Guerra civil de Navarra para niños
La Guerra Civil de Navarra fue un conflicto que ocurrió en el Reino de Navarra entre los años 1451 y 1464. Se inició por una disputa sobre quién debía gobernar el reino después de la muerte de la reina Blanca I de Navarra.
Los dos bandos principales eran:
- Los beaumonteses: Apoyaban al príncipe Carlos de Viana, hijo de la reina Blanca I y de Juan II.
- Los agramonteses: Apoyaban a Juan II, quien era rey de Navarra por su matrimonio con Blanca I.
En esta guerra, también participaron los reinos vecinos de Castilla y Aragón. Aunque hubo algunas batallas, el conflicto se caracterizó más por asedios a ciudades, destrucción de cultivos y otras acciones para debilitar al enemigo.
La guerra terminó con un acuerdo llamado la Concordia de Tarragona, firmado el 22 de noviembre de 1464. En este acuerdo, los beaumonteses reconocieron a Juan II como rey de Navarra. La cuestión de quién heredaría el trono después de Juan II se dejó para que la decidieran las Cortes de Navarra, pero esto no pudo ser porque pocos días después murió doña Blanca, la hermana de Carlos de Viana, quien tenía los derechos al trono.
Datos para niños Guerra Civil de Navarra |
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![]() Desarrollo de la Guerra Civil en Navarra
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Fecha | 1451-1464 | |||
Lugar | Navarra | |||
Resultado | Victoria de Juan de Navarra | |||
Cambios territoriales | Unión dinástica de Aragón y Navarra en la persona de Juan II. Laguardia, Los Arcos y San Vicente de la Sonsierra cedidas a Castilla |
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Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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Contenido
Las familias nobles: Beaumonteses y Agramonteses
Después de un tiempo de dificultades en Navarra, el reinado de Carlos III de Navarra (1387-1425) trajo un periodo de recuperación. Sin embargo, no pudo terminar con una antigua división en el reino.
Navarra estaba dividida en dos zonas:
- La Montaña: Al norte, cerca de los Pirineos, donde la gente se dedicaba al pastoreo y a los bosques. Hablaban euskera y se consideraban los fundadores del reino.
- El Llano: Al sur, hacia el río Ebro, una zona más rica con agricultura y ciudades importantes como Tudela y Estella. Estaba más abierta a la influencia de Aragón y Castilla.
Esta división se reflejaba en la rivalidad entre dos grandes familias nobles:
- Los beaumonteses: Tenían sus tierras y apoyos en la zona de la Montaña. Su líder era Luis de Beaumont, conde de Lerín.
- Los agramonteses: Tenían sus tierras y apoyos en la zona del Llano. Su líder era Pierres de Peralta, el Joven.
La rivalidad entre estas familias se hizo más fuerte durante el reinado de la reina Blanca I de Navarra (1425-1441), quien estaba casada con don Juan, un príncipe de Aragón. Esta rivalidad llevó a muchos conflictos personales que finalmente causaron la guerra.
La disputa por el trono después de la muerte de Blanca I
En mayo de 1441, la reina Blanca I de Navarra falleció. Esto causó una gran disputa sobre quién debía ser el siguiente rey: su esposo, don Juan, o su hijo, el príncipe Carlos de Viana.
Según el acuerdo de matrimonio de Juan y Blanca, los derechos al trono de Navarra pasarían a su hijo cuando Blanca muriera. Si ella moría sin hijos, Juan debía dejar Navarra. Sin embargo, el acuerdo no decía qué pasaría si Blanca moría con hijos mayores de edad, lo que causó el problema.
El testamento de la reina Blanca decía que su hijo Carlos de Viana heredaría la corona. Pero añadió una condición: Carlos no debía usar el título de rey sin el permiso y la bendición de su padre, don Juan.
Don Juan no quiso renunciar al título de rey de Navarra. Al principio, dejó que Carlos de Viana gobernara el reino, mientras él estaba ocupado en una guerra en Castilla. Pero el problema era que Carlos de Viana era el verdadero dueño del reino, y su autoridad no podía estar bajo la de su padre. Carlos dejó claro que gobernaba por respeto a su padre, pero sin reconocerle ningún derecho sobre Navarra.
La situación cambió cuando don Juan perdió la guerra en Castilla en 1445 y regresó a Navarra. Además, se casó de nuevo en 1447 con Juana Enríquez. Los partidarios de Carlos de Viana pensaron que este nuevo matrimonio anulaba cualquier derecho que don Juan pudiera tener en Navarra.
La disputa por el trono se complicó aún más por la rivalidad entre los beaumonteses y los agramonteses. Carlos de Viana tenía como consejero principal a Juan de Beaumont y había dado muchos beneficios a los beaumonteses. Esto perjudicó a los agramonteses, quienes entonces apoyaron a don Juan de Navarra.
A finales de 1449, Juan de Navarra regresó rápidamente a Navarra desde Zaragoza. Se instaló en Olite y empezó a actuar como rey, nombrando a personas de su confianza (muchos agramonteses) en puestos importantes y quitando los beneficios que Carlos de Viana había dado a los beaumonteses. Su objetivo era conseguir dinero y hombres para recuperar sus tierras en Castilla. Esto aumentó la tensión con su hijo.
El conflicto entre don Juan y Carlos de Viana empeoró con la llegada de Juana Enríquez, la segunda esposa de don Juan. Para Carlos y sus seguidores, su presencia significaba que no habría acuerdo con su padre. Cuando Juana Enríquez llegó a Olite, Carlos de Viana huyó a Guipúzcoa, donde se le unieron Luis de Beaumont y otros.
El rey de Castilla, Juan II de Castilla, y su consejero Álvaro de Luna aprovecharon este conflicto. Hicieron un plan con los partidarios de Carlos de Viana para derrotar a don Juan. En julio de 1450, el rey castellano reunió un ejército en la frontera con Navarra.
Aunque hubo algunos enfrentamientos, el conflicto se calmó temporalmente con la reconciliación entre padre e hijo en marzo de 1451. Pero en agosto de 1451, los castellanos lanzaron una gran ofensiva contra Navarra. Finalmente, se retiraron después de hacer una alianza con el príncipe de Viana en diciembre de 1451. Al firmar este tratado con el rey de Castilla, Carlos de Viana se unió a los enemigos de su padre, lo que hizo imposible una nueva reconciliación y dio inicio a la guerra civil.
Desarrollo de la Guerra Civil
De la Batalla de Aybar a la tregua de Valladolid (1451-1454)
El primer gran enfrentamiento ocurrió el 23 de octubre de 1451 en la Batalla de Aybar. Los beaumonteses fueron derrotados, y Carlos de Viana y el conde de Lerín, Luis de Beaumont, fueron hechos prisioneros por las tropas de don Juan.
A pesar de la derrota, los beaumonteses continuaron la guerra con Juan de Beaumont al mando, apoyados por la Montaña navarra y algunas ciudades. Don Juan, por su parte, se hizo fuerte en la zona del Ebro.
Carlos de Viana, aunque estaba prisionero, llegó a un acuerdo con su padre en Zaragoza el 24 de mayo de 1453. Acordaron compartir el gobierno de Navarra y repartirse las rentas. Carlos de Viana sería liberado, pero Luis de Beaumont y sus hijos seguirían presos como garantía.
Una vez libre, Carlos de Viana, apoyado por su hermana doña Blanca, no cumplió lo acordado y volvió a unirse a los beaumonteses para intentar conseguir la corona. Los beaumonteses se negaron a devolver los castillos que controlaban, como los de Pamplona y Olite.
En diciembre de 1453, se firmó una tregua de un año entre Castilla, Aragón y Navarra, y entre don Juan y Carlos de Viana. Sin embargo, este año de tregua (1454) no sirvió para que padre e hijo se reconciliaran.
Del fin de la tregua al viaje de Carlos de Viana a Italia (1454-1459)
Cuando terminó la tregua, los beaumonteses volvieron a la guerra. Don Juan, cansado de la situación, tomó una decisión importante: quitó a Carlos de Viana y a su hermana Blanca sus derechos a la Corona de Navarra. En su lugar, se los cedió a su tercera hija, Leonor, casada con Gastón IV de Foix. Esto ocurrió el 3 de diciembre de 1455 en Barcelona.
Gastón IV de Foix debía ayudar a someter a las ciudades rebeldes. Con el permiso del rey de Francia, ocupó la Baja Navarra y se unió a la infanta Leonor.
Los beaumonteses siguieron defendiendo los derechos de Carlos de Viana. Pero la ayuda del conde de Foix a los agramonteses fue decisiva. Carlos de Viana se dio cuenta de que la mejor manera de defender sus derechos era salir de Navarra y buscar apoyo en el rey de Francia y, sobre todo, en su tío, el rey de Aragón, Alfonso el Magnánimo, que estaba en Nápoles.
Antes de irse en mayo de 1456, Carlos de Viana dejó el mando militar a Juan de Beaumont. Este siguió luchando por la causa de Carlos, y en marzo de 1457, las Cortes de Pamplona lo proclamaron rey de Navarra. Sin embargo, esta proclamación tuvo poco impacto porque Castilla no la apoyó. El propio Carlos de Viana, desde Nápoles, criticó a Juan de Beaumont por haberlo proclamado rey, ya que esto dificultaba la paz.
Carlos de Viana viajó a Nápoles, donde llegó en marzo de 1457. Allí aceptó que Alfonso el Magnánimo mediara en el conflicto con su padre. Don Juan también aceptó la mediación, y en marzo de 1458 se firmó una tregua de seis meses entre agramonteses y beaumonteses. También se anuló la proclamación de Carlos de Viana como rey. Sin embargo, Alfonso el Magnánimo murió en junio de 1458, antes de poder dar su decisión.
Tras la muerte del rey aragonés, Carlos de Viana viajó a Sicilia en julio de 1458. Allí consiguió el apoyo del Parlamento siciliano, que pidió a don Juan (ahora Juan II de Aragón, rey de Aragón) que nombrara a Carlos de Viana virrey de Sicilia. Pero Juan II no aceptó y le ordenó a su hijo que regresara. Carlos obedeció, esperando una reconciliación.
De la Concordia de Barcelona a la muerte de Carlos de Viana (1459-1461)
En enero de 1460, se llegó a un acuerdo de reconciliación en Barcelona, conocido como la Concordia de Barcelona. Carlos de Viana se comprometió a devolver a su padre la parte de Navarra que aún controlaban sus partidarios. A cambio, recibiría el perdón y recuperaría el Principado de Viana, pero se le prohibía vivir en Navarra o Sicilia. Este acuerdo fue un fracaso para Carlos de Viana, ya que entregaba sus fortalezas sin recibir una oferta razonable de su padre.
Dos meses después, Carlos de Viana entró triunfalmente en Barcelona. En mayo, se encontró con su padre en Igualada y entraron juntos en Barcelona. Sin embargo, la reconciliación era solo superficial. Carlos de Viana, al no ser reconocido como el futuro rey, contactó con el rey de Castilla, Enrique IV de Castilla, para casarse con su hermana, la infanta Isabel.
En septiembre de 1460, Juan II convocó a su hijo Carlos de Viana a Lérida para hablar de su matrimonio con una princesa de Portugal y evitar su boda con la infanta Isabel. Juan II se enteró de los planes de Carlos de Viana con el rey castellano y de que algunos de sus seguidores decían que su padre quería quitarle Navarra o incluso envenenarlo.
Por todo esto, Juan II ordenó la detención de Carlos de Viana en Lérida el 2 de diciembre de 1460. También fue detenido su consejero principal, Juan de Beaumont.
La detención de Carlos de Viana reavivó la guerra civil y causó un levantamiento en Cataluña. Aunque fue liberado el 25 de febrero de 1461 y regresó a Barcelona, esto no impidió un nuevo levantamiento de los beaumonteses. Carlos de Viana pidió ayuda al rey Enrique IV de Castilla, quien movilizó un ejército que ocupó varias poblaciones en Navarra.
Carlos de Viana murió poco después, el 23 de septiembre de 1461, al parecer por una enfermedad. Aunque hubo rumores de que había sido envenenado por su padre o su madrastra, los historiadores creen que su muerte se debió a una enfermedad grave que ya padecía.
De la muerte de Carlos de Viana a la muerte de su hermana Blanca (1461-1464)
Según el testamento de la reina Blanca I de Navarra, al morir Carlos de Viana sin hijos, el reino de Navarra debía pasar a su otra hija, doña Blanca. Carlos de Viana también lo dejó así en su propio testamento.
Sin embargo, Gastón IV de Foix quiso asegurar que su esposa doña Leonor (hija de Juan II y hermana de Carlos y Blanca) fuera la siguiente en el trono de Navarra. Para ello, consiguió el apoyo del rey de Francia, Luis XI de Francia, y firmó un tratado con su suegro, Juan II, el 12 de abril de 1462. Este tratado reconocía los derechos de Juan II a la corona de Navarra y, después de su muerte, los de su hija Leonor.
Doña Blanca, que estaba vigilada en Olite, se negó a renunciar a sus derechos. Su padre decidió entregarla al conde de Foix. Con la excusa de un matrimonio, fue llevada a la fuerza al norte de Navarra. Durante el viaje, doña Blanca protestó y cedió sus derechos al trono de Navarra a Enrique IV de Castilla en caso de no poder recuperar su libertad o no tener hijos. También acusó a su padre de ser el "principal destructor de mi honor".
En abril de 1463, se hizo pública una decisión del rey Luis XI de Francia para poner fin al conflicto entre Juan II de Aragón y Enrique IV de Castilla. Esta decisión decía que una parte de Navarra pasaría a Castilla. Las Cortes de Navarra protestaron porque esto dividía el reino. Finalmente, los reyes de Castilla y Aragón negociaron un acuerdo aparte, firmado en Pamplona el 9 de julio de 1464. Este acuerdo estableció una tregua y los beaumonteses dejaron de luchar contra Juan II.
El primero en reconocer a Juan II fue Juan de Beaumont, quien había sido un importante líder beaumontés. Le siguieron el resto de los jefes beaumonteses. Juan II los perdonó y les devolvió sus tierras y honores. También se acordó que doña Blanca regresaría de su cautiverio en el Bearn y que las Cortes de Navarra se reunirían para hablar de la sucesión del reino y de la libertad de la princesa. Todo esto se firmó en Tarragona el 22 de noviembre de 1464.
Pero antes de que se hiciera público el acuerdo, se supo que la princesa doña Blanca había fallecido. Se desconoce el lugar y la fecha exacta de su muerte, aunque se cree que fue en Orthez el 2 de diciembre de 1464. Fue enterrada en la catedral de Lescar.
Consecuencias de la Guerra Civil
En septiembre de 1468, Juan II le escribió a su hija Leonor de Foix, quien gobernaba Navarra como su representante. En la carta, se veían las diferencias entre ellos por cuestiones de autoridad. Poco después, el obispo de Pamplona, que había intentado mediar, fue asesinado. Leonor y su esposo se rebelaron contra Juan II. En esta ocasión, los agramonteses apoyaron a Leonor, y los beaumonteses a Juan II.
Juana Enríquez, la esposa de Juan II, quería unir Navarra a Castilla y Aragón, bajo el gobierno de su hijo Fernando II, quien ya se había casado en 1469 con Isabel la Católica, futura reina de Castilla.
En 1474, a la muerte de Enrique IV de Castilla, Fernando e Isabel fueron proclamados reyes de Castilla. Fernando, que ya intervenía en los asuntos de Navarra, aumentó su influencia. En 1476, se autoproclamó "rey de Navarra", desafiando a su padre y a su hermana Leonor.
Fernando II consiguió el control de varias ciudades y fortalezas importantes en Navarra, poniendo soldados castellanos en el reino. Los beaumonteses, aliados de Fernando, consolidaron su posición. Las quejas de Leonor no fueron atendidas por su padre.
La sucesión de Juan II
Tras la muerte de Juan II el 20 de febrero de 1479, su hija Leonor de Foix fue proclamada reina de Navarra, pero murió solo 15 días después. Leonor nombró como heredero a su nieto Francisco I de Foix, que era menor de edad, y le aconsejó aliarse con el rey francés. Su madre, Magdalena de Francia, se hizo cargo del gobierno.
Los Reyes Católicos (Fernando e Isabel) intentaron casar a Catalina de Foix, hermana del heredero, con su hijo, pero no lo lograron. La muerte temprana de Francisco I de Foix en 1483 convirtió a Catalina en reina de Navarra. Ella se casó al año siguiente con Juan III de Albret.
Fernando II siguió aumentando su control sobre Navarra. En 1487, la familia del conde de Lerín (beaumonteses) se unió a otra familia noble por matrimonio. En 1488, se firmó un tratado entre los reyes de Navarra y los Reyes Católicos. Este tratado abría las fronteras al comercio, pero no reconocía a Catalina como reina de Navarra e imponía la presencia de tropas castellanas en el reino.
En estas condiciones, los reyes de Navarra retrasaron su ceremonia de coronación. Finalmente, fueron coronados el 13 de enero de 1494, pero las tropas castellanas permanecieron en el reino.
Hacia la invasión
En 1495, el padre de Juan III de Albret, Alano de Albret, hizo un nuevo acuerdo con Fernando II. En este acuerdo, el conde de Lerín fue obligado a abandonar Navarra, cediendo todas sus propiedades a Fernando II. Fernando II pasó a controlar importantes ciudades y fortalezas, y mantuvo una guarnición militar en Olite. El dominio de Castilla entre 1495 y 1500 fue, en la práctica, una ocupación militar.
En 1507, el conde de Lerín fue expulsado de Navarra con el apoyo de casi todos los navarros, y las tropas extranjeras también salieron. El conde de Lerín murió al año siguiente en el exilio. Su hijo, Luis de Beaumont, apoyado por Castilla, planeó cómo recuperar las propiedades de su padre. En la corte de Madrid, se empezó a hablar abiertamente de la invasión de Navarra.
Con la expulsión del conde de Lerín, que significó la derrota de los beaumonteses, la guerra civil de Navarra se consideró terminada. Sin embargo, la posición de Navarra, entre dos grandes potencias como la creciente España y Francia, llevó a una guerra de conquista por parte de España en 1512. En esta conquista, el hijo del conde de Lerín y otros líderes beaumonteses colaboraron con las tropas castellanas.
Galería de imágenes
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Juan II, llamado el Usurpador por los partidarios del príncipe Carlos de Viana
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Imagen del príncipe Carlos de Viana de un códice aragonés.
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Catedral de Lescar donde fue enterrada doña Blanca de Navarra.