Guerra de los Treinta Años para niños
Datos para niños Guerra de los Treinta Años |
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Parte de guerras de religión en Europa | ||||
![]() De arriba abajo y de izquierda a derecha: las batallas de la Montaña Blanca, Fleurus, Breitenfeld, Nördlingen, Friburgo y Praga.
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Fecha | 23 de mayo de 1618-24 de octubre de 1648 (30 años, 5 meses y 1 día) |
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Lugar | Europa Central, Países Bajos | |||
Resultado |
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Beligerantes | ||||
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Comandantes | ||||
Fuerzas en combate | ||||
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Bajas | ||||
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140 000 daneses, bávaros y otros alemanes muertos en combate
Total: 450 000 muertos en combate |
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3 500 000-8 000 000 muertos (1 800 000 militares) |
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La Guerra de los Treinta Años fue un gran conflicto que ocurrió en Europa Central entre 1618 y 1648. En ella participaron la mayoría de los países importantes de Europa. Esta guerra cambió el futuro del continente para los siglos siguientes.
Al principio, la guerra fue un conflicto entre diferentes grupos religiosos dentro del Sacro Imperio Romano Germánico. Algunos apoyaban la Reforma protestante y otros la Contrarreforma católica. Sin embargo, poco a poco, otros países europeos se unieron a la lucha por razones que no eran solo religiosas. Querían más poder, controlar ciertas zonas o enfrentarse a sus rivales.
La Guerra de los Treinta Años terminó con la Paz de Westfalia. Esta guerra fue el punto más alto de la rivalidad entre Francia y los Habsburgo (que gobernaban España y el Sacro Imperio Romano Germánico) por el control de Europa. Después de esta guerra, hubo otros conflictos entre ellos.
Esta guerra tuvo un impacto enorme. Se usaron muchos soldados pagados (mercenarios) que causaron gran destrucción. Ciudades enteras fueron saqueadas y arrasadas. La gente sufrió mucho por la falta de comida y las enfermedades, especialmente en los estados alemanes. Muchos países quedaron en bancarrota. Aunque la guerra duró treinta años, los problemas que la causaron tardaron mucho más en resolverse.
En el Sacro Imperio, la población se redujo en un 30%. En algunas zonas, la mitad o incluso dos tercios de la gente murieron. Solo los ejércitos suecos destruyeron miles de castillos y pueblos en Alemania.
La guerra se dividió en cuatro etapas principales:
- La Revuelta bohemia y la intervención imperial (1618-1624).
- La intervención danesa (1625-1629).
- La intervención sueca (1630-1635).
- La intervención francesa (1635-1648).
También hubo conflictos en otras partes de Europa, como la Guerra de los Ochenta Años entre España y los Países Bajos. La Guerra de los Treinta Años no fue una sola guerra continua, sino una serie de conflictos conectados.
Contenido
¿Por qué comenzó la Guerra de los Treinta Años?
A principios del Siglo XVII, Europa estaba llena de tensiones. La Casa de Habsburgo era muy poderosa, controlando España, Portugal, parte de Italia y el Sacro Imperio Romano Germánico. Otros países, como Francia e Inglaterra, querían limitar su poder.
Dentro del Sacro Imperio, había una mezcla de religiones. La Paz de Augsburgo de 1555 había permitido a los príncipes elegir la religión de su territorio (católica o luterana). Sin embargo, esta paz no fue perfecta y causó más problemas. Por ejemplo, los obispos católicos que se convertían al luteranismo a menudo se negaban a dejar sus tierras.
Además, el calvinismo se estaba extendiendo, pero no estaba incluido en la Paz de Augsburgo. Esto generó más conflictos. Los príncipes protestantes y católicos formaron alianzas: la Unión Protestante y la Liga Católica.
La Defenestración de Praga: El inicio

En 1617, Fernando de Estiria, un católico muy devoto, fue elegido rey de Bohemia. La nobleza bohemia, que era mayormente protestante, no estaba de acuerdo.
El 23 de mayo de 1618, los protestantes de Bohemia arrojaron a dos consejeros católicos del rey por una ventana del Castillo de Praga. Este evento, conocido como la Tercera Defenestración de Praga, fue la chispa que encendió la guerra. Los consejeros cayeron en un montón de estiércol y no sufrieron heridas graves.
Los bohemios eligieron a Federico V del Palatinado, un líder calvinista, como su nuevo rey. Esto enfureció a Fernando II, quien se convirtió en emperador del Sacro Imperio en 1619. Fernando quería restaurar el catolicismo en sus tierras.
La rebelión se extendió por los Países Checos. Los rebeldes buscaron apoyo en la Unión Protestante y en el príncipe Gabriel Bethlen de Transilvania, quien también se rebeló contra los Habsburgo en Hungría.

España, aliada de los Habsburgo, envió tropas para ayudar al emperador. Los sajones protestantes también intervinieron, pero del lado del emperador, a cambio de tierras.
En 1620, el ejército imperial y la Liga Católica, bajo el mando del Conde de Tilly, derrotaron a los bohemios en la Batalla de la Montaña Blanca, cerca de Praga. Federico V huyó y Bohemia volvió a ser católica. Esta derrota fue un golpe duro para los protestantes.
Mientras tanto, España ocupó el Palatinado de Renania, las tierras de Federico V, para asegurar una ruta de paso de tropas hacia los Países Bajos.
La Guerra se Extiende: Fases Clave
Fase del Palatinado (1621-1625)
Después de la derrota en Bohemia, la guerra se centró en el oeste de Alemania. Los líderes protestantes, como Christian von Braunschweig y Ernst von Mansfeld, continuaron luchando. Sin embargo, sufrieron varias derrotas importantes.
En 1622, las fuerzas católicas unidas de Tilly y Gonzalo Fernández de Córdoba vencieron a los protestantes en batallas como Batalla de Wimpfen y Fleurus. En 1623, el ejército de Mansfeld fue casi destruido en la Batalla de Stadtlohn.
El emperador Fernando II quitó a Federico V su título de elector y se lo dio a Maximiliano I de Baviera, un católico. Esto enfureció a muchos príncipes alemanes.
En 1625, hubo una revuelta de campesinos en Alta Austria contra el gobierno bávaro y la recatolización. Fue una lucha violenta que dejó la región devastada.
Intervención Danesa (1625-1629)

Cristián IV de Dinamarca, un rey luterano, decidió intervenir en la guerra. Quería proteger a los protestantes alemanes y aumentar la influencia de Dinamarca en el norte de Alemania. Recibió apoyo de Francia y las Provincias Unidas (Países Bajos).
Para enfrentar a los daneses, el emperador Fernando II contrató a Albrecht von Wallenstein, un noble bohemio. Wallenstein formó un gran ejército y prometió saquear los territorios conquistados para pagarlo.

Las fuerzas de Wallenstein y Tilly derrotaron a los ejércitos protestantes. Mansfeld fue vencido en la Batalla del Puente de Dessau (1626) y los daneses en la Batalla de Lutter (1626). Cristián IV se vio obligado a retirarse.
Wallenstein avanzó hacia el norte, ocupando territorios como Mecklemburgo y Pomerania. Intentó tomar el puerto de Stralsund, pero no lo logró.
La guerra danesa terminó con el Tratado de Lübeck en 1629. Cristián IV dejó de apoyar a los protestantes alemanes. El emperador Fernando II, sintiéndose fuerte, emitió el Edicto de Restitución, que exigía la devolución de muchas tierras protestantes a la Iglesia católica. Esto reavivó la resistencia protestante.
Fase Italiana (1629-1631)
Mientras tanto, en el norte de Italia, hubo un conflicto por la sucesión del Ducado de Mantua. España y los Habsburgo apoyaron a un candidato, y Francia y sus aliados a otro. Esta disputa, conocida como la Guerra de Sucesión de Mantua, fue importante porque Italia era una ruta clave para las tropas españolas hacia los Países Bajos.
Francia, bajo el Cardenal Richelieu, intervino para evitar que los Habsburgo ganaran más poder. Aunque hubo batallas y asedios, la guerra en Italia terminó con la Paz de Cherasco en 1631. Francia logró que su candidato fuera reconocido como duque de Mantua.
Intervención Sueca (1630-1635)
Gustavo II Adolfo de Suecia, un rey luterano, decidió entrar en la guerra. Su objetivo era proteger a los protestantes y aumentar el poder de Suecia en el Mar Báltico. Recibió dinero de Francia y las Provincias Unidas.
Las tropas suecas invadieron el Sacro Imperio. En 1630, Fernando II había destituido a Wallenstein, pero lo volvió a llamar cuando los suecos empezaron a ganar.
En la Batalla de Breitenfeld (1631), los suecos derrotaron al ejército de Tilly. Un año después, Tilly murió en otra batalla. Los suecos avanzaron, recuperando tierras protestantes. Sin embargo, en la Batalla de Lützen (1632), los suecos ganaron, pero el rey Gustavo Adolfo murió.
Después de la muerte de Gustavo Adolfo, las sospechas sobre Wallenstein aumentaron. El emperador Fernando II creyó que Wallenstein lo traicionaría y ordenó su asesinato en 1634.
En 1634, los suecos y sus aliados fueron derrotados por las fuerzas españolas e imperiales en la Batalla de Nördlingen. Esta derrota debilitó mucho a los protestantes.
La fase sueca terminó con la Paz de Praga en 1635. Este tratado anuló el Edicto de Restitución y unió los ejércitos alemanes bajo el emperador. Parecía que la guerra religiosa había terminado. Sin embargo, Francia no estaba satisfecha.
Intervención Francesa (1635-1648)

Francia, aunque católica, veía a los Habsburgo como su principal rival. El Cardenal Richelieu, primer ministro de Luis XIII de Francia, decidió que los Habsburgo eran demasiado poderosos.
Francia se alió con las Provincias Unidas y Suecia, y declaró la guerra a España en 1635, y luego al Sacro Imperio. Las tropas francesas atacaron en varios frentes.
Al principio, los franceses tuvieron dificultades. Las fuerzas españolas e imperiales incluso amenazaron París en 1636. Sin embargo, los franceses lograron recuperarse.
Un evento clave fue la Batalla de las Dunas en 1639, donde la flota holandesa destruyó gran parte de la flota española. Esto dificultó que España enviara refuerzos a sus ejércitos en Europa.
En 1640, Portugal se rebeló contra el dominio español, y también hubo una revuelta en Cataluña. Esto obligó a España a desviar sus recursos, debilitando su posición en la guerra.

En 1642, murió el Cardenal Richelieu, y en 1643, el rey Luis XIII. Su sucesor, Luis XIV de Francia, era muy joven, y el Cardenal Mazarino tomó el control.
En 1643, las tropas españolas fueron derrotadas en la Batalla de Rocroi en Flandes. Esta batalla marcó el declive de España como gran potencia.
Los suecos y franceses continuaron ganando batallas. En 1645, los suecos vencieron en la Batalla de Jankov, y los franceses en la Nördlingen. Estas victorias forzaron a Maximiliano I de Baviera a firmar una tregua con Francia.
En 1648, suecos y franceses derrotaron a los ejércitos imperiales y españoles en las batallas de Zusmarshausen y Lens. Los suecos sitiaron Praga, la capital imperial. El emperador, viendo que la situación era insostenible, decidió firmar la paz.
La Guerra en Otros Lugares del Mundo
La Guerra de los Treinta Años no solo se libró en Europa. También tuvo un impacto en las colonias de los países europeos alrededor del mundo.

España y Portugal estaban unidas bajo un mismo rey, lo que llevó a conflictos entre Holanda y Portugal por el control del comercio en Asia y América. Los holandeses, por ejemplo, intentaron tomar el control del comercio de especias en la India y el comercio de azúcar en Brasil.
Hubo batallas navales y terrestres en lugares como Brasil, África Occidental, India, Ceilán (actual Sri Lanka) y Taiwán. Los holandeses lograron importantes victorias contra los portugueses en algunas de estas regiones, estableciendo sus propias colonias.

En América del Norte y el Caribe, también hubo enfrentamientos entre las potencias europeas. Por ejemplo, los españoles atacaron las colonias inglesas y francesas en las islas San Cristóbal y Nieves.
Estos conflictos globales mostraron cómo la guerra en Europa afectaba a todo el mundo, ya que las potencias europeas luchaban por el control de rutas comerciales y territorios lejanos.
La Paz de Westfalia: El Fin de la Guerra
Después de muchos años de negociaciones, la paz finalmente se firmó en octubre de 1648. Las conversaciones se llevaron a cabo en dos ciudades alemanas: Osnabrück y Münster.
Los acuerdos de la Paz de Westfalia tuvieron consecuencias muy importantes:
- Se confirmó la Paz de Augsburgo, y el calvinismo fue reconocido oficialmente como una religión válida en el Sacro Imperio. Esto puso fin a las grandes guerras religiosas en Europa.
- Los príncipes alemanes obtuvieron más poder y podían decidir su propia política exterior, aunque no podían ir a la guerra contra el emperador. Esto debilitó mucho al Sacro Imperio Romano Germánico.
- Francia ganó importantes territorios en la frontera este, como partes de Alsacia.
- Suecia obtuvo territorios en el norte de Alemania, lo que le dio más control sobre el Mar Báltico.
- Baviera mantuvo el Alto Palatinado y su estatus de elector.
- Suiza y las Provincias Unidas (Países Bajos) fueron reconocidas como naciones completamente independientes.
- La guerra entre Francia y España no terminó con la Paz de Westfalia. Continuó hasta 1659.
La Paz de Westfalia es muy importante porque sentó las bases de cómo se organizarían los países en Europa en los siglos siguientes. Se estableció la idea de que cada país es soberano y tiene derecho a gobernarse sin interferencia externa.
Consecuencias de la Guerra
La Guerra de los Treinta Años tuvo efectos devastadores:
- Pérdida de población: Millones de personas murieron por la guerra, el hambre y las enfermedades como el tifus y la peste. Algunas regiones de Alemania perdieron hasta dos tercios de su población.
- Economía: La economía de Europa Central sufrió un gran golpe. Muchas ciudades fueron destruidas y el comercio se vio afectado.
- Cambios políticos en Alemania: El Sacro Imperio Romano Germánico se debilitó mucho. Los príncipes alemanes ganaron más independencia, lo que impidió la unificación de Alemania por mucho tiempo.
- Ascenso de Francia: Francia se convirtió en la potencia dominante en Europa, superando a España.
- Independencia de Países Bajos y Suiza: Ambos países fueron reconocidos como naciones independientes.
- Nuevas ideas: La guerra impulsó la idea de la soberanía nacional, donde cada estado tiene el control total sobre su territorio y sus leyes. También se empezó a separar la política de la religión.
- Ejércitos modernos: Los países empezaron a crear ejércitos permanentes y profesionales, en lugar de depender tanto de mercenarios.

Aunque la Paz de Westfalia trajo la paz a gran parte de Europa, algunos conflictos continuaron, como la guerra entre Francia y España, y la lucha de Portugal por su independencia.
La guerra también tuvo un impacto en la propaganda. Se usaron panfletos y volantes para influir en la opinión pública, a menudo exagerando los hechos para apoyar un bando y desprestigiar al otro.
Galería de imágenes
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Fernando II, emperador del Sacro Imperio, cuyas acciones provocaron la tercera defenestración de Praga al enviar delegados a dicha ciudad.
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El Conde húngaro Gabriel Bethlen, Príncipe de Transilvania.
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Federico V, Elector del Palatinado y Rey de Bohemia
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Ambrosio Spínola Doria, aristócrata genovés al servicio de la Monarquía Hispánica como capitán general de Flandes durante la Guerra de los 80 Años.
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Johan Tzerclaes, conde de Tilly, general de los ejércitos imperial y bávaro.
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La rendición de Breda, momento en que Justino de Nassau rindió la ciudad de Breda, en 1625, a las tropas españolas al mando del general Ambrosio Spínola
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El asalto de Peuerbach - diorama de figuras de peltre del Museo de la guerra campesina de Peuerbach
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Imagen de la serie Las miserias de la guerra de Jacques Callot.
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Axel Oxenstierna. Canciller de Suecia, comandante en jefe tras la muerte de Gustavo Adolfo.
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Duque Bernardo de Sajonia-Weimar, comandante del ejército alemán al servicio sueco-francés.
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Rocroi, el último tercio, por Augusto Ferrer-Dalmau (2011).
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Lennart Torstenson (1603-1651), uno de los principales caudillos suecos durante la Guerra.
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Champlain entregando Quebec al almirante Kirke, 20 de julio de 1629
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Ganancias del Imperio sueco.