Navío de línea para niños
Un navío de línea era un tipo de buque de guerra muy grande, con tres mástiles y velas cuadradas. Tenía dos o tres cubiertas llenas de cañones. Se usó mucho en batallas navales entre los siglos XVII y XIX.
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Se les llamaba así porque eran los barcos principales en una forma especial de combate naval llamada "formación de línea de batalla". En esta formación, los barcos se ponían uno detrás de otro, como una fila, para crear una pared de cañones. Así podían disparar muchos cañones a la vez contra los barcos enemigos.
La idea de estos grandes barcos surgió en Inglaterra a finales del siglo XVI. Eran una mejora de barcos anteriores, como el galeón, gracias a los avances en los cañones de barco y en la construcción de veleros. Las flotas necesitaban barcos con más y más cañones para dañar y destruir los barcos enemigos desde lejos, antes de intentar abordarlos (subir al barco enemigo para luchar cuerpo a cuerpo). Antes, las batallas navales eran más como batallas en tierra, donde el objetivo era siempre abordar.
En el siglo XVII, el concepto de navío de línea se hizo más fuerte, y alcanzó su mejor momento en el siglo XVIII. Estos barcos estaban diseñados para navegar juntos en línea y hacer maniobras en equipo.
En la Armada Española del siglo XVIII, los navíos se dividían en tres clases según cuántos cañones tenían:
- Primera clase: con 100 cañones o más.
- Segunda clase: con menos cañones.
- Tercera clase: con unos 60 cañones.
El navío de línea con más cañones que se construyó fue el español Santísima Trinidad. Fue botado en 1769 en La Habana (Cuba) y tenía 136 cañones y 4 morteros. Se hundió cerca de Cádiz después de la batalla de Trafalgar en 1805.
Otros navíos muy grandes fueron el ruso Doce Apóstoles (120-130 cañones) y el dano-noruego Sophia Amalia (86-108 cañones).
Construir y mantener un navío de línea requería muchísima madera y otros materiales. Para protegerse de los ataques, el casco se hacía con varias capas de tablones gruesos de roble o encina, que podían medir hasta medio metro de grosor. La parte del casco bajo el agua se cubría con láminas de cobre para evitar que los parásitos marinos lo dañaran. También se usaban capas de estopa y alquitrán para que los materiales duraran más.
Los cañones más pesados (de 42 a 32 libras) se colocaban en la cubierta más baja, y los más ligeros en las cubiertas superiores. Estos barcos pesaban entre 1200 y 3500 toneladas. Eran lentos y necesitaban muchos marineros para manejarlos. Por eso, las marinas de guerra también tenían barcos más pequeños y rápidos, como fragatas, corbetas o bergantines, para misiones que requerían más velocidad.
El ingeniero francés Charles Henri Dupuy de Lôme diseñó el Napoléon en 1852, un navío enorme que también tenía un motor a vapor. Esto marcó el inicio del fin para los navíos de línea tradicionales.
Los navíos de línea empezaron a desaparecer de las armadas en la segunda mitad del siglo XIX. Esto ocurrió cuando aparecieron las fragatas blindadas, que eran mucho más resistentes. La primera fue la francesa La Gloire en 1859, también diseñada por Dupuy de Lôme, seguida por la inglesa HMS Warrior en 1860. Aunque ya estaban en declive, un navío de línea austriaco, el SMS Kaiser, tuvo una participación importante en la batalla de Lissa en 1866, enfrentándose a fragatas blindadas italianas.
Un navío de línea tenía muchas partes importantes. Aquí te explicamos algunas de las principales, basándonos en un navío de 74 cañones de 1805:
- Cubierta de la primera batería: Era la cubierta más baja, justo encima de la línea de flotación. Aquí estaba la santabárbara, el almacén de la pólvora, lo que la hacía muy peligrosa. Un impacto aquí podía hacer explotar todo el barco. En esta cubierta se colocaban los cañones más pesados, normalmente de 36 libras (unos 28 cañones en un "74 cañones").
- Cubierta de la segunda batería: Estaba justo encima de la primera. Aquí se encontraban los camarotes de los oficiales y los almacenes de comida. Tenía unos 30 cañones, más ligeros que los de abajo, de unas 24 libras.
- Cubierta principal: Era la cubierta más alta y donde se hacían la mayoría de las actividades importantes: observar, maniobrar, hacer guardias y combatir. Tenía unos 16 cañones, los más ligeros (de 18 libras). También podía tener carronadas, cañones más pequeños que se usaban para disparar metralla a las cubiertas enemigas.
Los navíos de línea tenían tres mástiles principales:
- Palo trinquete: El mástil que estaba más hacia la parte delantera del barco (proa).
- Palo mesana: El mástil que estaba más hacia la parte trasera del barco (popa). A menudo, la bandera de la nación se colocaba aquí.
- Palo mayor: El mástil más grande e importante, situado entre el trinquete y el mesana. Era esencial para la navegación y, por eso, era un objetivo clave en combate, ya que si se dañaba, el barco podía quedar inmovilizado.
Otras partes importantes
- Castillo de proa: Una parte elevada en la proa (delantera) del barco. Se usaba para observar y a veces para combatir. El ancla también estaba aquí.
- Castillo de popa: La parte elevada en la popa (trasera) del barco. Aquí se encontraban las dependencias del capitán y los camarotes de los oficiales de alto rango. Era el centro de mando del navío.
- Combés: La zona entre el palo trinquete y el palo mayor. Tenía un hueco por donde se bajaban las mercancías a las cubiertas inferiores.
- Alcázar: La parte de la cubierta superior entre el palo mayor y la popa. Los oficiales subían a la toldilla (la cubierta más elevada del castillo de popa) para ver mejor, pero durante el combate bajaban al alcázar para estar más protegidos.
En el Mar del Norte y el Océano Atlántico, las flotas de Gran Bretaña, Países Bajos, Francia, España y Portugal tuvieron muchas batallas. En el Báltico, los reinos de Escandinavia y Rusia también lucharon. En el Mar Mediterráneo, el Imperio Otomano, España, Francia y Gran Bretaña también se enfrentaron.
En el siglo XVIII, el Reino Unido se convirtió en la potencia naval más fuerte del mundo. Los intentos de Napoleón de desafiar el poder de la Royal Navy (Marina Real Británica) en el mar no tuvieron éxito. Durante las Guerras Napoleónicas, Gran Bretaña derrotó a las flotas francesas y sus aliados en varias batallas importantes, como la Batalla del Cabo San Vicente, la Batalla del Nilo en 1798 y la Batalla de Trafalgar en 1805. Después de estas guerras en 1815, el Reino Unido tenía la armada más grande y profesional del mundo.
Los navíos de línea más grandes se construyeron cuando este tipo de barco ya estaba en declive. Muchos de ellos ya contaban con motores de vapor, y se les conocía como "navíos de hélice". Sin embargo, pronto fueron superados por barcos más modernos y rápidos.
Algunos ejemplos de estos grandes navíos son:
- HMS Victory (1759), británico, 3556 toneladas, 79 metros de largo, 104 cañones.
- Bretagne (1855), francés, 6875 toneladas, 81 metros de largo.
- HMS Duke of Wellington (1852), británico, 6071 toneladas, 73 metros de largo.
- Napoléon (1852), francés, 5120 toneladas, 77.8 metros de largo.
- Valmy (1850), francés, 5826 toneladas, 64.05 metros de largo.
El navío de línea más grande sin motor de vapor fue el Santísima Trinidad de la Armada Española, con 4902 toneladas, 61.40 metros de largo y 140 cañones.
Pocos navíos de línea han sobrevivido al paso del tiempo. Hoy en día, el único que se conserva es el HMS Victory. Fue el barco principal del almirante Horatio Nelson en la batalla de Trafalgar. Está en el puerto de Portsmouth y se ha convertido en un museo. Aunque está en un dique seco desde los años 1920, sigue siendo un buque de guerra activo de la Royal Navy y es el barco de guerra más antiguo en servicio en cualquier armada del mundo.
El Regalskeppet Vasa se hundió en un lago en Suecia en 1628 y fue encontrado en 1956. Se levantó casi intacto en 1961 y ahora se exhibe en el Museo Vasa en Estocolmo, Suecia. Era el barco de guerra sueco más grande de su época.
El último navío de línea que estuvo a flote fue el francés Duguay-Trouin, que los británicos capturaron y renombraron HMS Implacable. Sobrevivió hasta 1949. El último navío de línea hundido por un ataque enemigo fue el HMS Wellesley, que fue hundido por un ataque aéreo en 1940 durante la Segunda Guerra Mundial.
Existen algunas réplicas fieles de navíos de línea del siglo XVIII:
- El HMS Rose (una fragata inglesa, ahora llamada HMS Surprise por su uso en la película Master and Commander: The Far Side of the World).
- El Götheborg (un navío sueco).
- El HMS Blandford (una fragata británica, que ha tenido dos nombres en su réplica: Grand Turk y Étoile du Roy).
La Armada Española no ha conservado ninguno de sus navíos originales ni ha construido una réplica exacta. Sin embargo, en 2006, un barco mercante fue adaptado para parecerse al Santísima Trinidad. Estuvo en el puerto de Málaga y ahora se puede visitar en el puerto de Alicante. Este barco no es una réplica histórica exacta, pero es una atracción turística con un restaurante, una discoteca y una sala de exposiciones.
Galería de imágenes
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Buques ingleses atacan la línea de batalla francesa en la batalla del Nilo el 1 de agosto de 1798 (pintura de Thomas Whitcombe)
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El navío Reina doña Isabel II de 84 cañones, fotografiado por Charles Clifford en Cartagena en 1862, fue el último navío de línea de la Armada Española.
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El HMS Victory, botado en 1765 y fotografiado aquí en 1884, es el único navío de línea que ha llegado hasta nuestros días.
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"Réplica" del Santísima Trinidad. Amarrado en el Puerto de Alicante desde abril de 2011, la nave alberga un restaurante, un bar, una discoteca y un museo.
Véase también
En inglés: Ship of the line Facts for Kids
- Anexo:Navíos de línea de la Armada Española
- Anexo:Navíos de línea de Francia