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Historia de Túnez para niños

Enciclopedia para niños

La historia de Túnez es un viaje fascinante a través del tiempo en la nación más pequeña del norte de África. Aunque Túnez es independiente desde 1956, su historia es mucho más antigua, comenzando en la prehistoria con la cultura capsiense. Esta región fue hogar de tribus bereberes, y sus costas fueron visitadas por los fenicios alrededor del siglo X antes de Cristo.

La famosa ciudad de Cartago fue fundada en el siglo IX antes de Cristo por colonos que llegaron de Tiro. Cartago creció y extendió su influencia por Sicilia, la Península Ibérica y otras zonas importantes del mar Mediterráneo occidental.

En el siglo II antes de Cristo, Cartago fue conquistada por el Imperio romano después de ser derrotada en las guerras púnicas. Cartago fue destruida, y la cultura romana se hizo muy importante en lo que hoy es Túnez. El territorio se convirtió en la provincia romana de África y fue una de las principales fuentes de alimentos para Roma. En el siglo V, los vándalos la conquistaron, y en el siglo VI, los bizantinos la recuperaron bajo el emperador Justiniano I.

El siglo VII marcó un gran cambio: la población se fue haciendo musulmana y adoptando la cultura árabe debido a la conquista de los árabes musulmanes. Ellos fundaron la ciudad de Kairuán, la primera ciudad islámica en el África del Norte. Así, Túnez pasó a formar parte de los califatos omeya y abasí, con el nombre de Ifriqiya. Más tarde, los bereberes locales tomaron el poder y derrocaron a la dinastía árabe aglabí, estableciendo la dinastía zirí. En 1045, los fatimíes de Egipto enviaron tribus beduinas para acabar con los ziríes. Esto causó mucha destrucción en la región y arruinó la agricultura.

A principios del siglo XVI, España controló algunas ciudades costeras, pero las perdió rápidamente ante el Imperio otomano, que gobernó Ifriqiya desde 1574. Los gobernantes turcos, llamados beys, lograron una gran independencia de Turquía. Por su ubicación estratégica en el centro del Mediterráneo, Túnez fue clave en la rivalidad entre potencias como la España de Carlos I y el joven Imperio otomano. A principios del siglo XVII, la economía mejoró gracias a la llegada de los moriscos expulsados de España, que fueron bien recibidos. Más adelante, Francia tomó el control de la provincia otomana a finales del siglo XIX para superar a Italia, que también tenía intereses en la región.

En el siglo XX, Túnez experimentó grandes cambios y el rápido crecimiento de un movimiento nacionalista. Esto llevó a acuerdos con Francia y, finalmente, a la independencia en 1956. Desde entonces, el país se modernizó y se integró económicamente, impulsado por un único partido político. La actual República Tunecina tiene más de diez millones de habitantes, la mayoría de los cuales (98%) se identifican culturalmente como árabes. Túnez limita con Argelia al oeste, con Libia al sureste y con el mar Mediterráneo al norte y al este. Su capital, Túnez, está cerca de la antigua Cartago. Para proteger los restos de Cartago, se inició una campaña que llevó a su nombramiento como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.

Prehistoria de Túnez: Los Primeros Habitantes

Paleolítico: Huellas Antiguas

Los primeros signos de presencia humana en Túnez se remontan al Paleolítico, la Edad de Piedra Antigua. Se han encontrado a 20 kilómetros al este de Gafsa, en el oasis de El Guettar. Allí vivía un pequeño grupo de cazadores-recolectores musterienses. El arqueólogo Michel Gruet descubrió que comían dátiles, ya que encontró polen de esta fruta.

El sitio de El Guettar tiene una estructura especial: un cono de unos 75 centímetros de alto y 130 centímetros de diámetro, hecho con 4000 piedras de sílex. Estas piedras están junto a huesos de cabras y herramientas de sílex. Esta construcción, de hace casi 40.000 años, es considerada el edificio religioso más antiguo conocido. Gruet pensó que era una ofrenda a la fuente cercana, mostrando un sentimiento religioso o mágico. El lugar se llama Hermaïon de El Guettar.

Capsiense: Una Cultura Importante

Después de una cultura llamada ibero-mauritana, llegó el período capsiense, cuyo nombre viene de Capsa, la actual Gafsa. Esta cultura se desarrolló desde el Paleolítico Superior hasta el Neolítico, entre el VII y el V milenio antes de Cristo. Se cree que los capsienses son la base de la población actual del Magreb.

Desde el punto de vista arqueológico, el capsiense es muy importante. Se han encontrado huesos y restos de actividad humana de hace más de 15.000 años. Además de herramientas de piedra y sílex, los capsienses hacían herramientas de hueso, como agujas para coser ropa de piel de animales. En el sitio de El Mekta, se descubrieron pequeñas esculturas de piedra caliza con forma humana. Los grabados que se han encontrado son a menudo abstractos, aunque algunos representan animales.

Neolítico: Cambios y Nuevos Contactos

El Neolítico (aproximadamente del 4500 al 2500 antes de Cristo) llegó tarde a esta región. La presencia humana estuvo influenciada por la formación del desierto del Sahara, que adquirió su clima actual. En esta época, la población de Túnez creció con la llegada de los bereberes, que parecen ser descendientes de poblaciones libias que migraron hacia el norte. La cuestión de los orígenes bereberes sigue siendo un tema de estudio.

El Neolítico también marcó el inicio del contacto entre los fenicios de Tiro y los pueblos locales de Túnez, incluyendo a los bereberes. Este contacto fue clave para la transición de la prehistoria a la historia. La influencia fenicia fue importante, especialmente en Cartago, donde convivían diversas poblaciones como bereberes, griegos, italianos e íberos. Los matrimonios entre estas culturas contribuyeron a la creación de la civilización púnica.

Incluso se encuentran rastros de un pueblo pacífico del Neolítico tunecino en la Odisea de Homero, donde Odiseo se encuentra con los lotófagos (los que comen loto), que se cree que vivieron en la actual isla de Yerba.

Cartago: El Auge y la Caída de una Gran Potencia

El inicio de la historia de Túnez está marcado por la expansión de una ciudad que surgió de la colonización desde el Oriente Próximo. Aunque de origen fenicio, Cartago rápidamente desarrolló una civilización única llamada púnica.

La expansión púnica en el Mediterráneo occidental se basó en el comercio. Sin embargo, su poder marítimo chocó con la expansión de Roma, que buscaba dominar la tierra. Al principio, sus relaciones eran amistosas, pero pronto se enfrentaron. Aunque no se sabía quién ganaría, los púnicos finalmente desaparecieron, pero dejaron una huella duradera en Túnez que no fue borrada por completo por el poder de Roma.

Fundación y Crecimiento de Cartago

Túnez fue hogar de varias factorías fenicias, al igual que otras regiones del Mediterráneo. La primera factoría fue la de Útica, que data de 1101 antes de Cristo. Aquí comenzó una potencia fundamental en la Edad Antigua. En 814 antes de Cristo, colonos fenicios de Tiro fundaron Cartago. La leyenda dice que la reina Elisa (Dido para los romanos), hermana del rey Pigmalión de Tiro, fundó la ciudad. Los descubrimientos arqueológicos sugieren que la fecha podría ser un poco posterior, pero no la descartan del todo.

La población original de Túnez era libio-bereber. Al estar cerca de las factorías fenicias, adoptaron parte de la cultura púnica. Esto se ve en las estelas con símbolos de Tanit que se han encontrado, mostrando cómo las poblaciones locales adoptaron el simbolismo púnico.

A finales del siglo VII antes de Cristo, las colonias fenicias ya tenían un carácter "púnico" propio, lo que indica el surgimiento de una cultura distinta en el Mediterráneo Occidental. En 650 antes de Cristo, Cartago fundó su propia colonia, y en 600 antes de Cristo, ya luchaba sola contra los griegos. Cuando el rey Nabucodonosor II de Babilonia asedió Tiro durante 13 años, Cartago ya era probablemente independiente. Mantuvo lazos cercanos con Tiro, y cuando la influencia fenicia disminuyó, Cartago se convirtió en el centro de un gran imperio comercial.

Archivo:CarthageMap
La ciudad estado de Cartago y los territorios bajo su influencia política o comercial, alrededor de 264 a. C.

Cartago, abierta al mar, también estaba abierta al exterior. Su crecimiento pacífico dio paso a conflictos. Un siglo y medio después de su fundación, los cartagineses o púnicos extendieron su influencia por el Mediterráneo occidental: se establecieron en Sicilia, Cerdeña, las islas Baleares y Córcega, así como en el norte de África. Esta presencia era principalmente comercial. Cartago reemplazó el poder de las antiguas ciudades fenicias. También se aliaron con los etruscos y juntos vencieron a los griegos en la batalla naval de Aleria, cerca de Córcega. Con el declive etrusco, Córcega pasó a la órbita de Cartago, que formó un nuevo imperio marítimo.

La transformación a un imperio más terrestre chocó con los griegos de Sicilia y con el creciente poder de Roma. Antes de las guerras púnicas, el centro cartaginés de Túnez tenía una capacidad agrícola superior a la de Roma. Las ventajas geográficas, como las ricas tierras de cultivo de cereales del valle de Meyerda, se unieron al talento agrícola de su gente.

Mientras se expandían, Cartago se preparaba para conquistar a los griegos en Sicilia.

Cartago y Roma: De la Amistad a la Guerra

Archivo:Numidian cavalry
Recreación del equipo de un soldado de la caballería Numidia del ejército de Aníbal, durante la segunda guerra púnica.

Las relaciones entre Roma y Cartago fueron al principio amistosas, como lo muestra un tratado firmado en el año 509 antes de Cristo. Sin embargo, la desconfianza creció a medida que ambas ciudades se desarrollaban, y el enfrentamiento se hizo inevitable. La lucha entre Roma y Cartago llevó a tres guerras púnicas, que terminaron con la destrucción de Cartago en el año 146 antes de Cristo, después de un asedio de tres años.

La primera guerra púnica (264-241 a.C.) fue un conflicto naval y terrestre en Sicilia y Túnez. La causa fue la lucha por el control de Sicilia, especialmente el estrecho de Mesina. Los cartagineses tomaron Mesina, lo que preocupó a los romanos. Apio Claudio Cáudex cruzó el estrecho y tomó la guarnición púnica de Mesina, iniciando la guerra. Los romanos tomaron Segesta y Agrigento. Después de la paz, Cartago tuvo que retirarse de Sicilia y sufrió una revuelta de sus mercenarios.

Archivo:Second Punic War full-es
Batallas de la segunda guerra púnica.

La segunda guerra púnica (218-202 a.C.) tuvo como momento clave la campaña de Italia: el general Aníbal cruzó los Pirineos y los Alpes con sus elefantes de guerra, pero no entró en Roma. La guerra comenzó por el sitio de Sagunto, aliada de Roma, por parte de los cartagineses.

La estrategia de Aníbal permitió a los romanos, aliados con Masinisa, rey de Numidia, contraatacar. El conflicto terminó a favor de Roma en la batalla de Zama en 202 antes de Cristo. Cartago perdió todas sus posesiones en España, su flota fue destruida y se le prohibió tener un ejército importante. Aunque Cartago recuperó cierta prosperidad económica después de la segunda guerra púnica, no pudo reconstruir su poder militar.

A pesar de la victoria, los romanos no estaban satisfechos. Temiendo otro enfrentamiento con Cartago, decidieron que la destrucción total de la ciudad era la única forma de asegurar la República romana. Así comenzó la tercera guerra púnica (149-146 a.C.), con una ofensiva romana en África que llevó a la derrota y destrucción de Cartago, tras un asedio de tres años.

Publio Cornelio Escipión Emiliano dirigió el asedio. La ciudad fue totalmente destruida: los romanos quemaron los barcos fenicios en el puerto, fueron casa por casa ejecutando o esclavizando a la población. La ciudad ardió durante diecisiete días y fue borrada del mapa.

En el siglo XX, se creía que los romanos esparcieron sal sobre las tierras agrícolas de Cartago para impedir el cultivo, pero esta teoría ha sido muy cuestionada, ya que África se convirtió después en el "granero de trigo" de Roma. Sin embargo, el territorio de la antigua ciudad fue declarado sacer, es decir, maldito.

Túnez como Parte del África Romana

¿Continuidad o Cambio de la Civilización Púnica?

Archivo:Amphitheatre Dougga -2
Teatro de Dougga que domina una rica llanura de cereales.

Al final de la tercera guerra púnica, Roma aplastó definitivamente Cartago y se estableció en sus ruinas en 146 a.C. Esto marcó el inicio de la provincia romana de África, con Útica como primera capital. Aunque hubo un intento fallido de colonización, Julio César decidió fundar una colonia romana, la Colonia Julia Carthago, y César Augusto inició su construcción. La ciudad se convirtió en la capital de la provincia y su arquitectura monumental ayudó a la romanización de la región.

La región vivió un período de prosperidad. África se convirtió en el principal proveedor de productos agrícolas para Roma, como trigo y aceite de oliva, gracias a las plantaciones de olivos. El famoso puerto de Cartago se convirtió en un gran puerto para la flota de cereales que Roma esperaba cada año. En Chemtou, se extraía un mármol amarillo y rosa que se exportaba por todo el imperio. En El Haouaria, se obtenía la arenisca necesaria para reconstruir Cartago. También se producían cerámicas y productos de pescado.

La provincia estaba cubierta por una densa red de ciudades romanizadas, cuyos restos son impresionantes hoy en día, como Dougga, Sbeitla, Bulla Regia, El Djem o Thuburbo Maius. Entre los símbolos de su riqueza están el anfiteatro de Thysdrus, uno de los más grandes del mundo romano, y el teatro de Dougga. Además de edificios públicos, se han descubierto villas con suelos cubiertos de hermosos mosaicos.

Durante seis siglos, Túnez fue parte de la República romana y luego del Imperio romano, convirtiéndose en un centro de una rica civilización romano-africana. Fue un crisol del arte del mosaico, conocido por su originalidad. En las estelas religiosas, se veían símbolos antiguos como la media luna o el signo de Tanit. Los dioses locales, como Saturno y Caelestis, continuaron siendo adorados, mezclándose con los dioses romanos. Túnez también fue un lugar donde se establecieron temprano comunidades judías y las primeras comunidades cristianas. El idioma púnico se siguió usando por mucho tiempo, especialmente hasta el siglo I, y hay testimonios de su uso menor hasta la época de San Agustín de Hipona.

El apogeo de los siglos II y principios del III no estuvo exento de problemas. La provincia sufrió graves crisis en el siglo III y fue saqueada. A principios del siglo IV, hubo enfrentamientos entre quienes querían el trono imperial. A pesar de esto, durante el primer siglo del cristianismo oficial (que se convirtió en religión de Estado en 313), la provincia tuvo cierta prosperidad, como lo muestran los restos arqueológicos de edificios públicos y viviendas privadas.

Túnez: Un Centro del Cristianismo

En una región abierta al exterior como la provincia de África, el cristianismo se desarrolló muy temprano. Cartago estaba conectada con ciudades importantes como Alejandría y Antioquía, que eran grandes centros de evangelización. Así, la región se convirtió en uno de los principales focos de difusión de la nueva fe. Al principio, la nueva religión enfrentó oposición porque el cristianismo cambiaba las costumbres sociales. Los cristianos se vieron obligados a vivir apartados de la vida pública.

Archivo:Augustine of Hippo
Agustín de Hipona, figura del cristianismo de África.

A partir del siglo II, la provincia aplicó sanciones imperiales. Los primeros mártires (personas que murieron por su fe) fueron registrados el 17 de julio de 180: los mártires escilitanos, que se negaron a renunciar a su fe. Quienes no se unían al culto oficial eran castigados.

A pesar de las dificultades, la nueva religión creció en la provincia más rápido que en Europa. Esto se debió al papel social de la Iglesia de Cartago en la segunda mitad del siglo III y a la gran densidad de ciudades. Tertuliano fue uno de los primeros escritores cristianos en latín, y Cipriano, el primer obispo de Cartago, fue martirizado el 14 de septiembre de 258, cuando la nueva religión ya estaba muy extendida.

Alrededor del año 400, gracias a la acción de Agustín de Hipona y otros obispos, los grandes terratenientes y la aristocracia urbana se unieron al cristianismo. La Iglesia integraba a todas las clases sociales. Rápidamente, la provincia de África fue vista como un faro del cristianismo latino occidental. Sin embargo, esta expansión tuvo obstáculos, como el cisma donatista, una división religiosa. Este cisma fue condenado en el Concilio de Cartago el 1 de junio de 411, organizado por Agustín de Hipona. A pesar de esta lucha religiosa, la situación económica, social y cultural era buena cuando el cristianismo triunfó, como lo muestran los numerosos restos arqueológicos, especialmente las basílicas en Cartago y muchas iglesias. Este dinamismo continuó incluso durante el período vándalo.

Antigüedad Tardía: Vándalos y Bizantinos

Dominación Vándala

Archivo:Invasiones bárbaras Imperio romano-es
Posición de Túnez en las invasiones bárbaras.

En 429, bajo el mando de Genserico, los vándalos y los alanos cruzaron el estrecho de Gibraltar. El 19 de octubre de 439, después de conquistar Hipona, llegaron a Cartago, donde establecieron su reino por casi un siglo. Los vándalos practicaban el arrianismo, una creencia cristiana diferente a la católica, lo que causó problemas con los líderes locales, que eran mayoritariamente católicos. El clero africano se opuso a los vándalos, viéndolos como invasores y con creencias diferentes. Por ello, los cristianos fueron perseguidos si se oponían a los vándalos.

Archivo:Vandales
Extensión aproximada del reino vándalo alrededor de 455.

Los historiadores antiguos describen el gobierno vándalo como muy estricto. La arqueología también muestra destrucciones importantes en esa época. Sin embargo, la mayoría de los historiadores modernos ven este período como un paso corto en la historia.

La cultura latina se mantuvo en gran parte, y el catolicismo prosperó siempre que no se opusiera al gobernante. Los propios vándalos, al convertirse en líderes de la provincia romana más rica, se adaptaron a la vida en Túnez. Su ejército disminuyó, y prefirieron reclutar a bereberes locales. Su territorio, rodeado por principados bereberes, fue atacado por tribus nómadas. Finalmente, fueron derrotados por las tropas del Imperio romano de Oriente en diciembre de 533, en la batalla de Tricamerón, lo que acabó con el poder militar vándalo.

Período Bizantino

Cartago fue tomada fácilmente por los bizantinos, dirigidos por el general Belisario, enviado por Justiniano I. El objetivo del emperador era controlar el Mediterráneo occidental para reconstruir el Imperio romano. El ejército bizantino, compuesto por mercenarios, derrotó a la caballería vándala, y el último rey vándalo, Gelimer, se rindió en 534. A pesar de la resistencia de los bereberes, los bizantinos restablecieron la esclavitud e impusieron altos impuestos. La mayoría de los vándalos fueron deportados o se unieron al ejército bizantino. El sistema de administración romano fue restaurado.

Archivo:LocationByzantineEmpire
Territorios del Imperio bizantino en el siglo VII:      Territorios originales del Imperio      Territorios conquistados durante el reinado de Justiniano I.

En el concilio de 534, los obispos de Cartago se reunieron para discutir la intención de los bizantinos de que los obispos fueran simples ejecutores de sus órdenes. El concilio afirmó que el Emperador debía hacer cumplir las leyes de la Iglesia, pero no determinarlas. Justiniano reaccionó con fuerza, castigando a los obispos rebeldes. Justiniano hizo de Cartago la sede de su diócesis de África. A finales del siglo VI, la región fue puesta bajo la autoridad de un exarca que tenía poderes civiles y militares y gran autonomía. Los bizantinos persiguieron otras creencias, pero debido a problemas internos, los emperadores bizantinos se alejaron de la ciudad. Con África bizantina en decadencia, las tribus bereberes se volvieron más hostiles al Imperio. La gente, oprimida por los impuestos, llegó a extrañar los tiempos de los vándalos.

Incluso antes de su toma en 698, la capital y la provincia de África fueron abandonadas por sus habitantes bizantinos. La decadencia fue notable después de la reconquista de Justiniano. La arqueología muestra un repliegue desde principios del siglo VII.

Edad Media Árabe-Musulmana

Esta época se caracterizó por el crecimiento de las ciudades y la aparición de grandes pensadores, como Ibn Jaldún, historiador y considerado padre de la sociología.

La Llegada del Islam y la Cultura Árabe

Fueron necesarias tres expediciones para que los árabes conquistaran Túnez. La conversión al islam de las tribus no fue uniforme y encontró resistencias. La arabización (adopción de la cultura árabe) fue aún más lenta.

Archivo:Tower of the Great Mosque of Kairouan
Alminar de la Gran mezquita de Kairuán, fundada en 670 por Uqba ibn Nafi.

La primera expedición árabe fue en 647. El exarca Gregorio fue derrotado en Sbeitla, mostrando la debilidad bizantina. En 661, una segunda ofensiva terminó con la toma de Bizerta. El tercer ataque, en 670, fue decisivo: Uqba ibn Nafi fundó Kairuán al año siguiente, que se convirtió en la base para expediciones. La invasión total no se completó por la muerte de Ibn Nafaa en 683. Un líder bereber, Kusaila, reconquistó Kairuán. En 693, el general gasánida Hassan Ibn Numan venció al exarca y reconquistó Cartago en 695. Solo resistieron algunos bereberes liderados por Kahina. Los bizantinos recuperaron Cartago en 696, y Kahina ganó una batalla contra los árabes en 697. Sin embargo, los árabes retomaron Cartago definitivamente en 698, venciendo y matando a Kahina. Cartago fue abandonada gradualmente a favor de un nuevo puerto cerca de la ciudad de Túnez. Los musulmanes, muy activos en el Mediterráneo occidental, comenzaron a invadir Sicilia y las costas italianas.

A diferencia de los invasores anteriores, los árabes no solo ocuparon la costa, sino que conquistaron el interior del país. Después de resistir, los bereberes se convirtieron a la religión de sus conquistadores, a menudo uniéndose al ejército. Se crearon centros de formación religiosa (como en Kairuán). La mezquita de Zaytuna fue construida en Túnez por los omeyas alrededor de 732. Muchos bereberes se negaron a la asimilación y se unieron al jariyismo, una rama del islam que proclamaba la igualdad de todos los musulmanes. En 745, los jariyíes bereberes tomaron Kairuán. La región fue una provincia omeya hasta 750, cuando los abásidas la tomaron. De 767 a 776, los jariyíes bereberes controlaron todo el territorio, pero finalmente se retiraron a su reino de Tremecén.

Los Aglabíes: Un Siglo de Prosperidad

Archivo:Kairouan bassin
Estanques de los aglabíes en Kairuán.

En 800, el califa abásida Harún al-Rashid delegó su poder en Ifriqiya al emir Ibrahim I ibn Aglab, permitiéndole heredar su cargo. Al-Aghlab fundó la dinastía de los aglabíes, que reinó durante un siglo sobre el Magreb central y oriental. El territorio tuvo una independencia formal, aunque reconocía la autoridad abasí. Los emires aglabíes seguían jurando lealtad al califa abasí y pagaban impuestos anuales.

Archivo:Aghlabids Dynasty 800 - 909 (AD)-es
Extensión máxima del reino de los aglabíes.

Túnez se convirtió en un importante centro cultural gracias a la influencia de Kairuán, que tenía una Casa de la sabiduría para intelectuales y su Gran Mezquita, un centro cultural muy famoso. La mezquita de Zaytuna en Túnez fue reconstruida. Kairuán fue la capital antes de ser reemplazada por Raqqada y El Abbasiyya.

La economía de Ifriqiya creció mucho gracias a las exportaciones de oro de la región de Sudán. Se desarrolló una buena política de gestión del agua que impulsó la agricultura: se renovaron muchas obras hidráulicas romanas y se construyeron nuevas, como los estanques de Kairuán. Militarmente, los aglabíes construyeron fortificaciones, como las murallas de Sfax y las rábidas de Susa y Monastir.

Crearon una potente flota para protegerse de los chiitas por mar y mantener buenas relaciones con Egipto. Esta flota les permitió tomar Malta y atacar Sicilia en 827. A finales del reinado de Abu Ishak Ibrahim II, la ciudad de Túnez se convirtió en la capital del emirato hasta 909.

Fatimíes y Ziríes: Cambios de Poder

Archivo:Mahdia mosquin
Gran mezquita de Mahdia construida por los fatimíes chiitas.

Abu Abd Allah ach-Chi'i, quien decía descender de Fátima az-Zahra (hija del profeta Mahoma), con la ayuda de los bereberes que se oponían a los aglabíes, se dirigió a su reino. Apoyado por las tribus kutama, logró la desaparición del emirato aglabí en unos quince años (893-909). En diciembre de 909, Ubayd Allah al-Mahdi se proclamó califa y fundó la dinastía de los fatimíes, que se oponía a los califas omeyas y abásidas (suníes). Con una política fiscal estricta y decidido a imponer el chiismo, enfrentó oposición, pero el Estado fatimí se impuso en todo el norte de África, controlando las rutas comerciales. En 921, se fundó Mahdía, que fue proclamada capital del califato. En 945, Abū Yazīd organizó una gran revuelta bereber para expulsar a los fatimíes, pero no tuvo éxito. El tercer califa fatimí, Isma'il al-Mansur Bi-Nasrillah, trasladó la capital a Kairuán y tomó Sicilia en 948. Cuando la dinastía fatimí se trasladó a Egipto en 972, el califa Ma'ad al-Muizz Li-Dinillah confió a Bologhine ibn Ziri (fundador de la dinastía de los ziríes) la tarea de gobernar la provincia en su nombre. Los ziríes gradualmente se independizaron del califa fatimí.

Así comenzó la era de la independencia bereber. Los fatimíes respondieron a esta "traición" enviando tribus árabes nómadas (los hilalianos) a Ifriqiya. La llegada de estas tribus, que se estima en 50.000 guerreros y 200.000 beduinos, causó un desastre. Muizz ibn Badis sufrió una derrota cerca de Gabes, y Kairuán resistió cinco años antes de ser ocupada y saqueada. El gobernante se refugió en Mahdia en 1057, mientras los nómadas se expandían hacia Argelia. En 1087, los pisanos y genoveses saquearon Mahdia. La dinastía zirí intentó sin éxito recuperar parte de su territorio. Los normandos tomaron Mahdia en 1148 y la mantuvieron por unos doce años. Ifriqiya se dividió entre diferentes grupos.

Archivo:The Blue Qur'an - 2 - Qur'anic Manuscript
El Corán azul (pergamino del siglo IX-X).

Económicamente, los hilalianos devastaron los cultivos y saquearon los pueblos, obligando a la población rural a refugiarse en las ciudades. Grandes áreas agrícolas se convirtieron en estepas, causando un estancamiento general. Sin embargo, los rebaños de los hilalianos se adaptaron mejor, y la multiplicación de los dromedarios permitió a los pastores emigrar al sur. Políticamente, la caída de Kairuán significó el colapso del poder central zirí y la creación de pequeños reinos. La ciudad de Túnez incluso pidió ayuda a los hamadidas, quienes nombraron un gobernador, creando un principado independiente.

Los historiadores árabes consideran esta migración como el evento más importante de la Edad Media en el Magreb, caracterizado por el avance de familias enteras que rompieron el equilibrio entre nómadas y sedentarios bereberes. Las consecuencias sociales y étnicas marcaron la historia del Magreb con la mezcla de poblaciones. Desde la segunda mitad del siglo VII, el idioma árabe se convirtió en la lengua de las élites urbanas. Con la invasión hilaliana, las lenguas bereberes fueron influenciadas por la arabización.

Almohades: Unificación y Apogeo

Archivo:Mosquée Zitouna Kassus
Alminar de la mezquita de Zaytuna de estilo almohade.

Todo el territorio de Ifriqiya fue ocupado por el ejército del sultán almohade Abd Al-Mumin, que venía del norte de Marruecos.

Desde principios del siglo XII, Túnez fue atacada regularmente por los normandos de Sicilia y del sur de Italia. En 1135, el rey normando Rogelio II tomó Yerba, y en 1148, Mahdia, Susa y Sfax cayeron en manos normandas. Sin embargo, en los años siguientes, los normandos fueron expulsados por una flota almohade. En siete meses, los normandos fueron repelidos hasta Sicilia, y Mahdia, su última fortaleza, fue retomada por los almohades marroquíes en 1160. En esa misma época, se logró por primera vez la unificación política del Magreb, formando el Estado musulmán más poderoso de la Edad Media: el Imperio almohade. La economía prosperó y se establecieron relaciones comerciales con las principales ciudades del Mediterráneo. El crecimiento también incluyó la cultura, con las obras del gran historiador y padre de la sociología, Ibn Jaldún. El siglo almohade es considerado la "edad de oro" del Magreb. Se desarrollaron grandes ciudades y se construyeron hermosas mezquitas.

Háfsidas: Una Dinastía Duradera

Los almohades confiaron Túnez a Abû Muhammad 'Abd al-Wâhid ben Abî Hafs, pero su hijo Abû Zakariyâ Yahyâ se separó de ellos en 1228 y fundó la nueva dinastía bereber de los háfsidas. Obtuvo su independencia en 1236 y gobernó Túnez hasta 1574, siendo la dinastía tunecina más larga. La capital del país se estableció en Túnez, que creció gracias al comercio con venecianos, genoveses, aragoneses y sicilianos.

Archivo:Monnaie hafside 825
Monedas háfsidas en el Museo del Bardo en Túnez.

El sucesor de Abû Zakariyâ Yahyâ, Abû 'Abd Allah Muhammad al-Mustansir, se proclamó califa en 1255 y continuó la política de su padre. Durante su reinado tuvo lugar la Octava Cruzada, liderada por Luis IX de Francia, que fracasó. El rey murió de peste en 1270. En 1319, bajo el reinado de Abu Yahya Abu Bakr al-Mutawakkil, los háfsidas expandieron su territorio. A su muerte en 1346, el reino cayó en la anarquía.

Aparte del trabajo pionero de Ibn Jaldún, la vida intelectual disminuyó durante la era háfsida. El propio Ibn Jaldún fue poco conocido durante mucho tiempo. Los háfsidas son descritos como "conservadores de una civilización a la cual no aportaron gran cosa original".

Entre Otomanos y Españoles

Rivalidades en el Mediterráneo

Archivo:Gaspar bouttats-Retrato de Horruc
Gaspar Bouttats: Retrato de Horruc (Barbarroja), aguafuerte, 1681. Inscripción: "Horruc Cossario de los Turcos". Biblioteca Nacional de España.

Los háfsidas de Túnez se debilitaron, y después de la batalla de Kairuán en 1348, perdieron el control de sus territorios. Ifriqiya sufrió la peste en 1384, lo que causó una disminución de la población. Fue entonces cuando llegaron los moros musulmanes y los judíos andalusíes, que huían de la pérdida del Reino nazarí de Granada en 1492.

Los reyes españoles Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla decidieron continuar la Reconquista hasta las costas del Magreb para proteger sus propias costas. En una década, tomaron varias ciudades. Para liberarse, las autoridades de la ciudad pidieron ayuda a dos famosos corsarios de origen griego: los hermanos Baba Aruj y Jeireddín Barbarroja. La piratería en el Mediterráneo era una actividad antigua y común. Esta intervención marcó el inicio de un período de enfrentamiento entre España y el Imperio otomano por el dominio de los territorios del Magreb y del Mediterráneo occidental.

Túnez ofrecía un buen lugar para los hermanos Barbarroja. Aruj recibió permiso del gobernante háfsida para usar el puerto de La Goleta y la isla de Yerba como base. Rodeados de marinos de diversas nacionalidades, se hicieron conocidos en Europa como piratas berberiscos. Después de la muerte de Aruj, su hermano Jeireddín Barbarroja se convirtió en vasallo del sultán de Estambul. Nombrado gran almirante del Imperio otomano, tomó Túnez en 1534, pero tuvo que retirarse tras la toma de la ciudad por la armada española, enviada por Carlos I de España en 1535. El sultán háfsida fue restaurado bajo la protección de Carlos I, y el país quedó bajo la tutela de España.

Mientras tanto, el gobierno otomano construyó su flota. En 1560, Turgut Reis llegó a Yerba, y en 1574, Túnez fue retomada por los otomanos, convirtiéndola en provincia de su imperio en 1575. Los gobernadores turcos se establecieron en los puertos, mientras los beduinos mantuvieron su propio gobierno. En 1581, Felipe II de España reconoció Túnez como posesión turca. Desde entonces, Inglaterra y Francia tomaron el relevo de España en el Mediterráneo occidental, atacando las bases berberiscas.

Emancipación Gradual

Archivo:Nasri1761
Monedas tunecinas de 1761.

A pesar de sus victorias, los otomanos apenas lograron establecerse en Túnez. La conquista del interior del territorio no se completó hasta los reinados de Ali II Bey (1759-1782) y de Hammuda ibn Ali (1782-1814). Durante el siglo XVII, el papel de los otomanos disminuyó a favor de los líderes locales, que se independizaron gradualmente del sultán de Estambul. Solo 4000 jenízaros estaban en Túnez. En 1590, estos jenízaros se rebelaron y dieron el mando del Estado a un dey y, bajo sus órdenes, a un bey, encargado del control del territorio y la recaudación de impuestos. Este último pronto se convirtió en el personaje principal, junto con el pachá, que solo era un representante honorífico del sultán otomano. Una dinastía beylical fue fundada por Murad Bey en 1612. En este período, las actividades de los corsarios alcanzaron su punto máximo, ya que la creciente autonomía del sultán llevó a menos apoyo financiero, y la regencia tuvo que aumentar las capturas en el mar para sobrevivir.

El 15 de julio de 1705, Al-Husayn I ibn Ali al-Turki fundó la dinastía de los husseinitas. Puso fin a las funciones de bey, dey y pachá, y sus decisiones tenían fuerza de ley. Aunque oficialmente seguía siendo una provincia otomana, Túnez logró gran autonomía en el siglo XIX, especialmente con Ahmad I ibn Mustafa, quien reinó entre 1837 y 1855 e inició un proceso de modernización. En esta época, el país vivió profundas reformas, como la abolición de la esclavitud y la adopción de una constitución en 1861, la primera del mundo árabe. Túnez, con su propia moneda y ejército, adoptó su bandera en 1831.

Es difícil medir la influencia turca en Túnez. Algunos monumentos muestran su origen otomano: alminares poligonales y cilíndricos, o mezquitas con una gran cúpula central, como la de Sidi Mahrez en Túnez. El arte de las alfombras de Kairuán del siglo XVIII presenta motivos puramente anatólicos. A pesar de estas influencias, la huella de la vecina Italia se hizo más evidente en el siglo XVIII, tanto en la arquitectura como en la decoración, mostrando una apertura del país a Europa.

Apogeo de la Actividad Corsaria

A principios del siglo XVI, el norte de África estaba en decadencia y atravesaba una profunda crisis política. Esto favoreció el surgimiento de pequeños reinos y ciudades portuarias independientes que reiniciaron la actividad corsaria. Esta actividad tuvo su mayor auge bajo el reinado de Hammuda ibn Ali (1782-1814), cuando los barcos que salían de los puertos de Bizerta, La Goleta, Ghar El Melh, Sfax o Los Gelves (Yerba) capturaban barcos españoles, corsos, napolitanos, venecianos, etc. El gobierno mantenía entre 15 y 20 corsarios, y algunos altos funcionarios también participaban en estas actividades, entregando al gobierno un porcentaje de sus capturas.

Los tratados de paz que se multiplicaron en el siglo XVIII regularon la actividad corsaria y limitaron sus efectos. Exigían pasaportes para barcos y personas, y precisaban las condiciones de captura en el mar para evitar abusos. En cuanto a la situación de los esclavos cristianos, hubo que esperar al Congreso de Viena de 1814-1815 y al Congreso de Aquisgrán de 1818 para que las potencias europeas obligaran a los estados berberiscos a poner fin a las actividades corsarias. Esto solo se hizo efectivo y definitivo después de la toma de Argelia por los franceses en 1830 y su intervención en Túnez en 1836.

Protectorado Francés

Debido a la mala gestión de los beys, el aumento de impuestos y la interferencia extranjera en la economía, el país enfrentó graves dificultades financieras. Todos estos factores obligaron al gobierno a declararse en bancarrota en 1869 y a crear una comisión financiera internacional anglo-franco-italiana. La constitución incluso fue suspendida el 1 de mayo de 1864. Fue la oportunidad para que tres grandes potencias europeas (Francia, Reino de Italia y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda) entraran en el país. Túnez se dirigía hacia una independencia real en 1873 con Kheireddine Pacha, cuando cayó bajo el dominio de una potencia extranjera.

El destino de la Regencia de Túnez (nombre de la región bajo dominio otomano) se convirtió rápidamente en un desafío estratégico debido a su ubicación geográfica, en el cruce de las cuencas occidental y oriental del Mediterráneo. Túnez se convirtió en objeto de rivalidad entre Francia e Italia: Francia quería asegurar las fronteras de la Argelia francesa y evitar que Italia interfiriera en sus ambiciones en Egipto y el Levante mediterráneo. Italia, con una población creciente, deseaba una política colonial, y Túnez, con una minoría europea principalmente italiana, era atractiva. Los cónsules franceses e italianos intentaron aprovechar las dificultades financieras del bey. Francia contaba con la neutralidad del Reino Unido (que no quería que Italia controlara la ruta del canal de Suez) y se benefició de los cálculos de Bismarck, que quería desviar la atención de Francia de la cuestión de Alsacia y Lorena. Después del Congreso de Berlín de 1878 (13 de junio al 13 de julio de 1878), Alemania y el Reino Unido permitieron a Francia anexionarse Túnez, en detrimento de Italia.

Archivo:Prise de Sfax - 1881
Representación de la toma de Sfax en 1881.

Las incursiones de "saqueadores" khroumires en territorio argelino dieron un pretexto a Jules Ferry, apoyado por Léon Gambetta, para justificar la necesidad de tomar Túnez. En abril de 1881, las tropas francesas entraron sin mucha resistencia y ocuparon Túnez en tres semanas, sin necesidad de combatir. El 12 de mayo de 1881 se oficializó el protectorado, cuando Muhammad III as-Sadiq, gobernante de Túnez, firmó el tratado del Bardo bajo amenaza, en el palacio de Ksar Said. Sin embargo, meses después, las tropas francesas enfrentaron varias revueltas en las regiones de Kairuán y Sfax, que fueron rápidamente sofocadas.

El régimen del protectorado fue confirmado por las Convenciones de La Marsa del 8 de junio de 1883, que dieron a Francia el derecho de intervenir en la política exterior, la defensa y los asuntos internos de Túnez. El país mantuvo su gobierno y administración, pero bajo control francés. Así, los diferentes servicios administrativos fueron dirigidos por altos funcionarios franceses y por un residente general que aprobaba los asuntos de gobierno.

Francia pasó a representar a Túnez en la escena internacional y pronto abusó de sus derechos para explotar el país como una colonia, obligando al bey a ceder casi todos sus poderes al residente general. A pesar de ello, se lograron progresos económicos, especialmente gracias a los bancos y compañías. También se desarrolló una red ferroviaria. La colonización permitió la expansión de los cultivos de cereales y la producción de aceite de oliva, así como la explotación de las minas de fosfato y de hierro. Se construyó un importante puerto militar en Bizerta. Además, en educación, los franceses establecieron un sistema bilingüe árabe y francés que permitió a la élite tunecina formarse en ambos idiomas.

Del Cuestionamiento del Protectorado a la Independencia

El Inicio del Movimiento Nacional

Archivo:Zaouche affaire djellaz
Juicio por el caso Djellaz en 1911.

La lucha contra la ocupación francesa comenzó a principios del siglo XX. Túnez fue el primer Estado del mundo árabe influenciado por el nacionalismo moderno, a través del movimiento reformista e intelectual de los Jóvenes Tunecinos, fundado en 1907 por Béchir Sfar, Ali Bach Hamba y Abdeljelil Zaouche. Esta corriente nacionalista se hizo visible con el Caso Djellaz en 1911 y el boicot de los tranvías tunecinos en 1912. Estos eventos transformaron a los Jóvenes Tunecinos en activistas que organizaban movimientos en las calles. El residente general exilió a sus principales líderes. De 1914 a 1921, el país vivió en estado de emergencia y la prensa anticolonialista fue prohibida.

A pesar de esto, el movimiento nacional continuó. Después de la Primera Guerra Mundial, una nueva generación, liderada por Abdelaziz Thâalbi, preparó el nacimiento del partido político Destour. Al proclamar oficialmente su creación el 4 de junio de 1920, el partido presentó un programa de ocho puntos. A partir de noviembre de 1925, el Destour, debilitado, pasó a la clandestinidad y dejó la acción política directa. Después de criticar el régimen del protectorado en periódicos, el abogado Habib Burguiba fundó en 1932, junto con Tahar Sfar, Mahmoud Materi y Bahri Guiga, el periódico L'Action Tunisienne, que, además de la independencia, defendía la separación entre religión y Estado.

Esta postura original llevó a la división del partido el 2 de marzo de 1934, en el congreso de Ksar Hellal. El partido se dividió en dos ramas: una islamista que mantuvo el nombre Destour; y otra, modernista y laica, el Neo Destour. Esta última fue una formación política moderna, organizada como los partidos socialistas y comunistas europeos, y decidida a tomar el poder para transformar la sociedad. El partido priorizó la acción política, la movilización de sus seguidores y la concienciación.

Después del fracaso de las negociaciones con el gobierno de Léon Blum, hubo incidentes violentos en 1937, y las revueltas de abril de 1938 fueron duramente reprimidas: el 9 de abril se declaró el estado de sitio en Túnez, Habib Burguiba fue encarcelado por cinco años, y se arrestó a 3000 miembros del Neo Destour. Esta represión llevó al Neo Destour a la clandestinidad, lo que incitó a los nuevos líderes a considerar una lucha más activa. A finales de 1939, se formó un nuevo comité político que ordenó mantener la agitación, pero fue disuelto en 1941. En mayo de 1940, el régimen de Vichy trasladó a Burguiba a Francia, donde fue entregado a Benito Mussolini, quien quería usarlo para debilitar la resistencia francesa en el norte de África. Sin embargo, Burguiba no quiso apoyar a los regímenes fascistas y el 8 de agosto de 1942 hizo un llamado a favor del apoyo a las tropas aliadas:

Los aliados no frustrarán nuestras esperanzas [de independencia].

Archivo:Axis prisoners of war are herded out of the city as Allied armies enter Tunis. - NARA - 195472
Prisioneros de guerra alemanes abandonando Túnez.

Durante este tiempo, Túnez fue escenario de importantes operaciones militares conocidas como la Campaña de Túnez: tropas alemanas tomaron posición en el país tras el lanzamiento de la Operación Torch (desembarco de tropas aliadas en África del Norte) el 8 de noviembre de 1942. El Afrika Korps de Erwin Rommel se replegó desde Libia detrás de la Línea Mareth. A su regreso a Túnez, el 8 de abril de 1943, Burguiba se aseguró de que su mensaje llegara a toda la población. Tras varios meses de combates y una contraofensiva alemana en la región de Kasserine y Sbeitla a principios de 1943, las tropas alemanas tuvieron que rendirse el 11 de mayo en el cabo Bon, cuatro días después de la llegada de las fuerzas aliadas a Túnez. Burguiba fue liberado por las fuerzas de Francia Libre el 23 de junio.

El 26 de marzo de 1945, Burguiba se fue clandestinamente a Egipto, y el 20 de enero de 1946 Farhat Hached fundó la Unión General Tunecina del Trabajo (UGTT). Este sindicato llegó a tener 100.000 miembros y fue muy importante en el movimiento nacional, ya que dio al Neo Destour un aliado en la lucha por la liberación y la construcción de un nuevo Estado. Después de la Segunda Guerra Mundial, los líderes nacionalistas incluyeron la resistencia armada en la estrategia de liberación nacional. En 1949, un Comité nacional de la resistencia organizó grupos armados.

De la Violencia a las Negociaciones

Archivo:Bourguiba Bizerte
Habib Burguiba en Bizerta en 1952.

Después de la guerra, se llevaron a cabo negociaciones con el gobierno francés. Robert Schuman mencionó en 1950 la independencia de Túnez en varias etapas. Pero los disturbios nacionalistas en 1951 hicieron que las negociaciones fracasaran: el gobierno francés rechazó las demandas tunecinas. Con la llegada de un nuevo residente general, Jean de Hauteclocque, el 13 de enero de 1952, y el arresto de 150 miembros del Destour, incluyendo a Burguiba, el 18 de enero, comenzó una revuelta armada con huelgas y manifestaciones. Esto llevó a la represión militar francesa y a un endurecimiento de las posiciones de ambas partes. La represión provocó un aumento de la violencia, con sabotajes, ataques a granjas y operaciones contra las tropas coloniales. El Neo Destour adoptó una estrategia progresiva, adaptándose a los acontecimientos.

El 22 de enero, el coronel Durand fue asesinado durante una manifestación en Susa. Los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden, el 23 de enero en Moknine, terminaron en tiroteos. La operación militar francesa en cabo Bon desde el 26 de enero, que pasó por varias localidades, resultó en casi 200 muertos.

Los registros sobre este tema son escasos, pero algunos documentos reflejan la polémica por los abusos cometidos. La residencia francesa los atribuyó a exageraciones con fines propagandísticos, pero los abusos no fueron puestos en duda. Además, el asesinato del sindicalista Farhat Haced por la organización colonialista extremista La Main rouge el 5 de diciembre, desató manifestaciones, revueltas, huelgas y ataques. El aumento de la represión, junto con la aparición del contraterrorismo, incitó a los nacionalistas a atacar a colonos, granjas, empresas francesas y estructuras gubernamentales. Por ello, los años 1953 y 1954 estuvieron marcados por la multiplicación de ataques contra el sistema colonial. El movimiento nacionalista fomentó la creación de unidades de combate en las diferentes regiones.

En respuesta, se movilizaron cerca de 70.000 soldados franceses para detener a las guerrillas tunecinas. Esta difícil situación se calmó con el reconocimiento de la autonomía interna de Túnez, concedida por Pierre Mendès France el 31 de julio de 1954:

La autonomía interna del Estado tunecino es recobrada y proclamada sin reserva por el gobierno francés.

Finalmente, el 3 de junio de 1955 se firmaron las convenciones franco-tunecinas entre el primer ministro tunecino Tahar Ben Ammar y su homólogo francés Edgar Faure. Se previó la transferencia de todas las competencias al gobierno tunecino, excepto la política exterior y la defensa. A pesar de la oposición de Salah Ben Youssef, las convenciones fueron aprobadas por el congreso de Neo Destour en Sfax el 15 de noviembre de 1955. Tras nuevas negociaciones, Francia finalmente reconoció "solemnemente la independencia de Túnez" el 20 de marzo de 1956, aunque conservó la base militar de Bizerta.

Período Nacional: Túnez Independiente

El 15 de marzo de 1956 fue elegida la Asamblea Nacional Constituyente: el Neo Destour obtuvo todos los escaños, y Burguiba quedó a la cabeza de la Asamblea desde el 8 de abril. El 11 de abril, se convirtió en el primer ministro de Lamine Bey. Al día siguiente, Túnez ingresó en la Organización de las Naciones Unidas. El código de estatus personal, de tendencia progresista, fue proclamado el 13 de agosto, mientras que el 25 de julio de 1957 fue abolida la monarquía. Desde entonces, Túnez se convirtió en una república, de la cual Habib Burguiba fue elegido presidente el 8 de noviembre de 1959. Su pasado de resistencia y las medidas adoptadas después de la independencia para empoderar a las mujeres y combatir la pobreza y el analfabetismo contribuyeron a reforzar su autoridad. La constitución republicana fue ratificada el 1 de junio de 1959.

El 8 de febrero de 1959, en plena guerra de Independencia de Argelia, aviones del ejército francés cruzaron la frontera entre Argelia y Túnez y bombardearon la localidad tunecina de Sakiet Sidi Youssef. En 1961, Túnez reclamó la devolución de la base militar de Bizerta: la crisis resultante causó un millar de muertos, principalmente tunecinos, aunque Francia finalmente devolvió la base al Estado tunecino el 15 de octubre de 1963.

Archivo:Bourguiba photo officielle
Foto oficial de Habib Burguiba.

En los años 1960, mientras todas las instituciones del país estaban ocupadas por el partido oficial, conocido como Partido Socialista Destouriano (PSD), la Universidad de Túnez siguió siendo un lugar donde se debatían cuestiones de desarrollo y democracia, y donde se criticaban las políticas de Burguiba. Esto no impidió, el 12 de agosto de 1961, el asesinato de Salah Ben Youssef, principal opositor de Burguiba desde 1955, en Fráncfort, o que el Partido Comunista (PCT) fuera prohibido el 8 de enero de 1963. La república tunecina se convirtió entonces en un régimen de partido único dirigido por el PSD. En marzo de 1963, Ahmed Ben Salah inició una política "socialista" de control estatal de la economía de Túnez, incluyendo la nacionalización de las tierras agrícolas en manos de extranjeros el 12 de mayo de 1964. Francia e Italia protestaron enérgicamente y cortaron la ayuda económica. Las revueltas contra la colectivización de las tierras en la región de Sahel que estallaron el 26 de enero de 1969 llevaron a la destitución de Ben Salah el 8 de septiembre, lo que significó el fin de la experiencia socialista. En abril de 1972, se promulgó un código de inversiones muy liberal bajo el impulso del primer ministro Hédi Nouira, que cambió la filosofía económica del país.

Con una economía debilitada, se propuso el panarabismo defendido por Muammar al-Gaddafi como un proyecto político para unificar Túnez y Libia bajo el nombre de República Árabe Islámica; sin embargo, el proyecto fracasó rápidamente debido a tensiones. Tras la condena a prisión de Ben Salah, le siguió la eliminación del ala liberal del PSD, impulsada por Ahmed Mestiri, y luego la proclamación de Burguiba como presidente vitalicio en 1975.

Bajo estas condiciones, la UGTT ganó cierta autonomía. Al mismo tiempo, en 1977, surgieron la Liga Tunecina de los Derechos Humanos y el periódico independiente Errai. Los eventos del "Jueves negro" contra la UGTT en enero de 1978, junto con el ataque a la ciudad minera de Gafsa el 27 de enero de 1980, no fueron suficientes para silenciar a la sociedad civil emergente. A pesar del acoso a periódicos, surgieron nuevas publicaciones.

Desde principios de los años 1980, el país atravesó una crisis política y social, con el desarrollo del clientelismo y la corrupción. La restauración parcial del pluralismo político, con el levantamiento de la prohibición al Partido Comunista, generó esperanzas que fueron frustradas por el fraude en las elecciones legislativas de noviembre. La represión de las "revueltas del pan" de diciembre de 1983, la desestabilización de la UGTT y el arresto de su líder, así como el uso cada vez más frecuente de la fuerza contra el descontento social, contribuyeron a acelerar la caída del envejecido presidente.

En 1986, el país sufrió una grave crisis financiera. El 8 de julio, Burguiba nombró al tecnócrata Rachid Sfar como primer ministro, encargado de implementar un plan de ajuste estructural de la economía, recomendado por el Fondo Monetario Internacional. Pero la situación favoreció el crecimiento de movimientos religiosos, y el largo mandato de Burguiba terminó en una lucha contra ellos. Esta lucha fue emprendida por Zine El Abidine Ben Ali, nombrado ministro del interior y luego primer ministro en octubre de 1987.

El 7 de noviembre de 1987, Ben Ali depuso al presidente Burguiba por su avanzada edad, una acción bien recibida por gran parte del mundo político. Elegido el 2 de abril de 1989 con el 99,27% de los votos, el nuevo presidente Zine El Abidine Ben Ali logró reactivar la economía. Además, gracias a un plan de seguridad, el régimen se enorgulleció de haber puesto fin a los problemas religiosos que afectaban a la vecina Argelia, neutralizando al partido Ennahda, aunque al precio del arresto de miles de activistas y múltiples juicios a principios de los años 1990.

Los opositores laicos firmaron el Pacto nacional en 1988, una plataforma para la democratización del régimen. Sin embargo, la oposición y muchas organizaciones no gubernamentales de defensa de los derechos humanos acusaron progresivamente al régimen de atentar contra las libertades públicas, extendiendo la represión más allá del movimiento religioso. En 1994, el presidente Ben Ali fue reelegido con el 99,91% de los votos y firmó al año siguiente un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.

Archivo:Powell Ben Ali
Encuentro entre Colin Powell y Ben Ali (17 de febrero de 2004).

Aunque las elecciones presidenciales del 24 de noviembre de 1999 fueron las primeras con tres candidatos, el resultado fue el mismo: la reelección del presidente Ben Ali con un 99,45%. La reforma de la Constitución, aprobada por referéndum el 26 de mayo de 2002, aumentó aún más los poderes del presidente, pospuso la edad límite de los candidatos, eliminó el límite de tres mandatos y permitió al presidente buscar nuevos mandatos más allá de 2004, beneficiándose de inmunidad judicial de por vida.

El 11 de abril de 2002, un ataque terrorista a la sinagoga de la Ghriba, con un camión con explosivos, causó la muerte de 19 personas, incluyendo 14 turistas alemanes.

Entre 2004 y 2006, la vida política tunecina se caracterizó por la continuación de la represión. En septiembre de 2005, una ley aprobada por la Cámara de diputados concedió beneficios a los "presidentes de la República desde el cese de sus funciones" y a sus familias en caso de muerte. En noviembre de 2005, el país organizó la segunda fase de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, bajo la ONU. Durante la cumbre, las acciones de la oposición hicieron que los medios internacionales se centraran en la libertad de expresión. En esta ocasión, el acercamiento entre figuras religiosas y laicas, como Ahmed Néjib Chebbi y Hamma Hammami, provocó una campaña de difamación por parte del poder.

Durante el primer semestre de 2008, graves problemas sacudieron la región minera de Gobernación de Gafsa, afectada por el desempleo y la pobreza. Estos fueron los disturbios más importantes desde la llegada al poder del presidente Ben Ali. Finalmente, Ben Ali fue derrocado por un movimiento popular el 14 de enero de 2011, tras semanas de intensas manifestaciones, y fue sustituido por Fouad Mebazaa como presidente del país.

En septiembre de 2021, Kaïs Saïed anunció una próxima reforma de la Constitución de 2014 y la formación de un nuevo gobierno.

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: History of Tunisia Facts for Kids

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Historia de Túnez para Niños. Enciclopedia Kiddle.