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Giacomo Matteotti para niños

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Datos para niños
Giacomo Matteotti
Giacomo Matteotti 2.jpg
Información personal
Nacimiento 22 de mayo de 1885
Fratta Polesine (Italia)
Fallecimiento 10 de junio de 1924 (39 años)
Roma (Reino de Italia)
Familia
Cónyuge Velia Titta
Educación
Educación laurea
Educado en Universidad de Bolonia
Información profesional
Ocupación Político
Cargos ocupados
  • Diputado del Reino de Italia (1919-1921)
  • Diputado del Reino de Italia (1921-1924)
  • Diputado del Reino de Italia (1924-1929)
Partido político Partido Socialista Italiano

Giacomo Matteotti (Fratta Polesine, 22 de mayo de 1885-Roma, 10 de junio de 1924) fue un político socialista italiano, famoso por su firme oposición al fascismo italiano incluso después de que Benito Mussolini tomara el poder tras la Marcha sobre Roma, para lo cual Matteotti aprovechó su condición de parlamentario a fin de denunciar la violencia del régimen y su manipulación de las elecciones. Matteotti fue secuestrado el 10 de junio de 1924 en Roma, y semanas después lo encontraron, fallecido. Se sabe que fueron militantes fascistas los que lo secuestraron, pero nunca se demostró que fuera el mismo Benito Mussolini quien ordenara su muerte. Tras la Segunda Guerra Mundial y la caída del fascismo, Matteotti fue homenajeado como político luchador que, a pesar de su intimidación por las camisas negras, nunca calló su deseo de democracia.

Biografía

Nacido en una familia adinerada, Matteotti se licenció en Derecho en la Universidad de Bolonia, donde entró en contacto con el movimiento socialista, en el cual se convirtió pronto en una figura destacada. Durante la Primera Guerra Mundial sostuvo la necesidad de mantener la neutralidad de Italia, lo que le costó su encarcelamiento en Sicilia cuando en 1915 Italia entró en la guerra contra la Triple Entente.

Liberado tras la guerra, Matteotti en 1919 fue elegido diputado al parlamento italiano, y fue reelegido en 1921. Apodado «La Tempestad» por su impetuosidad militante, Matteotti no descuidó su lado más humano, y donó gran parte de su salario como diputado a un orfanato de niños. Como diputado se opuso a la violencia política ejercida por las camisas negras del recién creado fascismo italiano, y denunció continuamente sus actos inhumanos pese a las amenazas recibidas. Al mismo tiempo Matteotti juzgaba inútil y peligroso que en Italia los militantes comunistas, socialistas o anarquistas mantuvieran pugnas ideológicas entre ellos; declaró que ante la amenaza fascista todos los partidos de izquierda debían dejar de lado sus discrepancias ideológicas y unirse contra el enemigo común, aunque tales exhortaciones no surtieron efecto.

Pronto Matteotti fue el líder natural del Partido Socialista Unitario en la Cámara de los Diputados de Italia, donde tomó posición contra el fascismo y contra Benito Mussolini, y fue durante un cierto tiempo el portavoz de la reducida oposición parlamentaria al Partido Nacional Fascista, que aparecía como la mayor fuerza política desde el triunfo de la Marcha sobre Roma en octubre de 1922. Aunque Mussolini y sus camisas negras habían amenazado tempranamente con instaurar una dictadura completa en Italia y suprimir las últimas instituciones democráticas, Matteotti se negó a renunciar a la política o unirse al fascismo, y se pronunció continuamente en el parlamento italiano contra los planes autocráticos de Mussolini, así como contra la violencia ejercida impunemente por los camisas negras contra sus rivales.

El 30 de mayo de 1924, Matteotti tomó la palabra en la Cámara para protestar por las elecciones que se habían celebrado el 6 de abril, en las cuales el propio Matteotti había sido reelegido, acusando al régimen fascista de manipular las leyes electorales para obtener una mayoría parlamentaria mediante reglas creadas expresamente para favorecer al fascismo. Mientras de la bancada fascista surgían los gritos, las amenazas y las risotadas, Matteotti lanzaba un histórico discurso en el cual desgranaba una a una todas las ilegalidades y el uso inadecuado de los poderes por los fascistas para alcanzar la victoria en las elecciones, pues habían usado normas hechas para favorecerse, junto con la violencia desenfrenada de los Camisas Negras, y las intimidaciones contra sus rivales. Al término del discurso, después de recibir las felicitaciones de sus compañeros, respondió a los diputados fascistas: «Yo ya he hecho mi discurso. Ahora toca a ustedes preparar el discurso fúnebre para mi entierro».

Archivo:Matteotti Civitavecchia
Placa conmemorativa en Civitavecchia (Lacio).

Doce días después, Matteotti fue secuestrado el 10 de junio en una calle de Roma, siendo subido a un automóvil, y se encontró su cuerpo el 16 de agosto. Si bien se sabe que fueron militantes fascistas —comandados por Amerigo Dumini— los que lo secuestraron, nunca se demostró que fuera el mismo Mussolini quien ordenó su muerte.

Archivo:Tomba di Giacomo Matteotti
Tumba de Giacomo Matteotti, Fratta Polesine, Rovigo

Legado

Antes de su muerte Matteotti ya había padecido la represión de las escuadras fascistas. Fue secuestrado pero, a pesar de ello, nunca acalló su espíritu antifascista. Su fallecimiento se convirtió en una advertencia clara: el gobierno fascista ansiaba una dictadura para asumir el poder absoluto y permanente y cualquier oposición, por sutil que fuera, sería duramente castigada. Como resultado de ese trágico suceso, la mayoría de los integrantes no fascistas del parlamento italiano se adhirieron al fascismo, sea por voluntad propia, por conveniencia o por la fuerza.

Los parlamentarios socialistas, los comunistas y otros partidos de izquierdas, rechazaron tales pactos con el fascismo y ejecutaron la "Secesión del Aventino" retirándose del parlamento para que éste no funcionase por falta de quórum. No obstante, Mussolini logró mediante tretas legales que el parlamento siguiera en funciones. El rey Víctor Manuel III rehusó convocar nuevas elecciones y las fuerzas militares tampoco mostraron deseo de reprimir a los fascistas, por temor a motines entre las tropas. Al no tener éxito en su maniobra, los parlamentarios de izquierdas quedaron aislados y perdieron más poder. Además por temor a la brutal violencia de los camisas negras (ya demostrada con la muerte de Matteotti) muchos socialistas se abstuvieron de seguir participando en política, mientras que el grueso de militantes comunistas prefirieron pasar a una oposición "secreta" al régimen, dejando así al fascismo como árbitro político de Italia.

En su homenaje, las brigadas del Partido Socialista de la Resistencia italiana recibieron el nombre de Brigate Matteotti («Brigadas Matteotti»). Durante la Guerra civil española, el nombre de Matteotti lo llevaron al menos dos unidades militares republicanas: la Columna italiana y el Batallón Matteotti.

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