Historia de la moda para niños
La historia de la moda muestra cómo ha cambiado la ropa a lo largo del tiempo. La moda viene del latín "modus" y significa modo o medida. La moda incluye ropa y accesorios como sombreros, guantes, cinturones, y cosas como joyas y gafas. También está relacionada con la peluquería, la perfumería, y la cosmética.
Según Marnie Fogg, la moda adorna el cuerpo y muestra nuestra identidad. Para Georgina O'Hara, la moda refleja nuestra forma de ser y los tiempos en que vivimos. La moda no es solo ropa; incluye aspectos sociales y estéticos. La ropa nos protege del clima, pero también muestra nuestro gusto y posición social.
La Real Academia Española dice que la moda es el "gusto colectivo y cambiante en lo relativo a prendas de vestir y complementos". Los modistas diseñan y confeccionan ropa. La moda también incluye el diseño de vestuario para espectáculos como el cine y el teatro.
Según Georg Simmel, la moda es una forma de imitar a los grupos prestigiosos. La difusión de la moda ha cambiado con el tiempo, desde el comercio y los libros en la Edad Media hasta la imprenta y los medios de comunicación modernos. Desde el siglo XVIII, Francia ha sido una influencia importante en la moda. La Revolución Industrial y los nuevos medios de comunicación, como el cine y la televisión, han ayudado a que la moda se vuelva global.
Contenido
Prehistoria
La historia de la indumentaria empieza con el Homo sapiens, que se cubría con pieles de animales para protegerse del frío. En el Paleolítico, aprendieron a hacer las pieles flexibles masticándolas, golpeándolas o aplicando grasa de ballena y ácido tánico de árboles como el roble y sauce. Inventaron la aguja de coser para unir las pieles, permitiendo confeccionar prendas adaptadas al cuerpo. En el Mesolítico y Neolítico, el clima templado hizo que usaran fibras animales y vegetales. Técnicas como el fieltro, el tratamiento de corteza y el tejido surgieron. Prendas simples como faldas y capas evolucionaron, con nómadas de las estepas desarrollando ropa más ajustada y pantalones.
Edad Antigua
La Edad Antigua comenzó con las primeras civilizaciones y la aparición de la escritura, que marca el paso de la Prehistoria a la Historia. Las primeras civilizaciones surgieron en Mesopotamia, Egipto, India y China. Luego vino la Antigüedad clásica con las culturas de Grecia y Roma. Este periodo terminó con la caída del Imperio romano de Occidente en el 476.
En Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates, las primeras civilizaciones cultivaban y desarrollaron la escritura. La ropa variaba según la estación: en verano iban sin ropa y en invierno llevaban pieles de animales. Con el tiempo, la industria textil creció, y surgieron vestidos variados con adornos y accesorios. Los sumerios usaban mantones de lana, los asirios túnicas de lana, y los persas prendas coloridas y adornadas. Otro pueblo, los medos, vestían túnicas y calzones de cuero.
En Egipto, usaban principalmente lino. Las clases altas llevaban ropa elaborada como el shenti y el kalasiris, mientras que las clases bajas y esclavos iban casi sin ropa. Los faraones usaban tocados especiales y adornos.
En Grecia, se usaba lino, lana y algodón. Vestían túnicas como el quitón y el peplo. La clámide era una capa usada por jóvenes guerreros. Los colores eran vivos, con adornos y bordados. Los hombres llevaban barba hasta el siglo V a.C., luego se afeitaban.
En Roma, la lana y el lino eran comunes. La prenda más antigua era el subligaculum. Las togas se usaban para distintas ocupaciones, y las mujeres vestían la stola y la palla. La toga candida era usada por políticos, y la toga morada por emperadores. Los romanos usaban sandalias y, para el mal tiempo, botas cerradas. Las mujeres romanas llevaban peinados complejos y usaban tiaras, collares y pendientes.
En la península ibérica, los íberos se destacaron en la fabricación textil, creando prendas de lana, lino y esparto, admiradas por su calidad. Polibio mencionó los lujosos mantos turdetanos de lino teñidos de púrpura. Los hombres vestían túnica y manto al estilo griego, mientras que las mujeres llevaban dos túnicas y un manto, a veces con velo. Estas prendas solían estar adornadas con flecos y cenefas, y se ceñían con cinturones, broches y fíbulas. Las mujeres lucían complejos tocados, como se ve en la Dama de Elche, con cofias o diademas adornadas con joyas y abalorios.
Edad Media
La Edad Media empezó con la caída del Imperio romano de Occidente y terminó en el siglo XV. Fue una época difícil para la economía y la cultura. La sociedad se basaba en el feudalismo, donde los aristócratas, el ejército y el clero eran más poderosos que el resto de la gente.
El Imperio bizantino adoptó muchas costumbres romanas y orientales. Hicieron ropa de lujo con sedas traídas de Persia, India y China. Las prendas de seda y brocado eran para los ricos y llevaban colores especiales como púrpura, violeta y jacinto.
Los pueblos germánicos usaban lana y prendas ajustadas como túnicas y pantalones. En general, la ropa era simple, pero evolucionó con el tiempo. Durante las cruzadas, el comercio con Oriente trajo nuevas modas y elementos como botones y mangas largas.
En el siglo XIV, la moda se volvió importante y comenzó a diferenciarse más entre hombres y mujeres. Las prendas se hicieron más ajustadas y elegantes.
Islam
Las artes textiles fueron muy importantes en el mundo islámico, destacando técnicas como el damasco, el tiraz, el terciopelo y la muselina. Producían vestidos, alfombras y tapices con decoraciones geométricas y abstractas. La industria textil se centraba en sedas y brocados, como el tiraz. Entre las prendas, destacaban el turbante, el fez, el kefijeh, el caftán y varios tipos de velo para mujeres. En Al-Ándalus, hubo una mezcla cultural que dio lugar al traje mozárabe. El Imperio otomano también desarrolló una rica industria de la seda, especialmente en Bursa y Constantinopla, con prendas como el caftán y el turbante.
India
En la India, se usaban lana y algodón para vestidos y tapices, importándose la seda de China. Destacaban los bordados con hilos de seda, plata y oro. Los tejidos se teñían con técnicas como el batik y la impresión con planchas de madera, mostrando influencias iraníes en saris y chales de Cachemira. La vestimenta, más ornamental que protectora, variaba según profesión y religión. Los hindúes preferían prendas drapeadas como el sari y el dhoti, mientras que los musulmanes usaban prendas cosidas como el kurta y el paijama. Durante el periodo mogol, se combinaron estilos hindúes y musulmanes, desarrollándose una indumentaria característica.
China
En China, una de las civilizaciones más antiguas del mundo, la seda ha sido importante desde el milenio III a.C., cuando se dice que Lei-Tsu, concubina del emperador Huang-Ti, la descubrió. La seda se exportaba por la ruta de la seda desde la dinastía Han. Técnicas como el damasco, muaré y bordado eran comunes, con decoraciones de animales y plantas.
La ropa más antigua era una camisa larga, falda ancha y chaqueta de mangas largas. Durante la dinastía Tang, las mujeres usaban vestidos con escotes amplios y bufandas grandes, mientras que los hombres llevaban chaquetas y pantalones anchos. Los funcionarios usaban colores según su rango. En la dinastía Song, desarrollaron técnicas como sedas brochadas. Durante la dinastía Yuan, los mongoles hacían brocados con oro y plata. La dinastía Ming se destacó por los tejidos coloridos. En la dinastía Qing, la vestimenta era muy estricta, con los emperadores usando lujosos vestidos de ceremonias.
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Retrato del Emperador Kangxi
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Túnica imperial de la dinastía Qing
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La emperatriz Cixí
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Chinese woman in Qipao.jpg
Mujer con qipao
Japón
En Japón, la seda fue importante desde que se introdujo desde Corea en el año 200, aunque se perdió la técnica y no se recuperó hasta el siglo XVI, importando seda china mientras tanto. Nishijin, un suburbio de Kioto, se convirtió en el principal centro productor.
El vestido tradicional japonés no tenía botones y se ajustaba con cinturones y fajas. En tiempos antiguos, los hombres llevaban una casaca (kinu) y pantalones (hakama), y las mujeres una falda larga (mo) y una estola (hire). Con la introducción de la seda en el siglo VII, los estilos chinos influyeron en la vestimenta, diferenciándose los trajes según clases sociales. Durante el período Heian, las mujeres llevaban vestidos de seda de varias capas (jūnihitoe). En la Edad Media, los guerreros llevaban trajes sencillos, como el hitatare y el kimono. Los samurái usaban trajes oficiales inspirados en las armaduras, mientras las mujeres llevaban vestidos de seda (kosode) y un sobretodo (uchikake).
En el período Edo de Japón, la prosperidad económica impulsó la industria textil y las modas cambiantes. Surgió una nueva clase burguesa que buscaba mostrar su riqueza con ropas lujosas, aunque leyes suntuarias limitaban ciertos tejidos y colores a la nobleza. Sin embargo, se burlaban de estas leyes usando telas restringidas en ropa interior y forros, dando lugar a una estética única. Se desarrolló la técnica de teñido yūzen, creando kimonos coloridos.
En la era Meiji, Japón se abrió a Occidente, adoptando la vestimenta europea pero manteniendo el kimono, especialmente en casa. Desde 1872, los funcionarios debían vestir al estilo europeo, extendiéndose luego a otros ámbitos. A pesar del nacionalismo, las mujeres siguieron prefiriendo el kimono, influido por las guerras con China y Rusia. El abanico, con sus decoraciones, fue parte importante de la cultura japonesa y se difundió por Europa desde el siglo XVI.
Sudeste asiático
En el Sudeste asiático, la vestimenta se adaptaba al clima tropical y al trabajo al aire libre. Los hombres llevaban calzones cortos y sombreros amplios para protegerse del sol. Las mujeres usaban el sarong, una falda ajustada, y el slendang, un chal sobre los hombros. Destacaban técnicas como el batik de Java, donde se aplicaba cera en la tela antes de teñirla, y el ikat, que creaba patrones al atar hilos antes de teñir. En el Imperio jemer de Camboya, el sampot era común, mientras que en Birmania, hombres usaban el paso y mujeres, el htamein. En Laos y Tailandia, se usaban telas sin cortar sujetas con nudos o cinturones.
América precolombina
En la vestimenta de los aztecas, como en muchas culturas, reflejaba su estatus social. Los hombres de clase baja llevaban un taparrabos y un manto, mientras que las mujeres usaban una falda y una camisa sin mangas. Los de clase alta llevaban prendas similares pero más lujosas, como mantos decorados con símbolos del clan y túnicas de plumas. Usaban adornos de oro, jade y piedras preciosas, además de pinturas corporales. En Perú, los incas destacaron en hilado y tejido, vistiendo telas sin confeccionar. En Estados Unidos, antiguas tribus tejían sandalias y prendas de algodón y piel.
África
La vestimenta en África muestra una diversidad cultural, destacando el kente en África occidental, tejido por el pueblo ashanti. Otro ejemplo son las telas estampadas, introducidas por comerciantes europeos en el siglo XIX, populares en toda África central. Tras la independencia, surge la moda afrocéntrica, combinando técnicas sartoriales europeas con tejidos tradicionales. El prêt-à-porter africano se desarrolla en Nigeria, liderado por Shade Thomas-Fahm. En Mali, Chris Seydou adapta el tejido bògòlanfini a prendas europeas. En el Congo, los sapeurs destacan por su elegancia. Modelos como Elizabeth of Toro e Iman influyen en la moda internacional, como en Yves Saint Laurent.
Oceanía
En diversas de las islas y archipiélagos que jalonan el Océano Pacífico, como Polinesia, Melanesia o Nueva Guinea, las prendas textiles se elaboraban principalmente con un tejido de corteza vegetal llamado tapa, que podía ser fino y maleable o bien duro y basto, según el grosor o la calidad de la madera. Con este material se confeccionaban distintas prendas, que cubrían por lo general la zona del vientre, dejando el resto del cuerpo sin ropa, en consonancia con el clima cálido de esas latitudes. También usaban otros materiales como plumas, conchas o huesos, principalmente para adornos.
Edad Moderna
La Edad Moderna trajo cambios políticos, económicos y culturales: el absolutismo se consolidó, los descubrimientos geográficos y el colonialismo se expandieron con el Descubrimiento de América, y la imprenta difundió la cultura. La religión perdió influencia con el surgimiento del protestantismo y el humanismo renacentista promovió una visión científica del hombre y el universo.
En el siglo XVI, el Renacimiento trajo trajes ricos y espectaculares, con mangas destacadas, pliegues y colores vivos. La moda femenina incluyó falda y corpiño separados, mientras que los hombres usaban jubones y pantalones abombados. El siglo vio la introducción del corsé, el verdugado y la gorguera, así como el uso de adornos como el almidón para mantener rígidos los cuellos. Se popularizó el uso de abanicos y sombrillas como accesorios de moda.
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La velada (1514-1516), de Rafael Sanzio, Palacio Pitti, Florencia
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Retrato de Charles de Solier, señor de Morette, por Hans Holbein el Joven (1535), Gemäldegalerie Alte Meister, Dresde
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Elizabeth Seymour, retrato de Hans Holbein el Joven (c. 1540), Museo de Arte de Toledo, Toledo (Ohio)
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Leonor de Toledo con su hijo Juan de Médici, de Bronzino (1545), Galería Uffizi, Florencia
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Alejandro Farnesio, atribuido a Sofonisba Anguissola (c. 1560), Galería Nacional de Irlanda, Dublín
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Retrato de La infanta Isabel Clara Eugenia y Magdalena Ruiz, de Alonso Sánchez Coello (c. 1585), Museo del Prado, Madrid
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Isabel I de Inglaterra, por William Segar (c. 1585), Hatfield House
En el siglo XVII, la moda reflejaba sobriedad y religiosidad, con telas como el paño y la seda reservadas para las clases altas. Se adoptaron chaquetas y casacas, mientras los hombres usaban pantalones largos y botas altas. La casaca, una chaqueta larga y ajustada, se popularizó. La corte de Luis XIV en Versalles marcó tendencias, con la moda femenina destacando por su lujo y extravagancia. Surgieron los primeros modelos internacionales de moda. En los Países Bajos, se adoptó una moda austera, mientras en Inglaterra, Carlos I favoreció colores oscuros y Carlos II introdujo el chaleco como prenda masculina.
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Doña Ana de Velasco y Girón, de Juan Pantoja de la Cruz (1603), colección Alicia Koplowitz
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Autorretrato con su esposa Isabel Brant (1610), de Peter Paul Rubens, Pinacoteca Antigua de Múnich
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Magdalena de Baviera, de Peter Candid (c. 1613), Colecciones de Pinturas del Estado de Baviera, Múnich
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La reina Isabel de Borbón (c. 1620), anónimo, Museo del Prado, Madrid
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María de Médici, reina de Francia (1655), de Charles y Henri Beaubrun, Museo del Prado, Madrid
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Retrato de Doña Inés de Zúñiga y Velasco (c. 1660), de Juan Carreño de Miranda, Museo Lázaro Galdiano, Madrid
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Retrato de María Teresa de Austria y su hijo en traje polaco (1664), de Charles Beaubrun, Museo del Prado, Madrid
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Los electores del Palatinado bailando en traje español, por Jan Frans van Douven (1695), Palacio Pitti, Florencia
En el siglo XVIII, París mantuvo su liderazgo en la moda, aunque en otros lugares de Europa surgieron resurgimientos de estilos pasados. Los hombres adoptaron el uniforme militar en la corte. En las mujeres, reapareció el tontillo, una estructura de aros para las faldas, junto con corsés que marcaban la cintura. Los vestidos incluían amplios escotes, mangas cortas y abundantes adornos como cintas, encajes y volantes. Los hombres usaban levitas largas y ceñidas, con pantalones cortos y chorreras. Se popularizaron los accesorios como relojes, tabaqueras y frascos de perfume. Los vestidos evolucionaron hacia estilos más cómodos e informales.
La llegada de los Borbones a España trajo consigo la influencia de la moda francesa en la corte, aunque algunos nobles resistieron este cambio. Surgieron los "petimetres" entre quienes adoptaron las costumbres francesas. Mientras tanto, en las clases populares y a veces en la aristocracia, persistieron los trajes regionales españoles, dando origen al "majismo", retratado por Goya. En Inglaterra, la moda masculina evolucionó hacia la comodidad y la elegancia rural, destacando los sastres ingleses. Escocia revitalizó su indumentaria tradicional, influida por la literatura romántica y la oposición a las leyes británicas. La Revolución Industrial del siglo XIX se vio impulsada por avances textiles como la hiladora Jenny de Hargreaves.
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Carlos de Borbón, duque de Parma, de Giovanni Maria delle Piane (1732), Palacio Real de La Granja de San Ildefonso
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Dama francesa vestida a la turca, de Jean-Étienne Liotard (1750), Museo de arte Nelson-Atkins, Kansas City (Misuri)
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Anastasia Trubetskaya, de Aleksandr Roslin (1757), National Gallery of Victoria, Melbourne
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Felipe de Borbón y Farnesio, de Laurent Pécheux (1765), Galería Nacional de Parma
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La familia del duque de Penthièvre, de Jean-Baptiste Charpentier el Viejo (1768), Palacio de Versalles
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La pequeña reina, de Lié Louis Périn (1770), Museo de Bellas Artes de Reims
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El Sr. y la Sra. William Hallett (El paseo matutino), de Thomas Gainsborough (1785), National Gallery de Londres
Edad Contemporánea
Entre finales del siglo XVIII y principios del siglo XIX, se establecieron las bases de cómo vivimos hoy en día. Hubo cambios importantes en la forma en que se gobierna, con menos reyes y más gobiernos en los que la gente puede votar. Además, comenzamos a usar máquinas para hacer ropa y otros productos más rápido, lo que significaba que podíamos comprar cosas más fácilmente.
Durante el siglo XIX, la ropa también cambió mucho. Los hombres usaban trajes más sencillos y oscuros, mientras que las mujeres llevaban vestidos grandes con corsés apretados que les hacían difícil moverse. Los diseñadores de moda se hicieron muy importantes, y empezaron a hacer ropa más bonita y específica para hacer deporte.
La revolución industrial hizo que la ropa fuera más fácil de hacer y más barata de comprar, así que más personas podían tenerla. También empezaron a aparecer accesorios de moda, como bolsos y sombreros, que se volvieron muy populares.
Después de la revolución francesa, la moda cambió mucho. La gente empezó a vestirse de una manera más sencilla y austera, y se inspiró en la moda de la antigua Grecia. También aparecieron personajes llamativos llamados "incroyables" y "merveilleuses", que vestían de manera extravagante.
En la época del Romanticismo, la moda se inspiraba en el pasado, como en la Edad Media o el Renacimiento. Los hombres llevaban trajes militares, mientras que las mujeres usaban vestidos largos y anchos con muchas decoraciones.
En Latinoamérica, durante la independencia, surgieron nuevas formas de vestirse que reflejaban la identidad nacional. En Argentina, los gauchos usaban pantalones holgados y mantas para montar a caballo. En México, las mujeres usaban vestidos llamados "chinas poblanas" y los hombres vestían como charros, con trajes decorados y sombreros grandes.
En resumen, durante el siglo XVIII y XIX, la moda cambió mucho, y también la forma en que se gobierna y cómo se hacen las cosas.
Desde mediados del siglo XIX, el cambio en las tendencias artísticas influyó en la moda. El estilo neogótico inspiró una vuelta a formas medievales en el vestido, con hombros caídos, mangas pagoda y uso de telas pesadas. La crinolina, introducida en 1856, amplió las faldas. En la época victoriana, las mujeres usaban varios vestidos al día, desde informales hasta de gala, con escotes en forma de corazón y sombreros cubo. La alta costura surgió con Charles Worth. La moda masculina adoptó nuevos trajes, como el esmoquin. En América Latina, la moda europea se difundió con la apertura de tiendas y revistas de moda.
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Isabel de Baviera, de Franz Xaver Winterhalter (1864), Palacio Imperial de Hofburg, Viena
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Demasiado temprano, de James Tissot (1873), Guildhall Art Gallery, Londres
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Alice Claypoole Vanderbilt con disfraz de «Luz Eléctrica» diseñado por Worth (1883)
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Eduardo VII del Reino Unido (1894)
El siglo XX fue un período importante para la moda. Fue cuando los diseñadores se hicieron famosos y la ropa de alta calidad se volvió más popular para más personas. La moda se volvió más global, lo que significa que las tendencias de moda se extendieron rápidamente por todo el mundo, especialmente en lugares como París, Londres, Nueva York y Milán. Los diseñadores ahora eran vistos como artistas, y la creatividad era más valorada que simplemente conocer cómo hacer la ropa.
Hubo muchos cambios en cómo se hacía la ropa y qué se consideraba "de moda". Las faldas se hicieron más cortas, apareció la moda unisex, y la ropa deportiva se volvió más popular. En los años 60, la moda hippie se hizo famosa por ser diferente y volver a la naturaleza. Más tarde, el "prêt-à-porter" (ropa lista para usar) se volvió muy popular porque era más barato y accesible para todos.
La moda también se vio influenciada por nuevos materiales como el nailon y el poliéster, y por inventos como la cremallera. En resumen, el siglo XX cambió la forma en que la gente veía la moda y cómo la usaba.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la moda se volvió muy práctica porque no había muchos materiales disponibles. En el Reino Unido, la Cámara de Comercio creó un plan llamado Plan de Utilidad, que controlaba todo sobre cómo se hacía la ropa y cuánto costaba. La ropa era simple y austera, con cortes sencillos y sin detalles innecesarios. También se recomendaba arreglar y reutilizar la ropa vieja.
Después de la guerra, la moda cambió otra vez. En 1945, hubo una exposición llamada "El teatro de la moda" en París, donde los diseñadores mostraban sus ideas. En 1947, Christian Dior presentó su "New Look", que tenía una silueta más romántica con cinturas estrechas y faldas amplias. Otros diseñadores británicos como Norman Hartnell y Hardy Amies también siguieron esta línea.
En los años 50, la moda masculina también cambió con trajes largos y ajustados. En 1947, Jacques Heim y Louis Réard inventaron el bikini. En esta época, también comenzaron a ser populares los vaqueros, asociados con la música rock'n'roll y una actitud rebelde.
En los años 60, la moda estaba más influenciada por la cultura pop y el arte de vanguardia. Los diseñadores como André Courrèges y Yves Saint Laurent introdujeron estilos más modernos y futuristas. También surgieron movimientos juveniles como los mods y los hippies, con estilos de vestir muy diferentes.
En los años 70, la moda se volvió más individualizada y práctica debido a la crisis del petróleo. Hubo una mezcla de estilos, desde prendas sencillas para el día hasta colores brillantes y extravagantes para la noche. Surgieron diseñadores como Laura Ashley y Sonia Rykiel, cada uno con su propio enfoque en la moda. Además, la música disco y el glam rock influyeron en la manera de vestir de la época.
Tras la moda rebelde del punk, apareció un nuevo estilo llamado "new romantic", inspirado en épocas pasadas como la Revolución Francesa o los piratas del Caribe. Este estilo, un poco extravagante, fue promovido por artistas como Boy George, Duran Duran y Spandau Ballet. Vivienne Westwood fue una de las primeras en adoptar este look en 1981 con su línea "Pirate". La década de los 80 también vio surgir una imagen de mujeres exitosas y glamorosas, con trajes elegantes y accesorios de marcas famosas como Hermès y Karl Lagerfeld. En Estados Unidos, diseñadores como Calvin Klein y Donna Karan se destacaron por su moda cómoda y sofisticada. En Japón, Yōji Yamamoto y Rei Kawakubo fueron pioneros en una moda más alternativa, mientras que en España nombres como Adolfo Domínguez y Francis Montesinos revitalizaron la alta costura. Estos años también vieron el surgimiento de tendencias como el hip-hop, el minimalismo y la moda ética y sostenible. La moda se convirtió en una expresión de individualidad y creatividad, con una mezcla de estilos y culturas.
La moda del nuevo milenio continuó con la tendencia hacia la individualidad y la diversidad, influida por la globalización y la multiculturalidad. Surgió el gusto por revivir estilos del pasado, en un movimiento llamado "revival" o moda retro, en línea con la posmodernidad. Jóvenes diseñadores revitalizaron la alta costura y surgieron marcas de lujo a precios accesibles. La innovación se centró en nuevos tejidos y en el diseño inteligente. El comercio electrónico creció, permitiendo una mayor personalización y participación del cliente. Sin embargo, el rápido ciclo de la moda y la "fast fashion" generaron preocupaciones sobre su sostenibilidad.
Galería de imágenes
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Tejedor en el telar, de Vincent van Gogh (1884), Museo Kröller-Müller, Otterlo
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Portada de la revista Vogue (2000)
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Ancient Times, Greek. - 012 - Costumes of All Nations (1882).JPG
Indumentaria griega, ilustración de Costumes of All Nations (1882)
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Toga romana
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La Filosofía presentando las siete Artes Liberales a Boecio (c. 1460-1470), del Maestro de Coëtivy, Getty Center, Los Ángeles
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Retrato de Felipe el Hermoso, por Simon Bening. El monarca lleva una capucha con liripipe
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Retrato de Giovanni Arnolfini y su esposa (1434), de Jan van Eyck, The National Gallery, Londres. Ambos visten una hopalanda, una prenda multiusos tanto masculina como femenina.
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El sari es el vestido típico indio
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Kimono Furisode
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Cortesanas paseando bajo los cerezos delante de la casa de té Daikokuya (c. 1789), de Kitagawa Utamaro, Museo Brooklyn, Nueva York
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Bailarina jemer vestida con un sampot
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Retrato de Moctezuma Xocoyotzin con un maxtlatl y un tilmatli
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Lucrezia Panciatichi (1540), de Bronzino, Galería Uffizi, Florencia
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Retrato de Fernando II de Austria (1548), de Jacob Seisenegger, Kunsthistorisches Museum, Viena. Lleva jubón y calzones acuchillados; nótese la prominente bragueta de armar
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Don Juan de Austria con calzones gregüescos (c. 1580), de Juan Pantoja de la Cruz, Monasterio del Escorial
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Luis XIV en traje real, de Hyacinthe Rigaud (1701), Museo del Louvre, París
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Isabel de Velasco, detalle de Las Meninas de Diego Velázquez (1656), Museo del Prado, Madrid. Lleva un vestido verdugado tipo rueda, con un corpiño con volante circular sobre la falda y mangas abullonadas
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Felipe III de España luciendo una gran lechuguilla, lienzo atribuido a Andrés López Polanco (c. 1617)
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En la modista (1746), de François Boucher, Colección Wallace, Londres
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Madame de Pompadour (1756), de François Boucher, Pinacoteca Antigua de Múnich
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María Antonieta vistiendo la polémica robe chemise diseñada por Rose Bertin, retrato de Marie-Louise-Élisabeth Vigée-Lebrun (1783)
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Retrato de Juliette Récamier sentada (1802), por François Gérard, Museo Carnavalet, París
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Retrato de madame de Verninac, de Jacques-Louis David (1799), Museo del Louvre, París
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Ejemplo de chaqueta Spencer y vestido camisa, Francia (c. 1815)
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Retrato de la archiduquesa Sofía de Baviera (1830), por Joseph Karl Stieler
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Traje de maja (1858), Museo del Traje (Madrid)
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La emperatriz Eugenia con sus damas de honor, de Franz Xaver Winterhalter (1855), Musée du Second Empire, Compiègne
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Amelia Bloomer con su propuesta de «vestido racional»
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Retrato del conde Robert de Montesquiou, de Giovanni Boldini (1897), Museo de Orsay, París
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Retrato de Oscar Wilde en «ropa de esteta»
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La princesa Paulina de Metternich, en cuyo honor se bautizó el vestido «línea princesa», cuadro de Franz Xaver Winterhalter (1860)
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La actriz Rosa Bruck con un vestido de Jacques Doucet, fotografía de Paul Nadar (1901)
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Vestido Dione diseñado por Léon Bakst y producido por Jeanne Paquin (1913)
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Ilustración de George Barbier para Gazette du Bon Ton (1914)
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Camille Clifford, prototipo de la Gibson girl
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Algunos de los primeros diseños de Coco Chanel, publicados en 1917 por Les Elegances parisiennes
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Prototipo femenino de los años 1920: vestido camisero y peinado bob, ilustración de la revista Art, Goût, Beauté (1926)
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Vestido diseñado por Liubov Popova (1923-1924)
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La actriz Norma Talmadge, prototipo del estilo flapper
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Jean Harlow con un vestido de noche y boa de marabú diseñado por Adrian, en una foto promocional de Cena a las ocho (1933) y publicada como portada de la revista Time en 1935
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Vestido de noche diseñado por Christian Dior
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Vestido blanco de Marilyn Monroe (1955)
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Vestido de cóctel de tafetán negro diseñado por Cristóbal Balenciaga (1951)
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Traje rosa de Jacqueline Kennedy (1963)
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Colección de otoño de 1965 de Yves Saint Laurent, inspirada en la obra de Piet Mondrian
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Vestido de Paco Rabanne (1973)
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Jóvenes con minifalda (Estados Unidos, 1973)
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Izquierda: vestido de Roy Halston Frowick (1976). Derecha: vestido de Yves Saint Laurent (1971)
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Traje diseñado por Kansai Yamamoto para la gira Ziggy Stardust de David Bowie (1972)
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Colección de vestidos negros diseñados por Valentino
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Vestido de Karl Lagerfeld
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Vestido de novia de Jean-Paul Gaultier
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Vestido de John Galliano para Christian Dior
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Zapato diseñado por Manolo Blahnik
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Diseños de Rei Kawakubo
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Vestido de noche de Gianni Versace
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La top-model Naomi Campbell desfilando en una pasarela
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Black lolita japonesa
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Green Versace dress of Jennifer Lopez 3.jpg
Vestido verde diseñado por Donatella Versace para Jennifer Lopez (2000)
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Durante la pandemia por COVID-19 de 2020-2021 las mascarillas faciales llegaron a convertirse en un complemento habitual en todo el mundo y fueron objeto de diseños personalizados a gusto del consumidor
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Retrato del Emperador Kangxi
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Túnica imperial de la dinastía Qing
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La emperatriz Cixí
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Chinese woman in Qipao.jpg
Mujer con qipao
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La velada (1514-1516), de Rafael Sanzio, Palacio Pitti, Florencia
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Retrato de Charles de Solier, señor de Morette, por Hans Holbein el Joven (1535), Gemäldegalerie Alte Meister, Dresde
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Elizabeth Seymour, retrato de Hans Holbein el Joven (c. 1540), Museo de Arte de Toledo, Toledo (Ohio)
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Leonor de Toledo con su hijo Juan de Médici, de Bronzino (1545), Galería Uffizi, Florencia
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Alejandro Farnesio, atribuido a Sofonisba Anguissola (c. 1560), Galería Nacional de Irlanda, Dublín
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Retrato de La infanta Isabel Clara Eugenia y Magdalena Ruiz, de Alonso Sánchez Coello (c. 1585), Museo del Prado, Madrid
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Isabel I de Inglaterra, por William Segar (c. 1585), Hatfield House
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Doña Ana de Velasco y Girón, de Juan Pantoja de la Cruz (1603), colección Alicia Koplowitz
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Autorretrato con su esposa Isabel Brant (1610), de Peter Paul Rubens, Pinacoteca Antigua de Múnich
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Magdalena de Baviera, de Peter Candid (c. 1613), Colecciones de Pinturas del Estado de Baviera, Múnich
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La reina Isabel de Borbón (c. 1620), anónimo, Museo del Prado, Madrid
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María de Médici, reina de Francia (1655), de Charles y Henri Beaubrun, Museo del Prado, Madrid
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Retrato de Doña Inés de Zúñiga y Velasco (c. 1660), de Juan Carreño de Miranda, Museo Lázaro Galdiano, Madrid
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Retrato de María Teresa de Austria y su hijo en traje polaco (1664), de Charles Beaubrun, Museo del Prado, Madrid
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Los electores del Palatinado bailando en traje español, por Jan Frans van Douven (1695), Palacio Pitti, Florencia
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Carlos de Borbón, duque de Parma, de Giovanni Maria delle Piane (1732), Palacio Real de La Granja de San Ildefonso
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Dama francesa vestida a la turca, de Jean-Étienne Liotard (1750), Museo de arte Nelson-Atkins, Kansas City (Misuri)
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Anastasia Trubetskaya, de Aleksandr Roslin (1757), National Gallery of Victoria, Melbourne
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Felipe de Borbón y Farnesio, de Laurent Pécheux (1765), Galería Nacional de Parma
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La familia del duque de Penthièvre, de Jean-Baptiste Charpentier el Viejo (1768), Palacio de Versalles
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La pequeña reina, de Lié Louis Périn (1770), Museo de Bellas Artes de Reims
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El Sr. y la Sra. William Hallett (El paseo matutino), de Thomas Gainsborough (1785), National Gallery de Londres
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Isabel de Baviera, de Franz Xaver Winterhalter (1864), Palacio Imperial de Hofburg, Viena
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Demasiado temprano, de James Tissot (1873), Guildhall Art Gallery, Londres
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Alice Claypoole Vanderbilt con disfraz de «Luz Eléctrica» diseñado por Worth (1883)
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Eduardo VII del Reino Unido (1894)
Véase también
- Diseño de moda
- Industria textil
- Artes textiles
- Arte efímero
- Costura
- Ropa
- Traje
- Vestido (indumentaria)
- Disfraz
- Código de vestimenta
- Semana de la moda
- Historia del bikini
- Historia del sostén
- Historia del corsé
- Indumentaria femenina en España
- Historia de las artes decorativas
- Anexo:Cronología de las tecnologías del vestido y textiles