Ofensiva de Asturias para niños
Datos para niños Ofensiva de Asturias |
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Frente Norte - Guerra civil española Parte de guerra civil española |
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![]() Frente del Norte. Asturias se aprecia en el extremo oeste de la zona republicana.
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Fecha | 1 de septiembre - 21 de octubre de 1937 | |||
Lugar | Asturias y parte de León (España) | |||
Resultado | Decisiva victoria sublevada | |||
Consecuencias |
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Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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Fuerzas en combate | ||||
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La ofensiva de Asturias fue un importante ataque militar que ocurrió durante la guerra civil española. Las tropas del bando sublevado atacaron la región de Asturias en septiembre de 1937. Esta zona era el último lugar en la costa del Mar Cantábrico que aún estaba bajo el control del bando republicano.
Las fuerzas republicanas en Asturias estaban en desventaja numérica. Además, se encontraban en una zona pequeña, aunque con montañas difíciles. No pudieron resistir por mucho tiempo el avance de las tropas sublevadas, que tenían más armas, como artillería y aviones.
Contenido
¿Qué pasó antes de la ofensiva?
Tras las derrotas republicanas en Bilbao y Santander, el territorio leal a la República en la costa Cantábrica se redujo. Quedó solo un área que incluía casi toda Asturias, excepto Oviedo y un camino que conectaba esta ciudad con Galicia. Esta parte de Oviedo y el camino estaban en poder de los sublevados desde octubre de 1936.
Desde marzo de 1937, los sublevados habían avanzado desde el este hacia el oeste. Esto hacía que la zona republicana en el Cantábrico se alejara cada vez más del resto de la España republicana. Las ofensivas republicanas de junio y julio de 1937 (Batalla de Brunete y Ofensiva de Zaragoza) no lograron reducir la presión de los sublevados sobre el Frente del Norte.
Cuando Santander cayó en manos de los sublevados el 26 de agosto de 1937, todas las tropas republicanas de la zona cantábrica se concentraron en Asturias. Esta región era la más lejana del resto de la España republicana. Esto dificultaba mucho el envío rápido de ayuda y refuerzos de aviación y artillería. La principal fuerza republicana era el XVII Cuerpo de Ejército, con unos 35.000 hombres y 150 piezas de artillería. También contaban con los restos del XIV Cuerpo de Ejército, que había escapado de Santander, con unos 8.000 a 10.000 soldados y 30 piezas de artillería.
¿Cómo se desarrolló la ofensiva?
El inicio del ataque
Los líderes del bando sublevado descansaron poco después de entrar en Santander. A finales de agosto, ya estaban preparando el ataque a la montañosa Asturias. El 1 de septiembre, las operaciones militares comenzaron de nuevo.
Mientras tanto, en Gijón, los líderes republicanos de la provincia formaron el Consejo Soberano de Asturias y León. Esta nueva institución, dirigida por Belarmino Tomás, consideró que la situación de guerra les impedía seguir las órdenes del gobierno republicano de Juan Negrín. Por ello, declararon a Asturias como territorio "soberano". El Consejo Soberano cambió al general Mariano Gamir como jefe del Ejército del Norte. Las tropas republicanas quedaron bajo el mando del coronel Adolfo Prada Vaquero desde el 29 de agosto. Prada Vaquero intentó organizar sus fuerzas, unas diez divisiones, lo mejor que pudo. Contó con la ayuda de su jefe de Estado Mayor, el comandante Francisco Ciutat.
El 5 de septiembre de 1937, las primeras tropas sublevadas, de la I Brigada de Navarra del general José Solchaga, encontraron una fuerte resistencia republicana en el paso de montaña de El Mazuco. Ese día comenzó la Batalla de El Mazuco. Varias unidades republicanas lucharon en esta zona. Después de una resistencia muy fuerte, los sublevados lograron superar las defensas republicanas tras muchos días de combate. El 22 de septiembre, las últimas tropas republicanas tuvieron que retroceder. Esto abrió un camino para que los sublevados entraran en Asturias. Las tropas navarras tomaron El Mazuco después de treinta y tres días de intensos combates.
Al principio, los republicanos esperaban detener a los atacantes en las montañas hasta que llegara el invierno. Pensaban que el frío detendría el avance de los sublevados. Pero a medida que la ofensiva avanzaba, esta posibilidad se hizo casi imposible.
La gran superioridad numérica de las tropas sublevadas y una buena estrategia les permitieron avanzar. También les ayudó la casi total ausencia de la aviación republicana. Esto impidió que los republicanos pudieran detenerlos desde el aire. Aunque el terreno montañoso de Asturias dificultaba los ataques aéreos, la aviación sublevada, con la ayuda de la Legión Cóndor, esperaba a que los enemigos se agruparan en zonas abiertas para atacarlos.
Cuando la resistencia republicana en El Mazuco terminó, los sublevados avanzaron hacia el centro de la zona republicana en Asturias. El 27 de septiembre, las tropas de la I Brigada Navarra tomaron Ribadesella. Luego, el 1 de octubre, los sublevados entraron en Covadonga. Esto les permitió amenazar el camino de todas las tropas republicanas que se retiraban hacia Gijón. El 14 de octubre, después de seis semanas de combates, los principales picos y posiciones estratégicas seguían en manos republicanas. Incluso algunos picos en la montaña leonesa seguían controlados por unidades republicanas.
Dentro de Asturias, la defensa republicana se hizo más fuerte, gracias al terreno montañoso. Sin embargo, la falta de soldados, municiones y apoyo aéreo no les permitió detener por mucho tiempo los ataques. El 10 de octubre, las tropas sublevadas ocuparon las dos orillas del río Sella. Al día siguiente, los republicanos perdieron Cangas de Onís. El general republicano Mariano Gamir Ulibarri comentó más tarde que hubo pocas deserciones en las filas republicanas durante la campaña de Asturias. La disciplina en las unidades republicanas fue muy estricta.
La importancia de los ataques aéreos
Durante la ofensiva de Asturias, los aviones de la Legión Cóndor, unos 50, se concentraron en bombardear los puertos. Especialmente los de Gijón y Avilés. Querían evitar que las tropas republicanas recibieran ayuda o pudieran escapar. Durante las primeras semanas, la Legión Cóndor estuvo en el Frente de Aragón. Su ausencia impidió un avance rápido de los sublevados. Cuando regresó al Frente Norte, su presencia se notó mucho.
Los primeros ataques de la Legión Cóndor a los puertos de Gijón y Avilés ocurrieron a finales de agosto. Hundieron dos barcos y dañaron otros. También resultó afectado el submarino republicano C-4, que fue a Burdeos para reparaciones y no regresó.

Los alemanes probaron una nueva técnica de bombardeo llamada "bombardeo en alfombra". Consistía en atacar objetivos en tierra volando en formación cerrada y a baja altura. En un terreno montañoso como Asturias, estas nuevas técnicas fueron muy efectivas. A medida que la campaña de Asturias llegaba a su fin, los bombardeos sobre Gijón y su puerto de El Musel se hicieron más intensos. El 20 de octubre, los bombarderos Heinkel He 111 de la Legión Cóndor hundieron el destructor Císcar en el puerto. Esto eliminó las posibilidades de escape de los líderes republicanos asturianos. El día anterior, el ministro de Defensa, Indalecio Prieto, había ordenado que el destructor saliera de inmediato. Sin embargo, varias órdenes contradictorias y el caos del momento lo mantuvieron en el puerto.
El final de la resistencia
En la mañana del 15 de octubre, las tropas sublevadas dirigidas por el general Antonio Aranda se unieron a las fuerzas de Solchaga en Infiesto. Esto acorraló a los republicanos entre Pola de Laviana y Villaviciosa. Desde el 17 de octubre, el Consejo Soberano de Asturias y León había considerado la posibilidad de una evacuación final. Pero el rápido avance de los sublevados impidió que la resistencia continuara.
Después de la caída de Infiesto y la unión de las dos columnas de tropas sublevadas, Gijón quedó vulnerable a un ataque directo. La ciudad no tenía opciones para defenderse por más tiempo. Faltaban municiones y los soldados estaban desanimados.
Para el 20 de octubre, era claro que Gijón caería en cuestión de horas. El Consejo Soberano de Asturias y León tuvo su última reunión al mediodía, con la presencia del coronel Prada. El Consejo ordenó la evacuación inmediata por mar a las 14 horas del 20 de octubre. Incluía a civiles y jefes militares. Esta operación se realizó bajo el ataque de la Armada sublevada. Ese mismo día, grupos de apoyo a los sublevados en Gijón tomaron algunos edificios públicos. Algunos líderes militares y políticos republicanos, como el coronel Francisco Galán, Belarmino Tomás y el dirigente Segundo Blanco, ya habían escapado por mar o aire. Los asesores extranjeros huyeron en los pocos aviones que aún funcionaban. Adolfo Prada logró escapar junto a muchos otros en un barco británico. Antes de que terminara el día 20, unos veintidós batallones republicanos se rindieron. El jefe de la Fábrica de armas de Trubia, el coronel José Franco Mussió, acordó entregar la fábrica intacta y luego se rindió.
La tarde del 21 de octubre, las tropas sublevadas de la IV Brigada de Navarra tomaron los últimos puntos de resistencia republicanos en Avilés y Gijón. Allí, redujeron los focos de resistencia de los soldados republicanos que no pudieron ser evacuados. Cuando los sublevados ocuparon Gijón, encontraron el puerto con muchos barcos hundidos o medio hundidos. Para el 27 de octubre de 1937, toda Asturias estaba en poder de los sublevados. Así terminó la Campaña del Norte, que había comenzado siete meses antes.
¿Qué pasó después de la ofensiva?
Después de la conquista de Asturias, hubo un periodo difícil para los que habían apoyado a la República. Muchos fueron tomados como prisioneros. Algunos fueron enviados a trabajar en batallones o a campos especiales. Otros fueron obligados a unirse al ejército sublevado.
Con la conquista de la costa cantábrica, el bando sublevado pasó a controlar una gran parte de la producción industrial de España. También controlaron la mayoría de la producción de carbón y casi todo el acero. La caída de Asturias también permitió a la Armada franquista mover sus barcos al Mar Mediterráneo. Allí, pudieron apoyar a otras unidades que estaban atacando las rutas de suministro de la República.
Sin embargo, muchos soldados republicanos que no fueron capturados se escondieron en las montañas asturianas. Formaron grupos de guerrilleros. Estos grupos continuaron luchando contra las autoridades sublevadas. Su actividad guerrillera hizo que el ejército sublevado tardara más en lanzar nuevas ofensivas.
Galería de imágenes
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Fotografía del destructor Císcar, hundido en el puerto de El Musel el 20 de octubre.