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Historia de Navarra para niños

Enciclopedia para niños

El Reino de Navarra fue un antiguo reino en Europa, ubicado a ambos lados de los Pirineos occidentales. Fue el sucesor del Reino de Pamplona, que se cree que se fundó alrededor del año 824, aunque los primeros documentos que lo mencionan son del año 905.

Este reino fue incorporado a la Corona de Castilla por Fernando el Católico en el verano de 1512, después de una conquista militar. Hubo varios intentos de recuperar la independencia en los años siguientes. La parte del reino que estaba al norte de los Pirineos, conocida como Baja Navarra, siguió siendo independiente bajo la dinastía de Foix, hasta que Luis XIII la unió a la Corona francesa en 1620.

La parte del reino al sur de los Pirineos, la Alta Navarra, mantuvo su estatus de reino hasta 1841, cuando fue abolido por la Ley Paccionada. La Baja Navarra dejó de ser un reino durante la Revolución francesa en 1789.

Prehistoria de Navarra

Los primeros rastros de vida humana en lo que hoy conocemos como Navarra se encontraron hace unos 100.000 años. En esa época, la región estaba bajo una glaciación, y los humanos que la habitaban eran los Neanderthal, aunque no se han encontrado restos de sus huesos aquí.

Durante el Paleolítico superior, la especie dominante fue el Homo sapiens sapiens, es decir, nosotros. Se han encontrado importantes evidencias de su presencia en cuevas y yacimientos al aire libre en diferentes lugares de Navarra.

El Neolítico y los primeros pobladores

Hace unos 7.000 años, Europa vivió un gran cambio cultural y económico. Terminó la última glaciación, y con ella, la forma de vida de los cazadores y recolectores. Comenzó la civilización neolítica, caracterizada por la agricultura, la ganadería, la vida en aldeas, la invención de la cerámica y la construcción de grandes monumentos de piedra, como los dólmenes y menhires.

Archivo:Dolmen Cañada Urbasa
Dolmen de la Cañada en la Sierra de Urbasa

En el territorio de Navarra, la transición a esta nueva forma de vida fue lenta, desde el año 6000 a.C. hasta el 3500 a.C. Se cree que la cultura neolítica llegó desde Oriente Medio, y que los nuevos pobladores se mezclaron con los cazadores-recolectores que ya vivían aquí.

La cultura y el idioma de estas poblaciones antiguas, que más tarde se llamarían vascones, tienen relación con otras civilizaciones mediterráneas. El euskera es la única lengua que ha sobrevivido en Europa desde antes de la llegada de las lenguas celtas y el desarrollo de las civilizaciones griega y romana.

Edad Antigua

La llegada de los romanos

Los geógrafos romanos mencionaron a los vascones y sus ciudades, como Oiasso (actual Oiartzun/Irún) y Pamplona. Los primeros contactos entre vascones y romanos ocurrieron en el siglo II a.C. En el año 179 a.C., Tiberio Sempronio Graco fundó la ciudad de Graccurris (Alfaro) en territorio vascón.

Archivo:Barscunes
Moneda con la inscripción Barscunes.

La relación con los romanos se hizo más intensa durante las Guerras Sertorianas. Pompeyo fundó Pompaelo (la actual Pamplona) en el año 79 a.C., junto a un asentamiento indígena.

La construcción de calzadas, como la que iba de Burdeos a Astorga, y el establecimiento de un sistema de pesos y medidas, impulsaron el comercio. La emisión de monedas con la inscripción "Barskunes" muestra que existía una comunidad organizada. En la agricultura, se introdujeron cultivos como la vid y el olivo, y nuevas tecnologías como el arado romano.

La influencia romana fue fuerte, como lo demuestran los restos arqueológicos en Pamplona, Andelos y otros lugares, mostrando un alto nivel de integración cultural y prosperidad. Algunos vascones incluso sirvieron en las legiones romanas.

A diferencia de otros pueblos, los vascones tuvieron una relación pacífica con los romanos. Esta relación duró quinientos años y trajo un gran desarrollo y expansión para los vascones.

Los visigodos

En el siglo V, con la caída del Imperio romano, los vascones mostraron un gran dinamismo. Se cree que su idioma y cultura se extendieron a otras tribus cercanas.

Los bagaudas, descritos como grupos rebeldes, actuaron en el valle del Ebro en el siglo V. Los reyes visigodos realizaron campañas contra los vascones, pero la mayoría de los historiadores creen que los vascones nunca fueron completamente sometidos, aunque los visigodos lograron controlar algunas ciudades temporalmente.

Los visigodos construyeron fortificaciones como Fitero y Olite, y Pamplona se convirtió en una sede episcopal. Se han encontrado necrópolis visigodas en Pamplona, lo que indica su presencia.

La formación del reino

La llegada del Islam

Cuando los ejércitos musulmanes llegaron al valle del Ebro en el año 713, el Conde Casio pactó con ellos para mantener su poder. Sus descendientes, los Banu Qasi, gobernaron la cuenca del Ebro y tuvieron relaciones cercanas con los Íñigos de Pamplona.

Pamplona fue ocupada alrededor del año 718 y tuvo que pagar tributo a los gobernadores musulmanes. A cambio, los pamploneses conservaron sus tierras, leyes y costumbres. Esta situación fue inestable, y la ciudad pasó por periodos de tributo, gobierno carolingio o falta de un poder reconocido.

El Ducado de Vasconia y la Marca Hispánica

La derrota musulmana en la batalla de Poitiers en 732 debilitó su posición. El territorio vascón al norte de los Pirineos se unió al Ducado de Vasconia bajo el Imperio carolingio, mientras que el sur se organizó alrededor de Pamplona.

Archivo:Condados de la Marca
Los condados de la Marca Hispánica.

El Imperio carolingio creó la Marca Hispánica al sur de los Pirineos como una frontera militar. Carlomagno intentó intervenir en la península, y Pamplona se le rindió. Sin embargo, al no lograr tomar Zaragoza, Carlomagno se retiró y destruyó las murallas de Pamplona.

En el año 778, el ejército de Carlomagno sufrió una emboscada de vascones en la batalla de Roncesvalles, donde murió Roldán, sobrino del Emperador. Este evento fue inmortalizado en la Chanson de Roland.

Reino de Pamplona

La unión de los vascones contra francos y musulmanes permitió la creación del Reino de Pamplona, con Íñigo Arista como su primer gobernante. Los Íñigos de Pamplona consolidaron su poder con el apoyo indirecto de los Banu Qasi.

Entre los años 900 y 1000, el poder de los Banu Qasi y los Íñigos de Pamplona disminuyó. Comenzaron las conquistas de territorios musulmanes y las campañas de castigo por parte del Califato de Córdoba.

Dinastía Íñiga

La dinastía de los Íñigos estaba ligada a la zona de Pamplona. Iñigo Arista (810-851) es considerado el primer señor o monarca. Su reino nació en un periodo poco claro, y las crónicas musulmanas lo describen como un señor que pagaba tributo al emir de Córdoba.

Solo hubo tres miembros en esta dinastía. A Íñigo Arista le sucedió García Íñiguez (851-882), quien fue secuestrado por los normandos y derrotado por el emir Muhammad I. Su hijo, Fortún Garcés, lo sucedió en 882.

En 905, Sancho Garcés I se convirtió en rey de Pamplona, reemplazando a la dinastía Íñiga por la nueva dinastía Jimena. El periodo de los Íñigos fue crucial para la resistencia y consolidación del nuevo reino.

Dinastía Jimena

La dinastía Jimena comenzó en 905 con Sancho Garcés I, y continuó con su hijo García Sánchez I.

Sancho Garcés II de Navarra (970–994) es el primer rey del que se tiene constancia escrita que se llamó "Rey de Navarra", aunque algunos historiadores han demostrado que esto fue un error en un documento posterior.

El reino alcanzó su mayor extensión durante el reinado de Sancho Garcés III el Mayor (1000–1035). Ocupó gran parte del norte de la península, desde Astorga hasta Ribagorza, incluyendo territorios en las actuales comunidades de Aragón, Cantabria, Castilla y León, La Rioja, País Vasco y algunas regiones francesas. Este rey impulsó la ciudad de Nájera, convirtiéndola en capital y otorgándole un importante fuero. También acuñó moneda y favoreció las peregrinaciones a Santiago de Compostela.

Archivo:Reino de Pamplona Sancho III
El Reino de Pamplona a la muerte de Sancho III el Mayor (1035)       Reino de Pamplona.       Condado de Aragón y dependencias perteneciente a la monarquía pamplonesa desde el 922       Ganancia de Ribagorza y anexos 1018-1025       Fronteras restauradas por Sancho III el Mayor 1018-1025       Tierra perdida el 922       Zona vinculada a Pamplona desde el siglo X       Condado de Castilla y Álava heredado por Sancho III       Zona disputada por Castilla y León       Reino de León       Dominios musulmanes

Tras su muerte, el reino se dividió entre sus hijos, lo que llevó a disputas territoriales. Sancho Garcés IV de Navarra, "el de Nájera", fue rey desde 1054. Su asesinato en 1076 provocó la invasión de Navarra por Alfonso VI de Castilla.

Para evitar que el asesino fuera rey, se nombró a Sancho Ramírez de Aragón (1076-1094), quien recuperó la unidad de los reinos. Le sucedieron sus hijos Pedro I de Aragón y Alfonso I el Batallador.

En 1083, Pedro de Roda fue nombrado obispo de Pamplona y promovió la llegada de gente del sur de Francia, lo que impulsó el comercio y el desarrollo de la ciudad, especialmente en el Camino de Santiago.

Alfonso I el Batallador (1104-1134) expandió el reino, conquistando Zaragoza y llegando a gobernar temporalmente sobre León, Castilla y Toledo. A su muerte, dejó el reino a órdenes militares, pero esto no se pudo cumplir.

García Ramírez (1134-1150) fue proclamado rey en Pamplona, lo que dividió nuevamente los territorios de Alfonso I. Esto llevó a conflictos y a la unión del Reino de Aragón con el Condado de Barcelona.

Reino de Navarra

Archivo:Sancho7 aguilas
Sello de Sancho VII

Al inicio de su reinado, Sancho VI el Sabio (1150-1194) tuvo que enfrentar dificultades y realizó reformas para mejorar la economía del reino. En 1177, Navarra perdió gran parte de lo que hoy es La Rioja a manos de Castilla. Sancho VI fundó la ciudad de San Sebastián en 1180.

Navarra perdió la posibilidad de expandirse hacia el Mediterráneo cuando la fortaleza de Albarracín, que estaba bajo control navarro, fue conquistada por Pedro III de Aragón en 1285.

El hijo de Sancho VI, Sancho VII "el Fuerte" (1194-1234), vio cómo Navarra perdía territorios occidentales (como Álava y Guipúzcoa) a manos de la Corona de Castilla, que se había aliado con la Corona de Aragón para repartirse el reino. En 1212, Sancho VII participó en la Batalla de Las Navas de Tolosa para ganar prestigio y negociar la devolución de sus tierras. La leyenda dice que en esta batalla cortó las cadenas que protegían la tienda del rey enemigo, y estas cadenas se asocian al escudo de Navarra.

Dinastía de Champaña y Capeta

Tras la muerte sin hijos de Sancho VII, su sobrino Teobaldo I el Trovador subió al trono en 1234, iniciando la dinastía de Champaña. Hizo pactos con Castilla, Aragón e Inglaterra para consolidar su poder.

Como no podía establecer su corte en Pamplona, construyó un castillo en Tiebas. Los nobles y el pueblo, organizados en las Juntas de Infanzones de Obanos, lograron que el rey firmara el Fuero General, que garantizaba sus derechos y costumbres.

Teobaldo II el Joven heredó el trono en 1253, con solo catorce años. Mejoró la administración del reino y realizó el primer censo de población, que estimó unos 150.000 habitantes. Murió participando en una Cruzada contra Túnez.

Su sucesor, Enrique I el Gordo, tuvo un reinado corto (1270-1274). La corona pasó a su hija Juana I, quien se casó con Felipe el Hermoso, rey de Francia, convirtiéndose también en reina de Francia. Juana fundó el Colegio de Navarra de París, un centro educativo de gran prestigio.

Su hijo, Luis I de Navarra, inició la dinastía Capeta en Navarra. Los tres hijos de Juana y Felipe (Luis, Felipe y Carlos) fueron sucesivamente reyes de Francia y Navarra, pero todos murieron sin hijos. En Navarra, a diferencia de Francia, las mujeres podían heredar el trono, lo que permitió que Juana II, hija de Luis I, fuera Reina de Navarra (1328-1349).

Los reyes Capetos no vivieron en Navarra y gobernaron a través de representantes, lo que causó continuas protestas de las Cortes. Un evento trágico fue la Guerra de la Navarrería en 1276, que dejó en ruinas un barrio de Pamplona por más de cincuenta años.

Dinastía Evreux

Juana II se casó con Felipe de Évreux, dando origen a la Casa de Evreux. Durante su reinado, se mejoró el fuero y se crearon importantes órganos de gobierno, como el Consejo Real y la Cámara de Comptos, encargada de los impuestos.

Carlos II el Malo (1349-1387) llevó a cabo una política internacional ambiciosa que agotó los recursos del reino. Firmó el Tratado de Briones en 1379, que permitió a Castilla retener varias plazas navarras. Su política era inestable debido a la necesidad de mantener el equilibrio con las potencias vecinas: Castilla, Aquitania inglesa, Aragón y Francia.

Carlos III el Noble (1387-1425) mejoró las relaciones con Castilla, Aragón, Francia e Inglaterra. Creó el título de Príncipe de Viana en 1423 para los herederos al trono. Fue un gran impulsor de las artes, terminando la catedral de Pamplona y construyendo los palacios de Tafalla y Olite. También unificó los barrios de Pamplona con el "Privilegio de la Unión" en 1423, poniendo fin a las guerras internas.

Su hija, Blanca I, heredó el trono. Se casó con Martín el Joven, rey de Sicilia. Tras su muerte, se casó con Juan II de Aragón.

De esta unión nació Carlos, príncipe de Viana, quien, según los acuerdos matrimoniales, debía heredar el reino a la muerte de su madre. Sin embargo, su padre, Juan II, usurpó el trono, lo que llevó a una guerra civil en Navarra. Carlos de Viana fue apoyado por los Beaumonteses, mientras que Juan II fue apoyado por los Agramonteses. Esta guerra continuó incluso después de la muerte de Carlos en 1461 y de Juan II en 1479.

Pérdidas territoriales: 1461-1528

El fin del dominio navarro en la Sonsierra (1461)

Desde la muerte de Carlos III (1425), Navarra se encontraba en una situación vulnerable. En 1423, Carlos III el Noble había creado el principado de Viana, que incluía la zona de la Sonsierra. Sin embargo, durante las guerras civiles de Navarra, parte de este territorio cayó en manos castellanas y ya no regresó al reino.

Archivo:Navarra - Guerra Civil (1451-1461)
Mapa de la guerra civil de Navarra, con la toma por parte de Castilla de la comarca de Laguardia y Los Arcos.

En 1461, Enrique IV de Castilla ayudó al príncipe de Viana a recuperar el trono, pero ocupó varias ciudades navarras. En 1463, un arbitraje del rey de Francia, Luis XI de Francia, decidió que la Sonsierra y Los Arcos quedarían bajo control castellano. A pesar de las reclamaciones de los reyes de Navarra, estas tierras no fueron devueltas.

Dinastía Foix

Leonor I de Navarra, condesa de Foix, se casó en 1441 con Gastón IV de Foix. Juan II de Aragón la nombró gobernadora de Navarra. En su testamento, Leonor designó a su nieto Francisco I de Foix ("Febo") como heredero, recomendándole la protección del rey de Francia. Durante su breve reinado, su madre, Magdalena de Francia, actuó como regente y logró una paz temporal entre las facciones navarras.

Archivo:Map France 1477-es
Francia y Navarra en 1477.

La muerte prematura de Francisco (1483) convirtió a su hermana, Catalina de Foix, en reina de Navarra. Hubo presiones de Fernando el Católico para que Catalina se casara con el príncipe de Asturias, pero finalmente se casó con Juan III de Albret (1484), con el apoyo del rey de Francia.

Fernando el Católico intensificó su presión sobre el reino. La guerra civil navarra estaba en su fase más dura, con los Beaumonteses apoyando a Castilla y los Agramonteses a los reyes de Navarra, con el respaldo de Francia. La guerra causó mucha destrucción y corrupción.

El conde de Lerín, líder de los Beaumonteses, fue exiliado a Castilla y continuó atacando al rey. En el sitio de Viana, murió César Borgia, quien se había refugiado en Navarra.

El equilibrio internacional de Navarra se rompió cuando Castilla e Inglaterra declararon la guerra a Francia, lo que afectó directamente a Navarra.

La conquista de Navarra (1512)

Archivo:Condestable de Navarra
Armas del Conde de Lerín, Condestable de Navarra
Archivo:Armoiries Navarre Foix
Armas del Rey de Navarra, Dinastía Foix

Fernando el Católico, con el apoyo de los Beaumonteses, invadió Navarra el 21 de julio de 1512. Un ejército castellano, liderado por el duque de Alba, entró en Navarra.

La excusa para la invasión fue que los reyes de Navarra habían firmado un tratado con el rey de Francia, lo que los convertía en enemigos de Castilla. Además, Fernando el Católico consiguió que el papa Julio II excomulgara a los reyes de Navarra, lo que significaba que perdían su derecho al reino.

Pamplona, la capital, se rindió en tres días (25 de julio), lo que dio a Castilla el control del reino. En otros lugares, la resistencia fue mayor. Los reyes navarros, Juan y Catalina, se refugiaron en sus territorios del Bearne.

En 1513, las Cortes de Navarra, con solo la asistencia de los beaumonteses, nombraron a Fernando el Católico rey de Navarra. El 7 de julio de 1515, las Cortes de Castilla, sin ningún navarro presente, anexionaron el Reino de Navarra a Castilla. El nuevo rey prometió respetar los fueros del reino.

La ocupación castellana fue total, pero en la Baja Navarra, el control militar fue más difícil. Los reyes navarros, apoyados por Francia, hicieron tres intentos militares para recuperar el reino.

El primer intento fue en noviembre de 1512, con un ejército de navarros y franceses. Sitiaron Pamplona, pero fracasaron y se retiraron. En la batalla de Velate, la retaguardia navarra fue derrotada.

El segundo intento fue en 1516, aprovechando la muerte de Fernando el Católico. El ejército navarro, liderado por el mariscal Pedro de Navarra, fue derrotado. El mariscal fue hecho prisionero y murió en el castillo de Simancas. Para evitar futuros problemas, el cardenal Cisneros ordenó destruir la mayoría de los castillos defensivos de Navarra.

Después de intentos diplomáticos fallidos, los reyes navarros, apoyados por Francia, hicieron un último intento militar en 1521. Aprovechando la Guerra de las Comunidades en Castilla, un ejército franco-navarro reconquistó toda Navarra.

Sin embargo, el ataque se retrasó, y el ejército castellano se reorganizó. El ejército navarro se convirtió en una fuerza de ocupación, lo que causó descontento.

Archivo:Amaiur
Recuerdo a la resistencia
Archivo:San Ignacio. Pamplona
Íñigo de Loyola herido

El enfrentamiento decisivo fue la batalla de Noáin (30 de junio de 1521), cerca de Pamplona, donde murieron miles de combatientes. Los restos del ejército franco-navarro se dispersaron, aunque algunos resistieron en el castillo de Maya hasta 1522 y en Fuenterrabía hasta 1524. En 1523, Carlos I perdonó a los sublevados, lo que puso fin a los intentos de recuperar la independencia de la Alta Navarra.

En mayo de 1521, defendiendo Pamplona de la sublevación, Íñigo López de Loyola resultó herido. Más tarde, como Ignacio de Loyola, tuvo como alumno a Francisco Javier, quien se convertiría en copatrón de Navarra.

La división del reino (1528)

Baja Navarra

Después de una ocupación intermitente, Carlos V decidió abandonar la Baja Navarra en 1528 debido a la dificultad de defenderla.

La reina Catalina de Foix (1513-1518) gobernó este territorio, que a partir de entonces se llamó simplemente Navarra. Le sucedieron Enrique II, Juana III y su hijo Enrique III de Navarra, quien más tarde sería Enrique IV de Francia. Este rey siempre consideró a Navarra como un patrimonio separado de la corona de Francia.

Enrique II estaba casado con Margarita de Navarra, una mujer culta que apoyó el humanismo y la Reforma protestante. Ella misma escribió varias obras, como el inacabado Heptamerón.

La reina Juana III se convirtió al protestantismo calvinista. Bajo su reinado, el pastor Joannes Leizarraga realizó la primera traducción de los evangelios al euskera.

Archivo:Grand Royal Coat of Arms of France & Navarre
Armas de Francia y Navarra

Entre 1562 y 1598, Francia vivió las Guerras de religión en Francia. Enrique de Borbón, rey de Navarra, se convirtió en Enrique IV de Francia tras la muerte de Enrique III. Se le atribuye la frase "París bien vale una misa" al convertirse al catolicismo para ser rey de Francia. Promulgó el Edicto de Nantes, que puso fin a las guerras de religión.

Su sucesor, Luis II (XIII de Francia), incorporó el Reino de Navarra a la corona de Francia en 1620. A pesar de esto, el Reino de Navarra conservó sus Estados Generales y siempre procuró mantener su separación de Francia.

En 1789, Luis V (XVI de Francia) convocó los Estados Generales de Francia en París. Los representantes de Navarra intentaron que el rey jurara sus fueros, pero la situación política en Francia, con la Revolución francesa en marcha, lo impidió.

La Asamblea Nacional francesa abolió los privilegios de las provincias y el título de "Rey de Francia y de Navarra". El 11 de noviembre, la Asamblea Nacional decretó la división en departamentos, y el 4 de marzo de 1790 se creó el departamento de "Bajos Pirineos". El Reino de Navarra había sido abolido.

Muchos sacerdotes vascos se negaron a jurar la constitución y se exiliaron. Esto llevó a una violenta represión, con persecuciones y deportaciones de poblaciones enteras.

Navarra peninsular

En 1513, las Cortes de Navarra nombraron rey a Fernando, y en 1515, las Cortes de Castilla incorporaron Navarra a la Corona de Castilla. Navarra mantuvo su condición de reino, aunque con el mismo rey que Castilla. La situación fue inestable hasta 1525 debido a los intentos navarros de reconquista.

El Emperador Carlos concedió indultos a los partidarios de los reyes legítimos, lo que calmó los ánimos. Carlos I tuvo dudas morales sobre la posesión de Navarra y pidió a su sucesor, Felipe, que investigara si debía restituir el reino o dar una compensación.

Archivo:Escudo de Carlos I en Viana2
Escudo de Carlos I en la muralla de Viana.

Esta duda se transmitió de rey a rey sin resolverse. Finalmente, una junta de expertos concluyó que la conquista era legítima.

Después de 1529, la situación se estabilizó. La asimilación por Castilla, que era una potencia mundial, trajo ventajas para las clases dominantes navarras, que encontraron nuevas oportunidades en la corte, en la colonización de América y en las guerras europeas.

La nobleza colectiva de Navarra, donde la acreditación de ser natural de un valle bastaba para ser reconocido como noble, facilitó la integración social de los navarros en Castilla.

Las instituciones del reino

Entre 1513 y 1839, el Reino de Navarra se caracterizó por una fuerte institucionalización. Se creó un Virreinato para representar al rey, y se desarrollaron instituciones como las Cortes de Navarra, la Diputación del Reino, la Cámara de Comptos (formadas solo por navarros) y el Consejo Real (con miembros navarros y castellanos). Navarra perdió su soberanía en política internacional y en la capacidad de declarar la guerra.

En 1571, comenzó la construcción de la Ciudadela como una fortaleza moderna para la defensa de la ciudad.

La Inquisición se estableció en Navarra después de la conquista, pero trasladó su sede a Logroño en 1570 por la inestabilidad del territorio. En 1609, el inquisidor Juan del Valle Alvarado inició una investigación por brujería en Zugarramurdi, que terminó con un Auto de fe en Logroño en 1610, donde algunos acusados fueron condenados.

El reino se mantuvo leal a la Corona castellana durante las crisis del siglo XVII. Sin embargo, Navarra se fue marginando de los centros de poder político y económico.

Archivo:La Historia apologética y descripción del Reino de Navarra
La Historia apologética y descripción del Reino de Navarra de García de Góngora y Torreblanca (1628)

Siglo XVII

En este siglo, destacó la actividad de publicación de libros en Navarra. Juan de Sada y Amézqueta, bajo el seudónimo de García de Góngora y Torreblanca, publicó una Historia apologética y descripción del Reyno de Navarra en 1628.

Las Cortes de Navarra impulsaron la publicación oficial de una historia del reino para apoyar a las instituciones frente al centralismo. Surgieron los primeros cronistas oficiales, como José de Moret, quien escribió Investigaciones históricas y los primeros tomos de los Anales del Reino de Navarra.

También se desarrolló la actividad jurídica. Las instituciones navarras encargaron a Antonio Chavier una recopilación de leyes llamada Fueros del Reyno de Navarra en 1686, que fue una obra muy importante.

Siglo XVIII

En la Guerra de Sucesión Española (1701-1714), Navarra apoyó al Duque de Anjou, quien se convirtió en Felipe V, el primer monarca de la dinastía Borbón en España.

Mientras que los Austrias habían respetado la soberanía de Navarra, los Borbones fueron más centralistas, lo que generó tensiones. Las Cortes de Navarra tuvieron una gran actividad legislativa, mucho mayor que las de Castilla o Aragón en ese siglo.

El siglo XVIII, conocido como el Siglo de las Luces, trajo a Navarra virreyes que impulsaron la modernización, como el Conde de Gages, que mejoró los caminos, o el Conde de Ricla, que promovió el abastecimiento de agua en Pamplona.

Algunos navarros prosperaron en la corte de Madrid, como los Goyeneche, que se enriquecieron con negocios relacionados con el ejército y el comercio con América.

Guerra contra la Convención

En 1793, la Convención republicana de París declaró la guerra a España. Los franceses ocuparon el norte de Navarra. Las Cortes de Navarra convocaron a la población, y se formó una tropa de 25.000 navarros. Sin embargo, se firmó la Paz de Basilea, y los franceses se retiraron.

Las Cortes de 1795 pidieron al rey la anexión de los puertos de Pasajes o Fuenterrabía para el comercio con América, lo que se concedió en 1805, incorporando Irún y Fuenterrabía a Navarra. Sin embargo, estas villas fueron reintegradas a Guipúzcoa en 1814.

Durante el gobierno de Manuel Godoy, hubo intentos de disolver las Cortes de Navarra y abolir los fueros, pero la resistencia navarra y una generosa contribución económica al rey lo evitaron.

Siglo XIX

El siglo XIX fue un periodo de grandes cambios políticos en España, y Navarra, en la frontera con Francia, fue escenario de muchos de ellos.

Invasión francesa y reorganización

La invasión francesa de Napoleón (1808-1813) suspendió el Reino de Navarra y sus instituciones, que fueron reemplazadas por un gobierno militar.

La Diputación del Reino proclamó a Fernando III (VII de España) como Rey de Navarra en 1808. Surgieron grupos de resistencia en Navarra, liderados por figuras como Mina y Espoz y Mina. La represión francesa fue dura, con fusilamientos de ciudadanos.

En 1813, la guarnición francesa de Pamplona fue sitiada por tropas españolas e inglesas. Tras cuatro meses, la guarnición se rindió.

Después de la guerra, se restablecieron las instituciones del Reino de Navarra. Las Cortes de 1817-1818 abolieron la segregación de los agotes, un grupo humano que había sido marginado durante siglos.

En la década de 1820, hubo enfrentamientos violentos entre constitucionalistas y absolutistas en Navarra.

Alzamiento carlista

A la muerte del rey, su hija Isabel fue proclamada reina, pero su tío Carlos no lo aceptó, invocando la Ley Sálica (que impedía a las mujeres reinar en España). Sin embargo, Navarra nunca había adoptado esta ley.

El alzamiento carlista tuvo un gran apoyo en Navarra, ya que se consideraba que defendía los derechos forales. En 1833, los carlistas eligieron a Tomás de Zumalacárregui como su jefe, quien obtuvo importantes victorias.

En 1837, las tropas isabelinas en Zizur se amotinaron y entraron en Pamplona. El virrey fue asesinado.

El 29 de agosto de 1839, Rafael Maroto (carlista) y Baldomero Espartero (isabelino) firmaron el Convenio de Oñate, que puso fin a la Primera Guerra Carlista en el norte. Este acuerdo prometía respetar los fueros, pero la Ley de Confirmación de Fueros de 1839 los respetaba "sin perjuicio de la unidad constitucional de la monarquía".

De reino a provincia: la abolición del Reino y ley Paccionada

Con la nueva Constitución española de 1837 y la derrota del Carlismo, el gobierno central exigió una adaptación de los fueros navarros a la "unidad constitucional".

Archivo:Pamplona-galeria
Pamplona hacia 1846

Según la constitución de Navarra, cualquier modificación de sus leyes debía ser aprobada por sus instituciones legítimas: las Cortes de Navarra y la Diputación del Reino. Sin embargo, desde Madrid se convocaron elecciones a la Diputación Provincial, pasando por encima de las leyes navarras.

Así, en 1841, mediante la Ley de Modificación de Fueros, el milenario Reino de Navarra dejó de existir y Navarra pasó a ser una provincia de la monarquía. Retuvo autonomía en asuntos fiscales, civiles, administrativos y de gestión municipal.

El carácter de "pacto" de esta ley es discutible, ya que los representantes navarros no eran los legítimos y las bases del acuerdo (la Constitución de 1837 y la Ley de Confirmación de Fueros de 1839) fueron impuestas.

Las tensiones entre Navarra y el centralismo continuaron durante todo el siglo XIX para concretar aspectos de la Ley de Modificación de Fueros y consolidar el autogobierno.

El periodo moderado

A partir de 1841, la nueva Diputación Provincial se centró en consolidar el nuevo régimen. Una nueva clase de burgueses, que controlaban el poder económico y político, se benefició de procesos como la desamortización.

Archivo:Carlos (VII.)
Carlos VII en una caricatura publicada en el Vanity Fair de 1876.

Hubo un largo periodo de estabilidad política en España (1840-1868), coincidiendo con el reinado de Isabel II. El sistema político se basaba en elecciones con sufragio censitario (solo podían votar quienes tenían cierto nivel de ingresos).

Los carlistas estaban excluidos del nuevo régimen, pero contaban con el apoyo de la mayoría de la población navarra. A medida que el derecho a voto se extendía, los carlistas ganaban más representación. El segundo alzamiento carlista (1846-1849) tuvo poca incidencia en Navarra.

El duque de Saboya, la I República y la III Guerra Carlista

En septiembre de 1868, Isabel II abandonó España, dando inicio al "sexenio revolucionario" (1868-1874), con cambios radicales como el estado laico y el voto universal. En 1870, Amadeo I fue elegido rey, pero abdicó en 1873, dando paso a la I República.

En Pamplona, la república fue proclamada el 16 de febrero de 1873. En el proyecto de constitución republicana, Navarra aparecía como uno de los estados federados.

En enero de 1874, un golpe de Estado puso fin a la I República, y en diciembre, Alfonso XII fue proclamado rey, iniciando el periodo de la Restauración.

Mientras tanto, en el verano de 1872, el pretendiente Carlos VII decretó el alzamiento carlista. En septiembre de ese año, la batalla de Orokieta fue una victoria liberal. La Cruz Roja tuvo su primera actuación en esta batalla, atendiendo a los heridos de ambos bandos.

Desde 1873, Estella fue la corte del rey carlista hasta 1876. Los carlistas controlaban gran parte de las Provincias Vascongadas y Navarra, excepto las capitales. Establecieron un verdadero Estado carlista con su propio gobierno y leyes.

En 1874, los carlistas sitiaron Pamplona durante varios meses, causando grandes dificultades a la población civil.

Tras la proclamación de Alfonso XII, los liberales lograron la victoria militar, conquistando Estella en 1875. El pretendiente carlista se exilió.

Después de la guerra, hubo una ofensiva centralista contra el régimen foral. Los carlistas habían defendido los fueros, y su derrota militar llevó a un intento de debilitar estos derechos.

En 1876, se promulgó una nueva constitución. En julio, se aprobó la ley de abolición foral de las Vascongadas.

Cánovas del Castillo ordenó a la Diputación de Navarra revisar su contribución al estado e introducir nuevos impuestos. La Diputación accedió a aumentar la contribución, pero logró suspender la introducción de otros impuestos generales.

En enero de 1878, se fundó la Asociación Euskara de Navarra, con el objetivo de "conservar y propagar la lengua, la literatura e historia vasconavarra". Su lema era Zazpiak Bat (siete en uno) y su ideario se resumía en "Jaungoikoa eta Foruak" (Dios y fueros).

Siglo XX

La Restauración borbónica

En 1893, el ministro de Hacienda, Germán Gamazo, intentó introducir impuestos generales en Navarra, lo que fue considerado contrario a la Ley de 1841. Esto provocó grandes manifestaciones en Pamplona, conocidas como la Gamazada, en defensa de los fueros. El gobierno central presentó una nueva propuesta que también fue rechazada. Finalmente, el ministro Gamazo cesó, y la guerra de Cuba evitó la aplicación de la medida.

En este contexto, cobró fuerza el concepto de "pacto" para referirse a la Ley de 1841, afirmando que su contenido no podía modificarse sin acuerdo.

En 1898, se creó el Consejo Foral como órgano consultivo de la Diputación. En 1897, se fundó el periódico carlista El Pensamiento Navarro, y en 1903, el Diario de Navarra.

El Monumento a los Fueros de Navarra, financiado por suscripción popular en recuerdo de la Gamazada, se terminó en 1903 en el Paseo Sarasate, aunque nunca fue inaugurado oficialmente.

En 1904, se fundó la Caja Rural en Olite, una sociedad de crédito mutuo.

A principios de siglo, algunos gobiernos en Madrid aprobaron leyes consideradas anticlericales por los católicos. En Navarra, hubo una fuerte reacción católica, con grandes manifestaciones en 1906 y 1910.

En 1910, la Diputación aprobó la bandera y el escudo de Navarra con el diseño actual.

El nacionalismo vasco comenzó a extenderse en Navarra a principios del siglo XX. En 1910, se inauguró el Centro Vasco de Pamplona.

Dentro del carlismo, hubo una división entre los seguidores de Vázquez de Mella y los del pretendiente Don Jaime.

Surgió el movimiento político por la Reintegración foral, que buscaba la recuperación total de los derechos forales de Navarra y la derogación de la Ley de Confirmación de Fueros de 1839. Este movimiento fue apoyado por nacionalistas vascos y jaimistas.

En 1919, la Diputación de Navarra, junto con las de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya, fundó la Academia de la Lengua Vasca/Euskaltzaindia y la Sociedad de Estudios Vascos/Eusko Ikaskuntza.

El Club Atlético Osasuna se fundó el 17 de noviembre de 1920.

El general Primo de Rivera dio un golpe de Estado en 1923. Hubo un conflicto con Navarra por su intento de imponer legislación sobre ayuntamientos, pero se pactó un "Convenio de régimen local" que respetaba las competencias navarras.

En 1927, se firmó el Convenio Económico, que aumentaba la contribución de Navarra al estado a cambio de "amplias facultades para mantener y establecer el régimen tributario".

Archivo:Escudo de Navarra II República
Escudo oficial de 1931 a 1937

La II República

El 14 de abril de 1931, se proclamó la República. Sin embargo, en Navarra, las fuerzas republicanas no habían ganado las elecciones.

Navarra era mayoritariamente rural, conservadora y católica, con una gran influencia del clero. En todas las elecciones, ganaron los partidos de derecha. La industria no estaba muy desarrollada, y el movimiento obrero era débil.

El carácter laico y anticlerical del régimen republicano fue rechazado por la mayoría de los navarros.

El carlismo era el movimiento político con más apoyo popular. Se unieron diferentes ramas del carlismo en la Comunión Tradicionalista. Desde el inicio de la República, se organizó el Requeté en Navarra como brazo militar del carlismo.

La derecha conservadora, formada por industriales, comerciantes y terratenientes, ejercía el poder económico y político en la Diputación Provincial.

Las autoridades republicanas disolvieron la Diputación Provincial y nombraron una comisión gestora, pero la mayoría de los Ayuntamientos siguieron en manos carlistas.

Pronto se abrió el debate sobre el Estatuto Vasco-Navarro, que buscaba regular la autonomía de las Vascongadas y Navarra. La propuesta tuvo apoyo inicial de la derecha navarra, excepto del Diario de Navarra. La izquierda tenía reticencias, y los carlistas, que controlaban los ayuntamientos, finalmente lo rechazaron, sobre todo por la cuestión religiosa.

Todo el periodo republicano estuvo marcado por episodios de violencia política, principalmente provocados por carlistas, aunque también por elementos de izquierda. Las brigadas de requetés realizaban entrenamiento militar y recibían armas de Italia.

El golpe militar y la guerra civil española

En 1936, convergieron en Navarra dos conspiraciones contra la República. El general Emilio Mola era el cerebro del complot militar, que buscaba "salvar a España del desorden". Por otro lado, Navarra era el principal baluarte del carlismo, que preparaba un levantamiento para instaurar la monarquía.

Ambas conspiraciones se unieron en Pamplona. El 18 de julio, comenzó la sublevación militar en África. El 19, se publicó el bando golpista de Mola en el Diario de Navarra.

El apoyo popular al golpe fue amplio en Navarra, ya que el carlismo se sumó incondicionalmente. Miles de voluntarios navarros se unieron al levantamiento. La Iglesia católica, en general, apoyó activamente el golpe.

El nacionalismo vasco de Navarra reaccionó con desconcierto. Algunos nacionalistas se unieron como voluntarios, mientras que el PNV apoyó a la República. Pronto comenzaron los fusilamientos de nacionalistas y la ocupación de sus bienes.

Desde el primer momento del golpe, se inició la violencia contra los opositores desarmados. Hubo detenciones arbitrarias, fusilamientos y encarcelamientos. Se tiene constancia de unas 3.400 víctimas de esta represión. La mayoría del clero colaboró con la represión.

El poder en Navarra fue ejercido por las Juntas de Guerra Carlistas. La Diputación apoyó económicamente a Mola y realizó tareas de respaldo logístico.

Los voluntarios navarros participaron en los frentes más importantes de la guerra civil (1936-1939). Se calcula que murieron unos 4500 soldados y voluntarios navarros en acciones de guerra.

El Franquismo

Archivo:Escudo de Navarra con laureada
Escudo oficial de 1937 a 1981.

En plena guerra civil, el 19 de abril de 1937, Franco firmó el Decreto de Unificación, que disolvía los partidos políticos y los fusionaba en uno solo: Falange Española Tradicionalista y de las JONS.

Este decreto fue rechazado por las élites carlistas, pero los mandos intermedios lo aceptaron. Durante los años 40, hubo altercados entre carlistas y falangistas en Navarra.

Franco también firmó un decreto en 1937 que concedía a Navarra la distinción de la Cruz Laureada de San Fernando, que debía grabar en su escudo, en reconocimiento a su apoyo.

El régimen foral de Navarra, resultado de la Ley de Modificación de Fueros de 1841, había sobrevivido a los diferentes regímenes políticos. Sin embargo, hubo tensiones cuando gobernadores falangistas intentaron intervenir en asuntos navarros, lo que fue rechazado por las instituciones.

De 1940 a 1952, Tomás Domínguez Arévalo, Conde de Rodezno, fue vicepresidente de la Diputación. Le sucedió Miguel Gortari (1952-1964).

El Estudio General de Navarra, creado en 1952, fue el origen de la futura Universidad de Navarra (1960), fundada por Josemaría Escrivá de Balaguer. La universidad contó con el apoyo oficial y económico de la Diputación.

En 1951, el Ejército del Aire español firmó un contrato para usar las Bardenas Reales como polígono de tiro.

En 1959, se aprobó una ley sobre competencias de tráfico que las atribuía a los Gobernadores Civiles. La Diputación de Navarra logró que se salvara sus competencias, pero en 1961, un Decreto-Ley igualó la regulación del tráfico en Navarra con el resto de España.

El Plan de Estabilización de 1959 impulsó un cambio económico, llevando al "milagro económico español" (1959-1973).

En Navarra, este cambio fue impulsado por Félix Huarte Goñi, empresario y vicepresidente de la Diputación. El "Plan de Promoción Industrial" de 1964 facilitó el desarrollo de la industria, con la creación de polígonos industriales como Landaben, donde se instaló la fábrica de automóviles Volkswagen.

Navarra, que era principalmente agrícola, se transformó industrialmente, lo que provocó importantes movimientos migratorios.

Dentro del nacionalismo vasco, surgió el movimiento Ekin en los años 50, partidario de la acción directa. El 31 de julio de 1959 se fundó Euskadi Ta Askatasuna (ETA).

El Convenio Económico, pilar de los derechos forales, se adaptó en 1969, incluyendo una nueva forma de cálculo de la aportación y un mayor reconocimiento de las competencias forales.

En el último periodo franquista, Amadeo Marco Ilincheta fue vicepresidente de la Diputación (1971-1979).

El 1 de marzo de 1973, Franco firmó la Compilación de Derecho Civil Foral de Navarra o Fuero Nuevo, una importante sistematización de leyes civiles.

El final de la dictadura franquista (1973-1978) fue un periodo de agitación política y conflictos laborales. Surgieron nuevas organizaciones políticas, tanto de izquierda como nacionalistas.

La transición política y la Constitución de 1978

Resultados del referéndum de la Constitución en Navarra:
Electores Votantes Votos a favor Votos en contra Blanco Nulos Participación A favor En contra
361.243 240.695 182.207 40.804 15.415 2.269 66.6% 75.7% 16.9%

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Historia de Navarra para Niños. Enciclopedia Kiddle.