Invencible Inglesa para niños
Datos para niños La Invencible Inglesa |
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Parte de Guerra anglo-española de 1585-1604 | ||||
![]() Mapa de las campañas militares de la Armada Inglesa
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Fecha | Abril-julio de 1589 | |||
Lugar | La Coruña, Lisboa, océano Atlántico y mar Cantábrico | |||
Coordenadas | 38°42′00″N 9°11′00″O / 38.7, -9.18333 | |||
Resultado | Victoria decisiva española | |||
Beligerantes | ||||
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La Invencible Inglesa, también conocida como Contraarmada o Expedición Drake-Norreys, fue una gran flota de barcos que Inglaterra envió contra España en la primavera de 1589. Esta expedición fue parte de la guerra entre Inglaterra y España que duró de 1585 a 1604.
Los ingleses llamaron a esta flota English Armada o Counter Armada. Fue liderada por Francis Drake, quien era el almirante de la flota, y por John Norreys, el general de las tropas que desembarcarían.
El objetivo de esta fuerza de invasión era aprovechar que la Armada Invencible española había sufrido un revés el año anterior. Los ingleses tenían tres metas principales:
- Primero, querían destruir los barcos españoles que estaban siendo reparados en puertos de la costa cantábrica, como Santander.
- Segundo, planeaban tomar Lisboa y ayudar a Antonio de Crato a convertirse en rey de Portugal. Antonio de Crato era un familiar del rey español Felipe II y había prometido grandes beneficios a Inglaterra si lo ayudaban.
- Tercero, deseaban conquistar las Islas Azores para tener una base en el Atlántico. Desde allí, podrían atacar los barcos españoles que traían riquezas de América. Esto les daría control sobre las rutas comerciales.
Sin embargo, la operación terminó en una gran derrota para los ingleses. Fue un fracaso tan grande como el de la Armada española el año anterior. Después de este desastre, Francis Drake, que era un héroe en Inglaterra, perdió su prestigio. Finalmente, se firmó un acuerdo de paz en 1604, que fue favorable para España.
Contenido
¿Cuáles eran los objetivos de la expedición inglesa?
El principal objetivo de la reina Isabel I era debilitar a la Armada de España después de lo ocurrido en 1588. Quería obligar a Felipe II a aceptar las condiciones de paz que Inglaterra le impusiera.
El plan inicial incluía:
- Destruir los barcos españoles que estaban en reparación en La Coruña, San Sebastián y Santander.
- Aprovechar estos ataques para conseguir agua y alimentos saqueando esas ciudades.
- Desembarcar en Lisboa para controlar Portugal.
- Tomar alguna de las Islas Azores para tener una base permanente en el Atlántico y atacar los barcos comerciales españoles.
La Invencible Inglesa, al igual que la Armada española antes, fue demasiado optimista. Los ingleses cometieron errores importantes en su estrategia y tácticas, lo que llevó al desastre.
¿Cómo se organizó la expedición?
Esta expedición se organizó como si fuera un negocio. Fue financiada por una compañía que vendió acciones. La reina pagó una parte, el gobierno neerlandés otra, y el resto lo aportaron nobles, comerciantes y dueños de barcos. Todos esperaban ganar mucho dinero.
Aunque este sistema funcionaba para ataques sorpresa de corsarios (marineros con permiso para atacar barcos enemigos), no fue bueno para una campaña tan grande y larga.
Los ingleses no tenían mucha experiencia en organizar grandes flotas. Por eso, la preparación fue muy mala. Hubo retrasos por problemas y mal tiempo. Los holandeses no enviaron todos los barcos prometidos. Además, se gastó un tercio de las provisiones antes de salir del puerto. Solo tenían comida para dos semanas.
La mayoría de los 19.000 soldados eran nuevos y no estaban bien entrenados. Solo había 1.800 soldados con experiencia. No llevaron las armas necesarias para tomar fortalezas ni caballos para las batallas en tierra. Probablemente subestimaron la dificultad porque el año anterior, contra la Armada española, lucharon cerca de sus propias costas y recibían suministros fácilmente.
También hubo dudas sobre si Francis Drake era el líder adecuado. Aunque había tenido éxito como corsario, algunos lo criticaron por su actuación el año anterior. Los hechos demostraron que no era el mejor para dirigir una gran expedición naval.
El viaje y los primeros ataques
La flota inglesa salió de Plymouth el 13 de abril de 1589. Tenía entre 170 y 200 barcos, más que la Armada Invencible española. Llevaban unos 27.667 hombres, entre marineros y soldados. Drake dividió su flota en cinco grupos. A pesar de las órdenes de la reina, Robert Devereux, un favorito de Isabel I, también viajaba con la expedición.
Desde el principio, hubo problemas de disciplina. Veinte barcos pequeños, con unos 2.000 hombres, desertaron antes de llegar a España. Además, Drake desobedeció las órdenes de la reina. Se le había dicho que atacara Santander, pero él se negó. Dijo que los vientos eran malos y temía quedar atrapado.
En su lugar, Drake decidió ir a La Coruña, en Galicia. No se sabe con certeza por qué, pero se rumoreaba que allí había un gran tesoro (lo cual era falso). También, La Coruña era un puerto importante con muchas provisiones.
Ataque a La Coruña (4-19 de mayo de 1589)
Las defensas de La Coruña no eran muy fuertes. Cuando se avistaron los barcos ingleses, se encendió una señal en la Torre de Hércules para avisar. El gobernador de la ciudad, Juan Pacheco de Toledo, solo tenía unos 1.500 hombres, incluyendo soldados y milicias locales. Sin embargo, la gente de la ciudad, incluyendo civiles, se preparó para ayudar a defenderse.
El 4 de mayo, la flota inglesa llegó al puerto. Los barcos españoles y el fuerte de San Antón dispararon contra los ingleses, obligándolos a mantenerse lejos. Al día siguiente, unos 8.000 ingleses desembarcaron en la playa de Santa María de Oza. Desde allí, atacaron los barcos españoles. Los marineros españoles decidieron quemar uno de sus galeones y esconder las galeras para unirse a la defensa de la ciudad.
Durante los días siguientes, las tropas inglesas atacaron la ciudad. Tomaron la parte baja y saquearon el barrio de La Pescadería, causando la muerte de unos 500 españoles, muchos de ellos civiles. Luego, intentaron tomar la parte alta de la ciudad, pero chocaron contra las murallas. La gente de la ciudad, incluyendo mujeres y niños, se defendió con mucha valentía. Causaron la muerte de cerca de 1.000 atacantes.
Fue en esta defensa donde se destacó María Pita. La historia cuenta que, al ver a su esposo morir en la lucha, ella tomó una lanza y atacó a un oficial inglés, quitándole su bandera. Esto desanimó a los atacantes. Otra mujer destacada fue Inés de Ben. Por su valentía, María Pita fue nombrada Alférez Perpetuo por Felipe II.
Finalmente, al saber que llegaban refuerzos españoles por tierra, los ingleses se rindieron y se retiraron el 18 de mayo. Habían perdido unos 1.300 hombres y varios barcos. Además, las enfermedades empezaron a afectar a las tropas inglesas, lo que bajó su moral. Diez barcos pequeños con unos 1.000 hombres desertaron y regresaron a Inglaterra. El resto de la flota, sin haber conseguido provisiones en La Coruña, siguió hacia Lisboa.
Ataque a Lisboa (26 de mayo-16 de junio de 1589)
Antonio de Crato, el aspirante al trono portugués, había pedido ayuda a Inglaterra. La reina Isabel aceptó para reducir el poder de España y conseguir ventajas comerciales. Sin embargo, Antonio de Crato no era muy popular en Portugal.
La flota inglesa llegó a Peniche, Portugal, el 26 de mayo de 1589. Las tropas desembarcaron y la fortaleza de la ciudad se rindió. El ejército inglés, con unos 10.000 hombres, marchó hacia Lisboa. El plan era que Drake atacaría Lisboa por mar, mientras que las tropas de Norreys atacarían por tierra.
Pero la marcha hacia Lisboa fue muy difícil. Las tropas inglesas sufrieron ataques constantes de grupos hispano-portugueses y enfermedades. Además, las autoridades españolas habían quitado todos los suministros de los pueblos por donde pasarían los ingleses. La gente de Portugal no apoyó a los ingleses. Al contrario, los veían como invasores que habían saqueado sus costas.
Cuando los ingleses llegaron a Lisboa, estaban muy debilitados. No tenían suficiente pólvora, municiones, caballos ni cañones. También se les habían acabado los alimentos.
Para sorpresa de los ingleses, la ciudad de Lisboa estaba lista para defenderse. Tenía unos 7.000 soldados españoles y portugueses. En el puerto, había unos 40 barcos de vela y 18 galeras (barcos de remo) bajo el mando de Alonso de Bazán.
Las galeras de Bazán atacaron a las tropas inglesas desde el río Tajo, causando muchas bajas con sus cañones y mosquetes. Los ingleses buscaron refugio, pero fueron atacados de nuevo. Los prisioneros ingleses contaron el miedo que les daban las galeras de Bazán.
Norreys intentó asaltar la ciudad, pero las galeras volvieron a atacar, obligándolos a retirarse. Mientras tanto, Drake no entraba en la batalla, lo que le valió críticas de Norreys y Crato. Drake decía que no podía entrar en Lisboa por las fuertes defensas y el mal estado de su tripulación.
El 11 de junio, llegaron a Lisboa nueve galeras más con 1.000 soldados de refuerzo. Esto cambió la situación. El 16 de junio, la situación del ejército inglés era insostenible, y Norreys ordenó la retirada. Las tropas hispano-portuguesas persiguieron a los ingleses, haciendo muchos prisioneros y recuperando material. También encontraron documentos secretos de Antonio de Crato con nombres de personas que estaban en contra del Imperio español.
Después de la derrota en Lisboa, Drake decidió que su flota se alejara de las aguas portuguesas y se adentrara en el Atlántico. Los marinos españoles se prepararon para perseguirlos.
Martín de Padilla, al mando de las galeras de Castilla, tenía mucha experiencia. Sabía que las galeras, aunque buenas para atacar tropas en la costa, eran inferiores a los barcos de vela en mar abierto. Sin embargo, si no había viento, las galeras podían usar sus remos para maniobrar y atacar a los barcos de vela por la parte trasera, donde no podían defenderse.

El 20 de junio, Padilla salió con siete galeras en busca de la flota inglesa. Mantuvo la distancia, esperando que el viento se calmara. Con vientos muy débiles, las galeras españolas atacaron a los barcos ingleses que se habían separado de la formación. Los barcos ingleses no podían defenderse ni escapar, sufriendo grandes pérdidas. Los españoles capturaron varios barcos y tomaron muchos prisioneros.
Cuando el viento empezó a soplar, Drake pudo maniobrar su barco y se dirigió hacia las galeras españolas. Los españoles decidieron quemar los barcos más grandes que habían capturado y hundir los pequeños, para luego retirarse. Drake puso rumbo al Norte.
Padilla, preocupado por la seguridad de Cádiz, decidió regresar. Sin embargo, Alonso de Bazán continuó la persecución con galeras de Portugal y capturó tres barcos ingleses más.

Drake intentó llegar a las Islas Azores para cumplir el último objetivo, pero sus fuerzas estaban muy reducidas. Las tropas españolas en las islas los rechazaron sin dificultad. Con las tropas de desembarco muy afectadas por los combates y las enfermedades, se dieron cuenta de que no podían establecer una base allí.
Después de otra tormenta que causó más pérdidas, Drake saqueó la pequeña isla de Puerto Santo en Madeira. Luego, en las costas gallegas, desesperado por la falta de víveres, atacó la villa de Vigo el 27 de junio. Aunque Vigo era un pueblo pequeño, la resistencia de sus habitantes causó más bajas a los ingleses. Al saber que llegaban tropas de refuerzo, los ingleses se retiraron.
Debido a las deserciones y un brote de tifus, Drake decidió dividir la expedición. Él, con los 20 mejores barcos, regresaría a las Azores para intentar capturar la flota de Indias española. El resto de la expedición volvería a Inglaterra.
El 30 de junio, Drake capturó barcos comerciales, pero tuvo que devolverlos. Antes de llegar de nuevo a las Azores, otra tormenta lo obligó a retroceder. En ese momento, se dio por vencido y ordenó regresar a Inglaterra.
Mientras la flota inglesa navegaba dispersa, Diego Aramburu salió de los puertos cantábricos y capturó dos barcos ingleses más. La retirada inglesa se convirtió en una carrera individual para llegar a un puerto amigo.
La indisciplina continuó hasta el final. Cuando Drake llegó a Plymouth el 10 de julio, había perdido a más de la mitad de sus hombres y muchos barcos. Había fracasado en todos los objetivos. Los soldados se amotinaron por la poca paga que les ofrecieron. Las autoridades inglesas castigaron severamente a siete de ellos.
¿Qué consecuencias tuvo la Invencible Inglesa?
La expedición de la Contraarmada es considerada uno de los mayores fracasos militares de la historia de Gran Bretaña. Se calcula que de los más de 18.000 hombres que formaron la flota, solo 5.000 regresaron vivos a Inglaterra. Esto significa que más del 70% de los expedicionarios perdieron la vida por combates, naufragios y enfermedades. Muchos oficiales también fallecieron.
Además de las vidas humanas, los ingleses perdieron al menos doce barcos que fueron destruidos o capturados por los españoles, y muchos otros se hundieron por las tormentas.
Este desastre agotó el dinero de la reina Isabel I. El botín que consiguieron fue muy pequeño comparado con los gastos de la expedición. Fue un negocio muy malo para Inglaterra.
Después de esta gran derrota, las autoridades inglesas investigaron lo sucedido, pero el asunto se ocultó por razones políticas. Francis Drake, que antes era un héroe, perdió su fama. Se le dio un puesto menor y no se le permitió liderar otra expedición naval durante seis años. Cuando finalmente tuvo otra oportunidad en 1595, volvió a fracasar y perdió la vida en combates contra fuerzas españolas en el Mar Caribe.
La guerra entre Inglaterra y España fue muy costosa para ambos países. Felipe II incluso tuvo problemas económicos en 1596. Después de la muerte de Isabel I y la llegada al trono de Jacobo I en 1603, se buscó la paz.
La paz llegó en 1604 con el Tratado de Londres, que fue muy favorable para España. Ambos países estaban cansados de la guerra, especialmente Inglaterra, que era una potencia más pequeña en ese momento y no podía seguir pagando los altos costos del conflicto.
Gracias a este acuerdo, Inglaterra pudo asegurar su control en Irlanda y establecer colonias en algunas zonas de América del Norte que no interesaban a España. Por su parte, los ingleses tuvieron que dejar de intentar controlar las rutas comerciales entre Europa y América, y de apoyar a los corsarios contra España. También permitieron que las flotas españolas usaran sus puertos para luchar contra los rebeldes holandeses.
Después de la derrota de la Contraarmada, España reconstruyó su flota. Su poder naval creció y se mantuvo fuerte durante casi 50 años más. Inglaterra no se convirtió en la principal potencia naval hasta la Guerra de Sucesión Española (1700-1715), aunque antes, durante el gobierno de Oliver Cromwell, la marina inglesa ya había vencido a la holandesa en la primera guerra anglo-holandesa.