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Ofensiva de Cataluña para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Ofensiva de Cataluña
Guerra civil española
Parte de guerra civil española
GCE-Frente en nov 1938.svg
Mapa de España en noviembre de 1938, tras la batalla del Ebro
Fecha 23 de diciembre de 1938-10 de febrero de 1939
Lugar Cataluña: Provincias de Lérida, Tarragona, Barcelona y Gerona
Resultado Victoria decisiva franquista
Cambios territoriales El territorio catalán pasa a control franquista.
Beligerantes
Flag of Spain 1931 1939.svg República Española Flag of Spain under Franco 1938 1945.svg España franquista

Apoyado por:


Bandera de Alemania nazi Alemania nazi
Flag of Italy (1861-1946).svg Reino de Italia
Comandantes
Bandera de España Hernández Saravia
Bandera de España Enrique Jurado
Bandera de España Vicente Rojo Lluch
Bandera de España Juan Perea Capulino
Bandera de España Juan Guilloto León
Bandera de España Enrique Líster
Bandera de España Francisco Franco
Bandera de España Fidel Dávila Arrondo
Bandera de España Juan Yagüe
Bandera de España Rafael García Valiño
Flag of Italy (1861-1946).svg Gastone Gambara
Fuerzas en combate
Grupo de Ejércitos de la
Región Oriental

• 300 000 hombres
• 360 cañones
• 200 tanques
Aviación republicana (F.A.R.E.)
• 80 aviones
Ejército del Norte
• 300 000 hombres
• 565 cañones
Aviación sublevada
• 300 aviones
Legión Cóndor
• 70 aviones
Aviación Legionaria
• 120 aviones
Bajas
60 000 prisioneros
220 000 desarmados en Francia
sin datos

La ofensiva de Cataluña fue una serie de acciones militares que ocurrieron en Cataluña entre diciembre de 1938 y febrero de 1939. Fue parte de la guerra civil española. El objetivo principal de las tropas que avanzaban era tomar Barcelona y el resto de Cataluña, que había permanecido fiel al gobierno de la República desde el inicio de la guerra. Esta ofensiva terminó con la victoria de las tropas que avanzaban.

¿Por qué era importante Cataluña en la guerra?

Para tomar Cataluña, las fuerzas que avanzaban primero dividieron el territorio de la República en dos. Dejaron al sur las provincias de Valencia, Alicante y Murcia, y al norte un área más pequeña que incluía parte de Tarragona, y todas las provincias de Barcelona y Gerona. Esto se logró en abril de 1938, aislando a Cataluña.

Después de la batalla del Ebro (julio-noviembre de 1938), los ejércitos republicanos en Cataluña estaban muy debilitados. Habían perdido mucho equipo y muchos soldados experimentados. Aunque el ejército republicano todavía tenía unos 300.000 hombres, la mayoría eran reclutas nuevos con poco armamento. La aviación republicana también estaba en malas condiciones.

La retirada de las Brigadas Internacionales en octubre de 1938 también afectó a la República. Estas tropas, aunque no eran muchas, eran muy experimentadas. Además, Cataluña estaba en una situación difícil, rodeada por el Mediterráneo y el territorio controlado por las fuerzas que avanzaban. Solo la frontera con Francia al norte quedaba abierta.

¿Cómo se desarrolló la ofensiva?

El ataque inicial por el río Segre

El 23 de diciembre de 1938, las tropas que avanzaban comenzaron su ataque a lo largo del río Segre. Rompieron el frente republicano ese mismo día. Para detenerlos, el gobierno de la República envió al V Cuerpo de Ejército, que resistió durante doce días. Esto evitó que las tropas que avanzaban entraran masivamente por la zona de los ríos Ebro y Segre.

El río Ebro creció mucho debido a las lluvias de invierno, impidiendo que las tropas del general Juan Yagüe lo cruzaran. Por eso, la ofensiva se centró en la orilla oeste del Segre.

El ataque se detuvo por un tiempo debido al mal tiempo. La aviación de las fuerzas que avanzaban no pudo usar su poder. Sin embargo, el 3 de enero de 1939, un ataque con carros de combate obligó a los republicanos a retroceder. Ese mismo día, las unidades de Yagüe lograron cruzar el Ebro y atacaron a los republicanos por el sur, amenazando con rodearlos. El clima mejoró, permitiendo que la aviación de las fuerzas que avanzaban cortara las líneas de suministro republicanas.

Al día siguiente, las fuerzas que avanzaban atacaron Borjas Blancas, rompiendo el frente de nuevo y causando una retirada desordenada. El 5 de enero, Borjas Blancas y Artesa de Segre cayeron. La retirada republicana dejó una gran parte del frente sin defensas.

Las tropas republicanas que defendían la zona entre el Ebro y el Segre huyeron rápidamente para evitar ser rodeadas. Sus enemigos cruzaron el Ebro y establecieron una base en Ascó.

El mando republicano en Cataluña, liderado por el general Vicente Rojo, formó varias líneas de defensa. Pero estas líneas estaban poco protegidas y fueron superadas rápidamente. Las fuerzas republicanas tenían menos soldados y menos equipo. La URSS había dejado de enviar armamento, mientras que las fuerzas que avanzaban seguían recibiendo ayuda de Alemania e Italia.

La resistencia republicana se debilita

El 9 de enero, el gobierno de la República movilizó a jóvenes reclutas para aumentar sus tropas. Pero esta medida era difícil de aplicar por la falta de tiempo y la escasez de armas. A pesar de esto, el 8 de enero las fuerzas que avanzaban reanudaron su ataque y tomaron Montblanch el día 12. El 14 de enero, Valls cayó, permitiendo a las fuerzas que avanzaban concentrar sus fuerzas en Tarragona. Las líneas de defensa republicanas fueron rápidamente vencidas.

El general Juan Yagüe dirigió sus divisiones por la costa sin mucha resistencia. La mayoría de las tropas republicanas estaban defendiendo el flanco occidental. El ataque desde el sur no pudo ser detenido, y las tropas de Yagüe entraron en Tarragona y Reus el 15 de enero. Esto presionó a Barcelona, que ya sufría bombardeos diarios.

El 16 de enero, el gobierno de la República ordenó la movilización general de ciudadanos de 17 a 55 años y la militarización de todas las industrias. Pero era demasiado tarde. Miles de refugiados se dirigían a Barcelona, lo que causó una crisis de suministros. Los bombardeos diarios sobre la capital catalana desde el 17 de enero empeoraron la situación.

El 18 de enero, el gobierno declaró el "estado de guerra", dando autoridad civil a los militares. Sin embargo, esto no fue muy útil, ya que el frente estaba a solo 25 kilómetros de Barcelona. Los líderes militares estaban más preocupados por la moral de sus tropas.

Militarmente, las fuerzas republicanas carecían de suficiente equipo y municiones para defender una ciudad tan grande como Barcelona. La moral de las tropas era muy baja. Muchos reclutas no creían en la victoria y la población civil consideraba la guerra perdida.

La caída de Barcelona

Cuando se supo que Tarragona había caído, el frente republicano quedó expuesto. La retirada se convirtió en una huida desordenada de miles de refugiados: autoridades, funcionarios, civiles y soldados. Todos se dirigían rápidamente hacia la frontera francesa, a veces sin pasar por Barcelona.

Para evitar que miles de refugiados llegaran a los Pirineos, Francia abrió sus pasos fronterizos el 20 de enero para permitir la entrada de material de guerra para la República. Pero esto no ayudó a organizar ninguna defensa. La mayoría de las tropas republicanas estaban desmoralizadas por las derrotas y el desánimo de los refugiados. Muchos soldados jóvenes o mayores preferían rendirse.

El 22 de enero, el general Rojo informó al gobierno que el frente se había roto cerca de Barcelona. Las tropas republicanas habían abandonado sus posiciones. El gobierno ordenó la evacuación de todas las oficinas gubernamentales hacia Gerona y Figueras, más cerca de la frontera francesa. La noticia de la salida del gobierno se extendió esa misma noche, provocando una nueva huida caótica de civiles desde Barcelona hacia Francia.

Desde el 23 de enero, miles de personas huyeron de Barcelona, llevando a sus familias y pertenencias. Asaltaron almacenes de alimentos para sobrevivir. Las carreteras hacia el norte se llenaron de coches, camiones, bicicletas y personas a pie. Algunos organismos gubernamentales evacuaron con dificultad, ya que la mayoría de los vehículos estaban siendo usados por el ejército.

Funcionarios republicanos empacaron archivos. Militantes de partidos políticos quemaron documentos e identificaciones en las calles de Barcelona. Los prisioneros de las fuerzas que avanzaban fueron trasladados el 25 de enero. Ese mismo día, el ejército que avanzaba atacó Badalona, Sabadell (tomadas el 27) y Tarrasa (ocupada el 26), cruzando el río Llobregat.

El 24 de enero, el general José Brandaris de la Cuesta fue nombrado comandante militar de Barcelona, pero rechazó el cargo. Finalmente, el coronel Jesús Velasco Echave asumió la responsabilidad.

En la tarde del 24 de enero, con Manresa perdida, el gobierno republicano huyó a Gerona. La ciudad quedó en desorden. Las tropas de defensa del general Hernández Sarabia eran solo unos 6.000 combatientes desmoralizados. El presidente Manuel Azaña también había salido de su casa hacia el norte.

A pesar de la desmoralización, algunos militantes intentaron defender la ciudad. Ordenaron la movilización general de trabajadores para la defensa. Pero la gente se quedó en sus casas, desanimada por la evacuación de las autoridades. El general Rojo explicó que Barcelona se perdió porque no hubo voluntad de resistencia.

El 25 de enero, las fuerzas que avanzaban ocuparon el aeródromo del Prat.

Al amanecer del 26 de enero, las tropas que avanzaban llegaron a las cumbres del Tibidabo y Montjuic. Al mediodía, entraron en el centro de Barcelona, que estaba casi desierta, sin encontrar resistencia. Al mismo tiempo, los simpatizantes de las fuerzas que avanzaban salieron a las calles, celebrando su llegada. Las tropas republicanas evacuaron hacia el norte junto con miles de refugiados.

Archivo:Pro-Franco demonstration after the capture of Barcelona
Manifestación en Barcelona tras la toma de la ciudad por las fuerzas que avanzaban (1939)

La huida hacia la frontera francesa

Después de la caída de Barcelona, los refugiados continuaron su marcha hacia la frontera francesa a pie o en cualquier medio de transporte. Las tropas republicanas ofrecieron poca resistencia, desertando o uniéndose a las columnas de refugiados. Las carreteras costeras catalanas estaban llenas de autobuses, camiones, coches y carros con pertenencias y personas. El frío del invierno dificultaba la situación, y los ataques aéreos de las fuerzas que avanzaban sobre las columnas de refugiados causaban pánico.

El 25 de enero, el gobierno francés pidió una "zona neutral" en España para los refugiados, pero Francisco Franco rechazó la propuesta. Ante esto, Francia abrió la frontera a los refugiados españoles la noche del 27 de enero. El 28 de enero, 15.000 personas cruzaron a Francia, y el número aumentó en los días siguientes.

Inicialmente, el gobierno francés no quería acoger a todos los refugiados, pero era imposible detener a miles de civiles. Después del 28 de enero, Francia se opuso a dejar pasar a soldados republicanos, esperando que las autoridades republicanas usaran el material de guerra recién llegado para resistir.

Los refugiados llegaban agotados y hambrientos. Fueron alojados en campamentos improvisados cerca del Mediterráneo, cercados con alambre de púas y vigilados. Estos lugares carecían de suficiente alimento, agua, refugio y buenas condiciones sanitarias. Francia explicó que no esperaban un flujo tan grande de personas en tan pocos días y pidió ayuda internacional. Así comenzó un largo y difícil exilio para muchos españoles.

El avance de las fuerzas que avanzaban continuó casi sin resistencia. El 4 de febrero, las tropas del general Yagüe tomaron Gerona. Esto obligó al gobierno republicano a huir a Figueras. En el castillo de Figueras, el presidente del gobierno Juan Negrín celebró una reunión final del gabinete y de las Cortes republicanas el 1 de febrero, pidiendo que no hubiera represalias políticas.

El 3 de febrero, las tropas que avanzaban estaban a 50 kilómetros de la frontera francesa. Para entonces, cerca de 200.000 españoles ya habían cruzado a Francia. El 5 de febrero, el gobierno francés decidió abrir la frontera sin restricciones para cualquier refugiado republicano. Los soldados republicanos debían entregar sus armas para cruzar. Ese mismo día, el presidente de la República, Manuel Azaña, el presidente de la Generalidad catalana Lluís Companys y el antiguo lehendakari José Antonio Aguirre cruzaron la frontera.

El 8 de febrero, Figueras cayó, y el gobierno de la República, incluyendo al presidente Juan Negrín, también cruzó la frontera. El 10 de febrero, las tropas que avanzaban habían llegado a todos los pasos fronterizos en los Pirineos. Para esa fecha, cerca de 400.000 refugiados civiles y militares habían pasado de España a Francia. El 11 de febrero, tomaron el control de Llivia, un pequeño pueblo rodeado por territorio francés, ocupando así toda Cataluña.

Los ataques aéreos durante la ofensiva

En las tres primeras semanas de diciembre, antes de que comenzara la ofensiva, Barcelona y su puerto fueron atacados. También lo fueron Valencia, Sagunto, Alicante, Borjas Blancas, Cervera, Palamós, Mataró, Reus, Comarruga, Vendrell, Tarragona y Perelló. El ataque del 20 de diciembre en Tarragona, con veinte aviones, causó mucha destrucción.

Durante la campaña de Cataluña, casi todas las ciudades importantes que no habían sido ocupadas fueron atacadas, especialmente los puertos y las poblaciones costeras. El día de Navidad, Pons (con veinte muertos), Borjas Blancas y Castellans fueron atacadas. También las estaciones de tren de Tarragona, San Vicente de Calders y Torredembarra. El 26 de diciembre, Reus fue atacada (ocho mujeres murieron). El 27, Barcelona y su puerto fueron atacados, junto con Cervera, Tárrega, Mollerusa y Cubells. El 28, Comarruga, San Vicente de Calders, Hospitalet del Infante, Reus y el puerto de Barcelona sufrieron ataques. El 29, Vilaseca, Altafulla, San Vicente de Calders, Milá, Cubellas, Villalonga y Vallmoll fueron atacadas. El 31 de diciembre de 1938, el centro de Barcelona fue atacado, causando más de 50 muertos y unos 100 heridos.

A medida que el ejército que avanzaba se acercaba, Tarragona fue atacada con más fuerza. El 4 de enero fue atacada dos veces. Los ataques continuaron los días 6 y 9. El más fuerte fue el del 14 de enero, el día antes de la entrada de las tropas. Participaron 96 aviones. Incluso el 15 de enero, el puerto fue atacado por aviones Junkers Ju 87 Stuka. Lo mismo ocurrió con Reus (atacada los días 4, 5, 6, 12 y 14 de enero), Valls (los días 6 y 14 de enero) o La Espluga de Francolí (el 1 de enero, con siete muertos).

Barcelona también fue atacada en enero de 1939 antes de su ocupación el día 26. La ciudad sufrió ataques aéreos los días 4, 8, 9 y 16. Entre el 21 y el 25 de febrero, sufrió casi 40 ataques, la mayor intensidad de toda la guerra. Estos ataques tuvieron un efecto devastador en el ánimo de los barceloneses. Cuando las fuerzas que avanzaban entraron en la ciudad el día 26, no encontraron resistencia.

Entre la caída de Tarragona y Barcelona, casi todas las localidades entre ellas fueron atacadas. Entre el 18 y el 21 de enero, Sitges, Villanueva y Geltrú y Villafranca del Panadés fueron atacadas, causando pánico y muchas víctimas. El 19 de enero, Manresa fue atacada. Al día siguiente, Vich y Manlleu sufrieron muchos ataques. El 23, Martorell (ocho muertos) y el 25, Monistrol de Montserrat (que quedó casi en ruinas). Los días 24, 25 y 26, Granollers fue atacada, causando más de 30 muertos. El 25, Arenys de Mar fue atacada. El 26, el mismo día que las tropas entraban en Barcelona, Malgrat, El Masnou y Premiá de Mar fueron atacadas. Los días 28 y 29 de febrero, los bombardeos de La Garriga causaron 14 muertos.

Después de la toma de Barcelona, los ataques se concentraron en la provincia de Gerona, el último lugar bajo control republicano en Cataluña. Estos ataques fueron muy criticados porque no había unidades militares organizadas entre Barcelona y la frontera, solo miles de personas huyendo a Francia. La aviación de las fuerzas que avanzaban continuó atacando ciudades y pueblos de Gerona, causando muchas muertes entre la población civil que huía.

La ciudad de Gerona, que apenas había sufrido ataques importantes, fue atacada casi a diario desde el 27 de enero hasta su caída el 5 de febrero, causando 30 muertos. Otras localidades gerundenses también fueron atacadas: Ribas de Freser, San Quirico de Besora, Campdevánol (35 muertos), Sils, Massanet de la Selva, San Hilario Sacalm, La Bisbal del Ampurdán (más de 20 muertos), Palamós, Rosas, Puerto de la Selva y Ripoll (más de 20 muertos). El aeródromo de Vilajuïga fue uno de los objetivos más atacados.

En la última semana de la campaña de Cataluña (entre el 5 y el 10 de febrero), los ataques continuaron, especialmente sobre Figueras. Esta ciudad ya había sufrido ataques muy duros en enero y febrero. Los días 6 y 7 de febrero, Figueras, la última ciudad importante antes de la frontera, volvió a ser atacada. Se desconoce el número total de víctimas, pero se estima que fueron muchas. Los ataques terminaron el 10 de febrero de 1939, cuando las fuerzas que avanzaban llegaron a todos los pasos fronterizos.

Durante el mes y medio de la ofensiva de Cataluña, también fueron atacadas las ciudades y puertos de Valencia y Murcia. Valencia y su puerto fueron atacados varias veces en diciembre, enero y febrero. Alicante y su puerto también sufrieron ataques. Lo mismo ocurrió con Gandía, Denia y Cartagena.

¿Qué pasó después de la ofensiva?

La ofensiva causó que unas 400.000 personas cruzaran la frontera hacia Francia. Entre ellos había 220.000 soldados republicanos, 60.000 hombres civiles, 10.000 heridos y 17.000 mujeres y niños. Todos tuvieron que entregar sus armas al gobierno francés.

La ofensiva de Cataluña dejó un importante territorio republicano en manos de las fuerzas que avanzaban. Cataluña tenía valiosos recursos industriales y la segunda ciudad más importante de España. Además, toda la frontera francesa quedó bajo el control de las fuerzas que avanzaban. Esto dejó a la Segunda República Española en una situación muy difícil. Muchos líderes republicanos se convencieron de que la guerra estaba perdida.

Aunque el presidente del gobierno, Juan Negrín, regresó a la zona republicana el 10 de febrero, el presidente Manuel Azaña renunció a su cargo y se negó a volver a España. Otros líderes políticos y militares también se exiliaron. Consideraban que la guerra estaba perdida.

La victoria de las fuerzas que avanzaban significó una dura represión contra los republicanos que no pudieron huir a Francia. También se eliminó la autonomía de Cataluña y se prohibió el uso del idioma catalán en público. Estas medidas ya se habían aplicado en Lérida en abril de 1938 y ahora se extendieron a toda Cataluña.

Fuera de España, el resultado inmediato fue el reconocimiento diplomático del gobierno de Franco por parte de Gran Bretaña y Francia el 26 de febrero. La moneda republicana perdió casi todo su valor en los mercados mundiales. Era evidente que, tras la caída de Cataluña y la renuncia de Manuel Azaña, el triunfo de las fuerzas que avanzaban era cuestión de tiempo, aunque Madrid seguía resistiendo.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Catalonia Offensive Facts for Kids

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Ofensiva de Cataluña para Niños. Enciclopedia Kiddle.