tipo de malhechores, justamente son entregados, sin más, a la muerte por los príncipes seculares, con mayor razón los herejes convictos de herejía podrían no solamente ser excomulgados, sino también entregados con toda justicia a la pena de muerte.
Suma teológica, Parte II, Cuestión 11, Artículo 3

Si alguien, después de renunciar a su error, volvía a caer en la herejía, Tomás sugería que fuera entregado a un tribunal secular.

Respecto a los infieles (personas "sin fe") como los musulmanes, Tomás desconfiaba de ellos. Escribió sobre el Islam en Summa Contra Gentiles:

El punto es claro en el caso de Mahoma. Sedujo al pueblo con promesas de placeres carnales a los que nos incita la concupiscencia de la carne. [...] Por el contrario, Mahoma dijo que fue enviado en el poder de sus armas, que son señales que no les faltan ni a los ladrones ni a los tiranos. [...] Ni los pronunciamientos divinos de parte de los profetas anteriores le ofrecen ningún testimonio. Al contrario, pervierte casi todos los testimonios del Antiguo y del Nuevo Testamento al convertirlos en invenciones propias, como puede comprobar cualquiera que examine su ley. [...] Por lo tanto, es claro que aquellos que ponen alguna fe en sus palabras creen tontamente.
Summa Contra Gentiles, Libro 1, Capítulo 6.

En cuanto a los judíos, Tomás defendió la tolerancia de sus personas y sus ritos religiosos. Respecto a los hijos de los judíos, Tomás pensaba que la Iglesia no tenía autoridad para bautizarlos a la fuerza si sus padres no querían.

La vida después de la muerte y la resurrección

Archivo:Paradis de Dante - Premier cercle des professeurs du royaume (miniatures de Giovanni di Paolo, XVe siècle)
Miniatura del primer círculo del paraíso. Dante y Virgilio en la parte superior izquierda, se encuentran con Tomás de Aquino y Alberto Magno por Giovanni di Paolo.

Para entender las creencias de Tomás sobre el más allá y la resurrección, es importante comprender su visión del alma. Tomás, siguiendo la doctrina de la iglesia, acepta que el alma sigue existiendo después de la muerte del cuerpo. Como el alma es la forma del cuerpo, el ser humano es una combinación de forma y materia. La forma sustancial (el alma humana) da forma a la materia prima (el cuerpo físico) y es lo que hace que un ser humano sea un animal racional. La materia no puede existir sin una forma, pero la forma puede existir sin la materia, lo que permite que el alma se separe del cuerpo. Tomás dice que el alma participa en los mundos material y espiritual, y por lo tanto tiene características de ambos. El alma humana es creada por Dios, pero también existe solo en el cuerpo material.

Los seres humanos son materiales, pero la persona puede sobrevivir a la muerte del cuerpo gracias a la existencia continua del alma. El alma humana se encuentra entre el mundo espiritual y material. Es una forma que existe por sí misma y que da forma a la materia en un ser humano vivo. Al ser espiritual, el alma humana no depende de la materia y puede existir por separado. Como el ser humano es una combinación de alma y materia, el cuerpo es una parte importante de lo que significa ser humano. La naturaleza humana perfecta incluye tanto el cuerpo como el intelecto.

La resurrección parece requerir un dualismo (separación total de cuerpo y alma), que Tomás rechaza. Sin embargo, Tomás cree que el alma persiste después de la muerte y la corrupción del cuerpo, y puede existir separada del cuerpo entre la muerte y la resurrección. Tomás cree en un tipo diferente de dualismo, guiado por las escrituras cristianas. Él sabe que los seres humanos son esencialmente físicos, pero la parte física tiene un espíritu capaz de regresar a Dios en la otra vida. Para Tomás, las recompensas y castigos de la otra vida no son solo espirituales. Por eso, la resurrección es una parte importante de su filosofía sobre el alma. El ser humano se realiza y se completa en el cuerpo, por lo que el más allá debe ocurrir con almas en cuerpos resucitados. Además de la recompensa espiritual, los seres humanos pueden esperar disfrutar de bendiciones materiales y físicas. Como el alma de Tomás necesita un cuerpo para sus acciones, durante la otra vida, el alma también será castigada o recompensada en la existencia corporal.

Tomás expresa claramente su postura sobre la resurrección y la usa para apoyar su filosofía de la justicia. La promesa de la resurrección compensa a los cristianos que sufrieron en este mundo con una unión celestial con lo divino. Él dice: "Si no hay resurrección de los muertos, se sigue que no hay nada bueno para los seres humanos más que en esta vida". La resurrección motiva a las personas en la tierra a renunciar a los placeres de esta vida. Tomás cree que el ser humano que se preparó para la otra vida, tanto moral como intelectualmente, será recompensado más grandemente. Sin embargo, toda recompensa es por la gracia de Dios. Tomás insiste en que la bienaventuranza se otorgará según el mérito y hará que la persona sea más capaz de entender lo divino. En consecuencia, Tomás cree que el castigo también está directamente relacionado con la preparación y las acciones en la vida terrenal. La descripción del alma de Tomás se centra en el conocimiento y la metafísica, y por eso cree que ofrece una descripción clara de la naturaleza inmaterial del alma. Tomás mantiene la doctrina cristiana y, por lo tanto, cree en la recompensa y el castigo físico y espiritual después de la muerte. Al aceptar la importancia tanto del cuerpo como del alma, permite un cielo y un infierno descritos en las escrituras y el dogma de la iglesia.

Santo Tomás afirma que el castigo del purgatorio "no es principalmente para atormentar, sino para limpiar; por tanto, debe ser infligido únicamente por el fuego, que sobre todo tiene poder purificador". Pero en el infierno, los castigos de los condenados "no están dirigidos a su limpieza", sino que "así deben ser atormentados de muchas maneras y de muchas fuentes". Allí los condenados serán castigados con un fuego eterno, además de otros muchos castigos físicos, porque "pecaron contra el bien eterno, al despreciar la vida eterna". Para aquellos que no van al infierno, pueden "disfrutar de su bienaventuranza y la gracia de Dios más abundantemente" y tienen la recompensa adicional de permitirles ver el castigo de los condenados en el infierno, por los cuales "en gloria no tendrán piedad" de ellos.

Nada debe negar a los bienaventurados que pertenezca a la perfección de su bienaventuranza. Ahora todo se conoce más por ser comparado con su contrario, porque cuando los contrarios se colocan uno al lado del otro se hacen más notorios. Por tanto, para que la felicidad de los santos sea más placentera para ellos y para que puedan dar más copiosas gracias a Dios por ello, se les permite ver perfectamente los sufrimientos de los condenados.

Influencias y legado de Tomás de Aquino

Archivo:Thurles Cathedral Ambulatory Window 18 Saint Thomas Aquinas 2012 09 06
Vidriera de Santo Tomás de Aquino en la Catedral de Thurles.

Tomás, aunque era teólogo, se destacó por haber leído y estudiado a fondo a todos los grandes pensadores de su tiempo, incluyendo a los filósofos. Por eso pudo crear una síntesis tan extensa y coherente. Sus ideas provienen de diversas fuentes:

En primer lugar, de Platón. De él tomó la idea de la participación (aunque no completamente metafísica) para explicar la relación entre Dios y las criaturas, así como la cuestión de los grados de perfección. Tomás también conocía a los estoicos como antecedentes de su idea de ley natural.

De Aristóteles tomó y analizó sus principales teorías, pero con una perspectiva cristiana. Adoptó los conceptos de forma y materia, acto y potencia, sustancia y accidentes, y la idea de Dios como el fundamento último de los movimientos de la realidad. Asumió toda su teoría del conocimiento y las bases de su antropología: la concepción formal del alma, su división en tres partes, etc. En ética y política, recogió el concepto y la clasificación aristotélica de la virtud y completó sus aportaciones sobre la ley natural (base del derecho natural) con la referencia a la ley eterna y las virtudes teologales (que no existían en la cultura griega). Además, aceptó completamente la lógica desde su juventud.

Del pensamiento musulmán y judío, además de sus comentarios sobre Aristóteles, destaca su atención a Avicena en su distinción entre esencia y existencia, y en la formulación de la Tercera Vía. De Maimónides tomó la defensa de la creación de la nada y su forma de entender las relaciones entre la fe y la razón. En cuanto a lo cristiano, es fundamental su adhesión a la Biblia, los Decretos de los Concilios y los Papas (especialmente Gregorio Magno). Entre los Padres de la Iglesia, destaca Agustín de Hipona en la relación de los atributos de Dios, la idea de la creación o la tesis de la inmaterialidad del alma, y la cuestión de la Trinidad.

De otros neoplatónicos como Pseudo Dionisio Areopagita asumió aspectos neoplatónicos de sus obras, como el concepto de participación y los grados de perfección, en clave teológica. De Boecio, sus aportes a los dogmas trinitarios y cristológicos. Alberto Magno, por último, lo introdujo en el conocimiento de Aristóteles y en la cuestión de los trascendentales.

Respecto a su influencia posterior, Tomás jugó un papel fundamental, nunca antes visto en la Iglesia católica, como referencia y modelo de pensamiento, tanto en la Inquisición como en el Concilio de Trento. Su pensamiento fue criticado por teólogos escolásticos posteriores, como Juan Duns Scoto y Guillermo de Ockham.

En el siglo XV, sus seguidores fueron muy diversos: el canciller Juan Gerson, el inquisidor Tomás de Torquemada y Girolamo Savonarola. En el siglo XVI, defendieron su doctrina el papa Pío V (quien lo nombró Doctor de la Iglesia) y muchos españoles distinguidos como el fundador de la Compañía de Jesús Ignacio de Loyola, el Doctor místico Juan de la Cruz, el cardenal Tomás Cayetano, Francisco de Vitoria y Domingo de Soto. Más tarde, en el siglo XVII, destacaron el obispo Francisco de Sales, Juan de Santo Tomás, Francisco Suárez y Domingo Báñez.

En el siglo XVIII, a pesar del surgimiento del racionalismo y el empirismo, se pueden mencionar las contribuciones del cardenal Juan Tomás de Boxadors y los obispos Alfonso María de Ligorio y Jacques Bossuet. La descripción de la ley natural de Tomás de Aquino se convirtió en la enseñanza moral católica y fue adoptada por muchos éticos no católicos antes del siglo XIX. Durante la Ilustración, el tomismo fue visto como tradicionalismo.

Ante las nuevas corrientes intelectuales del siglo XX, la Iglesia católica recomendó directamente a Tomás para un estudio verdadero, acorde a la fe católica. Filósofos como Bertrand Russell criticaron su filosofía, pero otros como Umberto Eco lo elogiaron.

Tomás es recomendado por los papas León XIII (famoso por su encíclica Aeterni Patris) y Pío X. También por los cardenales Désiré Félicien-François-Joseph Mercier, Tomás Zigliara y Zeferino González. Surgieron grandes inspiradores del neotomismo: Pierre Mandonnet y Ambroise Gardeil. Y, finalmente, en el siglo XX destacan los papas Pío XI (Studiorum ducem), Juan Pablo II, el canciller Etienne Gilson, Josef Pieper, Reginald Garrigou-Lagrange, Jacques Maritain, Antonin-Dalmace Sertillanges y Sebastiaan Tromp. Alasdair MacIntyre afirma que la síntesis de Tomás de Aquino del pensamiento de San Agustín con el de Aristóteles es más profunda que otras teorías modernas.

En la Iglesia en general, es la referencia de los Concilios Trento y Vaticano I, y se le considera un modelo de estudio en el Vaticano II y en el Código de Derecho Canónico. Hoy en día, muchos escritos de los Papas se refieren constantemente a él.

Figura en el Calendario de Santos Luterano.

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Véase también

Kids robot.svg En inglés: Thomas Aquinas Facts for Kids

  • Tomismo
  • Summa Theologiae
  • Summa contra gentiles
  • Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino
  • Studiorum ducem, encíclica de Pío XI
    en el VI centenario de la canonización de Santo Tomás
  • Acción de gracias después de la comunión
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Tomás de Aquino para Niños. Enciclopedia Kiddle.