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Surrealismo para niños

Enciclopedia para niños

El surrealismo es un movimiento artístico y cultural que nació en Europa en la década de 1920, después de la Primera Guerra Mundial. Fue muy influenciado por las ideas de Sigmund Freud sobre el inconsciente, que es la parte de nuestra mente donde guardamos pensamientos y sentimientos de los que no siempre somos conscientes.

La Real Academia Española describe el surrealismo como un movimiento artístico y literario que busca ir más allá de lo real. Lo hace explorando lo irracional y lo que viene de los sueños, usando la expresión automática del pensamiento.

Este movimiento surgió como una forma de continuar las ideas del dadaísmo, otro movimiento artístico. André Breton, un poeta que había sido parte del dadaísmo, notó que este perdía fuerza. Entonces, decidió crear un nuevo movimiento con una base teórica más sólida. Breton había trabajado como camillero durante la guerra, donde conoció las teorías de Freud. Después, escribió el primer Manifiesto del surrealismo.

El término "surrealismo" fue usado por primera vez por Guillaume Apollinaire en 1917. Sin embargo, el movimiento surrealista se estableció oficialmente el 15 de octubre de 1924, cuando André Breton publicó el Manifiesto del surrealismo en París. Esta ciudad se convirtió en el centro del movimiento. A partir de los años 20, el surrealismo se extendió por todo el mundo. Influyó en las artes visuales, la literatura, el cine y la música en muchos países e idiomas. También impactó el pensamiento y las ideas sociales.

El surrealismo es famoso por sus artes visuales y su escritura, que combinan una imaginación muy particular. Los artistas pintaban imágenes sorprendentes y sin lógica, a menudo con gran detalle. Creaban seres extraños a partir de objetos comunes y desarrollaban técnicas para explorar el subconsciente.

Aunque no tenía reglas o un estilo fijo, ya que buscaba mostrar el inconsciente del artista, el surrealismo se inspiró en el dadaísmo, que era un movimiento que celebraba el caos y la belleza de lo imperfecto. Las obras surrealistas buscaban, según André Breton, "unir las contradicciones de los sueños y la realidad en una realidad superior".

Las obras surrealistas a menudo contienen elementos inesperados y sin una conexión lógica aparente. Sin embargo, muchos artistas y escritores surrealistas veían su trabajo como una expresión de una filosofía. Breton afirmaba que el surrealismo era un movimiento que buscaba cambios profundos en la sociedad.

¿De dónde viene la palabra "surrealismo"?

La palabra "surrealismo" viene del francés: surréalisme. "Sur" significa 'sobre' o 'por encima', y "réalisme" significa 'realismo'. Fue creada por el escritor francés Guillaume Apollinaire en 1917. En un programa de mano que escribió para el ballet Parade en mayo de 1917, Apollinaire dijo que los creadores del ballet habían logrado:

Una unión entre la pintura y la danza, entre las artes visuales y las que imitan, que es el anuncio de un arte aún más grande que está por venir. (...) Esta nueva unión (...) ha dado lugar, en Parade, a una especie de surrealismo, que considero el punto de partida para una serie de nuevas expresiones del Espíritu que se está manifestando hoy y que sin duda atraerá a nuestras mejores mentes. Podemos esperar que cause cambios importantes en nuestras artes y costumbres a través de la alegría general, pues es natural, después de todo, que estas avancen al mismo ritmo que el progreso científico e industrial.

¿Qué ideas inspiraron el surrealismo?

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Retrato "Vertumnus" (Verano) del emperador Rodolfo II por Giuseppe Arcimboldo. Los surrealistas vieron en él a un precursor.

Los surrealistas mencionaron a varios pensadores y artistas como inspiraciones. Entre ellos estaban el pensador Heráclito y Charles Fourier. Las teorías de Sigmund Freud sobre los sueños y el subconsciente fueron muy importantes para el pensamiento surrealista.

En el arte, la poesía surrealista se inspiró en la forma de pensar de Arthur Rimbaud, Alfred Jarry y Lautréamont. En la pintura, un precedente antiguo es Hieronymus Bosch "el Bosco", quien en los siglos XV y XVI creó obras como El jardín de las delicias. A finales del siglo XIX, Giorgio de Chirico y su pintura metafísica también fueron una influencia notable. El surrealismo tomó estos elementos y los organizó de una manera nueva. Sin embargo, su inspiración más directa fue el dadaísmo, del cual tomó varios aspectos.

Los primeros pasos del movimiento

El año 1916 es una fecha importante para el movimiento. Fue entonces cuando André Breton, quien se convertiría en el líder y pensador principal del surrealismo, descubrió las teorías de Sigmund Freud y Alfred Jarry. También conoció a Jacques Vaché y a Guillaume Apollinaire. Durante los años siguientes, hubo una relación compleja con el dadaísmo, un movimiento artístico liderado por Tristan Tzara. Las ideas de ambos movimientos se fueron definiendo. El dadaísmo se inclinaba hacia la destrucción, mientras que el surrealismo buscaba una construcción más imaginativa. Ambos se influyeron mutuamente.

Archivo:Yvan Goll, Surréalisme, Manifeste du surréalisme, Volume 1, Number 1, October 1, 1924, cover by Robert Delaunay
Yvan Goll, Surréalisme, Manifeste du surréalisme, volumen 1, número 1, 1 de octubre de 1924, portada de Robert Delaunay

En 1924, Breton escribió el primer Manifiesto Surrealista. En él, incluyó la siguiente definición:

Indica muy mala fe discutirnos el derecho a emplear la palabra surrealismo, en el sentido particular que nosotros le damos, ya que nadie puede dudar de que esta palabra no tuvo fortuna, antes de que nosotros nos sirviéramos de ella. Voy a definirla de una vez para siempre:

Surrealismo: "sustantivo, masculino. Automatismo psíquico puro, por cuyo medio se intenta expresar, verbalmente, por escrito o de cualquier otro modo, el funcionamiento real del pensamiento. Es un dictado del pensamiento, sin la intervención reguladora de la razón, ajeno a toda preocupación estética o moral."

Filosofía: "El surrealismo se basa en la creencia de una realidad superior de ciertas formas de asociación despreciadas hasta la aparición del mismo, y en el libre ejercicio del pensamiento. Tiende a destruir definitivamente todos los restantes mecanismos psíquicos, y a sustituirlos por la resolución de los principales problemas de la vida.

Han hecho profesión de fe de Surrealismo Absoluto, los siguientes señores: Aragon, Baron, Boiffard, Breton, Carrive, Crevel, Delteil, Desnos, Eluard, Gerard, Limbour, Malkine, Morise, Naville, Noll, Peret, Picon, Soupault, Vitrac."

Esta fue la definición que Breton y Soupault dieron al término en el primer Manifiesto Surrealista de 1924. Así, el surrealismo comenzó como un movimiento poético. La pintura y la escultura se veían como expresiones visuales de la poesía.

En su obra El surrealismo y la pintura (1928), Breton explicó la psicología surrealista. Creía que el inconsciente es la parte de la mente donde el ser humano se conecta directamente con la realidad. En esta esfera, el arte no es solo una representación, sino una comunicación vital entre el individuo y el todo. Esta conexión se manifiesta en las coincidencias significativas, donde los deseos de una persona y los eventos externos se unen de forma inesperada. También se expresa en los sueños, donde elementos muy diferentes se revelan unidos por relaciones secretas. El surrealismo propone llevar estas imágenes al arte mediante la asociación libre de ideas, sin la censura de la conciencia. Por eso, eligió el automatismo como método, inspirándose en prácticas espirituales, pero cambiando su significado: lo que se expresa no son espíritus, sino el inconsciente.

Durante unas intensas sesiones de automatismo, Breton y Soupault escribieron Los Campos Magnéticos, la primera muestra de las posibilidades de la escritura automática. La publicaron en 1921. Más tarde, Breton publicó Pez soluble. El final del séptimo cuento dice:

"Heme aquí, en los corredores del palacio en que todos están dormidos. ¿Acaso el verde de la tristeza y de la herrumbre no es la canción de las sirenas?"

El surrealismo y los cambios sociales

A partir de 1925, debido a la guerra del Rif, el surrealismo se interesó más por los temas sociales y políticos. Fue entonces cuando hubo los primeros contactos con grupos que buscaban cambios sociales, lo que llevó a Breton a unirse a un partido político ese mismo año.

Entre 1925 y 1930, apareció un nuevo periódico llamado El Surrealismo al servicio de la Revolución. En su primer número, artistas como Louis Aragón, Buñuel, Dalí, Paul Éluard, Max Ernst, Yves Tanguy y Tristan Tzara se declararon a favor de Breton. Por otro lado, Jean Arp y Miró, aunque no compartían las decisiones políticas de Breton, seguían participando con interés en las exposiciones surrealistas. Poco después, se unieron Magritte (1930), Masson (1931), Giacometti y Brauner en 1933. También Matta (quien conoció a Breton en 1937 gracias a Dalí) y Lam se unieron. El movimiento se hizo internacional, con grupos surrealistas en Estados Unidos, Dinamarca, Londres, Checoslovaquia y Japón. Desde este momento, surgió una discusión, a menudo fuerte, entre los surrealistas que veían el movimiento como puramente artístico y los que apoyaban a Breton en su interés por los cambios sociales.

En 1929, Breton publicó el Segundo Manifiesto Surrealista, en el que criticaba a algunos artistas como Masson y Francis Picabia. En 1936, expulsó a Dalí por querer mantenerse neutral ante los temas sociales y no criticar ciertas ideologías, y también a Paul Éluard. En 1938, Breton firmó en México, junto con León Trotski y Diego Rivera, el Manifiesto por un Arte Revolucionario Independiente.

A pesar de estas diferencias, hay muchos artistas y obras de arte que se consideran surrealistas, sin que sus obras tengan un enfoque político. Lo más importante del surrealismo sigue siendo la realidad que se ve de forma diferente, transformada o reinterpretada a partir de los sueños y el subconsciente.

¿Qué técnicas usaban los surrealistas?

El surrealismo tomó del dadaísmo algunas técnicas de fotografía, cine y creación de objetos. Ampliaron el principio del collage (unir diferentes elementos) a la creación de objetos extraños, como en los poemas visibles de Max Ernst. Este último inventó el frottage (dibujos hechos frotando superficies rugosas contra papel o lienzo) y lo usó en obras grandes como Historia Natural, pintada en París en 1926.

Crearon el cadáver exquisito, una técnica en la que varios artistas dibujaban partes de una figura o un texto sin ver lo que el anterior había hecho, pasándose el papel doblado. Las criaturas resultantes pudieron inspirar a Miró.

Otras técnicas surrealistas incluían el caligrama, el Objet Trouvé, la cubomanía, el soufflage, el método crítico paranoico, el ahumado y la decalcomanía. Todas estas técnicas se basaban en el azar y la improvisación, siguiendo la filosofía del movimiento surrealista.

En la literatura, el surrealismo revolucionó el lenguaje y aportó nuevas formas de escribir. Como no seguía ninguna tradición cultural, ni en temas ni en forma, dejó de lado la métrica y adoptó el versículo: un verso de extensión libre sin rima, que se sostiene por su propio ritmo. Además, como no se limitaba a temas tradicionales, exploró las fuentes de los pensamientos profundos (sueños, emociones ocultas) y sociales. Así, la poesía se volvió más humana. Para ello, usaron la transcripción de sueños y la escritura automática, y crearon nuevas metáforas como la imagen visionaria. El lenguaje también se renovó, incluyendo nuevas palabras y enriqueciendo la retórica con nuevas formas de expresión.

La pintura surrealista

Masson adoptó rápidamente las técnicas del automatismo hacia 1923-1924, poco después de conocer a Breton. Hacia 1929, las dejó para volver a un estilo más cercano al cubismo. Por su parte, Dalí usaba más la fijación de imágenes tomadas de los sueños. Según Breton, Dalí "abusaba de ellas y ponía en peligro la credibilidad del surrealismo". Dalí inventó lo que llamó método paranoico-crítico, una mezcla de la técnica de observación de Leonardo da Vinci (donde al observar una pared se podían ver formas) y técnicas de frottage. De esta técnica surgieron obras donde se ven dos imágenes en una sola. Óscar Domínguez inventó la decalcomanía (aplicar gouache negro sobre un papel, colocarlo sobre otra hoja y presionar ligeramente, luego despegar antes de que se seque). Además de la decalcomanía y el frottage, los surrealistas desarrollaron otros métodos que también incluían el azar: el raspado, el fumage y la distribución de arena sobre el lienzo encolado.

Miró fue para Breton el más surrealista de todos, por su automatismo psíquico puro. Su surrealismo se desarrolló desde sus primeras obras donde exploraba sueños y fantasías infantiles (El Campo labrado), pasando por obras donde el automatismo era clave (Nacimiento del mundo), hasta obras donde creó su propio lenguaje de signos y formas orgánicas (Personaje lanzando una piedra). Arp combinó el automatismo y las técnicas oníricas en la misma obra, creando una iconografía de formas orgánicas que se conoce como escultura biomórfica. En ella, buscaba representar lo orgánico como principio de la realidad.

René Magritte aportó al surrealismo una profundidad conceptual basada en el juego de imágenes ambiguas y su significado, cuestionando la relación entre un objeto pintado y el real. Paul Delvaux llenó sus obras de un carácter de extrañamiento en los espacios de Giorgio de Chirico.

El surrealismo influyó en muchos artistas europeos y americanos en diferentes épocas. Pablo Picasso se unió al movimiento surrealista en 1925. Breton describió el acercamiento de Picasso como "surrealista dentro del cubismo". Se consideran surrealistas las obras del período Dinard (1928-1930), en las que Picasso combinó lo monstruoso y lo hermoso en figuras que eran mitad máquinas, mitad seres extraños, de aspecto gigante y a veces aterrador. Esta monumentalidad surrealista de Picasso se puede comparar con la de Henry Moore y, en poesía y teatro, con la de Fernando Arrabal.

Otros movimientos pictóricos nacieron del surrealismo o lo anticiparon, como el Art brut.

¿Cuándo fue el momento más importante del surrealismo y cuándo empezó a decaer?

En 1938, se realizó en París la Exposición Internacional del Surrealismo, que marcó el punto más alto de este movimiento antes de la guerra. Participaron, entre otros, Marcel Duchamp, Jean Arp, Dalí, Max Ernst, Masson, Man Ray, Óscar Domínguez y Meret Oppenheim. La exposición mostró al público, sobre todo, una excelente colección de objetos creados por el surrealismo.

Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, los surrealistas se dispersaron. Algunos de ellos (Dalí, Breton, Ernst, Masson) dejaron París y se fueron a los Estados Unidos. Allí, sembraron las semillas para futuros movimientos artísticos americanos de posguerra, como el expresionismo abstracto y el Arte Pop.

El surrealismo en España y Latinoamérica

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Mural nº10 del Museo a Cielo Abierto de Valparaíso, titulado Surrealismo en roca, hecho por Roberto Matta en 1992

El surrealismo en la pintura española y latinoamericana

En España, el surrealismo apareció alrededor de los años 1920, no solo como una vanguardia pura, sino mezclado con elementos simbolistas y de la pintura popular. Además de Joan Miró y Salvador Dalí, el surrealismo español incluye a Remedios Varo, Maruja Mallo, Gregorio Prieto, José Moreno Villa, Benjamín Palencia y José Caballero. También a los neocubistas que se pasaron al surrealismo (Alberto Sánchez, Manuel Ángeles Ortiz y Ángel Ferrant).

Hubo un importante grupo surrealista en las islas Canarias, que se reunía alrededor de la Gaceta de Arte de Eduardo Westerdahl. Un grupo de poetas de allí invitó a André Bretón en 1935. Allí, Breton escribió el poema Le chateau etoilé y otras obras. Los principales representantes de la pintura surrealista en las islas fueron Óscar Domínguez, Juan Ismael y el propio Westerdahl.

En Latinoamérica, además de los ya mencionados Roberto Matta (Chile) y Wilfredo Lam (Cuba), se consideran surrealistas a la emigrada Remedios Varo (que siempre mantuvo la nacionalidad española) y Leonora Carrington (inmigrante europea que luego se nacionalizó mexicana).

Archivo:Westphalen1
Emilio Adolfo Westphalen.

La que se considera la primera exposición surrealista en Latinoamérica se realizó en Lima, en 1935. Fue una iniciativa de los poetas y pintores surrealistas peruanos César Moro y Emilio Adolfo Westphalen. Más tarde, en México, en enero de 1940, el mismo César Moro, junto con André Breton y Wolfgang Paalen, lograron presentar en la Galería de Arte Mexicano una selección de cuarenta obras, tanto de representantes del movimiento surrealista como de artistas americanos cuyo trabajo tenía relación con el movimiento. Existe un debate sobre si la obra de Frida Kahlo pertenece al surrealismo. Breton consideraba a México la esencia del surrealismo e interpretaba sus obras como surrealistas, aunque la propia Kahlo decía claramente: "Yo no pinto sueños... pinto mi realidad".

Es importante destacar la contribución al movimiento desde Buenos Aires de artistas y escritores como Aldo Pellegrini, Planas Casas y Batlle Planas.

El surrealismo en la literatura hispánica

El surrealismo fue seguido con interés por los intelectuales españoles de los años 30. Existía el precedente de Ramón Gómez de la Serna, quien usaba algunas formas que se podían relacionar con el surrealismo, como la greguería.

Varios poetas de la generación del 27 se interesaron por las posibilidades expresivas del surrealismo. El primero en adoptar sus métodos fue José María Hinojosa, autor de La flor de Californía (1928), un libro pionero de prosas narrativas y oníricas. Su influencia también es clara en libros como la tercera sección de Sobre los ángeles y en Sermones y moradas de Rafael Alberti; en Poeta en Nueva York de Federico García Lorca y Un río, un amor y Los placeres prohibidos de Luis Cernuda. Vicente Aleixandre se definió a sí mismo como "un poeta superrealista", aunque aclarando que su poesía no era un producto directo de la escritura automática. Miguel Hernández tuvo una breve etapa surrealista. Después de la guerra, la influencia surrealista se percibe en los poetas del Postismo y en Juan Eduardo Cirlot. Actualmente, existe un cierto postsurrealismo en la obra de algunos poetas como Blanca Andreu.

Pero se puede decir que solo en Canarias el surrealismo tuvo una expresión auténtica desde el principio del movimiento. Esto significa que se vinculó directamente al movimiento sin establecerse en París. Fue la Facción Surrealista de Tenerife, como la describió Domingo Pérez Minik más tarde. Todos sus miembros, liderados por Agustín Espinosa y conectados con París por el pintor tinerfeño Óscar Domínguez, venían de la experiencia de la vanguardia de las islas con la revista La Rosa de los Vientos, aparecida en 1926. Continuaron trabajando en la renovación artística y literaria de las islas en Gaceta de Arte, una de las revistas más importantes de la vanguardia hispánica, con contenido variado de vanguardia internacional y colaboradores no surrealistas como Domingo Pérez Minik y Eduardo Westerdahl. Además de Espinosa, Pedro García Cabrera, Emeterio Gutiérrez Albelo, Domingo López Torres y José María de la Rosa completan la lista de escritores surrealistas con obras como Crimen (1934) —considerada por algunos como la mejor prosa surrealista en español—, Romanticismo y cuenta nueva (1933), Enigma del invitado (1936), Dársena con despertadores (1936), Lo imprevisto (1937) y Vértice de sombra (1936). Juan Ismael se uniría a Óscar Domínguez en las artes visuales, pero desarrollando su actividad en las islas. Como en otros casos, la guerra civil española acabó con el grupo y con la vida de algunos de ellos, como López Torres o Espinosa, que murió poco después. García Cabrera, por su parte, fue detenido y huyó, uniéndose a las tropas. Sin embargo, la actividad había llegado a su punto máximo con la visita de André Breton y Benjamin Péret a Tenerife en 1935. Allí organizaron una exposición de pintura, firmaron el Segundo Boletín Internacional del Surrealismo, intentaron proyectar La Edad de Oro de Luis Buñuel —prohibida por el gobierno de la isla— y dejaron en Breton un recuerdo que formaría el contenido del capítulo V de su L'amour fou (1937).

Aunque no se le pueda considerar un surrealista estricto, el poeta y pensador Juan Larrea vivió de cerca el surgimiento del movimiento en París. Más tarde, reflexionó sobre su valor e importancia en obras como Surrealismo entre viejo y nuevo mundo (1944). Actualmente, existe una corriente de neosurrealismo en la poesía de Blanca Andreu. El español Fernando Arrabal asistió diariamente al "café surrealista" La Promenade de Vénus de 1960 a 1963. André Breton publicó su teatro, su "Piedra de la locura" y algunos de sus cuadros.

En Hispanoamérica, el surrealismo contó con el apoyo entusiasta de poetas como el chileno Braulio Arenas y los peruanos César Moro, Xavier Abril y Emilio Adolfo Westphalen. También influyó en la obra del escritor cubano Alejo Carpentier y de los poetas chilenos Pablo Neruda, Gonzalo Rojas y el peruano César Vallejo. En Argentina, a pesar del desinterés de Jorge Luis Borges, el surrealismo atrajo al joven Julio Cortázar y produjo un resultado tardío en la obra de Alejandra Pizarnik. El poeta y pensador mexicano Octavio Paz ocupa un lugar especial en la historia del movimiento: amigo personal de Breton, dedicó al surrealismo varios ensayos muy claros.

En la literatura catalana y balear, encontramos el surrealismo poético del mallorquín Llorenç Vidal, especialmente en sus obras "El cant de la balalaika" y "5 meditacions existencials".

El surrealismo en la historia

En la literatura

El surrealismo tuvo como antecedentes la patafísica de Alfred Jarry y el movimiento dadaísta fundado en Zúrich en 1916 por T. Tzara, H. Ball y H. Arp. Con un espíritu similar de provocación, André Breton, Louis Aragon y Philippe Soupault fundaron en París la revista Littérature (1919). Mientras tanto, en EE. UU., Man Ray, Marcel Duchamp y Francis Picabia mostraban actitudes parecidas, y en Alemania, Max Ernst y Hugo Ball.

A esta fase le siguió una forma más organizada de investigar el inconsciente, iniciada por Breton, junto a Aragon, Paul Éluard, Soupault, Robert Desnos, Max Ernst, etc. La primera obra de esta tendencia, que se puede considerar la primera obra literaria surrealista, fue Los campos magnéticos (1921), escrita por Breton y Soupault. Después de la ruptura con Tzara, se unieron al movimiento Antonin Artaud, André Masson y Pierre Naville.

Breton escribió la primera definición del movimiento en su Manifiesto del surrealismo (1924). Este texto dio unidad a las ideas y propósitos del movimiento. Entre los autores que citaba como precursores del movimiento estaban Freud, Lautréamont, Edward Young, Matthew Lewis, Gérard de Nerval, Jonathan Swift, François-René de Chateaubriand, Victor Hugo, Edgar Allan Poe, Charles Baudelaire, Arthur Rimbaud, Mallarmé y Jarry. En el mismo año, se fundó el Bureau de recherches surréalistes y la revista La Révolution Surréaliste, que reemplazó a Littérature. Breton se hizo cargo de su dirección en 1925, y se convirtió en el medio de expresión del grupo.

La producción surrealista se caracterizó por una búsqueda de libertad sin límites y la exaltación de los procesos de los sueños, el humor y la pasión, vistos como herramientas para luchar contra las ideas tradicionales. Las ideas del grupo se expresaron a través de técnicas literarias, como la "escritura automática", provocaciones visuales y declaraciones públicas. El acercamiento a grupos que buscaban cambios sociales a finales de los años veinte causó las primeras discusiones y divisiones en el movimiento.

En 1930, Breton publicó su Segundo manifiesto del surrealismo, en el que criticaba a Joseph Delteil, Antonin Artaud, Philippe Soupault, Robert Desnos, Georges Limbour, André Masson, Roger Vitrac, Georges Ribemont-Dessaignes y Francis Picabia. El mismo año apareció el nuevo medio del movimiento, la revista Le Surréalisme au Service de la Révolution, que sustituyó a la anterior, La Révolution Surréaliste. Al mismo tiempo, Aragon (después de su viaje), Éluard, Péret y Breton se unieron a un partido político. A finales de 1933, Breton, Éluard y Crevel fueron expulsados del partido. En los años treinta, se unieron al movimiento Salvador Dalí, Luis Buñuel, Yves Tanguy, René Char y Georges Sadoul. Ya expulsado del grupo por Breton, Dalí publicó en 1942 "La Vida Secreta de Salvador Dalí", una autobiografía que reúne muchos elementos propios del surrealismo y que muestra las habilidades literarias de un Dalí en pleno auge creativo.

Después de los años previos a la Segunda Guerra Mundial, marcados por la participación activa de Breton, y los años de exilio en Nueva York de la mayoría de sus miembros durante la ocupación alemana de Francia, el movimiento mantuvo cierta unidad y vitalidad. Pero a partir de 1946, cuando Breton regresó a París, el surrealismo ya era parte de la historia.

En las artes visuales

Al principio, el surrealismo fue principalmente un movimiento literario. Solo más tarde produjo grandes resultados en las artes visuales. Surgió un concepto clave, el automatismo, basado en una especie de inspiración mágica del inconsciente, que dio origen a poemas, ensayos, etc., y que más tarde fue adoptado por pintores y escultores.

La primera exposición surrealista se celebró en la Galerie Pierre de París en 1925. En ella, además de Jean Arp, Giorgio de Chirico y Max Ernst, participaron artistas como André Masson, Picasso, Man Ray, Pierre Roy, P. Klee y Joan Miró. Algunos de ellos se separarían del movimiento más tarde o se mantendrían unidos adoptando solo algunos de sus principios. A ellos se unieron Yves Tanguy, René Magritte, Salvador Dalí y Alberto Giacometti.

La rebelión del surrealismo contra las ideas tradicionales y el orden establecido tuvo un aspecto social. Un sector del surrealismo, que no consideraba suficientes las manifestaciones culturales, se unió a un partido político. Sin embargo, surgieron fuertes desacuerdos dentro del grupo sobre la relación entre arte y política. Se publicaron manifiestos contradictorios y el movimiento tendió a dividirse. Es significativo que la revista "La révolution surréaliste" pasara a llamarse, desde 1930, "Le surréalisme au service de la révolution". En los años 1930, el movimiento se extendió más allá de Francia. En 1938, se celebró en París la Exposición Surrealista Internacional.

La Segunda Guerra Mundial detuvo toda actividad en Europa. Esto hizo que Breton, como muchos otros artistas, se fuera a los Estados Unidos. Allí, surgió una asociación de pintores surrealistas alemanes y franceses que se reunió alrededor de la revista VVV. Estos surrealistas que emigraron a Estados Unidos influyeron en el arte estadounidense, especialmente en el desarrollo del expresionismo abstracto en los años 1940. Cuando Breton regresó a Europa en 1946, el movimiento ya estaba debilitado.

Entre los artistas visuales, el surrealismo se manifestó de dos maneras: los surrealistas abstractos, que se inclinaban por el automatismo puro, como André Masson o Joan Miró, y creaban sus propios mundos figurativos; y los surrealistas figurativos, interesados en los sueños, entre ellos René Magritte, Paul Delvaux o Salvador Dalí. Estos últimos usaban un realismo detallado y técnicas tradicionales, pero se diferenciaban de la pintura tradicional por la unión inusual de objetos y las deformaciones sorprendentes, así como por la atmósfera de ensueño que se desprendía de sus obras. Max Ernst es uno de los pocos surrealistas que se movió entre ambas formas. La obra de Ernst ha influido especialmente en un artista posterior del surrealismo en Alemania, Stefan von Reiswitz.

En la música

En la década de 1920, varios compositores fueron influenciados por el surrealismo o por personas del movimiento surrealista. Entre ellos estaban Bohuslav Martinů, André Souris, Erik Satie o Edgard Varèse, quien afirmó que su obra Arcana surgió de un sueño. Souris, en particular, estuvo asociado con el movimiento: tuvo una larga relación con Magritte y trabajó en la publicación de Paul Nougé, Adieu Marie.

Aunque Breton en 1946 respondió de forma bastante negativa al tema de la música con su ensayo El silencio es dorado, surrealistas posteriores, como Paul Garon, se interesaron por el surrealismo en la improvisación del jazz y el blues y encontraron similitudes. Los músicos de jazz y blues también mostraron interés. Por ejemplo, la Exposición Surrealista Mundial de 1976 incluyó actuaciones del guitarrista y cantante David "Honeyboy" Edwards.

En los medios audiovisuales

Archivo:Cabeza de Luis Buñuel
Cabeza de Luis Buñuel, obra del escultor Iñaki, en el Centro Buñuel de Calanda.

En el cine, el surrealismo dio lugar a varios intentos dentro del cine de vanguardia, como La Coquille et le clergyman (1926, "La caracola y el clérigo"), de Germaine Dulac o L'étoile de mer (1928, "La estrella de mar"), de Man Ray y Robert Desnos, un cortometraje dadaísta.

También se puede considerar surrealista Entr'acte, un corto de 22 minutos escrito por René Clair y Francis Picabia, y dirigido por Clair.

Luis Buñuel, en colaboración con Dalí, realizó las obras más innovadoras: Un perro andaluz (Un chien andalou, 1928) y La edad de oro (L'âge d'or, 1930).

En 1931, Jean Cocteau escribió, dirigió y estrenó La sangre de un poeta, un mediometraje surrealista de 50 minutos.

En Estados Unidos, la figura principal del surrealismo cinematográfico desde 1940 fue Maya Deren. Su obra Meshes of the Afternoon (1943), de 14 minutos, se considera la primera obra maestra surrealista estadounidense. Sin embargo, también se puede considerar surrealista una película anterior, Rose Hobart (1936), donde Joseph Cornell hizo un nuevo montaje a modo de collage a partir de celuloide de otra película anterior, East of Borneo (1931), dirigida por George Melford.

Alfred Hitchcock y Salvador Dalí colaboraron cuando el primero encargó al artista catalán parte de la escenografía de Recuerda (Spellbound, 1945).

Desde los años sesenta, cineastas contemporáneos como Alejandro Jodorowsky, David Lynch, Jan Švankmajer, Fernando Arrabal y, en los años ochenta y noventa, Jean-Pierre Jeunet, Julio Médem, Stephen Sayadian o Carlos Atanes, entre otros, muestran la influencia del surrealismo.

El cine escrito o dirigido por el Grupo Pánico, formado por Roland Topor, Arrabal y Jodorowsky, también se considera cine surrealista o post-surrealista, ya que los tres formaron parte del Grupo Surrealista liderado por Breton en París entre 1960 y septiembre de 1962. De entre todas sus películas, The Holy Mountain (1973), de Jodorowsky, se considera el ejemplo más puro de cine simbolista y surrealista.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Surrealism Facts for Kids

  • Mujeres surrealistas
  • Grupo Logicofobista
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