Guerra naval para niños
Una batalla naval es una lucha que ocurre entre barcos en el mar, océanos o grandes cuerpos de agua como lagos y ríos anchos. Es una parte importante de la historia militar y ha cambiado mucho con el tiempo.
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Hoy en día, las batallas navales se basan en el principio de "disparar y moverse". Esto significa que los barcos deben ser rápidos y tener buena puntería. Para tener éxito, es clave encontrar al enemigo antes de que ellos te encuentren a ti. Se dedica mucho esfuerzo a evitar ser detectado.
¿Qué es el espacio de batalla?
El "espacio de batalla" es una zona alrededor de una flota naval donde un comandante puede detectar, perseguir y destruir amenazas. Las armadas prefieren el mar abierto porque la tierra (costas) y el fondo marino limitan el espacio para moverse. Esto hace que sea más fácil para el enemigo predecir dónde estás y más difícil para ti detectarlos. En aguas poco profundas, encontrar submarinos y minas es muy complicado.
Durante la Guerra Fría, los expertos navales de Estados Unidos se enfocaron en cómo se enfrentarían dos flotas modernas en alta mar. Los grupos de batalla de portaaviones eran muy importantes en sus planes.
Armas y amenazas en el mar
En el combate naval moderno, un ataque puede venir desde muy lejos, hasta 1100 kilómetros. Esto hace que sea difícil explorar un área tan grande. La guerra electrónica ayuda a resolver este problema, usando tecnología para detectar y confundir al enemigo.
Los submarinos son una gran amenaza para las flotas, porque los modelos modernos son muy difíciles de detectar. Pueden pasar desapercibidos gracias a tecnologías especiales. Esta capacidad de ocultarse es su mayor ventaja. La simple sospecha de un submarino puede hacer que una flota gaste muchos recursos para encontrarlo, ya que un ataque sorpresa podría ser devastador.
El arma principal en el combate naval moderno es el misil. Se puede lanzar desde la superficie, bajo el mar o desde aviones. Los misiles actuales son muy rápidos, pueden alcanzar velocidades de hasta Mach 4, lo que significa que el impacto puede ocurrir en segundos. La mejor defensa es destruir las plataformas de lanzamiento antes de que disparen. Si eso no es posible, se usan defensas antiaéreas.
La guerra en el mar se ha practicado por lo menos desde hace 3000 años. Aunque parezca que la guerra terrestre no depende del mar, antes del siglo XIX, el transporte de personas y mercancías era muy lento y caro por tierra. Los ejércitos, que necesitaban muchas provisiones, dependían de los barcos para llevar todo lo necesario por mar o por ríos.
Primeras batallas en el Mediterráneo
La primera batalla naval registrada por escrito ocurrió alrededor del año 1210 a.C. Suppiluliuma II, rey de los hititas, derrotó a una flota de Chipre.
Relieves asirios de hace unos 2700 años muestran barcos fenicios con dos niveles de remos y una especie de espolón en la proa para embestir.
En el año 664 a.C., hubo una batalla naval entre Corinto y su colonia Corcira.
Las guerras médicas (siglo V a.C.) fueron los primeros conflictos con operaciones navales a gran escala. Hubo grandes batallas entre flotas de trirremes y operaciones combinadas de tierra y mar.
- La primera campaña persa (492 a.C.) fracasó porque una tormenta hundió su flota.
- En la segunda campaña (490 a.C.), los persas desembarcaron cerca de Maratón, pero los griegos los rechazaron en tierra.
- Diez años después (480 a.C.), el rey persa Jerjes I atacó de nuevo. La flota griega, liderada por Temístocles de Atenas, se enfrentó a los persas cerca de Artemisio.
- La Batalla de Salamina fue decisiva. Temístocles atrapó a los persas en un canal estrecho, donde su gran número no les sirvió de nada. Los griegos ganaron, salvando Atenas.
Después de las guerras médicas, los griegos dominaron el Mar Egeo, pero volvieron a sus conflictos internos. La guerra del Peloponeso (431 a.C.) fue entre Atenas y Esparta. Atenas, con su flota, se mantuvo abastecida mientras Esparta la asediaba. Hubo muchas batallas navales entre galeras. La guerra terminó cuando la flota ateniense fue destruida en Egospótamos (405 a.C.).
Roma no era una potencia marítima, pero aprendió a luchar en el mar durante las guerras púnicas contra Cartago. Inventaron el corvus, un puente para abordar barcos enemigos. La batalla de Accio (31 a.C.) fue una gran batalla naval en las guerras civiles romanas.
La Antigua China y sus flotas
En la Antigua China, las primeras batallas navales conocidas fueron durante el período de los Reinos Combatientes (481-221 a.C.). Los barcos se usaban para embestir y llevar soldados con armas.
La Dinastía Qin (221-207 a.C.) usó su poder naval para unificar el sur de China. Durante la dinastía Han (202 a.C.-220 d.C.), los chinos inventaron el timón de popa y desarrollaron el junco. La Batalla de los Acantilados Rojos (siglo III d.C.) fue una gran batalla naval donde el estratega Zhuge Liang usó proyectiles de fuego.
La Edad Media en el mar
Las invasiones bárbaras en el siglo IV fueron principalmente por tierra, pero hubo flotas como la vándala y la ostrogoda que lucharon en el mar.
En el siglo VII, las flotas árabes aparecieron, atacando Sicilia y derrotando a la Armada bizantina. Constantinopla se salvó en el 678 gracias al fuego griego, un tipo de lanzallamas que quemó los barcos enemigos.
Los vikingos, desde el siglo VIII, atacaban rápidamente las costas europeas. El rey Alfredo el Grande de Inglaterra construyó una flota para derrotar a los daneses. Los nórdicos también luchaban entre ellos, atando sus barcos para combatir cuerpo a cuerpo. La batalla de Svolder es un ejemplo famoso.
Cuando el poder árabe en el mar Mediterráneo disminuyó, las ciudades italianas de Génova, Pisa y Venecia construyeron armadas para proteger su comercio. Lucharon contra los árabes, los normandos y entre ellas. Venecia ganó la última guerra contra Génova, dominando el comercio mediterráneo por casi un siglo.
En el norte de Europa, la Batalla de Dover (1217) es importante por ser la primera batalla registrada donde se usaron tácticas con barcos de vela.
Asia Medieval: China, India, Japón y Corea
Las dinastía Sui y dinastía Tang de China tuvieron muchos asuntos navales relacionados con Corea y Japón. La dinastía Tang ayudó a Silla a expulsar a los japoneses y conquistar otros reinos coreanos. China también tenía comercio marítimo con Sri Lanka, India, Irán y África Oriental.
La dinastía Chola de la India medieval fue una potencia marítima importante en el océano Índico. Enviaron expediciones navales que ocuparon partes de Birmania, Malaya y Sumatra.
En el siglo XII, la dinastía del sur Song de China creó la primera armada permanente. Con la brújula magnética y nuevos conocimientos de navegación, los chinos se hicieron expertos. En un siglo, su flota creció enormemente, usando barcos de rueda de paletas y lanzando bombas de pólvora desde fundíbulos. Esto los hizo un enemigo formidable para la Dinastía Jin (1115-1234).
Después de la dinastía Song, la dinastía Yuan (mongola) también fue una fuerza marítima poderosa. El emperador Kublaikan intentó invadir Japón dos veces con flotas enormes, pero no tuvo éxito.
En el siglo XV, el almirante chino Zheng He de la Dinastía Ming formó una flota masiva para misiones en el Pacífico y el océano Índico. Su flota luchó contra piratas y tuvo un conflicto en Sri Lanka.
A finales del siglo XVI, Toyotomi Hideyoshi de Japón intentó invadir Corea. Los japoneses usaron tácticas de abordaje en el mar. Aunque capturaron Busán y Seúl, la ayuda china y las brillantes estrategias navales del almirante coreano Yi Sun Sin fueron clave para la derrota japonesa. El almirante Yi cortó las líneas de suministro japonesas, debilitando su fuerza.
La era de la vela y los imperios

En la Baja Edad Media, se desarrollaron barcos como los cogs y las carabelas, capaces de navegar en el océano abierto. Estos barcos crecieron en tamaño, pudiendo llevar cañones y grandes cargas.
El Imperio otomano construyó una armada poderosa que rivalizó con Venecia. Aunque fueron derrotados en la Batalla de Lepanto (1571), reconstruyeron su flota rápidamente. Sin embargo, con la Era de los Descubrimientos, Europa encontró nuevas rutas marítimas alrededor de África y hacia América, superando la dependencia del comercio terrestre.
En 1588, Felipe II de España envió su Armada Invencible contra Isabel I de Inglaterra, pero el mal tiempo la obligó a regresar.
En el siglo XVII, la competencia entre las flotas comerciales inglesas y holandesas llevó a las Guerras Anglo-Holandesas, las primeras guerras totalmente navales. La Batalla de Medway fue memorable, donde el almirante holandés Michiel de Ruyter destruyó gran parte de la flota británica.
El siglo XVIII vio muchas guerras mundiales. En el mar, británicos y franceses eran grandes rivales. Las guerras napoleónicas incluyeron batallas navales legendarias, como la Batalla de Trafalgar en 1805, donde el almirante Horatio Nelson rompió el poder de las flotas francesa y española, aunque perdió la vida.

Del viento al vapor y el acero

Después de Trafalgar, el siglo XIX fue un período de paz en los océanos, pero de mucha innovación tecnológica. La máquina de vapor apareció en los barcos, se crearon cañones más grandes y los obuses explosivos podían destruir barcos de madera. Esto llevó a la necesidad de añadir corazas de hierro a los barcos.
La dinastía Qing de China no tuvo una armada permanente como las anteriores. Los esfuerzos navales chinos contra los barcos británicos de vapor en las Guerras del Opio (1840s) fueron derrotados. Esto dejó a China vulnerable a la influencia extranjera.
La batalla entre el CSS Virginia y el USS Monitor durante la guerra civil estadounidense fue el primer duelo entre naves acorazadas, marcando el inicio de una nueva era. La primera acción de flotas acorazadas fue en 1866, en la Batalla de Lissa (1866).
A finales del siglo, surgió el acorazado moderno: un barco de acero, a vapor, con muchos obuses en torretas. El diseño definitivo llegó en 1906 con el HMS Dreadnought (1906), que solo tenía cañones grandes, capaces de hundir cualquier barco de su tiempo.
La guerra ruso-japonesa y la Batalla de Tsushima en 1905, mostraron el éxito de estos nuevos conceptos, con una gran victoria japonesa.
La Primera Guerra Mundial enfrentó a la Marina Real Británica contra la armada alemana, culminando en la Batalla de Jutlandia en 1916.
Entre las guerras mundiales, apareció el primer portaaviones, el HMS Argus. Aunque se firmaron tratados para limitar la construcción de acorazados, las tensiones de los años 30 llevaron a construir barcos aún más grandes, como el Yamato, el acorazado más grande jamás construido.
Sobre y bajo la superficie
La Batalla de Tarento fue clave, mostrando el poder de los aviones navales. El hundimiento del HMS Prince of Wales (53) y el HMS Repulse (1916) en 1941 marcó el fin de la era del acorazado y la importancia del portaaviones. Durante la guerra del Pacífico, los portaaviones fueron las estrellas en batallas como la Batalla de Midway y la Batalla del Golfo de Leyte, la batalla naval más grande de la historia.
El poder aéreo siguió siendo clave en las flotas del siglo XX, con aviones a reacción en portaaviones cada vez más grandes, armados con misiles teledirigidos y misiles de crucero.
El desarrollo de los submarinos también fue muy importante. Al principio, solo podían sumergirse por poco tiempo, pero luego, con la propulsión nuclear, podían pasar semanas bajo el agua. En ambas Guerras Mundiales, los submarinos hundieron barcos mercantes y de guerra con torpedos. En los años 50, la Guerra Fría impulsó el desarrollo de submarinos con misiles balísticos nucleares.
Tres conflictos navales importantes ocurrieron en la segunda mitad del siglo XX:
- La Guerra Indo-Pakistaní (1971), donde Bangladés obtuvo su independencia.
- La guerra de las Malvinas (1982) mostró la vulnerabilidad de los barcos modernos a los misiles como el Exocet. También demostró la utilidad de los submarinos.
- La guerra entre Irán e Irak (1980-1988) vio ataques a barcos mercantes y la Operación Mantis Religiosa, donde barcos de la Armada de los Estados Unidos atacaron instalaciones petroleras iraníes.
Hoy en día, las grandes batallas navales son raras. La función principal de las armadas modernas es controlar las rutas marítimas y proyectar su poder hacia la costa. Esto se ha visto en conflictos como la guerra de Corea, la guerra de Vietnam y la guerra del Golfo. Un choque entre dos armadas poderosas es casi impensable debido al enorme riesgo y la pérdida de recursos que implicaría.
Galería de imágenes
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Un antiguo trirreme griego.
Véase también
En inglés: Naval warfare Facts for Kids
- Guerra antisuperficie
- Guerra antisubmarina
- Guerra galana
- Guerra a la española
- Lista de batallas navales
- Estrategia naval
- Tácticas navales
- Guerra submarina
- Guerra de superficie
- Marina de guerra
- Sir Julian Corbett y Contra Almirante Alfred Thayer Mahan, teóricos importantes.
- Historia naval
- Historia de la armada India
- Operaciones de bandera falsa
- Guerra moderna