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Historia del chocolate en España para niños

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La historia del chocolate en España es un viaje fascinante que comienza en el siglo XVI, cuando los españoles descubrieron el cacao (Theobroma cacao) en Mesoamérica durante la colonización de América. Este ingrediente, que antes era una bebida amarga y picante para los pueblos originarios, fue transformado por los españoles al añadirle azúcar de caña y servirlo caliente.

El cacao llegó a España como una mercancía valiosa desde Nueva España (hoy México) en la década de 1520. Al principio, su viaje era irregular, pero en el siglo XVII, el puerto de Veracruz estableció una ruta comercial marítima constante que abasteció la creciente demanda en España y, más tarde, en toda Europa.

La aceptación del chocolate en España fue muy rápida, a diferencia de otros alimentos traídos de América. Desde el principio, se consideró una bebida y mantuvo ese concepto hasta principios del siglo XX. Su popularidad fue tan grande que se convirtió en un símbolo nacional, y su consumo era mucho más común que el del café durante mucho tiempo.

El Cacao antes de la llegada de los españoles

Archivo:Kakaw (Mayan word)
Glifo usado en la escritura maya para denominar al cacao.

El árbol del cacao, cuyo nombre científico es Theobroma cacao (que significa "alimento de los dioses"), tiene un origen que aún se debate entre los historiadores. Se cree que crecía de forma silvestre en varias partes de América, incluyendo la Amazonia y la Cuenca del Orinoco. Es muy probable que los olmecas ya conocieran el cacao alrededor del año 1000 a.C. y compartieran su uso y cultivo con los mayas. Los mayas fueron los primeros en representar el cacao en sus jeroglíficos. Se ha encontrado evidencia de que esta bebida era común entre las clases nobles mayas y se usaba en ceremonias religiosas.

¿Cómo se preparaba el cacao?

Archivo:Facsímil Códice Tro-Cortesiano
Facsímil del Códice de Madrid expuesto en el Museo de América de Madrid (detalle).

Sabemos cómo se consumía el cacao gracias a descubrimientos arqueológicos y a descripciones escritas, como las del Códice de Madrid, uno de los códices mayas. Los cronistas españoles describieron cómo los aztecas preparaban el cocolatl. Molían las "almendras" de cacao tostadas y las cocían en agua hasta que una capa de "aceite" (la manteca de cacao) flotaba. A veces, añadían un colorante rojizo llamado bija o achiote (Bixa orellana). Esta bebida era grasosa, oscura y amarga, un sabor que a los pueblos prehispánicos les gustaba.

Otra forma de preparar el cacao era moliendo los granos hasta convertirlos en polvo. A este polvo se le añadían otros ingredientes, como semillas o harina de maíz. Luego, se mezclaba con agua fría y se batía hasta que se formaba espuma. A veces, el cacao no se preparaba como bebida, sino como unas gachas a las que se les agregaban cereales o incluso chile.

Los aztecas aprendieron mucho sobre el cacao de los mayas. Cuando los españoles llegaron, tanto aztecas como mayas ya usaban el cacao en bebidas populares. La palabra azteca para el árbol del cacao era cacahoaquahuitl.

El cacao como moneda

Archivo:Cacao-moneda
Representación del cacao como moneda, en el Museo del Chocolate de Barcelona.

Las crónicas de los conquistadores españoles también nos cuentan que los aztecas usaban el cacao como moneda. Tenían denominaciones específicas: un countle eran cuatrocientas "almendras de cacao", un xiquipil eran veinte countles, y una "carga" incluía tres xiquipiles. Por ejemplo, un conejo podía valer diez almendras de cacao, y un esclavo, cien.

El cacao era muy valioso porque se usaba en rituales religiosos, en ceremonias de matrimonio, como medicina (solo o con otras plantas) y como alimento nutritivo. Se creía que era "un regalo de los dioses", lo que lo hacía un bien muy preciado. También se usaba para pagar impuestos a los gobernantes.

El descubrimiento y la llegada a España

Archivo:Chocolaterie-nestlé-broc-fèves-cacao-torrefiées
Granos de cacao; su similitud con las «almendras» hizo que los españoles lo denominaran así en sus comienzos.

Cuando los españoles conocieron el cacao, tuvieron que entenderlo primero como alimento y luego como un sabor agradable. Esto solo fue posible adaptándolo a los sabores que ya conocían. Así, el cacao fue endulzado, aromatizado con otras especias como la canela, y servido caliente. Estas tres transformaciones hicieron que el chocolate de los colonizadores fuera diferente al de los pueblos originarios.

Este proceso de adaptación ocurrió con otros alimentos que viajaron entre América y Europa, pero ninguno tuvo una aceptación y demanda mundial tan grande como el chocolate.

El primer contacto con Cristóbal Colón

Archivo:Chocolatière style empire
«Pocillo» de chocolate con su «molinillo» (palo de madera). Forma habitual de tomar chocolate en España durante el siglo XVIII.

En su cuarto viaje en 1502, Cristóbal Colón desembarcó en las islas de la Bahía debido a una tormenta. Allí, interceptó una embarcación maya que transportaba cacao. Aunque Colón capturó los frutos del cacao, a los que llamó "almendras", no les dio importancia y dejó que la embarcación siguiera su camino. A pesar de saber que estas "almendras" se usaban como trueque, Colón nunca probó el cacao.

Más tarde, entre 1517 y 1519, los conquistadores españoles Bernal Díaz del Castillo y Hernán Cortés probaron la bebida. La encontraron muy amarga y picante (por el achiote). A veces le añadían harina de maíz o incluso setas. Los españoles ya sabían que los granos de cacao eran usados como moneda por los habitantes locales.

El encuentro en Nueva España

Después de la conquista de México, el emperador azteca Moctezuma ofreció a Hernán Cortés y a sus hombres muchas jarras de chocolate espumoso. Se dice que Moctezuma tenía grandes reservas de cacao.

Al principio, algunos españoles no estaban muy convencidos. El italiano Girolamo Benzoni escribió en 1565 que el chocolate "parecía más una bebida para cerdos que para ser consumida por la humanidad". Sin embargo, a medida que se agotaban los alimentos traídos de España, los conquistadores tuvieron que adaptarse a los nuevos sabores. Se plantaron cultivos europeos como trigo y garbanzos, y también se inició el cultivo de la caña de azúcar. A finales del siglo XVI, se empezó a añadir azúcar a la pasta de cacao, lo que hizo que fuera mucho más aceptado.

Las cocinas coloniales mezclaron las influencias españolas y aztecas. El jesuita José de Acosta describió en 1590 la gran aceptación del cacao entre los conquistadores, especialmente entre las mujeres. El chocolate enviado a España se calentaba para hacerlo más fluido, a diferencia de cómo lo tomaban los pueblos originarios (a temperatura ambiente o frío). También se mezclaba con especias del Viejo Mundo, como canela, anís y pimienta negra.

El nombre del nuevo alimento

Archivo:Metate et mano
El metate, o piedra de moler el cacao, muy usado en España hasta el siglo XIX, en lo que se denominaban «chocolates de brazo» o «chocolate a la piedra».

El idioma de los aztecas, el náhuatl, era difícil de pronunciar para los españoles. La terminación -tl sonaba similar a -te. Así, muchas palabras prehispánicas se incorporaron al español, como coyote o maíz. La palabra "chocolate" también sufrió una transformación.

Aunque muchos diccionarios sugieren que viene del náhuatl chocolatl, esta palabra no aparece en los registros aztecas antiguos. En cambio, se encuentra cacahuatl ('agua de cacao'). Sin embargo, en algún momento del siglo XVI, los españoles de Nueva España comenzaron a usar la palabra chocolatl.

Algunos investigadores creen que chocolatl podría venir de xocoatl, donde xoco significa 'amargo' y atl significa 'agua'. Otra explicación es que, como los españoles lo tomaban caliente, el nombre podría venir de la palabra maya chacau haa, que significa 'agua caliente', y que suena parecido a chocolatl.

Los primeros envíos a España

En 1520, las carabelas españolas comenzaron a enviar cacao a la península ibérica. Al principio, los piratas ingleses, al no conocer este nuevo ingrediente, a veces quemaban o desechaban el cacao de los barcos españoles que capturaban. No se sabe la fecha exacta de la llegada del cacao a España, pero a mediados del siglo XVI ya se consideraba muy valioso. Los galeones españoles incluso llevaban las primeras semillas de cacao en lugares seguros para evitar robos.

La primera prueba escrita de chocolate en España data de 1544, cuando una delegación de dominicos llevó a mayas quekchí de Alta Verapaz a visitar al príncipe Felipe. Durante la recepción, se sirvió chocolate batido. Se cree que los frailes dominicos fueron clave en la transmisión del cacao entre los monasterios de Mesoamérica y España. Algunos dicen que fray Aguilar fue el primero en preparar chocolate para el abad del monasterio de Piedra.

Desde el principio, los religiosos españoles fueron grandes expertos en chocolate y difundieron su receta. En 1601, un confesor de la Corte en Córdoba elaboraba chocolate en pequeñas porciones llamadas chocolatinas.

Se intentó plantar cacao en España, pero no dio resultado, ya que el árbol solo crece en zonas tropicales. Por eso, el cacao prosperó en lugares como Fernando Poo (en la Guinea Española) y desde allí se extendió por África.

El chocolate se servía en las confiterías de Madrid en el siglo XVII, y los madrileños pedían la "bebida que venía de las Indias". Era tan popular que las mujeres de la nobleza querían llevarlo a la iglesia. Esto molestó a los obispos, y en 1681 se prohibió el consumo de chocolate en las iglesias durante los largos sermones. Las chocolatadas, celebradas al terminar los oficios religiosos, se hicieron muy populares.

En 1690, en el Convento de Santa Rosa de Puebla, una monja llamada Sor Andrea, por error, añadió almendras de cacao a la salsa de pavo. El resultado fue el famoso mole poblano.

La Edad de Oro del chocolate

Archivo:Xocolatada - Madrid
Escena habitual en el siglo XVII de preparación del chocolate (Xocolatada).

A principios del siglo XVII, el chocolate para beber se hizo muy popular en España, primero entre las clases altas y luego extendiéndose a toda la sociedad. A diferencia de otros alimentos de América, el cacao fue rápidamente aceptado. En el siglo XVII, el chocolate era parte de los rituales de la corte, como el "agasajo", donde las damas ofrecían cacao con dulces y nieve a sus visitas. La costumbre de beber chocolate en grupo, la chocolatada, surgió en estos primeros siglos.

El cacao se difundió por Europa gracias a dos razones principales: las infantas españolas que se casaron con reyes franceses, y los jesuitas, que llevaron las recetas de chocolate a otros países como Italia. La exportación de cacao desde América a Europa no paró de crecer.

El chocolate en la Corte española

Archivo:Antonio Colmenero de Ledesma Chocolata Inda title page 1644
Portada de Chocolata Inda: Opusculum de qualitate et natura Chocolatae (Núremberg, 1644), de Colmenero de Ledesma.

La difusión de nuevos alimentos suele empezar por las clases altas y luego se extiende a las demás. Al principio, los reyes de la Casa de Austria no eran muy aficionados al chocolate. Pero Hernán Cortés le habló a Carlos I del chocolate en sus cartas, y el emperador lo probó por primera vez en Toledo. A principios del siglo XVII, el chocolate bebido ya era común en la Corte y en las casas de las grandes ciudades españolas.

Un viajero inglés, Ellis Veryard, escribió en 1701 sobre la buena reputación del chocolate en España y cómo se preparaba: moliendo el cacao en molinos de piedra y mezclándolo con canela, vainilla y un poco de achiote. Una de las primeras recetas españolas de chocolate la dio Antonio Colmenero de Ledesma en 1644, y se hizo muy popular en España y Europa. Los médicos de la época, como Colmenero, creían que el chocolate era "frío y seco" y podía causar melancolía.

Desde el siglo XVII hasta el siglo XX, el cacao se ofreció en España principalmente como bebida caliente. No se usó mucho en la repostería española hasta principios del siglo XX. La aristocracia lo tomaba en el desayuno y en la merienda.

El chocolate se extiende por Europa

Archivo:Chocolatière style empire
«Pocillo» de chocolate con su «molinillo» (palo de madera). Forma habitual de tomar chocolate en España durante el siglo XVIII.

En el siglo XVII, el cacao era uno de los productos más valiosos traídos de América. El chocolate llegó a Francia gracias a los jesuitas y a las reinas españolas Ana de Austria y María Teresa de Austria, que se casaron con reyes franceses. Así, en el siglo XVII, el chocolate se puso de moda en París.

En las casas nobles, el chocolate se servía en elegantes mancerinas de plata o porcelana china, que eran bandejas para sostener la jícara, la taza típica para el chocolate. Era costumbre mojar panes dulces en la jícara. La mancerina fue inventada por Pedro de Toledo y Leiva, marqués de Mancera.

El repostero español Juan de la Mata escribió en 1747 uno de los primeros libros sobre repostería española, Arte de repostería, donde dedicó un capítulo a cómo se hacía el chocolate en España. Mencionaba que era una pasta sólida de cacao, azúcar y canela, a la que se le añadía agua de azahar y vainilla.

Con la llegada de la Casa de Borbón al trono español, los reyes se aficionaron mucho al chocolate. Era el desayuno favorito de Felipe V y Carlos III. En 1730, el chocolate era uno de los regalos más preciados de la realeza. Se servía de la misma forma en las posesiones españolas de ultramar, siempre con canela. Carlos III y la Corte enviaban chocolate como regalo a otras casas reales de Europa y al papa. El chocolate en España era de calidad similar para todas las clases sociales; lo que cambiaba era la jícara en la que se servía: de plata para el clero, decoradas para las familias distinguidas, y de barro para el pueblo.

El siglo XVIII: la industrialización del chocolate

Archivo:La feria de Madrid
En este cuadro de Francisco de Goya pueden verse dispersos diversos pocillos, copas y frutas.

El cacao que llegaba a España en los siglos siglo XVII y siglo XVIII venía de la provincia española de Venezuela. Para controlar el mercado, el rey Felipe V creó en 1728 la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, que estableció un comercio exclusivo entre San Sebastián y Venezuela. Esta compañía vasca se convirtió en uno de los mercados más importantes de exportación de cacao a Europa. Las tiendas españolas pronto se llenaron de cacao. En el siglo XVIII, había muchos puestos de venta de chocolate en las calles de Madrid. Durante el reinado de Carlos III, la Corte de Madrid llegó a consumir unos doce millones de libras de chocolate al año.

A medida que la receta del chocolate se extendía por Europa, las técnicas de elaboración españolas se vieron influenciadas por la nueva maquinaria de la Revolución Industrial. Estas máquinas reemplazaron poco a poco los procesos manuales. En el siglo XVIII, el francés Pelletier fundó la primera fábrica de chocolate que usaba máquinas de vapor. En 1828, en los Países Bajos, se logró extraer la grasa del cacao de forma controlada, lo que mejoró mucho la calidad del chocolate. Estos avances tecnológicos dieron origen a las grandes empresas chocolateras europeas como Kholer, Tobler, Suchard, Lindt y Nestlé.

En España, ya en la década de 1780, en Barcelona se mejoraba el proceso de molienda con máquinas. La mecanización hizo que el oficio de "molendero", que iba de pueblo en pueblo moliendo cacao con su metate, fuera desapareciendo. Sin embargo, las familias españolas del siglo XVIII preferían el cacao molido en casa, por lo que la industria chocolatera española tardó en consolidarse. La primera fábrica de chocolate en España se fundó en 1777 cerca de Barcelona.

El siglo XIX y el Romanticismo

Archivo:Bombones-Madrid
Bombones, una forma exportada del Norte de Europa.

Los avances técnicos en la producción de chocolate en el Norte de Europa, como la prensa de cacao inventada por el holandés Coenraad Johannes van Houten en 1828, permitieron crear nuevas formas de chocolate sólido, como las tabletas y los bombones. Aunque ya se hacían chocolates sólidos en el virreinato de Nueva España en el siglo XVII, fue con estas mejoras técnicas del siglo XIX cuando se extendió su producción. En 1870, la industria chocolatera europea logró fabricar el chocolate con leche en polvo, y aparecieron las primeras tabletas de chocolate.

La ciencia y la nueva maquinaria hicieron que el chocolate fuera más barato y se consumiera más en España. El siglo XIX fue su época de mayor esplendor. La producción española estaba en manos de pequeñas empresas familiares que vendían solo en el país.

Entre las primeras fábricas españolas estaban los hermanos Nicolás y Fortunato Luca de Tena y Reina, que en 1860 comenzaron a producir en Sevilla. Ellos mejoraron las técnicas de tostado del cacao.

El público del siglo XIX prefería el chocolate molido a mano ("chocolate de brazo"), incluso si la mezcla no era totalmente homogénea, porque creían que así tenía mejor sabor. Moler a mano era un trabajo muy duro. El escritor Benito Pérez Galdós menciona el gusto por el chocolate en sus novelas.

En La Habana se empezó a hacer "chocolate con maní" (cacahuete), una tradición que llegó a España y luego se hizo con almendras. El chocolate de Soconusco era el más valorado, seguido por el de vainilla y canela. El chocolate se hacía mezclando la pasta molida a mano con agua (raras veces leche) mientras se hervía y se batía con una espátula de madera.

A mediados del siglo XIX, las familias ricas empezaron a tomar , y el chocolate fue perdiendo algo de fama entre las clases altas.

En 1875, el farmacéutico suizo Henri Nestlé creó la leche condensada y las harinas lacteadas, lo que dio fama a Suiza en la producción de chocolate sólido. La mezcla de cacao, azúcar y leche era la fórmula secreta a finales del siglo XIX. Las fábricas españolas de la época producían entre 125 y 250 kilogramos de chocolate al día, usando cacao de Fernando Poo.

Lugares especiales para el chocolate: las chocolaterías

Archivo:Madrid - Chocolatería San Ginés (35682180400)
Chocolatería San Ginés, en Madrid, fundada en 1894.

El chocolate llegó a la clase burguesa, lo que hizo que aparecieran lugares de reunión social como los cafés de tertulia y las chocolaterías. Esta costumbre española, que nació a finales del siglo XVIII y floreció a mediados del siglo XIX, facilitó el consumo de chocolate a la taza. En cada región de España, se elegía un acompañamiento diferente para el chocolate: churros en Madrid, buñuelos y porras en Valencia, bizcochos de soletilla en Barcelona, y picatostes en la cornisa cantábrica.

La primera mención escrita de la profesión de "churrero" en España es de 1621.

El chocolate se convirtió en una bebida muy importante en los populares cafés de tertulia, que surgieron de las antiguas posadas. Estos lugares de reunión literaria y política a menudo olían a cacao. La independencia de México en 1821 afectó las exportaciones de cacao a España.

Las primeras chocolaterías especializadas aparecieron en las grandes ciudades. En Madrid, una de las primeras fue Doña Mariquita. En Barcelona, la tradicional Casa Cucharillas, inaugurada en 1786, fue de las primeras en usar cucharillas para servir el chocolate, una novedad. Otra chocolatería antigua es Can Joan de S'Aigo en Palma de Mallorca, que data de 1700.

Viajeros extranjeros y el chocolate

Archivo:Conill a la xocolata
Algunos platos españoles contienen chocolate entre sus ingredientes, como es el caso del conill a la xocolata (en catalán ‘conejo al chocolate’).

Los viajeros extranjeros que visitaron España en el siglo XIX notaron la gran popularidad del chocolate. Mencionaban que se ofrecía en la mayoría de fondas, posadas y figones. En Madrid, era tan popular que había puestos de venta de chocolate en casi todas las calles.

Joseph Townsend, un viajero, comentó: "Una ventaja de las posadas de España, en compensación de sus numerosas dificultades, es que por muy malas que sean, siempre está uno seguro de hallar en ella un buen chocolate."

En el siglo XIX, el chocolate caliente se convirtió en un símbolo nacional. Ángel Muro, un gastrónomo español, lo consideraba uno de los símbolos de España, junto con los toros.

A finales del siglo XX, el chocolate empezó a usarse como ingrediente en diferentes recetas culinarias, gracias al contacto con otras cocinas, como la mexicana. La cocina catalana fue una de las que más incorporó el cacao. Apareció en recetas de perdices (en la cocina navarra), "conejo al chocolate", "mero al chocolate", y "lamprea con chocolate", entre otras. En América, el cacao se usaba en el mole con guajolote (pavo).

La pasión de la Iglesia por el chocolate

La Iglesia española mostró una gran afición por el cacao desde el siglo XVI. Las primeras recetas llegaron a España desde América. La Orden del Císter se hizo famosa por sus chocolates, y el Monasterio de Poblet tuvo la primera fábrica de chocolate. Era costumbre de los religiosos regalar chocolate a sus benefactores.

Esta afición duró hasta el siglo XIX. Solo la Compañía de Jesús se opuso a su consumo por considerarlo contrario a la pobreza. Desde el principio, los religiosos tomaban chocolate en el desayuno. A partir de 1662, preferían el chocolate hecho con agua caliente antes de la eucaristía, para respetar el ayuno.

Hubo un gran debate entre teólogos sobre si el chocolate rompía o no el ayuno cristiano. Algunos decían que sí, porque era nutritivo. Antonio de León Pinelo escribió en 1636 que la clave estaba en si el chocolate era "sólido o líquido". Si era sólido, rompía el ayuno.

Finalmente, el cardenal François Marie Brancaccio declaró en 1662: Liquidum non frangit jejunum ('El líquido no infringe el ayuno'). Es decir, la Iglesia católica permitía su consumo sin romper el ayuno, siempre que no se le añadiera leche o huevos. El papa Paulo V y el papa Gregorio XV también lo permitieron.

El chocolate en la época moderna

Archivo:Decoración pastel-Navidades
El chocolate se ha solidificado y ahora se emplea como decoración saborizante de pasteles.
Archivo:Chocolate espeso
Tradicionalmente el chocolate en España se sirve con una considerable espesura, y en taza.

En esta época, surgen nuevas formas de chocolate, como el chocolate blanco y el cacao en polvo, descubierto en 1930. También se descubrieron propiedades nutritivas y antioxidantes en el chocolate.

El chocolate se elaboraba con los métodos mecánicos de la Revolución Industrial, pero en España también coexistía la forma tradicional de molido a mano, el "chocolate a brazo". Empresas como La Española anunciaban que sus chocolates se hacían "a brazo" como señal de calidad.

A finales del siglo XIX, el chocolate bebido en España era más espeso que en otros países, con un 10% a 20% de espesantes naturales o harinas. Esta espesura tradicional hizo que, al entrar España en la Comunidad Económica Europea, tuviera que negociar para que se aceptara esta característica. Un refrán español dice: "las cuentas claras y el chocolate espeso", mostrando lo denso que era.

El chocolate se servía en lugares públicos como los cafés de tertulia. Poco a poco, la jícara fue reemplazada por la taza, que era más barata y resistente. Las chocolaterías se especializaron en servir chocolate y eran populares incluso en velatorios. En las casas, era una costumbre privada en la merienda, ofreciéndose a las visitas con dulces y pastas.

Principios del siglo XX

Archivo:Torre de chocolate - Madrid
Torre de chocolate blanco, típica de una pastelería de Madrid.
Archivo:XocolatesAmatller
Cartel publicitario de Chocolates Amatller, de finales del siglo XIX.

A principios del siglo XX, surgieron nuevas formas de chocolate, como la pastilla o "onza", que se presentaba sólida. Los avances tecnológicos permitieron su fabricación en grandes cantidades y una mejor distribución. El "bocadillo de chocolate" se hizo típico de las meriendas. También aparecieron las "monedas de chocolate" y los "cigarros de chocolate" para los niños. Los bombones y las mousses de chocolate se hicieron populares en las pastelerías. La repostería española empezó a incluir chocolate en tartas y dulces como las monas de Pascua.

Las cafeterías comenzaron a aparecer a principios del siglo XX, lo que marcó el declive de la "cultura del chocolate". El café se hizo más popular y la demanda de chocolate disminuyó. Las chocolaterías se convirtieron en lugares atractivos para quienes salían por la noche.

En 1931, el empresario catalán Joan Viader Roger creó el "cacaolat", una mezcla batida de chocolate y leche, que se hizo muy popular en España a mediados del siglo XX.

Archivo:Chocolates Matías López (Los gordos y los flacos)
Los gordos y los flacos, obra de Francisco Javier Ortego y Vereda, incluida en la publicación titulada Cuando El Escorial Olía a Chocolate.

Surgieron varias empresas chocolateras españolas, como Nutrexpa, fundada en Barcelona en 1940, que lanzó el Cola-Cao (polvo de cacao para disolver en leche caliente). Otras empresas importantes fueron Chocolates Matías López, Chocolates Elgorriaga, Chocolates Valor y Chocolates Lacasa.

El chocolate de esta época mantenía su calidad, aunque a veces se le añadía harina o almendra molida para abaratarlo. Esto aumentaba su espesor, pero algunos criticaban que disminuía la calidad.

En los años 60, las familias acomodadas tomaban chocolate de tres formas: espeso ("a la española"), diluido en leche ("a la francesa") o con nata ("a la suiza").

Algunas recetas de la cocina española incorporaron el chocolate, como las migas con chocolate o la langosta con chocolate. Los acompañamientos del chocolate variaban según la región: churros en el sur, buñuelos y bolaos en el norte.

También surgieron los sucedáneos de chocolate y chocolates adulterados para reducir costos. Se usaban migas de galleta, cacahuete molido o harina de trigo. Aunque no eran dañinos, engañaban al consumidor. Para solucionar esto, se exigió la etiqueta "mezclas autorizadas". Otra adulteración común era reemplazar la manteca del cacao con grasas más baratas como el aceite de palma.

Posguerra y siglo XXI

Archivo:Chocolate con churros 20180604 094957
El popular chocolate con churros español, empleado como desayuno o merienda. Un vestigio moderno que nos recuerda los tiempos de su popularidad en España.
Archivo:Huesitos Valor
Varias barritas de Huesitos, el emblemático producto de Chocolates Hueso que pasó a fabricar Chocolates Valor desde 2013.

Durante la Guerra Civil, el consumo de chocolate disminuyó por la escasez de alimentos. En la posguerra, con el racionamiento, se hicieron populares los sucedáneos del chocolate, como el chocolate de algarroba. A veces, incluso se usaba la cáscara del cacao molida.

En los años 40, el café con leche se hizo más popular que el chocolate. Algunas empresas chocolateras usaron cromos coleccionables en sus productos para impulsar las ventas. En los años sesenta, el grupo Starlux creó la nocilla, una crema de chocolate para untar, que se hizo muy popular entre los jóvenes. En 1982, Lacasa lanzó los lacasitos, inspirados en los famosos M&M's.

Hoy en día, las chocolaterías mantienen la tradición del consumo de chocolate, especialmente en invierno, sirviéndolo con churros o picatostes. España es uno de los diez mayores productores mundiales de chocolate para confitería. El cacao en polvo representa casi la mitad de la demanda del sector. El consumo de cacao en España es diferente al europeo, con más cacao soluble y cremas para untar. Empresas como Chocolates Valor han creado franquicias donde se sirve chocolate "a la antigua usanza".

A finales del siglo XX, España era la octava nación en consumo de cacao, con unos dos a cuatro kilos por persona al año. El consumo ha aumentado mucho: de ocho mil toneladas en 1930 a más de quinientas mil toneladas en el año 2000. Sin embargo, estos valores están por debajo de otros países europeos.

Museos del chocolate

Archivo:Sala II del Museo del Chocolate de Astorga (1)
Vista interior del Museo del Chocolate de Astorga.

La historia del chocolate en España ha llevado a la creación de varios museos dedicados a este dulce. La mayoría se inauguraron a finales del siglo XX y muestran la evolución de la maquinaria y las marcas de chocolate.

Entre los más conocidos están el Museo de la Confitería en Tolosa, el Museo del Chocolate en Astorga (inaugurado en 1994), y el Museo del Chocolate en Villajoyosa, patrocinado por Chocolates Valor. También está el Museo del Chocolate en Sueca (Valencia). En el Museo Nacional de Antropología de Madrid hay una sección dedicada a la Chocolatería El Indio. Finalmente, en Barcelona se encuentra el famoso Museo del Chocolate, impulsado por el Gremio de Pastelería de Barcelona.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: History of chocolate in Spain Facts for Kids

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Historia del chocolate en España para Niños. Enciclopedia Kiddle.