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Semana proamnistía de mayo de 1977 para niños

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La Semana por la Amnistía de mayo de 1977 fue un periodo de grandes movilizaciones en España, especialmente en las provincias de Álava, Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra. Estas protestas, que duraron del 8 al 15 de mayo, pedían la libertad de todos los presos que estaban en la cárcel por razones políticas.

En aquel tiempo, España estaba pasando por un cambio importante, dejando atrás una etapa de gobierno autoritario para convertirse en una democracia. Muchas personas querían que se liberara a los presos políticos como parte de este cambio. Sin embargo, las protestas fueron muy difíciles y hubo enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, lo que resultó en la muerte de siete personas y muchos heridos.

Plantilla:Ficha de acontecimiento

La lucha por la libertad de los presos

Después de la muerte del dictador Francisco Franco en 1975, el nuevo rey, Juan Carlos I, concedió un indulto (una especie de perdón oficial) en noviembre de 1975. Esto permitió que 773 personas encarceladas por motivos políticos salieran de prisión o vieran reducidas sus penas.

En enero de 1976, en San Sebastián, se formó la primera asociación para pedir la amnistía. Estaba compuesta por abogados y otras personas conocidas. Pronto, surgieron grupos similares en muchas ciudades del País Vasco y Navarra. Se organizaron manifestaciones, encierros y recogidas de firmas para pedir la liberación de todos los presos.

En julio de 1976, se decretó otra amnistía, que liberó a 287 presos más. Sin embargo, esta amnistía no incluía a quienes habían cometido actos violentos, como los relacionados con la organización ETA y grupos parecidos. Al morir Franco, había unos 400 presos políticos, y cerca de 250 estaban relacionados con actos violentos. Por eso, las manifestaciones para pedir una amnistía total continuaron.

Estas protestas fueron muy fuertes en el País Vasco y Navarra, pero también ocurrieron en otras partes de España. Por ejemplo, en Madrid, un joven llamado Arturo Ruiz fue asesinado en una manifestación en enero de 1977.

El 11 de enero de 1977, el presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, se reunió con representantes de la oposición. Ellos pidieron una amnistía para todos los hechos políticos ocurridos entre 1936 y 1976, antes de las próximas elecciones.

El 11 de marzo, el gobierno amplió la amnistía, lo que permitió la liberación de otros 74 presos vascos hasta mayo, sumando un total de 1.940 personas liberadas.

Reunión importante en Chiberta

Las primeras elecciones democráticas en España desde hacía mucho tiempo estaban programadas para el 15 de junio de 1977. El 30 de abril, se celebró una reunión en Anglet (Francia), organizada por Telesforo Monzón, un líder del PNV. A esta reunión asistieron representantes de muchos grupos nacionalistas vascos.

Aunque la idea inicial era crear un frente unido, la organización ETA-militar insistió en que la reunión se centrara solo en la amnistía. Ellos creían que sin una amnistía total, las elecciones de junio no serían legítimas. Una delegación de estos grupos se reunió con Adolfo Suárez el 10 de mayo para pedir la amnistía y más libertades. Suárez les dijo que no podía liberar a todos los presos antes del 24 de mayo, cuando empezaba la campaña electoral, porque el Ejército lo presionaba.

Finalmente, el nacionalismo vasco se dividió. Los grupos más moderados, como el PNV, decidieron participar en las elecciones. Otros grupos, como EHAS y LAIA (apoyados por ETA-m), decidieron no presentarse y pidieron a la gente que no votara, exigiendo primero una amnistía total y otras medidas.

Llamada a la acción en mayo

A finales de febrero, se convocó una semana de protestas por la amnistía total del 8 al 15 de mayo en las cuatro provincias. Las huelgas tuvieron mucho éxito. Aunque hubo incidentes en todas las provincias, los más importantes ocurrieron en ciertos días.

Del domingo 8 al miércoles 11 de mayo

Durante estos días, hubo muchos encierros, charlas y manifestaciones. Las primeras protestas, convocadas por grupos moderados como el PNV y el PSOE, se desarrollaron sin problemas. Sin embargo, las manifestaciones no autorizadas fueron disueltas por la policía, que aumentó las cargas y detenciones. Muchos partidos políticos y sindicatos convocaron una "jornada de lucha" para el 12 de mayo.

El jueves 12 de mayo

La huelga fue muy seguida. La policía, que al principio usaba material antidisturbios como pelotas de goma y botes de humo, empezó a usar fuego real. En el barrio de Gros de San Sebastián, una mujer resultó herida de bala en su casa.

Los hechos más graves ocurrieron en Rentería. La Guardia Civil disparó contra una manifestación, hiriendo a cinco personas. Una de ellas, Rafael Gómez Jáuregui, de 78 años, falleció horas después. La prensa de Madrid explicó que una manifestación de unas seis mil personas se dirigió a una empresa para pedir su cierre, pero fue interceptada por la Guardia Civil, que la dispersó con pelotas de goma. Un grupo de manifestantes se dirigió al cuartel de la Guardia Civil, donde los agentes dispararon con munición real a la altura de las piernas, hiriendo a cinco personas. El Gobierno Civil de Guipúzcoa emitió un comunicado explicando que las fuerzas policiales intervinieron por la colocación de barricadas, ataques a agentes y, en Rentería, por la coacción a trabajadores y el ataque al cuartel con piedras y objetos peligrosos.

El viernes 13 de mayo

Al día siguiente, la huelga se hizo general. Se siguieron montando barricadas y hubo más heridos de bala. En Rentería, varias personas resultaron gravemente heridas, una de ellas en el balcón de su casa. La Diputación de Guipúzcoa pidió que se aclararan los hechos y se restableciera la paz, insistiendo en la necesidad de aplicar la amnistía.

El Gobierno Civil prohibió todos los mítines políticos para el fin de semana. La Vuelta Ciclista a España no pudo entrar en Guipúzcoa como estaba previsto.

Por la noche, Clemente del Caño Ibáñez, un trabajador de la autopista, falleció al ser atropellado por un vehículo mientras retiraba una barricada cerca de Rentería. Aunque su familia dijo que su muerte no estaba relacionada con las protestas, algunos grupos lo incluyeron entre las víctimas de la represión.

En San Sebastián, grupos violentos de ultraderecha actuaron con disparos. Los altercados en la ciudad duraron hasta pasada la medianoche.

En Pamplona, unos once mil trabajadores secundaron la huelga. Por la tarde, comenzaron los incidentes en las calles. Se había prohibido un acto por la amnistía, lo que aumentó los enfrentamientos. Cerca de allí, la Policía Armada atrapó a José Luis Cano, lo golpearon y le dispararon en la cabeza, causándole la muerte. Un testigo, el alcalde de Ansoáin, declaró que lo siguieron golpeando después del disparo.

Esa misma tarde, un anciano de 72 años murió de un infarto en el balcón de su casa, tras el impacto de una pelota de goma en la pared mientras veía a la policía golpear a un joven. Un joven de 15 años también resultó gravemente herido por una pelota de goma en el balcón de su casa.

El sábado 14 de mayo

En Pamplona, la huelga general era total. La ciudad estaba llena de fuerzas de seguridad. Las radios locales leyeron un comunicado del ayuntamiento de Pamplona que condenaba la actuación policial, pedía la liberación de todos los presos políticos, expresaba el pésame a la familia del fallecido y pedía calma a la población.

No se pudo realizar ninguna manifestación pacífica en la ciudad, y hubo altercados con barricadas en varios barrios. También hubo protestas en otras localidades de Navarra.

En Ortuella, Vizcaya, un grupo de amigos fue abordado por la Guardia Civil. Los agentes abrieron fuego, y Manuel Fuentes Mesa, de 31 años, casado y con un hijo, recibió un disparo en la cabeza y falleció.

El domingo 15 de mayo

Guipúzcoa amaneció con las calles vacías. Se suspendieron todos los actos y espectáculos deportivos.

La tensión continuó en Pamplona. El entierro de José Luis Cano, al que asistieron unas 2.000 personas, fue dispersado violentamente por la policía con material antidisturbios. Los disparos se dirigían a ventanas, coches y grupos de personas. Muchos asistentes quedaron atrapados en el cementerio. Horas después, la calma se restableció, pero solo hasta el funeral en la Rochapea, donde de nuevo se disolvió violentamente a los asistentes, resultando herido un médico.

Durante el fin de semana, las barricadas en las calles persistieron. En Bilbao, los enfrentamientos continuaron, especialmente en el barrio de Rekalde, con la intervención de grupos violentos que usaban armas de fuego. También hubo altercados con heridos de bala en Ortuella y Baracaldo.

El lunes día 16 de mayo

Finalmente, el lunes 16 se convocó una huelga general en las cuatro provincias para protestar por la violencia. La huelga fue total, aunque los enfrentamientos callejeros fueron menores. En Pamplona, médicos y enfermeros se encerraron en centros sanitarios como protesta.

Se propuso extender la huelga general al resto de España, pero no fue apoyada por Comisiones Obreras (CCOO) ni por el recién legalizado Partido Comunista de España. Marcelino Camacho, líder de CCOO, explicó que en ese momento, con las libertades aún frágiles, el objetivo principal era consolidarlas.

Sin embargo, 180 miembros de CCOO de Euskadi denunciaron esta decisión como una "traición" a los intereses de los trabajadores.

Ese día, desde la sede de RTVE en Bilbao, se emitió una nota televisada, algo inusual, en la que los trabajadores se solidarizaban con la petición de amnistía total y condenaban la represión.

Fuera de las cuatro provincias, también hubo encierros en Madrid, Barcelona, Valladolid, Salamanca, Zaragoza y Santiago de Compostela.

Personas fallecidas

Durante estos días, siete personas perdieron la vida:

  • Rafael Gómez Jaúregui, de 78 años, por disparos de la Guardia Civil en Rentería el 12 de mayo.
  • José Luis Cano Pérez, de 28 años, por un disparo mientras era golpeado por la Policía Armada en Pamplona el 13 de mayo.
  • Clemente del Caño Ibáñez, atropellado por un vehículo mientras retiraba una barricada.
  • Manuel Fuentes Mesa, de 30 años, por disparos de la Guardia Civil en Ortuella el 14 de mayo.
  • Luis Santamaría Miquelena, de 72 años, por un infarto mientras presenciaba enfrentamientos en Pamplona.
  • Gregorio Marichalar Ayestarán, herido de bala en su balcón en Rentería el 13 de mayo, falleció en junio.
  • Francisco Javier Fernández Núñez, de Bilbao, falleció poco después de ser agredido por unos individuos el 17 de mayo.

Opiniones posteriores

La actuación de las fuerzas de seguridad en el País Vasco fue condenada por partidos políticos, sindicatos y asociaciones. Se denunciaron daños en viviendas por el uso de gases lacrimógenos y la falta de respeto a las ambulancias.

La prensa que criticaba al gobierno habló de una "ceguera del gobierno" y condenó la actitud de las fuerzas de seguridad, diciendo que parecían "fuerzas de ocupación".

Reacciones de Euskadiko Ezkerra

Algunos candidatos de la coalición Euskadiko Ezkerra se retiraron de las elecciones, diciendo que la represión y los fallecimientos durante la semana por la amnistía les habían hecho decidir no participar en lo que consideraban una "farsa electoral". Sin embargo, el partido EIA, que era parte de esta coalición, decidió mantener a sus candidatos.

Respuesta del gobierno

El 20 de mayo, el gobierno aprobó un indulto especial que permitió a seis personas condenadas a muerte en el Proceso de Burgos y a otros presos relacionados con ETA que habían cometido actos violentos, salir de prisión y viajar a otros países como Bélgica, Suiza, Dinamarca, Holanda y Noruega.

La última amnistía

Después del verano de 1977, el Gobierno y la oposición negociaron una nueva ley de amnistía. El 7 de octubre, el Consejo de Ministros aprobó un proyecto que fue votado en el Congreso de los Diputados el 14 de octubre. Solo hubo dos votos en contra y 18 abstenciones. Esta ley de amnistía afectó a 89 presos y a muchas otras personas que no estaban en prisión, incluyendo a quienes habían cometido actos violentos de ETA y otros grupos, así como a los agentes de policía implicados en los sucesos de la semana por la amnistía de mayo.

En las semanas siguientes, los últimos presos relacionados con ETA salieron de prisión. También se aplicó a miembros de grupos de ultraderecha que habían realizado acciones violentas.

Este periodo marcó una gran diferencia entre la normalización política que ocurría en el resto de España y la persistencia de los conflictos en el País Vasco. Mario Onaindia, un político de la época, explicó que desde enero de 1977, se abrió un gran abismo entre el País Vasco y el resto de España, porque la lucha por la amnistía en el País Vasco se centró en los presos de ETA, mientras que en el resto del país comenzaba la normalización.

La Constitución Española de 1978, aprobada un año después, impide los indultos generales. Desde entonces, solo se pueden solicitar indultos de forma individual.

Olvido posterior

Aunque se hizo un documental sobre estos hechos llamado Semana pro-amnistía (1977), estos trágicos episodios han sido poco mencionados en los documentos que hablan de la Transición española. Por ejemplo, en reportajes sobre la transición emitidos en TVE en 2007, no se incluyeron estos sucesos, pasando directamente de la legalización del Partido Comunista de España en abril a las elecciones de junio de 1977.

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