robot de la enciclopedia para niños

Batalla de Madrid para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Batalla por Madrid
Frente del Centro - guerra civil española
Parte de guerra civil española
Nationalist soldiers raiding Madrid, March 1937.jpg
Soldados franquistas asaltando un barrio, marzo de 1937
Fecha Asalto: 8-23 de noviembre de 1936
Sitio: 23 de noviembre de 1936-28 de marzo de 1939
Lugar Madrid, España
Coordenadas 40°25′08″N 3°41′31″O / 40.4189, -3.69194
Resultado
  • El ejército sublevado no es capaz de capturar Madrid en 1936
  • Madrid permanece bajo asedio hasta el final de la guerra.
  • La "5ª columna" captura Madrid en 1939.
  • Victoria inicial republicana
  • Victoria final sublevada
Consecuencias Final de la lucha organizada por parte de la República
Cambios territoriales
  • Ataque inicial: Los sublevados ocupan Carabanchel, la Casa de Campo y buena parte de la Ciudad Universitaria.
  • Ofensiva final: Caída de Madrid
Beligerantes
Flag of Spain 1931 1939.svg Bando republicano
Apoyada por:
Flag of the International Brigades.svg Brig. Internacionales
CNT FAI flag.svg Milicias confederales
Flag of the Bando Nacional (1936–1938).svg Bando sublevado
Apoyado por:
Bandera de Alemania Alemania nazi
Bandera de Italia Reino de Italia
Comandantes
Flag of Spain 1931 1939.svg José Miaja Menant
Flag of Spain 1931 1939.svg Vicente Rojo Lluch
Flag of Spain 1931 1939.svg Enrique Líster Forján
Flag of Spain 1931 1939.svg Adolfo Prada
Flag of Spain 1931 1939.svg Carlos Romero
Flag of Spain 1931 1939.svg José María Galán
Flag of Spain 1931 1939.svg Francisco Galán
Flag of Spain 1931 1939.svg Luis Barceló Jover  Ejecutado
Flag of Spain 1931 1939.svg Antonio Escobar
Flag of Spain 1931 1939.svg Emilio Bueno
Flag of Spain 1931 1939.svg José María Enciso
Flag of the International Brigades.svg Emilio Kléber
Flag of the International Brigades.svg Paul Lukács
Flag of the International Brigades.svg Hans Beimler
CNT FAI flag.svg Cipriano Mera
CNT FAI flag.svg José B. Durruti
Flag of the Bando Nacional (1936–1938).svg Emilio Mola
Flag of the Bando Nacional (1936–1938).svg Francisco Franco
Flag of the Bando Nacional (1936–1938).svg José Varela
Flag of the Bando Nacional (1936–1938).svg José Moscardó
Flag of the Bando Nacional (1936–1938).svg Ben Mizzian
Flag of the Bando Nacional (1936–1938).svg Asensio Cabanillas
Flag of the Bando Nacional (1936–1938).svg Rolando de Tella
Flag of the Bando Nacional (1936–1938).svg Fernando Barrón
Flag of the Bando Nacional (1936–1938).svg Antonio Castejón
Flag of the Bando Nacional (1936–1938).svg Francisco Delgado
Fuerzas en combate
Ejército del Centro
• 20 000-40 000 efectivos
• 50 tanques
• 70 piezas de artillera
Brigadas Internacionales
• 3 000-4 000 efectivos
Milicias confederales
• 4 000 milicianos
Aviación Republicana
• ?
Ejército de África
• 20 000 efectivos
• 30 tanques
Legión Cóndor
• 120 aviones
Aviación Nacional
• ?
Bajas
± 10 000 muertos y heridos ± 5 000-10 000 muertos
y heridos
Batalla del Cabo Espartel (1936) Batalla por Madrid Primera batalla de la carretera de La Coruña

La Batalla de Madrid, también conocida como la Defensa de Madrid, fue una serie de enfrentamientos importantes que ocurrieron en la zona de Madrid durante la guerra civil española.

Después de un intento de levantamiento militar en julio de 1936, Madrid permaneció bajo el control del gobierno de la Segunda República Española. Desde ese momento, capturar la ciudad se convirtió en un objetivo clave para las fuerzas del Bando sublevado. Madrid fue asediada desde el norte y luego desde el suroeste, hasta que finalmente cayó el 28 de marzo de 1939.

Durante los meses previos a los combates principales en noviembre, las fuerzas sublevadas recibieron apoyo militar de Alemania e Italia. El gobierno republicano, por su parte, comenzó a recibir ayuda de la Unión Soviética justo al inicio de la batalla.

Madrid, situada en la Meseta Central, no tenía grandes obstáculos geográficos que impidieran los movimientos de las tropas. La capital era muy importante por ser un centro político, militar y económico. Sin embargo, los primeros intentos de las fuerzas sublevadas de avanzar desde el norte fueron detenidos en la Sierra de Guadarrama a principios de agosto de 1936. A partir de entonces, las tropas que avanzaban desde el sur, lideradas por el general Francisco Franco, tomaron un papel más importante.

Aunque los combates más intensos ocurrieron entre finales de 1936 y principios de 1937, hubo enfrentamientos importantes cerca de la capital desde el verano de 1936. La Batalla de Madrid fue una de las primeras veces en la historia moderna en que se bombardearon zonas civiles dentro de una ciudad, algo que luego se repitió en otras ciudades durante este conflicto y en la Segunda Guerra Mundial.

Antecedentes de la Batalla por Madrid

Los primeros combates en la Sierra de Guadarrama

Archivo:Spanish Civil War front July 1936 (Spanish)
Áreas controladas por los sublevados al inicio del conflicto.

El general Emilio Mola fue el encargado de planificar el levantamiento militar. Su objetivo principal era tomar Madrid. El plan era atacar la ciudad desde varias direcciones: Valencia, Zaragoza, Burgos y Valladolid.

El levantamiento de julio de 1936 tuvo éxito en algunos lugares y fracasó en otros. En Madrid, la mayoría de los cuarteles militares se mantuvieron leales al gobierno. A pesar de esto, el general Mola logró enviar tres columnas de tropas desde Valladolid, Burgos y Pamplona. Estas fuerzas intentaron avanzar por el norte de Madrid, pero fueron detenidas en las montañas del sistema Central. A principios de agosto de 1936, el avance se detuvo, mostrando que el plan inicial de Mola para tomar Madrid desde el norte no había funcionado.

El avance de las fuerzas sublevadas hacia la capital

A principios de octubre, las fuerzas sublevadas reiniciaron su avance hacia Madrid. El plan original de Mola de atacar desde el norte, oeste y sur fue modificado, dando prioridad a los ataques desde el sur. La resistencia de las fuerzas republicanas se hizo más fuerte, aunque no lograron detener completamente el avance.

Las tropas que lideraban esta ofensiva eran principalmente de regulares marroquíes y legionarios, que habían estado luchando durante dos meses y estaban muy cansadas.

Mientras tanto, el general Franco recibió informes sobre la llegada de barcos soviéticos con material militar para el gobierno republicano. La Unión Soviética decidió apoyar a la República con asesores y equipo militar. El 15 de octubre, un barco soviético llegó a Cartagena con 50 tanques T-26 y asesores. Este nuevo material fue enviado rápidamente al frente de Madrid.

Además, se organizaron las Brigadas Internacionales, grupos de voluntarios de otros países que venían a luchar en España. Estas brigadas comenzaron a llegar a Albacete a principios de otoño. El apoyo de la Unión Soviética también aumentó la influencia de un partido político en el bando republicano.

El gobierno republicano, liderado por Largo Caballero, empezó a organizar la defensa de Madrid. Creó el Ejército Popular de la República el 10 de octubre. Este nuevo ejército buscaba unificar y profesionalizar a las milicias que hasta entonces habían sido la principal fuerza de defensa. Aunque estas milicias tenían mucho valor, les faltaba preparación militar. El objetivo era detener a las fuerzas sublevadas antes de que fuera demasiado tarde. El 29 de octubre, hubo un primer contraataque republicano en Seseña, donde se usaron los nuevos tanques T-26, pero las fuerzas republicanas fueron rechazadas.

Preparación de la Batalla

Los planes de ataque de las fuerzas sublevadas

Después del levantamiento de julio de 1936, Madrid se mantuvo leal a la República. Las tropas sublevadas se reunieron en el sur de la península ibérica. Desde el 2 de agosto, Madrid era su objetivo. En solo tres meses de combates, llegaron a las afueras de la Casa de Campo.

Las cuatro columnas de ataque se posicionaron el 6 de noviembre a siete kilómetros de la Puerta del Sol. Aunque encontraron algunos problemas, su avance no se detuvo. Las tácticas de ataque solían ser similares: un ataque frontal fuerte con artillería, seguido de un movimiento para rodear al enemigo. Esto solía causar confusión entre las milicias republicanas, que no tenían mucha experiencia militar.

Las fuerzas sublevadas consideraron varias opciones para entrar en Madrid. Una de ellas era avanzar por la Casa de Campo, cruzar el río Manzanares y entrar en la Ciudad Universitaria de Madrid. Desde allí, planeaban tomar otras áreas de la ciudad. También pensaron en extender el frente hacia el sureste, pero esa idea fue descartada. Finalmente, decidieron concentrar el ataque principal en el suroeste, hacia el Manzanares, mientras otras columnas presionarían en los puentes del sur para distraer a los defensores.

Organización de la defensa de Madrid

Archivo:Preparing Capital for Fascist Drive - Google Art Project
Milicianos preparando las defensas de Madrid, fotografía realizada en 1936.

Después de que las tropas sublevadas liberaran el asedio del Alcázar de Toledo, avanzaron directamente hacia Madrid. El 6 de noviembre de 1936, el gobierno republicano decidió trasladarse a Valencia para poder seguir dirigiendo la defensa del país. Antes de irse, encargó al general José Miaja la defensa de Madrid "a toda costa".

Se creó la Junta de Defensa de Madrid, con el general Miaja como presidente, para coordinar todos los recursos necesarios para la defensa de la capital. Miaja nombró a Vicente Rojo Lluch como jefe del Estado Mayor, quien fue clave en la organización de la defensa.

Con el gobierno en Valencia y las fuerzas sublevadas muy cerca, la Junta de Defensa de Madrid decidió el 7 de noviembre resistir el ataque. Se organizó la defensa de la ciudad, asignando a diferentes comandantes a distintos sectores:

Las fuerzas defensoras de Madrid, bajo el mando del general Miaja, sumaban unos 30.000 soldados al principio. Con la llegada de las Brigadas Internacionales, este número aumentó a unos 40.000 para el 16 de noviembre. Las fuerzas atacantes de Varela eran alrededor de 20.000 al inicio.

El desarrollo de la Batalla

Primera fase: El asalto y la lucha en la Casa de Campo

A principios de noviembre, el frente de batalla estaba a las puertas de Madrid. Las bases aéreas de Getafe y Cuatro Vientos cayeron rápidamente en manos de las fuerzas sublevadas. Esto fue muy importante, ya que sus pistas estaban muy cerca del centro de Madrid, lo que intensificó los bombardeos que ya se venían realizando desde agosto.

La moral de la gente de Madrid estaba baja, y el gobierno republicano se preparaba para evacuar la ciudad. El 6 de noviembre, el gobierno se trasladó a Valencia, que se convirtió en la nueva capital de la República. Para llenar el vacío de poder, se creó la Junta de Defensa de Madrid, presidida por el general José Miaja. Miaja, junto con Vicente Rojo Lluch, se encargó de organizar la defensa de la ciudad, construyendo trincheras y posiciones de artillería a lo largo del río Manzanares.

Archivo:Historia del Metro de Madrid-Cartografico 1936-1939
Mapa con las líneas en servicio del Metro de Madrid, en 1936. El metro fue ampliamente utilizado por los defensores de Madrid como transporte de municiones, equipo militar y soldados, como también para refugio y evacuación de personas.

El 8 de noviembre, las fuerzas sublevadas lanzaron su asalto final contra Madrid. Comenzaron a avanzar desde la Casa de Campo hacia el río Manzanares. La resistencia de las brigadas republicanas, lideradas por comandantes como Enrique Líster y Luis Barceló Jover, retrasó el avance. Los combates en la Casa de Campo continuaron los días 9 y 10. También hubo fuertes enfrentamientos en el Puente de Castilla, que finalmente fue volado.

El 9 de noviembre, llegó a Madrid la primera unidad de las Brigadas Internacionales, la XI Brigada Internacional, al mando de Emilio Kléber. Desfilaron por la Gran Vía y se dirigieron a la Ciudad Universitaria, preparando sus posiciones cerca del Manzanares y el Puente de los Franceses. Este puente era crucial, ya que conectaba la capital con la Sierra de Guadarrama y el norte de España.

Un hecho importante durante el asalto fue que las fuerzas defensoras encontraron una copia del plan general de los sublevados. Esto permitió a Vicente Rojo Lluch reorganizar las tropas en los puntos clave y anticipar los movimientos del enemigo. La aviación de las fuerzas sublevadas bombardeó intensamente las posiciones del Manzanares, la Gran Vía y las estaciones de tren. Sin embargo, los nuevos aviones soviéticos, conocidos como Chato y Mosca, comenzaron a disputar el control del cielo. La famosa frase «¡No pasarán!» se hizo popular, elevando la moral de la población de Madrid.

Segunda fase: Entrada en el Campus Universitario

Archivo:Puente de los Franceses (Madrid) 01
Puente de los Franceses, sobre el río Manzanares. Famoso y disputado puente durante la batalla con el objeto de la conquista de la Ciudad Universitaria de Madrid. Dio lugar a la copla titulada: puente de los Franceses. Al fondo, el puente de Castilla.

El 15 de noviembre, las fuerzas sublevadas lanzaron un nuevo asalto con apoyo de tanques, tomando por sorpresa a los defensores. El avance fue acompañado de un fuerte bombardeo de artillería. Los tanques atacantes quedaron atascados en el lecho arenoso del río Manzanares. Se voló el puente de la carretera para evitar el avance enemigo, y se reforzaron las barricadas.

Los combates del día 15 fueron muy duros, con muchas bajas para las fuerzas atacantes. A pesar de varios intentos, no lograron cruzar el río. Sin embargo, por la tarde, algunos soldados de las fuerzas sublevadas lograron cruzar el Manzanares y se dirigieron a la Ciudad Universitaria. Este ataque causó confusión entre las fuerzas republicanas en la Ciudad Universitaria. La Junta de Defensa de Madrid decidió enviar tanques para apoyar a las fuerzas defensoras.

Durante el día 15, se construyeron barricadas en la Ciudad Universitaria. La XI Brigada Internacional fue enviada a defender las facultades. La noche del 15 al 16, la Junta de Defensa de Madrid preparó un plan para aliviar la presión en el campus.

El avance y el establecimiento del frente

En la madrugada del 16 de noviembre, las fuerzas sublevadas lograron establecer una posición al otro lado del Manzanares, después de un fuerte bombardeo. Las fuerzas defensoras contaron con nuevas piezas de artillería y la incorporación de la 2.ª Brigada Mixta del Ejército Popular de la República. El general Paul Lukács fue enviado a reforzar la Ciudad Universitaria.

El 16 de noviembre, las tropas sublevadas tomaron la Casa de Velázquez y la Escuela de Ingenieros Agrónomos. La Casa de Velázquez fue defendida por una compañía de brigadas internacionales. Madrid y la zona de Moncloa fueron bombardeadas intensamente desde el 16 hasta el 20 de noviembre. El contraataque de las fuerzas defensoras se vio dificultado por el avance enemigo.

El 17 de noviembre, las fuerzas sublevadas sufrieron muchas bajas. La aviación bombardeó intensamente el Paseo Rosales y las orillas del Manzanares.

Archivo:Stamps of Germany (DDR) 1966, MiNr 1198
Sello conmemorativo de 1966 emitido en la RDA conmemorando la Defensa de Madrid como la muerte de Hans Beimler, comandante del Batallón Thälmann.

El 17 de noviembre fue un momento clave. Las fuerzas sublevadas tomaron el Asilo de Santa Cristina y atacaron el Hospital Clínico, donde hubo combates muy duros. También ocuparon la Fundación del Amo, la Residencia de Estudiantes y el Instituto de Higiene. Los combates fueron muy intensos. Ese día, el general Miaja y Rojo lograron detener una retirada de tropas en el Parque del Oeste. La conquista del Hospital Clínico marcó el punto más avanzado del ataque en la Ciudad Universitaria. Algunas fuerzas sublevadas llegaron a la Plaza de España, causando pánico en las calles de Madrid, pero fueron rápidamente rechazadas.

En este punto, las fuerzas atacantes estaban agotadas. El número de soldados atacantes en la zona no superaba los 2.000, mientras que los defensores eran 11.000. Las fuerzas atacantes intentaron romper la resistencia de Madrid con bombardeos aéreos masivos. Miles de bombas cayeron en el centro de Madrid, afectando hospitales y estaciones de metro. Se usaron bombas incendiarias para extender el pánico. Madrid no tenía muchos refugios ni cañones antiaéreos.

Los bombardeos continuaron el 18 de noviembre. En los edificios universitarios, las fuerzas se enfrentaban piso por piso, lanzándose granadas. La confusión era grande. El Hospital Clínico fue uno de los puntos más disputados. La XII Brigada Internacional entró en combate. Muchas calles del Barrio de Arguelles y el Paseo de Rosales se llenaron de barricadas.

Miles de heridos se acumulaban en la ciudad. Las fuerzas atacantes no podían evacuar a sus heridos, y muchos fallecieron en el campo de batalla. La Facultad de Filosofía y Letras fue escenario de intensos combates. Alemania e Italia reconocieron al gobierno del general Franco el 18 de noviembre, lo que animó a las tropas sublevadas.

El 19 de noviembre, el silencio en los frentes de la Ciudad Universitaria se rompió por los gritos de los heridos. El Palacio de Liria fue afectado por los bombardeos. Nuevas unidades de las Brigadas Internacionales reemplazaron a las que habían sufrido muchas bajas.

Ese día, el líder anarquista Buenaventura Durruti fue herido de muerte cerca del Hospital Clínico. Hay varias versiones sobre su fallecimiento. La noticia de su muerte se mantuvo en secreto por un tiempo, pero pronto se extendió por Madrid.

La muerte de Durruti desmoralizó a su unidad, que se retiró del frente. Finalmente, fueron reemplazados por otra unidad, y se lanzó un contraataque. La batalla en torno al Hospital Clínico continuó hasta el 23 de noviembre. La defensa de la facultad de Filosofía y Letras impidió el avance de las fuerzas sublevadas, pero se perdieron los Institutos de Higiene y del Cáncer, así como el Hospital Clínico. A partir de entonces, ambos ejércitos, agotados, se dedicaron a mantener y fortificar sus posiciones, y los combates disminuyeron, convirtiéndose el frente en una línea de trincheras y búnkeres.

El mismo día 20, el líder de un partido político, José Antonio Primo de Rivera, fue condenado a muerte y fusilado en Alicante. La noticia se ocultó por un tiempo en el bando sublevado.

El 21 de noviembre, el anarquista Ricardo Sanz García reemplazó a Durruti. Muchas tropas defensoras abandonaron el frente. Las fuerzas atacantes concentraron casi tres mil soldados en la Ciudad Universitaria. La lucha era tan intensa que muchas unidades se desmoronaron. La Casa Velázquez ardió y el Hospital Clínico se perdió.

Tres cuartas partes de la Ciudad Universitaria estaban en poder de las fuerzas atacantes. La batalla en Carabanchel se libró casa por casa. Los enfrentamientos tácticos fueron disminuyendo. El 22 de noviembre, el escultor Emiliano Barral falleció en el frente de Usera mientras participaba como miliciano. Se comenzó a fortificar la segunda línea defensiva de la ciudad.

La Reunión de Leganés

El 23 de noviembre, se celebró una reunión importante en Leganés a la que asistieron Francisco Franco y otros generales. El objetivo era revisar la situación. Se decidió cambiar la estrategia: renunciar al ataque frontal a Madrid y aceptar que la guerra se prolongaría, convirtiéndose en una guerra de desgaste (una guerra larga y agotadora).

Esta decisión significó que la "Batalla de la Ciudad Universitaria" se convirtió en un frente fijo, y la "Defensa de Madrid" se trasladaría a nuevas zonas al noroeste. La idea era aislar Madrid mediante movimientos envolventes. Esto llevó a la Primera batalla de la carretera de La Coruña en diciembre, la Batalla del Jarama en febrero de 1937, y la Batalla de Guadalajara en marzo de 1937. Franco decidió mantener sus tropas en las posiciones más avanzadas que habían logrado, lo que llevó a una nueva forma de combate: la guerra de minas.

Los bombardeos en la Batalla de Madrid

Los bombardeos sobre la capital

En la noche del 27 al 28 de agosto de 1936, Madrid fue bombardeada por primera vez. Un avión alemán lanzó bombas sobre el Ministerio de la Guerra y la Estación del Norte, causando una víctima mortal y varios heridos. A partir de entonces, Madrid se convirtió en la primera gran ciudad europea en ser bombardeada por la aviación. Las autoridades tomaron medidas para proteger a la población, señalando refugios, aunque no se preparó la ciudad de forma sistemática para una guerra moderna.

Archivo:Running to the nearest shelter - Google Art Project
Jóvenes huyendo de un proyectil caído en la Gran Vía.

A medida que las tropas sublevadas se acercaban a Madrid, los bombardeos se intensificaron, tanto por aviación como por artillería. El 4 de noviembre tuvo lugar el primer gran bombardeo. A mediados de noviembre, cuando el ataque frontal a Madrid se detuvo, comenzaron los ataques masivos y metódicos contra la población civil. El objetivo era desmoralizar a la gente y forzar la rendición de la Junta de Defensa de Madrid.

Sin embargo, estos bombardeos no lograron su objetivo. En lugar de desmoralizar a los madrileños, aumentaron su deseo de resistir. Una secretaria de la época recordaba que los bombardeos solo enfurecían a la gente y aumentaban su decisión de luchar.

Archivo:Bombardeo del 17 de noviembre de 1936 sobre Madrid
Impacto de una bomba en la Puerta del Sol el 17 de noviembre de 1936.

La mayoría de los bombardeos fueron realizados por aviones alemanes, a los que los madrileños llamaban "las tres viudas". Se usaron bombas incendiarias, y algunos edificios históricos, como el Museo de Arte Moderno y el Museo de Arqueología, fueron afectados. Madrid no tenía muchos medios de defensa antiaérea. El 8 de noviembre, catorce aviones alemanes bombardearon la capital, causando muchas víctimas. Un diplomático británico herido declaró que estos bombardeos nocturnos sobre el centro de una ciudad eran "el crimen más abominable de la Historia".

Del 9 al 15 de noviembre, hubo miles de víctimas. Hospitales como el de San Carlos y Santa Isabel fueron bombardeados. El ataque del 16 de noviembre al Museo del Prado causó un gran escándalo internacional y llevó a la decisión de trasladar los cuadros más importantes a Valencia. Ese mismo día, la Biblioteca Nacional también fue bombardeada, lo que obligó a trasladar sus 630.000 volúmenes. Los bombardeos nocturnos se hicieron comunes. Madrid era un caos, y la gente se refugiaba en el metro o en los portales.

Archivo:Potez 54
Avión Potez 54

Los días 18 y 19 de noviembre de 1936, Madrid sufrió una durísima oleada de bombardeos, con 133 víctimas civiles. El cuerpo diplomático protestó por los "bombardeos aéreos que causan numerosas víctimas indefensas en la población civil, entre ellas, tantas mujeres y niños". Un periodista francés, Louis Delaprée, también denunció los bombardeos indiscriminados. Los bombardeos continuaron en los meses siguientes, aunque a partir de enero de 1937, el bombardeo de artillería desde la Casa de Campo fue más frecuente que el aéreo.

A principios de abril de 1937, las autoridades republicanas publicaron cifras oficiales de los daños. Un total de 980 edificios, incluyendo escuelas, iglesias, hospitales y museos, habían sido dañados. 907 personas habían fallecido al instante, 2.800 resultaron heridas (370 de las cuales fallecieron después), y 430 desaparecieron. En total, la cifra de fallecidos ascendía a 1.491. El barrio de Madrid menos afectado fue el barrio de Salamanca, ya que no fue bombardeado por orden de Franco. El centro y el barrio de Argüelles fueron los más afectados, con edificios en ruinas y calles destrozadas.

Archivo:I-15 Polikarpov Tinker
Avión I-15 Polikarpov "Chato" republicano

La participación de los cazas soviéticos

Los aviones enviados por la Unión Soviética jugaron un papel muy importante en la defensa de Madrid. Los 132 cazas soviéticos, conocidos como "Moscas" y "Chatos", disputaron el control del aire a los aviones alemanes e italianos.

El 4 de noviembre, los "Chatos" entraron en acción, dispersando a los cazas enemigos y derribando 6 aviones en los días siguientes. El 13 de noviembre, 13 "Chatos" se enfrentaron a 14 cazas italianos, pero no lograron eliminarlos del cielo.

Archivo:Polikarpov I-16-Spain (clipped)
Un Polikarpov I-16, "Mosca", de la Fundación Infante de Orleans (2008).

Los cazas soviéticos también tuvieron una actuación destacada en febrero de 1937, durante la Batalla del Jarama, impidiendo los bombardeos de los aviones alemanes. Sin embargo, el 18 de febrero, las fuerzas sublevadas recuperaron el dominio del aire.

También intervinieron en la Batalla de Guadalajara, donde lograron la superioridad aérea porque los aeródromos improvisados de las fuerzas sublevadas estaban embarrados por las lluvias. Los republicanos usaron los aviones incluso para la guerra psicológica, lanzando folletos que invitaban a las tropas italianas a desertar. El 12 de marzo, la aviación apoyó el avance de las tropas republicanas, que lograron detener la ofensiva italiana.

Los bombardeos de los puertos del Mediterráneo

Archivo:Savoia-Marchetti S.M.81
Avión italiano Savoia-Marchetti S.M.81 utilizado por la Aviación Legionaria desde su base en Mallorca para bombardear las ciudades y los puertos republicanos de la costa mediterránea.

En octubre de 1936, llegaron los primeros envíos de material de guerra de la Unión Soviética, destinados principalmente a la defensa de Madrid. Las fuerzas sublevadas intentaron impedirlo bombardeando los puertos del Mediterráneo, especialmente Cartagena, que era el puerto principal de llegada.

El 18 de octubre, Cartagena sufrió el primer gran ataque aéreo, pero las defensas antiaéreas impidieron que el puerto sufriera daños graves, aunque hubo 22 víctimas mortales y decenas de heridos. Los bombardeos continuaron en los días siguientes, realizados por aviones italianos y alemanes. Entre octubre y diciembre, Cartagena fue bombardeada nueve veces, causando 65 víctimas mortales, la mayoría civiles. A pesar de estos bombardeos, el objetivo de impedir el desembarco de armas no se cumplió.

Alicante y su puerto fueron bombardeados el 5 y el 28 de noviembre de 1936, causando víctimas y pánico. La armada sublevada también bombardeó otros puertos, como Rosas en Gerona el 30 de octubre. Con la ayuda de la armada italiana, se inició un bloqueo en el Mediterráneo para impedir la llegada de barcos soviéticos. Franco anunció el bloqueo el 3 de octubre, amenazando con bombardear Barcelona, lo que provocó que muchos extranjeros abandonaran la ciudad. El crucero Canarias continuó bombardeando puertos como Almería (8 de noviembre) y Barcelona (10 de noviembre). A mediados de febrero de 1937, Barcelona y Valencia (la capital de la República en ese momento) sufrieron sus primeros bombardeos graves por parte de buques italianos. También se bombardearon zonas de la costa catalana para cortar las comunicaciones con Francia.

Las consecuencias de los bombardeos

Durante la Batalla de Madrid, los bombardeos tuvieron consecuencias. Las más graves ocurrieron el 6 de diciembre de 1936 en Guadalajara, después de un bombardeo aéreo que causó 18 víctimas mortales y muchos daños. Ese día, civiles y milicianos atacaron la cárcel y causaron la muerte de cerca de 280 presos. Los esfuerzos del gobernador civil para evitarlo fueron inútiles.

En cambio, el intento de atacar la cárcel de Alcalá de Henares dos días después, como respuesta a otro bombardeo, fue impedido por Melchor Rodríguez García, director general de Prisiones. Él se interpuso y logró detener a la multitud, diciéndoles que si querían luchar, fueran al frente.

Maniobras para rodear Madrid (noviembre de 1936 - marzo de 1937)

Archivo:Casamatas
Casamatas que defendieron el valle del Manzanares, Parque Lineal del Manzanares, Madrid

Al fracasar el ataque frontal, las fuerzas sublevadas decidieron intentar rodear Madrid por el noroeste. Concentraron sus fuerzas para cortar la carretera de La Coruña y así aislar la capital. En el primer intento, a finales de noviembre (la Primera batalla de la carretera de La Coruña), solo avanzaron tres de los siete kilómetros previstos. El segundo intento en diciembre también fracasó.

El tercer y último intento, a principios de enero de 1937, fue la "primera batalla importante de la Guerra Civil Española en campo abierto". Para este ataque, las fuerzas sublevadas organizaron un gran ejército con tanques italianos y artillería pesada. Las fuerzas republicanas, bajo el mando del general José Miaja y el coronel Vicente Rojo Lluch, desplegaron un ejército de cinco divisiones. Entre el 3 y el 6 de enero de 1937, las fuerzas sublevadas atacaron, pero las fuerzas republicanas resistieron, y el 15 de enero, el avance se detuvo.

Para algunos historiadores, esta batalla marcó el fin de la Batalla de Madrid en sí. Madrid no cayó, pero una gran parte de su perímetro estaba ocupada por las tropas de Franco, que intentaban cortar sus comunicaciones y desmoralizar a la población. La ciudad había detenido el avance de las fuerzas sublevadas por primera vez. Sin embargo, la gente de Madrid se dio cuenta de que la guerra sería larga y difícil, con más bombardeos y escasez.

Fracasado el intento de rodear Madrid por el noroeste, las fuerzas sublevadas lo intentaron por el sureste, avanzando hacia el Jarama para cortar la importante carretera de Valencia, por donde llegaban la mayoría de los suministros a Madrid. La Batalla del Jarama comenzó el 4 de febrero y terminó el 23 de febrero de 1937 sin que las fuerzas sublevadas lograran su objetivo.

Después de este intento, ambos bandos estaban agotados. Fue entonces cuando los oficiales italianos presentaron un plan para atacar el frente republicano de Guadalajara, con la idea de rodear Madrid desde el noreste.

Archivo:Bundesarchiv Bild 183-P0214-513, Spanien, Schlacht um Guadalajara
Avances de las tropas italianas del CTV durante la Batalla de Guadalajara.

Este último intento de rodear Madrid dio lugar a la Batalla de Guadalajara. La idea italiana era atacar Madrid desde el noreste, tomar Guadalajara, cortar la carretera de Valencia y entrar en la capital. El 8 de marzo, comenzó el ataque italiano, pero el 12 de marzo, las tropas republicanas lanzaron un contraataque que hizo retroceder a una división italiana. El 19 de marzo, las fuerzas republicanas detuvieron su avance y organizaron líneas de defensa. La batalla de Guadalajara terminó el 23 de marzo de 1937. La prensa internacional la llamó la "primera victoria contra el fascismo".

Las lluvias en Guadalajara dificultaron el avance italiano, y la resistencia republicana aumentó. En pocos días, la ofensiva italiana se estancó, y los republicanos contraatacaron, recuperando terreno y causando una derrota a los italianos. Para Francisco Franco, esto confirmó que Madrid era un objetivo muy difícil, y decidió pasar a la defensiva en este frente, concentrándose en el Frente Norte.

Los historiadores coinciden en que el general José Miaja y, sobre todo, su jefe de Estado Mayor, el coronel Vicente Rojo Lluch, fueron clave para el éxito republicano en la Batalla de Madrid.

Archivo:Columna Romero- croquis de situación de fuerzas y armas de fuego- Archivo General Militar de Ávila
Columna Romero- croquis de situación de fuerzas y armas de fuego. Defensa de Madrid.

El largo asedio de la ciudad

Archivo:Edificio de la Diputación Provincial de Madrid 1939
El edificio de la Diputación Provincial en ruinas después de la Batalla de Madrid.

Desde abril de 1937, la presión de las fuerzas sublevadas sobre Madrid se limitó a un asedio constante. Francisco Franco decidió esperar a que Madrid se agotara antes de atacar. Después de los fracasos en tomar Madrid, la estrategia de las fuerzas sublevadas se centró en controlar la zona norte de España que seguía leal a la República.

Ante esta situación, el Estado Mayor republicano decidió lanzar una ofensiva para distraer a las tropas del Frente Norte. Las tropas del frente del centro eran las únicas que habían demostrado ser efectivas, por lo que la ofensiva se planeó en ese sector.

El ataque comenzó el 6 de julio, conquistando varias poblaciones, incluyendo Brunete. Aunque las fuerzas republicanas tuvieron un fuerte impulso al principio, las fuerzas sublevadas lograron contraatacar y reconquistar Brunete y otras localidades. Para el 26 de julio, los combates habían terminado sin que el plan republicano se cumpliera, y con muchas bajas en ambos bandos. Después de Brunete, no hubo más ofensivas importantes en la zona.

La ciudad de Madrid resistió el asedio durante meses, casi hasta el final de la guerra. Las condiciones para la población de Madrid se hicieron cada vez más difíciles, con escasez de alimentos y medicinas. Los bombardeos aéreos y el cañoneo desde el Cerro Garabitas empeoraban la vida diaria de los madrileños, aunque se adaptaron lo mejor que pudieron. Los republicanos intentaron varias ofensivas y ataques alrededor de Madrid para aliviar la presión sobre la ciudad. A lo largo de 1937 y 1938, se realizaron muchos asaltos al Cerro Garabitas para intentar desalojar el puesto de artillería, pero ninguno tuvo éxito. En la Ciudad Universitaria, también hubo tiroteos constantes.

Cuando el Frente Norte cayó, Franco volvió a fijarse en Madrid y planeó una ofensiva final para el invierno de 1937-38. Sin embargo, la inteligencia republicana se dio cuenta de la acumulación de material, y el jefe del Estado Mayor, Vicente Rojo Lluch, decidió atacar Teruel para distraer a las fuerzas sublevadas de sus planes sobre Madrid. Franco suspendió sus planes sobre Madrid y acudió a Teruel. La situación en el frente de la capital se mantuvo sin cambios, aunque la escasez de alimentos continuó durante 1938. En esta época, hubo pocos combates, solo algunos tiroteos esporádicos, pero el ánimo de las fuerzas republicanas fue decayendo.

El intento de acuerdo y la rendición final

A principios de 1939, la moral de las tropas que defendían Madrid estaba muy baja debido al rumbo general de la guerra y la creciente escasez de alimentos. Después de la caída de Cataluña, quedó claro que la guerra estaba perdida. Empezó a crecer el rechazo a la política de seguir resistiendo, defendida por el gobierno de Juan Negrín y apoyada por un grupo político.

El coronel Segismundo Casado, comandante del Ejército del Centro republicano, lideró este descontento. Él no estaba de acuerdo con la influencia de un grupo político en el ejército y había contactado con miembros de las fuerzas sublevadas en Madrid.

Cuando el gobierno de Negrín regresó a la zona centro-sur desde Francia, el plan de Casado ya estaba muy avanzado. El intento de acuerdo se produjo entre el 5 y el 6 de marzo de 1939. Otros jefes militares, como el general José Miaja Menant y Cipriano Mera, se unieron. Se formó el Consejo Nacional de Defensa, presidido por el general Miaja, pero cuyo líder real era el coronel Casado.

El intento de acuerdo tuvo éxito en Madrid y el resto de la zona centro-sur. Sin embargo, las tropas leales a los mandos de un grupo político en Madrid reaccionaron. Luis Barceló Jover se puso al frente de la resistencia. Entre el 6 y el 8 de marzo, hubo combates en las calles de Madrid entre los dos bandos. Las fuerzas de Casado lograron el control, y Luis Barceló perdió la vida el 15 de marzo.

Casado había justificado su acción con la promesa de una "paz honrosa" con Francisco Franco. Pero Franco solo aceptaría la rendición incondicional. Así, las "negociaciones" se convirtieron en la imposición de la rendición. En la ofensiva final, las tropas de Franco entraron en Madrid el 28 de marzo sin encontrar resistencia. Al coronel Casado y a otros miembros del Consejo Nacional de Defensa se les permitió escapar en un buque británico. Así terminó el largo asedio de Madrid, el más largo de toda la guerra.

El asedio de Madrid sirvió de ejemplo durante la Batalla de Wuhan para las tropas chinas que se enfrentaban a Japón. Wuhan, un centro político, militar y económico, fue llamado "el Madrid del este" (Dongfang de Madeli), porque debía unir a quienes luchaban contra el fascismo. Una canción de la época, "¡Defendamos Wuhan!", decía en su estribillo: "Del mismo modo que los españoles defienden Madrid, / acabaremos con el ataque enemigo, / y consolidaremos nuestro frente anti-japonés. / ¡Defendamos Wuhan!"

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Siege of Madrid Facts for Kids

kids search engine
Batalla de Madrid para Niños. Enciclopedia Kiddle.