Conquista de Navarra para niños
Datos para niños Conquista de Navarra |
||||
---|---|---|---|---|
Parte de guerra de la Liga de Cambrai | ||||
![]() |
||||
Fecha | 1512-1529 | |||
Lugar | Reino de Navarra | |||
Coordenadas | 42°49′06″N 1°38′39″O / 42.8183, -1.64417 | |||
Casus belli | Invasión del territorio por los Reyes Católicos | |||
Resultado | Victoria hispánica | |||
Consecuencias | Fraccionamiento del Reino de Navarra, anexión de la Alta Navarra por la Corona de Castilla y creación de la Baja Navarra por el Reino de Francia | |||
Beligerantes | ||||
|
||||
Comandantes | ||||
|
||||
La conquista de Navarra fue un proceso histórico en el que el Reino de Navarra fue incorporado al Reino de Castilla. Este proceso ocurrió principalmente entre los siglos XII y XVI.
En el siglo XII, después de que la nobleza navarra restableciera el reino en 1134, se firmaron varios acuerdos entre el Reino de Castilla y la Corona de Aragón. Estos acuerdos buscaban dividir Navarra entre ambos. Hacia el año 1200, Castilla tomó los territorios occidentales de Navarra, como Álava, Guipúzcoa y el Duranguesado, lo que hizo que Navarra perdiera su salida al mar.
La conquista del resto de Navarra, en la península, fue impulsada por el rey de Aragón, Fernando el Católico. Esta parte de la conquista terminó en el siglo XVI, cuando Navarra se unió al reino de Castilla. Sin embargo, la Baja Navarra (la parte al norte de los Pirineos) logró mantenerse como un reino independiente hasta el siglo XVII.
Más tarde, en 1620, el rey francés Luis XIII de Francia, que también era rey de Navarra, unió la Baja Navarra a la Corona francesa. A finales del siglo XVIII, debido a la Revolución francesa, la Baja Navarra dejó de ser un reino. En 1833, el Gobierno de España dividió el país en provincias, y Navarra se convirtió en una de ellas.
Aun así, Navarra mantuvo muchas de sus leyes especiales, llamadas fueros, hasta la Constitución española de 1876. Después, conservó un Convenio Económico hasta la Constitución española de 1978, que le devolvió su autonomía.
Contenido
- Los Primeros Conflictos Territoriales en Navarra
- Restauración del Reino y Pérdidas de Territorio
- Estabilidad Territorial del Reino de Navarra
- Guerra Civil y Pérdidas Territoriales
- La Invasión Castellano-Aragonesa de 1512
- Evolución Posterior de Navarra
- Conmemoraciones de la Conquista de Navarra
- Galería de imágenes
- Véase también
Cuando Alfonso el Batallador, rey de Pamplona y Aragón, falleció sin hijos en 1135, la nobleza navarra decidió restaurar el reino de Pamplona. Después de esta restauración, los reinos vecinos de Castilla y Aragón tuvieron constantes conflictos con Navarra.
En el siglo XI, Castilla y Aragón acordaron varias veces dividirse el Reino de Pamplona, usando el río Arga como límite. Con el rey Sancho VI el Sabio, el reino ya se llamaba oficialmente Reino de Navarra. Durante su reinado, Navarra perdió territorios como el Señorío de Vizcaya, La Bureba y La Rioja. Al final del siglo, con Sancho VII el Fuerte, se perdieron el Duranguesado, el resto de Álava y Guipúzcoa por una invasión.
Después de esto, hubo un tiempo de estabilidad, pero también de tensiones internas. Los reyes de origen francés de las dinastías Champaña y Capeta no querían seguir las costumbres del reino. Esto causó grandes enfrentamientos con los infanzones navarros (nobles locales) que los obligaban a hacerlo. Los reinos vecinos a menudo intervenían en estos conflictos, aliándose con la nobleza navarra. Estos enfrentamientos terminaron con la guerra de la Navarrería, donde la ciudad de la Navarrería fue completamente destruida.
En el siglo XV, Navarra sufrió una guerra civil interna, con la intervención de los reinos vecinos. Esto llevó a la pérdida de la comarca de Laguardia y Los Arcos a manos de los castellanos. A principios del siglo XVI, las tropas castellanas que controlaban el reino fueron expulsadas.
En 1512, Fernando el Católico decidió invadir Navarra. La invasión fue rápida, aunque hubo resistencia. Después, los reyes navarros Juan III de Albret y Catalina de Foix intentaron varias veces recuperar el reino. La última vez fue en 1521, aprovechando que las tropas castellanas estaban ocupadas en la guerra de las Comunidades de Castilla. Hubo un levantamiento general y una incursión de tropas franco-navarras. Sin embargo, no lograron mantener su posición, y la derrota en la batalla de Noáin selló el destino de Navarra. Las tropas castellanas abandonaron la Baja Navarra, pero consolidaron su dominio en la Alta Navarra.
El Reino de Pamplona en el Siglo XI
A principios del siglo XI, el Califato de Córdoba se desintegró. El rey Sancho Garcés III (1004-1035) de Pamplona aprovechó para expandir su reino. Se casó con Muniadona, hija del conde de Castilla, y acordó límites para la expansión de sus territorios.
Cuando Sancho Garcés III murió en 1035, el reino de Pamplona había crecido mucho. En su testamento, dividió sus tierras entre sus hijos. A su primogénito, García, le dejó el reino de Pamplona. Otros hijos recibieron condados, pero debían lealtad a García.
El rey García Sánchez III de Pamplona (1035-1054) expandió su reino y apoyó a su hermano Fernando contra el rey de León. Sin embargo, las relaciones entre los hermanos se deterioraron, y se enfrentaron en la batalla de Atapuerca en 1054, donde murió el rey de Pamplona. Esta derrota hizo que Pamplona perdiera algunos territorios.
Su hijo Sancho Garcés IV (1054-1076) enfrentó la presión de Castilla y Aragón. En 1076, fue asesinado en un complot. Después de su muerte, el reino de Pamplona fue dividido entre Alfonso VI de Castilla y Sancho Ramírez de Aragón. El río Ega se convirtió en la nueva frontera.
Los siguientes reyes de Aragón y Pamplona, Pedro I y Alfonso I el Batallador, se enfocaron en expandirse hacia el territorio musulmán. Alfonso I se casó con Urraca de León, lo que causó una guerra civil en Castilla. Después de la anulación de su matrimonio, Alfonso I conquistó importantes ciudades como Zaragoza y Tudela. En 1127, se firmó el Pacto de Támara para evitar más conflictos, y se definieron las fronteras.
Restauración del Reino y Pérdidas de Territorio
Cuando Alfonso el Batallador murió en 1134 sin herederos directos, la nobleza de Pamplona y Aragón no pudo cumplir su testamento. En Aragón, se coronó a Ramiro II, hermano de Alfonso. En Pamplona, la nobleza eligió a García IV Ramírez (1134-1150), de la dinastía Ximena.
El rey castellano Alfonso VII ocupó Nájera y parte de La Rioja. Su estrategia fue dividir a Pamplona y Aragón. En 1135, García Ramírez le juró lealtad a Alfonso VII. Sin embargo, las alianzas cambiaron, y en 1140, Alfonso VII y Ramón Berenguer IV de Aragón firmaron el Tratado de Carrión para dividirse el reino de Pamplona.
Pérdidas en Vizcaya, La Bureba y Rioja
El sucesor de García Ramírez, Sancho VI (1150-1194), fue el primero en usar oficialmente el nombre de "Reino de Navarra". Intentó mantener la paz con Aragón y Castilla, pero en 1151, Castilla y Aragón volvieron a planear la división de Navarra en el Tratado de Tudilén.
Sancho VI se desvinculó de Castilla en 1159 y se proclamó "Rey de Navarra" con plena soberanía. Realizó una gran ofensiva en 1162-63, tomando varias ciudades. En 1173, Castilla, aliada con Aragón e Inglaterra, lanzó una ofensiva militar y recuperó territorios.
Para resolver los conflictos, se aceptó la mediación del rey Enrique II de Inglaterra. En 1177, se dictó un acuerdo que establecía las fronteras de 1158, lo que significó la pérdida de La Rioja y La Bureba para Navarra. Este acuerdo no satisfizo a nadie, y Castilla y Aragón siguieron conspirando. Finalmente, en 1179, se firmó un tratado que definió mejor los límites: Castilla obtuvo el señorío de Vizcaya y parte de Álava, Bureba y Rioja. Navarra conservó el Duranguesado, Guipúzcoa y el resto de Álava.
Pérdidas en Duranguesado, Álava y Guipúzcoa
El sucesor de Sancho VI, Sancho VII (1194-1234), continuó consolidando su influencia. En 1195, hubo tensiones en la frontera con Castilla. En 1196, los reyes de Castilla, Navarra y Aragón se reunieron en la "Mesa de los tres reyes" para buscar la paz.
Sin embargo, en 1198, Castilla y Aragón firmaron el Tratado de Calatayud contra Navarra. Los ejércitos atacaron por ambos frentes. Pedro II de Aragón ocupó Burgui y Aibar. Alfonso VIII de Castilla tomó Miranda de Arga e Inzura. Sancho VII intentó negociar, pero la debilidad de Navarra era evidente.
En mayo de 1199, Alfonso VIII reinició su ofensiva. Asedió Vitoria durante ocho meses. Sancho VII buscó ayuda musulmana, pero no la consiguió. La ciudad de Vitoria se rindió en enero de 1200. Al mismo tiempo, los castellanos conquistaron Álava y Guipúzcoa.
El resultado de esta campaña militar fue que Castilla obtuvo el control de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. Aunque Navarra no reconoció estas pérdidas, las posiciones castellanas se fueron consolidando con el tiempo.
El Reinado de Sancho VII el Fuerte

Las pérdidas territoriales redujeron el tamaño de Navarra en un 30% y le quitaron su salida al mar. Esto afectó las relaciones entre Sancho VII y Alfonso VIII de Castilla. Sancho VII se enfocó en reorganizar el reino, construyendo castillos y repoblando la frontera occidental.
Mantuvo el diálogo con sus vecinos y participó en la Reconquista, destacando su participación en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212. Este éxito le permitió recuperar algunas plazas perdidas. Navarra se estabilizó en una superficie de unos 12.000 kilómetros cuadrados durante la Baja Edad Media.
En sus últimos años, Sancho VII se acercó a Jaime I de Aragón, proponiendo una alianza. Sin embargo, a la muerte de Sancho VII en 1234, la nobleza navarra ignoró este acuerdo y eligió a Teobaldo IV como su nuevo rey.
La Dinastía Champaña

Teobaldo I (1234-1253) juró los fueros de Navarra, lo que unió políticamente a Navarra con dinastías francesas. Durante sus ausencias, el reino era gobernado por un senescal francés y un noble navarro. Los Infanzones de Obanos (nobles navarros) fueron muy activos en controlar al rey, logrando que se firmara el Fuero General de Navarra en 1237, que limitaba el poder del monarca.
Teobaldo I mantuvo buenas relaciones con Aragón y Castilla. Intentó casar a su hija Blanca con el hijo de Fernando III, Alfonso, a cambio de recuperar Álava y Guipúzcoa, pero el acuerdo no se concretó.
Su hijo, Teobaldo II (1253-1270), tuvo relaciones tensas con la nobleza navarra. Su hermano, Enrique I (1270-1274), lo sucedió y mantuvo buenas relaciones con la nobleza, pero no con la burguesía.
Tras la muerte de Enrique I en 1274, su hija Juana I (1274-1304) era muy joven. Su madre, Blanca de Artois, buscó el apoyo de su primo Felipe III de Francia. Se acordó el matrimonio de Juana con Felipe, lo que unió las coronas de Francia y Navarra.
Esta unión con Francia causó un conflicto en Pamplona, donde los diferentes burgos (barrios) estaban enfrentados. Castilla y Aragón intentaron aprovechar la situación para reclamar Navarra. En 1276, las tropas francesas entraron en Pamplona y destruyeron completamente el burgo de la Navarrería.
Después de la conquista de la Navarrería, se llevó a cabo una campaña militar por toda Navarra para someter a los que se consideraban traidores. Poco a poco, toda Navarra fue sometida a la reina Juana I bajo la tutela francesa.
A la muerte de Juana, su hijo Luis I heredó la corona. La nobleza navarra exigió que Luis I jurara los fueros, lo que hizo en 1307. Sin embargo, reprimió a los nobles. Después de la muerte de Luis I y su hijo, la corona francesa impuso a otros reyes, que no siempre acataron los fueros navarros.
La Dinastía Evreux
En 1328, a la muerte de Carlos I sin herederos, el clero, las ciudades y los nobles de Navarra eligieron a Felipe III y Juana II como reyes. Esto separó el reino de Navarra de la Corona francesa. Se mantuvo la influencia francesa, pero la nobleza navarra ganó más poder y consolidó las Cortes como una asamblea representativa.
Carlos II (1349-1387), hijo de Felipe III y Juana II, arruinó económicamente el reino y participó en conflictos en Francia y Castilla. Intentó recuperar Álava y Guipúzcoa de Castilla, pero no lo logró.
Carlos III de Navarra (1387-1425), hijo de Carlos II, cambió la política y se centró en Navarra. Estructuró instituciones como las Cortes generales y la Cámara de Comptos. Con él, comenzó el linaje de los Beaumont, que más tarde serían rivales de los Agramont, lo que llevaría a una guerra civil.
Guerra Civil y Pérdidas Territoriales
A la muerte de Carlos III, su hija Blanca I asumió el trono, casada con Juan II de Aragón. Tuvieron tres hijos: Carlos, Blanca y Leonor. Cuando Blanca I murió en 1441, Juan II usurpó la corona que le correspondía a su hijo Carlos. Esto desató la guerra civil de Navarra en 1451, entre los linajes agramonteses (partidarios de Juan II) y beamonteses (partidarios del príncipe Carlos).
Juan II se casó de nuevo en 1444 con Juana Enríquez, y de este matrimonio nació en 1452 Fernando el Católico.
El príncipe Carlos fue encarcelado y desheredado en 1455. Murió en 1461, y su hermana Blanca también murió en 1464, posiblemente envenenada.
En 1460, Enrique IV de Castilla ocupó Viana. En 1461 y 1463, Castilla ocupó las tierras de la Sonsierra de Navarra y Los Arcos, que se perdieron definitivamente para Navarra. En 1476, Fernando el Católico, ya rey de Castilla, intervino en el conflicto navarro, apoyando a los beaumonteses y colocando tropas castellanas en Navarra.
Tras la muerte de Juan II en 1479, Leonor tomó posesión del reino, pero falleció 15 días después. Dejó como heredero a su nieto Francisco Febus, y luego a su hermana Catalina de Foix, quien se casó con Juan III de Albret en 1484.
La Invasión Castellano-Aragonesa de 1512
Preparativos para la Invasión
Fernando II unificó el mando militar en la frontera navarra en 1486. En 1488, los reyes navarros firmaron el Tratado de Valencia con los Reyes Católicos, cediendo la tutela del reino para evitar represalias comerciales. Este tratado permitía la presencia de tropas castellanas en Navarra.
En 1494, Juan III de Albret y Catalina de Foix fueron coronados. El conde de Lerín, Luis de Beaumont II, fue expulsado del reino por sus intrigas políticas. Cedió sus bienes en Navarra a Fernando II, quien así obtuvo control sobre varias fortalezas. Entre 1495 y 1500, el reino estuvo prácticamente ocupado por tropas castellanas.
En 1500, se firmó un nuevo tratado en Sevilla que permitía la salida de soldados castellanos, pero los alcaides de las fortalezas debían jurar fidelidad a Fernando II. En 1505, Fernando II se casó con Germana de Foix, quien también reclamaba la corona de Navarra.
El conde de Lerín fue expulsado de nuevo en 1507, con el apoyo de muchos navarros. Fernando el Católico siguió presionando y tomó territorios del rey navarro. La muerte del conde en 1508 hizo que su hijo, Luis de Beaumont III, colaborara con Aragón para invadir Navarra.
Luis XII de Francia también tenía reclamaciones sobre territorios de los Foix. En 1510, las Cortes de Navarra ya advertían del riesgo de guerra con Francia. Esto llevó a Juan III de Albret a firmar un acuerdo defensivo con el Bearn.
Movilización Militar y Diplomática
En 1511, Fernando II se alió con la Liga Santa (formada por la Santa Sede y Venecia), que luego se amplió a Inglaterra y Alemania. Este acuerdo incluía una intervención militar contra los franceses.
En abril de 1512, murió Gastón de Foix, quien también aspiraba al trono navarro. Esto llevó a Fernando el Católico a negociar con Luis XII de Francia. Fernando el Católico amenazó con invadir Guyena y Bayona con apoyo inglés.
Los preparativos para la invasión de Navarra se intensificaron. En abril, Fernando II se reunió con nobles navarros, pidiendo permiso para que sus tropas pasaran por Navarra para atacar Francia. Los navarros se negaron, pero ofrecieron ayuda en Italia. A finales de junio, el mariscal Pedro de Navarra y Juan de Jaso ofrecieron que las Cortes de Navarra juraran no permitir el paso de tropas destinadas a atacar España.
El rey de Navarra, Juan III de Albret, fue a Blois en junio para negociar un pacto con Francia. Antes de que se firmara, el 10 de julio, las tropas castellanas invadieron Goizueta. El 17 de julio, Fernando II publicó un falso tratado de Blois, describiéndolo como un pacto de agresión. El verdadero Tratado de Blois entre Navarra y Francia se firmó el 18 de julio, estipulando colaboración militar mutua.
Fernando II solicitó autorización para la invasión a las Cortes de Aragón. También obtuvo una bula papal del Papa Julio II, Pastor Ille Caelestis, que justificaba la invasión por la alianza de Navarra con el rey francés, quien había sido excomulgado.
La Llegada de las Tropas Aragonesas
El ejército de Fernando II se concentró en Vitoria, bajo el mando de Fadrique Álvarez de Toledo, duque de Alba. Contaba con miles de soldados y artillería.

El 19 de julio, el grueso de las tropas entró en Navarra. El conde de Lerín, Luis de Beaumont III, y el duque de Nájera los acompañaban. Atravesaron la Barranca sin mucha oposición. El 24 de julio, acamparon a las puertas de Pamplona. Algunos nobles navarros ofrecieron su colaboración. Juan III de Albret intentó reagrupar tropas, pero se retiró a sus posesiones en el Bearn.
La ciudad de Pamplona no era una fortaleza en ese momento. El 25 de julio, la ciudad se rindió. El duque de Alba envió emisarios a otras ciudades, y la mayoría se entregaron, excepto Estella, Tudela, Maya y San Juan de Pie de Puerto.
El 29 de julio, se propuso un acuerdo de capitulación que dejaba a Fernando II el control de Navarra. Este documento fue ratificado por Fernando el Católico el 4 de agosto, pero los reyes navarros nunca lo aceptaron.
Tudela fue cercada y capituló el 9 de septiembre. Fernando el Católico entró en ella el 4 de octubre para jurar sus fueros. Otras plazas se rindieron gradualmente.
A finales de agosto, el duque de Alba preparó un ejército para cruzar los Pirineos e invadir la Baja Navarra. Tomaron Roncesvalles, Aézcoa, Salazar y Roncal. El 10 de septiembre, ocuparon San Juan de Pie de Puerto, la capital de la Baja Navarra. Los cronistas castellanos describen la violencia empleada por las tropas.
Los reyes de Navarra se establecieron en Orthez. Fernando II intentó negociar la capitulación, pero el embajador fue apresado. Las tropas castellanas en la Baja Navarra fueron hostigadas, lo que causó problemas de pago y víveres, llevando a una sublevación de soldados.
La contraofensiva navarra dependía del apoyo de Luis XII de Francia. Solo cuando la expedición inglesa se retiró, Francia autorizó a sus tropas a ayudar a Navarra. El 30 de septiembre, Juan III de Albret publicó un manifiesto invitando a los castellanos a no hacer la guerra. La contraofensiva comenzó a mediados de octubre, con tres columnas.
Una columna navarro-gascona entró en Guipúzcoa y sitió San Sebastián y Fuenterrabía. Saqueó y devastó, ocupando varias localidades. Se retiró en diciembre.
La segunda columna, al mando del duque de Longueville, se dirigió hacia San Juan de Pie de Puerto. Hubo enfrentamientos sangrientos, y las tropas castellanas se replegaron de la Baja Navarra, dejando pequeñas guarniciones.
La tercera columna, al mando del rey Juan III de Albret y del general La Palice, entró por Ochagavía. Tomó los valles de Aézcoa y Salazar. Sitiaron el castillo de Burgui, que se rindió.
Hubo levantamientos en varias ciudades del interior, como Estella, Sangüesa y Tafalla, pero fueron sofocados. La resistencia de Estella fue notable, pero finalmente se entregó el 29 de octubre.
El duque de Alba llegó a Pamplona el 24 de octubre y preparó la defensa de la ciudad. Se destruyeron edificios y viñedos alrededor para evitar que los atacantes se refugiaran. Las tropas navarro-gasconas llegaron a Pamplona el 1 de noviembre y la sitiaron con más de veinte mil hombres. Hubo ataques y escaramuzas. La falta de víveres y el frío afectaron a los sitiadores. El 27 de noviembre, un asalto a la ciudad fue rechazado. Los refuerzos castellanos se acercaban, desmoralizando a los sitiadores, que se retiraron el 29 de noviembre.
Las fuerzas que se retiraban de Pamplona fueron perseguidas. En el puerto de Velate, la retaguardia de lansquenetes alemanes fue sorprendida, perdiendo diez o doce cañones que luego figuraron en el escudo de Guipúzcoa. Posteriormente, las tropas castellanas tomaron el castillo de Maya, obteniendo el control del Baztán.
Consolidando la Ocupación
El 17 de diciembre de 1512, se nombró a Diego Fernández de Córdoba y Arellano como primer virrey de Navarra. Los cargos importantes se asignaron a personas de confianza de Fernando II, que no eran de Navarra.
Las Cortes de Navarra se reunieron el 23 de marzo de 1513. El virrey anunció un perdón general si se aceptaban las nuevas autoridades, y Fernando II juró respetar los fueros del Reino. El Papa Julio II, antes de morir, excomulgó a los reyes de Navarra de la casa de Albret, liberando a los súbditos de su juramento de fidelidad. Esto justificó la invasión de Fernando II.
El aislamiento de los reyes de Navarra aumentó cuando Fernando el Católico firmó las Paces de Urtubia con Luis XII de Francia en 1513, por las que Francia retiraba su apoyo a los navarros. Esta tregua fue muy importante para que los castellanos y aragoneses se asentaran en Navarra.
La Baja Navarra estuvo bajo un control inestable. Hubo intentos de negociación, pero también desafecciones. El hostigamiento a las tropas fue constante. En 1514, nobles de la Baja Navarra firmaron fidelidad al rey castellano-aragonés a cambio de que se reconocieran sus privilegios.
El sistema defensivo se reforzó, construyendo un nuevo castillo en Pamplona y demoliendo otros para evitar rebeliones internas. Pamplona se convirtió en una fortaleza muy importante. Se persiguió a los derrotados con condenas y confiscaciones, y se premió a los que apoyaron la ocupación.
Desde el principio, se estableció la Santa Inquisición en Navarra. Se impusieron fuertes restricciones al comercio, lo que causó desabastecimientos.

Inicialmente, la conquista se adscribió al reino de Aragón, pero debido al mayor apoyo militar de Castilla, Fernando el Católico decidió adscribirla a Castilla. Para legalizar esto, el duque de Alba informó a las Cortes Castellanas en Burgos en 1515. Ningún navarro participó en esta decisión.
En enero de 1516, Fernando el Católico redactó su testamento, justificando la apropiación de Navarra por razones religiosas. La sucesión castellana recayó en Juana I, y el cardenal Gonzalo Jiménez de Cisneros asumió la regencia. Consciente del posible ataque para recuperar Navarra, el cardenal aumentó el ejército.
El rey francés Francisco I estaba ocupado en las guerras de Italia, por lo que la alianza franco-navarra no prosperó. El mariscal Pedro de Navarra intentó recuperar el reino militarmente. A principios de marzo, se prepararon tres cuerpos de ejército de unos 10.000 hombres.
El ejército castellano se replegó hacia Roncesvalles. La columna del mariscal Pedro de Navarra sufrió bajas por el frío y la falta de víveres. El 22 de marzo, se encontró con el ejército castellano en Isaba, y Pedro de Navarra fue apresado. Murió años después en prisión. Juan III de Albret ordenó la retirada.
Segunda Consolidación
Para evitar problemas futuros, el cardenal Cisneros ordenó la demolición de todas las fortalezas, excepto las estratégicas. Se castigó a los sospechosos y se consideró deportar a muchos navarros, aunque esto no se llevó a cabo, excepto para los navarros musulmanes de la Ribera Navarra. En mayo de 1516, Antonio Manrique de Lara, duque de Nájera, fue nombrado nuevo virrey.
Juan III de Albret murió en 1516, y Catalina de Foix en 1517. Su heredero fue Enrique II de Navarra.
Francisco I y Carlos I de España firmaron un acuerdo en Noyon en 1516, que no resolvió el conflicto de Navarra. Carlos I se negó a devolver Navarra a Enrique II por razones de seguridad.
En la Baja Navarra, la ocupación fue muy inestable, con continuas tomas y abandonos. La muerte de Maximiliano I convirtió a Carlos I en emperador en 1519, lo que situó a Francia rodeada por territorios imperiales. Carlos I anuló privilegios y prohibió el comercio con otros reinos.
En mayo de 1520, se inició la Guerra de las Comunidades de Castilla, lo que redujo el número de soldados en Navarra.

En 1521, Carlos I de España y Francisco I de Francia estaban en conflicto. Francisco I, aprovechando la Guerra de las Comunidades en Castilla, apoyó al rey de Navarra Enrique II y envió a André de Foix para reconquistar Navarra.
Los preparativos para la expedición se retrasaron. En mayo de 1521, hubo un levantamiento generalizado en toda Navarra, preparado desde el interior. Al mismo tiempo, las tropas de André de Foix, compuestas por miles de infantes, rindieron San Juan de Pie de Puerto el 15 de mayo. El 17 de mayo, André de Foix tomó juramento en nombre de Enrique II en Villava. El virrey de Navarra, Antonio Manrique de Lara, huyó de Pamplona. En el levantamiento de Pamplona, los pocos soldados castellanos se refugiaron en la fortaleza.
La recuperación del reino fue rápida y no muy sangrienta. En solo quince días, Navarra fue recuperada.
Después de tomar la capital, las tropas de André de Foix se dirigieron a atacar Logroño. Sitiaron la ciudad, pero el 11 de junio tuvieron que levantar el cerco y retirarse hacia Pamplona, ya que el ejército imperial se había reorganizado.
El ejército imperial reclutó a unos 30.000 soldados para recuperar Navarra. Durante la retirada de las tropas de André de Foix, hubo escaramuzas. Finalmente, se libró la sangrienta Batalla de Noáin el 30 de junio, con la derrota de los franco-navarros. Más de 5.000 combatientes murieron. Cinco días después, los gobernadores generales entraron en Pamplona. A finales de julio, cayó la villa de San Juan de Pie de Puerto.
Francisco de Zúñiga y Avellaneda, conde de Miranda, fue nombrado nuevo virrey en agosto de 1521. Carlos I ordenó el derribo de las fortalezas restantes, excepto las de Pamplona, Estella y Puente la Reina.
Tres meses después de la derrota de Noáin, los partidarios de Enrique II se reorganizaron. El castillo de Maya cayó en septiembre, y Fuenterrabía fue tomada en octubre.
En marzo de 1522, los castellanos retomaron Roncesvalles. El 10 de mayo de 1522, el Emperador concedió un perdón general, excluyendo a más de 400 personas.
El 17 de junio, los castellanos tomaron Santesteban, cortando la línea defensiva navarra. El 28 de junio, el ejército imperial conquistó el castillo de Behovia. En julio, el castillo de Maya fue cercado por 10.000 hombres y capituló el 22 de julio de 1522. Los defensores navarros fueron apresados. El mariscal Pedro de Navarra, preso desde 1516, apareció muerto en prisión en noviembre.
Las Cortes de Navarra estaban divididas. En octubre de 1523, Carlos I fue a Pamplona para preparar una campaña contra los resistentes en Fuenterrabía y la Baja Navarra. Decretó otro perdón real, excluyendo a 152 familias navarras.
Esta ofensiva se llevó a cabo en el invierno de 1523-24 con 24.000 hombres. La intención era llegar hasta Toulouse. Iniciaron la campaña tomando San Juan de Pie de Puerto y Saint Palais. Sin embargo, no lograron superar los factores climáticos y orográficos, y se retiraron con muchas bajas.
En febrero de 1524, sitiaron de nuevo la Fortaleza de Fuenterrabía. Se rindió en abril de 1524. Este perdón fue muy efectivo y consolidó la administración castellana en el reino.
Los franceses fueron derrotados en Milán. En la batalla de Pavía en 1525, Francisco I y Enrique II fueron apresados. Francisco I firmó el Tratado de Madrid, comprometiéndose a no apoyar a Enrique II.
Desde septiembre de 1521, San Juan de Pie de Puerto estuvo en manos de los leales a Enrique II. En 1525 y 1527, hubo expediciones militares para retomarla. En julio de 1528, Carlos I la dio por perdida, y Enrique II la recuperó. El abandono de este territorio por parte de Castilla se relaciona con el interés de firmar la paz con Francia en Cambray en 1529.
Esta pequeña parte de Navarra se mantuvo como reino independiente. Sus reyes siguieron titulándose "reyes de Navarra". En 1589, Enrique III de Navarra asumió también el reino de Francia. Incorporó sus territorios a la corona de Francia, excepto Navarra, Bearn, Donezan y Andorra. Tras la muerte de Enrique III en 1610, Luis XIII de Francia asumió la corona y en 1620 ordenó la incorporación del reino de Navarra a la Corona francesa. Los navarros se quejaron de la pérdida de sus leyes y libertades. Los monarcas franceses siguieron usando el título de "Reyes de Francia y Navarra".
Después de la Revolución francesa de 1789, la Baja Navarra dejó de ser un reino. Sus instituciones fueron abolidas y se unió a otros territorios para formar el departamento de Bajos Pirineos.

Tras la rendición de Fuenterrabía, se concedió una amplia amnistía, permitiendo a muchos regresar y recuperar bienes. Se prohibió el comercio con el norte de los Pirineos.
El sistema administrativo, judicial y legislativo fue modificado. En el testamento de Carlos I, hay referencias a Navarra donde parece dudar de sus acciones y pide que se examine si debe restituir el reino.
Pamplona siguió siendo una "plaza fuerte", con sus murallas y la construcción de una ciudadela. Se convirtió en una fortaleza muy importante del Imperio español.
Navarra siguió siendo un reino hasta 1841, cuando se convirtió en una provincia, aunque mantuvo ciertas atribuciones fiscales y administrativas. Los virreyes de Navarra desaparecieron. En 1982, se pactó un estatuto de autonomía llamado Amejoramiento de Navarra, que configuró la actual Comunidad Foral Navarra.
Cañones en el Escudo de Guipúzcoa
La reina Juana I de Castilla otorgó al escudo de Guipúzcoa doce cañones en 1513. Estos representaban los cañones que los guipuzcoanos habían capturado en la batalla de Velate a las fuerzas navarro-gasconas. Se intentó suprimir estos cañones varias veces, y finalmente se retiraron del escudo en 1979.
Placa y Monumento a San Ignacio
En 1601, el virrey de Navarra Juan de Cardona y Requesens mandó colocar una placa conmemorativa en el lugar donde Ignacio de Loyola fue herido en 1521. En ese lugar se construyó la basílica de San Ignacio. En 1927, durante la construcción del Segundo Ensanche, la placa quedó en el exterior y se colocó una nueva en la acera.
En 1950, se colocó una réplica de un monumento a San Ignacio en la avenida de San Ignacio de Pamplona. En 2005, se cambió por una réplica de bronce.
Fiestas de San Bernabé en Logroño
Las Fiestas de San Bernabé son las fiestas patronales de Logroño. Se celebran el 11 de junio para conmemorar la victoria de 1521 contra las tropas del rey Enrique II de Navarra. En 2015, fueron declaradas Fiestas de Interés Turístico Nacional.
Monolito en Maya
En el monte Gaztelua, donde estuvo el castillo de Maya, se inauguró un monolito en 1922 en recuerdo a los defensores de la independencia de Navarra. Este monumento fue destruido con dinamita en 1931 y reconstruido en 1982. Tiene inscripciones conmemorativas en español y euskera.
Monumento a la Batalla de Noáin
Cerca de Noáin-Esquíroz, hay un monumento en recuerdo de la batalla de Noáin, realizado en 1996. Esta batalla, ocurrida en 1521, fue muy importante para el control definitivo de Navarra por Castilla.
En este lugar, los partidarios de recuperar la soberanía de Navarra se reúnen cada año el último domingo de junio.
Monumento al Resistente Desconocido
En Maya, al pie del monolito del castillo de Maya, se inauguró un "Monumento al Resistente Desconocido" en 2007. Está tallado en piedra y tiene el lema “Pro libertate patria, gens libera state” ("De pie la gente libre a favor de la libertad de la patria"), de los Infanzones navarros.
Aniversario para el 2012
Comisión Organizadora de Conmemoraciones de 2012
El Gobierno de Navarra creó una comisión en 2007 para conmemorar el octavo centenario de la batalla de las Navas de Tolosa y el quinto de la conquista de Navarra. La comisión se encargó de estudiar y divulgar estos eventos históricos.
En abril de 2008, varias personalidades culturales firmaron un manifiesto titulado "1512-2012, Conquista de Navarra". En él, señalaban que la historia navarra era poco conocida y reclamaban el derecho a recuperar la soberanía.
Galería de imágenes
-
Reparto del Reino de Pamplona tras la muerte de Sancho IV el de Peñalén. en 1076
-
Escudo del Reino de Inglaterra.
-
Escudo de la Corona de Aragón.
-
El Reino de Navarra Sancho VII el Fuerte. (1194-1234)
-
Mapa de la guerra civil de Navarra, con la toma por parte de Castilla de la Sonsierra de Navarra y Los Arcos.
-
Orthez, donde se replegaron los reyes de Navarra.
-
El Palacio Real de Olite tuvo su máximo esplendor con Carlos III.
-
Castillo de Javier, donde residía Juan de Jaso, presidente del Consejo Real de Navarra y padre de san Francisco Javier y de sus hermanos Juan y Miguel, que lucharon contra las tropas aragonesas. Más adelante, el castillo sería desmochado.
-
El Palacio Real de Pamplona se convirtió en la residencia de los Virreyes de Navarra. En la actualidad alberga el Archivo General de Navarra.
-
Escudo de Fernando II de Aragón posterior a 1512 tras la incorporación de Navarra. Originalmente el rey Católico había previsto adscribir Navarra a la Corona de Aragón y ello explica que el emblema navarro figure partido con los palos de Aragón.
-
Escudo de armas Imperial de Carlos I de España, donde figuraba el escudo de Navarra en uno de sus cuarteles.
-
Monumento erigido en recuerdo de la Batalla de Noáin. Esta fue determinante en el destino de Navarra.
-
Vidriera de la iglesia de San Juan de Pie de Puerto, donde se aprecia el escudo de Navarra sobre un fondo azur y flores de lys.
-
José Bonaparte recuperó las cadenas de Navarra en el escudo de España que ya figuraban en las armas de Carlos I, que no fueron mantenidas por sus sucesores.
-
Monumento a San Ignacio en Pamplona, al fondo su basílica.
-
Monolito en recuerdo a los defensores de la independencia de Navarra en donde estuvo el castillo de Maya.
Véase también
En inglés: Spanish conquest of Iberian Navarre Facts for Kids