Rose Bertin para niños
Datos para niños Marie-Jeanne Rose Bertín |
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Información personal | ||
Nombre de nacimiento | Marie-Jeanne Bertin | |
Nombre en francés | Rose Bertin | |
Nacimiento | 2 de julio de 1747 Abbeville (Francia) |
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Fallecimiento | 22 de septiembre de 1813 Épinay-sur-Seine (Francia) |
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Nacionalidad | Francesa | |
Información profesional | ||
Ocupación | Marchante de modas y modista | |
Marie-Jeanne Bertin, más conocida como Rose Bertin, fue una famosa diseñadora de moda francesa. Nació el 2 de julio de 1747 en Abbeville, Picardía, Francia, y falleció el 22 de septiembre de 1813 en Epinay sur Seine.
Rose Bertin se hizo muy conocida por ser la sombrerera y modista de la reina María Antonieta. Junto con el peluquero Léonard Autié, ella ayudó a crear un estilo único para la reina. Este estilo marcó los últimos años del Antiguo Régimen en Francia. Sus diseños, que incluían peinados muy altos y vestidos innovadores, son considerados el inicio de la alta costura. Fue la primera diseñadora francesa en ser tan famosa y se le reconoce por hacer que la moda y la alta costura fueran importantes para el público.
Contenido
La vida de Rose Bertin: ¿Cómo se convirtió en una diseñadora famosa?
Rose Bertin comenzó a trabajar como aprendiz de modista desde muy joven. A los 15 años, se mudó a París. En 1770, abrió su propia tienda de ropa llamada Le Grand Mogol. Rápidamente, muchas damas importantes de la nobleza se convirtieron en sus clientas. Entre ellas estaba Luisa, duquesa de Chartres. La duquesa también apoyaba a la pintora Élisabeth Vigée-Lebrun, quien también se interesó por los diseños de Bertin. Esto atrajo a la aristocracia y a la realeza de toda Europa.
¿Cómo conoció Rose Bertin a la reina María Antonieta?
Cuando María Antonieta llegó a Francia desde Austria, adoptó los estilos y modas francesas para mostrar su compromiso con su nuevo país. La duquesa de Chartres le presentó a Rose Bertin en 1772. Bertin no podía entrar al departamento donde la reina y sus damas esperaban, porque era una persona común. Por eso, Rose Bertin creaba muchos vestidos nuevos para la reina María Antonieta en una habitación especial del palacio de Versalles.
Después de la coronación de María Antonieta, Bertin le presentaba sus nuevas ideas a la joven reina dos veces por semana. Pasaban horas hablando de sus creaciones. A la reina le encantaba su ropa y se apasionaba con cada detalle. Así, Bertin se convirtió en su confidente y amiga.
¿Qué estilos de moda creó Rose Bertin para la reina?
A mediados del siglo XVIII, las mujeres francesas adineradas comenzaron a usar el "pouf". Era un estilo de peinado donde el cabello se elevaba y se empolvaba, acompañado de vestidos grandes y lujosos. Bertin usó y exageró estas modas para María Antonieta. Creó peinados que medían más de noventa centímetros de altura.
La moda del pouf se hizo tan extrema que se convirtió en un símbolo de la época. Se decoraba con adornos y objetos que representaban eventos recientes. Trabajando con Leonard, el peluquero de la reina, Bertin creó peinados que se hicieron muy populares en toda Europa. El cabello natural o las pelucas de crin de caballo, siempre empolvados con polvos de arroz, se rellenaban y elevaban con cojines o armazones de alambre. Podían adornarse con objetos diversos, formando escenas que iban desde chismes recientes hasta maquetas de barcos franceses como el Belle Poule.
El peinado más famoso de la reina fue “la inoculación”. Era un pouf que usó para mostrar su éxito al convencer al rey de vacunarse contra la viruela.
¿Cómo afectaron los peinados a la vida diaria?
La moda siguió cambiando. Los sombreros y adornos de cabeza muy altos, con sus estructuras de gasa, flores y plumas, hacían que las mujeres tuvieran problemas para encontrar carruajes lo suficientemente altos. A menudo se les veía inclinadas, sentadas en el suelo o con sus cabezas adornadas fuera de la ventanilla.
Se decía que si el uso de estas plumas y adornos extravagantes hubiera continuado, habría causado una revolución en la arquitectura. Habría sido necesario agrandar las puertas y techos de los teatros, y especialmente el espacio de los carruajes.
La reina encargaba los estilos más recientes a Rose Bertin. Entre ellos estaba el “robe a la polonaise”, un vestido con un corpiño que realzaba el pecho y faldas onduladas que dejaban ver los tobillos. Este conjunto se completaba con su "pouf" correspondiente.
A partir de los años 1780, la moda francesa adoptó algunas ideas inglesas. Se usaron chaquetas parecidas a las de los hombres o redingotes (abrigos de montar a caballo) adaptados para mujeres, como la "robe (vestido) redingote". María Antonieta adoptó este estilo, lo que molestó a algunos franceses.
Los impresionantes robes à paniers cubiertos con joyas y volantes, los zapatos bordados con diamantes y los peinados monumentales se usaban principalmente en la corte, en bailes, fiestas o en el teatro. En la vida diaria, bajo la influencia de las ideas de Jean-Jacques Rousseau que promovían la simplicidad, la moda tendió a ser más sencilla. Se adoptaron vestidos más simples como la misma “robe a la polonaise”, también llamada “robe à la reine”. Su sobrefalda podía subirse o bajarse a los lados con cordones.
En 1783, Élisabeth Vigée-Lebrun pintó un retrato de María Antonieta usando la famosa "robe chemise" diseñada por Rose Bertin. Este vestido fue tan sorprendente para la época que se tuvo que pintar un segundo retrato de la reina con un vestido de corte más tradicional.
María Antonieta le pidió a Bertin que vistiera unas muñecas con la última moda como regalo para sus hermanas y su madre, la emperatriz María Teresa I de Austria. Estas muñecas se llamaban "Pandoras". Podían ser de cera, madera o porcelana, y eran un poco más pequeñas que una muñeca de juguete común, o tan grandes como la mitad o el tamaño de una persona real. Eran populares antes de que existieran las revistas de moda.
¿Cuál fue el impacto de Rose Bertin en la moda?
Apodada "Ministra de la Moda", Bertin fue la mente detrás de casi todos los nuevos vestidos que la reina encargaba. Los vestidos y el cabello se convirtieron en una forma de expresión personal para María Antonieta. Bertin vistió a la reina desde 1770 hasta que fue destronada en 1792.
Bertin se convirtió en una figura muy influyente en la corte. Sus vestidos grandes y llamativos aseguraban que quien los usara ocupara mucho espacio, dando a la figura femenina una presencia importante. Sus creaciones también establecieron a Francia como el centro de la moda. Desde entonces, los vestidos hechos en París se enviaban a ciudades como Londres, Venecia, Viena, San Petersburgo y Constantinopla. La elegancia parisina imitada en todo el mundo estableció la reputación global de la moda francesa.
Bertin llegó a vestir a la reina Sofía Magdalena de Suecia, a la reina María Luisa de España, a la reina de Bohemia, a la reina de Suiza, a la Duquesa de Devonshire y a la zarina María Feodorovna de Rusia, entre otras personalidades de la época. Creó un verdadero imperio de la moda desde su tienda en la calle Saint Honoré.
Gracias al apoyo de la reina, el nombre de Bertin se asoció con la elegancia y los lujos de Versalles. La relación cercana de Bertin con la reina le dio una valiosa experiencia sobre el significado social y político de la moda en la corte francesa.
Aunque se culpaba a la reina de los gastos excesivos, las damas francesas la imitaban. Todas querían tener el mismo vestido, la misma capa y las mismas plumas que veían usar a la reina. Las damas se reunían alrededor de Mademoiselle Bertin, su sombrerera y modista. Había una gran devoción por la ropa entre las damas, quienes daban mucha importancia a esta mujer. Las madres y los esposos se quejaban, diciendo que "esa reina será la ruina de todas las damas francesas".
Los precios de Rose Bertin eran muy altos. Los registros anuales de los gastos de ropa de María Antonieta muestran que la reina nunca usaba nada dos veces. Los trajes y sombreros de Bertin podían costar fácilmente 20 veces más de lo que una costurera hábil ganaba en un año.
¿Qué pasó con Rose Bertin durante la Revolución Francesa?
Cuando comenzó la Revolución francesa, María Antonieta dejó de seguir las nuevas tendencias. La gente de la burguesía y la nobleza, incluyendo el rey, adoptaron la insignia tricolor republicana con trajes más simples y modestos. Pero la reina usaba una insignia blanca de la monarquía, su nuevo vestido era púrpura y dorado, y seguía usando sus diamantes. Esto mostraba que María Antonieta no entendía la situación política.
Ni siquiera la revolución hizo que los precios de Bertin bajaran. La demanda de vestidos y el apego de la reina a la moda pudieron haber contribuido a su arresto.
A principios de junio de 1791, antes del plan de escape de María Antonieta y su esposo, la reina le pidió a Rose Bertin una gran cantidad de trajes de viaje para que los hiciera lo antes posible. Se cree que el descubrimiento de esta orden confirmó las sospechas del plan de escape de la familia real fuera de Francia.
Durante la Revolución francesa, muchos de sus clientes nobles fueron ejecutados o huyeron al extranjero. Bertin trasladó su negocio a Londres. Allí, pudo atender a sus antiguas clientas que habían emigrado. Su moda, mostrada en muñecas de moda (pouppeè du mode), siguió circulando por capitales europeas, incluso tan lejos como San Petersburgo.
Finalmente, Bertin regresó a Francia en 1795. Allí, Josefina de Beauharnais (la primera esposa de Napoleón) fue su clienta por un tiempo. Sin embargo, Bertin notó que los excesos de la moda habían disminuido después del fin de la Revolución francesa. A principios del siglo XIX, Bertin le pasó su negocio a su sobrina y se retiró. Murió en 1813 en su casa de Epinay sur Seine.
La tienda de Rose Bertin: Un lugar de lujo y moda
La tienda de Rose Bertin estaba cerca de la Ópera de París, en la calle Saint-Honoré, un lugar muy importante para la moda europea. Su establecimiento tenía grandes ventanas con exhibiciones diseñadas para llamar la atención de la gente que pasaba. Con sus arreglos artísticos de sombreros, chales, abanicos, lentejuelas, vuelos, flores de seda, piedras preciosas, cordones y otros accesorios, la exhibición funcionaba como un imán.
Una vez que un cliente era atraído y entraba por la puerta, guiado por un portero uniformado, se encontraba en un vestíbulo lujoso que parecía el salón de un aristócrata. Figuras doradas adornaban los techos, grandes espejos y pinturas finas colgaban en las paredes, y muebles costosos estaban distribuidos entre mostradores con pilas de damascos, sedas, brocados y otras telas. Rose Bertin dirigía al equipo de elegantes dependientas con gran autoridad.
Los cambios en la forma de vestir que ocurrieron en las últimas tres décadas del siglo XVIII se consideran una revolución de la moda. Esto se debió a que las marchandes de modes (vendedoras de moda) se convirtieron en una fuerza importante en el negocio textil francés. Esto fue impulsado por el crecimiento de la producción de telas y los cambios en la forma de consumir.
Véase también
En inglés: Rose Bertin Facts for Kids