Edad Moderna para niños
La Edad Moderna es un periodo importante en la historia del mundo. Se considera el tercer gran periodo histórico, después de la Prehistoria y la Edad Media. Generalmente, abarca desde el XV hasta el XVIII.
El inicio de la Edad Moderna se puede situar en eventos clave como el descubrimiento de América en 1492, la caída de Constantinopla en 1453, o el comienzo del Renacimiento. Su final suele marcarse con la Revolución francesa en 1789 o la Revolución estadounidense en 1776. Si contamos desde el descubrimiento de América hasta la Revolución Francesa, la Edad Moderna duró unos 296 años.
Durante este tiempo, se valoraron mucho ideas como el progreso, la comunicación y la razón. Esto contrastaba con la Edad Media, que a menudo se veía como un tiempo de aislamiento y poca actividad intelectual. La Edad Moderna buscó inspiración en la Edad Antigua, conocida como la Época Clásica.
En el XIX, se añadió un cuarto periodo, la Edad Contemporánea. En esta nueva etapa, la modernización se aceleró aún más. Esto se debe a que las ideas económicas y sociales que surgieron lentamente en la Edad Moderna, como el capitalismo y la burguesía, se desarrollaron de forma espectacular. También crecieron las formas de gobierno como la nación y el Estado.
Un cambio fundamental en la Edad Moderna fue la conexión entre el "Nuevo Mundo" (América) y el "Viejo Mundo" (Eurasia y África), que habían estado separados desde la Prehistoria. Más tarde, cuando se exploró Australia, se le llamó el "Novísimo Mundo".
La rama de la historia que estudia este periodo se llama Historia Moderna.
Contenido
- ¿Dónde y cuándo ocurrió la Edad Moderna?
- ¿Cómo se desarrolló la Edad Moderna?
- Características de la Edad Moderna
- Galería de imágenes
- Véase también
¿Dónde y cuándo ocurrió la Edad Moderna?

Aunque se pensó que la Edad Moderna era un periodo mundial, hoy se considera que se enfoca principalmente en la historia de la Civilización Occidental, especialmente en Europa. Sin embargo, coincidió con la Era de los descubrimientos y el surgimiento de la primera economía global. En algunas monarquías de Europa Occidental, este periodo se conoce como el Antiguo Régimen.
¿Cuándo empezó la Edad Moderna?
La fecha de inicio más aceptada es la toma de Constantinopla por los otomanos en 1453. Este evento marcó el fin de los últimos restos de la antigüedad. Coincidió con el uso masivo de la imprenta y el desarrollo del Humanismo y el Renacimiento. Estos cambios fueron posibles, en parte, por la llegada de exiliados bizantinos y textos clásicos griegos a Italia.
Tradicionalmente, también se toma el Descubrimiento de América en 1492 como inicio. Se considera uno de los momentos más importantes de la historia, el comienzo de la globalización y una gran revolución en su época.
¿Cuándo terminó la Edad Moderna?
Algunos historiadores, especialmente en el mundo anglosajón, creen que aún estamos en la Edad Moderna. Sin embargo, la mayoría de los historiadores, influenciados por la escuela francesa, llaman al periodo posterior a la Revolución francesa (1789) la Edad Contemporánea.
Otros eventos propuestos para marcar el final son la independencia de los Estados Unidos (1776) o las guerras de independencia hispanoamericanas (1809-1824). Es importante recordar que estas fechas son solo guías. El paso de un periodo a otro no fue repentino, sino una transición gradual. Sin embargo, los cambios rápidos y decisivos a finales del XVIII y principios del XIX permiten hablar de la Era de la Revolución.
En resumen, la Edad Moderna transcurre aproximadamente desde mediados del XV hasta finales del XVIII.
¿Cómo se desarrolló la Edad Moderna?

La Edad Moderna se puede dividir por siglos. Los historiadores la han visto como una serie de ciclos de expansión y recesión.
El Siglo XVI: Expansión y Cambios
En el XVI, después de la recuperación de la Crisis de la Baja Edad Media, la economía experimentó la Revolución de los Precios. La Era de los Descubrimientos permitió la expansión europea, gracias a avances tecnológicos y de organización social. La llegada de los españoles a América y la posterior Conquista de América cambiaron el mundo. Las rutas oceánicas abiertas por castellanos y portugueses alrededor de 1500 fueron cruciales.
El encuentro de culturas causó el colapso de las civilizaciones precolombinas. El océano Atlántico se volvió más importante que el Mediterráneo. En el Mediterráneo Occidental, la Monarquía Hispánica (que desde 1580 incluía a Portugal) dominó. En Europa oriental, el Imperio otomano alcanzó su mayor expansión.
Las civilizaciones de India, China y Japón tuvieron algunos contactos con los portugueses en sus costas, pero en general se mantuvieron poco conectadas con los cambios de Occidente. Las islas de las especias (Indonesia y Filipinas) sufrieron una dominación colonial europea más intensa.
Los cambios sociales fueron grandes en Europa, América (con la colonización europea de América) y África (con el esclavismo). La población en América disminuyó drásticamente, lo que se considera uno de los mayores desastres demográficos de la historia.
En este siglo, el Renacimiento dio paso a los conflictos de la Reforma Protestante y las guerras de religión. El cristianismo se expandió por el mundo, excepto en los Balcanes, donde el islam avanzó.

El Siglo XVII: Crisis y Nuevos Poderes
El XVII fue un periodo de crisis general en el mundo, quizás por la Pequeña Edad de Hielo. Hubo descenso de población (por hambrunas, guerras y epidemias) y de precios. La crisis afectó de forma desigual a los países. Fue catastrófica para la Monarquía Hispánica y Alemania (guerra de los Treinta Años), pero impulsó a Francia e Inglaterra tras resolver sus problemas internos.
En Europa del Este, hubo muchas guerras entre Polonia, Rusia y Turquía, y luego Suecia. El Imperio otomano perdió su última oportunidad de expandirse en Europa en la batalla de Viena y comenzó un lento declive. En su frente oriental, el Imperio persa resurgió con la dinastía safávida. En la India, el Imperio mogol comenzó a desmembrarse.
En China, la dinastía manchú (Qing) tomó el poder. Japón expulsó a los portugueses y se aisló en el periodo Tokugawa, lo que le permitió un desarrollo propio que lo preparó para la modernización en el XIX.
Durante este siglo, las embarcaciones del Imperio español disminuyeron su presencia en los océanos, mientras que el neerlandés y el británico ganaron protagonismo. La piratería también fue común, especialmente en el Caribe.

El Siglo XVIII: La Era de las Revoluciones
El XVIII comenzó con una "crisis de la conciencia europea" (1680-1715), que llevó a la Revolución científica de Newton, la Ilustración y la Crisis del Antiguo Régimen. Esto dio paso a la Era de las Revoluciones, con tres aspectos principales:
- La Revolución industrial (cambios tecnológicos y económicos, triunfo del capitalismo).
- La Revolución burguesa (la burguesía se convierte en la clase dominante).
- La Revolución liberal (cambios políticos e ideológicos, como la Revolución francesa y las revoluciones de independencia americanas).
Estos procesos, que fueron una consecuencia lógica de los cambios desde el final de la Edad Media, marcaron el fin de la Edad Moderna. Europa experimentó un crecimiento demográfico, superando las grandes mortalidades. La última peste negra en Europa Occidental (Marsella, 1720) se extinguió. La vacuna de Jenner fue el primer avance contra las epidemias.
El equilibrio europeo establecido en el Tratado de Westfalia (1648) se mantuvo, aunque con conflictos. Francia tuvo la hegemonía continental y Inglaterra la marítima, confirmada en Trafalgar (1805). Las exploraciones de James Cook y la ocupación de Oceanía completaron la era de los descubrimientos geográficos.
La integración mundial avanzó, y surgieron las primeras guerras globales, ya que los imperios coloniales europeos se repartían territorios lejanos como India y Canadá. Las posesiones europeas en América alcanzaron su máxima extensión antes de la Independencia de Estados Unidos (1776) y la Emancipación Hispanoamericana (1808-1824).
Características de la Edad Moderna


El aspecto más importante de la Edad Moderna es lo que se llama "la primera unidad del mundo". Esto significa que, por primera vez, las diferentes partes del mundo se conectaron de forma significativa. Por ejemplo, en 1531, la Bolsa de Amberes (un centro de negocios) estaba abierta a comerciantes de cualquier nación y lengua.
Hubo un rápido intercambio de técnicas, productos y alimentos. El trigo y el ganado llegaron a América, mientras que el maíz, la patata y el chocolate llegaron a Europa. Los paisajes cambiaron: templos precolombinos fueron reemplazados por iglesias católicas, y minaretes se alzaron junto a iglesias ortodoxas en los Balcanes.
Se creó una vasta economía mundial. Las monedas del Imperio español, los famosos "reales de a ocho", viajaban desde América hasta el Extremo Oriente para comprar especias, sedas y porcelanas. Productos antes de lujo, como la pimienta, se hicieron más comunes. Esta "primera unidad del mundo" es la esencia de la modernidad de esta época.
La Edad Moderna se caracteriza por una transformación gradual, pero decisiva, de las estructuras económicas, sociales, políticas e ideológicas de la Edad Media. A diferencia de los cambios rápidos de la Edad Contemporánea, en la Edad Moderna los cambios fueron lentos. Los fenómenos asociados a la Modernidad (como el capitalismo, el Humanismo y los estados nacionales) se venían preparando desde antes, pero en los siglos XV y XVI se unieron para crear una nueva etapa.
Estos cambios ocurrieron en varias áreas:
- Economía: Desarrollo del capitalismo.
- Política: Surgimiento de estados nacionales y los primeros imperios de ultramar.
- Guerra: Cambios en la estrategia militar por el uso de la pólvora.
- Arte: El Renacimiento.
- Religión: La Reforma Protestante.
- Filosofía: El Humanismo y una nueva forma de pensar sobre el ser humano y la sociedad.
- Ciencia: Abandono de la autoridad y desarrollo de la investigación empírica.
En el XVII, estas fuerzas ya habían cambiado Europa, especialmente en el noroeste. Sin embargo, los grupos sociales tradicionales de la Edad Media (el clero y la nobleza) aún tenían mucho poder.
Desde un punto de vista económico, este proceso de transformación comenzó con el desarrollo de la producción y el aumento de la población. Se pasó de una economía agraria y rural (base del Feudalismo) a una con una nueva dimensión comercial y urbana. Esto llevó a la formación de estados-nación (con monarquías autoritarias, absolutas o parlamentarias). Este cambio se inició en el XII y se aceleró con la crisis del XIV, marcando la transición del feudalismo al capitalismo.
El papel de la burguesía
Los burgueses, que eran los habitantes de los barrios nuevos de las ciudades en expansión en la Edad Media, tuvieron un papel complejo en la Edad Moderna. Eran hombres libres que se hicieron poderosos gracias a las redes comerciales. Ciudades como Venecia y Génova crearon grandes imperios comerciales. La Hansa dominó la economía del Mar Báltico.
Las ciudades eran como "islas en el océano feudal". La burguesía fue un factor que ayudó a disolver el sistema feudal. Metrópolis como Londres y París crecieron mucho en el XVIII.
Aunque había grandes diferencias económicas entre la alta burguesía, la baja burguesía y la plebe pobre, socialmente todos eran pueblo llano. La mayoría de la población vivía en el campo, dedicada a la agricultura, con poca productividad.
La burguesía también pudo ser aliada del absolutismo. Sus individuos a menudo preferían el ennoblecimiento (comprando títulos o casándose con nobles) en lugar de desafiar el sistema. Sin embargo, a lo largo de la Edad Moderna, las fuerzas basadas en los nuevos valores de la burguesía chocaron con las estructuras de la Edad Media, como la Iglesia católica, el Imperio, los feudos, la servidumbre y el privilegio. También se expandieron la colonia, la esclavitud y el racismo.
Fuera de Europa, la expansión europea afectó a todo el mundo. Para América, la Edad Moderna significó la llegada de Europa y el inicio de los movimientos de independencia que crearon los nuevos estados americanos.
El poder de los reyes

En Europa Occidental, algunas monarquías comenzaron a formar estados nacionales. Estos estados tenían territorios definidos y mercados unificados, lo que ayudó a la modernización económica. Aunque no era el nacionalismo de siglos posteriores, las monarquías se identificaban con un carácter nacional, resaltando leyes, costumbres, religión o lengua.
Este proceso no fue fácil. El aumento del poder de los reyes se centró en tres puntos:
- Eliminar cualquier poder que los desafiara dentro del Estado.
- Expandir y simplificar las fronteras políticas.
- Eliminar estructuras feudales que estaban por encima de los estados (como el poder del papa y el emperador).
Las monarquías autoritarias intentaron eliminar la oposición. En el XVI, aprovecharon la Reforma Protestante para separarse de la Iglesia católica (como en los principados alemanes y monarquías escandinavas) o para identificarse con ella (como en Francia y España). Los reyes buscaron imponer la unidad religiosa a sus súbditos.
Otro desafío fue la nobleza, que a veces se resistió al aumento del poder real, como en la Guerra de las Comunidades de Castilla (1521). Sin embargo, en la mayoría de los casos, los reyes se apoyaron en la nobleza y el clero. En Francia, esto llevó a una monarquía absoluta centralizada. En Holanda e Inglaterra, se desarrolló la monarquía parlamentaria.
Externamente, los imperios europeos buscaron expandir sus territorios. España construyó un gran Imperio en América. Portugal y Holanda fundaron factorías en las costas. Francia e Inglaterra intentaron entrar en la India y fundaron colonias en Estados Unidos y Canadá. La lucha por el poder en Europa fue constante, con guerras por razones dinásticas, religiosas o de hegemonía.
Las viejas estructuras supranacionales entraron en crisis. La Iglesia católica no pudo mantener su dominio sobre toda Europa. El Sacro Imperio Romano Germánico fue desmantelado por el Tratado de Westfalia de 1648.
La sucesión de los reyes

La frase "El Rey ha muerto, ¡viva el Rey!" garantizaba la continuidad de la monarquía hereditaria. Sin embargo, la muerte de los reyes o la falta de sucesión a menudo causaban problemas y guerras.
En la Edad Moderna, la posibilidad de matar a un rey era un delito muy grave. Las tragedias de Shakespeare a menudo trataban sobre usurpadores que recibían su merecido castigo.
La muerte del rey Sebastián I de Portugal en la batalla de Alcazarquivir impactó a Europa y marcó el inicio de la decadencia portuguesa. Su tío Felipe II se convirtió en heredero, uniendo los reinos. Esto también dio origen a un movimiento social, el sebastianismo, que creía en su regreso.
En Europa, se empezó a justificar la muerte de un tirano. El padre Mariana, de la Escuela de Salamanca, escribió un libro que se usó para justificar la rebelión de los Países Bajos y las revoluciones americana y francesa.
Los conquistadores europeos no respetaron la soberanía de los líderes americanos, a quienes consideraban "indígenas paganos". Así, líderes como Hatuey, Atahualpa y Moctezuma fueron extorsionados, torturados y asesinados. Sin embargo, en Europa también hubo asesinatos de reyes, como los de Guillermo de Orange, Enrique III y Enrique IV de Francia, y las ejecuciones de María Estuardo y Carlos I de Inglaterra. Cuando la guillotina cayó sobre Luis XVI, la Edad Moderna ya había terminado.
En América, las revoluciones independentistas (como la de las trece colonias británicas en 1776, que dio origen a los Estados Unidos, y la Guerra de Independencia Hispanoamericana de 1809-1824) unieron la idea de independencia con la oposición a la monarquía. Esto llevó a la aparición de muchas repúblicas.
Cambios en la guerra
El arte militar también cambió mucho. La introducción de las armas de fuego marcó el fin de los caballeros feudales y el inicio del dominio de la infantería. Aunque la pólvora se usó primero en China, su uso militar fue clave en Europa durante la Edad Moderna.
La artillería se convirtió en un arma decisiva. Su alto costo solo podía ser pagado por las monarquías, lo que llevó a la creación de los ejércitos modernos. La Guerra de Granada fue importante para formar unidades militares complejas como los tercios españoles.
La ingeniería también avanzó, perfeccionando nuevas tácticas de defensa como el bastión. Esto llevó a una "carrera de armamentos" entre ingenieros militares y artilleros.
Las guerras medievales, con tropas reclutadas por lazos de vasallaje, se transformaron en guerras de asedio y desgaste, con tropas profesionales y mercenarias. Esto hizo que los conflictos fueran más crueles hasta el XVII. En el XVIII, las guerras se volvieron más metódicas, con maniobras cuidadosas y menos riesgos. Los uniformes, banderas y música militar se codificaron. Este esquema duró hasta la llegada de Napoleón Bonaparte, quien usó el reclutamiento masivo.
La guerra en el mar
La guerra naval también mejoró con la artillería y las nuevas técnicas de navegación. La propulsión a remo quedó obsoleta, dando paso a flotas oceánicas que podían llevar la presencia militar a grandes distancias. La batalla de Lepanto (1571) fue una de las últimas grandes batallas de galeras.
Hasta la derrota de la Armada Invencible (1588), la hegemonía naval hispano-portuguesa era indiscutible. Felipe II ofreció una gran recompensa por un reloj mecánico que permitiera a sus barcos calcular la longitud con precisión, algo que no se logró hasta el XIX. La batalla de Trafalgar (1805) confirmó la hegemonía marítima de Inglaterra.
Los bosques ibéricos se usaron para construir barcos, lo que tuvo consecuencias económicas y ecológicas.

La religión
La Iglesia católica tuvo conflictos con la nueva vida urbana. En el XIV vivió la Cautividad de Aviñón y el Cisma de Occidente. En el XV, el poder de los papas aumentó. Para financiarse, recurrieron a la venta de indulgencias, lo que provocó protestas de John Wycliff, Jan Hus y Martín Lutero.
Lutero rechazó someterse a la Iglesia, afirmando que la única autoridad eran las Sagradas Escrituras. Esta nueva visión de la relación entre el hombre y Dios era más personal e íntima, diferente a la idea comunitaria del catolicismo medieval. Los seguidores de Lutero, como Ulrico Zwinglio, Juan Calvino o John Knox, fundaron iglesias reformadas que se expandieron por Europa. Se ha sugerido que el calvinismo y la doctrina de la predestinación contribuyeron al espíritu capitalista, al exaltar el trabajo y el éxito personal.
La Iglesia católica reaccionó tardíamente con el Concilio de Trento (1545-1563). Los principales exponentes de esta reforma fueron Ignacio de Loyola y la Compañía de Jesús. Sin embargo, no pudo recuperar a muchas naciones reformadas. El norte de Alemania, Escandinavia y Gran Bretaña no volvieron al catolicismo. La Contrarreforma tuvo éxito en Europa danubiana, el sur de Alemania y Polonia. Irlanda, las penínsulas ibérica e itálica, y los dominios españoles en América, permanecieron católicos.
Todo esto ocurrió en medio de un periodo de guerras de religión. En Alemania, los príncipes católicos se apoyaron en Carlos V contra los protestantes. En Francia, la Matanza de San Bartolomé (1572) fue un episodio de sus prolongadas guerras de religión. La guerra de los Ochenta Años separó a los Países Bajos en un norte protestante y un sur católico. La guerra de los Treinta Años (1614-1648) se convirtió en un conflicto europeo generalizado.
La expansión europea llevó a la desaparición o sumisión de muchas religiones indígenas. En América Latina, el catolicismo fue impuesto, pero las antiguas religiones precolombinas y africanas se mezclaron con el cristianismo a través del sincretismo religioso.
El islam no tuvo una separación de autoridades civiles y religiosas. Los Imperios Turco, Safávida o Mogol fueron más tolerantes en materia religiosa que la Monarquía católica. El humanismo renacentista en Europa acentuó la separación entre lo religioso y lo laico.
Ideas como la libertad de conciencia llevaron a nuevas posturas del hombre ante la naturaleza, como la duda cartesiana, el racionalismo y el empirismo. La indiferencia religiosa, el panteísmo, el agnosticismo y el ateísmo comenzaron a ser consideradas, aunque no toleradas al principio. La descristianización ligada a la Revolución francesa incluso llevó a un culto secular a la Diosa Razón.


El derecho y el concepto del hombre en sociedad
Después del Tratado de Westfalia, la religión dejó de ser la causa principal de las guerras en Europa. Se impuso el pragmatismo en las relaciones internacionales, buscando intereses más seculares, como propuso Nicolás Maquiavelo en El Príncipe.
La esclavitud en la Edad Moderna tuvo una función diferente. Aunque no fue la forma de producción dominante, se convirtió en un sistema central de trabajo en las colonias, haciendo del tráfico de esclavos uno de los negocios más rentables. A principios del XIX, Gran Bretaña y las naciones hispanoamericanas iniciaron la abolición de la esclavitud. Esto respondía a la nueva lógica del sistema capitalista industrial.
La idea de una sociedad perfecta en la Tierra dio origen a un nuevo género literario: la Utopía, título de una novela de Tomás Moro. Otros autores como Erasmo de Róterdam y Tomás Campanella también escribieron sobre sociedades ideales.
Las prácticas comerciales se hicieron más sofisticadas con el nacimiento de las finanzas públicas. Conceptos como el precio y el beneficio, antes vistos con sospecha, fueron gradualmente aceptados.
La familia también experimentó cambios. La modernidad representó el paso de la familia extensa a la familia nuclear. La separación de Enrique VIII y Catalina de Aragón dividió Europa tanto como la Reforma.
El papel de la mujer

En la Edad Moderna, la mayoría de las civilizaciones seguían un modelo patriarcal, donde la mujer tenía un papel secundario. Sin embargo, las mujeres no estaban ausentes de la sociedad ni de los documentos. La Historia de la mujer en este periodo es un campo de estudio importante.
El papel de la mujer en la civilización occidental fue más visible cuando las leyes dinásticas les permitían ser reinas o regentes, como Isabel I de Castilla o Isabel I de Inglaterra. Aunque muchas fueron tratadas con estereotipos crueles, otras fueron admiradas.
Excepcionalmente, en algunas civilizaciones y situaciones, las mujeres tuvieron un papel protagónico. Por ejemplo, en la Confederación Iroquesa, el poder político estaba dividido entre hombres y mujeres. En las revoluciones liberales, como la francesa o la Guerra de Independencia Hispanoamericana, algunas mujeres ocuparon puestos decisivos, como la Coronel Juana Azurduy.


El arte en la Edad Moderna
Arte de la Edad Moderna Lo que hoy llamamos arte moderno no es el arte de la Edad Moderna, sino el arte contemporáneo (las vanguardias europeas de alrededor de 1900). El arte de la Edad Moderna se considera el arte europeo de los siglos XV al XVIII.
El Renacimiento (siglos XV y XVI) se identifica con la modernidad, rompiendo con el arte medieval y buscando la imitación de los modelos clásicos (el arte grecorromano) y la naturaleza. La riqueza creativa de la época se debió al intercambio entre Italia y Flandes.
El arte "barroco"
Quizás el estilo artístico más representativo de la Edad Moderna fue el Barroco. Se extendió en el tiempo (siglos XVII y XVIII) y en el espacio (desde Europa del Norte hasta América colonial y Filipinas). Este estilo se caracterizaba por ser visualmente recargado, buscando expresar la grandeza del infinito y a veces mostrando motivos realistas o "feos", lo que contrastaba con la búsqueda de la belleza ideal del Renacimiento.
El urbanismo barroco buscaba que la ciudad fuera un escenario artificial, donde las perspectivas glorificaran los espacios de poder, como la plaza de San Pedro en el Vaticano o el paseo del Prado de Madrid.
A mediados del XVIII, el redescubrimiento de las ruinas romanas de Pompeya y Herculano puso de moda el arte clásico nuevamente, dando origen al Neoclasicismo. Este estilo se asocia a la Revolución francesa y al Imperio napoleónico, y a menudo se considera un arte de transición a la Edad Contemporánea.
Arte asiático y africano
Durante la Edad Moderna, el arte en Asia y África también produjo obras de gran nivel, siguiendo sus propias tradiciones, como el arte africano, el arte islámico, el arte de China o el arte de Japón.
En el arte islámico, se enfatizaron los patrones geométricos, la caligrafía y la arquitectura. En la India y el Tíbet, se desarrollaron esculturas pintadas. En China, continuó el desarrollo de sus variadas artes. En Japón, la caligrafía y la pintura se interrelacionaron, y los grabados en madera se hicieron importantes.
Arte colonial en el Nuevo Mundo
Arte colonial hispanoamericano
En América, el arte colonial recibió influencias europeas, africanas y de las culturas precolombinas, a menudo fusionadas de formas complejas. Se usa el término arte colonial para agrupar estilos muy distintos. El barroco colonial tuvo características propias, como su gran diversidad, el uso del color y la proliferación de formas. En Brasil, destaca el escultor y arquitecto Antonio Francisco Lisboa, «el Aleijadinho». La escuela cusqueña de pintura se caracterizó por el naturalismo y la presencia de rostros y temas indígenas.
La función del artista
Una diferencia clave en la Edad Moderna fue la función social y la consideración del artista en el arte occidental. Desde el Renacimiento, pintores, escultores y arquitectos dejaron de ser anónimos y comenzaron a firmar sus obras. Se relacionaban con filósofos y príncipes, ascendiendo socialmente.
La Iglesia, la nobleza y la monarquía dejaron de ser los únicos clientes. Surgió un verdadero mercado del arte, y los artistas tuvieron más libertad creativa. Este proceso se completó en el XIX, dando paso al arte contemporáneo.


El teatro y la música
El teatro y la música alcanzaron una gran madurez en la Edad Moderna. En el XVII, de forma simultánea en diferentes partes del mundo, se desarrollaron el kabuki japonés y los teatros clásicos de Europa Occidental (español, inglés y francés).
El teatro clásico europeo combinó tradiciones medievales (escenificaciones religiosas y profanas) con las normas literarias clásicas de la antigüedad grecolatina. Las artes escénicas también incluyeron música, que, además de la tradición eclesiástica, incorporó temas y danzas populares.
La llamada música clásica, con compositores barrocos como Johann Sebastian Bach, Vivaldi o Haendel, culminó con el clasicismo musical de Haydn y Mozart. La ópera, nacida en 1607 con el Orfeo de Monteverdi, comenzó su camino para convertirse en un vehículo de ideas.
La música europea se difundió por el mundo, especialmente en las colonias americanas, donde fue recibida y adaptada con éxito.

Ciencia y conocimiento
La nueva forma de pensar, que cuestionaba la sabiduría medieval basada en la autoridad, dio origen a la investigación empírica de la naturaleza. Figuras como Paracelso o Nostradamus eran importantes en el Renacimiento científico. Los problemas que llevaron a la muerte a Giordano Bruno o Miguel Servet muestran la falta de separación entre ciencia y religión en esa época.
El choque cultural entre los pueblos del mundo (europeos, americanos, asiáticos, africanos) llevó a que las civilizaciones usaran sus conocimientos (predicción de eclipses, técnicas antisísmicas, armas, especies vegetales y animales) para mostrar su superioridad.
En 1543, dos obras importantes aparecieron: Nicolás Copérnico propuso el Heliocentrismo (la Tierra gira alrededor del Sol), y Andrés Vesalio revisó la anatomía. Estos avances llevaron a cambios en la visión del universo (con Tycho Brahe, Galileo Galilei y Johannes Kepler) y en la Medicina (con Miguel Servet, William Harvey y Marcello Malpighi). Isaac Newton postuló la Ley de la gravedad en 1687.
La comunicación entre científicos, las publicaciones y la creación de instituciones (como la Royal Academy) fueron clave para la ciencia moderna. Sin embargo, hubo resistencia al cambio.
En el XVIII, avanzaron otras disciplinas como la química y las ciencias biológicas. Lavoisier revolucionó la química en 1789. En taxonomía, las sistematizaciones de Buffon o Linneo fueron esenciales.
Paralelamente, en la Física se desarrolló el maquinismo de la primera Revolución industrial (máquina de vapor de Thomas Newcomen y James Watt), aunque la ciencia no tuvo mucho que ver en sus inicios.
El desarrollo del capitalismo comercial trajo la primera literatura económica. La Fisiocracia de Quesnay (1758) propuso la libertad económica. En 1776, Adam Smith publicó La riqueza de las naciones, considerada la base de la economía moderna.
La alfabetización fue esencial en todo el mundo. Desde la imprenta de Gutemberg, la escritura tuvo un papel importante en la sociedad.
Galería de imágenes
-
La escuela de Atenas, fresco de Rafael, en las Estancias Vaticanas (1510).
-
Historia-Naturalis-Brasiliae.jpg
La Historia Naturalis Brasiliae (1648).
-
El Chimborazo estudiado por Alexander von Humboldt (1805).
-
Bula Exurge Domine, contra los errores de Martín Lutero (1520).
Véase también
En inglés: Early modern period Facts for Kids
- Historia
- Historiografía
- Antiguo Régimen
- Edad Contemporánea
- Historia moderna de España
- Filosofía Natural en la Edad Moderna
- Historia de la era contemporánea