robot de la enciclopedia para niños

Asedio para niños

Enciclopedia para niños
Archivo:Lenepveu, Jeanne d'Arc au siège d'Orléans
Juana de Arco en el asedio de Orleans, pintada por Jules Eugène Lenepveu.

Un asedio o sitio es un bloqueo militar largo a una posición, como una ciudad o fortaleza. El objetivo es conquistarla por la fuerza o haciendo que los defensores se rindan por falta de recursos. Esto ocurre cuando una ciudad o fortaleza no se rinde fácilmente y no puede ser tomada con un ataque directo. Un asedio generalmente implica rodear el lugar y cortar sus líneas de abastecimiento. A menudo se usan máquinas de asedio, artillería y túneles subterráneos para debilitar las defensas.

Los asedios probablemente surgieron cuando las ciudades comenzaron a crecer y a tener muchas personas. Por ejemplo, las ciudades antiguas de Oriente Medio ya tenían murallas fortificadas. Durante el Renacimiento y la Edad Moderna, los asedios eran muy importantes en la guerra en Europa. Incluso Leonardo da Vinci se hizo famoso diseñando fortificaciones. Las campañas medievales a menudo consistían en una serie de asedios.

Sin embargo, en la época Napoleónica, los cañones se hicieron más potentes y las fortificaciones perdieron valor. En tiempos más recientes, las trincheras reemplazaron a las murallas, y los búnkeres a los castillos. En el siglo XX d. C., la importancia del asedio clásico disminuyó por la llegada de la guerra móvil. Una fortificación ya no era tan decisiva como antes. Aunque todavía hay asedios, no son tan comunes ni importantes como antes, debido a los cambios en las armas y la facilidad para atacar un objetivo fijo.

Un asedio militar puede terminar de cuatro maneras:

  • Los defensores pueden resistir sin ayuda externa, manteniendo su posición.
  • Si los defensores ganan gracias a ayuda de fuera, se dice que el asedio ha sido levantado.
  • Si los atacantes toman el control de la ciudad, pero los defensores logran escapar, la ciudad ha sido evacuada.
  • Si los atacantes ganan y capturan o vencen a los defensores, la ciudad o fortaleza ha caído.

El asedio en la historia antigua

¿Cómo se defendían las ciudades antiguas?

Las murallas y fortificaciones eran muy importantes para defender las primeras ciudades. Desde tiempos muy antiguos, como los castros íberos, se construían con ladrillos de barro, piedra o madera. Las murallas no solo defendían, sino que también mostraban la grandeza del reino. Por ejemplo, las murallas de la ciudad sumeria de Uruk eran famosas, con 9,5 km de largo y unos 12 metros de alto. Las murallas de Babilonia, con torres y fosos, también eran muy conocidas.

En Anatolia, los Hititas construyeron grandes murallas de piedra en sus ciudades, aprovechando las colinas. Otras ciudades, como las del Valle del Indo o la minoica de Creta, se defendían más protegiendo sus fronteras y costas que sus ciudades.

¿Cómo se representaban los asedios en el arte antiguo?

Archivo:Ramesseum siege of Dapur
El asedio egipcio de Dapur, en el siglo XIII a. C., en el templo de Ramsés II en Tebas.

Las primeras representaciones de asedios en el arte son de Egipto, alrededor del 3000 a. C. Muestran la destrucción de murallas con azadas. Las primeras máquinas de asedio aparecen en una tumba egipcia del siglo XXIV a. C., donde se ve a soldados egipcios atacando murallas de Canaán con escaleras con ruedas.

Más tarde, en el siglo XIII a. C., se retrata el asedio de Dapur, una ciudad asiria, con soldados subiendo escaleras protegidos por arqueros. En un palacio asirio de entre el siglo IX y el VII a. C., hay imágenes de asedios a ciudades de Oriente Próximo. Los asirios mejoraron el ariete (inventado mil años antes) construyendo arietes con forma de torre y colocando arqueros en la parte superior.

¿Qué tácticas se usaban en los asedios antiguos?

La táctica más común era simplemente rodear la ciudad y esperar a que los enemigos se rindieran. El asedio egipcio de Megido en el siglo XV a. C. duró siete meses antes de que los habitantes se rindieran. Los hititas, en el siglo XIV a. C., terminaron un asedio a una ciudad rebelde de Anatolia cuando la reina madre salió y pidió clemencia.

Si el objetivo principal de una campaña no era conquistar una ciudad específica, a veces se la dejaba de lado. Los hititas, contra el reino de Mitani en el siglo XIV a. C., ignoraron la ciudad fortificada de Karkemish. Después de lograr su objetivo, regresaron y la tomaron tras un asedio de ocho días. El famoso asedio asirio de Jerusalén, en el siglo VIII a. C., terminó cuando los israelitas ofrecieron regalos y tributos, según los asirios, o cuando una enfermedad afectó el campamento asirio, según la Biblia.

Debido a problemas de logística, los asedios largos con grandes fuerzas militares eran difíciles de mantener.

¿Qué relatos antiguos existen sobre asedios?

Archivo:Battering ram
Réplica de un ariete en el castillo de Baux (Francia).

Aunque hay muchos relatos antiguos de ciudades saqueadas, pocos dan detalles de cómo se logró. Algunas historias populares hablan de héroes en batallas, como el Caballo de Troya. Una historia similar cuenta cómo la ciudad cananita de Joppa fue conquistada por los egipcios en el siglo XV a. C..

El Libro de Josué del Antiguo Testamento narra la milagrosa Batalla de Jericó. Un relato histórico más detallado del siglo VIII a. C., la estela de Pianjy, describe cómo los nubios asediaron ciudades egipcias usando arietes, arqueros, hondas y puentes de tierra sobre los fosos.

El asedio en la historia grecorromana y la Edad Media

El ejército macedonio de Alejandro Magno participó en muchos asedios. Dos fueron especialmente difíciles: Tiro y la Roca Sogdiana. Tiro era una ciudad fenicia en una isla a un kilómetro del continente. Los macedonios construyeron un puente impresionante de unos 60 m de ancho para llegar a la isla. Cuando estuvieron lo suficientemente cerca, Alejandro usó máquinas lanzadoras de piedras y catapultas para bombardear las murallas. La ciudad cayó tras un asedio de 7 meses.

La Roca Sogdiana, en cambio, se rindió. Estaba en una montaña y era casi imposible de tomar. Pero Alejandro usó tácticas especiales y logró escalar con algunas tropas los acantilados para posicionarse por encima de la ciudad. Los defensores se desanimaron al ver al enemigo arriba y se rindieron.

La importancia de los asedios en la antigüedad era enorme. Una razón por la que Aníbal no pudo derrotar a Roma fue su falta de conocimiento en tácticas de asedio. Aunque podía vencer a los ejércitos romanos en campo abierto, no pudo tomar la propia Roma.

Ilustración de las distintas armas de asedio utilizadas en la Antigua Roma.
Rampa
Muscolo
Onagro
Tortuga
Pluteo
Torre con puente levadizo

Los ejércitos de legionarios de la República e Imperio romano eran muy hábiles en los asedios. Estos fueron clave en la conquista de la Galia por Julio César en el siglo I a. C.. En su Guerra de las Galias, Julio César describe cómo en la batalla de Alesia las legiones romanas construyeron dos grandes murallas fortificadas alrededor de la ciudad. La muralla interna, de unas 10 millas, mantenía a Vercingétorix y sus fuerzas dentro. La muralla externa los protegía de los refuerzos enemigos. Los romanos lograron mantener su posición entre las dos murallas. Los galos, enfrentados al hambre, se rindieron cuando sus refuerzos fueron derrotados.

Archivo:Ballista
Balista, arma de asedio de la época grecorromana.

Los Sicarios Zelotes que defendían Masada en el año 74 fueron vencidos por las legiones romanas. Los romanos construyeron una rampa de 100 m que llegaba hasta la cima de la muralla oeste de la fortaleza.

La defensa universal contra los asedios era usar fortificaciones, como murallas y fosos, para complementar las protecciones naturales del terreno. También era vital tener suficiente agua y comida para evitar la rendición por hambre. Durante el asedio, el ejército atacante construía obras de ingeniería, como una línea de circunvalación, para evitar que llegaran suministros. Cuando el hambre era extrema, los defensores podían llegar a comer cosas casi incomestibles, como caballos, animales domésticos, cuero de zapatos. A veces, expulsaban a ciudadanos para reducir la demanda de recursos.

Las enfermedades eran otra arma efectiva, aunque los atacantes también podían enfermar. En algunos casos, se lanzaban animales enfermos o muertos dentro de la ciudad con catapultas, un ejemplo de guerra biológica primitiva.

Archivo:Trebuchet
Fundíbulo o trabuquete, arma de asedio de la época medieval, que podía lanzar unos dos proyectiles por hora al objetivo.

Para terminar un asedio rápidamente, se desarrollaron métodos para romper las fortificaciones. Se crearon muchas máquinas de asedio: escaleras para escalar, arietes y garfios para romper puertas o murallas, y catapultas, balistas, trabucos, mangoneles y onagros para lanzar proyectiles y destruir defensas. También se construían torre de asedios, estructuras más altas que las murallas, que permitían a los atacantes disparar desde arriba y enviar tropas con menos peligro.

Además de lanzar proyectiles, era común intentar minar las fortificaciones, excavando túneles para que se derrumbaran. Esto se lograba excavando bajo los cimientos de las murallas y luego haciendo que el túnel colapsara. Los defensores podían construir túneles para contrarrestar a los atacantes, haciendo que sus túneles se derrumbaran antes de tiempo.

El fuego también se usaba para destruir fortificaciones de madera. El Imperio bizantino inventó el fuego griego, que era muy difícil de apagar. Combinado con un lanzallamas primitivo, era un arma muy efectiva.

Los avances en la maquinaria de asedio llevaron a nuevas defensas. Las fortalezas medievales se hicieron más fuertes (como el castillo concéntrico de las Cruzadas). También se desarrollaron armas defensivas como matacanes, agujeros para dejar caer sustancias sobre los atacantes; aspilleras, aberturas para lanzar flechas; puertas de seguridad; y fosos profundos. Se ponía mucha atención a la defensa de las entradas, con puertas protegidas por puentes levadizos, verjas o fuertes avanzados.

En la Edad Media europea, casi todas las ciudades grandes tenían murallas, y las más importantes contaban con ciudadelas, fuertes o castillos. Se hacía un gran esfuerzo para asegurar el suministro de agua en caso de asedio, con sistemas de túneles para almacenamiento y comunicación.

Hasta la invención de la pólvora y las armas de fuego, los defensores tenían ventaja. Con la pólvora, el cañón, los morteros, los obuses y la artillería, las defensas tradicionales se hicieron menos efectivas.

Los mongoles y sus tácticas de asedio

En la Edad Media, el Imperio mongol llevó a cabo una campaña muy efectiva contra China, liderada por Genghis Khan. Los mongoles conquistaron grandes áreas. Incluso si no podían entrar en ciudades muy fortificadas, usaban tácticas innovadoras:

Se concentraban en los ejércitos en campo abierto, dejando las fortalezas para después. Las fortalezas pequeñas o las que podían ser tomadas fácilmente, eran capturadas al paso. Esto tenía dos efectos: Primero, cortaba la comunicación de la ciudad principal con otras ciudades de donde pudiera esperar ayuda. Segundo, los refugiados de las ciudades más pequeñas huían a la gran fortaleza, que era la última segura. Las multitudes de refugiados no solo bajaban la moral de los habitantes y la guarnición, sino que también agotaban sus recursos. Las reservas de agua y comida se veían amenazadas por la llegada repentina de refugiados, y pronto, lo que antes era una conquista difícil, se volvía fácil. Los mongoles podían entonces asediar la fortaleza sin interferencia del ejército principal, que ya había sido vencido... En el asedio de Alepo, Hulagu usó veinte catapultas solo contra Bab al-Iraq (La puerta de Iraq). En Jûzjânî hay relatos de los mongoles construyendo cientos de máquinas de asedio para superar en número las defensas de la ciudad. Aunque Jûzjânî probablemente exageraba, las grandes cifras dan una idea de la enorme cantidad de maquinaria usada en cada asedio.

Otra táctica mongol era usar catapultas para lanzar cuerpos de personas afectadas por la peste dentro de las ciudades asediadas. La enfermedad se extendería y facilitaría la captura de la ciudad, aunque en ese tiempo no se entendía cómo se transmitían las enfermedades.

En la primera noche del asedio, el líder mongol se instalaba en una tienda blanca. Esto significaba que si la ciudad se rendía, todos los ciudadanos serían respetados. El segundo día, usaba una tienda roja: si la ciudad se rendía, todos los hombres serían vencidos, pero el resto se salvaría. El tercer día, usaba una tienda negra: no habría supervivientes.

Esta actitud era común en muchos ejércitos. Una ciudad que se rendía podía negociar para evitar ser saqueada. Una ciudad tomada por asedio o asalto podía sufrir consecuencias muy duras, incluso hasta el siglo XIX. El saqueo de Jerusalén al final de la Primera Cruzada no era diferente de cómo terminaba un asedio en el que la ciudad era tomada por asalto. Jerusalén fue tomada por asalto, y la costumbre era que podía ser saqueada durante tres días y noches. Era común que si la ciudad era tomada por asalto, se venciera a todos los hombres. Si se rendía tras un largo asedio (como Jerusalén en 1187 o Visby en 1361), se imponían grandes tributos. Si se rendía sin asedio, la ciudad quedaba intacta.

Los mongoles eran menos efectivos contra castillos bien protegidos. Se dice que una razón por la que los mongoles no intentaron un ataque a gran escala en Europa fueron los castillos europeos. Tomarlos habría requerido demasiados recursos, y un ejército basado en la movilidad podría haber sido atacado fácilmente durante un asedio. Después de la catástrofe de 1242, el rey Bela IV llenó Hungría de castillos. Aunque esto reducía el poder central, al dar a los nobles locales una base de poder, resultaron muy efectivos contra los mongoles. Los húngaros rechazaron fácilmente una gran invasión mongola en 1281.

Los asedios en la era de la pólvora

Archivo:Mapa del sitio de Badajoz en 1658
«Planta del sitio que el revelde puso a la ciudad de Badajoz» por Kungl Krigsarkivet en 1658.

La invención de la pólvora y el uso del cañón cambiaron las tácticas militares de asedio. Los cañones se usaron a principios del siglo XIII, pero no fueron realmente importantes hasta unos 150 años después. En el siglo XVI, los cañones eran una parte esencial de cualquier ejército y de las defensas de los castillos.

La mayor ventaja del cañón era su capacidad para disparar proyectiles más pesados, más lejos, más rápido y con más frecuencia. Las murallas antiguas (más altas y delgadas) eran blancos fáciles. En 1453, las grandes murallas de Constantinopla fueron destruidas en solo seis semanas por los 62 cañones del ejército de Mehmet II.

Sin embargo, pronto aparecieron nuevas fortificaciones en Europa, diseñadas para resistir las armas de fuego. Durante el Renacimiento y la Edad Moderna, los asedios siguieron siendo muy importantes en la guerra europea.

Una vez que se desarrollaron los cañones de asedio, las técnicas para tomar una ciudad o fortaleza se hicieron muy conocidas y casi rituales. El ejército atacante rodeaba una ciudad y pedía su rendición. Si la respuesta era negativa, el ejército rodeaba la ciudad con fortificaciones temporales para evitar contraataques y la llegada de refuerzos. Luego, los atacantes construían trincheras paralelas a las defensas, a una distancia segura de la artillería defensiva. Después, construían una trinchera en zigzag hacia la ciudad para evitar ser expuestos al fuego enemigo. Una vez dentro del alcance de la artillería, se cavaba otra trinchera paralela con posiciones para cañones. Si era necesario, la primera artillería cubría el avance, y el proceso se repetía hasta que los cañones estuvieran lo suficientemente cerca para abrir una brecha en las fortificaciones. Así, las tropas de ataque podían acercarse para aprovechar la brecha. Después de cada paso, los atacantes pedían la rendición, pero si las tropas entraban por la brecha, los defensores no podían esperar clemencia.

¿Cómo mejoraron las fortificaciones con la pólvora?

Archivo:Siege of a city, medieval miniature
El Imperio Turco asedió Constantinopla, capital del Imperio bizantino, durante casi dos meses en 1453. Otros asedios duraron mucho más.

Los castillos que antes eran muy difíciles de asediar, ahora eran fácilmente destruidos con las nuevas armas. Por ejemplo, en España, el ejército de los Reyes Católicos, con nuevas armas, pudo conquistar las fortalezas moras de Granada entre 1482 y 1492, que habían resistido siglos antes de los cañones.

A principios del siglo XV, el arquitecto italiano León Battista Alberti escribió sobre cómo construir fortificaciones que resistieran los nuevos cañones. Propuso murallas irregulares, como dientes de sierra, y fortalezas en forma de estrella con murallas más bajas y gruesas.

Pocos líderes siguieron sus consejos al principio. Algunas ciudades italianas empezaron a construir con el nuevo estilo a finales de 1480. Pero fue solo después de la invasión francesa de Italia en 1494-1495 cuando las nuevas fortificaciones se construyeron a gran escala. Carlos VIII invadió Italia con un ejército de 18 000 hombres con artillería móvil. Podía vencer a casi cualquier ciudad o estado. Esto cambió la estrategia militar, poniendo énfasis en crear nuevas fortificaciones para resistir un asedio moderno.

¿Cómo eran las nuevas fortalezas?

Archivo:Vesting index
Plano de una fortaleza del siglo XVII.

La forma más efectiva de proteger las murallas del fuego de los cañones era darles profundidad (haciéndolas más gruesas) y ángulos (para que los atacantes no pudieran disparar directamente, sino en ángulo oblicuo). Al principio, las murallas se hicieron más bajas y se reforzaron con materiales como piedra y arena que absorbían mejor el impacto. Las antiguas torres se transformaron en bastiones triangulares.

Este diseño se conoció como la traza italiana. Eran fortalezas en forma de estrella que rodeaban pueblos y ciudades, con defensas exteriores muy difíciles de capturar. Las fortalezas construidas así en el siglo XVI no quedaron obsoletas hasta el siglo XIX, e incluso se usaron en la Primera Guerra Mundial (aunque modificadas).

Sin embargo, construir estas fortalezas era muy caro, a menudo demasiado para ciudades pequeñas. Algunas se endeudaron mucho, mientras que otras, como Siena, gastaron tanto en fortificaciones que no pudieron mantener a su ejército y perdieron sus guerras. Aun así, se construyeron muchas fortalezas grandes e impresionantes en el norte de Italia a principios del siglo XVI para resistir las invasiones francesas, conocidas como las Guerras de Italia. Muchas de esas fortalezas aún existen.

Entre 1530 y 1550, el nuevo estilo de fortificación se extendió por Italia y el resto de Europa: Francia, los Países Bajos y España. Ingenieros italianos eran solicitados por toda Europa, especialmente en zonas de guerra. Durante muchos años, las tácticas ofensivas y defensivas estuvieron equilibradas, llevando a guerras más preparadas y costosas que requerían más planificación y la participación de los gobiernos.

Archivo:Fortbourtange
Fortaleza de Bourtange en Groninga, Holanda. Fortaleza de forma pentagonal, muestra 5 bastiones, uno en cada uno de sus ángulos.

Las nuevas fortalezas hacían que las guerras se centraran en una serie de asedios. Como podían albergar a unos 10 000 hombres, un ejército invasor no podía ignorar una posición tan fuerte, ya que era un riesgo de contraataque. Por eso, casi todas las ciudades debían ser tomadas, un proceso largo que podía durar meses o años, hasta que los ciudadanos se rendían por hambre. La mayoría de las batallas de esta época eran entre ejércitos que asediaban una posición y ejércitos de rescate que intentaban liberar a los asediados.

¿Quién fue el mariscal Vauban?

Archivo:Ciudadela Pamplona 1
Ciudadela de Pamplona. Construida en 1571 por orden de Felipe II por el prestigioso ingeniero italiano Giacomo Palearo, es un pentágono estrellado de cinco puntas con baluartes en los extremos.

A finales del siglo XVII, el mariscal Vauban, un ingeniero militar francés, llevó la fortificación moderna a su punto más alto. Él mejoró la estrategia del asedio sin cambiarla drásticamente: se cavarían canales, las murallas se protegerían con glacis y los bastiones apuntarían a los atacantes. También fue un maestro planeando asedios. Hizo del asedio un proceso metódico que, si no se interrumpía, vencería las mayores fortificaciones.

Hay ejemplos de fortalezas hechas a su estilo en Norteamérica, como el Fuerte McHenry en Baltimore, el Fuerte Ticonderoga en el estado de Nueva York y La Citadelle en Quebec.

Planear y mantener un asedio es tan difícil como defenderlo. El ejército que asedia debe estar listo para repeler ataques desde dentro de la ciudad y desde fuera. Por eso, era común construir líneas de trincheras y defensas en ambas direcciones. Las líneas externas rodeaban al ejército atacante y lo protegían de ataques externos. También se construía una línea de circunvalación, mirando hacia la ciudad asediada, para protegerse de las salidas de los defensores y evitar huidas.

La siguiente línea, que Vauban solía colocar a unos 600 metros del objetivo, contenía las baterías principales de cañones pesados, para que pudieran alcanzar el objetivo sin ser vulnerables. Una vez establecida esta línea, los equipos avanzaban para crear otra línea a 250 metros, con cañones más pequeños. La última línea se construía a solo 30 o 60 metros de la fortaleza. Esta línea tendría los morteros y serviría como punto de partida para los ataques una vez que se abrieran brechas. Desde aquí, los zapadores también cavarían túneles para atacar los cimientos de la fortaleza.

Las trincheras que conectaban las líneas de los asediantes no podían construirse perpendiculares a las murallas de la fortaleza, porque los defensores tendrían una línea de fuego clara. Por eso, se construían en zigzag o con ángulos muy agudos.

Archivo:Pieter Snayers Siege of Gravelines
Sitio de Gravelinas, donde se produjo la batalla de Gravelinas, con una victoria española sobre las tropas francesas que obligó al rey francés a firmar la paz, y desistir de su invasión de Italia. Esta batalla se produjo después de la batalla de San Quintín, y en honor a esta victoria, el rey Felipe II mandó construir el Monasterio de El Escorial.

Otro elemento de la fortaleza era la ciudadela. Era una fortaleza más pequeña dentro de una más grande, a veces diseñada como último punto de defensa, pero normalmente para proteger a la guarnición de una posible revuelta en la ciudad. La ciudadela se usaba tanto en paz como en guerra para mantener el orden entre los habitantes.

Como en épocas pasadas, la mayoría de los asedios se decidían con poca lucha directa. El atacante consideraba el alto número de bajas que implicaría un ataque directo, por lo que prefería esperar a que los suministros se agotaran o las enfermedades debilitaran a los defensores hasta que quisieran rendirse. Al mismo tiempo, las enfermedades, especialmente el tifus, eran un peligro constante para las tropas fuera de la fortaleza y a menudo obligaban a la retirada. Los asedios a menudo los ganaba el ejército que aguantaba más tiempo.

Un elemento importante de la estrategia del asedio era si se permitiría o no la rendición a la ciudad asediada. Normalmente era preferible permitir la rendición, tanto para evitar bajas como para dar ejemplo a futuras ciudades. Una ciudad a la que se le permitía rendirse con pocas pérdidas era mejor que una que resistía mucho y era tomada con gran dificultad al final. Además, si un ejército tenía fama de causar gran daño sin importar la rendición, los esfuerzos defensivos de otras ciudades se duplicarían.

¿Cómo cambió la guerra con la movilidad?

La táctica del asedio dominó Europa occidental durante la mayor parte de los siglos XVII y XVIII. Una campaña entera, o incluso más, podía dedicarse a un solo asedio (por ejemplo, Ostende en 1601-04 o La Rochelle en 1627-28). Esto resultaba en conflictos muy largos. Aunque los asedios eran costosos y lentos, eran muy exitosos, o al menos más que los encuentros en campo abierto. Las batallas surgían entre sitiadores y ejércitos que intentaban liberar el sitio, pero el principio era una victoria lenta por parte del poder económico más fuerte. Los intentos raros de forzar batallas en campo abierto (el rey sueco Gustavo II Adolfo en 1630 o los franceses contra los holandeses en 1672 o 1688) casi siempre terminaban en derrotas costosas.

Aunque hubo muchos asedios durante la Revolución inglesa (1642-1651), la idea general de los ejércitos en campo abierto era: "¿Dónde está el enemigo? Vayamos y luchemos." Esto era muy diferente del sitio de Núremberg durante la guerra de los 30 años y fue demostrado a las fuerzas continentales por los regimientos del New Model Army en la batalla de las Dunas (1658) durante la guerra anglo-española de 1654.

Sin embargo, este esquema cambió con la Revolución francesa y las guerras napoleónicas. Las nuevas técnicas trajeron ejércitos muy móviles que se enfrentaban en batallas en campo abierto, y una fortificación ya no era tan decisiva. Los avances en artillería hicieron que las defensas antes casi imposibles de superar fueran inútiles. Por ejemplo, las murallas de Viena que habían detenido a los turcos a mediados del siglo XVII no fueron un obstáculo para Napoleón a finales del siglo XVIII. Cuando ocurrían asedios, los atacantes solían vencer las defensas en días o semanas, en lugar de meses. Sin embargo, las líneas de fuertes de Torres Vedras (1810-1811), construidas por los portugueses bajo la dirección de ingenieros de la Armada Británica durante la guerra en la península, lograron detener a los franceses y fueron un primer ejemplo de guerra de trincheras. El asedio de Sebastopol de 1854-1855 durante la guerra de Crimea y los de Petersburg (Virginia) durante la guerra civil estadounidense mostraron que las fortificaciones modernas aún podían resistir al enemigo durante muchos meses.

Archivo:Ramon Martí Alsina El gran dia de Girona
El gran día de Gerona (1863/1864), de Ramón Martí Alsina. Describe uno de los episodios más difíciles del Sitio de Gerona de 1809.

Esta era de ejércitos móviles continuó durante el siglo XIX. Por ejemplo, la gran fortaleza sueca de Karlsborg, planeada como capital de reserva para Suecia después de perder Finlandia en 1809, estaba obsoleta antes de terminar su construcción en 1909.

Los avances en la tecnología de armas de fuego, sin los avances necesarios en las comunicaciones en el campo de batalla, hicieron que las tácticas defensivas volvieran a ser más fuertes. Un ejemplo de asedio prolongado en esta época, que duró 337 días por la falta de comunicación de los sitiados, fue el sitio de Baler. Un pequeño grupo de soldados españoles fue asediado en una iglesia por los filipinos, durante la Revolución filipina y la guerra hispano-estadounidense, hasta meses después de firmarse el Tratado de París que finalizó el conflicto.

Durante la guerra franco-prusiana, las líneas de batalla se movían rápidamente por Francia. Sin embargo, el asedio de Metz y el asedio de París detuvieron a los ejércitos alemanes durante meses, debido a la superioridad del fusil Chassepot y a la idea de fuertes con artillería pesada. Esto llevó a la construcción de fortalezas en Europa, como las de Verdún.

La guerra moderna y los asedios

Archivo:Cheshire Regiment trench Somme 1916
Imagen de una trinchera cerca de La Boisselle durante la batalla del Somme en julio de 1916.

Principalmente por el aumento del poder de fuego (como las ametralladoras) de las fuerzas defensivas, la Primera Guerra Mundial revivió una forma de asedio en la guerra de trincheras. Aunque el asedio salió de las ciudades, porque las murallas no eran efectivas contra las armas modernas, la guerra de trincheras usaba muchas técnicas de asedio (túneles, minas, artillería y desgaste) pero a una escala mucho mayor y en un frente muy extenso. El desarrollo del tanque mejoró las tácticas de infantería, y al final de la guerra, la balanza se inclinó de nuevo hacia las maniobras.

La guerra relámpago de la Segunda Guerra Mundial demostró que las fortificaciones fijas eran fácilmente superadas por las maniobras, en lugar de ataques frontales y largos asedios. La gran Línea Maginot fue sobrepasada, y batallas que habrían durado semanas de asedio se podían evitar con la fuerza aérea (como la captura alemana del Fuerte Eben Emael, Bélgica, por paracaidistas al principio de la guerra). Los asedios más importantes de la Segunda Guerra Mundial fueron en el Frente del Este, donde la dura lucha callejera marcó las batallas de Leningrado, Stalingrado y Berlín. En estas batallas, las ruinas de un entorno urbano resultaron ser obstáculos tan efectivos como cualquier fortificación.

En el Oeste, aparte de la Batalla del Atlántico, los asedios no fueron de la misma escala que en el frente del Este. Sin embargo, hubo asedios notables: la isla de Malta, Tobruk y Monte Cassino. En el sudeste asiático, ocurrieron los asedios de Singapur, Myitkyina y otros.

Los métodos de suministro aéreo se desarrollaron y usaron mucho en la Campaña de Birmania para llevar provisiones a las tropas, incluyendo las que estaban en asedios como el de Imphal. Todos estos casos dieron a los aliados experiencia vital para el bloqueo de Berlín en la Guerra Fría.

Durante la guerra de Vietnam, las batallas de Dien Bien Phu (1954) y Khe Sanh (1968) tuvieron características de asedio. En ambos casos, el Vietminh y el Vietcong lograron aislar al ejército enemigo capturando los terrenos cercanos. En Dien Bien Phu, los franceses no pudieron usar la fuerza aérea para romper el asedio y fueron derrotados. Sin embargo, en Khe Sanh, solo 14 años después, los avances técnicos permitieron a los Estados Unidos resistir el asedio. La resistencia de las fuerzas de los Estados Unidos fue ayudada por la decisión de las fuerzas vietnamitas de usar el asedio como una distracción estratégica para permitir su ofensiva móvil. El asedio de Khe Sanh muestra las características típicas de los asedios modernos: aunque los defensores tenían gran capacidad para resistir, el objetivo principal de los atacantes era inmovilizar sus fuerzas y crear una distracción estratégica, más que llevar el asedio a su fin.

Acciones policiales

A pesar del gran poder del Estado moderno, las tácticas de asedio todavía se usan en situaciones policiales. Esto se debe a muchos factores, principalmente el riesgo para la vida humana: de la policía, de los asediados, de otras personas o de los rehenes. La policía usa negociadores entrenados, psicólogos y, si es necesario, la fuerza, a menudo con el apoyo de las fuerzas armadas.

Una complicación para la policía en un asedio con rehenes es el síndrome de Estocolmo, donde a veces los rehenes desarrollan un vínculo con sus captores. Hay casos en los que los rehenes han intentado proteger a sus captores o se han negado a cooperar con las autoridades.

Véase también

  • Anexo:Lista de caídas o tomas
  • Todas las páginas que comienzan por «Asedio».
  • Todas las páginas que comienzan por «Sitio de».
kids search engine
Asedio para Niños. Enciclopedia Kiddle.