Batalla de Cabañas 1638 para niños
Datos para niños Batalla de Cabañas 1638 |
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Guerra de los Ochenta Años Parte de guerra de los Ochenta Años |
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Fecha | 31 de agosto y 3 de septiembre de 1638 | |||
Lugar | Cabañas,Cuba | |||
Resultado | Victoria decisiva española | |||
Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
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Fuerzas en combate | ||||
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Los holandeses enviaron al almirante holandés Cornelius Jol (Jols, Pie de Palo) a las Antillas con intención de capturar la Flota de Indias, habiendo zarpado de Texel en mayo de 1638 con 10 galeones grandes. En las Antillas se le unieron otros 16 galeones. El 31 de Agosto y 3 de Septiembre la Flota de Tierra Firme al mando de Carlos Ibarra derrotaron a los bátavos a los que les hizo perder 7 buques.
Flota de Tierra Firme del año 1638
Buques: 7 galeones, 1 patache y 7 mercantes (4 de ellos urcas)
- Capitana. Galeón: San Mateo. 54 cañones. 600 toneladas.
- Almiranta. Galeón: San Marcos. 54 cañones. 860 toneladas. Capitán don Bartolomé de la Riva.
- Galeón: Nuestra Señora del Carmen. 600 toneladas. Sancho de Urdanivia.
- Galeón: Santiago, alias La Gallega. 600 toneladas. Jacinto Meléndez.
- Galeón: San Juan. 600 toneladas. Marqués de Cardeñosa.
- Galeón: Nuestra Señora de Regla'. 700 toneladas. Capitán Pablo de Contreras.
- Galeón: Ángel de la Guarda. Juan de Campos.
Antecedentes
La flota de Tierra Firme al mando de Carlos Ibarra zarpa de Cádiz el 29 de abril de 1638. Salen algunos mercantes en conserva de la Armada, dado que ese año no sale Flota a Tierra Firme por la crisis financiera. Los buques de Ibarra llegaron a la Tortuga, desembarcaron y arrasaron casas y plantaciones, estando los filibusteros ausentes en sus incursiones. Los holandeses enterados de esto enviaron al almirante holandés Jol a las Antillas con intención de capturar la Flota de Indias, habiendo zarpado de Texel en mayo de 1638 con 10 galeones grandes. En las Antillas se le unieron otros 16 galeones. En el mes de julio se internó en el canal de Bahama y apareció en las cercanías de la Habana para interceptar las flotas. La noche del 26 de agosto salió un aviso de La Habana rumbo a Veracruz y llegó a puerto el 2 de septiembre, donde la Flota de Nueva España logró burlar a los buques enemigos. No tuvo tanta suerte Carlos Ibarra y su Flota de Tierra Firme, que salió de Cartagena el 7 de agosto sin aviso de la presencia enemiga.
Batalla
El 30 de agosto divisaron el Pan de Cabañas, alto cerro al oeste de la Habana. A esta altura permaneció el convoy barloventeando por dos días, cuando el vigía del galeón "Regla" divisó velas enemigas y su capitán descargó su artillería para avisar del peligro. Al amanecer se acercaron por barlovento 17 galeones enemigos en dos formaciones paralelas. La capitana holandesa de 54 pieza de artillería se lanzó junto con otras tres más contra la capitana de Ibarra para intentar el abordaje. Este, siguiendo la mejor y tradicional táctica española, esperó retener el fuego hasta estar pegada a la capitana holandesa, para sorpresa enemiga, lanzar una andanada de artillería reforzada por el fuego de mosquetes y arcabuces. Cuando la nave holandesa de Joll chocaba con la de Ibarra, el almirante español gritó abrir fuego. La intensa lluvia de bolas metálicas de los cañones y otros tantos arcabuces disparados en varias descargas sobre los sorprendidos atacantes barrió las cubiertas. Resultó tan letal la embestida española, que decidieron separarse para tratar de batir a los españoles a distancia. En la refriega Ibarra sufrió heridas en cara, brazo y piernas, y su buque fue acribillado también, donde se encontraban otros 25 muertos y el doble de heridos. La nave almiranta de Pedro Ursúa se enfrentó a su homólogo holandés, sufriendo varios muertos. Con menos intensidad también lucharon entre sí el resto de los buques de ambas escuadras. Tras 8 horas de duro cañoneo entre ambas armadas, los holandeses se retiraron tras haber perdido 7 buques y otros tantos quedar gravemente dañado. El 3 de septiembre, los holandeses volvían a la carga, en esta ocasión con solo 13 buques de los 17 iniciales contra los 7 galeones españoles, una urca y un patache, limitándose al cañoneo a media distancia. Sabedor de que esta estrategia le permitía aprovechar su ingente número de piezas de artillería y la mayor preparación de sus hombres, el almirante Joll se dedicó durante horas a disparar cañonazos sobre sus enemigos y, especialmente, sobre el bajel de Ibarra. Pero en esta ocasión, la vanguardia de la defensa española estuvo liderado por el galeón Carmen de Sancho Urdanivia, que fue separado de la formación principal por el viento y cañoneado por varios enemigos. Con todo, y tras un intenso combate los holandeses se dieron por vencidos y abandonaron definitivamente la contienda.
Consecuencias
Aún en retirada, la flota neerlandesa siendo superior perdió la ambición de un tercer ataque, ante lo cual Ibarra desafió al enemigo, deteniendo su escuadra para esperarles y hasta iluminando su barco de noche para indicar su posición. A los holandeses no se les volvió a ver más, su derrota ante un enemigo tan numéricamente inferior sembró la consternación. El 5 de septiembre Ibarra emprende la navegación a Veracruz. La Flota llegó a puerto el 24 de septiembre de 1638, donde se desembarcaron los caudales y mercancías, tras ello se realizaron grandes celebraciones en honor a la victoria.
Una vez que las naves fueron reparadas, zarparon el 25 de enero de 1639 dando escolta a la Flota de Nueva España del general Martín de Orbea y llegaron a Cádiz el 15 de julio. El Rey recompensó a Carlos Ibarra con los títulos de vizconde de Centenera y marqués Taracena.