Historia de la Armada española para niños
La historia de la Armada comienza a finales del siglo XV y principios del siglo XVI. En ese tiempo, los reinos de Castilla y Aragón se unieron. Al principio, no había una Armada centralizada. Las flotas militares se juntaban solo cuando era necesario para una misión. La Armada Española ha sido muy importante en la historia de España. Ayudó mucho en el transporte y la defensa durante la época del Imperio español.
Algunos de los grandes logros de la Armada incluyen el descubrimiento de América, la primera vuelta al mundo con Juan Sebastián Elcano, y el descubrimiento de la ruta marítima entre Asia y América por Andrés de Urdaneta. La Armada Española fue la más poderosa del mundo desde el siglo XVI hasta finales del siglo XVIII. Siguió siendo una fuerza naval importante hasta bien entrado el siglo XIX. Después, con la pérdida de muchas colonias, la Armada pasó por un periodo difícil. Sin embargo, volvió a crecer a mediados del siglo XX y sigue siendo una fuerza destacada en el siglo XXI.
Hoy en día, la Armada Española es una de las más importantes del mundo. Es una de las pocas fuerzas navales capaces de proyectar su poder en su propio hemisferio. Sus bases principales están en Rota (Cádiz), Ferrol (La Coruña), San Fernando (Cádiz), Cartagena (Murcia) y Las Palmas de Gran Canaria. En 2017, la Armada Española tenía unos 20.000 miembros.
Contenido
- Hitos y logros de la Armada Española
- Los inicios de la Armada
- Potencia naval mundial hasta el siglo XVIII
- Felipe V y sus hombres reforman la Armada
- Reinado de Carlos III
- Fin de la supremacía naval en Trafalgar y el paso al vapor
- De la guerra hispano-estadounidense a la Segunda República
- La Armada durante la Segunda República y la guerra civil española
- La Armada durante la dictadura de Franco
- La Armada en la época democrática
- La Armada en el siglo XXI
- Buques conservados
- Batallas importantes
- Véase también
Hitos y logros de la Armada Española
La Armada Española es una de las más antiguas del mundo. Heredó las tradiciones de las marinas de Castilla y Aragón.
- Fue la primera en tener reglas y normas para cada buque de guerra. Esto ayudó a que la flota funcionara de manera unida.
- Hizo posible el descubrimiento de América en 1492.
- Creó el concepto moderno de convoy naval con la Flota de Indias en el siglo XVI.
- Fue la primera en circunnavegar la Tierra con la Expedición de Magallanes-Elcano (1519-1522).
- Descubrió la ruta transpacífica entre Asia y América: el Tornaviaje de Andrés de Urdaneta en 1565. Esto llevó al establecimiento del Galeón de Manila.
- Creó la primera ruta comercial a nivel mundial (entre Cádiz y Manila). Usó la Flota de Indias en el Atlántico y el Galeón de Manila en el Pacífico.
- Fue la creadora y la primera en usar la infantería de marina (1537).
- Fue la primera en usar fragatas a finales del siglo XVI durante la guerra de los Ochenta Años.
- Creó y fue la primera en usar la lancha cañonera (Antonio Barceló en 1779).
- Un navío blindado, la fragata blindada Numancia, dio la primera vuelta al mundo (1865-1867).
- Fue la primera en tener Escuelas de Buceo (1787).
- Fue la primera en tener un destructor en servicio (1887). El Destructor fue diseñado por Fernando Villaamil.
- Fue la primera en tener un submarino torpedero inventado por Isaac Peral en 1888 (el submarino Peral).
- Creó el concepto moderno de desembarco anfibio (con tanques y un mando unificado). Esto se puso en práctica en el desembarco de Alhucemas (1925).
- Fue la primera Armada del mundo en usar aviones de despegue vertical (Harrier AV-8A «Matador») en portaaviones. Esto ocurrió en el Dédalo (R-01).
Buques importantes a lo largo de la historia
- Galera Real (1568-1???)
- Navío de línea Santísima Trinidad (1769-1805)
- Vapor de ruedas Isabel II (1834-1860)
- Fragata blindada Numancia (1864-1916)
- Acorazado Pelayo (1888-1924)
- Acorazados clase España (1913-1937)
- Crucero pesado Canarias (1936-1975)
- Portaviones Dédalo (1967-1989)
- Portaviones Príncipe de Asturias (1989-2013)
- Buque de asalto anfibio Juan Carlos I (2010-presente)
Los inicios de la Armada

La Armada Española nació de la unión de las marinas de Castilla y Aragón. La marina de Aragón operaba en el Mar Mediterráneo y usaba principalmente galeras (barcos con remos). La marina de Castilla, en el Océano Atlántico, prefería barcos que solo usaban velas.
Esta unión ocurrió durante el reinado de los Reyes Católicos. La primera operación conjunta fue en la primera campaña de Italia en 1494. En esos primeros años, la marina de guerra no estaba formada por barcos que pertenecieran al Estado. Los barcos mercantes llevaban cañones y armas para defenderse de los corsarios. Cuando el rey los necesitaba para la guerra, cambiaban sus cargas comerciales por militares.
También había personas que formaban sus propias flotas de combate. Se dedicaban a la captura de barcos enemigos hasta que el rey pedía sus servicios. El rey nombraba a los líderes de estas flotas. Los combates navales de esa época eran parecidos a los terrestres. Se buscaba abordar los barcos enemigos y luchar cuerpo a cuerpo.
El nacimiento de la proto-Armada
La historia de la Armada Española como una fuerza unida comenzó a finales del siglo XV y principios del siglo XVI. Aunque no estaba centralizada hasta la llegada de los Borbones, ya existían flotas militares que se unían para misiones importantes.
Una de las primeras grandes acciones conjuntas fue la batalla de Mazalquivir en 1505. Esta batalla marcó el inicio de las campañas españolas en el norte de África. La organización fue obra de Fernando el Católico. El cardenal Cisneros también fue un gran impulsor y financiador. Tanto Castilla como Aragón necesitaban controlar la costa sur del Mediterráneo para proteger sus territorios.
Después de esta conquista, cayeron más ciudades en el norte de África. El cardenal Cisneros siguió apoyando estas campañas. El navarro Pedro Navarro fue quien mandó la flota. Bajo sus órdenes, la Armada continuó las conquistas.
- Melilla fue tomada en 1497.
- El peñón de Vélez de la Gomera cayó en 1508.
- Orán fue tomado en 1509. El cardenal Cisneros, con 70 años, participó en la expedición. La Armada tuvo un papel clave al atacar junto a las fuerzas terrestres.
- Argel, Dellys, Mostaganem y Sargel también se sometieron en 1510.
- La flota tomó Trípoli el 25 de julio de 1510.
Estas campañas buscaban asegurar las costas españolas e italianas de los ataques de los piratas. La Armada era una herramienta para conquistar las bases de los piratas y así defender los territorios.
Con Carlos I, la Armada tuvo otro gran momento con el ataque a Túnez en 1535. Las costas de Italia y el norte de África estaban desprotegidas. Barbarroja asoló estas costas y expulsó a los españoles de Túnez en 1504. Carlos V reunió una gran flota de más de cien naves. Desembarcó a 25.000 hombres. Finalmente, cayeron en manos españolas la fortaleza de La Goleta y las ciudades de Túnez, Bizerta, Bugía y Bona.
En 1541, el emperador intentó acabar con el problema de los piratas con la toma de Argel. Pero esta vez, una tormenta dispersó a la Armada. Las fuerzas que ya habían desembarcado tuvieron que retirarse.
De la galera al galeón: Un cambio en los barcos
En esa época, el poder de las flotas españolas se basaba en las galeras. Sin embargo, en la toma de Túnez, ya se vieron los nuevos barcos. Las nuevas naos, más grandes que las usadas por Cristóbal Colón, llevaban cañones y podían transportar muchos marineros y soldados. Pero la gran novedad fue el galeón, aún más grande y con más armas que la nao. El galeón se convertiría en el barco principal de la Armada.
Tanto la nao como el galeón eran barcos con el casco más redondo y tres mástiles. La nao era una evolución de la carraca, con más artillería. El galeón fue diseñado para las olas del Atlántico, que las naos no podían superar fácilmente. Aunque las naos eran fuertes y tenían buena artillería, su poca maniobrabilidad en el Mediterráneo hizo que sus ventajas no fueran tan grandes. Sin embargo, en el Atlántico, serían muy importantes.

La importancia de estos barcos se vio cuando los piratas franceses descubrieron los valiosos cargamentos de metales y especias que llegaban de América. Las naos resultaron ser buenos barcos de transporte. Por ejemplo, la carga de especias que trajo la nao Victoria con Juan Sebastián Elcano cubrió todos los gastos de la expedición de Magallanes y Elcano. Los galeones demostraron su capacidad en viajes largos, como el de Miguel López de Legazpi en la conquista de Filipinas.
Aunque el poder de los barcos españoles era claro desde principios del siglo XVI, en estos años lograron sus mayores éxitos. Esto incluye la vuelta al mundo, la conquista de Filipinas y la protección de las flotas de Indias.
La Batalla de Lepanto
En 1571, la Armada Española logró su victoria más famosa. En el puerto de Mesina (Italia), se reunieron 70 galeras españolas, 9 de Malta, 12 del Papado y 140 venecianas. Formaron la Liga Santa. La fuerza fue dirigida por don Juan de Austria.
El 7 de octubre de 1571, tuvo lugar la batalla de Lepanto en el golfo del mismo nombre. Se enfrentaron a 260 galeras turcas. Después de horas de combate, donde los soldados españoles e italianos abordaron las naves turcas, solo 45 barcos otomanos lograron escapar.
Esta victoria detuvo el poder naval turco en el Mediterráneo occidental. Sirvió para recuperar Túnez, Bizerta y La Goleta. A partir de entonces, España se centró más en el Océano Atlántico. La batalla de Lepanto tuvo un gran impacto moral, ya que fue la primera vez que las fuerzas otomanas sufrieron una derrota tan grande frente a las cristianas.
La unión con Portugal
Tras la muerte de Sebastián I de Portugal en Alcazarquivir, el trono de Portugal quedó vacío. Felipe II se convirtió en el principal candidato. En 1580, las tropas españolas entraron en Portugal y Felipe fue coronado rey de Portugal.
Los barcos españoles trabajaron junto a las tropas del duque de Alba en Lisboa. Esto llevó a la huida del otro candidato al trono, don Antonio. Sin embargo, Antonio logró escapar a las Azores.
Álvaro de Bazán reunió en Sevilla y Lisboa doce galeras y sesenta naos grandes. El 26 de julio de 1582, la escuadra española derrotó a la flota luso-francesa en la batalla de la isla Terceira. Esto aseguró las Azores para la Monarquía de Felipe II.
La Armada de Vizcaya
El Descubrimiento de América empeoró las relaciones entre España y Portugal. El rey de Portugal creía que las tierras descubiertas le pertenecían. Los Reyes Católicos temían ataques portugueses a la segunda expedición de Colón.
Para evitar esto, los reyes encargaron la construcción de una armada oceánica en Bermeo en 1493. Esta armada fue conocida como la Armada de Vizcaya. Estaba formada por una carraca grande, cuatro naos y una carabela. Llevaba casi 900 hombres.
La misión de esta armada era escoltar los barcos de Colón. Sin embargo, en agosto de 1493, se le encargó trasladar al rey Boabdil a África. Después de la firma del Tratado de Tordesillas con Portugal, la Armada dejó de ser necesaria. Pero la situación en Italia hizo que se mantuviera y se dirigiera a Sicilia.
Las flotas de Indias


En agosto de 1543, se estableció que habría dos flotas anuales. La primera, llamada de Nueva España, salía de Sanlúcar de Barrameda hacia Veracruz en México. Allí recogía su cargamento y volvía a la Península. La segunda, llamada de Tierra Firme, iba a las Pequeñas Antillas y luego a Panamá.
Estas flotas tenían entre 30 y 35 barcos. Al menos dos eran galeones: uno para el comandante (la "Capitana") y otro para el almirante (la "Almiranta"). Ambos llevaban cañones. El resto de los barcos también estaban armados. Además, las flotas tenían una escolta de ocho o diez galeones. Por eso se les llamaba "convoy de los galeones".
La seguridad era muy buena. Antes de salir, los barcos eran revisados varias veces. Se mantenían alejados de la costa para evitar que subieran personas no autorizadas. La comunicación entre los barcos se hacía con buques rápidos. Si avistaban tierra, no podían parar salvo en casos de emergencia. Las sanciones por no seguir estas órdenes eran muy severas. También se enviaba un barco rápido para informar de la llegada y el cargamento.
Estas flotas solían llevar oro y plata de México y Perú. Pero también transportaban piedras preciosas, perlas, especias como la vainilla, y plantas para teñir. Estos tesoros hacían que cualquier barco separado del convoy fuera un objetivo muy deseado. Sin embargo, las capturas por parte de piratas fueron muy raras. La Flota de Indias fue una de las operaciones navales más exitosas de la historia. En 300 años, solo dos convoyes fueron hundidos o capturados por los ingleses.
Amaro Rodríguez Felipe, conocido como Amaro Pargo, fue un corsario y comerciante español que participó en la Carrera de Indias. Sus ganancias las invirtió en sus tierras, donde cultivaba vid para enviar a América.
El Atlántico como nuevo escenario
Durante el reinado de Felipe II, se descubrió que el Perú era muy rico en metales preciosos. Esto se sumó a los hallazgos en México y Bolivia (con las minas de Potosí).
Aunque España intentó mantener en secreto estas riquezas, en 1521, piratas franceses capturaron parte del "Tesoro de Moctezuma". Esto abrió una nueva oportunidad para los ataques en busca de botines. Los ataques a los barcos españoles aumentaron.
A pesar de que las capturas fueron pocas en comparación con las riquezas traídas, la importancia de estos cargamentos era enorme. Así, España tuvo dos tipos de flotas: la mediterránea (con galeras) y la atlántica (con naos y galeones). Aunque las galeras se usaron por muchas décadas, las flotas atlánticas fueron las preferidas por Felipe II.

En ese momento, la flota atlántica tenía las mejores técnicas de navegación. Sus diseños de naos y galeones eran un secreto muy bien guardado. El transporte de mercancías estaba seguro si no había tormentas. Los cargamentos eran llevados por dos flotas anuales, escoltadas por naos y galeones.
Los piratas ingleses, como Francis Drake o John Hawkins, son vistos como héroes en Inglaterra. Pero estudios muestran que la flota española era mucho más poderosa. Un ejemplo es la derrota que sufrieron estos dos piratas a manos de la flota de Nueva España en la batalla de San Juan de Ulúa en 1568.
La superioridad de los galeones españoles se vio en 1588 contra los barcos ingleses de la Grande y Felicísima Armada. A pesar de su fracaso, los ingleses la apodaron irónicamente "la Armada Invencible". En esa ocasión, las fuerzas inglesas no pudieron romper la formación de la Armada española. Solo después de desordenar los barcos con brulotes (barcos incendiarios) y con el apoyo de naves neerlandesas, además de un clima desfavorable, lograron causar daños.
Después de esta victoria, la reina Isabel I organizó la Contra-Armada. Los ingleses intentaron invadir España por La Coruña, pero fueron derrotados. Los españoles les infligieron una derrota contundente en La Coruña y luego en Lisboa, Cádiz y Cartagena de Indias. Los ingleses perdieron muchas naves y hombres.
Las hostilidades continuaron entre España e Inglaterra, que estaban cada vez más agotadas. Finalmente, con la muerte de Isabel I, España e Inglaterra firmaron el Tratado de Londres en agosto de 1604.

A pesar de la idea errónea de que España perdió su poder naval después de la derrota de la Grande y Felicísima Armada en 1588, el poder naval español no disminuyó. Duró hasta el siglo XVIII. Esto permitió a España mantener la comunicación con sus territorios de Ultramar a través de sus Flotas de Indias (América) y el Galeón de Manila (Filipinas). En 1714, bajo la dinastía de los Borbones, se creó una Secretaría de la Armada. Esto impulsó la reforma y modernización de la Armada en el siglo XVIII.

La Marina británica sufrió su mayor derrota en 1741 durante el sitio de Cartagena de Indias. Una enorme flota de 186 buques ingleses con 23.000 hombres atacó el puerto español de Cartagena de Indias (hoy Colombia). Esta fue la acción naval más grande de la historia de la Armada Británica. Después de la derrota, los ingleses prohibieron la difusión de la noticia.
Es un error común pensar que la superioridad naval británica impidió el comercio americano. En realidad, la flota de galeones que unía España con América solo se perdió en cuatro ocasiones en 300 años. En 1780, durante el reinado de Carlos III, el almirante Luis de Córdova capturó un gran convoy inglés en el cabo de San Vicente. La escolta inglesa huyó, y los barcos mercantes apenas ofrecieron resistencia.
Felipe V y sus hombres reforman la Armada

La Guerra de Sucesión Española fue casi inevitable debido al deseo de otras potencias de reducir el poder de España. Esta guerra llevó a nuevas derrotas para España. Se perdieron Orán, Menorca y Gibraltar. Los británicos se apoderaron de Gibraltar. Solo 80 soldados y 300 milicianos defendían la plaza. Tras cinco horas de bombardeos, la plaza se rindió. Felipe V accedió a esta situación en el Tratado de Utrecht para ser reconocido como rey de España.

Felipe V no estaba preparado para dirigir el reino, pero supo rodearse de personas muy capaces. La Armada fue uno de los puntos donde se lograron más éxitos. El primero de los reformadores fue José Patiño. Este técnico naval reestructuró las flotas en una institución única. También fundó nuevos astilleros, como Cádiz o Ferrol, y arsenales para fabricar cañones y otros materiales. Patiño logró poner a flote 56 barcos y construir 2500 cañones nuevos.
Patiño encontró en Cádiz a Zenón de Somodevilla, quien se convertiría en el Marqués de la Ensenada. Mientras tanto, se ampliaron territorios con la ayuda de la Armada. En 1732, cayó Orán. En 1734, los barcos y tropas españolas reconquistaron el Reino de Nápoles y el Reino de Sicilia.
El marqués de la Ensenada fue otro gran reformador. En 1748, aconsejó que el marino Jorge Juan y Santacilia viajara a Reino Unido para conocer las nuevas técnicas navales. Se contrataron técnicos extranjeros para trabajar en los astilleros españoles. Así, se construyó una gran flota, con barcos a la vanguardia de la ingeniería naval, como el navío de línea Montañés. La Armada aumentó a 60 navíos de línea y 65 fragatas.
Durante el resto del siglo, la Armada Española fue muy importante, especialmente en el Océano Atlántico. Esto se demostró en la guerra del Asiento, donde destacó el almirante Blas de Lezo. Otro marino importante fue Don Luis de Córdova y Córdova.

El arsenal de La Habana fue el astillero principal de la Armada en el siglo XVIII. Construyó 197 barcos en 97 años. Desde el Nuestra Señora de Loreto hasta el Santísima Trinidad. La riqueza de Cuba en recursos naturales y sus defensas la hicieron ideal para la construcción de barcos. El Princesa, botado en 1739, luchó solo contra tres barcos británicos en 1740. Esto mostró a los británicos la calidad del diseño español.
El arsenal de Ferrol fue el segundo astillero más importante. Construyó 50 barcos entre 1720 y 1790. Incluyó el San José de 112 cañones, que fue capturado por Nelson y se convirtió en su buque insignia. Esto es otra prueba de la calidad de los barcos españoles.
En cuanto a la infantería de marina española del siglo XVIII, destacan dos nombres: el Capitán Correa y Ana María de Soto. El capitán Antonio de los Reyes Correa evitó la invasión inglesa de Puerto Rico en 1702. Ana María de Soto, haciéndose pasar por hombre, se alistó en la Marina en 1793. Fue la primera mujer Infante de Marina del mundo.
Reinado de Carlos III
El ascenso de Carlos III al trono español cambió la política exterior. Se alió con Francia. La firma del Tercer Pacto de Familia en 1761 llevó a España a la guerra de los Siete Años. La Armada española tenía 47 navíos de línea y 28 fragatas.
Los planes del rey eran invadir Gran Bretaña y asediar Gibraltar. Pero los británicos tomaron la iniciativa. En 1762, una gran armada británica zarpó para conquistar La Habana, la principal ciudad de la América española.
La Armada española tenía 14 navíos de línea y 6 fragatas en La Habana. Las defensas de la ciudad eran muy fuertes. Sin embargo, la defensa de La Habana tuvo errores. Se hundieron tres navíos de línea en la boca del puerto, bloqueando la escuadra. Luis Vicente de Velasco lideró una defensa heroica en el castillo del Morro, pero la ciudad cayó el 12 de agosto de 1762. España perdió 12 navíos de línea y muchos otros barcos.
Manila cayó un mes y medio después. En Filipinas, los británicos capturaron el galeón de Manila Santísima Trinidad. Además, el corso español fue insignificante en esta guerra.
A finales de siglo, los marinos e ingenieros navales José Joaquín Romero y Fernández de Landa y Julián Martín de Retamosa promovieron algunos de los mejores navíos de línea de su época. En 1797, la Armada tenía 239 buques, incluyendo 76 navíos de línea y 52 fragatas.

El 21 de octubre de 1805, la flota franco-española fue derrotada en la batalla de Trafalgar. La calidad de los oficiales franceses había disminuido. Muchas tripulaciones españolas eran soldados de tierra o campesinos, a diferencia de las tripulaciones británicas, que eran profesionales. La pérdida de muchos marineros experimentados por una epidemia en 1802-04 también afectó. Las tácticas de Nelson aprovecharon estas dificultades.
A diferencia de lo que se cree, la batalla de Trafalgar no significó el fin de la Armada española. En 1808, la Armada todavía tenía 43 navíos de línea y 25 fragatas. Sin embargo, muchos barcos se deterioraron por falta de mantenimiento debido a la invasión napoleónica y la guerra de Independencia.
En 1817, se propuso un plan para reconstruir la flota. Se compraron seis buques a Francia. Pero el plan no se cumplió. Se compraron barcos rusos de segunda mano que estaban en muy mal estado y pronto fueron dados de baja.
Después de las guerras de independencia en América, la Armada estaba en su peor momento. En 1824, se encargaron tres fragatas que resultaron excelentes. Entre 1795 y 1825, la Armada perdió muchos barcos en combate, naufragios o por su mal estado. En 1834, solo quedaban 3 navíos, 4 fragatas, 5 corbetas y 8 bergantines.
En 1834, se empezaron a introducir los buques de vapor. El primer buque de vapor de la Armada fue el Isabel II, usado en la primera guerra carlista. Era un barco de tres mástiles con ruedas, que alcanzaba 6 nudos con vapor.
La Armada tuvo un papel importante en la guerra hispano-sudamericana de 1865-1866. Participaron barcos como la fragata blindada Numancia. Sus principales acciones fueron los combates navales de Papudo y Abtao, el bombardeo de Valparaíso y el combate del Callao.
En 1885, la Armada estaba en una situación difícil en comparación con otras flotas modernas. Tenía fragatas acorazadas antiguas y cruceros pequeños. La mayoría de los barcos estaban en mal estado.
De la guerra hispano-estadounidense a la Segunda República

Otro evento importante del siglo XIX para la Armada fue la guerra hispano-estadounidense de 1898. Se perdieron dos escuadras enteras en la batalla naval de Cavite (Filipinas) y en la batalla naval de Santiago de Cuba. La Armada estaba afectada por la crisis económica y política de España. Estados Unidos aprovechó esta situación para mostrar su poder militar.
El ataque rápido de Estados Unidos fue efectivo, a pesar de los esfuerzos de las fuerzas navales españolas. Fue el encuentro entre una antigua gran potencia en crisis y una nueva potencia en ascenso. Esto significó un gran impulso para Estados Unidos, pero para España, acentuó una crisis que no se resolvería hasta la segunda mitad del siglo XX.
En el combate de Filipinas se perdieron varios cruceros y un cañonero. En la batalla de Santiago de Cuba se perdieron cruceros acorazados y destructores. Tras la guerra, se firmó el Tratado de París. Algunos barcos regresaron a España, pero la mayoría fueron dados de baja poco después.
Gracias a donaciones de españoles en Latinoamérica, se construyeron los cruceros Río de la Plata, Extremadura y el cañonero-torpedero Nueva España.
En 1900, un decreto del Ministerio de Marina dio de baja 25 unidades por ser inútiles. Solo dos buques se consideraban aptos para la guerra moderna: el acorazado Pelayo y el crucero Carlos V. La situación era desoladora.
Nadie dudaba de la necesidad de modernizar la Armada. En 1907, se firmaron los Acuerdos de Cartagena entre España, Reino Unido y Francia. Esto implicaba que la flota española apoyaría a la Armada Francesa en caso de guerra. Para cumplir con esto, era necesario reconstruir la flota y mejorar los puertos.
El nuevo Plan Naval (conocido como Plan Ferrándiz) fue aprobado en 1908. Consistía en la construcción de tres acorazados, tres destructores, 24 torpederos y 10 buques de vigilancia. También se hicieron mejoras en puertos y arsenales. Los británicos transfirieron tecnología y personal.
Los acorazados tardaron en construirse y pronto quedaron anticuados. El España se entregó en 1913, el Alfonso XIII en 1915 y el Jaime I en 1921.
La Primera Guerra Mundial
Durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), el gobierno español se declaró neutral. La Armada se limitó a vigilar las costas españolas.
En 1914, la Armada estaba empezando a reconstruirse. Sus unidades principales eran el acorazado España, el Pelayo; cruceros acorazados y protegidos; destructores y cañoneros. No tenía submarinos.
En 1915, se aprobó la Ley Miranda. Se creó el Arma Submarina Española y se compraron submarinos a Estados Unidos e Italia. También se aprobó la construcción de más submarinos, cruceros ligeros y destructores. Sin embargo, la guerra causó escasez de materiales, y muchos barcos no se terminaron hasta la década de 1920.
Después de la guerra, Alemania entregó a España mercantes como compensación. Uno de ellos, el Dédalo, se convirtió en el primer portaaeronaves de la Armada española. Participó en el desembarco de Alhucemas.
La guerra en el Rif
La política de rearme naval continuó con el vicealmirante Augusto Miranda y Godoy. Su plan de 1915 incluía la construcción de cruceros rápidos, destructores, cañoneros y submarinos. Los problemas económicos retrasaron las entregas hasta la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1931).
La única experiencia activa de la Armada española en esa época fue durante la guerra del Rif. Esta guerra se libró en el norte de Marruecos, que era un Protectorado español de Marruecos. La operación más importante fue el desembarco de Alhucemas en septiembre de 1925. Fue el primer desembarco aeronaval de la historia, con la participación del portahidroaviones Dédalo.
Durante la Dictadura de Primo de Rivera, se amplió el programa de Miranda con un nuevo crucero y más destructores. También se planificó la construcción de tres nuevos cruceros muy superiores, de los cuales dos se terminaron al inicio de la guerra civil española (el Canarias y el Baleares).
La Armada durante la Segunda República y la guerra civil española
Durante la Segunda República Española (1931-39), la Armada se convirtió en la Marina de Guerra de la República Española. Su historia se divide en dos fases:
- Antes de la guerra civil (1931-1936).
- Después del golpe de Estado de julio de 1936 que llevó a la guerra civil española. La mayoría de la flota permaneció leal al gobierno de la República. Las tripulaciones se rebelaron contra sus mandos y formaron comités. Sin embargo, solo el 5% de los oficiales de alto rango se mantuvo fiel a la República.
La Armada republicana fue derrotada con ayuda de Alemania e Italia. Al final de la guerra, 8 unidades principales de combate republicanas habían sido hundidas. Los buques que sobrevivieron se integraron en la armada de la España franquista.
La Armada durante la dictadura de Franco
La Segunda Guerra Mundial
Tras el inicio de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el gobierno de Franco se declaró neutral. La Armada se limitó a vigilar las costas españolas.
En 1940, el núcleo de la Armada española estaba compuesto por un crucero pesado, cinco cruceros ligeros, unos veinte destructores y cinco submarinos. Aunque era una fuerza naval importante, no era suficiente para proteger los intereses marítimos de una nación que salía de una guerra civil. Las bases navales tampoco estaban en buen estado.
De los seis cruceros, solo cuatro estaban operativos. Los destructores eran antiguos y algunos solo servían para entrenamiento. Los submarinos también eran muy anticuados.
La Aeronáutica Naval, que tenía unos cien aviones en 1936, había desaparecido ese mismo año por la pérdida de sus oficiales. El portahidroaviones Dédalo fue desguazado en 1940.
La falta de oficiales, la escasez de repuestos y combustible, y el bajo entrenamiento de las tripulaciones, reducían el valor de la Armada.
En 1939, el gobierno de Franco propuso un plan para construir una gran flota. Sin embargo, este programa nunca se llevó a cabo debido a su alto costo y al inicio de la Segunda Guerra Mundial. El esfuerzo se centró en modernizar las unidades existentes y terminar los barcos iniciados antes de la guerra.
Inicios de la Guerra Fría
Durante la dictadura de Francisco Franco (1939-1975), la Armada Española tenía su propio ministerio. Después de la guerra civil española y hasta finales de los años 50, las Fuerzas Armadas estaban mal organizadas y poco preparadas.
Hasta los años 50, los barcos de la Armada Española tenían tecnología similar a la de la Segunda Guerra Mundial. La situación mejoró a partir de mediados de los años 50. En 1953, España y Estados Unidos firmaron acuerdos. Se instalaron bases estadounidenses en España. Esto permitió modernizar hasta 30 buques de la Armada española. Además, Estados Unidos prestó a la Armada una serie de buques.
Hubo una modernización de destructores, fragatas y submarinos. Años después, se entregó el portaviones Dédalo, destructores y submarinos. También hubo colaboración en el desarrollo de las fragatas clase Baleares.
Al mismo tiempo, el Ejército del Aire empezó a recibir aviones modernos. Estos contactos y la naturaleza de la actividad naval y aérea hicieron que los marinos y aviadores españoles alcanzaran un buen nivel tecnológico. En 1964, nació el PLANGENAR, un plan a largo plazo para el desarrollo militar.
La Armada en la época democrática
Cuando llegó la democracia en 1977, la Armada Española tenía varias unidades. Incluía un portaaeronaves (el Dédalo (R-01)), fragatas, destructores, submarinos, corbetas, patrulleros y buques de transporte anfibio. También tenía un Arma Aérea moderna con helicópteros y aviones V/STOL AV-8 Matador.

El Plan Naval de 1977 preveía la creación de un grupo de combate moderno. Estaría compuesto por un portaaviones ligero y al menos 3 fragatas Clase Santa María (F-80). También se planificaron 4 submarinos Clase Galerna (S-70) para reemplazar a los antiguos.
El portaaeronaves Almirante Carrero Blanco, que se bautizaría como Príncipe de Asturias, era un proyecto de portaaviones ligero. Fue retomado por la Empresa Nacional Bazán y mejorado.
A principios de los años 80, la Armada decidió construir una cuarta fragata de la Clase Santa María F-80. El Príncipe de Asturias (R-11) y las fragatas clase Santa María formaron el Grupo Alfa a finales de los años 80.
Sin embargo, 15 años después, la situación de la Armada era difícil. Los barcos que eran modernos en 1977 ya habían superado la mitad de su vida útil. Para enfrentar estos problemas, la Armada diseñó un plan llamado Plan ALTAMAR.
El 'PLAN ALTAMAR' de 1990 buscaba reemplazar los viejos destructores, dragaminas y buques anfibios. Sus claves eran:
- Ser un plan realista.
- Cubrir todos los tipos de buques, excepto los más pequeños.
- Renunciar a submarinos nucleares y un segundo portaaviones.
- Buscar la mayor independencia posible en la construcción.
- La mayoría de los barcos eran proyectos conjuntos con otras naciones. Sin embargo, las fragatas F-100 (la parte más cara) eran diseños y desarrollos españoles.
- El plan se terminó en 2005, excepto los submarinos.

La realidad mostró que la economía española podía permitirse más de lo presupuestado. Esto, junto con acuerdos políticos, hizo que la ejecución del Plan casi duplicara lo planeado. El resultado fue una Armada moderna y con alta tecnología.
Gracias a este plan, se recibieron:
- 2 fragatas adicionales Clase Santa María F-80.
- 4 fragatas Clase Álvaro de Bazán F-100.
- 2 buques de asalto anfibio LPD Clase Galicia L-50.
- 2 buques de desembarco LST Clase Newport L-40 de segunda mano de Estados Unidos.
- 1 buque de aprovisionamiento en combate BAC Patiño (A-14).
- 6 cazaminas Clase Segura M-30.
- 4 patrulleros de altura para apoyo a la pesca Clase Chilreu P-60.
- 1 Buque de Investigación Oceanográfica BIO Hespérides (A-33).
La Armada en el siglo XXI
Para más información, consulta el artículo principal: Armada_Española#La_Armada_en_el_siglo_XXI
Buques conservados
La mayoría de los pocos buques de la Armada Española que se conservan como museos son submarinos:
- El Peral de 1888 se conserva en Cartagena (Murcia).
- Las dos unidades de la Clase Foca: el SA-41 en Mahón (Islas Baleares) y el SA-42 en Cartagena (Murcia).
- Las dos unidades de la Clase Tiburón: el SA-51 en Barcelona (Cataluña) y el SA-52 en Cartagena (Murcia).
- El Delfín (S-61), de la clase Daphne (S-60), está amarrado en Torrevieja (Provincia de Alicante, Comunidad Valenciana). Es el primer "museo flotante" de este tipo en España.
- El patrullero del Servicio de Vigilancia Aduanera Albatros III también se conserva en Torrevieja.
- El Galatea, un barco escuela de la Armada Española entre 1922 y 1982, se conserva en Glasgow (Escocia, Reino Unido).
En 2020, se estaba estudiando que el Tonina (S-62) pudiera convertirse en buque museo en Cartagena.
Batallas importantes
- Primera expedición a Italia del Gran Capitán, 1495
- Segunda expedición a Italia del Gran Capitán, 1500
- Jornada de Túnez, 1535
- Batalla de la isla de Alborán, 1540
- Jornada de Argel, 1541
- Batalla de Muros, 1543
- Batalla de San Juan de Ulúa, 1568
- Batalla de Lepanto, 1571
- Batalla de la Isla Terceira, 1582
- Batalla de Blaye, 1593
- Batalla de las Dunas, 1639
- Batalla de Rande, 1702
- Sitio de Cartagena de Indias, 1741
- Carrera del Glorioso, 1747
- Batalla del Cabo de San Vicente, 1797
- Batalla del Cabo de Santa María, 1804
- Batalla de Trafalgar, 1805
- Combate de Abtao, 1866
- Combate del Callao, 1866
- Batalla de Cárdenas, 1898
- Batalla de Santiago de Cuba, 1898
- Batalla de Cavite, 1898
- Desembarco de Alhucemas, 1925
- Batalla del cabo de Palos, 1938
Véase también
- Anexo:Planes navales de la Armada Española
- Navíos de línea de la Armada Española
- Anexo:Buques retirados de la Armada Española