Italia española para niños
La Italia española es el nombre que los historiadores usan para referirse a los territorios de Italia que estuvieron bajo el control de la Monarquía Hispánica (España) durante los siglos XVI, XVII y XVIII.
Estos territorios incluyeron, en diferentes momentos, los reinos de Cerdeña, Nápoles y Sicilia. También formaron parte el Ducado de Milán, el Marquesado de Finale, el Principado de Piombino y los Presidios de Toscana. Algunas otras zonas, como los Estados Pontificios o la Valtelina, fueron ocupadas temporalmente, pero no se consideran parte de la "Italia española" de forma permanente.
Más tarde, en 1817, el Ducado de Lucca fue entregado a María Luisa de Borbón, hija del rey Carlos IV de España. Ella lo heredó a su hijo, Carlos II de Parma, quien lo gobernó hasta 1847.
Contenido
Italia Española: Un Vistazo Histórico
La presencia de España en Italia fue muy importante durante varios siglos, marcando la historia de ambos lugares. Esta relación se dio a través de lazos políticos, militares, económicos y culturales.
¿Qué Territorios Formaban la Italia Española?
Los principales territorios italianos bajo el dominio español eran:
- Reino de Nápoles: Ubicado en el sur de Italia.
- Reino de Sicilia: La gran isla al sur de la península.
- Reino de Cerdeña: Otra isla importante en el Mediterráneo.
- Ducado de Milán: Una región clave en el norte de Italia.
- Marquesado de Finale, Principado de Piombino y Presidios de Toscana: Pequeños territorios estratégicos en la península.
¿Cómo se Gobernaba la Italia Española?
Aunque todos dependían del rey de España, cada territorio italiano era gobernado de forma independiente. Cada uno tenía su propio virrey (un representante del rey) o una figura similar. Estos gobernantes actuaban en nombre del rey, quien era, por ejemplo, el duque de Milán o el rey de Nápoles.
Cada territorio mantenía sus propias leyes, impuestos y costumbres. Sin embargo, la administración general se coordinaba desde el Consejo de Italia. Este consejo estaba en la Corte española y ayudaba a gestionar los asuntos de los territorios italianos de forma centralizada.
Es importante saber que el concepto de "centralización" en esa época era diferente al de hoy. La monarquía autoritaria de entonces no era tan centralizada como las monarquías absolutas que surgieron después.
El reino de Cerdeña tuvo una particularidad: siempre estuvo bajo el Consejo de Aragón hasta que la isla fue cedida en el siglo XVIII.
La Conexión Política y Militar
La relación de los reinos hispánicos con Italia comenzó mucho antes de la "Italia española".
Los Inicios: La Corona de Aragón
La primera conexión importante fue la de la Corona de Aragón a partir de las Vísperas sicilianas en 1282. Esto marcó el inicio de la expansión aragonesa por el Mediterráneo, que ya había comenzado con la conquista de Valencia y Baleares. La Corona de Aragón se extendió por el sur de Italia y llegó incluso a los Balcanes.
Los reinos italianos de la Corona de Aragón se dividieron y reunificaron varias veces, dependiendo de los herederos de la Casa de Aragón.
La Unificación con Castilla y el Gran Capitán
Cuando la Corona de Aragón se unió con la Corona de Castilla, el rey de Aragón ya era soberano de Sicilia y Cerdeña. Sin embargo, el Rey de Nápoles era independiente, aunque también era de la Casa de Aragón.
Las campañas militares de Gonzalo Fernández de Córdoba, conocido como el Gran Capitán, fueron clave. Después de la guerra de Granada (1492), estas campañas, dirigidas por Fernando el Católico (rey de Aragón y de Castilla por su matrimonio con Isabel la Católica), aseguraron el dominio aragonés en el sur de Italia. Esto ayudó a contrarrestar la influencia francesa en el norte. Gracias a estas campañas, Nápoles se unió al creciente poder de la Monarquía Hispánica.
El Reinado de Carlos I y la Batalla de Pavía
El reinado de Carlos I de España y V de Alemania (también conocido como Carlos V) trajo consigo nuevas guerras de Italia. España logró una presencia decisiva en el norte de Italia con la conquista del Ducado de Milán en la batalla de Pavía (1525), que antes había estado bajo control francés.
Durante este largo periodo, las relaciones internacionales se caracterizaron por alianzas estables con la República de Génova (desde 1528), los ducados de Saboya, Módena y Toscana. También hubo relaciones cambiantes con el Papado y la República de Venecia, que a veces se aliaron con España, como en la batalla de Lepanto (1571).
Cuando Carlos V abdicó, los territorios italianos pasaron a su hijo, Felipe II, y así Italia fue gobernada por los Habsburgo de Madrid.
El Fin de la "Italia Española" y la Recuperación Borbónica
La Guerra de Sucesión (desde 1700) y los Tratados de Utrecht y Rastadt (1713-14) hicieron que Felipe V, el primer rey Borbón de España, perdiera los territorios italianos en favor de los Habsburgo de Viena. Por eso, se dice que la "Italia española" terminó en 1713.
Sin embargo, Felipe V trabajó mucho para recuperar una presencia importante en Italia. Logró que varios de sus hijos (de su segunda esposa, que era de una casa real italiana) se convirtieran en soberanos independientes en diferentes territorios. Por ejemplo, el ducado de Parma y, sobre todo, el reino de Nápoles, que fue para el futuro Carlos III de España. El reinado de Carlos III en Nápoles fue un periodo de gran desarrollo económico, social y cultural. Es importante destacar que la misma persona nunca reinó sobre España y Nápoles al mismo tiempo; Carlos tuvo que renunciar al trono de Nápoles para heredar el de España.
Las Guerras Napoleónicas y la Unificación Italiana
Las guerras napoleónicas significaron que los Borbones fueron expulsados de Italia. El hermano de Napoleón, José Bonaparte, se convirtió en rey de Nápoles (1806) antes de pasar a ser rey de España (1808).
Después de la Restauración (1814), los Borbones regresaron a sus tronos. Sin embargo, España estaba muy debilitada después de la Guerra de Independencia, y su influencia en Italia ya no era la misma.
Aun así, hubo una influencia ideológica. El ejemplo del trienio liberal español inspiró las revoluciones de 1820 en Italia, donde incluso se tomó como modelo la Constitución española de 1812. Con el tiempo, la unificación italiana puso fin a la presencia de los Borbones en Italia en 1860.
Desafíos Internos en la Italia Española
Hubo momentos en que la presencia española en Italia enfrentó resistencia.
Revueltas y Conspiraciones
La revuelta de Masaniello en Nápoles (1647-1648) fue el mayor desafío interno al dominio español. Esta revuelta, que también tuvo eco en Sicilia, ocurrió en un momento difícil para la Monarquía Hispánica. Años después, hubo otra revuelta en la ciudad de Mesina (1674-1678).
También hubo pensadores en Nápoles que cuestionaron la presencia española. Por ejemplo, las conspiraciones del economista Antonio Serra (1613) y el filósofo Tommaso Campanella (1599). Ambos escribieron obras importantes mientras estaban en prisión, como el "Breve tratado de las causas que pueden hacer abundar el oro y la plata en los reinos que no tienen minas" de Serra y la utopía "La ciudad del sol" de Campanella.
Desde el siglo XVI, se formó una imagen muy negativa de España, que, junto con la propaganda de otros países, contribuyó a lo que se conoce como la leyenda negra.
Intercambios entre España e Italia
Durante los tres siglos de conexión política entre España e Italia, hubo muchos intercambios en diferentes áreas.
Economía y Sociedad
Hubo un activo intercambio económico, con comercio y finanzas. Las ciudades del norte de Italia tenían una larga tradición comercial, y las "colonias italianas" en las ciudades españolas eran muy importantes. También hubo intercambios sociales y demográficos, con personas de España emigrando a Italia y viceversa.
Arte y Cultura
El arte es un gran ejemplo de estos intercambios. Pintores como José de Ribera el Españoleto (un valenciano que trabajó en Nápoles) y Diego Velázquez (quien realizó misiones diplomáticas y artísticas para Felipe IV) son ejemplos de la influencia española en Italia. En el sentido contrario, escultores como Leone Leoni y Pompeo Leoni, pintores como Tiépolo o Lucas Jordán, músicos como Domenico Scarlatti, Farinelli y Luigi Boccherini, y el arquitecto Francesco Sabatini trabajaron en España. Artistas como Domenico Teotocopuli y Anton Rafael Mengs también hicieron el viaje de Italia a España, enriqueciendo el arte español.
Religión
En el ámbito religioso, ambos países compartían la Contrarreforma católica. Aunque España tenía mucha influencia en Italia, curiosamente no hubo papas españoles en este periodo (los Borgia habían sido papas justo antes, a finales del siglo XV). Sin embargo, era evidente que España intervenía en la elección de los papas, que solían ser de las familias nobles de Roma.
Literatura
La presencia militar española en Italia ha sido inmortalizada en la literatura. Las aventuras juveniles de Miguel de Cervantes y el espionaje de Quevedo durante la Conjuración de Venecia (1618) son ejemplos. También mitos como el de Don Juan Tenorio tienen conexiones con esta época. Más recientemente, novelas históricas como las aventuras del Capitán Alatriste también exploran este periodo.
Entre los escritores italianos, la figura de los gobernantes españoles aparece en obras como Los Novios de Manzoni.