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Italia fascista para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Reino de Italia
Regno d'Italia
Estado desaparecido e imperio colonial
1922-1943
Flag of Italy (1861-1946).svg
Greater coat of arms of the Kingdom of Italy (1929-1944).svg

Lema: Fides Est Regni Tutela
(En latín: La fe es la protección del Reino)
Himno:
«Marcia Reale d'Ordinanza»
(en italiano: «Marcha Real de Ordenanza»)
Italian Colonial Empire (orthographic projection).svg
Máxima extensión de la Italia fascista con sus territorios coloniales
Capital Roma
Entidad Estado desaparecido e imperio colonial
Idioma oficial Italiano
Superficie  
 • Total 3 798 000 km²
Religión Catolicismo
Moneda Lira italiana
Historia  
 • 31 de octubre
de 1922
Marcha sobre Roma
 • 25 de julio
de 1943
Caída del fascismo
Forma de gobierno Monarquía constitucional bajo una dictadura fascista totalitaria unipartidista
Rey
1900-1946
Víctor Manuel III de Italia
Presidente del Consejo de Ministros
1922-1943
Benito Mussolini
Miembro de Sociedad de Naciones (hasta 1936) y Potencias del Eje (1940-1943)
PIB (nominal)  
 • PIB per cápita

Crecimiento 3928 dólares (1922) Crecimiento 5246 dólares (1939)

(PPA a dólares internacionales de 2011)
Precedido por
Sucedido por
Reino de Italia (1861-1946) (1922)
(1943) República de Saló

La Italia fascista fue un período en la historia de Italia (1922-1943) en el que el Reino de Italia estuvo bajo un gobierno con ideas del fascismo. Este gobierno fue liderado por Benito Mussolini, quien fundó el movimiento fascista y el Partido Nacional Fascista.

El fascismo surgió después de la Primera Guerra Mundial. Fue una respuesta de algunos grupos nacionalistas a los movimientos de trabajadores y a las ideas liberales y democráticas que se vieron afectadas por la guerra.

El nombre "fascismo" viene de la palabra italiana fascio, que en latín significa "haz" o "unión". En la Antigua Roma, un fasces era un símbolo de poder y unión. El símbolo fascista, el fasces romano, representaba el poder del gobierno.

¿Qué ideas tenía el fascismo?

Archivo:Fasces lictoriae
El fascio littorio, símbolo del fascismo.

La Italia fascista ponía la idea de la nación por encima de la persona o de los grupos sociales. Eliminó las diferencias políticas para que solo hubiera un partido único y centralizó el poder, quitando importancia a las regiones.

Aunque el fascismo en Alemania tenía ideas sobre la raza, en Italia no fue así al principio (hasta 1938). El fascismo se conectó con movimientos artísticos como el futurismo y con ideas filosóficas. Muchos artistas y pensadores famosos de Italia, como Gabrielle D'Annunzio y Luigi Pirandello, se sintieron atraídos por él.

El fascismo se presentaba como una "tercera vía", diferente de las ideas de izquierda y derecha. Sin embargo, en la práctica, mezcló varias ideas políticas bajo un fuerte nacionalismo y un gobierno autoritario.

Una razón por la que se suele considerar al fascismo como un movimiento de derecha es su alianza con los grupos económicos más poderosos. También defendía valores tradicionales como el patriotismo y la religión para mantener el orden. Una vez en el poder, los grandes empresarios colaboraron con el fascismo, ya que este protegía el capital privado y fomentaba grandes empresas. El fascismo buscaba promover a los individuos más "fuertes" y eliminar a los "débiles". Esto significó apoyar a los empresarios exitosos y eliminar los sindicatos y otras organizaciones de trabajadores.

Por otro lado, algunos dicen que el fascismo era anticapitalista y tenía conexiones con ideas de izquierda, como un tipo de socialismo de Estado. Esto se debe a su programa económico que incluía el control del Estado (proteccionismo, nacionalización) y su forma de hablar. Sin embargo, el fascismo y los movimientos de izquierda eran rivales. El fascismo apelaba al pueblo y a las masas, especialmente a los trabajadores manuales, pero no permitía la libertad de asociación por grupos sociales. Los trabajadores eran vistos como "súbditos" del Estado y parte de la "patria".

Historia del fascismo en Italia

El inicio del movimiento fascista

A finales del siglo XIX, ya existían en Italia algunas organizaciones llamadas fascio, que significaban "la fuerza de la unión". La más importante fue el Fasci Siciliani (fascio siciliano, 1895-1896). Estas organizaciones no tenían una ideología única, pero sí ideas nacionalistas y revolucionarias.

El 1 de octubre de 1914, surgieron los Fasci d'Azione rivoluzionaria internazionalista, que querían que Italia entrara en la Primera Guerra Mundial contra los Imperios Centrales. Este grupo se unió con otro y se llamó Fasci d'azione rivoluzionaria, liderado por Benito Mussolini. El 24 de enero de 1915, se formó una organización a nivel nacional.

Cuando la Primera Guerra Mundial terminó en noviembre de 1918, Italia estaba entre los países ganadores. Sin embargo, en la conferencia de paz de Versalles en 1919, el gobierno italiano no consiguió todos los territorios que le habían prometido sus aliados. Esto causó mucha frustración en Italia.

En 1919, Mussolini reorganizó el grupo de Milán con el nombre de Fasci italiani di combattimento (Fasces Italianos de Combate). Estos grupos se hicieron conocidos por sus enfrentamientos en las calles contra huelguistas y otros opositores. Las clases medias y la alta burguesía, preocupadas por una posible revolución como la de Rusia, vieron en los fascistas de Mussolini una forma de detener los movimientos de trabajadores.

El nuevo movimiento quería "transformar la vida italiana, si era necesario con métodos revolucionarios". Se autodenominó "partido del orden", ganándose la confianza de la gente más rica y conservadora, que no quería protestas de trabajadores. Confiaban en los "fascios de combate" para enfrentar a los socialistas y comunistas.

Al principio, el movimiento no tenía una ideología clara. Mussolini no se decidía por una idea específica, sino que estaba en contra de todas las demás. Su intención era que el fascismo fuera una "tercera vía", basada en un nacionalismo extremo, el culto a la acción, el desprecio por la burguesía y una fuerte oposición al marxismo. Para esto, Mussolini usó ideas de filósofos como Friedrich Nietzsche y Giovanni Gentile.

Los años de los Squadristi

Archivo:March on Rome
Mussolini y camisas negras, en la "marcha sobre Roma" de octubre de 1922.
Archivo:Camera Lavoro 1922
La "Cámara del Trabajo" de Turín, oficina socialista incendiada por camisas negras, 19 de diciembre de 1922.

En el movimiento fascista participaron voluntarios, futuristas y excombatientes nacionalistas, que estaban muy desilusionados con la democracia y el liberalismo político. También estaban en contra de los socialistas, que se habían opuesto a la participación de Italia en la guerra.

Poco después de la fundación del fascismo, las "escuadras de acción" atacaron la sede de un periódico socialista. En pocos meses, las "escuadras fascistas" se extendieron por toda Italia, convirtiéndose en una fuerza paramilitar.

Durante dos años, Italia vivió muchos conflictos entre los movimientos políticos. Los socialistas querían tomar el poder, pero estaban divididos con los comunistas. Los fascistas se enfrentaron a estos grupos en las calles, con saqueos y destrucción de propiedades. Los gobiernos de la época no pudieron controlar ni las huelgas socialistas ni los ataques fascistas.

Mientras tanto, en 1919, el poeta Gabriele d'Annunzio lideró a un grupo de veteranos de guerra que tomaron la ciudad de Fiume (hoy Rijeka, en Croacia). Allí, D'Annunzio estableció un gobierno revolucionario para afirmar la "italianidad" de la ciudad. Esta acción sirvió de ejemplo para el movimiento fascista.

La acción fascista se caracterizó por su gran fuerza en los enfrentamientos con los socialistas. Aunque los socialistas eran más numerosos, estaban divididos sobre el uso de la fuerza, mientras que los fascistas no dudaban en usarla.

La campaña fascista, que buscaba destruir los centros de reunión de los opositores y asustar a los miembros del Partido Socialista Italiano, llevó a una crisis en el socialismo. En enero de 1921, el Partido Socialista Italiano se dividió, dando origen al Partido Comunista Italiano. El 12 de noviembre de 1921, se creó el Partido Nacional Fascista (PNF), transformando los grupos de combate en un partido político que aceptaba las leyes. En ese momento, el PNF tenía 300.000 miembros y mucho apoyo en regiones como Emilia-Romagna, Lombardía y Toscana. En estas regiones, las escuadras fascistas atacaban a socialistas y sindicatos, usando golpes y actos violentos que casi siempre quedaban sin castigo. En las elecciones del 15 de mayo de 1921, los fascistas obtuvieron 45 puestos en el parlamento.

La popularidad del partido creció aún más cuando los sindicatos del Partido Socialista Italiano convocaron una huelga general el 1 de agosto de 1922. Los fascistas, siguiendo órdenes de Mussolini, reemplazaron a los huelguistas y lograron que la protesta fracasara. Esto impresionó a los líderes empresariales de Italia, quienes vieron la ventaja de aliarse con el fascismo para detener una revuelta de izquierda.

En agosto de ese mismo año, los socialistas de Parma lograron resistir los ataques de las escuadras fascistas. Los gobiernos liberales y conservadores no querían aliarse con los socialistas ni con el recién creado Partido Popular. La amenaza del fascismo cambió todo, ya que los gobiernos de Bonomi y Facta no querían enfrentarse a los camisas negras. Temiendo una guerra civil, Luigi Facta intentó organizar una manifestación patriótica el 4 de noviembre de 1922, pero Mussolini decidió tomar el poder por la fuerza.

La Marcha sobre Roma

Marcha sobre Roma A mediados de octubre de 1922, Mussolini ordenó a todos los miembros del Partido Nacional Fascista que usaran la fuerza en todo el país. Lo lograron porque el ejército y la policía no intervinieron. Miles de fascistas se dirigieron a Roma por carretera y tren para tomar el poder. Armados con pocas pistolas, palos de acero y armas caseras, los camisas negras llegaron a las afueras de Roma desde el 22 de octubre, amenazando con una guerra civil si se les impedía el paso.

El 25 de octubre, miles de camisas negras ya estaban cerca de Roma. El primer ministro Luigi Facta pidió declarar el estado de sitio para detener a los fascistas con el ejército. Sin embargo, el rey Víctor Manuel III se negó a firmar la orden para evitar "una batalla entre italianos". En cambio, decidió llamar a Mussolini al poder para "neutralizarlo" más tarde. Pero Mussolini exigió ser el jefe de gobierno, y el rey Víctor Manuel aceptó. El 29 de octubre, Mussolini fue nombrado primer ministro. Viajó desde Milán en tren y formó su gobierno en Roma el 30 de octubre.

El fascismo se convierte en un gobierno autoritario

Archivo:Bundesarchiv Bild 102-06851, Mailand, Parade italienischer Frontkämpfer
Emanuele Filiberto de Saboya, Duque de Aosta, asiste a un desfile fascista frente al Palazzo Marino en Milán, en noviembre de 1928.

El 16 de noviembre, Mussolini se presentó en la Cámara de Diputados y dio su primer discurso como Presidente del Consejo de Ministros. Obtuvo la confianza del parlamento con 316 votos a favor y 116 en contra. Declaró que, aunque tenía el poder de cerrar el Parlamento y formar un gobierno solo de fascistas, no lo había hecho "en este primer momento".

El 25 de noviembre, el parlamento le dio a Mussolini plenos poderes en economía y administración hasta el 31 de diciembre de 1923, para "restablecer el orden". Esto le permitía gobernar por decreto sin la aprobación del parlamento. El 15 de diciembre de 1922, se reunió por primera vez el Gran Consejo Fascista.

El 14 de enero de 1923, los camisas negras se convirtieron en una fuerza paramilitar oficial del Estado, la Milizia Volontaria per la Sicurezza Nazionale ('Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional'). Luego, el 9 de junio, Mussolini presentó la Ley Acerbo, que cambiaba las reglas para las elecciones al parlamento.

La Ley Acerbo establecía que si un partido obtenía más del 25% de los votos, automáticamente conseguiría dos tercios de los asientos en el parlamento. El tercio restante se repartiría entre los demás partidos. Esto permitiría al Partido Nacional Fascista tener una mayoría absoluta en el parlamento, incluso con pocos votos, con el pretexto de "evitar el desgobierno". La ley fue aprobada el 18 de noviembre de 1923.

El 19 de diciembre de 1923, Mussolini presidió la firma de un acuerdo que hacía innecesarios los sindicatos no oficiales. También se crearon los Enti Comunali di Assistenza (ECA) para ayudar a los necesitados y a la infancia abandonada.

La economía después de la guerra

El primer desafío del gobierno fue la devaluación de la lira. La recuperación de la producción después de la Primera Guerra Mundial causó falta de materia prima, aumento de precios, desempleo y bajos salarios.

Para solucionar esto, Mussolini decidió en 1923 imprimir más moneda para pagar las deudas de guerra con Estados Unidos y Reino Unido. Esto causó más inflación y la lira perdió valor.

Se tomaron medidas para contrarrestar la situación: se vendió pan con menos harina, se añadió alcohol a la gasolina, se aumentó la jornada laboral a 9 horas sin subir salarios, se impuso un impuesto a los hombres solteros, se aumentaron los impuestos, se prohibió la construcción de casas de lujo, se aumentaron los controles fiscales, se redujo el costo de los periódicos, se congelaron los alquileres y se redujeron los precios de los billetes de tren y sellos. Estas medidas duraron poco tiempo, hasta 1925.

Política exterior

La política exterior italiana entre guerras se caracterizó por el deseo de ser una gran potencia y la insatisfacción con los resultados de los tratados de paz de la Primera Guerra Mundial. Italia sentía que no había sido compensada por sus sacrificios. Las ganancias territoriales fueron mínimas en comparación con lo que Italia esperaba en África y los Balcanes. El deseo de Mussolini de expandir el imperio se basó en estas aspiraciones territoriales.

La decepción de Italia con los tratados de paz, que consideraba una "victoria incompleta", llevó a querer revisarlos. Esto causó conflictos con Francia, que defendía los tratados. La rivalidad entre ambos países también se extendía a la competencia por las colonias y al poder naval.

Dos áreas de interés para Italia eran los Balcanes y el Mediterráneo. Controlar el Mediterráneo era una necesidad estratégica, lo que llevó a buscar el dominio de territorios costeros e islas como el Dodecaneso. El interés en los Balcanes complementaba el deseo de controlar el Mediterráneo y evitar el surgimiento de una potencia eslava rival.

Italia buscó controlar Albania por su ubicación estratégica. Ahmed Zogu, presidente de Albania con apoyo yugoslavo, cambió de bando y pactó con los italianos. Un pacto de amistad y seguridad en 1927 aumentó la influencia italiana en Albania.

En julio de 1923, en la Conferencia de Lausana, se reconoció el dominio italiano sobre el Dodecaneso, que Italia había ocupado desde 1912.

El 28 de agosto de 1923, ocurrió un incidente en el que una expedición militar italiana fue atacada. Mussolini envió un ultimátum a Grecia pidiendo compensaciones. Tras el rechazo griego, Mussolini ordenó a la marina de guerra italiana que tomara la isla griega de Corfú. La isla fue bombardeada el 31 de agosto y ocupada por infantería italiana hasta el 30 de septiembre, cuando se llegó a un acuerdo con Grecia.

Con esta acción, Mussolini contentó a sus seguidores nacionalistas y aumentó su popularidad al mostrar una política exterior fuerte.

El 27 de enero de 1924, se firmó el Tratado de Roma entre Italia y el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, que reconocía la soberanía italiana sobre el Estado Libre de Fiume. El régimen de Mussolini inició una "italianización" de los territorios fronterizos, buscando que la población eslava adoptara la cultura italiana.

Mussolini intentó crear una alianza balcánica con Hungría, Bulgaria y Rumanía, pero no tuvo éxito. Luego, concibió otra alianza con Italia, Austria y Hungría para extender la influencia italiana en Centroeuropa. Las relaciones con Hungría eran buenas, y en abril de 1927, se firmó un tratado de amistad. Para incluir a Austria, Mussolini apoyó a la Heimwehr. Sin embargo, la disputa por el Tirol meridional tensó las relaciones. A finales de 1936, Mussolini cambió su política exterior y pactó con Hitler, permitiendo la anexión de Austria en marzo de 1938.

Crisis política y "Secesión del Aventino"

Para las elecciones del 6 de abril de 1924, Mussolini aprobó una nueva ley electoral (Ley Acerbo) que permitía al partido con el 25% de los votos obtener 2/3 de los asientos en la Cámara de Diputados. La campaña electoral estuvo marcada por la tensión y las intimidaciones de los camisas negras. Mussolini obtuvo el 64,9% de los votos gracias a una coalición liderada por el Partido Nacional Fascista.

El 30 de mayo de ese año, el diputado socialista Giacomo Matteotti criticó duramente los resultados de las elecciones, acusando al régimen fascista de intimidar a los votantes. El 10 de junio de 1924, Matteotti fue secuestrado.

Poco después, los periódicos relacionaron el crimen con fascistas cercanos al gobierno. Durante unos días, pareció que la indignación pública podría derrocar al gobierno. La oposición se retiró de la Cámara, en un evento llamado "Secesión del Aventino", negándose a participar en un gobierno autoritario. La crisis se agravó cuando el 16 de agosto se encontró el cuerpo de Matteotti. Políticos importantes pidieron al rey que destituyera a Mussolini, pero el rey Víctor Manuel III se negó, diciendo que sus "ojos y oídos" eran la Cámara y el Senado, y Mussolini aún tenía mayoría.

Después de la "Secesión del Aventino", los parlamentarios fascistas siguieron asistiendo al parlamento y no convocaron nuevas elecciones. El régimen fascista se apoyó en su mayoría parlamentaria y en la fuerza de la Milicia Fascista. Muchos intelectuales y opositores políticos huyeron a otros países.

El 3 de enero de 1925, en la Cámara de Diputados, Mussolini dio un famoso discurso en el que asumió la responsabilidad por los hechos de fuerza:

Declaro aquí, a esta Asamblea y al pueblo italiano, que asumo, solo yo, la responsabilidad política, moral, histórica, de todo lo sucedido. ¡Si las palabras más o menos son suficientes para colgar a un hombre, traigan el poste y la cuerda! ¡Si el fascismo no ha sido más que aceite de ricino y porra en vez de una pasión arrogante de la mejor juventud italiana, es mía la culpa! ¡Si el fascismo ha sido una asociación criminal, si las violencias han sido resultado de un determinado clima histórico, político y moral, denme a mí la responsabilidad de esto, porque este clima histórico, político y moral lo he creado yo con una gran propaganda desde sus inicios hasta hoy
Archivo:Inaugurazione Littoria 001
Inauguración de la ciudad de Littoria en 1932.

Con este discurso, Mussolini se declaró un líder con poder absoluto. El 21 de junio de 1925, Mussolini pidió a los camisas negras que dejaran la fuerza y se integraran en el Estado. El poder ejecutivo se fortaleció con una reforma de la policía, que ahora estaba en manos de fascistas.

El 20 de octubre de 1925, Mussolini nombró a Cesare Mori como prefecto de Palermo con poderes especiales para detener los problemas de grupos organizados en Sicilia. Mori logró resultados importantes, pero pronto se descubrieron conexiones de estos grupos con algunos miembros del gobierno fascista. Mori fue destituido para evitar más problemas, y la propaganda fascista afirmó que los problemas habían sido eliminados.

Con una ley de 1925, se establecieron nuevas normas de higiene laboral para las empresas, que debían ofrecer servicios sanitarios y proteger a mujeres y menores de cargas excesivas. Los contratos nacionales de trabajo se hicieron ley, y los empleadores solo podían hacer contratos individuales si ofrecían mejores condiciones. Con estas medidas, el gobierno de Mussolini buscaba satisfacer las demandas de los trabajadores para mostrar que los sindicatos no oficiales eran "inútiles" y debilitar a socialistas y comunistas.

El 1 de mayo de 1925, nació la Opera Nazionale Dopolavoro (OND), para "promover el buen uso del tiempo libre de los trabajadores". Así, el Estado también podía controlar el tiempo libre de la gente.

La batalla del trigo

El 11 de junio de 1925, Mussolini anunció la «batalla del trigo». Esta campaña buscaba que Italia produjera suficiente trigo para no depender de las importaciones (que causaban el 50% del déficit comercial). También buscaba la autosuficiencia en todos los productos agrícolas. Para esto, se enseñó a los campesinos nuevas técnicas de cultivo y se luchó contra las plagas.

El programa duró hasta 1931 y aumentó mucho la producción de trigo, reduciendo el gasto en importaciones. Italia alcanzó un récord mundial de productividad de trigo por metro cuadrado. Sin embargo, nunca se logró la autosuficiencia total, y los altos costos del programa (especialmente las ayudas a los grandes propietarios) hicieron que fuera un gasto excesivo. Además, la preferencia por el trigo causó una disminución en la producción de carne, leche, vegetales y cebada, lo que afectó negativamente la economía rural a largo plazo.

Este proyecto fue posible gracias a la recuperación de terrenos pantanosos entre 1928 y 1932, incluso cerca de Roma, donde se fundaron ciudades como Littoria y Sabaudia. Estas nuevas ciudades se crearon para aprovechar recursos naturales, como Carbonia para la extracción de carbón. También se implementó un programa de salud para combatir la malaria.

Las leyes fascistísimas

Archivo:Ubi Rex, ibi Lex - ubi Dux, ibi Lux - Municipio di Bressanone
Celebración fascista en Bressanone, 1930
Archivo:Piazza san sepolcro 1919
Conmemoración en la Piazza San Sepolcro de Milán, con la presencia de Mussolini, en 1936

Entre 1925 y 1926, se publicaron leyes que limitaban las libertades personales. Se prohibieron todos los partidos políticos y sindicatos no fascistas, se eliminó la libertad de prensa, de reunión y de expresión. Se restableció la pena de muerte para ciertos delitos políticos y se creó un "Tribunal Especial" con amplios poderes para enviar al exilio interno a las personas que no agradaban al gobierno.

Las leyes fascistísimas, inspiradas por el jurista Alfredo Rocco, dieron al gobierno autoritario un fuerte apoyo legal y una organización para controlar casi por completo la vida de los italianos.

Una ley de 1925 obligaba a todas las organizaciones en Italia a declarar sus estatutos, reglas y listas de miembros. Si no lo hacían o mentían, podían ser disueltas y sus miembros encarcelados o multados. Así, el gobierno conoció y controló todas las asociaciones no gubernamentales.

Archivo:Fascist italianization
Cartel de los escuadristas fascistas en la localidad Istriana de Vodnjan (Dignano en italiano), ordenando emplear exclusivamente la lengua italiana en público, la prohibición de la lengua eslava tanto hablada como cantada, bajo la amenaza de los escuadristas de hacer respetar esta orden de prohibición "con métodos persuasivos".

Una ley de 1925 estableció que los funcionarios públicos que no juraran lealtad al Estado italiano serían despedidos. Ese mismo día, se cambió el título de "presidente del consejo" a "jefe de gobierno, primer ministro y secretario de Estado". El "jefe de gobierno" era nombrado o destituido solo por el rey y era responsable solo ante él. Los ministros eran responsables ante el rey o ante Mussolini. La ley de prensa de 1925 declaró ilegales a los periódicos sin un responsable legal reconocido por el prefecto, lo que puso todas las publicaciones bajo vigilancia del gobierno. Una ley de 1926 dio a Mussolini la "facultad de adoptar normas jurídicas sin aprobación parlamentaria previa", estableciendo así un gobierno autoritario.

Con una ley de 1926, se eliminaron los consejos comunales y los alcaldes en los municipios. El alcalde fue reemplazado por la figura del podestà, nombrado por el gobierno central, eliminando la elección popular de los gobiernos municipales. El 3 de abril de 1926, se prohibió el derecho a huelga y solo los sindicatos reconocidos por el Estado podían firmar contratos colectivos. El 8 de julio de 1926, se creó el "Ministerio de las Corporaciones", dirigido por el propio Mussolini.

Para controlar a los opositores, el gobierno de Mussolini los enviaba a pequeñas islas o a pueblos remotos en el sur de Italia. Esta medida se aplicaba a cualquiera considerado una "amenaza para el orden". Más de quince mil personas fueron enviadas a "residencia forzada". Entre ellos, políticos y artistas famosos como Antonio Gramsci y Cesare Pavese. Se calcula que 177 opositores murieron mientras estaban en confinamiento.

El 1 de mayo de 1925, nació la Opera Nazionale Dopolavoro (OND), para "promover el buen uso del tiempo libre de los trabajadores".

La relación con la Iglesia católica

La relación entre el fascismo y el catolicismo fue complicada. Mussolini se había declarado ateo y no mostraba mucho respeto por la religión, pero entendió que para gobernar Italia no debía enemistarse con los católicos.

A pesar de las ideas anticlericales de los fascistas, Mussolini aseguró a la Santa Sede que los clérigos católicos "nada debían temer de él". La Iglesia católica en Italia, aunque no aceptaba la ideología fascista por su culto a la acción y su desprecio por la religión, la prefirió como una alternativa "menos dañina" que el comunismo. El Partido Popular Italiano, precursor de la democracia cristiana, también fue declarado ilegal en 1925, dejando a la Iglesia católica sin opciones reales para oponerse al régimen.

A pesar de esta desconfianza, el 11 de febrero de 1929, Mussolini firmó los famosos Pactos lateranenses. Estos pactos reconocieron mutuamente al Reino de Italia (1861-1946) y a la Ciudad del Vaticano. Mussolini obtuvo ventajas políticas al resolver la Cuestión romana (un conflicto que existía desde 1870) y lograr que la Iglesia católica reconociera la legitimidad del Estado italiano.

Al ratificar el acuerdo de 1929, la religión católica se convirtió en la religión oficial de Italia, se estableció la enseñanza obligatoria del catolicismo en las escuelas y se reconoció la soberanía y la independencia de la Santa Sede. El régimen fascista incluso eliminó la fiesta nacional del 20 de septiembre, que recordaba la toma de Roma y la derrota de los Estados Pontificios en 1870, para facilitar la reconciliación con la Iglesia.

La Iglesia reforzó su presencia en las organizaciones juveniles fascistas, la escuela y el ejército. Esta buena relación se vio el 9 de enero de 1932, cuando el papa Pío XI concedió a Mussolini la Orden de la Espuela de Oro. La visita de Mussolini a la Santa Sede fue considerada muy importante.

La unión entre la Santa Sede y el gobierno se manifestó en el apoyo de gran parte de la Iglesia católica a las operaciones militares fascistas en Etiopía. Muchos obispos italianos, simpatizantes de Mussolini, consideraron la invasión de Abisinia como una misión.

La propaganda

Archivo:Olympische Spelen te Rome, sintelbaan in het Stadio dei Marmi, Bestanddeelnr 911-5253
Palacio del Comité Olímpico de Italia, Roma

Desde principios de los años 30, la propaganda de Mussolini buscaba fortalecer su poder mostrando el "poderío" de Italia en cultura, economía, ejército y deportes. Para esto, se construyeron grandes edificios y se impulsaron instalaciones deportivas como estadios, especialmente en Roma.

En 1930, el régimen apoyó un nuevo deporte llamado volata, una mezcla de fútbol y rugby, con fines de propaganda para mostrar un "deporte realmente italiano". Sin embargo, no fue popular, y Mussolini dejó de promoverlo. El régimen fascista logró organizar la Copa Mundial de Fútbol de 1934, que ganó el equipo italiano.

También se construyeron grandes edificios como el complejo arquitectónico EUR en Roma, iniciado en 1936, donde Mussolini planeaba una "Exposición Universal" en 1942 (que nunca se realizó). Desde 1924, existía el Istituto Luce, una entidad estatal que producía cine para difundir la propaganda fascista. En 1937, se fundaron los estudios de Cinecittà en Roma para producir películas favorables al régimen.

En este ambiente de propaganda, se realizaron expediciones de aviación para aumentar el prestigio de Italia. En 1933, Italo Balbo organizó un famoso vuelo sobre el Atlántico Norte con 25 hidroaviones. Esta expedición aumentó el prestigio italiano en el mundo y dio gran fama a Balbo.

El nacimiento del Imperio

Imperio colonial italiano

Bloque Latino

Bloque Latino En 1927, Mussolini propuso formar un "Bloque Latino" con Italia, Francia, España y Portugal, basado en su cultura común. La propuesta no prosperó entonces, pero en los años 30, el primer ministro francés Pierre Laval apoyó la idea. La propuesta se volvió a discutir durante la Segunda Guerra Mundial, pero nunca se formalizó.

La invasión de Abisinia

Segunda guerra ítalo-etíope

Archivo:Imperio italiano es
Mapa del imperio colonial italiano. En rojo están las posesiones italianas antes de la Segunda Guerra Mundial. En rosa los territorios capturados temporalmente después de septiembre de 1939.
Archivo:Gran Consiglio Fascismo
El "Gran Consejo Fascista" reunido en 1936 para la "proclamación del Imperio".

Desde 1932, el gobierno fascista buscaba excusas para atacar el reino africano de Abisinia, que limitaba con las colonias italianas de Eritrea italiana y Somalia italiana. Italia ya había intentado conquistar Abisinia en 1895, pero fue derrotada. Mussolini quería expandir el prestigio del régimen y vengar la derrota anterior.

En diciembre de 1934, hubo un enfrentamiento en la frontera entre soldados somalíes (al servicio de Italia) y soldados abisinios. Italia acusó a Abisinia, pero la Sociedad de Naciones no culpó a ninguno de los bandos.

El 2 de octubre de 1935, con el pretexto de una disputa fronteriza, Italia lanzó una invasión militar contra Abisinia desde Eritrea y Somalia. Las tropas italianas usaron armamento moderno (carros blindados y aviones), mientras que las tropas abisinias tenían armas antiguas.

Después de varias derrotas abisinias, las tropas italianas entraron en la capital, Adís Abeba, el 5 de mayo. El emperador etíope Haile Selassie tuvo que huir. El 9 de mayo de 1936, las columnas italianas se unieron, completando la conquista de Abisinia. Esa misma tarde, Mussolini anunció la "fundación del Imperio" desde el balcón del Palazzo Venezia en Roma. El rey Víctor Manuel fue proclamado "Emperador de Etiopía".

El 11 de octubre de 1935, la Sociedad de Naciones sancionó a Italia por su invasión de Etiopía. La sanción, que entró en vigor el 18 de noviembre, incluía:

  • Prohibición de armas y municiones.
  • Prohibición de préstamos a Italia.
  • Prohibición de importar productos italianos.
  • Prohibición de exportar a Italia materia primas esenciales para la guerra.

Sin embargo, la lista de bienes embargados no incluía petróleo ni productos de hierro y acero, que eran muy necesarios para la industria de guerra italiana. Empresas de Francia, Reino Unido, Estados Unidos y Alemania continuaron exportando a Italia. El gobierno de Mussolini respondió continuando su acción militar y retirándose de la Sociedad de Naciones en 1937. La guerra terminó con el frente de Stresa y acercó a Italia a Alemania.

Italia y Centroeuropa

Aunque Alemania e Italia querían cambiar la Europa de los tratados de paz, sus deseos de expansión en el centro del continente causaron tensiones hasta mediados de los años 30. El principal conflicto fue por el control de Austria, un país fronterizo clave. Mussolini se opuso a que Alemania se anexara Austria hasta poco antes de la Segunda Guerra Mundial. Para Italia, Austria era una base para extender su influencia.

A principios de la década, Italia influyó en la política austriaca colaborando con la Heimwehr. Los intentos de que Hitler aceptara esta situación fracasaron, y las relaciones se tensaron después de un intento de golpe de Estado en el que el canciller austriaco fue asesinado. Después de intentar sin éxito una alianza con Reino Unido y Francia para mantener la independencia austriaca, a finales de 1936, Mussolini cambió su política exterior y pactó con Hitler. A cambio de mejorar las relaciones, Mussolini tuvo que permitir la anexión de Austria en marzo de 1938.

La intervención en España

Presencia militar italiana en Mallorca Cuando comenzó la guerra civil en España el 18 de julio de 1936, con la rebelión del general Francisco Franco, Mussolini recibió una petición de ayuda de los rebeldes. Mussolini aceptó y envió aviones y material militar. Se formó un grupo especial de tropas italianas llamado Corpo Truppe Volontarie (CTV), que supuestamente eran "voluntarios anticomunistas". En realidad, el CTV estaba formado por militares profesionales y camisas negras, y un grupo aéreo llamado Aviazione Legionaria, que llegó a tener más de 40.000 hombres. Italia intervino en España para intentar anexar las Islas Baleares y Ceuta, y crear un estado aliado en España. Italia quería las Islas Baleares por su posición estratégica, que le permitiría interrumpir las comunicaciones entre Francia y sus colonias, y la ruta británica entre Gibraltar y Malta.

Desde la llegada de las primeras tropas italianas a Mallorca en agosto de 1936, la isla se convirtió en una base militar italiana, con bases aéreas y puertos. Aunque no fue una ocupación oficial, las banderas italianas ondearon en la isla. Durante los primeros meses, el líder fascista Arconovaldo Bonaccorsi fue enviado a Mallorca al frente de una fuerza de camisas negras y oficiales del ejército, actuando como representante italiano.

Las tropas del CTV participaron en las campañas del bando sublevado desde 1936 hasta 1939. En marzo de 1937, las fuerzas del CTV sufrieron una derrota importante en la Batalla de Guadalajara, lo que afectó el prestigio del régimen fascista. Como resultado, el gobierno de Francisco Franco puso al CTV bajo el mando del ejército rebelde español. A pesar de esto, Mussolini insistió en mantener el CTV en España, esperando borrar el mal recuerdo de Guadalajara con nuevas victorias.

Al terminar la guerra, Mussolini esperaba que Franco permitiera a Italia usar los puertos de las Islas Baleares como bases para la Marina italiana. Sin embargo, la presión diplomática del Reino Unido y el poco interés de Franco hicieron que el dictador español rechazara la idea. El nuevo gobierno español comenzó a pagar a Italia la deuda de guerra por la ayuda militar, pero los pagos no fueron constantes ni grandes. En contraste, Alemania nazi no pidió bases, pero sí obtuvo grandes privilegios comerciales y financieros, y acceso a materia primas españolas como el hierro y el cobre.

El "Pacto de Acero" con Alemania

Desde 1938, se sentía que la guerra se acercaba en Europa. El Tercer Reich ya se había anexado Austria, y después de los Acuerdos de Múnich, Francia y el Reino Unido permitieron que Alemania se anexara la región de los Sudetes y luego toda Checoslovaquia. Alemania también había abandonado la Sociedad de Naciones y rechazado el Tratado de Versalles, y apoyaba a los rebeldes en la guerra civil española. Por eso, una alianza entre Italia y Alemania parecía muy probable.

Cuando se supo el 15 de marzo de 1939 que las tropas alemanas invadían territorio checo sin reacción franco-británica, Mussolini quedó impresionado y ordenó que las tropas italianas invadieran Albania lo antes posible.

Así, en solo dos días (7-8 de abril de 1939), con 22.000 hombres y 140 tanques, las fuerzas armadas italianas ocuparon Albania. La capital, Tirana, fue conquistada el 9 de abril. Inmediatamente se estableció la Albania Italiana, un protectorado italiano. La monarquía del rey Zog I fue derrocada y Víctor Manuel III fue proclamado "rey de Albania".

El 22 de mayo, se firmó el Pacto de Acero entre Alemania nazi y el Reino de Italia. Este pacto significaba que la guerra era inminente y comprometía a Italia a apoyar a Alemania en caso de cualquier ataque. Algunos miembros del gobierno italiano se opusieron a esta alianza tan estrecha.

La Segunda Guerra Mundial

Segunda Guerra Mundial El 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia. El ejército alemán conquistó rápidamente el territorio polaco. Como resultado, Francia y Gran Bretaña declararon la guerra a Alemania el 3 de septiembre de 1939. Benito Mussolini declaró a Italia como "no beligerante" en septiembre de 1939, siguiendo el consejo de su yerno Galeazzo Ciano, Ministro de Asuntos Exteriores, evitando que Italia se involucrara en la guerra desde el principio.

Luego, Alemania se centró en el norte, invadiendo Dinamarca y Noruega en abril de 1940, y luego en el oeste, contra los Países Bajos y Francia a través de Bélgica.

Entrada de Italia en la guerra

En junio de 1940, Mussolini se impresionó por la rápida victoria alemana sobre Francia. Se convenció de que una alianza nazi-fascista ganaría pronto, y pensó en una nueva división de Europa. Por eso, la Italia Fascista declaró la guerra a Francia y Reino Unido el 10 de junio de 1940, justo cuando el ejército alemán estaba a punto de tomar París. Mussolini y muchos líderes fascistas creían que, una vez derrotada Francia, el Reino Unido se rendiría pronto, permitiendo a Italia obtener ganancias territoriales como Malta, Sudán, Alta Saboya, Túnez Francés y la Somalilandia Británica. Por eso, era necesario entrar en la guerra de inmediato junto a Alemania.

El 21 de junio, cuatro días después de que el gobierno francés pidiera un armisticio a los alemanes, 325.000 soldados italianos invadieron los Alpes franceses. La acción fue mal vista por la opinión pública internacional, ya que se lanzó una campaña contra un enemigo ya derrotado. El presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt la llamó una "puñalada por la espalda". La campaña italiana fue un fracaso, a pesar de que las fuerzas francesas estaban desmoralizadas y eran menos numerosas. Después de tres días de lucha, las divisiones italianas avanzaron solo 2 km, sufriendo 6.029 bajas (la mayoría por enfermedades y accidentes) contra 254 bajas francesas.

El 24 de junio, se firmó el armisticio entre Italia y Francia. Este acuerdo desmilitarizó una zona francesa de 50 km cerca de la frontera, pero solo permitió a los italianos ocupar las zonas que realmente controlaban en la fecha del armisticio. Esto significaba que la "ocupación italiana en Francia" se reducía al pequeño pueblo fronterizo de Menton y sus alrededores.

Después de este mal resultado, Mussolini planeó un ataque a gran escala sobre Malta (posesión británica) desde julio, usando sus fuerzas navales y la Regia Aeronautica. Quería someter a la isla a un fuerte bloqueo para anular sus defensas y luego tomarla por asalto. Los ataques italianos no usaron todo su potencial desde el principio, y el gobierno británico logró reforzar las defensas de Malta, dificultando cualquier desembarco italiano.

En el África Oriental Italiana, las tropas italianas de Eritrea y Somalia lanzaron una rápida campaña en julio contra las posesiones británicas de Kenia y el Sudán Anglo-Egipcio, ganando algunos territorios hasta septiembre. Al mismo tiempo, los italianos atacaron la Somalilandia Británica el 3 de septiembre de 1940, aprovechando su superioridad numérica. Después de tres semanas de lucha, las guarniciones británicas fueron derrotadas y tuvieron que evacuar Somalilandia o rendirse.

Campañas coloniales y en el Mediterráneo

La situación del África Oriental Italiana era difícil porque, después de que los británicos cerraran el Canal de Suez en junio de 1940, Italia no podía abastecer su colonia más lejana. El virrey italiano, el duque Amadeo de Aosta, admitió la situación y decidió abandonar zonas difíciles de defender para ahorrar tropas y municiones, previendo una ofensiva británica.

De la misma manera, tropas del Regio Esercito invadieron el Reino de Egipto el 9 de septiembre de 1940. Las fuerzas británicas fueron derrotadas en las zonas fronterizas, pero formaron buenas posiciones defensivas, y el avance italiano se detuvo después de 70 kilómetros, en Sidi Barrani.

Al no lograr una victoria clara en Malta ni en Egipto, Mussolini tenía poco de qué presumir ante Hitler en su reunión en Florencia el 24 de octubre de 1940. Pero desde agosto, el alto mando del Regio Esercito había planeado un ataque contra Grecia y se lo comunicaron a Mussolini. Aunque los jefes militares italianos consideraban el ataque a Grecia como un objetivo a medio plazo, Mussolini impuso que se ejecutara el 28 de octubre, al saber que Alemania había conseguido bases militares en Reino de Rumanía desde principios de septiembre de 1940.

Después de un ultimátum de Mussolini al líder griego Ioannis Metaxas el 28 de octubre, las tropas italianas invadieron el norte de Grecia, entrando en la región del Epiro sin avisar a su aliado alemán. Las divisiones italianas pronto tuvieron dificultades debido a la inesperada resistencia griega, la falta de equipo militar adecuado y la mala preparación del plan de combate.

Después de un mes de campaña, las fuerzas griegas no solo habían detenido a los invasores italianos, sino que incluso habían contraatacado con éxito, entrando en la Albania Italiana. Las tropas italianas lanzaron varias contraofensivas en enero de 1941, pero no lograron romper la resistencia griega, lo que se complicó por el invierno en las montañas del Epiro.

Mientras tanto, Malta no pudo ser tomada ni neutralizada gracias a la resistencia británica. Además, la Regia Marina italiana sufrió un duro golpe el 11 de noviembre, cuando aviones británicos atacaron la flota italiana en Tarento y hundieron un acorazado, dañando gravemente otros dos buques de guerra.

Derrotas italianas

Archivo:Italian soldiers taken prisoner during Operation Compass
Soldados italianos tras rendirse a los británicos en la Operación Compass, enero de 1941
Archivo:Captured L3 and L3 cc tankettes
Tanquetas italianas capturadas por los británicos en Libia, enero de 1941.
Archivo:The Campaign in East Africa 1941 E2367
Tropas británicas derriban un monumento fascista en Kismayu, Somalia, el 11 de abril de 1941.

La situación militar en Egipto también empeoró para los italianos. Fuerzas británicas lanzaron una campaña el 9 de diciembre de 1940 contra las posiciones italianas en Egipto y las derrotaron decisivamente. Luego, tropas del Imperio Británico entraron en la Libia italiana y continuaron derrotando a las fuerzas italianas, tomando Bengasi, Derna y Tobruk, y avanzando más de 300 kilómetros en territorio libio. En esta campaña, el Regio Esercito perdió su Décimo Ejército, con 3.000 bajas y 120.000 prisioneros. Ante este desastre, desde febrero de 1941, un gran grupo militar alemán llamado Afrika Korps, al mando del general Erwin Rommel, fue enviado a Libia para apoyar a Italia.

En enero de 1941, se reinició la ofensiva británica en África Oriental. Los reclutas etíopes bajo mando italiano comenzaron a desertar. El mando británico usó tropas de varios países. Los italianos comenzaron a retirarse de posiciones indefendibles: abandonaron Mogadiscio y Kismayu en febrero, junto con toda Somalia y Somalilandia. En marzo, se retiraron de sus conquistas en Sudán y Kenia, y en abril, sus defensas se concentraron en el Macizo etíope.

A pesar de la valentía de las tropas italianas, los británicos avanzaron y el 5 de abril de 1941 tomaron Adís Abeba. Las defensas italianas en las montañas comenzaron a fallar por la grave escasez de municiones y alimentos. El 20 de mayo, el propio duque Amadeo de Aosta se rindió en Amba Alagi con un gran número de soldados. Con esto, desapareció el África Oriental Italiana, aunque algunos grupos de resistencia continuaron hasta la rendición final en Gondar el 27 de noviembre de 1941.

Al aumentar la resistencia griega en Epiro, Hitler se vio obligado a enviar ayuda militar a los italianos en Grecia. La campaña balcánica de los italianos continuó hasta que el ejército alemán lanzó su campaña en los Balcanes en abril de 1941, invadiendo con éxito el Reino de Yugoslavia y el Reino de Grecia en tres semanas. Después, las tropas italianas ocuparon grandes zonas de Dalmacia, Eslovenia y Montenegro.

En la guerra naval, la Batalla del Cabo Matapán el 27 de marzo de 1941 fue otra victoria británica que quitó a la Regia Marina toda pretensión de dominio en el Mediterráneo, causándole graves pérdidas: Italia perdió dos destructores, tres cruceros y 3.000 hombres.

Intervención alemana

Archivo:Bundesarchiv Bild 101I-783-0104-09, Nordafrika, italienische Soldaten auf dem Marsch
Soldados italianos en el norte de África, abril de 1941

Los graves problemas militares de Italia en tierra y mar mostraron al gobierno fascista la debilidad económica e industrial del país, así como la poca preparación de sus fuerzas armadas. Esto contrastaba con la gran superioridad militar de Alemania. Además, Italia había impuesto medidas de racionamiento y austeridad a la población civil que no se veían reflejadas en los campos de batalla, lo que redujo mucho la popularidad del gobierno.

Para evitar un colapso italiano en Libia, el líder alemán Adolf Hitler envió un importante grupo de tanques al mando del general Erwin Rommel para rechazar las ofensivas británicas y avanzar hacia el Canal de Suez. Aunque el grupo alemán, llamado Afrika Korps, estaba nominalmente subordinado al ejército italiano, su superioridad técnica y logística hizo que operaran de forma independiente.

A pesar de los desastres del primer año de guerra, en junio de 1941, Mussolini insistió en enviar unidades del Regio Esercito para apoyar la ofensiva alemana en la URSS. Este grupo, llamado ARMIR, llegó a tener diez divisiones, pero siempre estuvo muy mal equipado para el invierno y con armas de baja calidad. Dependió de la logística alemana, lo que causó más problemas para Mussolini.

En África del Norte, las tropas ítalo-alemanas avanzaron desde abril de 1941 con el apoyo de Alemania, especialmente por la habilidad del general Rommel al frente del Afrika Korps y el apoyo aéreo de la Luftwaffe. Llegaron a sitiar el puerto libio de Tobruk y alcanzaron la frontera libio-egipcia. En mayo y junio de 1941, los ítalo-alemanes rechazaron dos contraofensivas británicas.

En diciembre de 1941, los británicos lograron romper el sitio de Tobruk, pero en enero de 1942, Rommel planeó una gran contraofensiva que reocupó Bengasi y amenazó Tobruk. En junio de 1942, los ítalo-alemanes lograron su mayor victoria en Gazala y retomaron Tobruk. Sin embargo, los avances del Eje causaron grandes pérdidas de hombres y material que no podían ser recuperadas rápidamente. Los convoyes de apoyo de la Regia Marina eran atacados fácilmente por la RAF desde Malta, lo que afectó gravemente la logística del Afrika Korps y causó acusaciones entre los mandos alemanes e italianos.

Finalmente, a fines de octubre de 1942, los ítalo-alemanos fueron derrotados decisivamente en la Batalla de El Alamein, donde el Afrika Korps sufrió graves pérdidas. Después, las tropas británicas lanzaron una fuerte contraofensiva y a fines de enero de 1943 tomaron Trípoli, ocupando toda la colonia de Libia. Las últimas fuerzas ítalo-alemanas lucharon en Túnez a pesar de su inferioridad, hasta que a principios de mayo de 1943 fueron completamente derrotadas y tuvieron que rendirse a los estadounidenses. Los Aliados occidentales se prepararon para un ataque directo a Italia.

Al mismo tiempo, en diciembre de 1942 y enero de 1943, el ARMIR fue duramente derrotado por la contraofensiva soviética en la Batalla de Stalingrado, perdiendo casi la mitad de sus hombres y casi todo su material de guerra. Después del desastre, los sobrevivientes del ARMIR fueron enviados de vuelta a Italia en febrero de 1943.

Crisis del gobierno fascista

Caída del fascismo La situación militar del Eje a principios de 1943 era muy difícil: Italia había perdido todo su imperio colonial, su flota había sido casi destruida en el Mediterráneo, y solo mantenía una pequeña posición en Túnez. Alemania sufría una grave derrota en Stalingrado y perdía sus avances en el Cáucaso y Ucrania.

En Italia, el descontento crecía entre la gente por las constantes derrotas, las dificultades de la vida diaria y la gran dependencia de los alemanes. Este descontento se extendió a los líderes fascistas, como Galeazzo Ciano y Dino Grandi, quienes se oponían a seguir la guerra junto a Alemania. La economía italiana sufría los efectos de una guerra para la que no estaba preparada, y dependía de Alemania para materia primas y como mercado.

En este contexto, el 9 de julio de 1943, las tropas británicas y estadounidenses lanzaron la invasión aliada de Sicilia, el primer avance sobre el territorio de un país del Eje. La situación política en Italia se volvió muy tensa, ya que el avance enemigo no podía ser detenido por las unidades italianas, y se necesitaba el apoyo del ejército alemán para evitar un desastre.

El 25 de julio de 1943, se reunió el "Gran Consejo Fascista" para votar una propuesta, presentada por Dino Grandi en acuerdo con el rey Víctor Manuel, para devolver al monarca el poder de nombrar al primer ministro. El Gran Consejo aceptó la propuesta por 25 votos contra 8. Al día siguiente, el rey Víctor Manuel llamó a Mussolini para una reunión, lo destituyó y ordenó su arresto. Fue reemplazado por el general Pietro Badoglio.

El colapso

La caída de Mussolini alarmó a Hitler, quien ordenó al ejército alemán prepararse para ocupar Italia, sospechando hostilidad del gobierno de Badoglio. Badoglio no disolvió la alianza con Alemania y mantuvo las políticas del fascismo, pero inició contactos con el Reino Unido y Estados Unidos para que Italia obtuviera una "paz por separado" con los aliados y luego, con su ayuda, pudiera repeler un ataque alemán. Mientras tanto, el 16 de agosto, se perdió la batalla de Sicilia, y la isla fue ocupada por completo por los aliados.

Con Mussolini arrestado, Víctor Manuel y Badoglio confiaron en una intervención militar aliada y pactaron secretamente el cese al fuego en el Armisticio de Cassibile el 8 de septiembre de 1943. Sin embargo, los jefes militares estadounidenses y británicos se negaron a lanzar una gran ofensiva en Italia para detener una penetración alemana, considerando que las tropas italianas debían hacerlo. Este armisticio no fue comunicado con antelación a los jefes de las fuerzas armadas italianas, quienes quedaron en total confusión. Al difundirse la noticia del "Armisticio de Cassibile", sin una gran operación aliada, el Regio Esercito se disolvió rápidamente en pocos días, con soldados y oficiales abandonando sus puestos y volviendo a casa al recibir la orden de "cesar la lucha" sin más instrucciones.

El ejército alemán lanzó entonces sus tropas para ocupar la mayor cantidad de territorio posible en Italia, sin encontrar resistencia significativa debido a la "autodisolución" masiva de las fuerzas armadas y la administración fascista. Ante el gran peligro de sufrir represalias alemanas, el rey y Badoglio huyeron de Roma la noche del 9 de septiembre de 1943, refugiándose en Bríndisi, que ya estaba en poder de los aliados.

Italia se convirtió durante los siguientes veinte meses en un campo de batalla entre los alemanes, que avanzaron por la península itálica desde el norte hasta Campania, entraron en Roma y liberaron a Mussolini de su prisión, y los Aliados occidentales que avanzaban desde el sur.

Después de esto, la Italia fascista se derrumbó por completo y el país se dividió en dos partes: al norte se fundó la República Social Italiana presidida por Mussolini, donde el régimen fascista se mantuvo, aunque en la práctica era un país ocupado por tropas alemanas. En el sur, el Reino de Italia siguió existiendo bajo un gobierno de emergencia del Comité de Liberación Nacional presidido por Ivanoe Bonomi, que declaró la guerra a Alemania pero continuó bajo la ocupación militar británica y estadounidense hasta el final de la guerra.

Economía

Control estatal y autosuficiencia

Archivo:Mussolini - Quaderno - Marina - 1928
Propaganda fascista sobre la asistencia de Mussolini a las maniobras navales de 1928.

La ideología del fascismo daba mucha importancia al nacionalismo extremo. En economía, valoraba la "independencia económica". Mussolini creía que un Estado fuerte debía tener una economía igualmente fuerte, basada en la industrialización y la tecnología, con un buen balance comercial y, si era posible, ser autosuficiente.

Mussolini desconfiaba de los grandes empresarios, pero no apoyaba las ideas comunistas. En cambio, insistía en el "control estatal", intentando controlar a los grandes capitalistas sin enfrentarse a ellos. El fascismo quería el apoyo de todas las clases sociales de Italia para eliminar cualquier conflicto entre ellas. Por eso, se promovió la participación fascista en casi todas las capas de la población. El nacionalismo de Mussolini decía que el enemigo de los trabajadores italianos debía ser extranjero, por lo que se crearon leyes sociales para mejorar la vida de las clases bajas y evitar una "revolución comunista".

Para lograr estos objetivos, la Italia fascista se basó en el corporativismo. Esta idea se inspiraba en los gremios medievales, que la propaganda fascista elogiaba por "armonizar los intereses de jefes y trabajadores". El Estado corporativo eliminaría los conflictos entre clases, actuando como mediador. Los grandes empresarios reconocieron los sindicatos fascistas (solo un sindicato oficial por cada tipo de trabajo) y se sometieron a las reglas del gobierno sobre productividad y reinversión de ganancias. A cambio, se prohibió el derecho a la huelga y los trabajadores perdieron el derecho a formar sindicatos libres. Cualquier queja se tramitaba a través del Estado. En julio de 1926, se creó un Ministerio de Corporaciones.

Sin embargo, entre 1922 y 1926, se adoptó una política económica liberal. El Estado ayudó a algunos sectores industriales y financieros y privatizó ciertos servicios. Se aumentaron los impuestos indirectos y se controlaron los salarios de los trabajadores. El control estatal fue una creación legal durante el mandato del nuevo ministro de Finanzas Giuseppe Volpi, con leyes laborales en 1926 y 1927, resumidas en la Carta del Lavoro (1927), que organizaba las profesiones en grupos de jefes y trabajadores, con el Estado teniendo la última palabra.

Archivo:Lire 5 anno 1927
Moneda de cinco liras de 1925

Para mostrar una mayor fortaleza nacional, Mussolini inició en 1927 la "Batalla de la lira", para aumentar el valor de la moneda italiana en el mercado internacional. El gobierno fascista revaluó la lira italiana y redujo los salarios en un 20% en 1927. Esta medida fue compensada con la reducción de la jornada laboral y beneficios sociales para los trabajadores, como ayudas para familias numerosas, vacaciones pagadas y mejoras en los seguros de enfermedad y accidentes.

La "batalla de la lira" logró una gran estabilidad de precios y una disminución del costo de vida. Esto afectó el comercio exterior, pero el producto interior bruto creció notablemente, y algunos sectores como la construcción, electricidad, química y metalurgia tuvieron altas tasas de crecimiento. Las medidas de 1927 ayudaron a Italia a resistir la gran crisis internacional de 1929 de forma menos drástica que otros países.

Reacción a la crisis económica de 1929

Cuando los mercados de Wall Street se desplomaron el 29 de octubre de 1929, Mussolini ordenó ignorar el evento, pensando que no afectaría a Italia debido a su sistema económico. Aunque el balance comercial italiano tuvo superávit en 1931 y 1932, Mussolini se vio obligado a abandonar el patrón oro y permitir que la lira italiana se devaluara para evitar un colapso de las exportaciones. La economía italiana aún dependía mucho del comercio internacional, por lo que en 1930 entró en una profunda crisis, lo que llevó a la creación del Istituto per la Ricostruzione Industriale (IRI) en 1933.

Solo a mediados de los años 30, Mussolini aceptó la difícil situación y decidió devaluar la lira en un 41% para evitar una inflación peligrosa, e introdujo nuevos impuestos. Desde entonces, el gobierno fascista se preocupó más por promover el crecimiento económico del país, estimulando las exportaciones. Sin embargo, pronto tuvo que afrontar los gastos de la guerra de Etiopía y la intervención en España. Esto generó un nuevo déficit, cada vez más difícil de cubrir.

El inicio de la Segunda Guerra Mundial fue otro problema para la economía italiana. Aunque el gobierno fascista se había declarado neutral en septiembre de 1939, el comercio internacional se volvió difícil. Mussolini advirtió que la mala situación financiera de Italia le impedía intervenir en la guerra junto a Alemania. Las restricciones comerciales impuestas por Alemania, Gran Bretaña y Francia, los principales mercados para las exportaciones italianas, redujeron drásticamente el crecimiento económico desde 1940. Esta situación empeoró cuando Mussolini decidió el 10 de junio de 1940 que Italia entrara en guerra como aliada de Alemania, lo que impuso nuevas presiones a una economía cuya industria siempre fue más pequeña de lo necesario.

Sociedad

Archivo:Corriere testata 1938
Portada del Corriere della Sera del 11 de noviembre de 1938 anunciando las leyes racistas

El gobierno fascista impuso un fuerte conservadurismo social. La emancipación de la mujer no era un objetivo del fascismo. Las primeras leyes laborales en la Italia fascista buscaban que las mujeres se dedicaran principalmente al cuidado del hogar y de sus hijos, limitando su presencia en el mercado laboral. Por ejemplo, se despidió a todas las mujeres que trabajaban para el Estado en los ferrocarriles desde 1915, excepto a las viudas de guerra. También se estableció que las mujeres que trabajaban en el sector privado recibieran un salario menor que los hombres, para incentivarlas a quedarse en casa.

Las leyes fascistas sobre las mujeres, entre 1926 y 1929, se basaron en ideas de la época sobre una supuesta inferioridad biológica de las mujeres, especialmente para cargos políticos. Por ello, las mujeres fueron excluidas de cualquier cargo electivo. Mussolini dijo que en su Estado, la mujer "no debe contar nada".

Aunque en 1922 Mussolini había dicho que era "inútil" hacer leyes contra la homosexualidad, el régimen fascista persiguió a las personas homosexuales con leyes que les imponían la pena de "confinamiento" en lugares remotos.

El régimen también se presentaba como un estado que ofrecía ayuda, pero solo a quienes eran leales a las ideas fascistas. Mussolini se mostraba como protector de los ciudadanos, y la gente (muchas veces mujeres y niños) le escribía directamente para pedir ayuda o denunciar injusticias. Para esto, se creó en 1922 una secretaría particular del Duce que recibía unas 1500 cartas diarias. Toda la correspondencia de la región natal de Mussolini era leída por él mismo. La secretaría también manejaba fondos para gastos personales de Mussolini y para ayudar a los solicitantes.

Se estableció una red de favores a nivel institucional que suplía las deficiencias de una administración ineficiente. Ser familiar de Mussolini o de su pueblo natal, Predappio, era un mérito para obtener beneficios. Durante las dos décadas del fascismo, 334 familiares de Mussolini y su esposa Rachele recibieron ayudas. Además de los problemas de honestidad, se fomentó desde las escuelas y la prensa un culto a la personalidad de Mussolini como un "jefe ideal de la familia Italia" a quien pedir ayuda.

En 1927, Mussolini lanzó la "Batalla de los nacimientos" para que Italia aumentara su población de 40 millones a "60 millones de italianos" en 1950. Creía que para la expansión del régimen se necesitaba más población para tener "más colonos y soldados". Esta campaña fue muy apoyada por la Iglesia católica. Para lograrlo, se ofrecieron ayudas indirectas: préstamos a matrimonios jóvenes (que se pagaban en parte con la llegada de un nuevo hijo) y exención de impuestos para matrimonios con más de seis hijos.

También hubo medidas para incentivar el crecimiento de la población: se dificultó mucho la migración al extranjero, la administración pública solo daba ascensos y contratos a hombres casados y con hijos, se aumentó el impuesto sobre la renta a familias sin hijos, y se impuso una tasa especial a los hombres solteros. A pesar de estas políticas, el crecimiento de la población fue lento, y a mediados de los años treinta, el objetivo se redujo a 50 millones.

Estas medidas no lograron mucho para el crecimiento demográfico de Italia, y la población no mostró mucho entusiasmo, ya que más hijos significaba una reducción en el nivel de vida de las familias. Las dificultades causadas por la entrada de Italia en la Segunda Guerra Mundial desde junio de 1940 redujeron la natalidad y causaron muertes de hombres jóvenes en combate. Así, en 1950, la población italiana era de 47.5 millones, sin alcanzar la cifra deseada por Mussolini.

Los Balilla y el Dopolavoro

A principios de los años 30, el gobierno de Mussolini se había estabilizado, con un fuerte sistema de control y propaganda. Los niños, como el resto de la población, se organizaron en grupos fascistas. Toda oposición al régimen fue prohibida, y la prensa no podía criticar al fascismo. Para esto, el régimen creó en 1926 la Opera Nazionale Balilla (ONB), un movimiento juvenil para enseñar a los niños y adolescentes italianos las ideas del fascismo.

La "Opera Nazionale Balilla" se dividió en grupos de "Balilla" (para niños) y "Piccole Italiane" (para niñas) entre los 8 y 14 años. De los 14 a 18 años, los grupos se llamaban "Avanguardisti" (hombres) y "Giovane Italiane" (mujeres). La formación para las niñas se centraba en la administración del hogar y la familia, de acuerdo con las ideas conservadoras del régimen. La rama masculina se dedicaba a la instrucción premilitar y deportiva, buscando la militarización de la juventud y exaltando la disciplina y la lealtad al régimen. Mussolini dijo en 1925: «La guerra es al hombre como la maternidad a la mujer». La participación en estos grupos fue obligatoria para los menores, y otras organizaciones juveniles fueron disueltas.

El gobierno promulgó en 1929 leyes para evitar que los jóvenes tuvieran "malas influencias". Desde principios de los años 30, los funcionarios podían denunciar a los menores que, según ellos, mostraran señales de desinterés por el régimen o comportamientos que no seguían las normas. Se crearon "centros de observación" y en 1934, tribunales de menores y "casas de reeducación" con un régimen basado en la religión católica, la escuela, el trabajo, el deporte y las recompensas. A finales de la década, había 140 de estos centros que ayudaban a que los jóvenes considerados diferentes adoptaran las ideas fascistas.

De manera similar, el régimen fascista creó en 1925 la Opera Nazionale Dopolavoro (OND) como una organización recreativa para los trabajadores italianos, ofreciendo actividades de entretenimiento y deportes. El gobierno de Mussolini se inspiró en el modelo de la YMCA estadounidense, promoviendo el deporte, actividades culturales y excursiones. El objetivo principal del régimen era controlar el tiempo libre de los trabajadores y evitar que el ocio se usara para actividades políticas.

Los empleadores italianos aceptaron la participación de sus trabajadores en la OND. Al principio, el régimen fascista evitó darle un carácter político marcado para ganarse la simpatía de los trabajadores. Sin embargo, en abril de 1927, la OND quedó bajo el mando del líder fascista Augusto Turati y se impulsó su politización. Hacia 1930, esta organización abarcaba al 80% de los trabajadores asalariados de Italia.

Las ideas sobre la raza

Racismo En septiembre de 1938, para acercarse a Alemania nazi, Mussolini impuso leyes sobre la raza en Italia. Estas leyes buscaban limitar los derechos civiles de la población de origen judío, de forma similar a las leyes alemanas. Aunque el gobierno fascista no había mostrado ideas contra los judíos en años anteriores, desde noviembre de 1938, los judíos en Italia (que eran menos del 0,5% de la población) fueron objeto de discriminación oficial. Fueron expulsados de la administración pública, del Partido Fascista y de varias profesiones (especialmente en banca y finanzas), y se les impidió el acceso a la educación superior. También se prohibió la publicación y venta de libros de autores de origen judío.

A pesar de la persecución, muchos judíos italianos fueron reconocidos formalmente como "italianos" para evitar la discriminación. Esto incluía a judíos veteranos de la Primera Guerra Mundial, miembros antiguos del Partido Fascista o excombatientes en la Guerra civil española.

Dentro de las "leyes sobre la raza", también se impusieron limitaciones a la población de raza negra del imperio colonial italiano, impidiendo su asentamiento libre en Italia. Se exigió que los italianos "vinculados a súbditos coloniales" (generalmente militares con parejas e hijos africanos) no se establecieran en Italia con ellos. Tampoco se permitió a los funcionarios públicos casarse con personas extranjeras. De manera similar al nazismo alemán, la propaganda del régimen hablaba de la existencia de una "raza italiana".

Arte, cultura y educación

Nombres de artistas italianos como D'Annunzio, Marinetti, Giacomo Balla, Carlo Carrà y muchos otros, así como el poeta estadounidense Ezra Pound, estuvieron relacionados con el fascismo. Al principio, la Italia fascista contó con el apoyo de muchos artistas locales que veían en el fascismo una "rebelión contra la razón", lo cual era una de las ideas principales del futurismo, un movimiento artístico nacido en Italia en 1909.

Según los futuristas Marinetti y Antonio Sant'Elia, el futurismo se caracterizaba por "el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso gimnástico, el salto peligroso y la bofetada irreverente", junto con una exaltación de la acción, la tecnología y la fuerza, rechazando las costumbres de la burguesía y la aristocracia.

Estas ideas hicieron que, al llegar el gobierno fascista a Italia, muchos artistas futuristas admiraran las ideas de Mussolini, que mostraban las "virtudes" que los futuristas buscaban en el arte: fuerza, rapidez, velocidad, energía, movimiento y deshumanización. De hecho, el fascismo apoyó valores artísticos "antiburgueses" al principio y rechazó el academicismo en las artes, promoviendo el "arte de ruptura". Sin embargo, estas posiciones cambiaron durante los años 20 a medida que el gobierno fascista necesitó el apoyo de la burguesía más conservadora.

El hecho de que Mussolini integrara gradualmente el fascismo en el sistema político de Italia y evitara una "revolución social" contra la burguesía desde 1922, no desanimó a la mayoría de los futuristas, quienes se alinearon con el régimen fascista hasta sus últimos días. Incluso el 29 de marzo de 1925, un grupo de intelectuales italianos publicó el "Manifiesto de los Intelectuales Fascistas", firmado por Giovanni Gentile, Curzio Malaparte, Filippo Tommaso Marinetti, Ildebrando Pizzetti, Margherita Sarfatti, Ardengo Soffici y Giuseppe Ungaretti. El escritor Luigi Pirandello no lo firmó, pero lo aprobó públicamente después. Otros intelectuales que apoyaron el fascismo fueron Alfredo Rocco y Giovanni Papini.

Sin embargo, bajo la influencia del líder fascista Achille Starace, el "anti-intelectualismo" del régimen se fortaleció, en un esfuerzo por revivir las ideas originales del fascismo y evitar conflictos con la Iglesia católica después de los Pactos de Letrán de 1929. La convivencia del gobierno de Mussolini con los intereses de la burguesía italiana hizo que, entre artistas e intelectuales, el fascismo perdiera seguidores en favor del socialismo.

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Véase también

Kids robot.svg En inglés: Fascist Italy Facts for Kids

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Italia fascista para Niños. Enciclopedia Kiddle.