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Ramón Gómez de la Serna para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Ramón Gómez de la Serna
Ramón Gómez de la Serna by Agence Meurisse1928.jpg
Fotografiado en 1928
Información personal
Nacimiento 3 de julio de 1888
Madrid (España)
Fallecimiento 12 de enero de 1963
Buenos Aires (Argentina)
Sepultura Cementerio de San Justo
Nacionalidad Española
Familia
Padre Javier Gómez de la Serna y Laguna
Cónyuge Luisa Sofovich
Pareja Carmen de Burgos
Información profesional
Ocupación Escritor, periodista, biógrafo
Lengua literaria Español
Género Greguería
Obras notables
  • El caballero del hongo gris
  • Automoribundia
Miembro de
  • Instituto de Estudios Madrileños
  • Sociedad de Amigos de Portugal
Distinciones
  • Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio (1959)

Ramón Gómez de la Serna Puig (nacido en Madrid, el 3 de julio de 1888, y fallecido en Buenos Aires, el 12 de enero de 1963) fue un escritor y periodista español muy creativo. Se le considera parte de la generación de 1914 o novecentismo, y fue el creador de un tipo de texto literario llamado greguería.

Ramón escribió muchísimos libros, incluyendo ensayos, biografías (como la suya propia, Automoribundia), novelas y obras de teatro. Su forma de escribir y de vivir era muy original, rompiendo con lo que se esperaba en su época. Fue una figura clave para introducir las nuevas corrientes artísticas europeas, conocidas como vanguardias, en España.

Su obra más famosa son las greguerías. Él las inventó como frases cortas y divertidas que combinan una idea ingeniosa con una metáfora sorprendente. Pueden ser chistes, juegos de palabras o incluso reflexiones profundas.

A Ramón le gustaba que lo llamaran simplemente "Ramón". Escribió más de cien libros, y muchos de ellos se tradujeron a otros idiomas. También ayudó a difundir las ideas de las vanguardias europeas a través de sus reuniones literarias en el Café de Pombo de Madrid. Este lugar fue muy famoso y su amigo, el pintor José Gutiérrez Solana, lo inmortalizó en un cuadro.

Ramón Gómez de la Serna: Un Escritor Único

La vida de Ramón Gómez de la Serna ha sido contada por varios escritores, algunos de ellos amigos suyos. Él mismo escribió su historia cuando vivía en Buenos Aires, a los sesenta años. Su vida transcurrió entre finales del siglo XIX y mediados del XX. Durante este tiempo, fue testigo de grandes cambios en la sociedad y la política de Europa y España. Su papel fue muy importante para que las nuevas ideas artísticas llegaran a España.

¿Cómo fue su infancia y juventud?

Ramón nació en Madrid el 3 de julio de 1888. Su padre, Javier Gómez de la Serna y Laguna, era abogado y trabajaba para el gobierno. Su madre, Josefa Puig Coronado, era sobrina de la escritora Carolina Coronado. De niño, Ramón jugaba mucho por la plaza de Oriente.

La familia se mudó varias veces en Madrid. Ramón empezó a estudiar en el Colegio del Niño Jesús. Cuando España perdió sus últimas colonias en 1898, el padre de Ramón tuvo que buscar otro trabajo. Ganó un puesto como registrador de la propiedad, y la familia se mudó a Frechilla, un pueblo en Palencia.

Ramón y su hermano José pasaron tres años internos en el Colegio de San Isidoro en Palencia. En esos años, la situación política en España era complicada. El padre de Ramón, Javier Gómez de la Serna, se hizo más conocido en la política y fue elegido diputado. Por eso, la familia regresó a Madrid, y Ramón siguió estudiando en el Instituto Cardenal Cisneros. Su tío, Andrés García de Barga, conocido como Corpus Barga, lo inspiró a escribir.

A los catorce años, en 1902, Ramón creó y dirigió una revista hecha a mano llamada «El Postal, Revista Defensora de los Derechos Estudiantiles». En ella, Ramón ya mostraba su gran talento y liderazgo.

En 1903, Ramón terminó el bachillerato y su padre le regaló un viaje a París. Viajó solo y se quedó en una pensión cerca del Río Sena. Después, se matriculó en la Facultad de Derecho, pero no le gustaba mucho. En 1905, su padre le ayudó a publicar su primer libro, «Entrando en fuego». Ramón tenía dieciséis años. En 1908, publicó su segundo libro, Morbideces, donde ya se veía su estilo único. En esa época, su madre falleció.

Ramón comenzó su carrera como periodista, destacando por su originalidad. Quería cambiar la sociedad de su tiempo, que le parecía anticuada. Empezó a frecuentar los cafés de Madrid, donde se reunían los escritores.

Sus primeros pasos: La revista Prometeo

Archivo:Monumento a Ramón Gómez de la Serna (Madrid) 02
Busto de Ramón Gómez de la Serna en los Jardines de Las Vistillas de Madrid (1972).

Ramón Gómez de la Serna se mudó de la casa familiar y se instaló en la calle de la Puebla, donde tenía más espacio para escribir. En esta época, fundó la revista Prometeo y escribía con el seudónimo de Tristán. La revista buscaba renovar la literatura española, inspirándose en autores franceses e ingleses. Ramón fue considerado un escritor muy innovador y atrevido.

Durante este tiempo, no solo escribía en Prometeo, sino que también daba conferencias en el Ateneo de Madrid. Publicó varios libros, como Beatriz (1909) y El libro mudo (1911).

A los veintiún años, Ramón conoció a la escritora y periodista Carmen de Burgos, conocida como Colombine, que era veinte años mayor que él. Ella vivía sola con su hija. Ramón la visitaba a diario, escribían juntos y paseaban por los cafés de la Puerta del Sol. El padre de Ramón, preocupado, consiguió que lo nombraran secretario en una oficina española en París. Ramón viajó a París, y Carmen de Burgos lo siguió poco después. Juntos viajaron por Europa, visitando Londres, Nápoles y Lisboa. Fue en París donde Ramón empezó a hablar de sus nuevas creaciones: las greguerías. Carmen de Burgos fue una gran impulsora de este nuevo género.

Después de un tiempo en París, Ramón y Carmen regresaron a Madrid. Carmen volvió a su trabajo y Ramón a su casa en la calle de la Puebla.

El famoso Periodo Pombiano

Archivo:1912-09-13, La Tribuna, Ramón Gómez de la Serna, Bagaría
Caricatura de Ramón Gómez de la Serna por Bagaría en La Tribuna (1912).

De vuelta en Madrid, Gómez de la Serna se hizo amigo de otros escritores y artistas, como el pintor José Gutiérrez Solana y Azorín. Se reunían en tertulias, que eran encuentros para conversar sobre literatura y arte. Sus amigos más cercanos eran Paco Vighi y Tomás Borrás. Ramón empezó a trabajar para el periódico La Tribuna.

En 1914, Ramón regresó a París por tercera vez y escribió su primera novela, El doctor inverosímil. La Primera Guerra Mundial comenzó ese mismo día, lo que lo hizo volver a Madrid. Su padre le consiguió un puesto en el Tribunal Supremo.

Al regresar a Madrid, Ramón tuvo la idea de crear una tertulia literaria. Buscó un café céntrico y no muy popular. Encontró el café Pombo, una sencilla botillería en la calle de Carretas. Le gustó su aspecto antiguo y decidió invitar allí a sus amigos. La tertulia, llamada «sagrada cripta del Pombo», se celebraba los sábados por la noche y estuvo activa desde 1914 hasta 1936.

Archivo:1918, Pombo I, de Ramón Gómez de la Serna, Romero Calvet
Portada de Pombo (1918), ilustrada por Romero Calvet.

En 1917, Ramón se dedicó por completo al Pombo. La tertulia fue un gran éxito. En 1918, escribió un libro sobre estas reuniones, El Pombo, que luego completó con un segundo tomo. Su padre falleció en 1922. Ramón vendió su casa y se mudó a un estudio en la calle de Velázquez, que llamó el Torreón de Velázquez. Allí, llenó las paredes de fotos y recortes, y tenía un maniquí de cera vestido como una mujer.

En 1923, con la llegada al poder del general Miguel Primo de Rivera, Ramón perdió su trabajo administrativo. Con la herencia de su padre, se construyó una casa en Estoril (Portugal), a la que llamó El Ventanal. Colaboró en la revista portuguesa Contemporânea. Sus ingresos venían de sus colaboraciones en periódicos como El Liberal. Cuando este periódico cerró, Ramón empezó a escribir para El Sol y La Voz, lo que le dio mucha fama. A los treinta y cinco años, Ramón Gómez de la Serna ya era muy conocido en el mundo literario.

Su madurez como escritor

Ramón empezó a colaborar con la Revista de Occidente y a escribir biografías de otros autores. Durante la dictadura de Primo de Rivera, muchos intelectuales se oponían al régimen. Ramón decidió irse a vivir a Nápoles durante dos años, pero finalmente regresó a su Torreón de Velázquez en Madrid. A su regreso, se interesó por la radio en España y el cine, y sus libros comenzaron a traducirse a otros idiomas.

Daba conferencias por toda España, a veces de forma muy original. Por ejemplo, en algunas ocasiones, provocaba un apagón y luego, a la luz de una vela, daba su famosa conferencia de la maleta, ¡y al volver la luz se comía la vela (que era de confitura)! En estos viajes, creaba más greguerías. Sus conferencias eran sorprendentes y a veces causaban desconcierto. Una vez, un ciego le dijo que gracias a él había podido "ver" los faroles de los que hablaba. Pero no siempre tenía éxito; en una ocasión, alguien le apuntó con una pistola durante una conferencia.

Fue uno de los tres miembros extranjeros de la Academia Francesa del Humor, junto a Charles Chaplin y Pitigrilli. Valery Larbaud introdujo las greguerías en Francia. Aunque algunos criticaban que escribía demasiadas greguerías, el escritor Jorge Guillén dijo que para Ramón, una greguería era una forma espontánea de expresar su humor.

Archivo:1928-02-19, El Sol, Gómez de la Serna, Bagaría
Caricatura de Ramón Gómez de la Serna por Bagaría en El Sol (1928)

En 1927, los periódicos madrileños anunciaron por error la muerte de Ramón. La gente que llamaba a su casa se sorprendía al escuchar su voz. El periódico argentino La Nación le pidió artículos, y Ramón aceptó con entusiasmo. Viajó a París para celebrar nuevas ediciones de sus libros. En España, los periódicos hablaban de su éxito en el extranjero, y Ramón estaba en la cima de su popularidad.

En 1929, Ramón intentó escribir una obra de teatro llamada Los medios seres. La obra se estrenó en el teatro Alcázar, pero no tuvo éxito y fue retirada a las pocas semanas. Para superar el mal momento, Ramón se fue a París, donde alquiló un estudio y siguió escribiendo.

Regresó a Madrid y se mudó a la calle Villanueva. Allí, siguió promoviendo a nuevos escritores. Unión Radio le ofreció un contrato para que diera sesiones de radio desde su casa. A principios de 1930, Ramón viajó a Buenos Aires para dar conferencias, donde fue muy bien recibido. Allí conoció a Luisa Sofovich, a quien llamó Luisita. Ella tenía un hijo. Ramón retrasó su viaje de vuelta para que Luisita pudiera ir con él a Madrid.

Cuando llegaron a España en 1932, el país vivía el auge de la Segunda República. Ramón siguió con su vida social en los cafés y sus charlas de radio. Carmen de Burgos, su compañera de años, falleció en octubre de 1932.

Luisita, que era de Buenos Aires, no se sentía cómoda en Madrid. Un año después, Ramón fue invitado a un congreso en Buenos Aires, y Luisita lo acompañó. En este viaje, Ramón pensó en crear una ópera, pero el proyecto no se realizó. En octubre, regresaron a Europa.

El exilio en Argentina

La situación política en España era muy tensa cuando Ramón regresó de su segundo viaje a Argentina. Los amigos se dividían por sus ideas políticas. Ramón temía que este ambiente afectara a su tertulia del Pombo. Luisita enfermó, lo que preocupó a Ramón. A pesar de todo, siguió escribiendo para el Diario Madrid.

El 10 de julio de 1936, Ramón decidió cerrar la tertulia «La sagrada cripta» en el café de la calle de Carretas. El domingo siguiente fue la última vez que emitió su tertulia por radio. Los acontecimientos políticos se precipitaron rápidamente.

El inicio de la guerra civil española sorprendió a Ramón en Madrid. Luisita buscó ayuda para que Ramón y su familia pudieran salir de España. Se planeó un viaje en barco desde Burdeos. Antes de partir, Ramón tuvo que dejar atrás su biblioteca, que había reunido durante cuarenta y ocho años. Finalmente, viajaron desde Alicante a Marsella, luego en tren a Burdeos, y desde allí en barco a Montevideo, con escala en Lisboa. Era su tercer viaje a Argentina.

Su vida en Buenos Aires

Archivo:Placa-Ramón Gomez(Guillermo Rolland)
Placa en el edificio donde nació Ramón Gómez de la Serna en Madrid.

Los primeros momentos de su exilio en Buenos Aires no fueron fáciles. Recibía ofertas desde España para que apoyara una de las partes en conflicto, pero él se negaba. Las noticias de España hablaban de una guerra cada vez más dura. En Argentina, le pedían que tomara partido, pero Ramón intentaba evitarlo. Redujo su vida social, y en 1937 y 1938 se reeditaron muchas de sus obras. En 1938, consiguió una casa en la calle Hipólito Yrigoyen, que sería su hogar definitivo.

Cuando la guerra civil española terminó, sus viejos amigos le enviaron cartas. Otros españoles también llegaron a Buenos Aires huyendo. Ramón mantuvo contacto con escritores como Ortega y Gasset y Gregorio Marañón.

Poco a poco, Ramón se adaptó a la sociedad de Buenos Aires y se inspiró en ella para seguir escribiendo greguerías. A principios de los años cuarenta, se sentía muy identificado con la ciudad. Participó en actividades culturales y escribió biografías de su tía Carolina Coronado, de Azorín, de la pintora Maruja Mallo y de Valle Inclán.

A finales de los años cuarenta, en su exilio en Buenos Aires, comenzó a escribir su autobiografía, Automoribundia. Se encerraba en su estudio y solo salía con Luisita para pasear por la Costanera, el zoológico o calles con encanto. Le diagnosticaron una enfermedad que también había afectado a su padre. Cada vez dormía menos.

En 1948, publicó su biografía, Automoribundia, que fue muy popular en España. Ramón tenía sesenta años y sentía nostalgia de Madrid. En 1949, publicó Las tres gracias, una novela sobre Madrid. Aunque pensaba en volver a España, Luisita estaba feliz en su ciudad natal.

Un día, Ramón leyó en el periódico Arriba que la tertulia del Pombo se había reabierto, pero con un enfoque político que a él no le gustaba. El subsecretario de Educación Nacional le invitó oficialmente a un viaje de dos meses a España. Ramón dudó, pero finalmente decidió regresar. Viajó con Luisita en un barco español hasta Bilbao, con escala en las islas Canarias. Después de diecisiete días de viaje y trece años de exilio, llegó a Madrid el 25 de abril de 1949.

Se alojó en el Hotel Ritz. En su primera salida, fue al Café Lyon, donde muchos amigos y curiosos lo rodearon. Anunció a todos los que habían participado en el Pombo que la «Sagrada cripta» reabriría el 30 de abril de 1949. Celebró tres sesiones en Madrid, con conferencias, eventos y presentaciones de libros. El Ayuntamiento de Madrid le puso una placa conmemorativa en su casa natal. También tuvo una recepción con el militar y dictador Francisco Franco. Ramón notó que los actos oficiales se enfriaban, y decidió irse a Barcelona. El 31 de mayo, abandonó Madrid y luego, desde Bilbao, regresó a Buenos Aires con Luisita.

Ramón vivió un tiempo trabajando solo en su estudio de Buenos Aires. Le llegaron malas noticias de España. Una fue que no ganó el Premio Nacional de Literatura con su libro Las tres gracias. La otra fue el cierre definitivo del Café de Carretas, lo que acabó con su ilusión de celebrar otra tertulia.

Entre 1953 y 1960, Ramón publicó doce libros y miles de artículos. El periódico Arriba le pidió que dejara de enviar greguerías y escribiera otro tipo de artículos. Ramón se negó, y el diario ABC le ofreció un contrato para sus greguerías. También trabajó como guionista para la televisión de Argentina y se hizo famoso.

En España, su primo Gaspar impulsó su candidatura al Premio Nobel de literatura. Su salud empeoró, y los médicos le detectaron problemas. Las invitaciones para regresar a Madrid continuaban, pero Ramón, con su salud delicada, apenas salía. Argentina le ofreció una pensión para toda la vida. En 1962, su salud empeoró aún más. A principios de 1963, el 12 de enero, Ramón falleció en Buenos Aires. Sus restos llegaron a Madrid el 23 de enero, donde fue enterrado en el Panteón de Hombres Ilustres, junto a otros escritores famosos.

El autor y su legado

Archivo:Maleta esperando
Una de las presentaciones más populares de Ramón Gómez de la Serna, con una maleta a oscuras.

Ramón Gómez de la Serna fue un escritor con una personalidad muy marcada y una obra inmensa, con más de cien títulos. Su creación literaria más importante y reconocida es la «greguería», que nació en 1910. Las greguerías tuvieron una gran influencia en los escritores de su tiempo, especialmente en los poetas de la generación del 27. Ramón era un gran entusiasta de lo nuevo y trabajó mucho para defenderlo y promoverlo.

Se decía de él que «todo lo que se le ocurría lo escribía, todo lo que escribía lo publicaba y todo lo que publicaba lo regalaba, porque sus libros apenas se vendían». Su vocación por la escritura se manifestó muy pronto, cuando a los diecisiete años escribió su primera obra, Entrando en fuego (1905).

Su faceta como periodista

Ramón Gómez de la Serna probablemente escribió en varios periódicos locales desde el principio de su carrera. Su etapa inicial fue en la revista de su padre, Prometeo. Antes de la guerra civil, su trabajo periodístico se puede encontrar en La Tribuna, El Liberal, El Sol y La Voz. Sus escritos también aparecieron en casi todas las revistas importantes de la época, como Revista de Occidente.

En los años veinte, Ramón alcanzó reconocimiento internacional. Dio conferencias muy originales, como una en el Cirque d'Hiver de París, donde habló subido a un elefante, o en el Circo Americano de Madrid, donde leyó su conferencia desde un trapecio.

Su trabajo en el teatro

Ramón Gómez de la Serna también escribió obras de teatro muy innovadoras, cercanas al estilo surrealista. Su obra más destacada es Los medios seres, que se representó, pero el público de Madrid no la entendió bien, ya que no estaba acostumbrado a las ideas tan modernas.

Sus ensayos

Archivo:Despacho de Ramon Gomez de la Serna
Despacho de Ramón Gómez de la Serna en el Museo de Arte Contemporáneo (Madrid).

En sus ensayos, lo más importante es que introdujo las vanguardias europeas en España. Su libro Ismos, por ejemplo, añadió una nueva palabra al diccionario español. También le interesaba la cultura tradicional de Madrid y encontró una forma original de describirla, usando la metáfora del mercadillo de Madrid. Dedicó un libro a este lugar, El Rastro, donde los objetos viejos y olvidados cobran vida a través de su escritura poética.

Las famosas Greguerías

Monumento dedicado a Ramón Gómez de la Serna en los jardines de Las Vistillas de Madrid (1972).

Las greguerías son frases ingeniosas, generalmente cortas, que nacen de una observación sorprendente de la realidad. Ramón Gómez de la Serna fue su creador. Él mismo las definió así:

humorismo + met\acute{a}fora \longmapsto greguer\acute{\iota}a

La idea de una greguería puede surgir de forma espontánea, pero la forma de escribirla es muy cuidada. Debe ser breve, ingeniosa y divertida para transmitir la idea.

El efecto sorpresa se logra de varias maneras:

  • Uniendo visualmente dos imágenes: «La luna es el ojo de buey del barco de la noche».
  • Invirtiendo una relación lógica: «El polvo está lleno de viejos y olvidados estornudos».
  • Asociando conceptos relacionados: «El par de huevos que nos tomamos parece que son gemelos, y no son ni primos terceros».
  • Asociando conceptos opuestos: «Lo más importante de la vida es no haber muerto».

Ramón Gómez de la Serna dedicó muchos libros a este nuevo género a lo largo de su vida, como Greguerías (1917) y Total de greguerías (1955). Este género ayudó a renovar la forma de usar las metáforas en la literatura española y fue un adelanto del surrealismo.

En el prólogo de Total de greguerías, Ramón mencionó a otros autores que, antes que él, habían escrito frases ingeniosas parecidas, como Luciano de Samosata, Horacio, Shakespeare y Francisco de Quevedo.

Sus novelas

La originalidad de Ramón también se ve en sus dieciocho novelas. Algunas de ellas son: La viuda blanca y negra (1921), El Incongruente (1922) y El gran hotel (1922). En 1923, publicó otras cuatro novelas: El Chalet de las Rosas, El secreto del Acueducto, Cinelandia (sobre Hollywood) y La Quinta de Palmyra.

Una de las novelas más importantes de esta etapa es El novelista (1925). El torero Caracho (1926) es una visión divertida del mundo taurino, y El caballero del hongo gris (1928) se burla del mundo de las finanzas. El tema del amor entre un hombre y una mujer aparece en novelas como La mujer de ámbar (1927) y La Nardo (1930).

Su escritura se volvió más experimental en la novela surrealista ¡Rebeca! (1937), seguida de El hombre perdido (1947). Ramón Gómez de la Serna a menudo ponía partes de su propia vida, de forma disfrazada, en sus novelas. Por eso, su autobiografía, Automoribundia (1948), es muy útil para entender su vida. Sus dos últimas novelas, Las Tres Gracias (novela madrileña de invierno) (1949) y Piso bajo (1961), tienen un estilo más sencillo y exploran la nostalgia del pasado.

Sus biografías

Ramón Gómez de la Serna fue un biógrafo muy productivo. En sus biografías, a veces también se retrataba a sí mismo. Elegía escribir sobre personas con las que sentía una conexión especial.

Obras destacadas

Aquí tienes algunas de sus obras más importantes:

  • 1905 — Entrando en fuego: santas inquietudes de un colegial
  • 1908 — Morbideces
  • 1909 — El cofrecito encantado
  • 1909 — El concepto de nueva literatura
  • 1909 — La utopía
  • 1909 — Beatriz (teatro)
  • 1909 — El drama del palacio deshabitado (teatro)
  • 1911 — El libro mudo
  • 1911 — La corona de hierro (teatro)
  • 1912 — El lunático
  • 1912 — Ex-votos
  • 1913 — El ruso
  • 1914 — El doctor inverosímil
  • 1915 — El Rastro
  • 1917 — El circo
  • 1917 — Greguerías
  • 1917 — La viuda blanca y negra
  • 1917 — Senos
  • 1918 — Pombo
  • 1919 — Greguerías selectas
  • 1920 — Toda la historia de la calle de Alcalá
  • 1920 — Toda la historia de la Puerta del Sol
  • 1921 — Disparates
  • 1921 — Óscar Wilde
  • 1921 — Leopoldo y Teresa (relato)
  • 1922 — El Gran Hotel
  • 1922 — El incongruente
  • 1922 — El secreto del acueducto
  • 1923 — Cinelandia
  • 1923 — La quinta de Palmyra
  • 1923 — El alba (ensayo)
  • 1923 — La roja (relato)
  • 1924 — El novelista
  • 1924 — La sagrada cripta del Pombo, Tomo II
  • 1924 — El vegetariano (relato)
  • 1926 — El torero Caracho
  • 1926 — Gollerías
  • 1927 — La mujer de ámbar
  • 1927 — Ramonismos
  • 1927 — Seis falsas novelas
  • 1928 — El caballero del hongo gris
  • 1928 — Goya
  • 1928 — El regalo al Doctor (relato)
  • 1928 — La hiperestésica (relato)
  • 1929 — Efigies
  • 1929 — Los Medios Seres
  • 1929 — Novísimas greguerías
  • 1930 — La Nardo
  • 1931 — Ismos
  • 1931 — Elucidario de Madrid
  • 1932 — Aventura y desgracia de un sinsombrerista (relato)
  • 1932 — Policéfalo y señora (novela)
  • 1935 — Greguerías 1935
  • 1935 — El Greco (biografía)
  • 1936 — ¡Rebeca!
  • 1941 — Retratos contemporáneos
  • 1942 — Azorín
  • 1942 — Mi tía Carolina Coronado (biografía)
  • 1943 — Lo cursi y otros ensayos
  • 1944 — Don Ramón María del Valle-Inclán
  • 1944 — José Gutiérrez-Solana (biografía)
  • 1947 — El hombre perdido
  • 1947 — Trampantojos (miscelánea)
  • 1948 — Automoribundia
  • 1949 — Las tres gracias
  • 1953 — Total de greguerías
  • 1956 — Nostalgias de Madrid

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Ramón Gómez de la Serna Facts for Kids

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