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Templanza para niños

Enciclopedia para niños

La templanza es una cualidad muy importante que nos ayuda a tener control sobre nosotros mismos. Se trata de ser moderado y evitar los excesos en lo que hacemos, decimos o sentimos. Es como tener un equilibrio interno que nos permite actuar de forma sensata.

Por ejemplo, la templanza nos ayuda a controlar la ira, a ser humildes en lugar de arrogantes, y a no gastar demasiado dinero o energía en cosas innecesarias. También nos enseña a mantener la calma y a pensar antes de actuar.

Muchos pensadores importantes, desde filósofos antiguos hasta psicólogos modernos, han hablado de la templanza como una virtud. Es decir, una cualidad positiva que nos hace mejores personas.

En el arte, la templanza a menudo se representa como una mujer que vierte agua de un recipiente a otro. Esto simboliza el equilibrio y la moderación. Es una de las virtudes más importantes en el pensamiento occidental, presente en la filosofía griega y en el cristianismo, así como en tradiciones de Oriente como el budismo y el hinduismo.

La templanza es una de las seis virtudes principales que estudia la psicología positiva, junto con la sabiduría, el valor, la humanidad, la justicia y la trascendencia. Se caracteriza por controlar los excesos y se manifiesta a través de cualidades como la modestia, la humildad, el autocontrol, la amabilidad y el perdón. Todas estas cualidades nos ayudan a manejar nuestros impulsos, como la vanidad o la ira.

La palabra "templanza" también se usa a veces para referirse a la decisión de no consumir alcohol, especialmente en relación con el Movimiento por la Templanza, que fue muy importante en el pasado.

¿Qué pensaban los filósofos sobre la templanza?

La templanza en la antigua Grecia

En la antigua Grecia, había dos palabras que se traducían como "templanza". Una era sôphrosune, que significaba principalmente autocontrol. La otra, enkrateia, fue usada por el filósofo Aristóteles para referirse al dominio que uno tiene sobre sí mismo o la autodisciplina.

El significado de la palabra "templanza" ha cambiado con el tiempo. En latín, tempero significaba medir (la fuerza o la ira), pero también se refería a un equilibrio o una mezcla adecuada. Por ejemplo, "templar una espada" era un proceso de calentar y enfriar el metal para hacerla más fuerte. El término latino también implicaba gobernar o controlar de forma moderada, sin usar fuerza excesiva.

Platón, otro gran filósofo griego, consideraba la templanza (o autocontrol) como una de las cuatro virtudes principales para una ciudad ideal. Aristóteles también compartía esta idea. En uno de los diálogos de Platón, llamado "Cármides", se intenta explicar la templanza, aunque no se llega a una definición única.

Las ideas de Aristóteles sobre la templanza

Aristóteles limitó el concepto de templanza a los placeres del cuerpo. La definió como "un punto medio con respecto a los placeres", diferente de la indulgencia excesiva. En su libro Ética a Nicómaco, explica que una persona templada desea las cosas correctas, de la manera correcta y en el momento adecuado. Esto es lo que guía la razón.

Según Aristóteles, la templanza, como otras virtudes, se aprende practicando. Es un estado de nuestro carácter, no solo una emoción. Se trata de elegir el punto medio entre el exceso y la falta de algo. Alcanzar este punto medio es difícil y se logra con la percepción, no solo con la lógica. Sentir placer al hacer cosas virtuosas es una señal de que hemos adquirido esta cualidad.

Marco Aurelio y la templanza

Marco Aurelio, un emperador romano y filósofo estoico, escribió en sus Meditaciones que la templanza es una virtud que se opone al amor por el placer. Él creía que la templanza nos distingue de los animales.

Para Marco Aurelio, nuestra capacidad de razonar debe entender nuestros deseos, en lugar de ser controlada por ellos. En sus escritos, aconseja: "No dejes volar la imaginación: controla el deseo: apaga el apetito: mantén tu capacidad de gobernar en tu propio poder".

Marco Aurelio admiraba a su padre, a quien recordaba como alguien "satisfecho en todas las ocasiones" y que "mostraba moderación en todas las cosas". Su padre no se preocupaba por lujos excesivos ni por la apariencia de sus posesiones. Marco Aurelio comparó a su padre con Sócrates, diciendo que ambos podían evitar o disfrutar de las cosas sin caer en excesos, lo cual es señal de una persona con un alma fuerte y equilibrada.

Tomás de Aquino y la templanza

Tomás de Aquino, un importante pensador medieval, definió la templanza como la virtud que se ocupa de los deseos de los placeres que sentimos con nuestros sentidos. Explicó que la templanza se relaciona con los placeres del tacto, como los de la comida.

Para Tomás de Aquino, la templanza no significa evitar todo placer, sino evitar los placeres que son excesivos o que van en contra de la razón. Por ejemplo, la comida, cuando se consume con templanza, satisface nuestras necesidades sin caer en la falta de moderación.

Michel de Montaigne y la templanza

El filósofo francés Michel de Montaigne también escribió que la templanza mejora nuestra alma. En su ensayo 'De la experiencia', dijo que la grandeza del alma no está tanto en alcanzar grandes cosas, sino en saber gobernarse y limitarse a uno mismo. Para él, es más importante preferir las cosas moderadas que las excesivas.

La templanza en el arte

Otros temas relacionados

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Temperance (virtue) Facts for Kids

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