Batalla de Nördlingen (1634) para niños
Datos para niños Batalla de Nördlingen |
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Parte de guerra de los Treinta Años | ||||
![]() La batalla de Nördlingen (1635), por Jan van den Hoecke. Castillo de Windsor.
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Fecha | 5 y 6 de septiembre de 1634 | |||
Lugar | Nördlingen, Baviera | |||
Coordenadas | 48°48′20″N 10°29°09″E / 48.805555555556, 10.485833333333 | |||
Resultado | Victoria decisiva hispano-imperial | |||
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La batalla de Nördlingen fue un enfrentamiento muy importante durante la Guerra de los Treinta Años. Ocurrió entre el 5 y el 6 de septiembre de 1634 en Nördlingen, una ciudad en Baviera. Fue una de las batallas más grandes de la guerra, con casi 60.000 soldados en total.
En esta batalla, el ejército sueco-alemán, con unos 25.700 soldados, se enfrentó a las fuerzas combinadas de España y el Sacro Imperio Romano Germánico, que sumaban 33.000 soldados. La victoria fue para el bando hispano-imperial. Este triunfo marcó el fin del poder sueco en el sur de Alemania y provocó que Francia se uniera directamente a la guerra.
La derrota sueca tuvo consecuencias inmediatas. Tuvieron que retirarse de Baviera y, poco después, se firmó la Paz de Praga. Esta batalla es vista como el momento en que el ejército sueco perdió gran parte de su fuerza en Alemania. La entrada de Francia en el conflicto fue una respuesta directa a esta gran derrota sueca.
Contenido
¿Qué llevó a la batalla de Nördlingen?
Después de sufrir derrotas en batallas anteriores, los ejércitos imperiales intentaron recuperar su fuerza. Bajo el mando de Wallenstein, lograron vencer al ejército sueco-alemán en la Batalla del Alte Veste. Más tarde, en noviembre de 1632, Wallenstein se enfrentó de nuevo al rey sueco Gustavo Adolfo en la batalla de Lützen.
Durante la batalla de Lützen, el rey Gustavo Adolfo de Suecia falleció. Esto dejó al ejército sueco sin su líder principal, y el mando pasó a Gustaf Horn. Aunque esto parecía una ventaja para los imperiales, el emperador Fernando II del Sacro Imperio Romano Germánico decidió despedir a Wallenstein, quien fue asesinado en febrero de 1634.
Con estos cambios, el ejército sueco, ahora bajo Gustaf Horn, pasó a la ofensiva. Lanzaron una campaña en el sur de Alemania, en las regiones de Wurtemberg y Baviera. Al mismo tiempo, el Cardenal-Infante Fernando de España, que venía de Italia, se unió al futuro emperador Fernando III cerca de Nördlingen.
Gustaf Horn, presionado por Bernardo de Sajonia-Weimar, decidió enfrentarse a los ejércitos hispano-imperiales en Nördlingen. Creía que tenía más tropas, pero en realidad, ambos bandos tenían fuerzas similares.
Preparación de los ejércitos
El ejército de Bernardo se unió al de Horn el 12 de julio. Antes de la batalla, Gustaf Horn recibió refuerzos, sumando un total de 25.700 hombres. Por el lado hispano-imperial, el ejército del Cardenal-Infante, con unos 15.000 soldados bien equipados, se unió a los 18.000 hombres del ejército imperial, alcanzando un total de 33.000 soldados. Con estas fuerzas, ambos ejércitos se prepararon para el enfrentamiento.
¿Cómo se organizaron las tropas en Nördlingen?
Ambos ejércitos se organizaron en varias secciones, cada una con sus propios líderes. El ejército hispano-imperial tenía unos 20.000 soldados de infantería (los que luchan a pie) y 13.000 de caballería (los que luchan a caballo). Este ejército era muy variado, con soldados de diferentes países.
Para dirigir bien a tantas tropas, los dos Fernandos establecieron su centro de mando en la colina de Adlerberg. Allí, junto con otros comandantes como el marqués de Leganés y Matthias Gallas, discutían las tácticas. El ejército hispano-imperial se dividió en tres partes: el ala izquierda, el centro y el ala derecha.
En el ala izquierda, el Cardenal-Infante Fernando comandaba varios regimientos de infantería y caballería. En el centro, Leganés tenía a su cargo otros regimientos. Finalmente, en el ala derecha, Matthias Gallas dirigía regimientos bávaros e imperiales, incluyendo caballería.
El ejército sueco-alemán se dividió en dos partes. La izquierda, con Bernardo de Sajonia-Weimar y Gratz de Scharffenstein, protegía a las tropas de Gustaf Horn. Horn, en la derecha, tenía como objetivo tomar la colina de Albuch. Bernardo comandaba regimientos de caballería e infantería, mientras que Horn tenía muchas brigadas de infantería y caballería.
Desarrollo de la batalla
Primeros movimientos y defensas
Al amanecer, el ejército sueco-alemán salió de su campamento. Su objetivo era tomar una línea de colinas al sur de Nördlingen, siendo la colina de Albuch la más importante. Si Gustaf Horn lograba tomar Albuch, tendría una gran ventaja sobre el flanco izquierdo del ejército español.
Cuando el Cardenal-Infante Fernando se dio cuenta de las intenciones de Horn, ordenó rápidamente a sus tropas que ocuparan las colinas. Hacia las 4 de la tarde, las tropas de Bernardo de Sajonia-Weimar chocaron con las fuerzas españolas e imperiales en la colina de Himmelreich, que capturaron rápidamente. También tomaron otras colinas, pero su avance fue detenido en la colina de Hesselberg.
En Hesselberg, unos 600 mosqueteros españoles e imperiales, reforzados por otros 200, lograron frenar el avance de 4.000 tropas suecas, a pesar de ser muchos menos. Los combates en Hesselberg duraron hasta las 2 de la madrugada del día siguiente. Finalmente, las tropas españolas recibieron la orden de retirarse a la colina de Albuch. Esta acción de retraso le dio al Cardenal-Infante tiempo valioso para preparar la defensa de Albuch.
El asalto sueco a Albuch
El Cardenal-Infante envió tropas al Albuch, donde ya se habían construido algunas fortificaciones. Gustaf Horn tenía unos 8.800 soldados de infantería, 4.000 de caballería y 800 dragones, sumando 13.600 tropas frente a Albuch. El Cardenal-Infante decidió enviar a los soldados españoles a la primera línea, seguidos por los alemanes. En total, había unos 10.000 soldados hispano-bávaros en Albuch. Los suecos tenían una ligera ventaja numérica en esta zona.
El plan de Horn era que su infantería atacara las posiciones alemanas y que la caballería aprovechara cualquier hueco. Al amanecer del 6 de septiembre, la artillería sueca comenzó a disparar sobre Albuch. Luego, las brigadas de infantería suecas, apoyadas por caballería, lanzaron un asalto general. La caballería sueca fue rechazada, pero los regimientos de infantería alemanes cedieron terreno. Solo pudieron recuperar sus posiciones con el apoyo de la caballería española.
Después de un primer ataque fallido, Horn reorganizó sus tropas y lanzó un segundo asalto. Durante este combate, los comandantes alemanes Würmser y Salm resultaron heridos o muertos, y sus tropas fueron derrotadas. Horn intentó aprovechar este momento, creyendo que la victoria era suya. Sin embargo, aún quedaban regimientos españoles y napolitanos para enfrentarse a los suecos. Era crucial recuperar Albuch para el ejército hispano-imperial.
El contraataque español y la recuperación de Albuch

Al ver la derrota de las tropas alemanas, el regimiento español de Idiáquez reaccionó rápidamente. Con sus picas, evitaron que los soldados alemanes huyeran por completo. El Cardenal-Infante ordenó a la infantería española avanzar y disparar. Después de una descarga de mosquetes, los soldados españoles cargaron contra las brigadas suecas, derrotándolas y recuperando la colina de Albuch en menos de una hora. A las 6 de la mañana, las fuerzas españolas tenían el control total de Albuch.
Mientras Horn reorganizaba sus tropas, envió más brigadas y caballería para atacar de nuevo el centro de Albuch. Los regimientos españoles y napolitanos, junto con el regimiento de Leslie, tomaron sus posiciones. Esta vez, los suecos se enfrentaron a tropas españolas experimentadas. Los mosqueteros españoles habían aprendido a esquivar los disparos suecos y respondían con un fuego letal, causando muchas bajas a los suecos.
Horn reorganizó a sus hombres para un cuarto ataque, pero también fracasó. La caballería sueca no pudo superar a la española. Con el ataque fallido, Horn pidió refuerzos a Bernardo, quien envió una brigada. Durante las horas siguientes, Horn continuó enviando sus mejores brigadas para tomar Albuch, pero todos los ataques fueron rechazados por el regimiento español de Idiáquez. En total, hubo hasta 15 asaltos sucesivos, pero todos fracasaron.

Mientras los combates continuaban en Albuch, Bernardo también intentó atacar el flanco izquierdo imperial. La caballería de Bernardo avanzó, pero fue contraatacada por la caballería imperial y mosqueteros españoles, obligándolos a retirarse.
La derrota del ejército sueco-alemán
A las 9:30 de la mañana, Horn y sus hombres estaban agotados y habían sufrido muchas bajas. A las 10:00, Horn decidió que había perdido y ordenó la retirada de sus tropas de Albuch. Mientras se retiraban, la caballería de Bernardo fue dispersada por los imperiales, dejando a las tropas de Horn aún más vulnerables.
El Cardenal-Infante ordenó un ataque general de todo el ejército hispano-imperial contra las líneas suecas. El combate que siguió fue una gran derrota para las tropas suecas. Gustaf Horn fue capturado durante la carga hispano-imperial. Scharffenstein también fue capturado y luego ejecutado. Bernardo logró escapar, pero la mayor parte del ejército sueco-alemán quedó rodeado.
Las pérdidas del ejército sueco-alemán fueron enormes. Murieron 8.000 soldados y entre 4.000 y 6.000 fueron hechos prisioneros, sumando un total de 12.000 a 14.000 bajas. Por otro lado, las bajas hispano-imperiales fueron mucho menores, con unos 1.500 muertos y 2.000 heridos. Después de la batalla, Bernardo llegó a Heilbronn con lo que quedaba de su ejército.
¿Qué consecuencias tuvo la batalla de Nördlingen?
La destrucción del ejército sueco-alemán en Nördlingen significó el fin del poder sueco en el sur de Alemania. Para algunos historiadores, esta batalla es considerada "la más importante de la guerra". La victoria fue tan completa que Bernardo admitió que la derrota era inmensa.
Nördlingen elevó al Cardenal-Infante don Fernando a la categoría de uno de los mejores generales de Europa, especialmente en España. La victoria fue celebrada en todo el mundo católico. Después de la batalla, el Cardenal-Infante continuó su camino hacia los Países Bajos españoles, llegando con todos los honores ganados en Nördlingen.
En diciembre, dos de los principales aliados de Suecia, Sajonia y Hesse-Darmstadt, negociaron un acuerdo de paz con el emperador Fernando II. Este acuerdo se formalizó en la Paz de Praga en mayo de 1635. Sin embargo, el colapso de la alianza contra los Habsburgo en Alemania provocó la intervención directa de Francia bajo el Cardenal Richelieu.
Por lo tanto, la Paz de Praga se considera un punto de inflexión en la Guerra de los Treinta Años. En febrero de 1635, el Cardenal Richelieu firmó un tratado para una ofensiva conjunta franco-neerlandesa en los Países Bajos españoles. En los años siguientes, el Cardenal-Infante demostró aún más sus habilidades como general, logrando importantes victorias hasta su fallecimiento en 1641.
Más información
- Guerra de los Treinta Años
- Batalla de Lützen (1632)
- Guerra franco-española (1635-1659)
- Cardenal-Infante Fernando
Véase también
En inglés: Battle of Nördlingen (1634) Facts for Kids