Celta para niños

Territorio de las culturas de Hallstatt y La Tène. Territorio del idioma lusitano, sin afiliación clara. Máxima expansión de las lenguas celtas en la Antigüedad clásica, pero perdidas antes del Medioevo. Territorios donde se hablaban lenguas celtas durante la Edad Moderna. Territorios donde aún se hablan con frecuencia las lenguas celtas.
El término celta es usado por expertos en idiomas e historiadores para hablar de un grupo de pueblos de la Edad de Hierro que hablaban lenguas celtas. Estas lenguas son parte de las lenguas indoeuropeas. Es importante saber que "celta" no se refiere a un solo grupo étnico o a un estilo de vida arqueológico específico. Por ejemplo, algunos pueblos que hablaban lenguas celtas, como los de Irlanda, no compartieron las mismas costumbres materiales de las culturas de Hallstatt o La Tène.
También existe un uso más específico del término, que se refiere a los celtas históricos. Estos eran grupos de sociedades en Europa que compartían una cultura material. Esta cultura comenzó en la primera Edad de Hierro (entre el 1200 y el 400 a.C.) cerca de los Alpes (periodo Hallstatt) y continuó en el hierro tardío (periodo La Tène). Los geógrafos griegos y latinos los llamaron así. En este grupo se incluyen los celtas de Galia (Francia), el norte de Italia, Alemania y Bohemia, así como los celtíberos y otros celtas de Iberia, y los gálatas de Anatolia y Rumanía. También se incluyen, con algunas dudas, los celtas de las islas británicas.
Antiguamente, los celtas eran varios pueblos relacionados que vivían en Europa Central. Llegaron a Europa alrededor del 1200 a.C. y a la península ibérica hacia el 900 a.C. Todos hablaban lenguas indoeuropeas, lo que sugiere un origen común. Hoy en día, la palabra "celta" se usa para describir a la gente, las culturas y los idiomas de grupos en las islas británicas, en Bretaña (Francia), en Galicia, Asturias, Castilla y León y Cantabria (España), y en la región de Minho (Portugal). Se sabe que tribus de regiones celtas del continente, como la Galia y Bélgica, se trasladaron a Gran Bretaña e Irlanda y contribuyeron al crecimiento de esas poblaciones. El uso del término "celta" para referirse a la gente de Irlanda y Gran Bretaña comenzó en el siglo XVIII. Estos pueblos vivían en asentamientos fortificados llamados castros.
Los griegos los llamaron keltoi, que significa "gente oculta", un nombre que viene del griego Hecateo de Mileto en el 517 a.C.
Contenido
- ¿De dónde vienen los celtas?
- ¿Por qué el término "celta" es complejo?
- ¿Cómo evolucionó el concepto de "celta"?
- Los ocho puntos de Renfrew
- I. Pueblos nombrados por otros
- II. Pueblos que se nombraban a sí mismos
- III. Grupo lingüístico
- IV. Complejo arqueológico de la Segunda Edad del Hierro: Cultura de La Tène
- V. Estilo artístico de la Segunda Edad del Hierro
- VI. El "espíritu celta"
- VII. Arte irlandés del primer milenio d.C.
- VIII. Valores heredados de los celtas
- Prehistoria e historia de los pueblos celtas
- Lenguas celtas
- Cultura celta
- Religión
- Algunos pueblos celtas importantes
- Véase también
- Enlaces externos
¿De dónde vienen los celtas?
Hoy se considera que los celtas forman parte de los grupos indoeuropeos. Se cree que algunos hablantes de esta familia de idiomas, que venían de Anatolia o de las estepas entre el mar Negro y el mar Caspio, se movieron hacia Europa. Otras ramas se dirigieron hacia Irán e India.
La formación de este pueblo se sitúa al comienzo de la Edad del Hierro en Europa Central, alrededor del 1200 a.C. En ese tiempo, la economía cambió de la ganadería a la agricultura.
¿Por qué el término "celta" es complejo?
La palabra "celtas" se usa de diferentes maneras, lo que la hace un poco confusa. Solo se puede usar con cuidado para hablar de grupos étnicos antes del siglo V a. C., cuando Heródoto los mencionó claramente. Antes de esa fecha, no estamos seguros de si existía una identidad celta bien definida. Aunque el idioma proto-celta es más antiguo que Heródoto, es difícil saber si los pueblos de la Edad del Hierro (como la cultura de Hallstatt) hablaban lenguas celtas. Aunque hay razones para pensar que esa cultura fue un antecedente de los celtas, identificarlos directamente como pueblos celtas es incierto.
Hoy en día, "celta" es principalmente un concepto lingüístico, pero su uso requiere precaución. Gonzalo Ruiz Zapatero ha señalado que intentar definir el término con precisión es más complicado de lo que parece. Hubo muchos pueblos celtas diferentes. Aparte de la relación entre sus idiomas, es difícil encontrar características comunes que sean específicamente celtas. Aunque algunos autores hablan de los celtas como un pueblo uniforme, la realidad de quienes hablaban lenguas derivadas del proto-celta era probablemente más diversa.
¿Cómo evolucionó el concepto de "celta"?
Este concepto se ha desarrollado con el tiempo y la historia para diferentes propósitos, por eso es tan variado. Este proceso tiene tres fases importantes:
Primeras menciones
El historiador latino Avieno menciona a los celtas en su obra Ora Maritima alrededor del 520 a.C. Heródoto y Hecateo de Mileto también hablan de ellos hacia el 500 a.C. En esa época, la región llamada Céltica se ubicaba en la zona de los Alpes y el norte. El término keltoi era un nombre que los griegos escucharon de los habitantes locales, una forma de pronunciar su nombre. Este término, junto con keltiké, nos da una referencia geográfica un poco ambigua. Simplemente se refiere a los habitantes al norte de los Alpes. Heródoto nos da esta información geográfica:
El Iustro (río) empieza en la ciudad de Pireno, desde los Celtas, que están más allá de las Columnas de Hércules, cerca de los cinesios, el último pueblo de Europa, situado hacia el Oeste. Después de atravesar toda esa parte del mundo, desemboca en el Ponto Euxino, junto a los istrienos, colonos de los milesios.Heródoto, Historia, II. XXXIII.
Más tarde, con Julio César y Posidonio, esta información geográfica se convirtió en una descripción de grupos de personas (etnográfica). Sin embargo, es una información limitada que no se puede aplicar a todas las regiones ni a todos los tiempos. Una fuente importante para entender a los celtas es la lingüística, que considera las lenguas celtas como una rama de la familia indoeuropea. Gracias a este concepto lingüístico, podemos establecer algunos límites.
En cuanto a la "celtomanía", los druidas siempre fueron un tema de interés. Pero de los druidas históricos se sabe muy poco. Muchos monumentos megalíticos de la prehistoria se han intentado relacionar con estos personajes y la cultura celta, lo cual es muy incierto. Un punto importante fue el descubrimiento del sitio de La Tène. La cultura celta se asoció entonces con los objetos encontrados en este lugar.
Consolidación de la identidad celta: Cultura de La Tène
En esta etapa, el término "celta" se usó de forma más clara. Los investigadores comenzaron a aceptar las divisiones de tiempo de la cultura de La Tène en sus áreas de estudio. El camino para consolidar este concepto fue el estudio de los idiomas (filológico). Sin embargo, aún no se ha logrado definir un territorio exacto. En la península ibérica, los primeros intentos de identificar a los celtas fueron de Rubio de la Serna. Algunas zonas, como Galicia, han intentado identificarse con lo celta para fortalecer su identidad regional. Esto es comprensible debido al gran patrimonio arqueológico y cultural que aún existe. A pesar de esto, fue necesario esperar a Martín Almagro Basch y Pedro Bosch Gimpera para que se aclarara la presencia celta en España.
Es posible que grupos celtas estuvieran presentes en la península a partir de la Segunda Edad del Hierro. Colin Renfrew, en su libro Arqueología y Lenguaje, resumió ocho puntos que podrían definir lo celta. Estos puntos han influido mucho en la forma de entender a los celtas.
Los ocho puntos de Renfrew
Renfrew creó una lista de ocho puntos que ayudan a entender el concepto de "celta". Estos puntos, presentados en su libro Arqueología y Lenguaje, han sido muy influyentes en el mundo académico.
I. Pueblos nombrados por otros
Hecateo de Mileto los ubicó cerca de Marsella. Heródoto los situó desde el nacimiento del Rin hasta las Columnas de Hércules, y Rufo Festo Avieno en la costa atlántica. De esto se deduce que la keltiké estaría al norte de los Alpes y al oeste del continente, y que keltoi es un nombre que los griegos escucharon oralmente.
II. Pueblos que se nombraban a sí mismos
Es importante entender qué es un ethnos: la conciencia de un grupo sobre sí mismo y el nombre que se dan (etnónimo). Según Julio César, en la Galia se usaban indistintamente galli y keltoi, pero solo celtae se registró en una parte de Francia. Esto sugiere que no había una sola identidad étnica. Estrabón menciona que no hay pruebas de que en Gran Bretaña e Irlanda se llamaran a sí mismos celtas o galos. También habla de los keltiberi en la península ibérica. Por lo tanto, el término se volvió más específico a medida que se obtenía más conocimiento.
III. Grupo lingüístico

Se refiere a las personas que hablan lenguas celtas y que, por ello, han sido clasificadas como un grupo lingüístico por los investigadores modernos. Al principio, en el siglo XVII, se estudió la variedad de lenguas del mundo. En el siglo siguiente, se vio la relación entre la lengua celta y la gala en la época clásica. Más tarde, se estableció su conexión con el indoeuropeo. Las lenguas celtas se pueden clasificar en dos tipos, celta Q y celta P, según cómo tratan ciertos sonidos. También se distinguen por su ubicación: continentales (en Europa continental en la antigüedad) e insulares (en las islas británicas en la Edad Media).
- Galo: Es la lengua mejor documentada. Se conservan escritos del siglo III a. C.. Está escrita en alfabeto griego y luego en latino. El Calendario de Coligny es un ejemplo famoso.
- Lepóntico: Se hablaba en la Galia Cisalpina. Hay inscripciones funerarias y grafitos en vasos y otros objetos. Usaba un signario etrusco. La Estela de Mesocco del siglo II a. C. es importante.
- Celtibérico: Se conoce por topónimos (nombres de lugares) como -seg, -samo, -briga. También por epigrafía (inscripciones) en alfabetos ibérico y latino, en monedas, grafitos e inscripciones funerarias. Gómez Moreno identificó las vocales y consonantes de cada signo. Se han encontrado muchas téseras de hospitalidad con inscripciones en celtibérico. También hay inscripciones en rocas que podrían ser santuarios. Además, existen documentos con textos largos como los de Contrebia.
- Gaélico: Se hablaba en Irlanda y Escocia. Se conoce por inscripciones funerarias en piedra con alfabeto ogámico. Se escribía en vertical u horizontal. En el siglo V llegó el cristianismo y el alfabeto latino. Dentro del gaélico se distinguen el irlandés, el manés y el gaélico escocés.
- Britónico: Se hablaba en el sur de Gran Bretaña hasta el siglo VI d.C. Se divide en periodos prerromano (325 a.C.-43 d.C.), romano y post-romano temprano (43-450) y post-romano final (450-550). En los primeros periodos, recibió influencia de fuentes griegas y romanas. Son inscripciones latinas y grafitos con textos cortos. Entre ellos están el galés, el córnico y el bretón.
IV. Complejo arqueológico de la Segunda Edad del Hierro: Cultura de La Tène
Augustus Wollaston Franks en 1863 creó el término late celtic (celta tardío), atribuyendo los objetos del hierro tardío a los celtas históricos, definiendo así el contenido étnico de La Tène. En 1872 Hans Hildebrand dividió la Edad del Hierro en Hallstatt y La Tène, estableciendo que celtas = cultura de La Tène. En 1885 Otto Tischler subdividió Hallstatt en 2 y La Tène en 3. Paul Reinecke añadió una fase inicial a La Tène. En 1913 Joseph Dechelette definió el concepto laténico combinando ideas cronológicas, de tipos de objetos y culturales.
Poco a poco se reconoció una cuna celta en Centroeuropa. Se crearon dos tradiciones: la francesa o tradicional, que se refiere a los celtas centroeuropeos, y la anglosajona, que incluye a los celtas de las islas.
V. Estilo artístico de la Segunda Edad del Hierro
El arte de La Tène se identifica con el arte celta porque se asocia celtas = La Tène. Destacan los torques (collares rígidos) y los cascos. Este estilo también se ve en las monedas. El caso del caldero de Gundestrup es discutido; aunque se parece al arte celta, parece pertenecer a tracios o dacios. Además, no todas las regiones donde se hablaban lenguas celtas tenían un arte que coincidiera con el estilo de La Tène.
VI. El "espíritu celta"
Se atribuyen ciertas cualidades a los celtas, como la independencia, el heroísmo y la audacia. Los autores clásicos les dieron estas características en sus textos. Estrabón y Diodoro Sículo destacaron este espíritu, resaltando sus particularidades. Otro texto de Flavio Arriano sobre una reunión entre Alejandro Magno y los galos también lo menciona, al igual que Polibio en la batalla de Telamón. Aquí un fragmento de Polibio sobre esa batalla que muestra ese espíritu:
Infundía también terror la vista y movimiento de los que se hallaban desnudos en la vanguardia, ya que sobresalían en robustez y bella disposición. Todos los que ocupaban las primeras cohortes estaban adornados de collares de oro y manillas; a cuya vista los romanos, ya se sobrecogían, ya estimulados con la esperanza de rico botín, concebían doblado espíritu para el combate. Después que los flecheros romanos avanzaron al frente, según costumbre, para disparar espesas y bien dirigidas saetas, a los galos de la segunda línea les sirvieron de mucho alivio sus sayos y calzones; pero a los desnudos de la vanguardia, como sucedía el lance al revés de lo que esperaban, este hecho los colocó en grande aprieto y quebranto. Porque como el escudo galo no puede cubrir a un hombre, cuanto mayores eran los cuerpos, y éstos desnudos, tanto más se aprovechaban los tiros. Finalmente, imposibilitados de vengarse contra los que disparaban, por la distancia y número de flechas que sobre ellos caía, postrados y deshechos con el contratiempo, unos furiosos y desesperados se arrojaron temerariamente al enemigo y buscaron la muerte por su mano, otros se refugiaron a los suyos, hicieron público su temor y desordenaron a los que estaban a la espalda. De esta forma fue derrotada la altivez de los "Gesatos" por los flecheros romanos. Lo mismo fue retirarse los flecheros y salir al frente las cohortes, que venir a las manos los insubrios, boios y tauriscos, y hacer una vigorosa resistencia. Cubiertos como estaban de heridas, mantenía a cada uno el espíritu en su puesto. Sólo había la diferencia que eran inferiores, tanto en general como en particular, en la estructura de las armas.Polibio, Historias, I, II, VIII
VII. Arte irlandés del primer milenio d.C.
A este arte se le llama celta, y también se habla de la Iglesia celta. Los estilos artísticos celtas perduraron. El cristianismo llegó en el siglo V con San Patricio. Gracias al latín, se aprendió la cultura antigua. En las colecciones de textos se aprecia el arte celta en sus miniaturas, como en los libros de Durrow y de Kells. Hoy en día, esta cultura sigue viva. En cuanto a la literatura, se conservan algunos ciclos de historias como el del Úlster y el de Finn.
VIII. Valores heredados de los celtas
En el siglo XVI, algunos estudiosos ingleses y franceses se enorgullecían de descender de los celtas, especialmente de los druidas. Se empezaron a atribuir los monumentos megalíticos a la cultura celta, lo que dio inicio a una "celtomanía". Una visión romántica se superpuso a la realidad, a la que contribuyó un texto de Plinio el Viejo sobre los druidas. Aquí está el texto que ha transformado la imagen original de los druidas en una más romántica:
Los druidas (porque así se llaman estos magos) no tienen nada más de sagrado que el muérdago y el árbol que lo soporta, siempre suponiendo que el árbol sea un roble (...) pero ellos sólo eligen arboledas compuestas de robles para buscar el árbol, y nunca realizan ninguno de sus ritos excepto en la presencia de una rama de él (...) De hecho creen que todo lo que crece sobre él ha sido enviado desde el cielo y es una prueba de que el árbol fue elegido por el dios mismo. Sin embargo, el muérdago se encuentra rara vez sobre el roble, y, cuando se encuentra, se recoge con la debida ceremonia religiosa, si es posible en el sexto día de la Luna (...) ellos llaman al muérdago por un nombre significativo, en su lengua, el que todo lo cura. Habiendo hecho los preparativos para el sacrificio y un banquete debajo de los árboles, ellos traen allí dos toros blancos, cuyos cuernos atan entonces por primera vez. Vestidos con ropas blancas, los sacerdotes ascienden al árbol y cortan el muérdago con una hoz de oro y lo reciben otros con una capa blanca. Luego matan a las víctimas, rogando a dios que otorgue este don propicio a aquellos a los que él ha admitido. Ellos creen que el muérdago, tomado como bebida, imparte fecundidad a los animales estériles y que es un antídoto para todos los venenos. Tales son los sentimientos religiosos que han mantenido muchas personas respecto a cosas sin importancia.Plinio el Viejo, Historia Natural, XVI, 249
Hoy en día, se usa cierta forma de hablar que apela a lo celta con fines políticos, también para fortalecer las identidades nacionales. Esto se ve con Boudica en Inglaterra, Vercingetórix en Francia, Viriato en Portugal, Breogán y Numancia en España. Especialmente son invenciones como el "espíritu celta" o la "herencia celta". Por lo tanto, según Ruiz Zapatero, lo celta es en gran parte lo que se ha creado a partir de la información arqueológica y los datos de fuentes clásicas y medievales, sumando representaciones imaginarias.
Prehistoria e historia de los pueblos celtas
El término celta (keltoi) viene del griego antiguo, quienes pudieron haberlo tomado prestado de iberos o ligures. Los celtas probablemente se llamaban a sí mismos *gal-, es decir: galos (de ahí viene gálata).
No se ha logrado distinguir grupos étnicos celtas definidos entre los primeros grupos indoeuropeos que llegaron a Europa central. Según la visión tradicional, solo hasta el siglo V a. C., con el surgimiento de la cultura de La Tène, es razonablemente seguro identificar a quienes practicaban esa cultura como hablantes de lenguas celtas. Desde un punto de vista similar, los primeros pobladores indoeuropeos podrían haber sido los que trajeron la cultura de los campos de urnas, que se extendió rápidamente por Europa hacia el siglo XIII a. C.. Los portadores de esta cultura se expandieron por la orilla derecha del Ródano, ocupando Languedoc, Cataluña y el bajo valle del Ebro. Otra línea de expansión los llevó a Bélgica y el sureste británico.
Sin embargo, recientemente se ha asociado a los celtas o sus antecesores directos con la cultura del vaso campaniforme. Esta cultura, en el Neolítico medio, se habría extendido desde la península ibérica, llegando por la costa atlántica hasta el centro de Europa (zona media del Elba). Al unirse con la cultura de la cerámica cordada, se habría formado el primer horizonte cultural paneuropeo, que más tarde daría lugar a la cultura del bronce en Unetice, cerca de Praga. Un estudio más reciente sobre la distribución de un tipo de ADN (haplotipo mitocondrial H) no solo apoya estas ideas, sino que concluye que esta expansión, que comenzó en el suroeste de Europa, implicó un movimiento importante de población, y no solo la transmisión de ideas culturales.
A partir del siglo VIII a. C., otros pueblos posiblemente indoeuropeos trajeron la cultura de Hallstatt (Hierro I), extendiéndose en esta fase por el interior de la península ibérica (siglo VII a.C.). En el siglo VI a. C., los pueblos posiblemente indoeuropeos fueron desplazados del noreste ibérico por los iberos, quedando así los celtas de Iberia separados del resto de pueblos celtas del continente.
Desde el siglo IV a. C., los celtas continentales iniciaron la cultura de La Tène, que es específicamente celta (Hierro II). En esta fase, los celtas terminaron de ocupar el norte y centro de Francia (la Galia), el norte de Italia, y la mayor parte de las islas británicas. También se extendieron por los Balcanes, llegando incluso a una región de Asia Menor, que se conocería como Galatia. En esta época se construyeron importantes asentamientos fortificados (en latín, oppida), que funcionaban como centros comerciales y políticos. También en este periodo el druidismo se extendió entre los celtas. Contrario a lo que se cree, los druidas no tenían templos de piedra, y arqueológicamente no se ha podido conectar el druidismo celta con Stonehenge, ya que la cultura megalítica es varios milenios anterior a la cultura celta y al fenómeno del druidismo. Este error de asociar la cultura megalítica atlántica (presente en las islas británicas, Francia y España) con Stonehenge está muy extendido debido a una invención del romanticismo del siglo XVIII. Por ejemplo, los celtas ibéricos no conocieron el fenómeno druídico, pero en España hay muchos restos megalíticos.
Una de las primeras menciones de los celtas es la de los galos senones cisalpinos, liderados por su rey Breno, quienes invadieron Roma en el 390 a.C. Más tarde, la república romana y luego el imperio romano lucharon con éxito contra los galos cisalpinos y transalpinos. Julio César ya había combatido contra ellos durante su conquista de la Galia y, con el tiempo, los romanos también les quitaron sus territorios británicos e ibéricos. A finales del Imperio romano (476 d.C.), los celtas solo ocupaban partes del noroeste de Francia, Irlanda, Gales y algunas zonas de Escocia. Durante la Edad Media, fortalecieron su control de Escocia e intentaron varias veces expandir su territorio en Inglaterra. A partir del siglo II, los celtas sufrieron la creciente presión militar de los germanos por el norte y, poco después, de los romanos por el sur. En pocas décadas, toda la Galia fue ocupada por los romanos. La presencia romana en Gran Bretaña fue corta, lo que permitió que las lenguas celtas de esta isla (galés) sobrevivieran y, más tarde, regresaran al continente (Bretaña francesa).
Incluso en el siglo VII, los celtas realizaron su última expansión: los escotos irlandeses invadieron Caledonia, una región que pasó a llamarse Escocia.
Entre los restos arqueológicos celtas destacan los castros (pueblos fortificados) y los petroglifos (dibujos en rocas). Muchos petroglifos son mil años anteriores a la cultura celta, aunque se siguieron haciendo durante el periodo celta. Se encuentran con frecuencia en el noroeste de la península ibérica.
Los pueblos y la cultura celta tuvieron una fuerte presencia en el suroeste de la península, documentada por Plinio el Viejo y otras fuentes. Según historiadores como Adolf Schulten, el norte de la Península estaba habitado por ligures, no por pueblos celtas.
Lenguas celtas
Sin duda, la característica principal que define a los grupos celtas es el idioma. Mientras que otros aspectos históricos y culturales cambiaron más, el idioma es más estable a lo largo del tiempo. Sin embargo, debido a los cambios lingüísticos, las lenguas celtas se fueron diversificando, de manera similar a cómo el latín dio origen a las lenguas románicas.
Las lenguas celtas provienen de un conjunto de dialectos del proto-indoeuropeo. Este idioma se sitúa cronológicamente en una posición intermedia dentro de la familia indoeuropea. A partir de las características comunes de las lenguas celtas, usando métodos de la lingüística histórica, se ha reconstruido el idioma proto-celta. Este es una aproximación a la lengua madre que, al diversificarse, dio lugar a las lenguas celtas que conocemos históricamente.
Cultura celta

La cultura celta se basaba en tradiciones transmitidas de forma oral. Destacan las historias del Ciclo del Úlster, como el "cuento del cerdo de Mac Datho", la batalla de los bueyes de Cualinge o Bricriu.
Los autores griegos y romanos describen a los celtas como personas orgullosas y ruidosas, a quienes les gustaba mucho discutir. Esto era aún más cierto durante sus fiestas. Los festines eran una parte importante de la vida de la nobleza celta. Los guerreros tenían entonces la oportunidad de presumir de sus logros. Antes de cortar la carne, se realizaba una competencia verbal para decidir quién era el guerrero más valiente. Los participantes eran animados por sus seguidores a hacer las afirmaciones más exageradas. El ganador era premiado con el honor de cortar el animal asado y quedarse con la mejor parte de la carne, llamada la “parte del campeón”.
La ropa de los celtas, según se ha reconstruido, era colorida y bien decorada, con una gran tendencia a mezclar colores llamativos. Los tintes principales eran: para el rojo, la planta llamada “Roja” (Rubia tinctorum L.); para el amarillo, Reseda luteola; y para el azul, yerba pastel (Isatis tinctoria). El lino es el material textil más antiguo encontrado, usado por los proto-celtas. La lana se convirtió en la materia prima más usada una vez que las ovejas fueron domesticadas. En la Edad de Hierro, la mayoría de la ropa celta estaba hecha de lana. La tela se tejía con telares, con diseños de cuadros y rayas, pero más simples que el “tartán” actual. Las prendas básicas eran los braccae (pantalones) para los hombres y túnicas largas y peplos para las mujeres, además de una pequeña bolsa en el cinturón (llamada pouch) para ambos.
Las casas estaban hechas con una estructura de postes de madera, ramas y mimbres entrelazados y cubiertos de barro, con techos de paja. Había agujeros distribuidos alrededor de la vivienda que servían para almacenar cereales. Las viviendas se encontraban dentro de colinas fortificadas, como el caso de Maiden, en Dorset.
Religión

La religión de los antiguos celtas, especialmente la de los galos antes de la conquista romana, no se conoce muy bien. Los datos disponibles para reconstruirla son escasos y no muy precisos.
El culto estaba a cargo de los druidas, sacerdotes que también eran los educadores de los jóvenes. Los monumentos tradicionalmente llamados "piedras druídicas", que son anteriores a la llegada de los celtas al oeste de Europa, no parecen haber tenido ningún papel en la religión de los antiguos galos.
Durante mucho tiempo, solo existieron cultos locales relacionados con las montañas, los bosques y las aguas, a los que se invocaba con diferentes nombres. Encontramos al dios Vosgos, la diosa Ardenas, el dios Dumias; las divinidades de las fuentes o de los ríos: Sequana (la fuente del Sena), Nemausis (la fuente de Nimes).
Más tarde se estableció el culto a grandes divinidades, más o menos comunes en toda la Galia. En la época galorromana, estas divinidades se fueron identificando con las de Roma, en un proceso cultural llamado "sincretismo": Teutates, una especie de Mercurio con algo de Júpiter y de Marte; Taranis, relacionado con el rayo, pero sin el poder supremo de Júpiter; Esus, dios de la guerra y del ganado, asimilado a Marte o a Silvano; Belenus, dios de las artes, relacionado con el sol y comparado con Apolo; Cernunnos, dios del sueño y de la muerte asimilado a Plutón.
Junto a ellos figuraban diosas como: Rosmerla, asociada a Teutates; Belisma, diosa de las artes del fuego, asimilada a Minerva; Epona, diosa de la abundancia agrícola, asimilada a Ceres.
Los galos también tuvieron divinidades abstractas o espíritus protectores de las ciudades.
Entre las prácticas populares, es famosa la recolección, siguiendo reglas específicas, del muérdago, al que se le atribuían propiedades extraordinarias. Asimismo, el roble se consideraba un árbol sagrado.
El druidismo era una institución común a todos los celtas. De manera similar a otras sociedades indoeuropeas, los druidas formaban un grupo profesional de la nobleza, especialistas en leyes y rituales religiosos, asociados al poder real. Ayudaban a los reyes, se encargaban de la comunicación y la enseñanza, asegurando la transmisión del conocimiento tradicional.
En la época anterior a la conquista romana de la Galia, y al parecer, después en las islas, la característica principal de la práctica religiosa de los antiguos celtas era el druidismo. La palabra druida, que es específicamente celta, viene de *der-w/dr-ew, que significa «el que sabe con verdad, el que tiene una visión verdadera y cierta». La existencia del clero druida está documentada por varios autores antiguos, en diferentes épocas y lugares del mundo celta. En la Galia, los druidas parecen haber tenido un papel clave en la revuelta del 52 a.C. y, más tarde, en las revueltas galas del siglo I: la de las Guerras de Secesión, liderada por el heduo Julio Sacroviro en el 21 d.C. y descrita por Tácito en sus Historias, habría llevado al inicio de los conflictos de Roma contra los druidas galos.
El "clero" druídico se encargaba de celebrar las ceremonias sagradas y los ritos religiosos. Solo ellos tenían derecho a realizar sacrificios, que a veces eran de animales o simbólicos (como muestran los objetos votivos de madera encontrados en las fuentes del Sena). La práctica de ciertos sacrificios sirvió de excusa para la prohibición de los druidas bajo el emperador Tiberio (o Claudio, según algunos historiadores). Otras funciones de los druidas eran la enseñanza, la diplomacia, la historia, la genealogía, la toponimia (estudio de nombres de lugares), la magia, la medicina y la adivinación. El druida, gracias a su conocimiento (que podía requerir veinte años de estudio, según César) y su dominio de las prácticas mágicas, era un intermediario entre los dioses y los hombres.
El druida también tenía un papel de consejero político para el rey, con quien podía formar una pareja en la que el rey gobernaba bajo la inspiración del druida. El druida Diviciacos, contemporáneo de Cicerón y directamente relacionado con el inicio de la conquista romana de la Galia, aparece sobre todo como el líder político de los eduos.
Algunos pueblos celtas importantes
Celtíberos
El territorio de la península ibérica donde se asentaron los recién llegados (preceltas) estaba habitado por pueblos preíberos (además de geográfico, íbero es un término cultural). Se discute mucho si hubo un desplazamiento, una conquista, una alianza, asimilación, pacto o fusión entre celtas e íberos (voluntariamente o como siervos). Las primeras referencias escritas sobre los celtíberos provienen de geógrafos e historiadores griegos y latinos (Estrabón, Tito Livio, Plinio y otros). Aunque su estudio comenzó en el siglo XV, no se volvió científico hasta principios del siglo XX (marqués de Cerralbo, Schulten, Taracena, Caro Baroja, etc.), y ha cobrado nuevo impulso en los últimos años. A pesar de esta gran cantidad de información escrita, aún hoy se discuten aspectos clave para su definición: los límites de su territorio, su verdadera identidad o su propia historia.
Los datos disponibles son contradictorios y las teorías de los autores difieren. Incluso podría haber una mezcla de todas las opciones posibles, ya que la densidad de población y los recursos disponibles son muy especulativos. Las relaciones e influencias mutuas cambiaron con el tiempo. Se ha documentado una gran presencia precelta en zonas de la Bética (actual Huelva, Sevilla), que se intenta explicar por la presencia de siervos, mercenarios o grupos aislados de colonos.
La cultura de los celtíberos adoptó la herencia de los iberos, de quienes tomaron el sistema de escritura. Después de la caída de Numancia en el 133 a.C., su territorio pasó a formar parte de la provincia romana Hispania Citerior.
También se han encontrado muchas monedas grabadas con el nombre celtíbero de la ciudad o de sus habitantes. Además, se han hallado 20 téseras de hospitalidad grabadas. Estas eran pequeñas placas de bronce usadas como símbolo de un acuerdo entre dos partes, generalmente entre un individuo y una comunidad, con las que el portador podía pedir alojamiento durante sus viajes. La mayoría de estas inscripciones son muy cortas, excepto la tésera de Luzaga (24 palabras).
Galos
Los galos eran los pueblos que vivieron en lo que hoy es Francia, Bélgica, el oeste de Suiza y las zonas de Países Bajos y Alemania al oeste del Rin, y una franja aún no bien definida de este último país, en la orilla derecha del río. Los gálatas eran un pueblo galo que se trasladó a Asia Menor y se estableció en la región llamada Galacia.
Los griegos los llamaron celtas, mientras que los romanos los denominaron galos, y a su gran región, la Galia. Los propios romanos ya habían notado esto, por lo que diferenciaban entre la Galia Cisalpina (de este lado de los Alpes) y la Galia Transalpina (del otro lado de los Alpes). A su vez, la Transalpina se dividía en cuatro regiones que, según la época de Roma, se llamaron Galia Bélgica, la Galia Comata o Melenuna (la puramente celta o tradicional), la Galia Aquitania (con características diversas o poco definidas) y la Galia Luguria o Celtoligur, la primera en ser anexada a Roma como la Provincia.
Helvecios
Los helvecios eran otro de los pueblos celtas, o probablemente una unión de tribus celtas, que vivían en la zona entre el alto Rin, el Jura suizo, el lago de Ginebra y los Alpes. A finales del siglo II a. C., dominaban el territorio que se extendía desde el alto Rin y la Selva Negra hasta el Meno. Julio César describió su enfrentamiento con los helvecios en su obra De Bello Gallico.
Debido a la presión de las tribus germánicas en su tierra natal, los helvecios cruzaron la Galia y buscaron una nueva patria al norte del río Garona, con toda la tribu bajo el mando de Orgétorix.
Julio César fue llamado por los galos de la provincia de la Galia Narbonense, que habían sido conquistados y organizados para defenderse de los helvecios.
Entonces, Julio César envió seis legiones, que sumaban casi 29.000 hombres. Los helvecios, según Julio César, tenían cerca de 370.000 personas (incluyendo mujeres y niños), pero solo 110.000 hombres capaces de luchar. Julio César rápidamente reclutó dos legiones más descansadas.
Cuando la tribu comenzó su marcha, Orgétorix ya había fallecido. Antes de partir, los helvecios quemaron sus aldeas y destruyeron las cosechas y otros bienes que no podían llevar, para obligarse a no retroceder.
Atraídos a una posición desventajosa, con los romanos ocupando el terreno elevado cerca de Bibracte, los helvecios fueron atacados por las fuerzas romanas superiores. Los romanos lograron matar aproximadamente al 60% de la tribu y capturar a otro 20% como esclavos. Lo que quedó de los helvecios fue obligado a regresar a sus antiguas tierras de Helvecia.
En el 52 a.C., 10.000 helvecios se unieron a las fuerzas de Vercingétorix en su intento de liberar la Galia de los romanos. Vivían en castros (viviendas circulares hechas con piedras).
Britanos
Los britanos o britones fueron los pueblos nativos que habitaron la isla de Gran Bretaña (Albión). Se les puede describir como celtas insulares antes de que su lengua y culturas fueran reemplazadas por las de los invasores anglosajones.
Estos pueblos hablaban lenguas britónicas y compartían tradiciones culturales comunes. En cuanto a lengua y cultura, gran parte del oeste de Europa fue principalmente celta durante este periodo, aunque la isla de Gran Bretaña y la Bretaña continental estaban habitadas por celtas britanos. Los habitantes de Irlanda, la isla de Man y Dalriada eran escotos o celtas gaélicos, hablantes de lenguas goidélicas.
Algunos expertos argumentan que el desconocido idioma picto era de origen britano. Sin embargo, en la Britania prerromana, los pictos se distinguían como un grupo separado, al igual que los escotos de Dalriada. En cualquier caso, el término britano se refiere tradicionalmente a los habitantes de la antigua Britania excluyendo a los pictos, ya que muchas de las características culturales pictas (como su escultura, alfarería y monumentos) eran diferentes de las de los britanos.
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Véase también
En inglés: Celts Facts for Kids
Cultura celta
- Arte celta
- Baldo
- Bronce
- Castro
- Cultura de los campos de urnas
- Cruz Celta
- Hallstatt
- Idioma celta
- Música celta
- Mitología celta
- La Tène
- Terraza (agricultura) o Lynchet
- Triskele
- Torque
Algunos pueblos celtas
Investigadores
- Marqués de Cerralbo
- Adolf Schulten
- Blas Taracena Aguirre
- Julio Caro Baroja
- Eutimio Martino
Enlaces externos
Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre celta.
- Documental: El Legado Celta de Galicia.
- Apiano: Céltica (Εκ της κελτικης).
* Posidonio: Historias.
-
- XXIII: sobre los celtas de Galia.
- JACOBS, Joseph (1854-1916): Cuentos de hadas célticos (Celtic Fairy Tales, 1892).
- Texto inglés en Wikisource.
- XXIII: sobre los celtas de Galia.