Patrón oro para niños
El patrón oro fue un sistema monetario donde el valor de la moneda de un país estaba directamente relacionado con una cantidad específica de oro. Esto significaba que el gobierno o el banco central garantizaba que podías cambiar tus billetes por oro en cualquier momento. Imagina que cada billete era como un "vale" por una cantidad de oro guardada en el banco.
Este sistema fue muy importante en el siglo XIX y al principio del siglo XX, sirviendo como base para el dinero en muchos países. Sin embargo, dejó de usarse después de la Primera Guerra Mundial. Los gobiernos necesitaron imprimir mucho dinero para pagar la guerra, y no tenían suficiente oro para respaldar todo ese dinero.
Más tarde, después de la Segunda Guerra Mundial, se intentó un sistema similar con el dólar estadounidense como moneda principal, que a su vez estaba ligada al oro. Pero en 1971, Estados Unidos también abandonó esa conexión con el oro. Desde entonces, la mayoría de las monedas del mundo, como el dólar o el euro, son "dinero fiduciario". Esto significa que su valor no está respaldado por oro, sino por la confianza en el gobierno que las emite y por su aceptación general para comprar cosas.
Contenido
¿Cómo funcionaba el patrón oro?
El patrón oro era un sistema donde el valor de la moneda de un país se podía convertir en oro. Los bancos centrales tenían la obligación de cambiar los billetes por oro si alguien lo pedía. También era posible mover oro (o el dinero que lo representaba) libremente entre países.
Este sistema funcionó hasta la Primera Guerra Mundial. La guerra obligó a los países europeos a imprimir más billetes de los que sus reservas de oro podían respaldar. Gran Bretaña, que fue un país clave en este sistema, lo abandonó por completo en 1931.
El modelo de David Hume
Un pensador llamado David Hume explicó por primera vez en 1752 cómo se equilibraría el sistema del patrón oro. Él imaginó que si un país, por ejemplo, Gran Bretaña, compraba más de lo que vendía a otro país como Francia, el oro de Gran Bretaña se movería hacia Francia.
Cuando el oro salía de Gran Bretaña, había menos dinero, y los precios bajaban. En Francia, al entrar más oro, había más dinero y los precios subían. Esto hacía que los productos británicos fueran más baratos para comprar desde fuera, y los franceses más caros. Así, Gran Bretaña vendía más y Francia menos, y el oro volvía a fluir hacia Gran Bretaña, equilibrando la situación.
Sin embargo, este modelo de Hume no explicaba todo lo que pasaba en la realidad. No consideraba el papel de los bancos, las tasas de interés o los movimientos de capital. Además, el oro no se movía tanto entre los bancos centrales como se pensaba.
El papel de los bancos centrales
Más tarde, la Comisión Cunliffe en Gran Bretaña mejoró el modelo de Hume. Explicaron que el dinero de papel se movía entre las personas, y el oro solo entre los bancos centrales. Los bancos centrales eran muy importantes. Si un país tenía un déficit (gastaba más de lo que ganaba), el banco central podía reducir la cantidad de dinero en circulación. Esto hacía que los precios bajaran y las exportaciones fueran más competitivas, evitando que el oro saliera del país.
Para controlar la cantidad de dinero, los bancos centrales usaban herramientas como la emisión de bonos (pedir dinero prestado al público) o cambiando la tasa de descuento. La tasa de descuento es el interés que el banco central cobra a otros bancos por prestarles dinero. Si subía la tasa, los bancos privados tenían menos ganas de pedir dinero, y así había menos dinero circulando.
El patrón oro se abandonó después de la Gran Depresión de 1929. Los países querían evitar que los precios y los salarios bajaran mucho, lo que causaría desempleo. Decidieron que era "menos doloroso" devaluar su moneda (hacerla menos valiosa) para que sus productos fueran más baratos para exportar. Esto evitaba bajar los salarios, pero muchos países hicieron lo mismo, lo que llevó a más problemas.
El patrón oro necesitaba que los países cooperaran. Cuando funcionó, ayudó a que el comercio internacional fuera más libre. Después de su colapso, surgieron políticas nacionalistas, como devaluaciones y proteccionismo, que limitaron el comercio y empeoraron la crisis de los años treinta. Después de la Segunda Guerra Mundial, se crearon organizaciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial para mejorar la cooperación económica global.
¿Por qué el oro era tan valioso?
A lo largo de la historia, muchas cosas se usaron como dinero: conchas, sal, tabaco. Pero el oro fue el más valorado. Es duradero, se puede dividir en partes, es igual en todas partes y es difícil de falsificar. Por eso, casi todas las culturas lo aceptaron como medio de cambio.
Aunque el oro era la referencia, la moneda más usada en el día a día solía ser de plata. Cuando hablamos de "patrón oro", no siempre significa que la gente usara monedas de oro. A menudo, se usaban billetes que eran promesas de entregar oro a quien los tuviera. Los bancos emitían estos billetes, asegurándose de tener suficiente oro guardado para respaldarlos. Si no lo hacían, la gente perdía la confianza.
Algunos críticos del patrón oro decían que su cantidad (relacionada con la minería) no crecía al mismo ritmo que la economía mundial. También señalaban que las reservas de oro no estaban bien distribuidas entre los países. Además, el sistema era inestable porque los gobiernos podían decidir suspenderlo en cualquier momento, como pasó en la Primera Guerra Mundial.
Sin embargo, los defensores del patrón oro argumentan que un país como Japón, que no tiene minas de oro, podría acumular mucho oro gracias a sus exportaciones. Las críticas más fuertes venían de la escuela económica keynesiana, que culpaba al patrón oro de la Gran Depresión de 1929.
Hoy en día, muchos economistas creen que la Gran Depresión se debió más a los problemas de los gobiernos para mantener un patrón oro estable y a fallos en el sistema bancario. La principal objeción actual al patrón oro es que puede llevar a periodos de fuerte crecimiento económico seguidos de depresiones muy duras. Estos ciclos, que ocurrieron en el siglo XX, serían socialmente inaceptables hoy.
Pero también es cierto que, sin el patrón oro, la cantidad de dinero en el mundo ha crecido muchísimo, a veces más rápido que la producción de bienes y servicios, lo que causa inflación. Las depresiones económicas y el desempleo también han ocurrido sin el patrón oro.
Por eso, el patrón oro todavía tiene defensores, especialmente en la Escuela Austríaca de Economía. Ellos creen que los bancos centrales y los gobiernos, al controlar la emisión de dinero sin respaldo en oro, causan ciclos de auge y caída económica. Argumentan que el dinero nuevo, creado "de la nada", lleva a malas inversiones y que, cuando se detiene esa emisión, las "burbujas" económicas estallan.
En el marxismo, el patrón oro era visto con buenos ojos porque daba mucha estabilidad a los precios y salarios. En la Unión Soviética, algunos líderes lo defendieron para mejorar la planificación económica.
El patrón oro a través de la historia
Aunque el oro se usó como dinero muchas veces, el "patrón oro" como sistema global se refiere principalmente al que existió en Occidente entre 1872 y 1914.
Algunos historiadores dicen que el patrón oro comenzó en Inglaterra en 1717, cuando Isaac Newton fijó una relación entre el oro y la plata. Pero la mayoría cree que un verdadero patrón oro necesita que los billetes puedan cambiarse por oro, y eso no era común en el siglo XVIII.
La adopción internacional de este sistema fue poco a poco. Trajo mucha estabilidad financiera al mundo, con poca inflación y tipos de cambio fijos. Se mantuvo así desde las Guerras Napoleónicas hasta la Primera Guerra Mundial.
Su expansión internacional
En el siglo XIX, muchos países tenían un sistema "bimetálico" (oro y plata). Gran Bretaña usaba el oro, mientras que otros como el Imperio ruso usaban la plata.
A medida que el comercio internacional crecía, el sistema bimetálico se complicó. Portugal adoptó el patrón oro en 1854. En Europa, la circulación de monedas extranjeras, que a menudo eran solo dinero de papel, causó problemas. Países como Italia, Francia y Suiza tuvieron que ajustar el valor de sus monedas.
En 1871, después de la guerra franco-prusiana, Alemania adoptó el patrón oro. Con el dinero que Francia le pagó como indemnización, Alemania compró oro y vendió plata. Esto hizo que el precio de la plata bajara, obligando a otros países a elegir entre aceptar mucha plata barata (lo que causaría inflación) o pasarse al patrón oro.
Cuando Gran Bretaña y Alemania adoptaron el oro, otros países los siguieron. A finales del siglo XIX, la mayoría de los países europeos ya usaban el patrón oro.
Cómo funcionaba el sistema en la práctica
Un patrón oro puro no causa inflación. La inflación ocurre cuando hay más dinero circulando que bienes disponibles. En Estados Unidos, hubo debates sobre volver al bimetalismo, pero Gran Bretaña y Alemania se opusieron.
A principios del siglo XX, el oro era la base del sistema internacional. Solo algunos países como Inglaterra, Alemania, Francia y Estados Unidos tenían un patrón oro "puro". Esto significaba que sus billetes y monedas podían cambiarse por oro en los bancos centrales. Sin embargo, incluso en estos países, había algunas reglas para controlar la salida de oro. Por ejemplo, los bancos centrales podían dar créditos sin intereses a quienes importaban oro o cambiar billetes solo en la oficina central.
En otros países, el dinero era de plata o papel, pero el banco central prometía convertirlo en oro a un precio fijo. La mayoría de los bancos centrales eran privados en esa época.
Los bancos centrales usaban los tipos de descuento (intereses) para cambiar la cantidad de dinero en circulación. Si subían los tipos de interés para evitar que el oro saliera, esto podía afectar la economía. Sin embargo, el sistema se mantenía porque los países estaban comprometidos a mantener su moneda ligada al oro.
Los inversores también ayudaban a estabilizar el sistema. Si el valor de una moneda bajaba mucho, los inversores esperaban que el banco central la fortaleciera y metían capital, haciendo que el valor de la moneda subiera de nuevo.
Los bancos centrales del mundo solían seguir al Banco de Inglaterra. Coordinaban los ajustes de crédito a nivel mundial. Esto era difícil en épocas de crisis, y a veces los bancos centrales de otros países tenían que ayudar al que estaba en problemas.
Sin embargo, el patrón oro no podía durar para siempre. El poder de Gran Bretaña estaba disminuyendo, y Estados Unidos se convertía en la primera economía mundial. Además, la extensión del voto a más personas hizo que los gobiernos tuvieran que responder más a las necesidades de la población, y el patrón oro era demasiado rígido para permitirles controlar su moneda fácilmente.
El patrón cambio oro
Durante la Primera Guerra Mundial, el sistema del patrón oro se vino abajo, aunque algunos países intentaron mantenerlo "en apariencia". En Gran Bretaña, se creó una comisión (la Comisión Cunliffe) para pensar en cómo volver al patrón oro después de la guerra. Propusieron restaurarlo y explicaron cómo funcionaría con los precios y el flujo de dinero, incluyendo el papel de las tasas de interés. El economista John Maynard Keynes fue uno de los pocos que criticó esta idea.
En Europa, se pensó en un nuevo diseño para el sistema monetario. La guerra había causado mucha inflación y las monedas habían perdido valor de forma diferente en cada país. Esto llevó a reuniones internacionales, como las conferencias de Bruselas (1920) y Génova (1922), para coordinar las acciones.
En la conferencia de Génova, se adoptó un nuevo sistema llamado Patrón Cambio Oro (Gold Exchange Standard). Con este sistema, la moneda de cada país ya no estaba directamente ligada al oro, sino a una moneda central que sí era convertible en oro. Así, la libra esterlina y el dólar estadounidense se convirtieron en las dos monedas principales que podían cambiarse por oro. Los países podían tener sus reservas no solo en oro, sino también en libras o dólares.
Sin embargo, este nuevo sistema tenía un peligro: una crisis en una de las monedas centrales podía extenderse más rápido y ser más peligrosa que con el patrón oro puro.
Los gobiernos querían volver al patrón oro por varias razones. Creían que había traído estabilidad y crecimiento antes de la guerra. Volver a las paridades anteriores a la guerra significaba aceptar que los precios y salarios no eran flexibles a la baja. Además, la devaluación se veía como algo negativo para la moral y el crédito de un país.
En abril de 1925, Winston Churchill decidió que la moneda británica volvería a su valor de antes de la guerra respecto al oro. Aunque la Ley del Patrón Oro de 1925 no restauró todo el sistema antiguo, los billetes seguían siendo de curso legal, pero ya no se podían cambiar por monedas de oro en el Banco.
Keynes había advertido que volver al oro era peligroso para Gran Bretaña, porque la dejaría a merced de las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos. Al principio, esto no fue un problema, pero a finales de 1928, Estados Unidos empezó a preocuparse más por sus propios problemas económicos, como el auge de Wall Street.
En este contexto, los países empezaron a cerrar sus economías para evitar problemas externos. El abandono del patrón oro por parte de Inglaterra en 1931 fue un golpe muy duro para todo el sistema. El gobierno británico, que era el centro del sistema, dejó de cumplir sus obligaciones para resolver problemas internos. Esto llevó a la Gran Depresión de los años treinta: una gran contracción económica, pesimismo, estancamiento, desempleo masivo y el ascenso de extremismos políticos, que finalmente llevaron a la Segunda Guerra Mundial.
El fin del sistema
Hay muchas ideas sobre por qué desapareció el Patrón Cambio Oro y, en general, el patrón oro. Una explicación es que el colapso de las instituciones que lo sostenían llevó al fin del sistema. Esto no solo lo derrumbó, sino que también extendió la deflación y la depresión por todo el mundo.
Los países "periféricos" (más pequeños o menos influyentes) tenían que seguir las reglas del patrón oro, pero sin la ayuda de los bancos centrales de los países "centrales". Esto hacía que el sistema fuera mucho más costoso para ellos. Por eso, empezaron a usar las monedas de reserva (libra y dólar). Pero si los países centrales no los apoyaban en momentos de crisis, los periféricos no tenían más opción que sufrir o salirse del sistema. Esto fue lo que pasó a partir de 1929.
Otra razón fue la falta de un líder claro en la economía mundial. En 1929, había dos grandes potencias: Gran Bretaña (que estaba en declive) y Estados Unidos (que estaba ascendiendo). Pero ninguna de las dos era lo suficientemente fuerte o estaba dispuesta a ser el "director de orquesta" del sistema internacional.
Durante la Conferencia de Bretton Woods, donde se crearon el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, se decidió que el dólar estadounidense sería la moneda internacional, siempre que la Reserva Federal lo mantuviera ligado al oro. Después de la Segunda Guerra Mundial, muchas economías crecieron rápidamente, especialmente Estados Unidos, Europa Occidental y Japón. Esto llevó a un gran desarrollo del capitalismo y a una mejora en el nivel de vida. A este periodo se le conoce como la "Edad de oro" o "Los 30 años maravillosos".
Sin embargo, en 1971, debido a un déficit comercial (Estados Unidos compraba más de lo que vendía) y un enorme gasto por la Guerra de Vietnam, el presidente Richard Nixon suspendió la convertibilidad directa del dólar al oro. Esto permitió al gobierno de Estados Unidos imprimir dinero sin respaldo en oro para financiar sus deudas. Así, Estados Unidos abandonó el patrón oro para siempre. Desde entonces, el valor del dólar se basa en la confianza en el gobierno estadounidense.
A pesar de esto, el papel crucial de Estados Unidos en la economía mundial hizo que otros países siguieran usando el dólar como "moneda de referencia", aunque ya no tuviera respaldo en oro. La crisis del petróleo de 1973 y la crisis de la deuda latinoamericana en los años 80 reforzaron aún más la importancia del dólar. Con el colapso de la URSS en 1991, el capitalismo se extendió por todo el mundo, y el dólar mantuvo su posición dominante.
A principios del siglo XXI, aunque el euro y el yuan chino han ganado importancia, el dólar de EE. UU. sigue siendo la moneda principal en las transacciones internacionales y como moneda de reserva. Esto hace muy poco probable un regreso al patrón oro.
De forma excepcional, Zimbabue introdujo en abril de 2024 una nueva moneda llamada Oro de Zimbabue (ZiG), que vuelve a estar respaldada por el oro. Esto ocurrió después de varios episodios de hiperinflación y depreciación de sus monedas anteriores.
Véase también
En inglés: Gold standard Facts for Kids
- Lingote de oro
- Teoría austríaca del ciclo económico
- Teoría del crédito del dinero
- Moneda de plata
- Moneda de oro
- Protección de la inflación
- Nixon Shock
- Acuerdo tripartito de 1936
- Reserva de oro
- Metalismo