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Samurái para niños

Enciclopedia para niños

La palabra samurái (侍) o samuray se usa para hablar de los guerreros del antiguo Japón. Aunque a veces se usa para cualquier guerrero, su significado real es el de una élite militar que gobernó Japón por muchos años.

Los samuráis surgieron alrededor del siglo X y se hicieron muy fuertes después de las Guerras Genpei a finales del siglo XII. En ese momento, se creó un gobierno militar liderado por un shōgun, y el Emperador de Japón pasó a tener un papel más simbólico. El momento de mayor poder de los samuráis fue durante el período Sengoku, una época de muchas batallas entre diferentes clanes. Por eso, a este tiempo se le llama el «período de los estados en guerra». Los samuráis siguieron gobernando hasta el siglo XVII, cuando Tokugawa Ieyasu, un poderoso líder samurái (conocido como daimyō), estableció el shogunato Tokugawa. Curiosamente, Ieyasu, al convertirse en shōgun, empezó a reducir los privilegios de los samuráis. Este proceso terminó con su desaparición cuando el emperador recuperó el poder durante la Restauración Meiji en el siglo XIX.

Al principio, la imagen de un samurái estaba más relacionada con un arquero a caballo que con un espadachín. La espada se volvió importante cuando hubo más paz. Hoy en día, las historias de los samuráis se han mezclado con la fantasía y han inspirado novelas, películas, historietas y videojuegos.

Archivo:Satsuma-samurai-during-boshin-war-period
Fotografía de guerreros samuráis de la provincia de Satsuma durante la Guerra Boshin. (Fotografía coloreada).
Archivo:A man wearing an Ō-yoroi
Armamento medieval

¿Qué significa la palabra samurái?

Aunque no se sabe con total seguridad el origen de la palabra samurai (), la mayoría de los historiadores creen que viene del verbo en japonés antiguo saburau, que significa «servir». Así, el término saburai se convirtió en «aquellos que sirven».

El primer registro de la palabra samurái es del siglo VIII. En ese entonces, no se usaba para guerreros, sino para referirse a sirvientes que cuidaban a los ancianos. Con el tiempo, la palabra adquirió un significado militar. Su uso actual se popularizó con los gunkimono (軍記物), historias de guerra del siglo XII que nos han ayudado a entender cómo eran y cómo actuaban estos guerreros de élite.

A veces se usan las palabras bushi (武士) y samurai () como si fueran lo mismo. Sin embargo, bushi significa simplemente «guerrero», sin importar su rango, mientras que samurái se refiere a un «servidor» o «el que sirve».

Archivo:CalSamurai
Kanji de la palabra «samurái».

La historia de los samuráis

Los primeros guerreros de Japón

La Era Kofun (250 - 530)

Durante la Era Kofun, los líderes de la sociedad eran guerreros a caballo. Cuando morían, los enterraban con sus armas, armaduras, espejos de bronce y joyas en grandes tumbas con forma de ojo de cerradura, llamadas kofun (古墳 lit. «tumba antigua»). También era común poner estatuillas de barro de sirvientes, animales y soldados, conocidas como haniwa (埴輪). Estas figuras nos muestran que estos guerreros eran los antepasados de los samuráis, aunque el término "samurái" no se usó oficialmente hasta el siglo XII.

En este periodo, Japón tuvo mucha relación con conflictos en Corea y China. Por ejemplo, en el año 400, un ejército japonés fue derrotado por la caballería del reino de Koguryo en Corea. Esto hizo que Japón se diera cuenta de la importancia de entrenar caballos para la guerra y de capacitar a los jinetes.

Archivo:KofunSoldier
Haniwa de un soldado de la era Kofun, exhibido en el Museo Nacional de Tokio.
Archivo:NintokuTomb Aerial photograph 2007
El Daisenryō-Kofun en Osaka, la tumba más grande de este tipo, construida en el siglo V d. C.

La Era Asuka (552 - 710)

En el año 602, el Príncipe Kume lideró una expedición a Corea con muchos líderes locales, cada uno con su propio ejército. Estas tropas fueron como el primer modelo de lo que siglos después serían los ejércitos samuráis.

Japón siguió involucrado en guerras en China y Corea. En el año 618, la dinastía Tang de China se unió al reino coreano de Silla para atacar a Paekche. Japón envió ejércitos para ayudar a Paekche, pero sufrieron grandes derrotas. Esto hizo que Japón se preocupara por una posible invasión. En el año 670, se ordenó un censo para reclutar soldados y se fortificaron las costas.

Después de la muerte del Emperador Tenji en el año 671, Japón se centró en sus problemas internos. En el año 672, sus sucesores lucharon por el trono en la Guerra Jinshin. Tras la victoria del Emperador Tenmu en 684, él ordenó que todos los funcionarios, tanto civiles como militares, aprendieran artes marciales. En el año 702, se completaron las reformas militares con el Código Taihō (大宝律令 Taihō-ritsuryō), creando un ejército grande y organizado. Cada soldado (heishi) era parte de un regimiento (gundan) durante una parte del año y el resto del tiempo trabajaba en la agricultura. Estaban equipados con arcos, carcaj y dos espadas.

El sistema imperial y sus mitos

En el siglo VIII, los gobernantes de Yamato decidieron escribir los mitos de Japón para legitimar su poder. La leyenda más importante es la de la creación de Japón por los kami Izanagi e Izanami. De ellos nacieron tres kami principales: Amaterasu (diosa del sol), Susanoo (dios de los océanos) y Tsukuyomi (diosa de la luna).

Un día, Amaterasu se asustó por el comportamiento de Susanoo y se escondió en una cueva, dejando al mundo sin luz. Para hacerla salir, una kami llamada Ame-no-Uzume hizo una danza divertida que hizo reír a los demás dioses. Cuando Amaterasu preguntó qué pasaba, le dijeron que había una kami más poderosa. Ella salió y se sorprendió al ver su propio reflejo en un espejo. En ese momento, la capturaron y la luz volvió a la Tierra. Así, el espejo se convirtió en una de las Insignias Imperiales de Japón.

La segunda insignia es una espada. Susanoo fue desterrado y encontró una serpiente de ocho cabezas, Yamata-no-Orochi, que aterrorizaba a la gente. Susanoo la mató y encontró una espada en su cola, que le dio a Amaterasu como señal de paz. Esta espada es la segunda insignia.

La tercera insignia es una joya curvada que Amaterasu le dio a su nieto Ninigi para que gobernara la Tierra. Esta joya pasó a su nieto, el Emperador Jinmu, el primer emperador japonés. De esta forma, los gobernantes de Yamato usaron estas creencias Shintō para justificar su sistema imperial.

Archivo:Kobayashi Izanami and Izanagi
Izanagi (derecha) e Izanami (izquierda). Pintura de Eitaku Kobayashi.

La Era Nara (710 - 794)

Cuando el Estado Unificado de Silla se formó, la amenaza de una invasión coreana a Japón desapareció. Entonces, la Corte de Nara se centró en los emishi (蝦夷 «bárbaros»), habitantes del norte de Japón con quienes tenían conflictos. En el año 774, estalló una gran revuelta, la guerra de los Treinta y Ocho Años. Los emishi usaron tácticas de guerra de guerrillas y espadas curvas, que eran mejores para luchar a caballo que las espadas rectas del ejército de Nara.

Finalmente, en el año 796, Sakanoue no Tamuramaro logró vencerlos. Sakanoue recibió el título de Seii Taishōgun (征夷大将軍 «Gran General Apaciguador de los Bárbaros»), un título que más tarde se usaría para el líder de los samuráis.

En el año 792, se dejó de reclutar campesinos para el ejército, ya que se reconoció que la verdadera fuerza militar venía de los líderes locales y sus soldados, no de los campesinos sin entrenamiento. Se decretó que los kondei («hombres fuertes») serían solo guerreros, no plebeyos, y debían ser del mismo linaje que los terratenientes locales.

Los samuráis en la Era Heian (794 - 1185)

Hacia el año 860, los samuráis ya tenían la mayoría de sus características: eran jinetes expertos en el uso del arco y usaban espadas curvas. Estos guerreros a caballo eran de total confianza para el emperador y se encargaban de la seguridad de las ciudades y de controlar las rebeliones.

En el siglo IX, Japón sufrió problemas económicos por plagas y hambrunas. A principios del siglo X, hubo muchos disturbios. El gobierno dio mucho poder a los gobernadores locales para reclutar tropas y actuar contra las rebeliones. Fue en este periodo cuando la palabra «samurái» se usó por primera vez en un contexto militar, refiriéndose a «aquellos que sirven».

La primera gran prueba para este sistema fue en el año 935 con una revuelta liderada por Taira no Masakado, un descendiente de la realeza que se autoproclamó «nuevo emperador». Fue derrotado y muerto en el año 940. Desde entonces, estos líderes guerreros comenzaron a ser vistos como una aristocracia local.

Archivo:Gosannen kassen
Guerra Gosannen del Siglo XI.

Los clanes más importantes en este periodo fueron los Taira, los Fujiwara y los Minamoto. Minamoto no Yoriyoshi participó en la Guerra Zenkunen (1051-1062), la primera guerra importante en el país desde los conflictos con los emishi. Este conflicto terminó con la victoria de los Minamoto. Su hijo, Minamoto no Yoshiie, ganó mucho prestigio por sus habilidades militares y fue apodado Hachimantarō («el primer hijo nacido de Hachiman, dios de la guerra»).

En el año 1083, los Minamoto se vieron envueltos en otro conflicto, la Guerra Gosannen (1083-1086). Aunque la Corte se negó a ayudarlos, los Minamoto lograron la victoria. Esto marcó un distanciamiento entre los Minamoto y la Corte. Mientras tanto, los Taira mejoraban sus relaciones con la Corte. La rivalidad entre los clanes Minamoto y Taira creció. En 1156, Minamoto no Yoshitomo se unió a Taira no Kiyomori contra su propio padre en la Rebelión Hōgen. La batalla fue corta y el padre de Yoshitomo fue ejecutado.

En 1160, hubo otro enfrentamiento, la Rebelión Heiji, donde Yoshitomo se enfrentó a Kiyomori. Los Taira ganaron de forma decisiva, y casi todos los miembros del clan Minamoto fueron aniquilados. En 1167, Taira Kiyomori recibió el título de Daijō Daijin (Gran Ministro), el rango más alto, convirtiéndose en el gobernante real del país.

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Rebelión Heiji 1156.

Las Guerras Genpei (1180 - 1185)

Las Guerras Genpei fueron una serie de guerras civiles entre los clanes Taira y Minamoto. Comenzaron en 1180 con dos rebeliones del clan Minamoto, que fueron sofocadas.

Después de dos años de pequeñas batallas, los Taira se enfrentaron a Minamoto no Yoshinaka, primo de Yoritomo. Yoshinaka venció a los Taira en la Batalla de Kurikara y luego se enfrentó a Minamoto no Yoritomo en la Batalla de Uji en 1184, donde fue derrotado y muerto. Con esta victoria, los Minamoto se enfocaron en vencer a los Taira. Minamoto no Yoshitsune, hermano de Yoritomo, lideró el ejército y finalmente los Minamoto ganaron en la Batalla de Dan no Ura. Yoritomo vio a su hermano como una amenaza y lo persiguió hasta que Yoshitsune murió en 1189.

En 1192, Minamoto no Yoritomo se autoproclamó shōgun, un título que hasta entonces era temporal. Así se estableció el shogunato como una figura permanente, que duraría casi 700 años hasta la Restauración Meiji. Con el shōgun, el emperador se convirtió en un observador, mientras los samuráis eran los verdaderos gobernantes.

Archivo:Genpei kassen
Escena de las Guerras Genpei (panel del siglo XII).
Archivo:Armour red threads Kasuga shrine
Armadura samurái (Ō-yoroi)

El Shogunato Kamakura (1185 - 1333)

Después de solo tres shogunes del clan Minamoto, el país volvió a tener una guerra civil. El clan Hōjō tomó el control como regentes. En 1219, el Emperador Go-Toba intentó recuperar el poder imperial, acusando a los Hōjō. Esto llevó a la Guerra Jōkyū (1219-1221), que terminó con la derrota de las tropas imperiales en la Tercera batalla de Uji. El Emperador Go-Toba fue exiliado, confirmando el gobierno de los samuráis.

Las invasiones mongolas a Japón

Cuando Kublai Khan se proclamó Emperador de China, decidió invadir Japón. Esta fue la primera vez que los samuráis se enfrentaron a un ejército extranjero. Los mongoles no seguían las tradiciones de guerra japonesas.

La primera invasión fue en 1274. Las tropas mongolas desembarcaron en Hataka (actual Fukuoka). Los ruidos de sus tambores y campanas asustaron a los caballos de los samuráis. Los mongoles usaban arcos de forma diferente, disparando a grandes distancias y en "nubes de flechas", a diferencia de los disparos individuales japoneses. También usaban catapultas. Esa misma noche, una fuerte tormenta dañó la flota invasora, y los mongoles regresaron a Corea. Los japoneses tomaron medidas preventivas, construyendo muros y estableciendo guardias.

El segundo intento de invasión fue en 1281. Los samuráis atacaron los barcos enemigos desde pequeñas balsas para evitar el desembarco. Después de una semana de lucha, un enviado imperial pidió ayuda a Amaterasu, la diosa del sol. Un tifón arrasó la flota mongola, hundiéndola casi por completo. Este evento dio origen al mito del Kamikaze (神風 lit. «Viento Divino»), que se consideró una señal de que Japón era protegido por los dioses. Los pocos sobrevivientes se retiraron, y Japón no volvió a enfrentar una invasión a gran escala por siglos.

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Un samurái es atacado por diversos arqueros y explosivos lanzados desde catapultas durante las invasiones de los mongoles a Japón.

La Restauración Kenmu (1333 - 1336)

A principios del siglo XIV, el clan Hōjō se enfrentó a un nuevo intento del Emperador Go-Daigo de restaurar el poder imperial. El emperador huyó con las insignias imperiales. Los Hōjō intentaron negociar, pero Go-Daigo se negó a renunciar. Entonces, los Hōjō intentaron poner a otro miembro de la familia imperial en el trono, pero no pudieron sin las insignias.

En este momento, Kusunoki Masashige se hizo famoso por su lealtad y habilidades militares, sirviendo de ejemplo para futuros samuráis. Masashige luchó por el Emperador Go-Daigo desde un yamashiro (castillo en la montaña). Aunque su ejército era pequeño, la geografía del lugar le daba una gran defensa. El castillo cayó en 1331, pero Masashige escapó para seguir luchando. El emperador fue capturado y exiliado. Masashige construyó otro castillo con mejores defensas, inmovilizando a los Hōjō. Esto motivó a Go-Daigo a regresar en 1333.

Los Hōjō enviaron a uno de sus generales, Ashikaga Takauji, a perseguirlo. Pero Ashikaga decidió aliarse con el emperador y atacó el cuartel general de los Hōjō en Kioto. La traición de Ashikaga debilitó mucho a los Hōjō. Su poder terminó definitivamente en 1333, cuando Nitta Yoshisada se unió a los partidarios imperiales, marchó a Kamakura y venció a los Hōjō.

Archivo:EstatuaKusunokiMasashige
Estatua de Kusunoki Masashige en Tokio, un samurái importante en las guerras Nanbokuchō.
Archivo:護良親王出陣図
Príncipe Moriyoshi

El Shogunato Ashikaga (1336 - 1573)

Después de ayudar al emperador, Ashikaga Takauji esperaba una gran recompensa. Como no la consideró suficiente, se rebeló. Los Ashikaga eran descendientes del clan Minamoto, lo que les daba derecho a aspirar al trono. El emperador envió un ejército contra Takauji, pero este no fue vencido y regresó en 1336. El emperador envió a Masashige a enfrentarlo en Minatogawa, pero Takauji obtuvo una victoria decisiva. Ante esto, Masashige decidió cometer seppuku.

En este momento, el shōgun nombró a su propio emperador, lo que llevó a que durante cincuenta años hubiera dos cortes imperiales: la Corte del Sur en Yoshino y la Corte del Norte en Kioto. Este conflicto se conoció como Nanbokuchō (南北朝 lit. «Cortes del Sur y del Norte»).

En 1392, gracias a las habilidades diplomáticas del shōgun Ashikaga Yoshimitsu, los dos linajes se reconciliaron. Yoshimitsu también fue un gran promotor de las artes, como se ve en el Kinkaku-ji (金閣寺 Templo del Pabellón Dorado), que ordenó construir.

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El Kinkakuji o «Pabellón dorado» en Kioto, construido por el shōgun Ashikaga Yoshimitsu en 1397.

El Periodo Sengoku (1467 - 1568)

Después de un tiempo de estabilidad, hubo un vacío de poder durante el shogunato de Ashikaga Yoshimasa, nieto de Yoshimitsu. Yoshimasa se dedicaba más al arte y la cultura, descuidando la economía y la política. Esto llevó a que terratenientes ambiciosos lucharan por poder y tierras, tomando el título de daimyō (大名 lit. «grandes apellidos»). Este periodo, entre 1467 y 1568, se conoce como período Sengoku (戦国時代, Sengoku jidai) o «periodo de estados en guerra». Fue en esta época de inestabilidad cuando los samuráis tuvieron su mayor participación.

Entre las figuras más importantes de este periodo están Takeda Shingen y Uesugi Kenshin, cuya rivalidad inspiró muchas historias. Sus ejércitos se enfrentaron en las famosas Batallas de Kawanakajima, siendo la Cuarta Batalla de Kawanakajima la más importante.

Con tanta lucha por el poder, era cuestión de tiempo que un daimyō intentara llegar a Kioto para derrocar al shōgun. Esto ocurrió en 1560, cuando Imagawa Yoshimoto marchó hacia la capital con un gran ejército. Sin embargo, se encontró con las tropas de Oda Nobunaga, un daimyō menos importante que lo superaba en número. Yoshimoto, confiado, celebraba la victoria antes de tiempo. Oda Nobunaga lo atacó por sorpresa durante una de sus celebraciones en la Batalla de Okehazama. Yoshimoto fue asesinado, y Nobunaga pasó de ser un personaje secundario a una figura muy importante. En 1568, Nobunaga marchó a Kioto y destituyó al shōgun, marcando el inicio del período Azuchi-Momoyama.

Archivo:Odanobunaga
Oda Nobunaga, quien pasó de ser un daimyō secundario a la principal figura del país.

El Periodo Azuchi-Momoyama (1573 - 1603)

Oda Nobunaga fue famoso por introducir y entrenar soldados ashigaru (足軽 pies ligeros) en el uso de arcabuces. Esto cambió por completo la forma de hacer la guerra en Japón. La Batalla de Nagashino es un ejemplo clave, donde las fuerzas de Oda vencieron a la temida caballería del clan Takeda usando armas de fuego. Desde entonces, el uso de armas de fuego se volvió común y vital para ganar batallas.

Nobunaga estaba a punto de unificar el país, pero en 1582 fue traicionado por uno de sus generales, Akechi Mitsuhide, y obligado a cometer seppuku en el templo Honnō. Este evento se conoce como el «Incidente de Honnō-ji». Toyotomi Hideyoshi, otro general de Nobunaga, vengó su muerte venciendo a Mitsuhide en la Batalla de Yamasaki y tomó el control. Después de la Batalla de Shizugatake, Toyotomi continuó la tarea de unificar el país. Sin embargo, debido a su origen humilde, nunca pudo ser nombrado shōgun.

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Japón durante el período Azuchi-Momoyama.

La figura del samurái se define

Fue Hideyoshi quien finalmente definió la figura del samurái, estableciendo reglas para el entrenamiento, la disciplina y la especialización de los soldados. Los soldados ashigaru fueron entrenados en el uso de la naginata y el arcabuz. En 1588, un decreto conocido como «cacería de espadas» buscó separar a los soldados y samuráis de los campesinos, confiscando sus armas. Otro decreto en 1591 terminó de distinguir entre las clases sociales de samuráis y campesinos, enfatizando la especialización militar.

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Representación de la Batalla de Nagashino, un momento clave en la forma de hacer la guerra en Japón.

Las invasiones de Hideyoshi a Corea

Hideyoshi, como líder del país, ordenó dos invasiones a Corea. La primera comenzó en 1592, y en solo veinte días, las tropas japonesas tomaron Seúl. Corea pidió ayuda a la dinastía Ming de China, que envió un gran ejército. Los samuráis se enfrentaron a condiciones difíciles y a una fuerte resistencia de civiles y grupos irregulares, incluyendo monjes guerreros, campesinos y mujeres. Después de varias derrotas, Hideyoshi retiró a sus tropas.

A pesar del primer fracaso, Hideyoshi ordenó una segunda invasión en 1598. Esta vez, la resistencia fue aún mayor. Hideyoshi falleció mientras las tropas estaban en Corea. Al enterarse de la noticia, regresaron a Japón, abandonando la idea de conquistar Corea.

Archivo:Toyotomi Hideyoshi c1598 Kodai-ji Temple
Toyotomi Hideyoshi, uno de los «grandes pacificadores» de Japón, que ordenó dos invasiones a Corea.

El Shogunato Tokugawa (1603 - 1868)

Antes de morir, Hideyoshi nombró un «Consejo de los Cinco Regentes» para gobernar hasta que su hijo Hideyori fuera mayor. Tokugawa Ieyasu, quien había servido a Oda Nobunaga y a Hideyoshi, y era uno de los regentes, empezó a luchar por el poder. Esto culminó en la Batalla de Sekigahara, donde Tokugawa y su «Ejército del Este» salieron victoriosos. Como Tokugawa era descendiente del clan Minamoto, fue nombrado shōgun en 1603 por el Emperador Go-Yōzei.

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Tokugawa Ieyasu, fundador del shogunato Tokugawa.

El Asedio de Osaka

La última amenaza para el gobierno de Ieyasu era Toyotomi Hideyori, quien era un joven daimyō en el Castillo de Osaka. Muchos samuráis que se oponían a Ieyasu se unieron a Hideyori, diciendo que él era el legítimo gobernante. Ieyasu le ordenó que abandonara el castillo, pero Hideyori empezó a reclutar seguidores. Los Tokugawa, liderados por Ieyasu y el shōgun Hidetada, dirigieron un gran ejército al castillo en lo que se conoce como «La Campaña de Invierno de Osaka». El asedio comenzó el 19 de noviembre, y los Tokugawa lograron varias victorias. El 4 de diciembre, comenzó el asedio al castillo de Osaka.

El Sanada-maru era una fortaleza defendida por Sanada Yukimura y 7000 hombres aliados con los Toyotomi. Los ejércitos del shōgun fueron rechazados varias veces, y Sanada lanzó muchos ataques. Ieyasu usó artillería y excavó bajo las murallas. El 22 de enero, el asedio de invierno terminó. Hideyori aceptó rellenar el foso del castillo y derribar las murallas exteriores.

Después de que Hideyori comenzó a excavar de nuevo el foso, el castillo fue asediado otra vez en el «Asedio de Verano de Osaka». Finalmente, después de la decisiva Batalla de Tennōji de 1615, el castillo cayó ante el ejército Tokugawa. Los defensores, incluyendo a Sanada Yukimura, Hideyori y su madre, fueron asesinados. La esposa de Hideyori, Senhime (nieta de Ieyasu), fue devuelta a su familia. Con la eliminación de los Toyotomi, ya no había amenazas para el dominio de los Tokugawa en Japón. Esta fue la última batalla en la que Ieyasu participó activamente.

Cambios para los samuráis

Desde que Ieyasu estableció el shogunato Tokugawa, comenzó a reducir el estatus social y legal de los samuráis. También estableció a los soldados ashigaru como un rango inferior. Durante este periodo, la mayoría de los samuráis perdieron sus tierras y tuvieron dos opciones: dejar las armas y convertirse en campesinos, o mudarse a la ciudad principal de su feudo y trabajar para el daimyō a cambio de un sueldo. Solo unos pocos samuráis permanecieron en las provincias del norte como sirvientes directos del shōgun, conocidos como «los 5000 hatamoto».

En 1650, el shogunato prohibió los duelos entre samuráis. En 1690, se prohibió formalmente la práctica de las diferentes artes marciales. En esta época, las habilidades en el uso del arco, la lanza, la espada y el combate cuerpo a cuerpo disminuyeron mucho.

Archivo:Seppuku 8-10-08
Samurái del periodo Edo con armadura completa. Destaca su arma, un kanabō.

Con estas medidas, muchos samuráis se dedicaron a la agricultura o a la artesanía. Algunos se convirtieron en rōnin (浪人 lit. «hombre ola»), es decir, samuráis sin señor. Otros se dedicaron al comercio, el contrabando y el robo en puertos y en alta mar, lo cual terminó en 1639 con el edicto de «Fronteras Cerradas». Este edicto buscaba controlar la influencia extranjera, especialmente de misioneros católicos, a quienes el gobierno consideraba una amenaza.

Las quejas sobre los samuráis eran comunes en este periodo. Por ejemplo, Ogyu Sorai (1666-1728) escribió:

Se pasean por la ciudad con ese aspecto amenazador y se van abriendo paso a empujones.
Con su fuerza, reprimen a la gente y crean el desorden en la sociedad [...] Simplemente estudian historias de guerra y métodos de combate. Tal vez crean que el mundo del guerrero solo supone hacer alarde de unas destrezas profesionales.
Ogyu Sorai

Otra crítica, de Murata Seifu (1746-1811), decía:

[...] la espada colgada en el cinturón es lo único que les recuerda a los samuráis que lo son.
Murata Seifu

La Restauración Meiji (1868 - 1912)

La apertura comercial forzada de Japón, después de la llegada del Comodoro Perry a la bahía de Edo en 1853, cambió la situación política. Varios grupos nacionalistas presionaron al gobierno para mantener a los extranjeros fuera. El lema Sonnō jōi (尊王攘夷 «Reverenciar al Emperador, Expulsar a los Bárbaros») se convirtió en un movimiento político para derrocar al shogunato Tokugawa, acusándolo de ser demasiado blando con los extranjeros. Por primera vez en siglos, el emperador, Emperador Kōmei, tomó un papel activo en la política, apoyado por samuráis que se sentían marginados. La presión llevó al shōgun a romper relaciones con los extranjeros, lo que provocó ataques a comerciantes europeos y conflictos como el bombardeo de Shimonoseki.

La muerte del emperador y del shōgun ocurrió casi al mismo tiempo. Tokugawa Yoshinobu se convirtió en el nuevo shōgun en 1866, y Mutsuhito, hijo del Emperador Kōmei, se convirtió en el nuevo Emperador Meiji en 1867. Yoshinobu intentó hacer cambios para evitar un conflicto con las fuerzas proimperialistas, lideradas por los clanes Chōsu y Satsuma. Sin embargo, ante la posibilidad de una guerra civil, renunció en 1868. Con esto, terminó el bakufu o shogunato Tokugawa.

Archivo:TokugawaYoshinobu
Tokugawa Yoshinobu, el último shōgun, en uniforme militar francés, c.1867.

Fuerzas que querían restaurar la figura del shōgun se levantaron en armas, lo que llevó a la Guerra Boshin entre 1868 y 1869. Samuráis y rōnin lucharon en ambos bandos, hasta que las fuerzas proimperialistas ganaron. Con la guerra terminada, el Emperador Meiji comenzó a modernizar el país. Se reabrió el comercio exterior, se compraron armas y barcos, y se copió la organización militar de Europa. Se abolieron los privilegios de los samuráis, lo que hizo que muchos nacionalistas, que al principio habían apoyado al emperador, se sintieran traicionados.

El último samurái

Los cambios rápidos en la cultura japonesa, como la vestimenta, fueron vistos por los samuráis como una traición al jōi (expulsar a los bárbaros) del lema Sonnō jōi, que había justificado la caída del shogunato. Saigō Takamori, un líder importante del Gobierno Meiji, estaba preocupado por la corrupción política. Después de diferencias con el gobierno, renunció y se retiró a Satsuma. Allí, estableció academias donde los estudiantes recibían entrenamiento militar. Las noticias de las academias de Saigō preocuparon a Tokio, ya que el gobierno había enfrentado pequeñas revueltas de samuráis en Kyūshū.

El 12 de febrero de 1877, Saigō anunció su intención de marchar a Tokio para hablar con el gobierno. Sus tropas avanzaron hacia la prefectura de Kumamoto. El General Tani Tateki, comandante del Castillo Kumamoto, decidió defenderse, ya que muchos de sus soldados eran de la región de Saigō y temía deserciones.

Archivo:SaigoWithOfficers
Saigō Takamori (sentado, con uniforme occidental), rodeado de sus oficiales. Artículo en el periódico «Le Monde Illustré», 1877.

El 19 de febrero, las fuerzas de Satsuma intentaron entrar al castillo, y los defensores abrieron fuego. El 22 de febrero, el ejército principal de Satsuma atacó el Castillo Kumamoto. La batalla duró hasta la noche, y las fuerzas imperiales se retiraron. A pesar de la victoria, el ejército de Satsuma no pudo tomar el castillo y se dio cuenta de que los soldados imperiales no eran tan ineficientes como pensaban. Después de dos días de ataques sin éxito, las fuerzas de Satsuma asediaron el castillo. Muchos exsamuráis de Kumamoto se unieron a Saigō, aumentando sus fuerzas a unos 20.000 hombres. El 9 de marzo, Saigō fue despojado de sus cargos y títulos oficiales desde Tokio. Sin embargo, Saigō argumentaba que no era un traidor, sino que solo quería liberar al emperador de malos consejeros.

El principal contingente del Ejército Imperial, bajo el General Kuroda Kiyotaka, llegó a Kumamoto el 12 de abril para ayudar a los defensores del castillo. Las tropas de Satsuma, ahora en desventaja numérica, huyeron. Después de una persecución constante, Saigō y sus samuráis restantes fueron acorralados en Kagoshima, donde tuvo lugar la batalla final: la Batalla de Shiroyama. Las tropas imperiales superaban a las de Saigō en sesenta a uno. Los imperiales pasaron siete días construyendo defensas para evitar que escaparan. Cinco barcos de guerra se unieron a la artillería. Después de que Saigō rechazó una carta de rendición, el ataque frontal comenzó el 24 de septiembre de 1877. Para las 6 de la mañana, solo 40 rebeldes seguían vivos, y Saigō estaba herido de muerte. Sus seguidores dicen que uno de ellos, Beppu Shinsuke, lo ayudó a cometer seppuku antes de ser capturado. Después de la muerte de Saigō, Beppu y los últimos samuráis restantes cargaron contra las posiciones imperiales hasta que cayeron bajo los disparos de las ametralladoras Gatling. Con estas muertes, la rebelión de Satsuma terminó.

Archivo:ShiroyamaBattle
Representación de la Batalla de Shiroyama.

Saigō Takamori fue llamado «héroe trágico» por la gente en 1889, y el Emperador Meiji lo perdonó póstumamente en 1891. Hoy, algunos historiadores lo consideran el verdadero último samurái.

Archivo:Statue of Saigo Takamori, Ueno Park, Tokyo
Estatua de Saigō Takamori en el Parque Ueno, Tokio.

¿Cómo se organizaban los samuráis?

La estructura de un ejército samurái se basaba en los lazos familiares y la lealtad de los sirvientes hacia su daimyō. Quien nacía en una familia de guerreros era entrenado desde niño para ser un digno sucesor. Sin embargo, las alianzas entre clanes eran más débiles, y a lo largo de la historia hubo muchas traiciones en medio de las batallas.

Hasta mediados del siglo XVI, los ejércitos samuráis se disolvían después de las campañas, y la mayoría de los ashigaru y algunos samuráis regresaban a sus trabajos en el campo. Fue en el periodo Sengoku cuando algunos daimyō con suficientes recursos mantuvieron ejércitos permanentes y buscaron especializar a sus soldados, incluyendo a la infantería.

La jerarquía dependía del nacimiento, la lealtad de por vida y aspectos sociales y militares. En la cima estaban los daimyō y sus parientes cercanos. Luego venían los sirvientes de por vida de la familia. Después, los vasallos, que se unían por voluntad propia o por obligación tras la derrota de sus antiguos señores. Los ashigaru del periodo Sengoku estaban en el último escalón y se dividían según el arma que usaban: arcabuces, lanzas o arcos. También había ashigaru que servían a samuráis específicos, portaestandartes o encargados de los tambores.

Reclutamiento de tropas

Durante gran parte del periodo Sengoku, se esperaba que cada samurái estuviera listo para ir a la batalla con sus armas, armadura y caballo cuando hubiera un conflicto. Además, se esperaba que cada uno proporcionara tropas a su señor, según la riqueza de su feudo. Así, el reclutamiento de soldados recaía en los samuráis, quienes llevaban consigo a otros samuráis o a trabajadores que dejaban sus tierras para convertirse en ashigaru.

Cuando se reunía el ejército, se les avisaba la fecha y el lugar de la inspección. Cada ashigaru preparaba sus armas y armadura, esperando el sonido del horagai (trompeta de concha), el tambor o las campanas, que indicaban la hora de partir. Al llegar al punto acordado, el samurái los inspeccionaba. Desde allí, marcharían juntos para unirse al resto del ejército en el castillo.

Los castillos japoneses

Los castillos fueron muy importantes en la historia de los samuráis. Las primeras fortificaciones en Japón no eran como los castillos que imaginamos hoy, ya que se hacían casi solo con madera. Dependían mucho de las defensas naturales y la topografía del lugar (como ríos o lagunas) y se construían en la cima de las montañas. Estas construcciones, llamadas kōgoishi y chiyashi, no estaban pensadas para durar mucho y a menudo eran abandonadas.

Los habitantes de Yamato comenzaron a construir ciudades a principios del siglo VII, expandiendo los palacios y rodeándolos con murallas y puertas grandes. Se construyeron fortificaciones de madera por todo el país para defenderse de los emishi, los ainu y otros grupos. A diferencia de las anteriores, estas construcciones eran más duraderas y se hacían en tiempos de paz.

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Castillo Fushimi-Momoyama construido por Toyotomi Hideyoshi.

Hacia finales del periodo Heian, el surgimiento de la clase samurái influyó mucho en la construcción de castillos. Ya no solo se planeaban para defender el territorio de ataques externos, sino también para que los clanes se protegieran entre sí. En esta época surgieron los diseños «clásicos» de los castillos japoneses. También aparecieron y crecieron los jōkamachi (城下町 lit. «pueblo bajo castillo»). A pesar de los avances, la mayoría de los castillos de la época seguían siendo de madera, solo que más grandes y complejos, y se ubicaban en lo alto de las montañas, por lo que se les llamaba yamashiro (山城 «castillo de montaña»). Los cambios más grandes en la construcción de castillos ocurrieron en los últimos 30 años de este periodo de guerra.

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Reproducción del Castillo Azuchi de Oda Nobunaga.

A diferencia de Europa, donde el uso de cañones puso fin a la era de los castillos, en Japón, la llegada de las armas de fuego, irónicamente, impulsó su mejora. El Castillo Azuchi, terminado en 1576, fue el primer ejemplo de este nuevo tipo de castillos. Estas nuevas construcciones eran más grandes y se levantaban sobre una gran base de piedra llamada musha-gaeshi (武者返し). Estas bases ayudaban a los castillos a resistir los frecuentes terremotos de Japón. También se diseñaron con una estructura concéntrica y una torre central alta. Además, los castillos comenzaron a construirse en lugares llanos en lugar de montañas boscosas. La importancia de estos nuevos castillos fue tal que el Castillo Fushimi-Momoyama de Hideyoshi y el castillo Azuchi de Nobunaga dieron su nombre al corto periodo —el período Azuchi-Momoyama— en el que este tipo de castillos militares floreció.

Cuando se usaban armas de asedio en Japón, eran más comunes los trabucos o catapultas de estilo chino, y se usaban casi solo contra personas. No hay registros de que se intentara destruir las murallas. De hecho, se consideraba más honorable y ventajoso que el defensor saliera del castillo a luchar. Si las batallas no se resolvían así, se intentaba evitar que el castillo recibiera provisiones. Esto podía durar años, rodeando el castillo con un ejército grande hasta que se rindieran. Un ejemplo fue el asedio de Nobunaga al castillo defendido por los Ikko Ikki, monjes guerreros que resistieron once años.

El Castillo Azuchi fue destruido diez años después de su construcción, pero marcó el inicio de una nueva forma de construir castillos. Entre los castillos construidos después estaba el Castillo Osaka de Hideyoshi, terminado en 1583. Este incorporó las nuevas características del Castillo Azuchi, pero era más grande, mejor ubicado y más resistente.

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Castillo Matsumoto en la Prefectura de Nagano, un Tesoro Nacional de Japón.

Algunas familias poderosas controlaban no solo un castillo, sino una red de castillos, donde el principal se llamaba honjō y los satélites shijō. Aunque los shijō a menudo eran construcciones de madera o tierra. Se usaban señales de fuego, tambores taiko o conchas marinas para comunicarse entre castillos a grandes distancias. El Castillo Odawara de la familia Hōjō y su red de satélites fue un ejemplo poderoso del sistema honjō-shijō; los Hōjō controlaban tanto territorio que tuvieron que crear una jerarquía de subsatélites.

Los castillos del periodo Edo se convirtieron en lujosas residencias para los daimyō y sus familias. También servían para protegerlos de revueltas internas. Para controlar el poder de los daimyō, el shogunato Tokugawa decretó que solo se permitía un castillo por han (feudo), con pocas excepciones, deteniendo así su construcción. A lo largo de la historia, muchos castillos fueron destruidos, ya sea durante la Restauración Meiji o en los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día, muy pocos castillos japoneses son los originales; la mayoría son reconstrucciones modernas de acero y hormigón.

Cuando el shogunato Tokugawa promulgó el edicto de sankin kotai o «Presencia Alterna», se estableció que las mujeres e hijos de cada daimyō debían permanecer en los yashiki (屋敷 casa solariega). Estas casas estaban cerca del Castillo Edo, y su cercanía dependía del rango de cada familia; las de mayor rango y confianza estaban más cerca del castillo. Este sistema de yashiki pronto fue adoptado por los propios daimyō en sus provincias.

Armaduras y vestimenta samurái

Armadura

Las primeras armaduras, encontradas en los kofun, se llamaban tankō (鍛鋼). Estaban hechas de hierro macizo, con placas unidas por correas de cuero, diseñadas para usarse de pie. Para proteger la parte inferior del cuerpo, los guerreros usaban una falda acampanada llamada kusazuri. Los hombros y antebrazos se cubrían con placas curvas. Desde entonces, el metal se cubría con laca para protegerlo del clima. El casco tenía una visera y dientes de hierro para sujetar plumas de faisán. Más tarde, se diseñó una armadura laminar llamada keikō (携行), de la cual surgió el estilo yoroi (), la armadura clásica samurái. Como una armadura totalmente de hierro era muy pesada, se alternaban piezas de hierro con cuero. Una yoroi pesaba unos 30 kilogramos y ofrecía buena protección.

Archivo:Armadurasamurai
Armadura samurái exhibida en el Museo de Arte Asiático en San Francisco.

La armadura que cubría el cuerpo se llamaba do. Con el tiempo, la yoroi fue reemplazada por una armadura llamada do-maru, que evolucionó de la armadura de infantería, siendo más sencilla y cómoda para luchar en el campo. La armadura desarrollada en el siglo XVI se conoce como tōsei gusoku (当世具足) o «armadura moderna». Su característica principal era que incluía protecciones para la cara, los muslos y un sashimono, un pequeño estandarte en la espalda.

Vestimenta

En el campo de batalla

Archivo:Japanese armor
El kabuto y las menpō (máscaras) eran elementos importantes en la armadura japonesa.

Debajo de la armadura, los samuráis usaban ropa interior llamada fundoshi (), una especie de taparrabos de lino o algodón. En el campo de batalla, usaban calcetines llamados tabi, sandalias de tiras llamadas waraji o zori, y a veces geta (zuecos). Primero se ponían las Suneate (脛当て) o espinilleras, y las haidate o protecciones para los muslos, que se hicieron populares en el periodo Sengoku. También usaban guantes llamados yugake y kote (小手 mangas) para proteger brazos y manos. Un uwaobi (上帯) (cinturón exterior) mantenía todo unido. Para proteger el cuello, usaban un nodowa. Además, se colocaban un hachimaki (鉢巻き) alrededor de la cabeza para soportar el peso del kabuto ( casco).

Algunos samuráis usaban máscaras para proteger el rostro, llamadas hoate. Podían ser completas o medias máscaras que cubrían hasta debajo de los ojos, y a veces incluían una pieza para la nariz. Los samuráis de alto rango también usaban un jinbaori (陣羽織 guardapolvos) sobre la armadura. No se usaban en combate, sino en el campamento para ceremonias y para mostrar la importancia del personaje.

Ropa normal

La armadura evolucionó durante el periodo Edo, cuando las guerras cesaron. Entonces, las armaduras se convirtieron en regalos lujosos y solo se usaban en los castillos. La vestimenta típica era el hakama y el kimono. Para ocasiones más formales, usaban una chaqueta sobre el hakama llamada kataginu, que combinados se conocían como kamishimo.

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El kamishimo era esencial en la vestimenta japonesa.

En situaciones muy importantes, como una entrevista con el shōgun, se esperaba que un daimyō vistiera un nagabakama, unos pantalones muy largos que arrastraban por el suelo.

Armas de los samuráis

Armas de hoja

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Fotografía de tres samuráis con diversas armas: el de la izquierda un yumi, el del centro una espada y el de la derecha porta una yari.

El nihontō, más conocido como katana, es el arma más asociada con el samurái. Durante el periodo Edo, se le consideraba «el alma del samurái». Un samurái nunca dejaba su espada, ni siquiera en tiempos de paz. El mejor regalo que un daimyō podía dar a un samurái era una espada forjada por un maestro famoso. Sin embargo, es importante saber que durante la mayor parte de la historia japonesa, las armas principales fueron el arco y la lanza. La espada solo ganó su fama actual cuando las guerras terminaron.

Las primeras espadas usadas por los soldados yamato eran rectas, algunas con empuñadura en forma de bulbo. Otras, como las «espadas coreanas», tenían empuñadura en forma de anillo con la silueta de un animal. Estas armas medían unos 90 centímetros.

La tachi fue la espada clásica samurái y se colgaba con la hoja hacia abajo. Se usaba con ambas manos, por lo que había que dejar el arco para usarla. Más tarde, se desarrolló la katana, que, junto con el wakizashi, se conocían como daishō (大小 lit. «grande y pequeña»). Cuando un samurái llevaba su armadura completa, la katana colgaba con la hoja hacia abajo, y el wakizashi a veces se reemplazaba por un tantō, que se consideraba muy importante en el campo de batalla. Se decía que una buena espada debía ser capaz de cortar siete cuerpos apilados y estar tan afilada que, al sumergirla en agua, pudiera cortar un nenúfar flotando.

La impresionante fuerza de la katana se debía a su curvatura, que permitía cortar incluso el hueso del oponente. Como se usaba con ambas manos, el guerrero debía colocarse en ángulo recto con el enemigo. Los samuráis no usaban escudos, ya que la katana era un arma tanto defensiva como ofensiva. Por su gran resistencia, podía desviar el ataque del oponente y luego dar un golpe mortal. Por estas características, muchos historiadores dicen que la katana era superior a las espadas de otras culturas.

Archivo:Onna bugeisha Ishi-jo, wife of Oboshi Yoshio
Representación de Ishi-jo, esposa de Oboshi Yoshio, uno de los 47 rōnin portando un naginata.

Otro tipo de espada era la nodachi, conocida como «espada de campaña». Tenía una hoja extra larga y apareció a principios del siglo XVI. Hay pocos registros de que esta arma se usara eficazmente en batalla, ya que, por su gran peso, el guerrero necesitaba mucha fuerza para manejarla de pie, y más aún a caballo. La mayoría de los registros indican que estas espadas se crearon para ser ofrendas en santuarios y templos.

La naginata (un tipo de archa) es el arma más mencionada en las crónicas samuráis. Consistía en una hoja curva montada en un mango de madera, parecida a las alabardas chinas. La naginata era muy versátil. Los sōhei, monjes guerreros, eran muy hábiles con ella.

Otra arma común era la yari, una especie de lanza japonesa que apareció como arma de infantería en el siglo XV. Un tipo de yari, la mochi yari, también formó parte del arsenal de los samuráis.

Armas de proyectil

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Los samuráis fueron expertos en el uso del arco a caballo. En la foto un yabusame moderno.
Archivo:EdoJapaneseArquebuse
Arcabuces japoneses llamados Teppō del periodo Edo, desarrollados a partir del modelo europeo.

Durante la mayor parte de la historia samurái, el arco japonés (yumi) fue su arma preferida. Solo usaban la espada al bajar del caballo para el combate cuerpo a cuerpo. Los samuráis eran expertos en el kyūba no michi («camino del arco y el caballo»). Los arcos de esa época eran muy parecidos a los que se usan hoy en el kyūdō. El arco debía levantarse a la altura de la cabeza del jinete para disparar bien. La práctica del caballo y el arco dio origen al yabusame, que aún se practica. La técnica de usar el arco a caballo requería mucha práctica, ya que solo se podía disparar por el lado izquierdo del jinete con un ángulo de 45 grados, lo cual era más difícil con armadura. En el periodo Sengoku, el tiro con arco se combinó con el uso de arcabuceros ashigaru.

En 1510, los samuráis conocieron el cañón de metal, y ese mismo año, Hōjō Ujimasa compró una pistola china. Para 1548, en la Batalla de Uedahara, ya se registraba el uso de armas de fuego, lo que indica que su uso se había extendido entre los clanes. En 1543, comerciantes portugueses llegaron a Japón y, entre otras cosas, intercambiaron arcabuces europeos. A partir de 1549, artesanos japoneses desarrollaron la técnica para reproducir estas armas y comenzaron a fabricar arcabuces japoneses llamados Teppō (鉄砲 lit. «cañón de acero»). Para 1553, el ejército de Oda Nobunaga ya tenía 500 arcabuceros, que demostraron su efectividad con tácticas como los disparos circulares en la batalla de Nagashino. Aunque muchos samuráis se opusieron a su uso porque permitía que cualquier soldado, incluso un humilde ashigaru, neutralizara de un solo tiro a un maestro de artes marciales, su uso se extendió por todo el país y se volvió clave en los conflictos.

Es importante señalar que el uso de grandes cañones no se difundió ni causó el mismo impacto que las armas de fuego pequeñas. Hay registros de pequeños cañones adaptados de barcos europeos para el campo de batalla. Sin embargo, como las tácticas de guerra no buscaban destruir fortalezas, sino más bien el asedio y la lucha en campo abierto, no se desarrollaron técnicas para producir cañones de grandes dimensiones.

Técnicas de combate samurái

Representación de Onikojima Yatarō Kazutada con la cabeza de un enemigo en la mano, por Utagawa Kuniyoshi.

Durante la existencia de los samuráis, hubo dos tipos principales de organización militar. El primero eran ejércitos basados en reclutas: al principio, en el periodo Nara, los ejércitos samuráis se basaban en el modelo chino, y hacia el final, en unidades de infantería compuestas por ashigaru. El segundo tipo era el samurái a caballo que luchaba solo o en pequeños grupos.

Al inicio de una batalla, se disparaban flechas con cabeza de bulbo que zumbaban en el aire. Esto se hacía para invitar a los kami a presenciar los actos de valentía. Después de un breve intercambio de flechas, se realizaba un combate llamado ikkiuchi (一騎討ち), donde grandes rivales de cada bando se enfrentaban. En estos duelos, el rango, el nombre y la posición eran muy importantes. Después de estos combates individuales, venían las batallas más grandes, generalmente con tropas de infantería lideradas por samuráis a caballo. Al principio de las batallas samuráis, era un gran honor ser el primero en entrar en combate. Esto cambió en el periodo Sengoku con la llegada del arcabuz.

Con las armas de fuego, la metodología de combate era la siguiente: primero, se intercambiaban disparos de arcabuz a unos 100 metros; cuando era el momento adecuado, se ordenaba avanzar a los lanceros ashigaru, y finalmente los samuráis atacaban, a pie o a caballo. El jefe del ejército solía estar sentado en una silla de tijera dentro de una tienda semiabierta llamada maku, que mostraba su mon (escudo familiar). Como símbolo de su importancia, otra forma de llamar al shogunato establecido por Minamoto Yoritomo era bakufu, que significaba «gobierno desde la maku».

En medio de la batalla, algunos samuráis decidían bajar del caballo para acabar con un rival digno. Este acto era un gran honor y les ganaba respeto entre la clase militar. Después de la batalla, los samuráis de alto rango solían celebrar la ceremonia del té, y el general victorioso inspeccionaba los restos de los enemigos importantes.

Es importante destacar que la mayoría de las batallas no se resolvieron de forma tan idealista. Muchas guerras se ganaron con ataques sorpresa, como incursiones nocturnas o incendios. El famoso samurái Minamoto no Tamemoto decía:

De acuerdo con mi experiencia, no hay nada más ventajoso a la hora de machacar al enemigo que un ataque nocturno[...]. Si prendemos fuego a tres de los lados y cerramos el paso por el cuarto, quienes huyan de las llamas serán derribados por flechas, y quienes busquen escapar de estas no podrán huir de las llamas.
Minamoto Tamemoto.

Formaciones militares

Durante el periodo Azuchi-Momoyama, con la llegada de las armas de fuego, las tácticas de combate cambiaron mucho. Las formaciones militares adoptadas tenían nombres poéticos, como:

  • Ganko (pájaros en vuelo): Una formación muy flexible que permitía a las tropas adaptarse a los movimientos del enemigo. El comandante se situaba en la parte trasera, cerca del centro, para facilitar la comunicación.
Archivo:Formacion-samurai-Ganko
Formación Ganko.
  • Hoshi (cabeza de flecha): Una formación agresiva donde los samuráis aprovechaban las bajas causadas por los disparos de los ashigaru. Los elementos de señalización estaban cerca de los generales principales.
Archivo:Formacion-samurai-Hoshi
Formación Hoshi.
  • Saku (cerrojo): Considerada la mejor defensa contra la formación Hoshi, con dos filas de arcabuceros y dos de arqueros listos para recibir el ataque.
Archivo:Formacion-samurai-Saku
Formación Saku.
  • Kakuyoku (alas de grulla): Formación usada para rodear al enemigo. Los arqueros y arcabuceros debilitaban a las tropas enemigas antes del ataque cuerpo a cuerpo de los samuráis, mientras la segunda compañía los rodeaba.
Archivo:Formacion-samurai-Kakuyoku
Formación Kakuyoku.
  • Koyaku (yugo): Llamada así por los yugos de los bueyes. Se usaba para neutralizar ataques como «alas de grulla» y «cabeza de flecha». Su objetivo era que la vanguardia absorbiera el primer ataque y diera tiempo a que el enemigo revelara su siguiente movimiento, para que la segunda compañía pudiera reaccionar a tiempo.
Archivo:Formacion-samurai-Koyaku
Formación Koyaku.
  • Gyōrin (escamas de pescado): Usada a menudo contra ejércitos mucho más grandes. Su objetivo era atacar un solo sector para romper las filas enemigas.
Archivo:Formacion-samurai-Gyorin
Formación Gyorin.
  • Engetsu (media luna): Formación usada cuando el ejército no estaba vencido pero necesitaba una retirada ordenada al castillo. Mientras la retaguardia retrocedía, la vanguardia podía organizarse según las circunstancias.
Archivo:Formacion-samurai-Engetsu
Formación Engetsu.

Artes marciales samurái

Se esperaba que cada niño que crecía en una familia samurái se convirtiera en guerrero. Por eso, gran parte de su infancia la dedicaban a practicar diferentes artes marciales. Un samurái completo debía ser hábil en el uso de la espada (kenjutsu), el arco y la flecha (kyujutsu), la lanza (sojutsu, yarijutsu), la alabarda (naginatajutsu) y, más tarde, las armas de fuego. También se les enseñaba a usar estas armas a caballo. Además, se esperaba que supieran nadar y bucear.

Durante la época feudal de Japón, florecieron muchos tipos de artes marciales, conocidas en japonés como bujutsu (武術). El término jutsu significa «método», «arte» o «técnica», y el nombre de cada una indica el modo o arma con que se ejecuta. Los métodos de combate que se desarrollaron y perfeccionaron son muy diversos, entre los cuales destacan:

Con armas Sin armas
Importante
Secundario
Colateral
Tiro con arco
Arte del abanico de guerra
Arte de la cadena y otras herramientas
aiki jujutsu
kyūjutsu tessenjutsu kusarijutsu chikarakurabe
kyūdō
Arte del bastón
kusariganayutsu chogusoku
shagei bōjutsu manrikikusari genkotsu
Lanza y alabarda
jōdō chigirigijutsu gusoku
sōjutsu kanabo/ tetsubo jutsu gegikanjutsu hakushi
sojutsu/
Arte del jitte
Artes ocultas
jūjutsu
naginatajutsu juttejutsu kyusho Jitsu
sodegaramijutsu toiri-no-jutsu kenpō o karate
sasumatajutsu kiaijutsu
Esgrima
chikairi-no-jutsu kogusoku
tōjutsu koshi-no-mawari
kenjutsu yubijutsu kumiuchi
koppō roikomiuchi
iaijutsu fukihari shikaku
iaidō suihokojutsu
tantōjutsu shubaku
Equitación
sumai
bajutsu sumo
jobajutsu taidō
suibajutsu taidōjutsu
Natación
torite
suiejutsu wajutsu
oyogijutsu yawara
katchu gozen oyogi

Hoy en día, las artes marciales se clasifican en Koryū budō (artes marciales clásicas, anteriores al siglo XIX y la modernización de Japón) y Gendai Budō (artes marciales tradicionales modernas).

Filosofía y cultura samurái

El Bushidō

Archivo:Imagawa
El bushidō alentaba que los dirigentes estuvieran presentes en el campo de batalla. Algunos permanecían sentados en un taburete de tijeras en la retaguardia, tal y como se representa a Imagawa Yoshimoto.

Durante largos periodos de inestabilidad, los samuráis se enfrentaban a los horrores de la guerra y a la posibilidad de morir cada día. Por eso, todos eran conscientes de este riesgo. Los principios clásicos del bushidō (武士道 lit. «Camino del guerrero») se recopilaron por primera vez en un libro llamado Hagakure a principios del siglo XVIII. Este libro contenía consejos prácticos sobre el comportamiento samurái, y el tema de la muerte era muy importante en él.

La principal diferencia entre el bushidō y la caballería europea es que en el bushidō no había un concepto de amor cortés. Cuando las mujeres aparecen en las historias heroicas samuráis, a menudo es en actos de sacrificio, como cuando morían si el castillo en el que estaban caía en manos enemigas.

El bushidō reforzaba la idea de que los samuráis eran una élite superior al resto de la sociedad. Se referían a los ashigaru como «sus inferiores» y a los extranjeros como «bárbaros». El bushidō también animaba a los líderes, incluso a los del país, a participar en los conflictos armados. Se esperaba que todo comandante permaneciera en un taburete de tijeras en la retaguardia durante toda la batalla, e incluso muchos participaban activamente. Pocos líderes no estuvieron presentes con su ejército en batalla, como Hideyoshi cuando envió sus tropas a invadir Corea.

El Zen

El budismo llegó a Japón desde China en el siglo VI y se extendió por todo el archipiélago. Durante la época de los samuráis, había varias ramas de esta filosofía, pero la mayoría de los guerreros eligieron el budismo de tipo Zen. El Zen enseña a sus seguidores a buscar la iluminación y la paz a través de la meditación, que se lograba con mucha disciplina. Como el objetivo final de esta filosofía es encontrar la armonía espiritual, que lleva a un «fluir entre la vida y la muerte», muchos guerreros se sintieron identificados y atraídos por ella.

Samuráis y el arte

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El se vio beneficiado durante el periodo Azuchi-Momoyama y el shogunato Tokugawa por las principales figuras militares.

Un aspecto de los samuráis poco conocido hoy en día son sus contribuciones al arte en la historia de Japón. Muchas de estas familias tenían una excelente formación en literatura y estética, además de dominar las tácticas de guerra. Algunos personajes que destacan por sus aportes al arte son Oda Nobunaga y Toyotomi Hideyoshi, quienes comenzaron la unificación del país durante el periodo Azuchi-Momoyama a través de sangrientas guerras.

Los samuráis a menudo escuchaban y participaban en actividades musicales como parte de sus prácticas diarias para enriquecer sus vidas y conocimientos.

Hideyoshi fue quien convirtió la ceremonia del té en un arte. La ironía es que los recipientes para esta ceremonia venían de Corea, país que Hideyoshi invadió dos veces. Hideyoshi contrató a dos hermanos que, bajo la supervisión del famoso maestro del té Sen no Rikyū, crearon el estilo raku de recipientes. Otro daimyō que aprovechó a los alfareros coreanos fue el del clan Shimazu de Satsuma, que hizo famosa a la región. Otro ejemplo son las contribuciones de Oda Nobunaga al (), al que solía asistir con frecuencia.

Archivo:Rice field on Japan 20070829
El arroz es la base de la alimentación en Japón desde tiempos remotos y los samuráis no fueron la excepción.

Alimentación

El arroz ha sido la base de la alimentación en Japón desde tiempos muy antiguos, y los samuráis no fueron la excepción, especialmente después de mediados del siglo XV, cuando el arroz se volvió parte de su dieta regular. El arroz se cocinaba de diferentes maneras: mezclado con yasai (verduras) y nori (algas), solo al vapor, o en forma de onigiri (bolas de arroz). También se preparaban mochi (pastelillos de arroz) con harina de arroz o una mezcla de arroz y harina de trigo. Durante mucho tiempo fue difícil cocinar arroz en las campañas, pero Tokugawa Ieyasu ideó un método: proporcionó cascos de hierro a sus soldados de infantería, y dentro de ellos se cocía el arroz.

Además del arroz, se encontraba el tempura, un platillo de origen portugués, y el sashimi tal como lo conocemos hoy. Durante los banquetes de despedida, los guerreros compartían kachi-guri (castañas secas), konbu (alga marina) y sake. Estos alimentos se disponían en tres cuencos que simbolizaban el cielo, el hombre y la tierra. Este ritual era diferente al de los piratas del mar, quienes solían comer pulpo porque estos animales pueden defenderse en ocho direcciones a la vez.

Samuráis famosos

Estos son algunos de los samuráis más representativos y famosos de la historia:

Samuráis famosos
Nombre
Fecha de nacimiento - muerte
Aspectos importantes
Minamoto Yoshiie 1039 - 4 de agosto de 1106 Miembro del clan Minamoto, por sus hazañas recibió el título de Hachimantarō (hijo de Hachiman).
Minamoto Yoshitsune 1159 - 15 de junio de 1189 General del clan Minamoto, ayudó a su hermano Yoritomo a establecer el primer shogunato.
Kusunoki Masashige 1294 - 1336 Luchó al lado del Emperador Go-Daigo contra el shogunato Kamakura. Su lealtad sirvió de referencia y modelo para los futuros samuráis.
Sanada Yukimura 1567 - 3 de junio de 1615 Recibió varios títulos como «Héroe que solo aparece una vez cada cien años», «Demonio carmesí de la guerra» o «El guerrero número uno en Japón» por sus habilidades marciales.
Uesugi Kenshin 8 de febrero de 1530 - 19 de abril de 1578 Daimyō que gobernó la Provincia de Echigo y rival legendario de Takeda Shingen. Tenía el apodo de «El dragón de Echigo».
Yamamoto Tsunetomo 1659 - 1719 Redactor del Hagakure.
Takeda Shingen 1 de diciembre de 1521 - 13 de mayo de 1573 Poderoso daimyō gobernante de la Provincia de Kai y rival legendario de Uesugi Kenshin. Tenía el apodo de «El tigre de Kai».
Date Masamune 5 de septiembre de 1567 - 27 de junio de 1636 Su galeón «Juan Bautista» fue el primer barco japonés en dar la vuelta al mundo. Era conocido como «Dragón de un solo ojo».
Oda Nobunaga 23 de junio de 1534 - 21 de junio de 1582 Después de la Batalla de Okehazama se convirtió en la figura más importante del país. Es considerado el primero de los «grandes unificadores». Fue traicionado por uno de sus principales generales y obligado a cometer seppuku durante el «Incidente de Honnō-ji».
Toyotomi Hideyoshi 2 de febrero de 1536 - 18 de septiembre de 1598 Fue el segundo de los «grandes unificadores» de Japón a la muerte de Oda Nobunaga. Ordenó dos invasiones a Corea.
Tokugawa Ieyasu 31 de enero de 1543 - 1 de junio de 1616 Fue el último de los «grandes unificadores» y fundador del shogunato Tokugawa.
Akechi Mitsuhide 1528 - 2 de julio de 1582 Fue uno de los principales generales de Oda Nobunaga. Es famoso porque traicionó a su señor durante el «Incidente de Honnō-ji».
Miyamoto Musashi ¿1584? - 19 de mayo de 1645 Se dice que participó en más de 60 combates y nunca perdió uno. Se convirtió en un rōnin y estableció el sistema Niten Ichi Ryu, además escribió «El libro de los cinco anillos».
Honda Tadakatsu 1548 - 3 de diciembre de 1610 Daimyō bajo las órdenes de Tokuwaga Ieyasu. Era reconocido por sus proezas militares. Oda Nobunaga lo llamaba el «samurái entre samuráis». Toyotomi Hideyoshi decía que los mejores samuráis eran «Honda Tadakatsu en el este y Tachibana Muneshige en el oeste». Takeda Shingen afirmaba que Tadakatsu era «un lujo para Tokugawa Ieyasu».
Torii Mototada 1539 - 8 de septiembre de 1600 Samurái al servicio de Tokugawa Ieyasu. Gracias a que pudo resistir el Asedio de Fushimi por diez días, su señor pudo escapar y ganar finalmente la Batalla de Sekigahara.
Ishida Mitsunari 1560 - 6 de noviembre de 1600 Comandó el «Ejército del Oeste» durante la Batalla de Sekigahara en apoyo a Toyotomi Hideyori, hijo de Hideyoshi, a quien consideraba el heredero legítimo al gobierno. Perdió la batalla y murió.
Saigō Takamori 23 de enero de 1828 - 24 de septiembre de 1877 Samurái y político japonés durante la Restauración Meiji. Se levantó en armas desde la provincia de Satsuma y su ejército fue aniquilado por la Armada Imperial Japonesa. Es considerado por muchos historiadores como «el último samurái».

Otros grupos de samuráis famosos fueron:

  • Los Veinticuatro Generales de Takeda Shingen
  • Las Siete Lanzas de Shizugatake

Mujeres guerreras en Japón

Durante los primeros siglos de la historia de Japón, la sociedad tenía una fuerte influencia matriarcal. Un ejemplo es el papel importante de Amaterasu en el mito de la creación. En las primeras crónicas japonesas, es común leer sobre reinas que lideraban ejércitos contra fortalezas enemigas en Yamato o en el estrecho de Corea. Documentos chinos también confirman esto, mencionando a una mujer, Himiko no Yamatai, como la máxima autoridad gobernante del país.

A partir del periodo Heian, las mujeres dejaron de participar directamente en los campos de batalla. Sin embargo, seguían practicando artes marciales y técnicas de autodefensa. La naginata era su arma preferida por su largo alcance y versatilidad, junto con la yari. Estas armas solían colgarse en las puertas de las casas militares para usarlas si algún intruso aparecía. Otra arma en la que eran especialistas era un puñal corto llamado kaiken, útil en combates a corta distancia.

Entre las mujeres guerreras más famosas destaca Tomoe Gozen. Se dice que, después de matar a varios enemigos en un solo combate, el líder enemigo, Uchida Iyeyoshi, intentó capturarla. Durante la lucha, Uchida intentó jalarle una manga para bajarla del caballo. Esto enfureció tanto a Tomoe que giró y le quitó la vida. Se cuenta que, en otra batalla, después de varias horas de combate, ella era una de los últimos siete guerreros en pie. Según la leyenda, su última acción fue cuando, al enterarse de que su esposo Minamoto no Yoshinaka estaba a punto de ser derrotado, decidió entrar en el campo de batalla para darle tiempo suficiente para que pudiera morir honorablemente cometiendo seppuku. Para lograrlo, cabalgó hasta el guerrero enemigo más hábil y lo retó, intentando atraer la atención de los demás. Se dice que logró vencer a su rival, pero cuando llegó donde estaba su esposo, este había muerto por el impacto de una flecha. Esto la desanimó tanto que bajó la guardia y murió a manos de varios guerreros en ese mismo lugar.

Samuráis occidentales

Archivo:William adams vanderaa
Representación del encuentro entre William Adams y Tokugawa Ieyasu. Dibujo de 1707.

Todo indica que el navegante y explorador William Adams (1564-1620) fue el primer inglés en llegar a Japón y el primer extranjero en recibir el título de samurái. William Adams, conocido en japonés como Anjin-sama (anjin, «piloto»; sama, título honorífico) y Miura Anjin (三浦按針 el piloto de Miura), fue un navegante inglés que, tras naufragar en el barco neerlandés Liefde, llegó a Japón en el año 1600. Poco después, se entrevistó directamente con Tokugawa Ieyasu y fue interrogado durante varias semanas. Gracias a que Adams hablaba un poco de portugués, Ieyasu pudo comunicarse con él a través de sus intérpretes, quienes tenían contacto frecuente con comerciantes españoles y portugueses. William le habló de la «reforma protestante» y las guerras en Europa entre países protestantes y católicos, entre otras novedades. Adams causó tan buena impresión en el shōgun (a pesar de las intrigas de los misioneros jesuitas, quienes decían que los ingleses eran «bandidos y ladrones de todas las naciones» y pedían que los tripulantes fueran crucificados), que Ieyasu permitió que los tripulantes del Liefde regresaran a sus hogares. Sin embargo, a él lo mantuvo como consejero personal en asuntos de comercio internacional, lo nombró samurái y hatamoto, y le dio un feudo valorado en 250 koku con 80 granjeros.

Fue William Adams quien construiría los primeros barcos de estilo occidental en Japón. Estas naves viajarían hasta México, Manila y España. Williams falleció el 16 de mayo de 1620 en Hirado y nunca regresó a su país natal.

La historia de William Adams se cuenta en la novela Shogun: señor de samuráis del escritor James Clavell, de la cual se filmó una miniserie en 1980, protagonizada por Richard Chamberlain como el piloto inglés John Blackthorne y Toshirō Mifune como el señor Toranaga.

Los samuráis en la cultura popular

Cine

Desde que el cine se hizo popular, el tema de los samuráis ha sido recurrente en Japón. Al principio, se abordaba de forma más dramática, pero después de la Segunda Guerra Mundial, se transformó en películas de acción con personajes más oscuros y fuertes, donde los directores se enfocaban en guerreros con cicatrices psicológicas o físicas. Akira Kurosawa, uno de los directores japoneses más famosos, exageró la muerte y la violencia en las películas «épicas samurái». Los samuráis que representaba en sus obras eran figuras solitarias, más preocupadas por ocultar sus habilidades que por presumir de ellas.

En Japón, el término chanbara (チャンバラ) se usa para este género de películas. Este tipo de películas suelen estar ambientadas durante el periodo Edo. El chanbara es un subgénero del jidaigeki o «drama de época», que consiste en ambientar una película en un periodo histórico, no necesariamente sobre samuráis o luchas de espadas.

Hoy en día, el tema de los samuráis se ha globalizado, y uno de los mayores exponentes son las películas de Akira Kurosawa, reconocidas internacionalmente. Una de sus grandes películas, Los siete samuráis, ha tenido varias adaptaciones, como la película Los siete magníficos y un «Western» de John Sturges de 1960.

Otra película de Kurosawa, La fortaleza escondida, sirvió de inspiración para parte de la trama de Star Wars de George Lucas, así como para los personajes de Obi-Wan Kenobi, el maestro Yoda, C-3PO y R2-D2.

Otro ejemplo es la película El último samurái, protagonizada por Tom Cruise, que se inspira en la Rebelión Satsuma de Saigō Takamori y en la historia de Jules Brunet, un capitán francés que luchó junto a Enomoto Takeaki durante la Guerra Boshin.

Finalmente, en 2013 se estrenó la película 47 Ronin, que hace alusión (con elementos de fantasía) a la leyenda de los 47 rōnin.

Manga y anime

Las historias de samuráis han sido muy populares en las historietas japonesas, llamadas manga. Después de la Segunda Guerra Mundial, la propaganda fue reemplazada por el entretenimiento (Akado Suzunosuke de Eiichi Fukui, 1954; Tenpei Tenma de Taku Horie, 1957). Sin embargo, los grandes maestros de este tipo de relatos fueron Sanpei Shirato, autor de Ninja Bugeicho (1959), Sasuke (1961) y Kamui (1964), y Kazuo Koike/Goseki Kojima, autores de El lobo solitario y su cachorro (1970). En otras tradiciones de historietas también hay obras importantes con samuráis, como Ronin (1983) del estadounidense Frank Miller o Kogaratsu (1985) de los belgas Bosse/Michetz.

A lo largo de la historia del manga y el anime, se han creado muchas series con samuráis como protagonistas, como Rurouni Kenshin, Samurai Champloo, Afro Samurai, Samurai 7, Shiguiri, Yoroiden Samurai Troopers, Gintama, Sengoku Basara, Brave 10 y muchas más.

En la serie de manga Lupin III, uno de los compañeros de Lupin es el Samurái Goemon Ishikawa XIII, un samurái proscrito de la decimotercera generación de descendientes del legendario forajido japonés Ishikawa Goemon.

En la animación occidental, la serie animada estadounidense Samurai Jack fue muy popular.

Fuera de la animación, los elementos del guerrero samurái fueron adaptados en la serie de acción real de tokusatsu Samurai Sentai Shinkenger y su adaptación americana Power Rangers Samurái.

Desde el 3 de noviembre de 2023, Netflix emite Samurái de ojos azules, una serie de televisión de animación para adultos creada y escrita por Michael Green y Amber Noizumi.

Videojuegos

Al igual que en el anime y manga, los samuráis han servido de inspiración para el desarrollo de varios videojuegos y sagas como Samurai Showdown, Warriors Orochi, Dinasty Warriors, Nioh, For Honor, Total War: Shogun, Onimusha, Bushido Blade, Genji: Dawn of Samurai, etc.

En el videojuego Age of Empires II: The Age of Kings, el samurái es la unidad única de la civilización japonesa.

En el videojuego Age of Empires III: The Asian Dynasties, aparece la civilización japonesa con la mayoría de unidades y una campaña japonesa de Tokugawa Ieyasu.

En el videojuego Ghost of Tsushima se describen los hábitos y principios del código de justicia y honor del bushido. El juego recrea fielmente un ambiente inspirado en el cine de samuráis y las películas de Akira Kurosawa para retratar la invasión mongola a la isla de Tsushima. El protagonista de la historia, Jin Sakai, un samurái apadrinado por un daimyō del clan Shimura (que también es su tío), se enfrenta y cuestiona este código ético para vencer a los enemigos invasores. El conflicto entre tío y sobrino por usar métodos más propios de los shinobi que de los samuráis es el motor de la historia del videojuego. Tuvo una buena acogida entre la crítica y el público, y fue elogiado por muchos medios en Japón.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Samurai Facts for Kids

Artes marciales tradicionales modernas o Gendai Budō, derivadas e influenciadas por la cultura samurái:

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Samurái para Niños. Enciclopedia Kiddle.