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Marca Hispánica para niños

Enciclopedia para niños

La Marca Hispánica era una zona especial de frontera que existió en la península ibérica, al sur de los Pirineos. Fue creada a finales del siglo VIII por el Imperio carolingio, un gran imperio europeo de la época. En esta región, había varios reinos y condados que, al principio, tuvieron una relación política con el Imperio carolingio hasta finales del IX.

Esta zona fue como un "colchón" o barrera de defensa. El emperador Carlomagno la estableció en el año 795. Su objetivo era proteger el Imperio Carolingio de los omeyas de al-Ándalus, que eran los gobernantes musulmanes de gran parte de la península. A diferencia de otras zonas fronterizas del imperio, la Marca Hispánica no tenía una única forma de gobierno.

Después de que los musulmanes conquistaran Hispania, los carolingios intervinieron en el noreste de la península a finales del siglo VIII. Contaron con el apoyo de la gente de las montañas. El dominio de los francos (del Imperio carolingio) se hizo más fuerte tras conquistar Gerona en 785 y Barcelona en 801. Así, la Marca Hispánica quedó formada por condados que dependían de los reyes carolingios a principios del siglo IX. Para gobernar estos lugares, los reyes francos nombraron condes. Algunos eran francos y otros eran de la propia región, elegidos por su habilidad militar y su lealtad.

El territorio que se ganó a los musulmanes se convirtió en la Marca Hispánica. Se extendía desde Pamplona hasta Barcelona. Entre todos los condados, los más importantes fueron:

  • El de Pamplona, que se convirtió en reino a principios del siglo IX.
  • El de Aragón, que se hizo independiente en 828.
  • El de Urgel, que tuvo su propia familia gobernante desde 815.
  • Y el condado de Barcelona, que con el tiempo se volvió el más poderoso sobre sus vecinos, como Osona y Gerona.

¿Cómo era la geografía de la Marca Hispánica?

La gente que vivía en estas zonas fronterizas era muy diversa. Había grupos de las montañas, íberos, hispanorromanos, vascones, celtas, bereberes, judíos, árabes y godos. Con el tiempo, los líderes y las poblaciones de estos lugares buscaron ser más autónomos e incluso independientes.

El tamaño y la composición de la población cambiaban según la fuerza de los imperios y las ambiciones de los condes y gobernadores. A veces, un territorio cambiaba de manos sin batallas, solo con acuerdos económicos.

Algunas de las áreas que formaron parte de la Marca en diferentes momentos fueron: Barcelona, Besalú, Cerdaña, Conflent, Ampurdán, Gerona, Jaca, Osona, Pamplona, Pallars, Peralada, Ribagorza, Rosellón, Sangüesa, Sobrarbe, Urgel y Vallespir.

¿Cómo evolucionó la Marca Hispánica?

Durante el siglo IX, los condados carolingios se hicieron más fuertes. Sus gobernantes consiguieron más autonomía a medida que el Imperio carolingio se debilitaba por problemas internos. Algunos de estos condados incluso empezaron a tener buenas relaciones con los estados musulmanes vecinos.

La independencia de los condados occidentales del rey Carlomagno se vio influenciada por el fracaso en la toma de Zaragoza. Carlomagno quería intervenir en los asuntos de Al-Ándalus. Por eso, apoyó una rebelión de Sulayman ben al-Arabí, un gobernador de Barcelona, que quería ser emir de Córdoba con la ayuda de los francos. A cambio, Sulayman le entregaría Zaragoza a Carlomagno.

Carlomagno llegó a las puertas de Zaragoza en el año 778. Sin embargo, el gobernador de Zaragoza, Husayn, se negó a dejar entrar al ejército carolingio. Carlomagno decidió no asediar la ciudad porque estaba muy fortificada y su ejército estaba lejos de sus bases.

El 15 de agosto de 778, Carlomagno regresaba a su reino por el paso de Roncesvalles. Su ejército, el más poderoso del siglo VIII, había destruido la capital de los vascones, Pamplona. En Roncesvalles, los vascones, posiblemente animados por los hijos de Sulayman, emboscaron la retaguardia del ejército franco. Lanzaron rocas y dardos, causando una gran derrota. El sobrino de Carlomagno, Roldán, que estaba al mando de la retaguardia, murió en esta batalla. Este evento fue inmortalizado en la famosa canción Chanson de Roland.

El gobernador de Barcelona, Sulayman ben al-Arabí, junto con otros gobernadores que se oponían a Abderramán I, buscó la ayuda de Carlomagno en 777. El acuerdo no funcionó. Sulayman fue capturado por Carlomagno cerca de Zaragoza por traición. Durante la batalla de Roncesvalles, fue liberado por un ejército de vascones y musulmanes y regresó a Zaragoza. Sulayman envió a su hijo Matruh a controlar Barcelona y Gerona. Cuando su padre murió en 780, Matruh puso Barcelona bajo el control del emirato de Córdoba.

En 785, Gerona se entregó sin luchar. Carlomagno fundó el condado de Gerona y estableció una primera línea fronteriza a lo largo del río Ter.

En 789, el gobernador Husayn de Zaragoza se rebeló de nuevo y tomó el control de Zaragoza y Huesca. Cuando Matruh murió en 792, Sadun al-Ruayni tomó el poder en Barcelona. Sadun viajó a Aquisgrán, la capital del Imperio carolingio, en 797. Allí pidió ayuda al emperador contra el Emirato de Córdoba, que estaba bajo el control de Al-Hakam I. A cambio, ofreció la ciudad de Barcelona. Carlomagno envió a su hijo Ludovico Pío para tomar Barcelona pacíficamente en el otoño de 800. Pero Sadun no cumplió su palabra y se negó a entregar la ciudad. Los francos la atacaron. El asedio fue largo. Sadun escapó buscando ayuda de Córdoba, pero fue capturado. Entonces, Harun, el último gobernador de Barcelona, tomó el poder. Él quería seguir defendiendo la ciudad, pero sus propios aliados lo destituyeron y lo entregaron a los francos el 3 de abril de 801. Ludovico Pío avanzó hasta Tortosa. En 804 y 810, dos intentos de tomar Tortosa fracasaron. La contraofensiva musulmana hizo retroceder a los francos hasta el río Llobregat.

El Imperio carolingio se dividió pocas décadas después, tras la muerte de Luis I el Piadoso, hijo de Carlomagno. Sus tres hijos se repartieron el imperio en el Tratado de Verdún (843). La Marca Hispánica le tocó a Carlos, conocido como «el Calvo». Además de sus conflictos con sus hermanos, tuvo que enfrentar las invasiones de los normandos entre 856 y 861.

La costa mediterránea, que ya tenía torres de vigilancia contra la piratería berberisca, sufrió ataques de los normandos a partir del 858. Ellos subieron por el Ebro desde Tortosa, llegaron hasta el reino de Navarra, saquearon Pamplona y raptaron al rey navarro. También hicieron lo mismo en Orihuela, subiendo por el río Segura.

El 16 de junio de 877, Carlos el Calvo firmó la capitular de Quierzy. Este documento buscaba organizar el imperio y establecía que los principados y cargos de condes podían heredarse. Esta decisión ayudó a que los condados de la Marca Hispánica se volvieran independientes de hecho a finales del siglo IX.

¿Cómo nacieron los condados?

Archivo:Condados de la Marca
Los condados de la Marca Hispánica.

Después de la conquista musulmana de la península ibérica, los condados que luego formarían el Reino de Aragón (Aragón, Sobrarbe y Ribagorza) se crearon como zonas fronterizas carolingias. Al frente de ellos se ponía un marqués o gobernador franco. Sin embargo, el estado del condado de Sobrarbe no está claro, ya que los musulmanes controlaban su ciudad más importante, Boltaña, y las rutas comerciales de los Pirineos.

En cambio, sí se crearon monasterios y se cultivaron tierras en el Aragón original y en Ribagorza. El condado de Aragón se desarrolló alrededor del río Aragón, en los valles de Ansó, Hecho, Aisa y Canfranc. Su centro religioso y cultural era el monasterio de San Pedro de Siresa y, más tarde, la ciudad de Jaca.

A finales del siglo VIII, los cristianos de las montañas fueron dominados por los carolingios. Al frente del primer Aragón, pusieron a un conde franco llamado Aureolo. Cuando murió en 809, fuerzas musulmanas ocuparon brevemente el condado de Aragón. Pero en 810, el conde local Aznar I Galíndez, posiblemente con el apoyo del rey de Pamplona Íñigo Arista, recuperó el condado. Aznar I Galíndez estableció una dinastía de condes que gobernarían Aragón por herencia desde principios del siglo IX. Su hijo Galindo Aznárez I gobernó el condado de Aragón desde los años 830 hasta mediados o finales de los 860. Este poder también se extendió al condado de Pallars. El condado de Aragón se liberó de la dependencia de los francos, pero quedó bajo la influencia del reino de Pamplona. A pesar de esto, el condado aragonés mantuvo su propia identidad.

Sobrarbe era un territorio bajo la autoridad del gobernador de Huesca. Sin embargo, a partir del 775, se menciona a Blasco de Sobrarbe como señor de las tierras más al norte de este territorio. Poco después, esta zona norte se unió a los dominios del conde de Aragón. A principios del siglo X, se unió al condado de Ribagorza.

La incorporación de Ribagorza a la Marca Hispánica del Reino de los Francos pudo haber sido solicitada por los propios ribagorzanos. Desde el siglo IX, se formó como un territorio cristiano. Carlomagno incorporó este territorio al Reino de Aquitania y lo puso bajo el gobierno directo de los Condes de Tolosa. Debido a una crisis en el condado tolosano en 872, un noble carolingio, Raimundo I de Ribagorza-Pallars, se independizó de hecho. Él inició una dinastía de condes propia. A finales del siglo IX, el conde Wifredo el Velloso siguió su ejemplo.

Orígenes de los condados catalanes

Archivo:Europe 814-es
Europa a la muerte de Carlomagno.

Después de la conquista carolingia, en los territorios dominados por los francos, se mencionan distritos político-administrativos como Pallars, Ribagorza, Urgel, Barcelona, Gerona, Osona, Ampurias y Rosellón. Estos se llamaban condados. Dentro de ellos, había subdivisiones más pequeñas llamadas "pagos", como Berga o Vallespir.

El origen de estos condados o pagos es anterior a los carolingios. A menudo, sus límites coincidían con los de antiguas tribus íberas. Por ejemplo, el condado de Cerdaña correspondía al pueblo de los ceretanos. Esto significa que estos territorios ya tenían alguna organización política-administrativa en tiempos de los romanos y los visigodos, aunque no se llamaran condados. Los francos no crearon nuevas entidades, sino que mantuvieron las que ya existían.

Al principio, la autoridad de los condes recaía en la nobleza local. Pero cuando estos intentaron hacer sus territorios hereditarios, los carolingios los reemplazaron por condes de origen franco. Así, en Gerona, Urgel y Cerdaña, tuvieron que aceptar la autoridad franca en 785. Carlomagno también situó marqueses y consolidó su poder en Ribagorza, Pallars, Cerdaña, Besalú, Gerona, Osona y Barcelona. A lo largo de todo el siglo IX, estos condados hispánicos dependieron del emperador carolingio.

Los condados pirenaicos orientales, que más tarde formarían Cataluña, no solo dependían del Imperio carolingio en lo político, sino también en lo religioso. El poder religioso en estos condados dependió del arzobispado carolingio de Narbona durante más de cuatrocientos años. Esto muestra que la Marca Hispánica dependía tanto del poder civil como del religioso franco.

La frontera de la Marca Hispánica se mantuvo estable durante todo el siglo IX. Estaba delimitada por las sierras de Boumort, Cadí, Montserrat y Garraf.

Archivo:Evolución condados pirenaicos orientales
Condados pirenaicos procedentes de la Marca Hispánica de Carlomagno.

El siglo X estuvo marcado por la división política de los condados orientales. Sin embargo, el conde de Barcelona fue ganando poder. Desde principios de siglo, ya controlaba también Osona y Gerona. El siglo X fue el de mayor esplendor para el Califato de Córdoba. Por eso, el condado de Barcelona y el condado de Osona se mantuvieron a la defensiva. A pesar de esto, Almanzor atacó Barcelona en 985, la asedió durante más de una semana y finalmente la saqueó.

Solo cuando el califato de Córdoba se dividió, los condados de Urgel y de Barcelona pudieron pasar a la ofensiva. Al igual que otros estados cristianos, comenzaron a expandir su territorio. Lo hicieron repoblando tierras y con conquistas militares. También se financiaron cobrando "parias" (tributos) a las taifas musulmanas a cambio de no atacarlas.

Con el tiempo, los lazos de dependencia de los condados con la monarquía franca se debilitaron. La autonomía se consolidó cuando las familias de los condes lograron heredar sus títulos. Esta tendencia llevó a la unión de condados para formar entidades políticas más grandes.

El conde Wifredo el Velloso fue un ejemplo de esta tendencia. Su gobierno coincidió con una crisis que dividió el Imperio carolingio en principados feudales. A partir de entonces, los feudos francos se transmitieron por herencia. Wifredo fue el último conde de Barcelona nombrado por la monarquía franca y el primero que dejó sus estados a sus hijos. Logró unir varios condados bajo su mando. A su muerte en 897, la unidad se rompió, pero el núcleo formado por los condados de Barcelona, Gerona y Osona se mantuvo unido. Esto sentó las bases de la casa condal de Barcelona. Algunos historiadores catalanes consideran esto como el inicio de la independencia de estos condados de la Marca Hispánica.

Los condes que sucedieron a Wifredo en Barcelona mantuvieron su lealtad a los carolingios. Sin embargo, en 985, Barcelona, gobernada por el conde Borrell II, fue atacada e incendiada por Al-Mansur. El conde se refugió en las montañas de Montserrat, esperando la ayuda del rey franco, pero las tropas aliadas no llegaron. Esto causó un gran descontento. En 988, aprovechando el cambio de dinastía en Francia, el conde de Barcelona Borrell II no prestó el juramento de fidelidad al rey franco, a pesar de que se lo pidieron por escrito. Este acto se interpreta generalmente como el inicio de la independencia de hecho del condado de Barcelona.

¿Cómo era la vida en la frontera?

Archivo:Marca Hispanica Longnon 806
Mapa de la Marca española, Navarra y Vasconia en 806.

En el siglo X, no había una línea clara que separara los condados de la Marca Hispánica de al-Ándalus. La separación entre los territorios era imprecisa. No era una zona vacía, sino que había habitantes cuya lealtad no estaba clara. Además, a cada lado de la frontera, había personas que estaban bajo la autoridad de líderes civiles y religiosos del bando opuesto.

La franja de separación entre cristianos y musulmanes no tenía un tamaño uniforme. Cerca de Lérida y Balaguer, era más estrecha. Esto se debía en parte a la fuerza de estas dos ciudades musulmanas y a la supervivencia de comunidades cristianas que mantenían contacto con sus compañeros del otro lado. En cambio, era mucho más ancha al sudoeste de Barcelona. Allí, a lo largo del siglo, aparecieron castillos que atraían a nuevos pobladores. Estos castillos, a menudo en lugares altos y visibles, formaban una red de defensa y control del territorio. En los valles y llanuras, se multiplicaban los edificios religiosos, creando otra red que indicaba el crecimiento de los pueblos.

¿Cómo desapareció la Marca Hispánica?

Archivo:Empire almoravide-es
El imperio almorávide.

Con la división del califato de Córdoba a principios del siglo XI, la defensa del territorio musulmán quedó en manos de las taifas fronterizas. Los reinos y condados de la Marca Hispánica, ya libres de la monarquía franca, querían expandir sus dominios. Para ello, los gobernantes de las taifas no dudaron en usar tropas mercenarias cristianas. Por ejemplo, Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como El Cid Campeador, luchó por primera vez en la batalla de Graus (1063) como líder de mercenarios para el rey de la taifa de Zaragoza Al-Muqtadir.

El rey Ramiro I de Aragón había intentado varias veces tomar las ciudades musulmanas de Barbastro y Graus, que eran estratégicas. En 1063, Ramiro I sitió Graus, pero Al-Muqtadir, con un ejército que incluía tropas castellanas al mando de Sancho II de Castilla (y donde estaba un joven Rodrigo Díaz de Vivar), logró rechazar a los aragoneses. Ramiro I murió en esta batalla.

Al año siguiente, Sancho Ramírez, sucesor de Ramiro I, con ayuda de tropas francas, tomó Barbastro en 1064. Esto se considera la primera llamada a la cruzada conocida. Sin embargo, en 1065, Al-Muqtadir recuperó Barbastro.

La llegada de los almorávides frenó temporalmente esta expansión. Derrotaron a Alfonso VI de León en la batalla de Zalaca o Sagrajas en 1086 y tomaron los reinos de taifas. Los protegieron de los cristianos y ayudaron a su economía, pero su ocupación militar no era bien vista. En 1090, el imperio almorávide unificó las taifas, excepto la de Zaragoza, que mantuvo buenas relaciones con ellos.

Barbastro fue recuperada definitivamente en 1101 por el rey Pedro I de Aragón.

A principios del siglo XII, el conde Ramón Berenguer III de Barcelona había incorporado a sus dominios el condado de Besalú (1111), el de Cerdaña (1117 o 1118), y había conquistado parte del condado de Ampurias. También controlaba el de Provenza (desde 1112). Otros condados, como Pallars, Urgel, Rosellón o Ampurias, se integrarían más tarde en la Corona de Aragón.

Ramón Berenguer IV recibió el Condado de Barcelona a la muerte de su padre en 1131. En 1137, se firmaron los esponsales entre Ramón Berenguer IV y Petronila, hija de Ramiro II el Monje. La boda se celebró en 1150 en Lérida. Ramiro II entregó el reino a su yerno, pero no su título real. Ramón Berenguer firmó como Conde de Barcelona y Príncipe de Aragón. Ramiro II se retiró a un convento. De esta manera, se unieron el Reino de Aragón con el Condado de Barcelona. En 1157, nació su primer hijo, Ramón Berenguer, que reinaría como Alfonso II y se convertiría en el primer rey de la Corona de Aragón.

La independencia formal de los condados catalanes de Francia ocurrió el 11 de mayo de 1258 con el Tratado de Corbeil. En este tratado, Jaime I de Aragón y el rey de Francia Luis IX cedieron derechos sobre territorios. Los condados catalanes pasaron a depender únicamente del monarca de la Corona de Aragón.

El estado de Andorra en los Pirineos es un ejemplo de los señoríos feudales de la región y es la única parte de la Marca Hispánica que aún existe hoy.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Spanish March Facts for Kids

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