Edad de Oro del islam para niños

La Edad de Oro del islam fue un periodo muy importante en la historia, que generalmente se sitúa desde el VIII hasta el XIII. Algunos expertos incluso la extienden hasta el XIV o el XV. Durante este tiempo, ingenieros, científicos y comerciantes del mundo islámico hicieron grandes avances en áreas como el arte, la agricultura, la economía, la industria, la literatura, la navegación, la filosofía, las ciencias y la tecnología. No solo conservaron y mejoraron el conocimiento antiguo, sino que también crearon muchas cosas nuevas. Filósofos, poetas, artistas, científicos y artesanos musulmanes desarrollaron una cultura única que influyó en sociedades de todo el mundo.
La mayoría de los expertos creen que la Edad de Oro islámica terminó en el XIII, debido a las Invasiones mongolas. Estas invasiones causaron mucha destrucción en el mundo árabe, y la ciencia no volvió a ser tan brillante como antes. Un ejemplo triste fue la destrucción de Bagdad por los mongoles. Mientras Europa vivía su Edad Media, la civilización islámica, con el islam como su guía principal, florecía y se desarrollaba.
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¿Dónde se extendió la Edad de Oro del Islam?

Durante los siglos VII y VIII, los ejércitos árabes formaron el Imperio islámico. Fue el imperio más grande que el mundo había visto hasta ese momento. La "Edad de Oro del islam" comenzó poco después, a mediados del VIII, cuando los califas abasidas tomaron el poder y trasladaron la capital de Damasco a Bagdad. Los abasidas se inspiraron en el Corán y las tradiciones del Hadiz, que valoraban mucho el conocimiento. Por ejemplo, una frase importante decía: "La tinta de los científicos vale tanto como la sangre de los mártires".
En este periodo, el mundo islámico se convirtió en un centro muy importante para la ciencia, la filosofía, la medicina y la educación. Los abasidas apoyaron el saber y fundaron la Casa de la Sabiduría en Bagdad. Allí, estudiosos de diferentes orígenes reunieron y tradujeron todo el conocimiento del mundo al árabe. Muchas obras antiguas que podrían haberse perdido se salvaron gracias a estas traducciones. Luego, estas obras también se tradujeron al turco, persa, hebreo y latín. El mundo islámico fue un lugar donde se mezclaron culturas de la antigua China, India, Persia, Egipto, el Norte de África, la Grecia Clásica y el Imperio bizantino. Dinastías como los Fatimíes en Egipto y los Omeyas en Al-Ándalus también crearon centros de conocimiento en ciudades como El Cairo y Córdoba, que competían con Bagdad.
Una de las grandes novedades de este tiempo fue el papel. Los chinos de la dinastía Han guardaban el secreto de su fabricación. Los árabes aprendieron a hacerlo de prisioneros capturados en la Batalla de Talas (751), y así construyeron fábricas de papel en Samarkanda y Bagdad. Los árabes mejoraron la técnica china usando corteza de morera y almidón. También usaban la pluma en lugar del pincel chino. Hacia el año 900, Bagdad tenía cientos de lugares donde trabajaban escribas y encuadernadores. También surgieron las primeras bibliotecas públicas, algunas de las cuales prestaban libros. Desde allí, el uso del papel se extendió hacia el Oeste, llegando a Fez y luego a Al-Ándalus, desde donde llegó a Europa en el XIII.
Gran parte de este desarrollo se relaciona con la geografía. Antes del islam, la ciudad de La Meca ya era un centro de comercio en Arabia. La tradición de la peregrinación a La Meca la convirtió en un lugar de intercambio de ideas y productos. Los comerciantes musulmanes tuvieron una gran influencia en el comercio entre África y Arabia, y entre Asia y Arabia. Así, la civilización islámica creció gracias a su economía basada en el comercio, a diferencia de otras sociedades que se basaban en la agricultura. Los comerciantes musulmanes llevaron sus productos y su fe a China, India y los reinos de África occidental, y regresaron con nuevas ideas e inventos. Usaron su riqueza para invertir en textiles y plantaciones.
Los misioneros sufíes también ayudaron a difundir el islam, llevando su mensaje a regiones como Persia, Mesopotamia, Asia Central y el Norte de África. Su misticismo también influyó en el Este de África, Anatolia (Turquía), el Sur y Sudeste de Asia.
¿Cómo se valoraba el conocimiento y la educación?
Muchos pensadores musulmanes de la Edad Media buscaban el conocimiento, el significado de la vida y los valores a través del humanismo, el racionalismo y el pensamiento científico. Sus escritos sobre poesía, historia y teología muestran que el pensamiento islámico medieval estaba abierto a ideas como el individualismo, la libertad de pensamiento y el escepticismo.
La libertad religiosa, aunque con límites, ayudó a crear redes de intercambio cultural. Atrajo a intelectuales musulmanes, cristianos y judíos, lo que impulsó un gran periodo de creatividad filosófica desde el VIII hasta el XIII.
Instituciones educativas y científicas
El mundo islámico medieval creó muchas instituciones nuevas que no existían antes. Los ejemplos más importantes son las bibliotecas públicas, las universidades para estudios avanzados y los observatorios astronómicos como centros de investigación.
Las primeras universidades que otorgaban diplomas fueron los bimaristán, que eran hospitales universitarios en el mundo islámico medieval. Allí, los estudiantes de medicina podían obtener un diploma para ejercer como doctores desde el IX. Sir John Bagot Blugg escribió:
"En tiempos de Mamun, las escuelas de medicina eran muy activas en Bagdad. El primer hospital público gratuito se abrió en Bagdad durante el califato de Harun Al-Rashid. A medida que este sistema se desarrollaba, se exigía a los médicos y cirujanos que dieran clases en la escuela de medicina, y entregaban diplomas a quienes consideraban aptos para practicar la medicina. El primer hospital en Egipto se abrió en 872, y desde entonces se extendieron por todo el Imperio, desde Al-Ándalus (España) hasta Persia (Irán)."
El Libro Guinness de los récords reconoce a la Universidad de Al Karaouine, en Fez (Marruecos), fundada en el año 859 por Fatima al Fihri, como la universidad más antigua del mundo. La Universidad Al-Azhar, fundada en El Cairo (Egipto) en el X, ofrecía una gran variedad de estudios, incluyendo posgrados, y a menudo se considera la primera universidad completa.
Hacia el X, la ciudad de Córdoba tenía 700 mezquitas, 60.000 palacios y 70 bibliotecas. La más grande de ellas llegó a tener 600.000 libros. En Al-Ándalus se publicaban anualmente al menos 60.000 escritos, poemas y compilaciones. La biblioteca de El Cairo tenía medio millón de libros, y se dice que la de Trípoli tenía al menos tres millones antes de ser destruida. La cantidad de trabajos científicos importantes y originales que han sobrevivido es mucho mayor que la suma de todos los trabajos clásicos griegos y romanos sobre ciencia. Aunque los trabajos árabes se basaron en los griegos y romanos, solo una pequeña parte de los trabajos árabes que aún existen ha sido estudiada o publicada.
Las bibliotecas islámicas introdujeron características modernas. No solo eran colecciones de manuscritos, sino también bibliotecas públicas y de préstamo. Eran centros de enseñanza y difusión de ideas, lugares para reuniones y debates, y a veces, incluso ofrecían alojamiento a estudiantes. El concepto de "catálogo" para organizar los libros por temas y categorías también se introdujo en estas bibliotecas.
Otra característica de la Edad de Oro del islam fue la gran cantidad de sabios musulmanes, o "genios universales". Eran estudiosos que contribuían a muchos campos del conocimiento. Se les conocía como "Hakims" y tenían amplios conocimientos tanto religiosos como seculares, comparables a figuras posteriores como Leonardo da Vinci. Era común encontrar a académicos que dominaban varias áreas del saber.
El escritor Ziauddin Sardar explica:
Los eruditos como al-Biruni, al-Jahiz, al-Kindi, Abu Bakr Muhammad al-Razi, Ibn Sina, al-Idrisi, Ibn Bajja, Omar Jayyam, Ibn Zuhr, Ibn Tufail, Ibn Rushd, al-Suyuti, y miles de otros académicos no fueron una excepción, sino la norma general en la civilización musulmana. La civilización musulmana del periodo clásico fue destacable por el elevado número de eruditos polifacéticos que produjo. Es una muestra de la homogeneidad de la filosofía islámica sobre la ciencia, y su énfasis sobre la síntesis, las investigaciones interdisciplinares y la multiplicidad de métodos.
Otros importantes estudiosos musulmanes fueron Ya`far as-Sadiq, Jabir ibn Hayyan, al-Jwarizmi, los hermanos Banū Mūsā, Abbás Ibn Firnás, al-Farabi, al-Masudi, al-Muqaddasi, Alhacén, al-Ghazali, al-Khazini, al Jazarí, Ibn al-Nafis, Nasir al-Din al-Tusi, Ibn al-Shatir, Ibn Jaldún y Taqi al-Din, entre muchos otros.
¿Cómo funcionaba la economía?
La economía del imperio se basaba principalmente en el comercio, seguido de la agricultura y la ganadería. Estas actividades eran fundamentales para el funcionamiento económico.
La era de los descubrimientos
El Imperio islámico contribuyó mucho a la globalización de la economía durante la Edad de Oro del islam. El conocimiento, el comercio y la economía de muchas regiones que antes estaban aisladas comenzaron a conectarse gracias a los exploradores, navegantes, estudiosos, comerciantes y viajeros musulmanes. Algunos llaman a este periodo la "paz islámica" o la "era de los descubrimientos afro-asiáticos". Los exploradores y comerciantes musulmanes viajaron por todo el Viejo Mundo, creando la primera economía global que se extendía por gran parte de Asia y África, y también por Europa. Sus rutas comerciales iban desde el Océano Atlántico y el Mediterráneo hasta el Océano Índico y el mar de la China Meridional. Esto ayudó a que el Imperio Islámico (incluyendo los califatos Rāshidūn, Omeya, Abasida y Califato Fatimí) se convirtiera en la mayor potencia económica del mundo entre los siglos VII y XIII. Algunas crónicas medievales musulmanas también sugieren que exploradores de Al-Ándalus y el Magreb pudieron haber viajado por el Océano Atlántico entre los siglos IX y XIV.
La revolución agrícola musulmana
La Edad de Oro del islam vio una gran transformación en la agricultura, conocida como la "Revolución Agrícola Musulmana" o "Revolución Verde". Gracias a la conexión económica que crearon los comerciantes musulmanes, muchas plantas y técnicas de cultivo se extendieron por el mundo islámico y más allá. Cultivos de África, como el sorgo, de China, como los cítricos, y de la India, como el mango, el arroz, y especialmente el algodón y la caña de azúcar, se distribuyeron por todo el territorio islámico. Esta difusión de cultivos, junto con el aumento de la mecanización en la agricultura, cambió la economía, la población, el uso de la tierra, la producción de alimentos, los ingresos, el crecimiento de las ciudades, la fuerza laboral, las industrias relacionadas, la cocina, la nutrición, la vestimenta y muchos otros aspectos de la vida en el mundo islámico.
Durante esta revolución, la producción de azúcar se mejoró y se convirtió en una gran industria. Los árabes construyeron las primeras refinerías de azúcar y las primeras plantaciones. Los árabes y los bereberes extendieron el uso del azúcar por todo el Imperio Islámico desde el VIII.
Los musulmanes también introdujeron el cultivo industrial y un sistema moderno de rotación de cultivos. Esto permitía cultivar la tierra hasta cuatro o más veces en dos años. Los cultivos de invierno eran seguidos por los de verano, y a veces se añadía otro cultivo entre ellos. En lugares donde se usaban plantas de crecimiento rápido como la espinaca y la berenjena, la tierra podía cultivarse tres o más veces en un solo año. En algunas partes de Yemen, el trigo producía dos cosechas anuales en el mismo terreno, al igual que el arroz en Irak. Los musulmanes desarrollaron la agricultura científica, basada en tres puntos clave: sistemas avanzados de rotación de cultivos, técnicas de irrigación muy desarrolladas, y la introducción de una gran variedad de cultivos que se estudiaban y clasificaban según la estación, el tipo de terreno y la cantidad de agua que necesitaban. Se escribieron muchas enciclopedias detalladas sobre agricultura y botánica.
Una economía con ideas nuevas
Durante el califato, surgieron formas tempranas de capitalismo y libre mercado. Una economía de mercado y formas iniciales de comercio capitalista se desarrollaron entre los siglos VIII y XII, lo que algunos llaman el "Capitalismo Islámico". Se creó una economía monetaria fuerte gracias al aumento de la circulación de una moneda estable y valiosa (el dinar), y la unión de áreas monetarias que antes eran independientes. Economistas y comerciantes introdujeron nuevas técnicas de negocios. Estas innovaciones incluían las primeras sociedades anónimas, las tarjetas de crédito, las multinacionales, los contratos, las letras de cambio, el comercio internacional a larga distancia y las primeras sociedades mercantiles (mufawada), como las sociedades limitadas (mudaraba), y formas primitivas de crédito, débito, beneficio, pérdidas, capital, acumulación de capital, tráfico de capital, inversión de capital, impuestos, cheques, pagarés, fideicomisos (waqf), compañías de lanzamiento, cuentas de ahorro, cuentas corrientes, empeños, préstamos, tipos de cambio, banqueros, cambistas, contabilidad, depósitos, cesiones de derechos, contabilidad por partida doble, y pleitos. También existían organizaciones comerciales similares a las corporaciones actuales, independientes de los estados. Muchos de estos conceptos fueron adoptados y desarrollados en Europa a partir del XIII.
Los sistemas de contratos que usaban los comerciantes eran muy eficientes. Los comerciantes compraban y vendían por una comisión, o el dinero les era prestado por inversores ricos, o era una inversión conjunta de varios comerciantes que a menudo eran musulmanes, cristianos y judíos. Se ha encontrado una colección de documentos en una sinagoga egipcia que describe la vida de los comerciantes medievales del Medio Oriente. Las sociedades comerciales podían estar formadas por muchas empresas asociadas y lazos familiares, lo que permitía establecer redes comerciales a través de grandes distancias. Estas redes se desarrollaron en esta época, permitiendo que el dinero se pudiera prestar en un banco de Bagdad y cobrar en Al-Ándalus gracias al nuevo sistema de cheques que aún usamos. Cada vez que los productos pasaban por ciudades en esta red, estas ciudades cobraban un impuesto, lo que hacía que el producto fuera más caro al llegar a su destino. Estas innovaciones de musulmanes y judíos son la base del sistema económico actual.
¿Cómo creció la industria?

La ingeniería musulmana en el mundo islámico llevó a usos innovadores de la energía hidráulica, y los primeros usos industriales de la energía mareomotriz, la energía eólica y la fuerza del vapor. También se usaron combustibles fósiles como el petróleo, y se crearon los primeros grandes complejos de fabricación llamados tiraz. El uso industrial del molino de agua en el mundo islámico data del VII, y el uso de molinos hidráulicos, horizontales y verticales, al menos desde el IX. Esta variedad de molinos industriales se usó por primera vez en el mundo islámico para abatanar la lana, moler cereales, descascarillar arroz, fabricar papel, serrar madera, prensar, fundir acero, refinar azúcar, etc. Para esto también se usaron los primeros molinos impulsados por la marea y molinos de viento. Hacia el XI, cada provincia del mundo islámico tenía todos estos tipos de molinos, desde Al-Ándalus y el Norte de África hasta el Oriente Medio y Asia Central.
Los ingenieros musulmanes también inventaron el cigüeñal y la turbina de agua, usando ruedas en molinos y máquinas para elevar el agua. Fueron pioneros en el uso de presas hidráulicas para obtener energía, que se usaba para dar más potencia a los molinos y máquinas elevadoras. Estos avances se aplicaron a muchos procesos industriales que antes se hacían a mano y que ahora se mecanizaron. La llegada de estas tecnologías a la Europa medieval influyó en la posterior Revolución industrial.
La revolución agrícola musulmana impulsó varias industrias, incluyendo las primeras agroindustrias, la fabricación de instrumentos astronómicos, cerámica, industrias químicas, tecnologías de destilación, relojes, fabricación de vidrio, maquinaria impulsada por agua o viento, felpudos, mosaicos, papel, perfumería, industria petrolífera, farmacéutica, fabricación de cuerda, transporte de mercancías, construcción de buques, fabricación y transformación de la seda, azúcar, industria textil, distribución de agua, armas, y la extracción de minerales como azufre, hierro, plomo o la producción de amoníaco. Los primeros grandes complejos industriales tiraz se crearon para estas industrias, y sus tecnologías se exportaron a la Europa medieval, especialmente gracias a las traducciones al latín del XII y otras. Por ejemplo, la primera fábrica de vidrio en Europa fue fundada en el XI por un artesano egipcio en Grecia. Las industrias agrícolas y artesanales también crecieron mucho en este periodo.
¿Quiénes trabajaban?
Durante el califato, la fuerza laboral venía de diferentes orígenes religiosos y étnicos. Tanto hombres como mujeres tenían diversas ocupaciones y actividades económicas. Las mujeres trabajaban en muchas áreas comerciales y en el sector primario (como granjeras), en el sector secundario (como trabajadoras de la construcción, tintoreras, hilanderas, etc.), y en el sector terciario (como inversoras, médicas, enfermeras, presidentas de gremio, agentes de valores, comerciantes, prestamistas, académicas, etc.). Las mujeres musulmanas también tenían el control de ciertas ramas de la producción textil.
¿Qué inventos y tecnologías surgieron?
Los inventores e ingenieros musulmanes de la Edad Media crearon un número significativo de inventos. Entre ellos destacan Abbás Ibn Firnás, los hermanos Banū Mūsā, Taqi al-Din, y el más notable, Al Jazarí.
Algunas de las invenciones que se cree que provienen de la Edad de Oro del islam son:
- La cámara oscura
- El ala delta
- La pastilla de jabón
- El champú
- La destilación
- La licuefacción
- La cristalización
- La oxidación de ácidos grasos
- La filtración
- El ácido úrico
- El ácido nítrico
- El alambique
- El cigüeñal
- Las válvulas
- El motor alternativo de pistón como bomba de succión
- El reloj mecánico alimentado por agua y pesas
- Los autómatas humanoides programables
- La cerradura de combinación
- La guata
- El arco apuntado
- El escalpelo
- La sierra de huesos
- Los fórceps
- El hilo quirúrgico
- El molino de viento
- La inoculación
- La variolización contra la viruela
- La pluma estilográfica
- El criptoanálisis
- El análisis de frecuencias
- La vidriera de colores
- El cristal de cuarzo fundido
- El cheque
- El globo celeste
- Los cohetes explosivos e incendiarios
- El torpedo
- Los jardines artificiales.
¿Cómo eran las ciudades?
A medida que las ciudades crecían, lo hacían de forma irregular, con calles estrechas y curvas, y barrios separados por diferentes grupos étnicos y religiosos. Estas características eran eficientes para el transporte de productos hacia y desde los centros comerciales, y también respetaban la privacidad de la vida familiar islámica. Los barrios residenciales se extendían fuera de las murallas de la ciudad, desde las zonas ricas hasta los barrios más humildes de la clase trabajadora. Los residuos se tiraban lejos de la ciudad, al igual que los cementerios, que a menudo también eran refugio para delincuentes. Cerca de una de las puertas principales de la ciudad solía haber un centro de oración, donde también se realizaban ejecuciones públicas. Los campos de entrenamiento militar también se ubicaban cerca de una de las puertas principales.
Las ciudades musulmanas también tenían sistemas avanzados de distribución de agua, con alcantarillas, baños públicos, fuentes de agua potable, tuberías para el agua y el uso generalizado de retretes públicos. En el X, la ciudad de Córdoba tenía 700 mezquitas, 60.000 palacios y 70 bibliotecas.
¿Qué avances hubo en la ciencia?

En la historia de la ciencia, la ciencia islámica es la ciencia que se desarrolló durante la Edad de Oro del islam. Algunos expertos consideran a los científicos musulmanes como los fundadores de la ciencia moderna. Esto se debe a que desarrollaron los primeros métodos científicos y usaron un enfoque empírico, experimental y cuantitativo para resolver problemas científicos. Por esta razón, algunos estudiosos llaman a este periodo la revolución científica musulmana. Los logros científicos islámicos abarcaron muchas áreas, especialmente la astronomía, las matemáticas y la medicina. Otros temas de investigación científica fueron la alquimia y la química, la botánica y la agronomía, la geografía y la cartografía, la oftalmología, la farmacología, la física y la zoología.
Después de la caída del Imperio Romano, y tras el inicio del oscuro periodo Europeo, en Oriente Medio, la filosofía griega pudo resurgir gracias al recién creado Califato islámico (Imperio islámico). Con la expansión del islam en los siglos VII y VIII, comenzó un periodo de iluminación islámica que duraría hasta el siglo XV. En el mundo islámico, la Edad Media se conoce como la Edad de Oro del islam, cuando la civilización y la sabiduría islámica prosperaron. Varios factores contribuyeron a este periodo dorado de la ciencia islámica. El uso de una sola lengua, el árabe, permitía la comunicación sin necesidad de un traductor. Las traducciones de textos griegos de Egipto y el Imperio bizantino, y textos en sánscrito de la India, dieron a los estudiosos islámicos una base de conocimiento sobre la que construir. Además, estaba el Hajj. Esta peregrinaje anual a La Meca facilitaba la colaboración entre estudiosos, uniendo a las personas y ayudando a que las nuevas ideas se extendieran por todo el mundo islámico.
En astronomía, Al-Battani mejoró las mediciones de Hiparco, que se conservaron gracias a la obra de Claudio Ptolomeo conocida como Almagesto. Alrededor del año 900, Al-Batani mejoró la precisión de las medidas de la precesión del eje de la Tierra, continuando así la tradición de mil años de mediciones en su propia tierra (Babilonia y Caldea, la zona que ahora es Irak).
En física, rescataron la física de Aristóteles y fueron más allá, especialmente en el campo de la óptica gracias al gran Alhacén.
En química, estudiosos como Al-Razi usaron trabajos anteriores en medicina, astronomía y matemáticas como base para desarrollar nuevos campos como la alquimia. Algunos ejemplos de estas contribuciones son el acero de Damasco. La alquimia árabe inspiró a Roger Bacon y más tarde a Isaac Newton.
En matemática, introdujeron los números arábigos y la inducción matemática. Al-Juarismi dio nombre a lo que ahora llamamos algoritmo y a la palabra álgebra (que viene de al-jabr, el principio del título de una publicación suya donde desarrollaba un sistema para resolver ecuaciones cuadráticas).
En medicina, los médicos musulmanes hicieron contribuciones importantes, incluyendo la anatomía, medicina experimental, oftalmología, patología, ciencias farmacéuticas, fisiología, cirugía, etc. Además, crearon algunos de los primeros hospitales, la primera escuela de medicina y los primeros hospitales psiquiátricos.
Véase también
En inglés: Islamic Golden Age Facts for Kids
- Contribuciones islámicas a la Europa medieval
- Ciencia islámica en la Edad Media