Arte y cultura en el franquismo para niños


El arte y la cultura durante el periodo de Franco en España (1939-1975) abarcan una gran variedad de expresiones. No todo el arte de esta época se identificaba con el gobierno. Algunos artistas apoyaron las ideas oficiales, mientras que otros se mantuvieron al margen o incluso se opusieron.
Muchos artistas y escritores importantes de ese tiempo tenían ideas diferentes a las del gobierno. Algunos vivieron en España, pero se sentían como si estuvieran en un "exilio interior". Otros se fueron del país, formando un grupo muy influyente de artistas y pensadores en el extranjero.
Personajes como Eugenio d'Ors, un importante pensador del arte, intentaron crear un ambiente artístico que, aunque cercano al gobierno, también estuviera abierto a nuevas ideas, incluyendo las vanguardias. Esto ayudó a que el gobierno mostrara una imagen de modernidad.
El nuevo sistema cultural y educativo que se estableció en 1939 se centró mucho en el nacionalismo y la religión. Hubo un control estricto sobre la educación y las instituciones culturales, y se impuso la censura en libros, películas y otros medios. También se usaron los medios de comunicación para difundir las ideas del gobierno.
Aunque no se prohibieron las lenguas y culturas locales como el catalán, el euskera o el gallego, se promovió mucho el uso del castellano en la educación y en la vida pública.
El Ministerio de Educación Nacional fue clave en la política cultural. También hubo figuras religiosas importantes que ocuparon puestos de influencia en la cultura y el pensamiento.
Contenido
Literatura y ambiente intelectual en España
La Guerra Civil (1936-1939) marcó profundamente la vida cultural de España. Hubo una gran pérdida de patrimonio artístico y muchas personalidades importantes fallecieron o se exiliaron.
¿Qué fue el "páramo cultural" de la posguerra?
Algunos historiadores describen la España de la posguerra (años cuarenta e inicios de los cincuenta) como un "páramo cultural". Esto se debe a la situación de destrucción, hambre y aislamiento del país. La represión, la eliminación de profesores y la censura afectaron mucho la vida cultural. Se prohibieron libros, tanto españoles como extranjeros, y se controló el cine y el teatro.
A pesar de esto, hubo actividad literaria y científica. Se crearon instituciones como el CSIC y el Instituto de Cultura Hispánica. También existieron tertulias y revistas que mantuvieron viva una mínima actividad cultural.
La expresión "páramo cultural" es debatida, pero resalta el contraste con la "Edad de Plata" anterior, un periodo de gran florecimiento cultural.
Muchos escritores de la época reflejaron esta situación en sus obras, con títulos que hablaban de vacío o dificultad.
Grandes poetas como Vicente Aleixandre optaron por un "exilio interior", creando obras importantes de forma discreta. Otros, como Dámaso Alonso, colaboraron con las instituciones culturales del gobierno. Mientras tanto, muchos escritores y científicos se exiliaron, logrando un gran reconocimiento internacional, como Juan Ramón Jiménez y Severo Ochoa, ambos ganadores del Premio Nobel.
Los escritores cercanos al gobierno, como José María Pemán o Agustín de Foxá, tuvieron un gran impacto en su momento, pero su valoración por la crítica posterior ha sido menor. Otros, como Camilo José Cela o Pío Baroja, han mantenido su prestigio.
Algunos intelectuales, tanto exiliados como los que se quedaron, buscaron un camino intermedio, formando lo que se llamó la "tercera España". Figuras como José Ortega y Gasset o Gregorio Marañón regresaron a España en los años cuarenta.
También hubo poetas que buscaron un estilo más cercano a la realidad social, alejándose del esteticismo. Surgieron novelistas que mostraban una visión cruda de la vida, conocidos como "tremendistas".
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Monumento a Gerardo Diego
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Josep Pla junto al también escritor catalán Manuel Brunet
¿Cómo fue la "apertura" cultural al final del periodo?
El final del periodo de Franco trajo cambios sociales importantes debido al desarrollo económico y la apertura al exterior. El Ministerio de Información y Turismo, dirigido por Manuel Fraga (1962-1969), y la Ley General de Educación de 1970, impulsaron reformas.
La Iglesia católica, que había sido un gran apoyo, empezó a distanciarse del gobierno tras el Concilio Vaticano II. La alianza con Estados Unidos se convirtió en un apoyo clave para España.
El gobierno buscó una imagen más moderna y tecnológica. Algunos periódicos y revistas, como Triunfo o Cuadernos para el Diálogo, aprovecharon la relajación de la censura para publicar contenidos más atrevidos, convirtiéndose en referentes culturales.
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Monumento a Enrique Tierno Galván
La universidad se convirtió en un lugar importante para la oposición. Hubo incidentes y protestas, como la expulsión de profesores en 1965, que mostraron el descontento.
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Monumento a Antonio Buero Vallejo
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Monumento a Gonzalo Torrente Ballester
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Placa dedicada a Miguel Delibes
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Placa dedicada a Salvador Espriu
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Monumento a Celso Emilio Ferreiro
En literatura, figuras ya conocidas siguieron produciendo, como Blas de Otero o Miguel Delibes. Pero lo más novedoso fue la aparición de muchos nuevos autores, nacidos en los años veinte, que estaban al margen del gobierno o eran críticos con él. Estos autores, a menudo clasificados como la "generación del 50", renovaron la narrativa, la poesía y el teatro.
También surgieron autores más jóvenes, conocidos como los "novísimos", que experimentaron con nuevas formas literarias. El impacto del "boom latinoamericano" también influyó en la edición. Además, aparecieron grupos de teatro independientes que renovaron la escena.
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Monumento a José Hierro
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Monumento a Ignacio Aldecoa
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Retrato de Carmen Martín Gaite
Arquitectura en el periodo de Franco
La arquitectura de la época buscó un estilo "imperial" y "tradicionalista", que recordaba a las formas del Monasterio de El Escorial. Este estilo, llamado neoherreriano, se ve en edificios como el Ministerio del Aire en Madrid o la Universidad Laboral de Gijón.
También se usaron elementos del neoclasicismo y estilos "regionalistas", creando una mezcla de estilos. Algunas construcciones se parecían a los modelos de otros regímenes de la época, como la Casa Sindical o el Arco de la Victoria en Madrid. La obra más grande fue el Valle de los Caídos.
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Valle de los Caídos, Sierra de Guadarrama, Madrid.
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Arco de la Victoria (al fondo, el Templete de los Caídos —Manuel Herrero de Palacios—), Moncloa, Madrid.
El racionalismo arquitectónico, que ya había llegado a España antes de la guerra, no pudo ser desarrollado por sus iniciadores. Sin embargo, continuó en la obra de ingenieros como Eduardo Torroja y arquitectos más jóvenes como Francisco Javier Sáenz de Oiza o Miguel Fisac. A partir de los años cincuenta, los principios racionalistas se integraron en la industria de la construcción.
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Puente del Pedrido, Eduardo Torroja (1939-1943, La Coruña).
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Iglesia de Punta Umbría, Miguel Fisac (1965).
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Casa Meridiana, Oriol Bohigas (1965, Avenida Meridiana, Barcelona).
Escultura en España
La escultura vanguardista española sufrió un parón tras la guerra, con muchos artistas fallecidos o exiliados. Esto llevó a la continuidad de formas clásicas o académicas, que encajaban con la ideología oficial. Escultores como José Capuz o Juan de Ávalos fueron importantes en este periodo.
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Estatua ecuestre de Franco (1964), de José Capuz (Valencia)
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Monumento a Calvo Sotelo (1960), de Carlos Ferreira (Madrid, plaza de Castilla)
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Monumento a Jacinto Benavente (1962), de Victorio Macho (Madrid, parque del Retiro)
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Monumento a Carrero Blanco (1976), de Juan de Ávalos (Santoña)
En la década de 1950, la escultura española resurgió con una nueva generación de artistas que innovaron con obras expresionistas y abstractas. Destacaron escultores como Pablo Serrano, Eduardo Chillida y Jorge Oteiza.
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Camins_de_llibertat (o Al_vent (1965), de Andreu Alfaro (Sant Cugat del Vallès)
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Monumento a Miguel de Unamuno (1968) de Pablo Serrano (Salamanca)
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Móvil (1972), de Eusebio Sempere (Museo de Escultura al Aire Libre de La Castellana, Madrid)
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Proyecto para un monumento IV B (1978), de Pablo Palazuelo (Museo de Escultura al Aire Libre de La Castellana, Madrid)
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meditarranea-iii (1971), de Martín Chirino (Museo de Escultura de lewganes)
- Esculturas la escuela vasca
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Friso del Santuario de Aránzazu (1950-1968), de Jorge Oteiza
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Homenaje a Malevitch (1999, sobre un original de 1957), de Jorge Oteiza (Tarrasa)
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Sirena Varada (1972), de Eduardo Chillida (Museo de Escultura al Aire Libre de La Castellana, Madrid)
Pintura y artes gráficas
La participación de artistas españoles en la Exposición Internacional de Arte de Venecia en 1938 fue discreta. En contraste, el pabellón español en la Exposición Internacional de París de 1937 había mostrado obras muy admiradas de artistas como Pablo Ruiz Picasso (con su famoso Guernica) y Joan Miró.
El ambiente artístico después de la guerra fue difícil. Grandes pintores como Ignacio Zuloaga y José Gutiérrez Solana fallecieron en estos años.
Las instituciones oficiales de pintura promovieron un estilo académico. Sin embargo, pintores con trayectorias vanguardistas anteriores a la guerra, como Benjamín Palencia, también tuvieron reconocimiento. La llegada de Salvador Dalí a España en 1949 fue celebrada por las autoridades. Joan Miró trabajó de forma discreta, sin colaborar con el gobierno, pero su influencia en los jóvenes artistas fue grande.
Una nueva generación de pintores desarrolló el arte abstracto español o informalismo español, con grupos importantes en Cataluña (Dau al Set) y Madrid (grupo El Paso). Estos artistas lograron visibilidad en el Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca. La pintura figurativa también innovó, con estilos como el hiperrealismo y obras con mensajes sociales.
A medida que estos artistas obtenían reconocimiento internacional, incluso las instituciones cercanas al gobierno empezaron a apoyarlos. El Museo Español de Arte Contemporáneo se inauguró en 1975, y museos dedicados a Pablo Ruiz Picasso, Salvador Dalí y Joan Miró abrieron sus puertas.
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Monumento a los Abogados de Atocha (2003), basado en la obra pictórica El Abrazo, de Juan Genovés (1976), que había sido utilizada como cartel de la Junta Democrática en favor de la amnistía, a consecuencia de lo cual el autor fue detenido.
El cartelismo español fue muy importante durante la guerra. Después, artistas como Carlos Sáenz de Tejada continuaron trabajando en medios afines al gobierno. El muralismo también fue un medio para expresar ideas "imperiales".
Productos culturales de gran consumo
En la posguerra, la producción de cómic en España fue muy popular, con temas que apoyaban al gobierno. Esto, junto con la novela rosa, las novelas del oeste, los seriales de radio, la canción española y el cine español, sirvió como una forma de entretenimiento y de educación para los jóvenes.
La revista satírica La Codorniz (1941-1978) fue un espacio donde se publicaban dibujos y textos que, con humor, lograban sortear la censura. De allí surgieron muchos humoristas gráficos importantes.
Música culta y popular
Joaquín Rodrigo fue una de las figuras más importantes de la música culta española de la época, con su famosa obra Concierto de Aranjuez (1940). También hubo directores e intérpretes destacados. Compositores más innovadores, como Cristóbal Halffter, no fueron reconocidos públicamente hasta más tarde. La danza española también se desarrolló con artistas como Carmen Amaya y Antonio el Bailarín.
Se intentó crear una ópera nacional, lo que llevó al surgimiento de una brillante generación de cantantes de ópera, como Victoria de los Ángeles y Montserrat Caballé.
Los bailes y canciones tradicionales de las regiones fueron recuperados y promovidos por la Sección Femenina de Falange. La música popular estuvo dominada por la canción española, con intérpretes como Imperio Argentina y Lola Flores, que cantaban obras de gran calidad.
El jazz en España se desarrolló en un círculo más pequeño. La llegada de la música moderna o juvenil (pop y rock) a partir de los años 60 fue inicialmente minoritaria, pero poco a poco se integró en la industria discográfica. La canción protesta o de cantautores, con artistas como Joan Manuel Serrat y Luis Eduardo Aute, se convirtió en un medio para expresar la oposición.
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Monumento a Agapito Marazuela
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Monumento a Lola Flores
Cine en España

El propio Franco era un gran aficionado al cine y escribió el guion de la película Raza (1941). Después de la Segunda Guerra Mundial, el cine estadounidense llegó a España, pero bajo una estricta censura.
El cine de posguerra estuvo dominado por películas que glorificaban el pasado histórico y el papel del clero y el ejército. También hubo un cine más ligero, de comedia y musical, que buscaba mostrar una imagen de una sociedad próspera y feliz. En estos géneros, surgieron los "niños prodigio" como Pablito Calvo y Marisol.
Al mismo tiempo, directores como Luis García Berlanga (Bienvenido Mister Marshall, 1953) y Juan Antonio Bardem (Muerte de un ciclista, 1955) encontraron formas de hacer películas más críticas y con nuevas ideas, aprovechando la censura cada vez más flexible. Incluso se permitió a Luis Buñuel, un director exiliado, rodar películas en España.
Televisión en España
La televisión española comenzó sus emisiones regulares en 1956. Se convirtió en un medio de comunicación de masas en los años sesenta y setenta, a medida que llegaba a más hogares. En las zonas rurales, se crearon "teleclubs" para que la gente pudiera ver la televisión.
La televisión era un monopolio estatal y se usó para controlar y difundir información, además de ofrecer entretenimiento y programas educativos.
A pesar del control, hubo programas de gran valor cultural, como Estudio 1 (adaptaciones de obras de teatro) y documentales de naturaleza como El Hombre y la Tierra de Félix Rodríguez de la Fuente. También hubo programas de entretenimiento muy populares, como el concurso Un, dos, tres... responda otra vez.
La programación infantil, con programas como Los Chiripitifláuticos, también fue importante.
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Véase también
En inglés: Art and culture in Francoist Spain Facts for Kids