Franz Xaver Winterhalter para niños
Datos para niños Franz Xaver Winterhalter |
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![]() Franz Xaver Winterhalter hacia 1865.
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Información personal | ||
Nacimiento | 20 de abril de 1805 Menzenschwand (Alemania) |
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Fallecimiento | 8 de julio de 1873 Fráncfort del Meno (Imperio alemán) |
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Causa de muerte | Fiebre tifoidea | |
Sepultura | Cementerio principal de Frankfurt | |
Nacionalidad | Alemana | |
Educación | ||
Alumno de | ||
Información profesional | ||
Ocupación | Pintor, litógrafo, dibujante, pintor retratista y artista visual | |
Área | Pintura | |
Años activo | 1820-1873 | |
Cargos ocupados |
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Alumnos | Federico Madrazo | |
Movimiento | Academicismo y neorrococó | |
Género | Retrato y pintura del paisaje | |
Obras notables | La Emperatriz Eugenia rodeada de sus damas de compañía | |
Franz Xaver Winterhalter (nacido el 20 de abril de 1805 en Menzenschwand, Alemania y fallecido el 8 de julio de 1873 en Fráncfort del Meno) fue un famoso pintor y litógrafo alemán. Es muy conocido por sus retratos de la realeza europea a mediados del siglo XIX. Entre sus obras más famosas están La Emperatriz Eugenia rodeada de sus damas de compañía (1855) y el retrato de la emperatriz Isabel de Baviera, conocida como Sissí (1864).
Contenido
La vida temprana de Franz Xaver Winterhalter
Franz Xaver Winterhalter nació en un pequeño pueblo llamado Menzenschwand. Este lugar está en la Selva Negra, en el Gran Ducado de Baden. Fue el sexto de ocho hijos de Fidel Winterhalter, quien era granjero. Solo cuatro de sus hermanos llegaron a la edad adulta. Franz Xaver siempre mantuvo una relación cercana con su familia, especialmente con su hermano Hermann, quien también fue pintor.
Primeros estudios y formación artística
A los 13 años, en 1818, Franz Xaver dejó su pueblo natal. Se fue a estudiar dibujo y grabado. Fue aprendiz de delineante y litógrafo en el taller de Karl Ludwig Schüler en Friburgo.
En 1823, a los 18 años, se mudó a Múnich. Allí recibió el apoyo del Barón von Eichtal, un importante empresario. En 1825, el Gran Duque de Baden le dio una beca. Con esta ayuda, Franz Xaver comenzó a estudiar en la Academia de Artes de Múnich. Aunque no se sentía cómodo con los métodos de su profesor Peter Cornelius, se llevó mejor con el retratista Joseph Stieler. Durante este tiempo, también trabajaba como litógrafo para ganarse la vida.
Primeros pasos en la corte
En 1828, Winterhalter empezó a trabajar para la realeza. Se convirtió en maestro de dibujo de Sofía Guillermina de Suecia en Karlsruhe. Su gran oportunidad llegó en 1832. Pudo viajar a Italia entre 1833 y 1834, gracias al apoyo de Leopoldo, Gran Duque de Baden.
En Roma, pintó cuadros románticos y conoció a Horace Vernet, director de la Academia Francesa. Al regresar a Karlsruhe, pintó retratos del Gran Duque Leopoldo y su esposa. Fue nombrado pintor oficial de la corte.
A pesar de su éxito en Baden, decidió mudarse a Francia. En 1836, su pintura Il dolce Farniente fue muy elogiada en los salones de arte. Un año después, Il Decameron también recibió muchos aplausos. Estas obras eran de estilo académico, como las de Rafael. En 1838, expuso un retrato del príncipe de Wagram. Ese mismo año, retrató a Luisa María de Orleáns, reina de Bélgica, y a su hijo. Este trabajo probablemente llamó la atención de María Amalia de las Dos Sicilias, la reina de Francia.
Franz Xaver Winterhalter: El pintor de la realeza

En París, Winterhalter se hizo muy popular rápidamente. Fue nombrado pintor oficial del rey Luis Felipe de Francia. El rey le encargó más de treinta retratos de su gran familia. Su éxito lo convirtió en un experto en retratos de la realeza y la nobleza. Sabía combinar la elegancia oficial con la moda de la época.
Sin embargo, los críticos de arte no siempre valoraron su trabajo. Aunque elogiaron sus primeras obras, luego lo consideraron superficial. Esta opinión de los críticos lo acompañó toda su carrera. Winterhalter pensaba que sus encargos reales eran solo un paso temporal. Quería volver a pintar obras más "serias" desde el punto de vista académico. Pero su gran éxito lo llevó a dedicarse casi exclusivamente a los retratos. Se hizo muy famoso y rico. Winterhalter se convirtió en un artista reconocido en todo el mundo, muy solicitado por la realeza.
Retratos para la realeza europea
Entre sus muchos clientes reales estaba la reina Victoria. Winterhalter visitó Inglaterra por primera vez en 1842. Regresó varias veces para pintar a la reina Victoria, a su esposo el príncipe Alberto y a sus muchos hijos. Hizo al menos 120 retratos para ellos. Muchos de estos cuadros se conservan en la colección real inglesa. Se pueden ver en el Palacio de Buckingham y otros lugares. También pintó retratos para la nobleza inglesa.
La caída del rey Luis Felipe de Francia en la revolución de 1848 no afectó su carrera. Winterhalter viajó a Suiza y siguió recibiendo encargos de Bélgica e Inglaterra.
Winterhalter vio cómo algunas familias reales perdían el poder y otras nuevas surgían. Pero su talento le permitió seguir trabajando. París fue su hogar hasta dos años antes de morir. Después de la caída de la monarquía francesa, tuvo menos encargos de retratos. Esto le permitió volver a pintar obras más artísticas, como Florinda (1852). Esta pintura, que celebra la belleza femenina, se encuentra en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York.
Su popularidad creció aún más cuando Napoleón III llegó al poder en Francia. Durante el Segundo Imperio francés, se convirtió en el retratista principal de la corte y la familia imperial. La hermosa emperatriz Eugenia fue una de sus modelos favoritas. En 1856, Winterhalter pintó su obra maestra: La Emperatriz Eugenia rodeada de sus damas de compañía. En este cuadro, la emperatriz de Francia aparece en un paisaje campestre, recogiendo flores con sus damas. La pintura fue muy elogiada y se expuso en la Exposición Universal de 1853. Sigue siendo la obra más famosa de Winterhalter.
En 1852, Winterhalter viajó a España con su colega Eduardo Magnus. Allí pintó a la reina Isabel II. También trabajó para la familia real portuguesa. Los nobles rusos que visitaban París también querían que el famoso maestro les hiciera retratos. Como "el pintor de príncipes", Winterhalter era muy solicitado en casi todas las cortes de Europa. Trabajó en Inglaterra (desde 1841), España, Bélgica, Rusia, México, varios estados alemanes y Francia. Su fama se mantuvo y sus servicios eran muy demandados. En 1856, fue a Polonia para pintar a la nobleza local. En 1857, pintó en Baviera a la zarina María Alejandrovna. En la década de 1860, recibió muchos encargos de Rusia.
Durante el Segundo Imperio Mexicano, bajo el emperador Maximiliano I de México, Winterhalter recibió el encargo de pintar retratos de la pareja imperial. La emperatriz de México, Carlota de Bélgica, era hija de Luisa María de Orleáns, la reina de Bélgica, a quien Winterhalter había pintado al principio de su carrera. Algunas de las pinturas de Winterhalter de los monarcas mexicanos se conservan en su palacio en México, D. F., que ahora es el Museo Nacional de Historia.
Últimos años y legado
Para poder hacer tantos retratos, y muchas veces varias copias de cada uno, Winterhalter tuvo muchos ayudantes. Pocos pintores de retratos han tenido tantos encargos de la realeza como él. Solo Rubens y Van Dyck trabajaron de forma similar a nivel internacional.
Winterhalter solía descansar de su trabajo con vacaciones en Italia, Suiza y, sobre todo, Alemania. Aunque vivió muchos años en Francia, siempre mantuvo un fuerte vínculo con su país natal. A pesar de su éxito, llevó una vida sencilla y sin excesos. En 1859, compró una villa en Baden-Baden, su lugar favorito para vacacionar.
En 1864, Winterhalter hizo su última visita a Inglaterra. Ese otoño, viajó a Viena para pintar al emperador Francisco José I de Austria y a su esposa Isabel de Baviera. Estos retratos son de los más conocidos. A medida que envejecía, sus lazos con Francia se debilitaron y empezó a extrañar Alemania. Estaba de vacaciones en Suiza cuando estalló la Guerra franco-prusiana. Esta guerra terminó con el Segundo Imperio francés en septiembre de 1870. Después de la guerra, el pintor no regresó a Francia. Se fue a Baden y decidió retirarse definitivamente a Alemania. Todavía estaba reconocido oficialmente en la corte de Baden y se estableció en Karlsruhe. Sin embargo, en los dos años siguientes pintó muy poco. Durante una visita a Fráncfort del Meno en el verano de 1873, contrajo tifus y falleció el 8 de julio de 1873, a los 68 años.
El estilo artístico de Winterhalter

Winterhalter perfeccionó su estilo como retratista durante el Segundo Imperio francés. Sus mejores obras las hizo en las últimas dos décadas de su vida. Adaptó su estilo al lujo y la atmósfera relajada de la época. Sus modelos femeninas de las décadas de 1850 y 1860 mostraban una actitud más abierta y animada. Sin embargo, sus retratos de hombres no fueron tan originales o memorables.
Los críticos de arte nunca elogiaron las obras que lo hicieron famoso. Lo acusaban de ser superficial y de buscar solo la popularidad. Pero sus clientes de la nobleza lo apreciaban mucho. Las familias reales de Inglaterra, Francia, España, Rusia, Portugal, México y Bélgica le encargaron retratos. Sus grandes cuadros le dieron una gran reputación. Las copias de sus retratos hechas con litografía ayudaron a que su fama se extendiera.
Los retratos de Winterhalter eran valorados por su toque personal y cercano. La razón de su atractivo es fácil de entender. La imagen de sus modelos daba una impresión de elegancia o de necesidad de protección. No solo era muy hábil para crear composiciones casi teatrales con sus modelos. También era un experto en combinar la textura de las telas, pieles y joyas. Dedicaba tanto cuidado a estos detalles como a los rostros. Pintaba rápido y sin interrupciones, diseñando la mayoría de sus obras directamente en el lienzo. Sus retratos son elegantes, refinados y agradablemente idealizados.
Se cree que Winterhalter pintaba directamente en el lienzo sin hacer bocetos previos. Él mismo decidía la ropa y la postura de la modelo. Pintaba con delicadeza, usando pinceladas rápidas pero uniformes. Su estilo era suave, sofisticado y creíble. Muchos de sus retratos fueron copiados o reproducidos en su taller como litografías.
Como artista, Winterhalter es difícil de clasificar. Hay pocos pintores con los que se le pueda comparar y no encaja en una escuela específica. Sus primeras influencias son neoclásicas. Pero su estilo posterior se puede describir como neo-rococó. Después de su muerte, su obra perdió popularidad. Se consideraba demasiado romántica, brillante y superficial. Poco se sabe de su vida personal. Su arte no fue valorado de nuevo hasta finales del siglo XX. Una gran exposición de su obra en la National Portrait Gallery de Londres y en el Petit Palais de París en 1987 recuperó su popularidad. Sus pinturas se exhiben hoy en los principales museos de Europa y América. El Palacio de Liria de Madrid tiene al menos dos de sus obras, incluyendo el notable Retrato de Eugenia de Montijo. El Palacio Real tiene un retrato de Isabel II con su hija la infanta Isabel.
Véase también
En inglés: Franz Xaver Winterhalter Facts for Kids