Guerra de los Ochenta Años para niños
Datos para niños Guerra de los Ochenta Años |
||||
---|---|---|---|---|
Parte de guerras de religión en Europa | ||||
![]() El asedio de Haarlem (1572-1573)
|
||||
Fecha | 23 de mayo de 1568-30 de enero de 1648 (79 años, 8 meses y 7 días) | |||
Lugar | Actuales Países Bajos, Bélgica y Alemania Canal de la Mancha, mar Caribe, océanos Atlántico y Pacífico |
|||
Resultado |
|
|||
Beligerantes | ||||
|
||||
Figuras políticas | ||||
|
||||
Comandantes | ||||
Fuerzas en combate | ||||
|
||||
Bajas | ||||
|
||||
600 000-700 000 muertos
|
||||
|
||||
La Guerra de los Ochenta Años fue un conflicto muy largo que duró desde 1568 hasta 1648. En España se le conoció como la Guerra de Flandes, y en los Países Bajos como la Guerra de Independencia de los Países Bajos. Esta guerra enfrentó a las Diecisiete Provincias de los Países Bajos contra su gobernante, el rey Felipe II de España.
La rebelión comenzó en 1568 y terminó en 1648. El resultado fue que siete de las provincias del norte, conocidas como las Provincias Unidas (hoy los Países Bajos), lograron su independencia. Los territorios que hoy son Bélgica y Luxemburgo también formaban parte de las Diecisiete Provincias, pero se mantuvieron leales a la Corona española.
La guerra terminó oficialmente con el Tratado de Münster. Las Provincias Unidas se convirtieron en una potencia mundial gracias a su fuerte armada y su comercio. También tuvieron un gran desarrollo económico y cultural. Para la Corona española, la independencia de estas provincias fue una gran pérdida. El alto costo de la guerra contribuyó a varias crisis económicas en España.
Contenido
- ¿Por qué empezó la Guerra de los Ochenta Años?
- Desarrollo de la guerra
- El duque de Alba al mando
- Luis de Requesens busca la paz
- Don Juan de Austria y la Pacificación de Gante
- La Unión de Arras y la Unión de Utrecht
- Alejandro Farnesio y la toma de Amberes
- Intervención de otros países
- La recuperación de los Países Bajos
- La forma de la guerra
- La Tregua de los Doce Años
- La reanudación de la guerra
- La guerra en otros continentes
- Un punto muerto
- El fin de la guerra
- Batallas importantes
- Galería de imágenes
- Véase también
¿Por qué empezó la Guerra de los Ochenta Años?
Los intereses de España en los Países Bajos

El emperador Carlos V nació en Gante en 1500 y creció en el Condado de Flandes. Por eso, sus súbditos de los Países Bajos lo veían como alguien de su tierra. Cuando heredó la corona española, llegó a la Península Ibérica con una corte de Flandes y sin hablar español. Esto causó problemas con la nobleza y el pueblo.
Carlos V dejó el trono en 1556 a su hijo Felipe II. Felipe II creció en España y sus intereses estaban más ligados a Castilla. Por ello, en Flandes lo veían como un gobernante lejano.
Los Países Bajos eran muy importantes para España. Estaban cerca de Inglaterra y hacían frontera con Francia y el Sacro Imperio Romano Germánico. Esto les daba una gran ventaja estratégica.
El gobierno y las decisiones reales
Felipe II se fue de Bruselas en 1559. Dejó a su hermanastra Margarita de Parma como gobernadora de los Países Bajos. Sin embargo, Margarita debía seguir los consejos del cardenal Antonio Granvela, quien era el verdadero gobernante.
Granvela se ganó muchos enemigos entre la nobleza. Gracias a la presión de la aristocracia, se lograron algunos cambios. Las tropas españolas se retiraron en 1560-1561. También se detuvo la creación de nuevos obispados y la llegada de inquisidores. Finalmente, Granvela fue retirado en 1564.
Las diferencias religiosas
Desde el reinado de Carlos V, el calvinismo (una forma de cristianismo) había llegado a los Países Bajos. Carlos V intentó detenerlo. Su hijo, Felipe II, continuó esta política. En 1565, Felipe II publicó unas leyes que causaron mucho descontento. Estas leyes no permitían la libertad de culto que deseaban los nobles y los calvinistas.
Además, la idea de dividir los cuatro grandes obispados en catorce más pequeños no gustó a la nobleza. Esto se debía a que los cargos de obispo eran importantes para las familias nobles, y las diócesis más pequeñas tendrían menos prestigio e ingresos.
La situación económica
La economía también fue clave para el inicio de la rebelión. Una guerra entre Suecia y Dinamarca-Noruega cerró el comercio en el mar Báltico. Esto provocó una caída del comercio, salarios más bajos y escasez de alimentos. Los precios subieron mucho, lo que hizo que los calvinistas criticaran la riqueza de la Iglesia mientras la gente pasaba hambre.
En agosto de 1566, los precios de los alimentos subieron aún más. Esto coincidió con disturbios en los que los calvinistas destruyeron imágenes religiosas en las iglesias. Estos eventos se conocen como Beeldenstorm (la "furia iconoclasta"). Debido a esto, Felipe II envió al duque de Alba con un ejército a los Países Bajos.
En 1568, la Corona dejó de enviar dinero para pagar al ejército. Esto obligó al duque de Alba a cobrar un impuesto del diez por ciento sobre todas las ventas. Los neerlandeses vieron esto como un castigo y se opusieron a mantener un ejército extranjero que los reprimía en un momento de crisis económica.

El comienzo de la rebelión

En 1565, Felipe II dejó claro que las leyes contra las creencias diferentes se mantendrían. Esto empeoró la situación. Un grupo de nobles pidió a Felipe II que eliminara la Inquisición y suavizara las leyes.
El 5 de abril de 1566, la pequeña nobleza presentó a Margarita de Parma el Compromiso de Breda. En este documento, pedían la abolición de la Inquisición y respeto a la libertad religiosa. El 15 de agosto, los calvinistas causaron disturbios, asaltando iglesias y destruyendo imágenes.
Felipe II decidió enviar al duque de Alba con un ejército para controlar a los rebeldes. Cuando el duque de Alba llegó en agosto de 1567, Margarita de Parma ya había controlado la situación. Ella renunció porque no estaba de acuerdo con la política del rey.
El duque de Alba creó el Tribunal de los Tumultos, conocido como el "tribunal de la sangre". Este tribunal condenó a muerte a muchos flamencos y les quitó sus propiedades. El 8 de septiembre, detuvo a los condes de Egmont y Horn, importantes nobles que fueron ejecutados en Bruselas en 1568.
El príncipe Guillermo de Orange, otro noble importante, se refugió en Alemania. Desde allí, financió a los "mendigos del mar" (corsarios) y formó un ejército de mercenarios. Con este ejército, Guillermo de Orange comenzó la rebelión contra Felipe II.
Desarrollo de la guerra
El duque de Alba al mando

La guerra comenzó formalmente el 23 de mayo de 1568 con la batalla de Heiligerlee. Las tropas de Luis de Nassau, hermano de Guillermo de Orange, vencieron a las fuerzas locales. Sin embargo, las tropas de Luis fueron derrotadas por el duque de Alba en la batalla de Jemmingen.
Guillermo de Orange tuvo que volver a Alemania. El duque de Alba creyó que la rebelión había terminado. Pidió al rey Felipe II que viajara a Flandes para mostrarse clemente. Pero el rey no fue, dejando al duque de Alba solo en su papel de represor. La falta de dinero para pagar a los soldados llevó al duque a imponer un impuesto del diez por ciento, lo que enfureció a la población.
En 1572, los "mendigos del mar" capturaron la ciudad de Brielle y otros puertos. Esto cerró la salida al mar de las provincias más ricas. Este éxito reavivó la rebelión. Guillermo de Orange regresó con un ejército por el norte, y su hermano Luis atacó por el sur.
El duque de Alba controló el sur, pero en el norte, su hijo Don Fadrique asaltó y saqueó ciudades como Malinas y Naarden. Después del asedio de Haarlem en 1573, sus habitantes pagaron mucho dinero para evitar el saqueo. Luego, el duque sitió Alkmaar, pero sus habitantes rompieron los diques para inundar los campos, obligando al duque a retirarse. Felipe II decidió reemplazar al duque de Alba para buscar una solución negociada.
Luis de Requesens busca la paz
Luis de Requesens fue nombrado gobernador en 1573. Su objetivo era negociar con los rebeldes más moderados. Eliminó el Tribunal de los Tumultos e inició conversaciones en Breda. Sin embargo, Felipe II quería que todo volviera a ser como antes, sin libertad religiosa ni autonomía política. Esto era inaceptable para los rebeldes.
La falta de dinero impedía la victoria militar, a pesar de éxitos como la batalla de Mook, donde murieron dos hermanos de Guillermo de Orange. La falta de pago hizo que los soldados se amotinaran. Esto impidió que Requesens aprovechara sus victorias.
Cuando Luis de Requesens murió en 1576, Guillermo de Orange aprovechó para que las provincias de Holanda y Zelanda formaran un estado federal, y él fue nombrado su líder.
Don Juan de Austria y la Pacificación de Gante
Tras la muerte de Requesens, Felipe II nombró a su medio hermano Don Juan de Austria como gobernador. Su misión también era negociar. Pero al llegar en 1576, ocurrió el famoso saqueo de Amberes por parte de las tropas españolas amotinadas.
Este suceso puso a todas las provincias en contra de la Corona. Firmaron la Pacificación de Gante en 1576, comprometiéndose a luchar unidas para expulsar a los ejércitos.
A principios de 1577, Don Juan de Austria negoció con los Estados Generales. Ellos pedían que el rey negociara con Guillermo de Orange y que las tropas españolas se fueran. Don Juan pedía ser reconocido como gobernador y que el catolicismo fuera la religión oficial.
Se llegó a un acuerdo: Don Juan retiraría las tropas y reconocería las libertades de Flandes. A cambio, se reconocería la autoridad española y se restauraría la fe católica. Guillermo de Orange entró en Bruselas con Don Juan.
Pero la situación empeoró. Las provincias rebeldes querían más independencia. Las provincias protestantes no aceptaron el regreso del catolicismo. Las provincias católicas ofrecieron su lealtad al archiduque Matías de Habsburgo. Los Estados Generales lo nombraron gobernador en 1577.
Ante esto, Don Juan se refugió en Namur y llamó de vuelta a las tropas españolas, que llegaron con Alejandro Farnesio. Los rebeldes tuvieron que evacuar Bruselas y Amberes. En 1578, las tropas realistas destruyeron el ejército rebelde en la batalla de Gembloux. Don Juan de Austria murió en 1578, y Alejandro Farnesio fue nombrado gobernador.
La Unión de Arras y la Unión de Utrecht
Con gran parte de los Países Bajos en manos rebeldes, los calvinistas persiguieron a los católicos. La independencia se asociaba cada vez más con el calvinismo. Alejandro Farnesio aprovechó esto.
Las provincias católicas del sur se unieron al rey para protegerse de la intolerancia protestante. El 6 de enero de 1579, Alejandro Farnesio firmó la Unión de Arras con las provincias de Hainaut y Artois, y la ciudad de Douai. Ellos reconocían la autoridad del rey.
En respuesta, las provincias rebeldes de Holanda, Zelanda, Utrecht, Güeldres y Zutphen firmaron la Unión de Utrecht el 23 de enero. Rechazaron cualquier intromisión externa y crearon el estado de las Provincias Unidas de los Países Bajos.
El 15 de marzo de 1580, Felipe II declaró a Guillermo de Orange fuera de la ley y puso precio a su cabeza. Guillermo de Orange, sin ataduras, rechazó públicamente la autoridad del rey. Los Estados Generales en La Haya hicieron lo mismo en 1581, declarando destituido a su gobernante. Las provincias rebeldes proclamaron su independencia y nombraron gobernador a Francisco de Valois, duque de Alenzón.
Alejandro Farnesio y la toma de Amberes
Mientras tanto, Alejandro Farnesio continuó recuperando provincias. Tomó Maastricht en 1579, Tournai en 1581, y los puertos de Dunkerque y Nieuwpoort en 1583. En 1584, se centró en las ciudades del interior, ocupando Brujas y Gante.
Coincidiendo con la muerte del duque de Anjou y el asesinato de Guillermo de Orange, en julio de 1584, Farnesio sitió Amberes. Este asedio duró trece meses y fue muy importante. La toma de Amberes, una de las ciudades más ricas de Europa, mostró la determinación de España en recuperar los territorios y mantener la Iglesia católica.
Intervención de otros países
Los éxitos militares de Farnesio y la muerte de los líderes rebeldes hicieron pensar a Inglaterra que la rebelión sería derrotada. Además, España se alió con el líder católico francés para evitar que un protestante subiera al trono de Francia. Esto aseguró que Francia no atacaría a España ni se metería en los asuntos de los Países Bajos.

Los éxitos españoles y la unión con Portugal hicieron que Inglaterra se sintiera aislada. Después de la caída de Amberes en 1585, la reina Isabel I de Inglaterra decidió ayudar directamente a la rebelión. Envió 6000 soldados al mando del conde de Leicester.
Aunque el ejército inglés fue derrotado, la ayuda de Isabel I a los rebeldes y a los corsarios, así como el saqueo de ciudades costeras, llevaron a Felipe II a intentar invadir Inglaterra con la Armada Invencible en 1588.
Después del fracaso de la Armada, España intervino en Francia en 1589 para apoyar a los católicos. Esta intervención en las guerras de Francia mantuvo ocupado a gran parte del ejército de Flandes hasta 1598. Esto obligó a España a una estrategia defensiva en los Países Bajos.
Mientras tanto, las provincias del norte decidieron no nombrar un nuevo gobernador y asumieron ellas mismas el poder. Así crearon la República de las Provincias Unidas en 1588.
La recuperación de los Países Bajos
A partir de 1590, cuando el duque de Parma fue a Francia (donde murió en 1592), los rebeldes neerlandeses pudieron tomar la iniciativa. La falta de dinero en España causó muchos motines en el ejército entre 1589 y 1607.
En 1590, los holandeses conquistaron Breda por sorpresa. Entre 1591 y 1592, ocuparon gran parte de las provincias de Güeldres y Overijssel. En 1594, completaron la conquista de Groninga. Esto creó un frente de batalla más corto. La división del ejército español permitió al ejército de Mauricio de Nassau recuperar muchas ciudades.
En 1595, Felipe II nombró gobernadora de los Países Bajos a su hija Isabel Clara Eugenia. Ella y su esposo, el archiduque Alberto de Austria, se convirtieron en gobernantes de los Países Bajos tras la muerte del rey en 1598. Sin embargo, la defensa y la política exterior seguían en manos de España.
Después de la muerte de Guillermo de Orange, su hijo Mauricio de Orange-Nassau tomó el mando del ejército rebelde. Mauricio lo reformó, convirtiéndolo en un oponente fuerte. Esto se vio en la batalla de Nieuwpoort (1600), donde las tropas neerlandesas vencieron a las españolas en campo abierto por primera vez.

La forma de la guerra
La guerra cambió. De ser una serie de pequeñas batallas y tomas de pueblos, se convirtió en largos asedios a ciudades fortificadas. Cada ejército sitiaba una o varias ciudades enemigas, intentando rendirlas por hambre. Esto llevó a más batallas en campo abierto cuando un ejército intentaba ayudar a una ciudad sitiada.
Desde 1590 hasta el final de la guerra, la mayoría de los enfrentamientos fueron por el control de las ciudades a orillas de los ríos IJssel, Mosa y Waal. Muchas ciudades cambiaron de manos varias veces. Para evitar invasiones, los neerlandeses construyeron un muro defensivo a lo largo de los ríos.
La Tregua de los Doce Años
Después de la derrota de la Liga Católica en Francia, el nuevo rey francés, Enrique IV, extendió su influencia. Esto puso en peligro las comunicaciones terrestres entre Italia y Flandes.
La muerte de la reina Isabel de Inglaterra en 1603 abrió el camino a la paz con Inglaterra. Esto puso fin a la ayuda inglesa a los neerlandeses.
En 1603, Ambrosio Spínola tomó el mando de las tropas que sitiaban Ostende. La reconquistó en 1604. Gracias a esta victoria, fue nombrado general y luego encargado de las finanzas del ejército. Sin embargo, los holandeses tomaron La Esclusa en 1604.
Desde 1600, Felipe III quería una tregua, pero los neerlandeses la rechazaban. La toma de Ostende en 1604 permitió al ejército español volver a la ofensiva. En 1605 y 1606, el ejército de Flandes logró tomar varias ciudades. Pero no pudieron penetrar profundamente en el territorio rebelde. La falta de pago a los soldados causó grandes motines.
El 14 de diciembre, el Consejo de Estado español aconsejó al rey abandonar Flandes. Inesperadamente, los neerlandeses ofrecieron un cese de hostilidades. La lucha terminó el 24 de abril de 1607. Las negociaciones continuaron hasta el 9 de abril de 1609, cuando se firmó la Tregua de Doce Años.
La reanudación de la guerra
En 1622, un ataque español a Bergen op Zoom fue rechazado. En 1625, Mauricio de Nassau murió mientras España sitiaba Breda. Su medio hermano Federico Enrique de Orange-Nassau tomó el mando. Finalmente, el comandante Ambrosio Spinola logró ocupar Breda. Este evento fue inmortalizado por Velázquez en su famoso cuadro Las Lanzas.
Sin embargo, después de esta victoria, la situación empezó a favorecer a los neerlandeses. Federico Enrique conquistó en 1629 Bolduque, una fortaleza que se consideraba inexpugnable. Esta pérdida fue un duro golpe para España.
Tres años después, en 1632, Federico Enrique capturó Venlo, Roermond y Maastricht. Pero sus intentos de atacar Amberes y Bruselas fallaron. Los neerlandeses se sintieron decepcionados por la falta de apoyo de la población de Flandes. Esto se debía principalmente a las diferencias religiosas: los neerlandeses eran calvinistas, mientras que los flamencos eran católicos.
La guerra en otros continentes
La guerra no solo se libró en Europa. También se extendió a las colonias. España había unido su corona con la de Portugal, lo que puso el gran imperio colonial portugués bajo el control español. Así, hubo enfrentamientos en Asia (en Macao, Ceilán, Formosa y Filipinas) y en América, especialmente en Brasil.
En las colonias americanas, la mayoría de los problemas fueron causados por los corsarios holandeses. Ellos atacaban las rutas comerciales en el mar Caribe. El evento más destacado fue la captura de 16 barcos de la Flota de Indias por el corsario holandés Piet Hein en 1628, en la batalla de la bahía de Matanzas. Fue el mayor botín que perdió la Flota de Indias.
Un punto muerto
Todos los bandos se dieron cuenta de que España nunca recuperaría el control total de los territorios del norte. Y las Provincias Unidas del norte nunca conquistarían las provincias del sur. En 1639, una armada española con 14.000 soldados llegó a Flandes. Sin embargo, fue derrotada en la batalla de las Dunas al intentar desembarcar en territorio inglés. Esta victoria marcó el fin de España como la principal potencia marítima mundial.
En 1643, el rey Felipe IV ordenó iniciar conversaciones de paz con los neerlandeses.
El fin de la guerra
El 30 de enero de 1648, la guerra en los Países Bajos terminó con el Tratado de Münster. Este tratado fue parte de la Paz de Westfalia, que también puso fin a la guerra de los Treinta Años.
La República de las Provincias Unidas fue reconocida como un estado independiente. Conservó muchos de los territorios que había conquistado al final de la guerra.
Batallas importantes
- Batalla de Heiligerlee, 23 de mayo de 1568
- Batalla de Jemmingen, 21 de julio de 1568
- Asedio de Mons, 1572
- Asedio de Haarlem, diciembre de 1572 a julio de 1573
- Asedio de Alkmaar, agosto a octubre de 1573
- Batalla de Mook, 15 de abril de 1574
- Asedio de Leiden, mayo a octubre de 1574
- Saqueo de Amberes, 4 a 7 de noviembre de 1576
- Batalla de Gembloux, 31 de enero de 1578
- Asedio de Maastricht, 1579
- Asedio de Amberes, 1584 a 1585
- Batalla de Empel, 7 y 8 de diciembre de 1585
- Batalla de Turnhout, 1597
- Batalla de Nieuwpoort, 2 de julio de 1600
- Asedio de Ostende, 1601 a 1604
- Asedio de Breda, 1625
- Asedio de Bolduque, 1629
- Batalla de las Dunas, 21 de octubre de 1639
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Eighty Years' War Facts for Kids